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dominio del ser, descubriste que tú también puedes cambiar tu mundo, aprendiste a
diferenciar entre los juicios que cierran y abren posibilidades, entendiste cómo
con los demás, aprendiste sobre las declaraciones que te permitirán crecer y cómo,
La Escucha
¿Has notado que algunas personas levantan el tono de voz para lograr que los
demás la escuchen mejor?
Como verás, en la columna izquierda suceden cosas que pueden percibirse por
medio de nuestros sentidos: vista, oído, tacto, gusto y olfato; en cambio, en la
columna derecha están las interpretaciones de lo que recientemente percibimos. La
última columna mencionada está estrechamente vinculada con los pensamientos
internos que nos generan esos disparadores externos, a los que llamamos sonidos,
imágenes, olores, etc.
Si consultamos a un diccionario, vemos las siguientes definiciones:
ESCUCHAR:
Aplicar el oído para oír.
Prestar atención a lo que se oye.
Atender a un aviso, consejo o sugerencia.
OÍR:
Percibir los sonidos a través del oído.
Atender los ruegos, súplicas o consejos de alguien.
Entender lo que el otro dice.
Oír es involuntario.
Escuchar implica voluntad deliberada de oír y entender.
Por tanto, el decir “No te oigo” significa "no soy capaz de percibir lo que dices"; sin
embargo, el decir "No te escucho" significa que, deliberadamente, "no presto
atención a lo que me dices".
¿Cuántas veces hemos oído a alguien hablando por el móvil decir a gritos "No te
escucho!"?
Te invitamos a leer esta interesante historia que ilustra, a través de dos personajes,
la diferencia clara entre oír y escuchar externa e internamente:
"Había una vez en un reino muy lejano, dos hermanos. Uno era sordo y el otro no. A la muerte de su
padre, el rey, los consejeros se reunieron para decidir cuál de los dos era el indicado para ceñirse la
corona.
Luego de largas cavilaciones, concluyeron que, si bien el sordo era el más hábil e inteligente, su
sordera sería un gran impedimento para cumplir con la delicada labor de gobernar. Fue así como el
joven que si oía, fue coronado rey en medio de la algarabía general.
La voz se corrió por aquellas lejanas tierras, y al poco tiempo comenzaron a llegar representantes de
los reinos vecinos para mostrarle sus respetos al nuevo soberano; así como también, numerosos
súbditos del reino se acercaron para mostrarle cuáles eran sus necesidades y las soluciones que se
les ocurrían para satisfacerlas; sin embargo, este nuevo rey sólo tenía oídos para una cosa: él
mismo.
Los embajadores de los reinos vecinos, así como sus súbditos, se dieron cuenta de que a este rey
sólo le interesaba gastar el dinero en peinados de fantasía, trajes majestuosos, opíparos banquetes y
veleidosas construcciones. Lujos que, poco a poco, acabaron con la riqueza del reino y lo sumieron
en una profunda crisis.
En vista de la situación, el rey decidió aumentar los impuestos. Él no iba a renunciar a sus lujos y
tampoco escuchó los pedidos de sus súbditos para que actuara con cordura.
Así, cansados de tantas injusticias, los habitantes del reino fueron en busca del hermano del rey para
ofrecerle la corona.
Este nuevo rey, si bien era sordo, se valió del lenguaje de señas y de un intérprete para comunicarse
con los consejeros reales, quienes tuvieron que aceptar que habían cometido un error y aprendieron
el lenguaje de señas para entender al nuevo mandatario."
El saber escuchar involucra muchos aspectos que debemos saber manejar, con el
fin de optimizar resultados positivos en nuestro comportamiento y en nuestras
interrelaciones, de tal manera que se manifieste un clima positivo que genere
confianza, respeto, interés y atención.
Esto no quiere decir que estemos más dispuestos a escuchar que a hablar, sino que
estamos más expuestos a estar recibiendo información que a transmitirla.
Interpretas los sonidos y las imágenes que perciben tus sentidos. Esas
interpretaciones están especialmente vinculadas de forma estrecha contigo y no con
quien lo dice.
PRÁCTICA
Para finalizar con la sección teórica de esta lección, conoce sobre la escucha
cultural. Esta, es aquella que muchas veces nos cuesta distinguir; pues se
convierte en juicios verdaderos para nosotros, que habitamos una cultura
determinada.
maridos”.
embargo, algunas personas han incorporado como válidas y actúan desde ahí sin
poder distinguir.
¡Ahora te toca a ti! Reflexiona y piensa en cinco (5) ejemplos que reflejen la