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Tema: lavando los pies

juan13:5-10
Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a
enjugarlos o secarlos con la toalla con que estaba ceñido. 6Entonces vino a Simón Pedro;
y Pedro le dijo: Señor, ¿tú me lavas los pies? 7Respondió Jesús y le dijo: Lo que yo
hago, tú no lo comprendes ahora; mas lo entenderás después. 8Pedro le dijo: No me
lavarás los pies jamás. Jesús le respondió: Si no te lavare, no tendrás parte conmigo. 9Le
dijo Simón Pedro: Señor, no sólo mis pies, sino también las manos y la cabeza.
10
Jesús le dijo: El que está lavado, no necesita sino lavarse los pies, pues está todo
limpio; y vosotros limpios estáis, aunque no todos.

13.10 Los discípulos de Jesús ya disfrutaban de una relación especial con Él. De ahí que
lo que se necesitaba no era otro baño, sino limpiarse el polvo recogido en el camino.

Vamos por este mundo; aunque somos del señor recogemos suciedad el tizne del
mundo; contaminación somos contagiados y necesitamos ser lavados.

En heb. Y en gr. el pie frecuentemente indica la posición, el destino, o la inclinación de


la persona (Pr. 6.18; 7.11; Hch. 5.9), y además como referencia a la guía y el cuidado
vigilante de una persona, principalmente de parte de Dios (1 S. 2.9; Sal. 66.9; Lc. 1.79)

Pro: 7:11 Alborotadora y rencillosa, Sus pies no pueden estar en casa;

1sam 2:9. El guarda los pies de sus santos. Mas los impíos perecen en tinieblas;

Luc1:79 Para dar luz a los que habitan en tinieblas y en sombra de muerte; Para
En caminar nuestros pies por camino de paz.

Después de la reverencia, el saludo y el beso al huésped oriental se le ofrece agua para


lavar sus pies.

Un sirviente ayudará al huésped poniéndole el agua sobre sus pies y sobre una Jofaina o
vasija de cobre, frotando los pies con las manos y secándolos con una toalla.

El Salvador tomó el lugar del sirviente, lavando los pies a los discípulos, lo que ellos
mismos habían desdeñado u olvidado hacer por considerarla una tarea humillante o
vergonzosa.
Las palabras de Cristo a Pedro en el versículo 8 son importantes: «Si no te lavare, no
tendrás parte [comunión] conmigo». El pecado puede interrumpir nuestra comunión con
el Señor.
Solamente en la medida en que permitimos que Jesús nos limpie podemos permanecer
en comunión con Él y disfrutar de su presencia y poder.

En el versículo 10 Jesucristo hace una importante distinción entre lavar y limpieza. El


versículo literalmente dice: «El que se ha limpiado de una vez por todas y por completo,
no necesita hacer nada más que lavarse los pies».
En tierras orientales la gente usaba baños públicos; una persona después del baño
mientras caminaba por las calles polvorientas de regreso a su hogar; los pies se le
ensuciaban. Al llegar a casa no necesitaba bañarse otra vez; requería únicamente
lavarse los pies.

Así es con el creyente. Cuando somos salvados, se nos lava por completo (1 Co 6.9–11;
Tit 3.5–6); pero nuestro andar cristiano tiene que ser limpio.

Esta costumbre también era común en los días del Antiguo Testamento (Gen. 18:4;
19:2; 23:32; 1 5am. 25:41, etc.).

Era una ceremonia sagrada

Éxodo 30:17-19
Habló más Jehová a Moisés, diciendo: 18Harás también una fuente de bronce,
con su base de bronce, para lavar; y la colocarás entre el tabernáculo de reunión y el
altar, y pondrás en ella agua. 19Y de ella se lavarán Aarón y sus hijos las manos y los
pies. Ellos recogían muchas impurezas en el cumplimiento del sacerdocio.

