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Julio C. Tello: Teoria y Practica en la Arqueologia Andina

Article · December 2006


DOI: 10.15381/arqueolsoc.2006n17.e13135

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Christian Mesia-Montenegro
Universidad Privada del Norte (Perú)
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Arqueología y Sociedad,
Nº 17, 2006

Julio C. Tello: teoría y práctica en la


Arqueología Andina

Christian Mesía Montenegro*

Resumen: El presente artículo tiene como intención realizar una revisión del pensamiento antropológico y
arqueológico de Julio C. Tello durante el desarrollo de su carrera académica e incidir adicionalmente en la
relación que existió entre Julio C. Tello y el gobierno de Augusto B. Leguía. En el siguiente trabajo se
discutirán cuatro trabajos clave en el pensamiento del citado académico: Wira Kocha (1923), Antiguo Perú,
Primera Época (1929), Origen y Desarrollo de las Civilizaciones Prehistóricas Andinas (1942) y The
Discovery of the Chavín Culture in Perú (1943).

Palabras Clave: Civilización, Oncenio, Indigenismo, Identidad, Teoría.

Abstract: The present paper intends to elaborate a review of the anthropological and archaeological
thought of Julio C. Tello, additionally the relationship between him and the government of Augusto B.
Leguía will be addressed. Four key works will be discussed: Wira Kocha (1923), Antiguo Perú, Primera Época
(1929), Origen y Desarrollo de las Civilizaciones Prehistóricas Andinas (1942) and The Discovery of the
Chavín Culture in Perú (1943).

Key Words: Civilization, Oncenio, Indigenism, Identity, Theory.

* Departamento de Ciencias Antropológicas Stanford University

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Arqueología y Sociedad, Nº. 17 2006

“No hay fuerza más poderosa que determine, impulse y defina el carácter
y grado de civilización de los indios como su sentimiento religioso”
Julio C. Tello, 1923: 204

Introducción derivados del contexto macro que tuvo que


La cita que inicia el presente artículo provie- afrontar Julio. C. Tello para poder desarrollarse
ne del inconcluso trabajo de investigación titula- profesional y personalmente.
do Wira Kocha. Esas palabras a mi modo de ver En el presente trabajo planteo que esos dos
resumen de modo conciso una de las principales contextos fueron relevantes en la formación del
preocupaciones que Julio C. Tello tuvo a lo largo pensamiento antropológico y arqueológico de
de su carrera profesional. Dicha preocupación Julio C. Tello. Esta agenda fue expuesta a lo largo
era la de establecer, de modo concluyente, el de sus trabajos de investigación, utilizando la
carácter complejo y avanzado de los procesos arqueología como una herramienta política e
sociales acaecidos en la prehistoria Andina, pro- incluso de cambio social- a fin de reivindicar a la
cesos que en lugar de ser producto de una fuerza población indígena de la cual el se consideraba
social externa, se derivaron a partir de patrones parte. Con el objetivo de poder arribar a los pun-
adaptativos, interacciones entre sociedad y tos establecidos en el párrafo anterior, los
medio ambiente, además de relaciones centro- siguientes trabajos serán examinados: Wira
periferia. La complejidad de las manifestaciones Kocha (1923), Antiguo Perú, Primera Época
materiales religiosas en la prehistoria andina fue (1929), Origen y Desarrollo de las Civilizaciones
asumida por Tello como un indicador del papel Prehistóricas Andinas (1942) y Discovery of the
unificador que jugó el fenómeno religioso en el Chavín Culture in Perú (1943). Los dos primeros
sentimiento indígena, sobre el cual se asentaba la trabajos fueron escritos durante el gobierno de
fuerza y cohesión de las formaciones sociales Augusto B. Leguía mientras los dos últimos for-
prehispánicas, man parte del pensamiento maduro de Tello. Así
“La religión de los incas, con su panteón múlti- mismo se examinarán algunos datos bibliográfi-
ple y vario, severos preceptos morales, faustuosos cos relevantes de Julio C. Tello y se ilustrará al
ritos y ceremonias, y complejas tradiciones y leyen- lector sobre el contexto social del país durante
das, que cristalizaba todos los intereses vitales de la los años en los cuales Tello estuvo activo como
sociedad aborigen, se presentó a los ojos de los con- investigador.
quistadores, como el más formidable poder con el que
tenían que luchar, y al que tenían que vencer para Julio C. Tello: breves referencias biográficas
implantar su civilización” (Tello 1923: 93) No es mi intención desarrollar una extensa
1
Las preocupaciones de Julio C. Tello se deri- biografía de Julio C. Tello sino mas bien resaltar
van de dos ambientes sociales o si el lector lo pre- algunos detalles importantes con respecto a su
fiere de dos contextos específicos, uno a nivel carrera profesional. Tello nació en la provincia
macro y otro a nivel micro. El primero se refiere a de Huarochirí el 11 de Abril de 1880, hijo de
la situación política por la cual pasaba el país Julián Tello García y María Asunción Rojas
tanto en lo se trata de la situación del poblador Erikes. Su padre ostentaba una posición impor-
indígena como a las nuevas políticas implemen- tante al interior del gobierno comunal de la pro-
tadas durante el gobierno de Augusto B. Leguía. vincia. En 1893 se muda a la ciudad de Lima a fin
El segundo contexto se refiere a los problemas de iniciar estudios secundarios en el Colegio de
1
Para tal efecto remito al lector a Astuhuaman y Daggett, 2005.

