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Recomendaciones en la Primera

Fase del Alzheimer.


Recomendaciones en la primera fase del
Alzheimer
√ La principal recomendación hacia la familia y a los que conviven con el
paciente es que comience, cuanto antes, a comprender la enfermedad.
Soliciten información al médico que les ha efectuado el diagnóstico y
plantéenle todas las dudas que tengan, tomemos el control en la Primera
Fase del Alzheimer.

Afortunadamente es una enfermedad de la que se sabe cada día más, y las


publicaciones son cada vez más frecuentes.

Si el paciente está todavía en activo laboralmente, convendrá que piense en


pedir la incapacidad laboral por enfermedad. Es imprescindible que si
todavía puede comprender por qué se va a efectuar este paso, se le explique.

√ Procure que sus salidas a la calle las efectúe siempre acompañado, para
evitar que se pueda extraviar. Aún así, es útil colocarle alguna chapa de
identificación o coserle en todas las chaquetas un papel plastificado en el
que aparezcan su nombre y dirección y teléfono, por si se perdiera. Le
resultará de mucha utilidad, cuando salga con él, ir nombrando los sitios por
donde pasa y hacérselos recordar, con habilidad, con el fin de fijar la
memoria “Mira, éste es el paseo de la Independencia, ¡qué edificio tan bonito
es aquél! ¿Cómo se llama que no me acuerdo?”

Asimismo, ya en su domicilio, y con el mismo objetivo, hágale, por ejemplo,


recordar las últimas vacaciones que pasaron juntos, o hagan juegos de palabras
“¿Qué palabras comienzan por la letra L?”, por ejemplo o nombres de provincias
españolas relacionadas con las matrículas de los coches “¿Cómo se llama la
provincia que tiene la matrícula con la letra Z?”o jueguen a naipes o al dominó, si le
gustaba hacerlo.

Conducir
√ Resultará de utilidad que, aduciendo excusas de diferente tipo
(económicas, familiares,…) evite que utilice el automóvil. Si resulta peligroso
para cualquiera conducir en algunas ciudades, imagínese para una persona
con el diagnóstico de su familiar.

√ Acepte estoicamente los posibles reproches que, en alguna ocasión,


pueda recibir del paciente por causa de las pérdidas o extravíos motivados
por su fragilidad de memoria. Unas veces estarán orientados hacia las
personas más próximas a él, usted y otras. Quítele importancia y explíquele
que también a usted se le pierden cosas y que luego, al cabo de varios días,
las encuentra en el lugar más inesperado.

√ Ínstele a empezar un diario en el que deberá apuntar las cosas que ha


hecho durante el día y que las hará el día siguiente. Esta actividad le
facilitará orientación (reconocimientode día, mes y año) y le fortalecerá la
memoria, dándole seguridad. En cierto modo, créele una rutina. Si
posteriormente apercibe que se distrae muy rápidamente y que le cuesta
concentrarse, escríbale en un tablón de corcho o de material de vileza,
colocado en su habitación, las tareas que ha de hacer durante el día (hora de
levantarse, hora de aseo, hora del desayuno, hora de la comida,…). En el
caso de que le notase suspicaz ante esta medida puede aducir que
últimamente es a usted al que se le olvidan las cosas que ha de hacer el
enfermo y por eso las escribe.

Calendario
√ En otras ocasiones resulta de mucha utilidad colocar, al lado de donde
come, un calendario de grandes dimensiones en el que se tachará
diariamente el día en que se encuentra. Al lado se colocará también un reloj
de pared a poder ser de dimensiones grandes, con fondo blanco y número
en negro, y que no haga mucho ruido

√ Simplifíquele las decisiones. Plantéele la oferta en una o dos opciones


“¿Quieres sopa o verdura?”

√ Procure distraerlo cuando note que se apercibe o se irrita por sus


continuos errores. Cámbielo de espacio, de habitación, salga a la calle o déle
una tarea nueva. Hay muchas posibilidades: hacer un dossier de noticias de
revistas, ayudarle a recoger la ropa del tendedor,ordenar un armario,
descorrer todas las cortinas de la casa, tejer, pintar,…

√ Cuando efectúe con corrección lo que le pidió que hiciera, prémiele con lo
que más le guste o hágale ver con una muestra de afectividad y cariño que
está orgulloso de lo bien que lo ha hecho.
Televisión y/o radio
√ La televisión resulta un recurso útil en algunos pacientes, pero no en todos
ni en cualquier fase. Acepta bien los programas documentales, tranquilos, o
los que tienen dibujos animados. Sin embargo a veces, cuando la
enfermedad está avanzada, piensan que les hablan desde ella y puede
ocasionar problemas de tipo alucinatorio.

√ No olvide que su mímica facial (la de usted), los movimientos de las manos
(es decir, la comunicación no verbal) trasladan directamente el contenido de
lo que dice. Procure siempre que no se note su cansancio y sonría. La
sonrisa siempre relaja a la persona con la que habla, y si el paciente está
tranquilo, su calidad de vida (la de él y la suya propia) serán mejores.

CuidandoEnPositivo (enlace)
√ Háblele siempre en positivo y despacio. Procure no quejarse ni
recriminarle lo que hace mal. Él no se da cuenta en el momento de que lo
está haciendo mal y lo único que conseguirá es crisparle y desorientarle
más.