Después le apareció Jehová a Abraham en el encinar de Mamre, estando él sentado a la


puerta de su tienda en el calor del día. 2Y alzó sus ojos y miró, y he aquí tres varones
que estaban junto a él; y cuando los vio, salió corriendo de la puerta de su tienda a
recibirlos, y se postró en tierra, 3y dijo: Señor, si ahora he hallado gracia en tus ojos, te
ruego que no pases de tu siervo. 4Que se traiga ahora un poco de agua, y lavad
vuestros pies; y recostaos debajo de un árbol.

Luc1:79 Para dar luz a los que habitan en tinieblas y en sombra de muerte; Para
En caminar nuestros pies por camino de paz.
13.1–17 Jesús fue el siervo modelo y mostró su disposición de servicio a sus
discípulos. Lavar los pies de los huéspedes era una tarea que debía llevar a cabo un
sirviente de la casa cuando llegaban los invitados.
Pero Jesús se colocó una toalla a la cintura, del modo que lo haría el más humilde de los
esclavos, para luego lavar y secar los pies de sus discípulos.
13.5 Usualmente era un siervo el que realizaba la tarea de lavar los pies a los huéspedes,
pero como no había ningún criado, y nadie se prestó a asumir ese papel, Jesús
aprovechó la ocasión para impartir una lección de humildad y servicio desinteresado.
Dios hecho carne, está dispuesto a servir, nosotros sus seguidores también debemos
ser siervos, dispuestos a servir de cualquier modo que glorifique a Dios. ¿Está usted
dispuesto a seguir el ejemplo de servicio de Cristo? ¿A quién puede servir hoy? Hay una
bendición especial para los que sirven al señor con un corazón humilde.
13.6-7 Imagínese figúrese que usted es Pedro que observa a Jesús lavar los pies de los
demás, y que este va acercándosele cada vez más. A Pedro debe haberle confundido
que su Maestro estuviera realizando o cumpliendo tareas de esclavo.
Porque ni siquiera un judío era colocado en esta tarea esta labor la hacían los esclavos
extranjeros.
Todavía no comprendía la enseñanza de Jesús de que para ser un líder, debía ser un
siervo. Este no es un pasaje agradable para los líderes a los que les cuesta servir a los
que están bajo su dirección. ¿Cómo trata a los que trabajan bajo sus órdenes.

La necesidad de lavar los pies, para comodidad e higiene, surgió de los caminos
Polvorientos y sucios el lavado de los pies era signo de hospitalidad, generalmente
Realizado por el más bajo de los esclavos (1 S. 25.41; Lc. 7.44; Jn. 13.5ss; cf. Hch.
13.25).

Lavar los pies era expresión de humildad y de servicio; enseñanza simbólica y sublime
que Jesús personificó o interpreto cuando lavó los pies de sus discípulos (Jn 13.5).

Se utiliza en frases expresando sujeción (1 Co 15.27); de la humildad y receptividad del


discipulado (Lc 10.39; Hch 22.3).

El líder piadoso es aquel que se inclina para ayudar a otros. Que pone su vida
por otros (Jn 10.11), que busca servir antes de ser servido (Lc 22.27).

Mientras una persona no esté dispuesta a lavar los pies a otros, no está
calificada para ser un líder del reino.

Juan 10:11 Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.

Jesús lavo los pies de uno de los pecadores más temibles de la historia Judas; quien en
aquel momento tramaba entregarle atracción.

Pedro se sintió indigno y le dijo señor me vas a lavar los pies a mi, gusano miserable de
la tierra; ¡esas manos sagradas tocar mis pies¡.

Hay diferentes formas de lavar los pies de nuestros hnos.

Pues si yo, el señor y el maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis
lavaros los pies los unos a los otros.
Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis.
(Juan 13:14-15).

Pastor.
HUGO FELIPE GONZALEZ.
DIC. 24 DE 2006.
SANTA MARTA

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