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Christian Mesía Montenegro Julio C. Tello: Teoría y práctica en la Arqueología Andina

Lima bajo el apoyo económico de su tía paterna te debido a las presiones políticas ejercidas por
María Tello. A pesar de contar con este apoyo Gutierrez de Quintanilla, lo que obliga a Tello a
económico, Tello se vio en la necesidad de traba- renunciar a su cargo. En 1917 Julio C. Tello es
jar, en algunos casos de mayordomo, a fin de elegido Diputado por la por la Provincia de
cubrir sus necesidades básicas (Lothrop 1948). Huarochirí, cargo que mantendrá hasta 1929.
En 1899 es matriculado en el Colegio Nacional En 1919 funda el Museo de Antropología y
de Guadalupe con la intención de seguir estudios Arqueología de la Universidad Nacional Mayor
preparatorios a fin de poder ingresar a la de San Marcos, embarcándose en la primera de
Universidad Nacional Mayor de San Marcos. En tantas expediciones arqueológicas, llegando al
este lapso de tiempo la muerte de su padre y la sitio de Chavín de Huántar. En 1923 por espacio
falta de recursos de su tía benefactora le obliga- de tres meses dirige el Museo Privado Larco
ron a enfrentar serios problemas económicos, Herrera y en 1924 es nombrado Director del
siendo acogido por Ricardo Palma, escritor y ade- Museo de Arqueología Peruana hasta que es des-
más Director de la Biblioteca Nacional, quien no tituido en 1930. Tello asume la dirección del
sólo le ofreció un lugar para vivir sino también Instituto de Investigaciones Antropológicas con
trabajo en la Biblioteca Nacional. Tello ingresa a sede en el Museo Bolivariano en 1931, cargo que
la Facultad de Ciencias de la Universidad mantendría hasta 1938. En 1945 asume la
Nacional Mayor de San Marcos y posteriormen- Dirección del nuevo Museo Nacional de
te a la Facultad de Medicina. En 1909 se gradúa Antropología y Arqueología, posición que
de Médico Cirujano con la tesis “La Antigüedad ostentaría hasta su deceso en 1947. La vida de
de la Sífilis en el Perú”.En junio del mismo año su Julio C. Tello estuvo íntimamente ligada a la his-
tesis es publicada por la Universidad Nacional toria de los museos nacionales, relación que no
Mayor de San Marcos y el 23 de septiembre emerge de la casualidad sino que es mas bien con-
enrumbaba a la Universidad de Harvard. Becado secuente, como veremos más adelante, con su
por dicha universidad y el gobierno peruano, práctica arqueológica.
Tello sigue estudios de postgrado en
Antropología y Arqueología. En 1911 obtiene el Contexto Histórico e Indigenismo
grado de Master of Arts y luego viaja inmediata- Fundamental en la carrera profesional de
mente a Inglaterra, Francia y Alemania. En este Julio C. Tello fue la colaboración prestada por el
último país recibe un curso de Etnología gobierno del dictador Augusto B. Leguía durante
Americana en la Universidad de Berlín. Tello su segundo gobierno (1919-1930). Esta colabo-
retorna al Perú en 1913, solicitando la creación y ración se observa en proyectos de adquisición de
asignación a su persona del cargo de Jefe de la colecciones privadas, el establecimiento del
Sección Antropológica del Museo Nacional (Te- museo de arqueología y el financiamiento de pro-
llo y Mejia 1967), lo cual le genera serios conflic- yectos de investigación arqueológica. El hecho
tos con el Director del Museo Nacional, Emilio no debería de llamar la atención teniendo en
Gutiérrez de Quintanilla. Los conflictos entre cuenta que:“en términos generales, el gobierno de
ambos llegan hasta el punto de que el gobierno Leguía, en especial en sus primeros años, se valió de
del presidente Billinghurst se ve obligado a clau- la actividad proindígena para ganarse la adhesión de
surar temporalmente dicho museo. El museo es los nuevos sectores radicalizados de las clases
reabierto, segregándose la colección arqueológi- medias” (Cotler 2005: 182)
ca con la finalidad de crear el Museo de Durante esos primeros años del Oncenio se
Arqueología y Antropología. Lamentablemente crearon una serie de instituciones destinadas a
este museo no se llega a crear, fundamentalmen- “proteger” a la población indígena en un contex-

