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¿Qué creemos los Adventistas del Séptimo Día?

“La Cena del Señor es una participación en los emblemas del cuerpo y la sangre de Jesús como
una expresión de fe en él, nuestro Señor y Salvador. Cristo está presente en esta experiencia de
comunión para encontrarse con su pueblo y fortalecerlo. Al participar de la Cena, proclamamos
gozosamente la muerte del Señor hasta que el venga.
La preparación de la Cena incluye
1. Examen de conciencia.
2. Arrepentimiento.
3. Confesión.
El maestro ordenó el servicio del lavamiento de los pies para:
1. Denotar una renovada purificación, para
2. Expresar nuestra disposición a servirnos mutuamente en humildad cristiana y para
3. Unir nuestros corazones en amor.
El servicio de comunión está abierto a todos los creyentes cristianos. (En esto creemos, p. 176).
ESTE ESTUDIO ESTA DIVIDIDO EN TRES PARTES
PRIMERA PARTE: SIGNIFICADO DEL LAVAMIENTO DE LOS PIES
Lo que distingue al cristianismo de las demás religiones es que Dios estuvo dispuesto a
humillarse y a servir a sus criaturas. El Dios de los cristianos “tomó forma de siervo” y “se
humilló así mismo.
Filipenses 2:5-8 (NVI) “La actitud de ustedes debe ser como la de Cristo Jesús, quien, siendo por
naturaleza[a] Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse. Por el contrario, se
rebajó voluntariamente tomando la naturaleza[b] de siervo y haciéndose semejante a los seres
humanos. Y, al manifestarse como hombre, se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la
muerte, ¡y muerte de cruz!
Jesús vino a dar ejemplo de humildad y de obediencia. Pero luego debía volver a la gloria de su
Padre.
Juan 17:4,5 (NVI) “Yo te he glorificado en la tierra, y he llevado a cabo la obra que me
encomendaste. Y ahora, Padre, glorifícame en tu presencia con la gloria que tuve contigo antes
de que el mundo existiera.”
Según este pensamiento, después de la humillación viene la gloria.
Así lo estipula Prov. 18:12 (RVG) “Antes del quebrantamiento se enaltece el corazón del hombre,
y antes de la honra está la humildad.”
Jesús antes de ascender al cielo y recibir la gloria, habría de dar el último ejemplo de humildad a
sus seguidores. Lo hizo en el aposento alto.
Juan 13:3-5 (NVI) “Sabía Jesús que el Padre había puesto todas las cosas bajo su dominio, y que
había salido de Dios y a él volvía; así que se levantó de la mesa, se quitó el manto y se ató una
toalla a la cintura. Luego echó agua en un recipiente y comenzó a lavarles los pies a sus
discípulos y a secárselos con la toalla que llevaba a la cintura.”
Sabían ustedes que: lavar los pies de otra persona se consideraba en tiempos de Jesús una tarea
muy indigna, que incluso los siervos judíos estaban exentos de cumplirla y por eso se les
asignaba a los siervos gentiles.
Lavar los pies era una práctica de hospitalidad de parte de las personas importantes. Pero debía
ser realizada por los siervos gentiles. Pues era considerada deshonrosa para los judíos.
Cuando se celebraba una fiesta. “El anfitrión siempre hacía los arreglos para que los invitados se
lavaran los pies. Lucas 7:44 “… Entré en tu casa, y no me diste agua para mis pies; más ésta ha
regado mis pies con lágrimas, y los ha enjugado con sus cabellos.”
Entendiendo esto podemos comprender porque Pedro le dijo a Jesús:
Juan 13:8 “Pedro le dijo: No me lavarás los pies jamás. Jesús le respondió: Si no te lavare, no
tendrás parte conmigo.”
El uso de la expresión “tener parte” en el AT, está asociada con la herencia que recibían los
sacerdotes y levitas (Números 18:20). Dios había dicho “Yo soy tu parte y tu heredad”
Pedro comprendió que si quedaba sin herencia dejaría de ser parte de la comunidad del pacto. Y
entonces le dijo a Jesús: “lávame también las manos y la cabeza” (13:9). Pero Jesús respondió:
“el que esta “lavado” no necesita sino lavarse los pies, pues esta todo limpio” (13:10). Y
en Hechos 22:16 se le dijo a Saulo “levántate, y bautízate y “lava” tus pecados invocando su
nombre”.
Al practicar el evangelio de Jesús, (caminar con:) Pedro aún no había entendido:
Mateo 20:27,28 “y el que quiera ser el primero deberá ser esclavo de los demás; así como el Hijo
del hombre no vino para que le sirvan, sino para servir y para dar su vida en rescate por
muchos.”
Al lavar los pies de los discípulos, Jesús estaba enseñando a ser “manso y humilde”
Mateo 11:29 “Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de
corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas.”
Juan 13:15 “Ejemplo os he dado para que como yo hice vosotros también hagáis”
El significado del lavamiento de los pies se puede expresar en tres palabras:
1. Humildad.
2. Servicio.
3. Tener parte, herencia.
Pablo escribió: “No hagan nada por egoísmo o vanidad; más bien, con humildad consideren a los
demás como superiores a ustedes mismos.” Al participar del lavamiento de los pies como
cristiano estoy admitiendo que, aunque no soy perfecto, quiero “tener parte” con Cristo en las
moradas eternas.
SEGUNDA PARTE: SIGNIFICADOS DE LA CENA DEL SEÑOR
El NT, relata las ocasiones en las que se celebró esta ceremonia por parte de Jesús y sus
discípulos (Mateo 26:17-29; Marcos 14:12-25; Lucas 22:7-20; Juan 13:1-15; 1 Cor. 11:23-29)
Algunos de los significados que encierra esta ceremonia
Hacia atrás en la historia del pueblo del Señor, recuerda la “liberación del pueblo de la
esclavitud”. (Éxodo 12:2-11).
Jesús lo conectó con la fiesta de la Pascua. (Mateo 26:17; Marcos 14:12; Lucas 22:7; Juan 13:1)
Al celebrar la cena del Señor damos gracias a Jesús por habernos liberado del poder esclavizador
del pecado. (Romanos 6:17,18,22 “éramos esclavos, fuimos libertados”. La Cena del SEÑOR nos
recuerda que somos libres del pecado.
Al celebrar la cena del Señor, participamos de la Unidad de la iglesia militante. A veces nos
sucede, lo que sucedía a la iglesia en tiempos de Pablo (1 Cor 11:18-20) “se reunían a participar
de La Cena del Señor divididos”. La Cena del Señor nos une en la fe que profesamos.
Nos proyecta a la gran Redención futura. Hay dos declaraciones que nos hablan de esta
dimensión futura
1 Cor 11:26 “Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte
del Señor anunciáis hasta que él venga.
Mat 26:29 “Y os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día en
que lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre.
La Cena del Señor, es una renovación de nuestro pacto con Dios. (2 Cor 5:17; Romanos 6:1-4)
Heb 8:10-12.
Por eso Pablo repite dos veces las palabras de Cristo “Haced esto en memoria de mí” (1 Cor
11:24). La Cena es un símbolo del pacto. Dios se mantiene fiel al pacto, los que fallamos somos
nosotros (2 Tim 2:11-13).

