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El Lavado de Los Pies
El Lavado de Los Pies
Esta teoría dice que el Señor Jesús solamente lavó los pies de sus discípulos para
enseñarles una lección objetiva de humildad. También dice que lo hizo porque los
Apóstoles habían estado discutiendo acerca de quién sería el mayor de ellos en el
reino del Mesías. No obstante, si este fue el principal motivo, es extraño que el
Maestro no mencionara esto cuando lo hizo.
El Señor Jesús sabía que su hora había llegado y que se cumpliría el Antiguo Pacto.
El sabía que era necesario establecer un Nuevo Pacto por medio de su propia
sangre; por medio de su muerte vicaria y substitutiva en la cruz del Calvario. Si
nada mas hubiese sido una lección de humildad, Él no hubiera tenido que
humillarse lavando los pies a sus discípulos solo para decirles: "Lo que yo hago, tu
no lo comprendes ahora" (Juan 13:7). Si hubiese sido una lección de humildad,
bastaba con que lo hubiera hecho con uno y después les hubiera explicado cual
era el propósito de la enseñanza.
Yo creo que el lavado de pies sí nos demuestra una lección de humildad, pero es
algo más que eso. El lavado de pies es una ordenanza instituida por orden del
mismo Señor Jesús, y por lo tanto debe ser practicada por la iglesia.
Otra teoría acerca del lavado de pies enseña que el Señor Jesús tomo el lugar de
anfitrión o siervo para seguir la costumbre judía de lavar los pies a los huéspedes o
invitados al entrar a una casa.
Debemos tener en cuenta que los discípulos eran hombres pobres. Ellos no tenían
siervos para que les lavaran los pies. Ellos mismos se lavaban los pies.
Los discípulos no hubieran protestado cuando el Señor Jesús intentaba lavarles los
pies si esto hubiese sido una costumbre común entre ellos.
Cuando Abraham visito a Labán, este le dio a Abraham agua para que se lavara los
pies junto con los hombres que le acompañaban (Génesis 24:32). Esta costumbre
de lavarse los pies también existió en el tiempo de los jueces de Israel (Jueces
19:21).
Notemos que cuando el Señor Jesús entro en casa de Simón, él no se ofreció para
lavarle los pies a tan distinguido visitante. Cuando Jesús le reclamo a Simón, le
dijo: "...no me diste agua para mis pies..." (Lucas 7:44). Aquí podemos ver que no
era una costumbre que el anfitrión lavara los pies de los invitados. La costumbre
de lavarse los pies era antes de comer y antes de acostarse (Cantares 5:3).
Cuando el Señor Jesús lavó los pies de los discípulos ya había terminado la cena,
por lo tanto, lo que el Señor hizo no fue simplemente una costumbre o tradición,
sino que lo hizo para establecer una práctica cristiana.
Algunos dicen que practicar el lavado de pies no es necesario. Esto contradice las
enseñanzas del Señor Jesús. El dijo: "... vosotros también debéis lavaros los pies
los unos a los otros. Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho,
vosotros también hagáis" (Juan 13:14-15). El mandamiento no es "para que sean
como yo he sido", sino "para que hagáis como yo he hecho". No es solo para ser
humilde, sino también para lavar los pies literalmente. Las dos cosas van juntas. El
Señor Jesús no dijo que lo practicáramos en el espíritu solamente, sino que
también lo hagamos de hecho.
Una de las condiciones que Pablo menciona para poner a las viudas en la lista de
quienes recibían ayuda de parte de la iglesia es: "...si ha lavado los pies a los
santos,..." (I Timoteo 5:10). ¿Creen ustedes que Pablo solo se refiere a la
costumbre oriental de lavar los pies a las visitas? ¡No! EI dice: "los pies a los
santos”. Aquí se esta refiriendo a la práctica literal del lavado de pies. Dar agua al
visitante para que se lavara, era costumbre de la gente, pero el lavado de pies era
una práctica de la iglesia.