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to de industrialización del país, lo que obviamen- Leguía se autodenominó “Wiracocha”, pro-


te contó con la oposición de la clase gamonal y la clamando la igualdad racial y la revaloración de
burguesía agroexportadora costeña. Es intere- la población indígena, además de su inclusión en
sante indicar asimismo que durante el Oncenio, el aparato productivo y de defensa del Estado,
se continuó con una política de servilismo a los dándole a éste la categoría de propulsor de los
intereses norteamericanos dada la urgente nece- mismos:
sidad de Leguía de contar con recursos para desa- “Las dos terceras partes de nuestra población
rrollar un ambicioso plan de obras públicas están constituidas por los indios, y el indio es apenas
enmarcado dentro de su estrategia para desbara- una gran víctima a la que abaten las servidumbres
tar al “Civilismo”. En tal sentido, se implementa- acumuladas del pasado y los abusos incalificables del
ron: “diversas medidas que de manera parcial res- presente. El indio es, sin embargo agricultor que cul-
pondían a las exigencias populares y de los sectores tiva las tierras con rara maestría, productor de casi
medios, con la expresa finalidad de atraerse el respal- toda nuestra riqueza, trabajador infatigable en las
do de dichas clases y, al mismo tiempo, neutralizar su mortíferas labores mineras y por último es casi el
actividad política independiente” (Cotler 2005: único soldado del ejercito nacional […] El indio,
181) pues, lo es todo para el Perú y en cambio le damos un
tratamiento de siervo” (Leguía citado en
La implementación de políticas de estado
Valderrama y Alfajeme 1978: 90)
favorables a estos sectores demandaba la inver-
Este discurso se materializará en la creación
sión de recursos que el estado no contaba dada
de una serie de instituciones destinadas a estu-
las desfavorables condiciones del mercado inter-
diar e implementar las políticas de inclusión
nacional y la entrega absoluta a intereses inter-
social del indígena en el Estado, formándose las
nacionales de los recursos mineros. A sí Leguía
siguientes instituciones:
opta por el endeudamiento externo como solu-
- La Sección de Asuntos Indígenas:
ción a los problemas de flujo de caja del Estado. Funciona como parte del Ministerio de
El manejo de los recursos mineros era totalmente Fomento. Esta sección reemplaza el ejercicio de
entreguista hasta el punto de que el vicepresi- la justicia de parte de terratenientes en asuntos
dente del Nacional City Bank de Nueva York, indígenas, atendiendo reclamos concernientes a
declara en 1927 que, “las principales fuentes de propiedad, trabajo y derechos. Se encarga ade-
riqueza del Perú, las minas y los pozos de petróleo, se más de sancionar y deliberar sobre los mismos y
encuentran en su inmensa mayoría controlados por elaborar un catastro de comunidades indígenas.
la propiedad extranjera y, exceptuando salarios e - Patronato de la Raza Indígena: Las funcio-
impuestos, nada del valor de su producción se retiene nes del Patronato no estuvieron muy bien defini-
en el país” (citado por Cotler 2005: 185) das creándose una suerte de área gris en relación
La administración aduanera y presupuesta- con los asuntos a tratar por la Sección de
ria pasó a ser controlada por el gobierno nortea- Asuntos Indígenas. Uno de los objetivos del
mericano y prestamistas de la misma nacionali- Patronato era el de “velar por el desenvolvimiento
dad, llegándose hasta a modificar la orientación cultural y económico del indio, que incluía la aten-
hispánica del sistema educativo nacional hacia ción de problemas como el alcoholismo y las fiestas”
intereses norteamericanos, “el Perú se ha converti- (Valderrama y Alfajeme 1978: 100). La sede del
do en el primer país de América latina en tomar el mismo era la ciudad de Lima, siendo presidido
paso radical de entregar totalmente su sistema de edu- por el Arzobispo de la misma ciudad.
cación pública, desde sus bases, a una misión nortea- - Comité Pro -Derecho Indígena:
mericana2” (Wright y Dunn 1921:511). Conformado por emigrantes e hijos de campesi-
2
Mi traducción.