TERCERA PARTE: ¿QUIENES PUEDEN PARTICIPAR DE LA CENA DEL SEÑOR?


Todos los que hemos aceptado la muerte de Jesús y hemos hecho un pacto de abandonar el
pecado y andar vidas nuevas por la gracia de Dios. (2 Cor 5:17; Romanos 6:1-4)
Todos los que reconocen sus fallas delante del Señor y ven en Jesús a su único y suficiente
Salvador. 1 Juan 2:1,2
¿Habrá alguien no pueda participar?
¿Qué significa comer y beber “indignamente”? según 1 Cor: 11:27-29
¿Qué quiso decir Pablo con la expresión “indignamente”? (la palabra griega que se usa es
anaxios. No es un adjetivo calificativo, sino un adverbio de modo)
Pablo no está hablando de la gente, sino del modo en que la gente participa de la Cena. Lo que
hace indigna mi participación no es que yo sea indigno, sino la manera en que yo me acerque a
los emblemas. (con orgullo, con ira, dividido, sin haberme examinado, sin haber hecho un pacto
con Dios [bautizado], no darlo a los niños que aún no han hecho un pacto con Dios, si no me he
lavado los pies, sin haber bendecido los emblemas [el pan y el vino].
No pueden participar los que no hacen como el Señor ejemplifico. (Juan 13:15). Pedro quiso
hacerlo a su manera y Jesús le recordó que si no era como él había enseñado no tendría parte
con él.
CONCLUSIÓN
El enemigo ha hecho todos sus esfuerzos para que le restemos importancia a nuestra
participación de los emblemas del sacrificio de Cristo. Algunos adoptan una actitud de
indiferencia a este rito. Otros quizá no ven gran valor espiritual que el rito representa, y lo ven
como una práctica más. Una práctica demoniaca es la “transustanciación” (cada partícula del
pan y el vino se transforman en el cuerpo de Cristo.
No lo ve como emblemas, sino literalmente. Aun cuando Jesús dijo que todos debían beber la
copa, hay una entidad religiosa que le ha quitado ese privilegio al miembro común y lo ha
reservado únicamente para el clero, contradiciendo lo que la Biblia enseña.
El gran deseo de Jesús para con su pueblo. Jesús dijo: Y les dijo: !!Cuánto he deseado comer con
vosotros esta pascua antes que padezca! Porque os digo que no la comeré más, hasta que se
cumpla en el reino de Dios.” (Luc. 22:15,16).
“Y el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del
Cordero. Y me dijo: Estas son palabras verdaderas de Dios.” (Apoc. 19:9).
Jesús espera el momento de celebrar la gran cena de las bodas del Cordero, en el reino del os
cielos, contigo ¿estarás tu allí? Solo debes entregar tu vida a Él.

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