√ Es útil hacerle leer en voz alta. Si no es muy receptivo a este tipo de


ejercicio puede decirle que a usted le duelen muchos los ojos y que le
agradecería que le leyese. En cuanto lo haga unos días, institucionalícelo,
hágalo rutinario.

√ El peligro de caídas es más frecuente si su paciente se levanta por las


noches. Por ello será útil que le coloquen un piloto de luz a nivel del rodapié
o que deje alguna luz encendida para evitar las caídas. Es recomendable
también consultarlo con el médico para que, en caso de que lo considere
necesario, le administre un fármaco que mejore esta situación.

√ Si su paciente se levanta por las noches y se viste, quizá sea porque ve la


ropa que ha de ponerse al día siguiente cuidadosamente dispuesta encima
de una silla. Si es así, retírela y procure que no la vea, de esta forma no
podrá asumir que si la ropa está ahí espara que se la ponga.

√ Tenga junto al teléfono un listado de los números de teléfonos más útiles y


prácticos para usted (sus hijos, su médico, la ambulancia, el cerrajero, los
bomberos,…).
Medicamentos
√ Procure no dejar las medicinas que esté tomando a su alcance. Guárdelas
en un cajón cerrado. Para facilitarle su distribución a lo largo del día,
procúrese un pastillero dosificador de los que venden en farmacias u
ortopedias. También puede construírselo usted mismo con tres o cuatro
cajitas pegadas o tubitos de los que contiene carretes fotográficos. Cada
uno significará una toma: desayuno, comida, merienda y cena. Es muy útil
distribuirlas una sola vez para todo el día.

√ No es conveniente estar cambiándole cada cierto tiempo de lugar de


residencia (personas mayores que viven dos/tres meses con cada hijo)
puesto que esta situación aumentará su desorientación.

No oculte que su familiar padece esta enfermedad. Es más, comuníqueselo a


sus vecinos y amigos. De esta forma no les extrañará su comportamiento y
lo tratarán con mayor consideración y cariño. Además les hará ver que todos
somos enfermos en potencia.

√ Al final de esta fase, es conveniente facilitar la orientación del paciente en


el domicilio, Utilice dibujos que expliquen por donde ha de ir, acompañados
de flechas.

√ Consulte con su médico de referencia si es éste el momento de que el


paciente acuda a un centro de Día Psicogeriátrico, aunque fuera tan solo
unas horas.

Consideraciones acerca de la primera fase


Es comprensible que una persona que no haya convivido anteriormente con
esta enfermedad, aunque sí haya oído de ella por los mensajes de educación
sanitaria que se emiten por las sociedad científicas, el Ministerio de Sanidad,
las consejerías de sanidad de los Gobiernos Autónomos, las Asociaciones
de familiares de pacientes de enfermedad de Alzheimer, o los medios de
comunicación en general, no logren peculiarizarla en ésta tan decisiva
primera fase. Y es totalmente disculpable que aunque los médicos digamos
que ésta es la fase que más nos interesa a todos para conseguir resultados
positivos, sigamos sin observarla en la gran mayoría de los casos en
nuestras consultas. Y es justificable porque sus síntomas no son en su
comienzo tan explosivos como los que acontecen en fases más avanzadas o
como los de otras enfermedades somáticas o psíquicas. Además la
sintomatología es tan diversa que nunca es totalmente igual en un paciente
u otro, lo que la hace difícil de etiquetar con celeridad por el familiar.
 La explicación a esto es obvia al preguntarnos si nunca hemos
tenido errores en nuestra memoria, si no hemos encontrado la palabra
oportuna en un momento concreto, o si nunca hemos utilizado una palabra
oportuna en un momento concreto, o si nunca hemos utilizado una palabra
comodín para nombrar un objeto cuando no recordábamos su nombre en un
instante preciso. En estas circunstancias, puramente puntuales no hemos
acudido al médico, sino que no le hemos dado importancia y al poco tiempo,
todo vuelve a su lugar. Cualquier situación de estrés emocional o laboral
puede generar este tipo de lapsus mentales.

Sin embargo, cuando estos erroresson cada vez más manifiestos y


profundos, cuando la realidad de un problema parece ser más notorio, y
sobre todo cuando, sin existir un problema aparente, se da un cambio
profundo en el comportamiento de una persona, es preciso acudir al médico
para que, tras una exploración básica, lo oriente hacia el especialista más
idóneo y le realice las pruebas pertinentes que permitan el diagnóstico más
aproximado posible.

 Es comprensible que todavía hoy sea difícil que ese paciente
potencial acceda a acudir al médico por propia iniciativa y voluntad. Sin
embargo, como cuidador principal de este enfermo potencial, ha de insistir
en que realice esta consulta médica, sin ocultarle la causa de la visita, pero
tampoco exagerando los motivos que le conducen a ella.

Procure ser pragmático y, sobre todo, positivo para que el enfermo tenga la
sensación de que es necesario hacer lo que le recomienda.

 Existen muchas causas (psiquiátricas, neurológicas, metabólicas,


vasculares, carenciales, tóxicas,…) que pueden explicar los síntomas que
caracterizan a la primera fase de la demencia tipo Alzheimer, sin que por ello
todos hayan de ser diagnosticados como de tipo demencial. Además ha de
saber que, en el caso de que fuera diagnosticado de demencia, no todas son
reversibles (no se curan) ya que muchas de éstas sí son reversibles (es
decir, se pueden curar).

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