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nos en Lima. Se convirtió en un mecanismo cana- Dada la estrecha cooperación del gobierno
lizador de denuncias ante el gamonalismo, de Leguía con los intereses económicos nortea-
superponiéndose estas funciones con las de las mericanos, sería lógico proponer que la supuesta
instituciones mencionadas anteriormente. Dada política de protección indígena en realidad
la composición social de los miembros de este intentaba crear las condiciones adecuadas para
Comité, se dio una radicalización del mismo, que- las inversiones norteamericanas en el país. Es así
brándose la relación con el Estado debido a las ese sentido que la destrucción de la economía
constantes criticas al orden existente, lo que latinfundista, que caracterizaba el sistema pro-
motivó la persecución de sus líderes por parte del ductivo del país, se establece como condición
aparato represivo del Estado. Del mismo modo previa a la implantación de un sistema capitalista
es interesante que la radicalización del Comité se representado en la industrialización del país. De
haya llevado a la par con formulaciones de tipo este modo, despojar de mano de obra a los lati-
mesiánico indígena, planteándose el regreso a un fundistas se convierte en un elemento esencial.
gobierno de tipo incaico (Kapsoli 1977). Este despojo se haría efectivo con la implanta-
Tanto la Sección de Asuntos Indígenas ción de una política de protección al indígena en
como el Patronato tuvieron problemas de identi- la cual se sanciona la explotación del mismo por
parte de terratenientes,“el régimen leguiísta no
ficación con respecto a los intereses de las pobla-
tiene ningún inconveniente en recurrir a la demago-
ciones que intentaban defender, convirtiéndose
gia, en reclamar contra la feudalidad y sus privile-
con el paso de los años en instituciones burocrá-
gios, en tronar contra las antiguas oligarquías, en
ticas que incluso llegaron a actuar en contra de
promover una distribución del suelo que hará de
los intereses que debían defender tal como lo
cada peón un pequeño propietario” (Mariátegui
refieren Valderrama y Alfajeme “con la derechiza-
1952: 93).
ción del régimen de Leguía, el Patronato devino [en]
Estos intereses se ven cristalizados en la
una institución estéril que llegó a ser copada por los supresión de la figura del “varayoc” como cabeza
mismos hacendados” (Valderrama y Alfajeme de las comunidades indígenas, el cual hasta ese
1978: 103). Por otra parte, el Comité si estaba momento era un elemento clave en la integra-
conformado por miembros identificados social- ción comunitaria indígena. De ese modo las
mente con la problemática indígena, razón por la comunidades se transformaron en colectivida-
cual paradójicamente fueron perseguidos. des rurales abiertas a merced de los requerimien-
Durante el régimen de Leguía, por consi- tos del naciente industrialismo (Kristal 1991).
guiente, se da en el campo económico una políti- Es en este contexto histórico que Tello se
ca opuesta al nacionalismo propuesto en el abre paso en la práctica arqueológica, contando
campo retórico. Hasta cierto punto este nacio- con la estrecha colaboración de Augusto B.
nalismo retórico es sospechoso cuando se leen Leguía. En tal sentido, Tello mantuvo una posi-
los fundamentos legales de la creación del ción acorde con la retórica de Leguía, “la supues-
Patronato, los cuales en uno de sus puntos indi- ta inferioridad del indio no es étnica, sino meramente
can que, “los conflictos legales que se vienen susci- circunstancial. El indio huérfano de todo apoyo
tando entre las comunidades de la sierra y los dueños social, al margen de la justicia, entregado a sus pro-
o conductores de fundos colindantes adquieren, día a pias fuerzas, necesita desplegar un máximo de ener-
día, caracteres de gravedad y se traducen en luchas gías para obtener de su medio físico, apenas, lo indis-
de raza que es preciso evitar para el normal desenvol- pensable para subsistir. Sus sentimientos, anhelos,
vimiento de los centros industriales de aquella aspiraciones y todo aquello que es propio de todo ser
región” (Valderrama y Alfajeme 1978: 100. Énfa- humano, salvaje o civilizado, lo ahoga en su propia
sis agregado) alma” (Tello 1967: 52).

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El gobierno de Leguía a solicitud de Tello, nacional, manteniendo vivo en la generación presen-


adquirió la colección Brunning, valorizada en te, el sentimiento de dignidad étnica basada en la
6000 libras peruanas, así como la colección noción de las grandes obras realizadas en lo pretéri-
Larco Herrera, pagando un precio de 100 000 to” (Tello y Mejía 1967: 130. Énfasis agregado)
libras peruanas. Tello estaba familiarizado con la Tello no participó en ninguna de las institu-
colección Larco. El ayudó al coleccionista a la ciones creadas por Leguía destinadas a “mejorar”
formación de la misma, siendo remunerado por la condición del poblador indígena. Se podría
ese trabajo (Tello y Mejía 1967). En 1919, antes decir que Tello se recluyó en los espacios defini-
de viajar a por vez primera a Chavín, Tello “ini- dos por la arqueología y antropología, convenci-
cia la consulta con los propietarios de antigüeda- do de que antes que nada era necesario com-
des acerca del número de objetos disponibles y prender la historia indígena a fin de reivindicar a
del valor aproximado de su costo” (Tello y Mejía la población responsable de la misma: “una redu-
1967: 119.). Es así que se forma el Museo Privado cida población de sangre y cultura europea vive sobre
Larco Herrera en 1919, siendo el mismo dirigido los despojos aún palpitantes de otra población y san-
por Julio C. Tello por espacio de dos meses. gre peruana, Ignoramos lo que es el indio, desconoce-
Una vez adquirida la colección Larco, a soli- mos sus condiciones físicas y biológicas, y sus cuali-
citud de Tello, Leguía crea el Museo de dades intelectuales y morales. Por esto es explicable
Arqueología, nombrando como Director ad- que no lo comprendamos y que se halla hoy al mar-
honorem del mismo a Julio C. Tello. El museo es gen de la civilización” (Tello 1967: 50).
inaugurado como parte de las celebraciones de la Más adelante se discutirán las razones por las
conmemoración del centenario de la Batalla de cuales Tello no se involucró directamente en la
Ayacucho en 1924, en el actual local del Museo crítica indígena realizada por intelectuales de su
de la Cultura Peruana, contando con la asisten- época como José Carlos Mariátegui. Por lo pron-
cia de Leguía quien dio el discurso de honor. to queda afirmar que la caída de Leguía generó
Tello finalmente vio parte de sus anhelos realiza- un serio problema en Tello, quien se vio en la
dos en el nuevo Museo de Arqueología, anhelos necesidad de buscar ayuda económica en un
expresados en “Presente y Futuro del Museo mecenas como Nelson Rockefeller y organismos
Nacional” (Tello 1913), anhelos que inicialmen- extranjeros como el Institute of Andean
te se vieron frustrados al contar con la oposición Research (Patterson 1989). Tello es apartado de
encarnizada de Gutiérrez de Quintanilla, que sus funciones como director del Museo, dejando
determinó la salida de Tello del Museo de esto obviamente un sabor amargo en él ya que
3
Historia Nacional en 1915 . durante el gobierno de Leguía, Tello había
La existencia de un Museo de Arqueología encontrado las condiciones necesarias para su
se convirtió en un elemento fundamental en la proyecto histórico: “bajo estas condiciones favora-
interpretación del rol social de la arqueología bles para el mejor conocimiento de la prehistoria
para Tello, tal como lo expresó el mismo en el dis- nacional, cuando menos se pensaba, surge la revolu-
curso de inauguración de 1924: ción de Agosto de 1930 dirigida por el Comandante
“se inaugura una institución científica que se Luís A. Sánchez Cerro. Este acontecimiento militar
propone conservar las reliquias de la antigüedad del y político trastorna los planes del Museo con la sepa-
Perú; estudiarlas y utilizarlas debidamente en la edu- ración intempestiva del Director y del personal técni-
cación pública, a fin de fortalecer la conciencia co administrativo de la institución. De esta manera,

3
Tello, desde su posición de congresista, en 1917, lideró desde el congreso un fallido intento de trasladar las
colecciones arqueológicas del Museo de Historia Nacional a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

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las colecciones arqueológicas, con su respectiva docu- las evidencias correspondientes. A continuación
mentación histórica y científica, pasan a manos del pasaré a detallar los argumentos e implicancias
nuevo Director, doctor Luís E. Valcárcel, en Octubre teóricas de cada uno de estos trabajos en el pen-
de 1930” (Tello y Mejía 1967: 172.Énfasis agre- samiento arqueológico y antropológico de Julio
gado). C. Tello.
Discutir la relación que existió entre Tello,
Nelson Rockefeller y el Institute of Andean 1. Wira Kocha
Research excedería el límite del presente artícu- Este trabajo fue publicado en dos partes en la
lo, razón por la cual la discusión de este tema ten- Revista Inca de la Universidad Nacional Mayor
drá que ser postergada por el momento. de San Marcos en 1923. Tal vez se trate de uno de
los tratados más concienzudos sobre religión
El Discurso Histórico de Julio C. Tello: prehispánica y su manifestación en la diversa
Análisis de cuatro casos gama de soportes materiales que conforman el
Analizar en detalle la obra de Julio C. Tello registro arqueológico. En términos teóricos, la
es parte de un proyecto a mediano plazo que espe- hipótesis que guía el trabajo es bastante simple:
ro concretar en algún momento. Lo que se pre- el dios Wiracocha ha estado presente desde los
senta a continuación es una revisión de cuatro albores la prehistoria andina, siendo representa-
trabajos clave en la elaboración de su discurso o do desde ese entonces hasta la época Inca a tra-
narrativa histórica. Wira Kocha (1923) es tal vez vés del jaguar. Con la finalidad de probar esta
uno de los trabajos mas sofisticados escritos por hipótesis, Tello fundamenta su argumento en dos
Tello, en donde se realiza una suerte de análisis tipos de evidencia: una narrativa y material.
estructural de las formas materiales de represen- Valiéndose de una serie de datos etnográfi-
tación religiosa dispersas sincrónica y diacróni- cos, Tello se embarca en el análisis de diversos
camente en los Andes, con la finalidad de unifi- mitos de creación recogidos por etnógrafos y
carlas bajo un origen común en términos espa- extirpadores de idolatrías, debido a que “con el
ciales y temporales relacionándolas con mitos de progreso de los métodos de conocimiento, y el auxilio
creación selváticos. Antiguo Perú (1929) carece de las ciencias antropológicas, se tiende a utilizar
de la sofisticación de Wira Kocha, centrándose todas las fuentes; no sólo aquellas conservadas por
en argumentar a favor de la antigüedad de la civi- los escritores de la antigua historia peruana, sino los
lización andina en respuesta a los planteamien- mitos y leyendas que, como rezagos de viejas creen-
tos de Max Uhle. Origen y Desarrollo de las cias y prácticas religiosas, se conservan todavía en los
Civilizaciones Prehistóricas Andinas (1942) es la pueblos de grado inferior de civilización” (Tello
4
manifestación de la madurez intelectual de 1923:95. Énfasis agregado ).
Tello. Allí se plantea un complejo y articulado Utilizando mitos de los pueblos selváticos
esquema de la evolución de la civilización andi- Caribe de las Guayanas, Bakairi, Guaraní,
na a partir de elaboradas circunscripciones terri- Yurakaré, Jívaro y Amuesha, Tello plantea la exis-
toriales y complejas analogías. Por otra parte, tencia de una teogonía compartida en los mitos a
Discovery of the Chavín Culture in Peru (1943) es pesar de algunas diferencias entre las diversas
la presentación ante el mundo académico nor- manifestaciones orales de los mismos. El argu-
teamericano de los fundamentos a favor de una mento básico da cuenta de una mujer embaraza-
amplia expansión territorial de la cultura da por un dios creador, quien es devorada por un
Chavín, presentando de modo conciso y directo conjunto de jaguares, los cuales no se percatan

4
Llama la atención el uso de la frase “pueblos de grado inferior” por parte de Tello.

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de dos mellizos en el vientre de la misma quienes De este modo se da un sincretismo o suerte de


son salvados por la madre jaguar. Los mellizos hibridización de los personajes de los mitos selvá-
crecen rápidamente, criados a escondidas por la ticos y costeños en uno solo, el cuál vendría ser
madre jaguar hasta que un ave les informa sobre uno de los hijos de la mujer devorada por los
el verdadero destino de su madre, por lo que deci- jaguares “a partir del arquetipo florestal, el mito cos-
den tomar venganza, asesinando a todos los mogónico evoluciona mediante un doble proceso de
jaguares con excepción de uno que es acogido adaptación y de aglutinación, fusión o simplificación
por la luna (Tello, 1923: 141). de sus diferentes elementos constitutivos” (Tello
Los personajes básicos que se repiten en las 1923: 175)
leyendas de otras zonas geográficas son: El dios De este modo Tello soluciona el problema de
creador o genio omnipotente, los jaguares, la falta de correspondencia entre los personajes de
madre de los tigres, la madre de los mellizos y los mitos selváticos y costeños con los del mito de
mellizos. Tello hace un trabajo similar con los Wiracocha, fundamental en la identidad religio-
mitos de Apo Katequel, Kon Iraya y sa del Imperio Inca. Tello prosigue en su identifi-
Pachacamac, derivándolos de los mitos selváti- cación del Jaguar como elemento primordial del
cos, intentando encontrar una conexión filológi- panteón andino al afirmar que el mismo es “el
ca entre estos y los mitos costeños, identificando padre común de toda la humanidad”, representado
los personajes mencionados anteriormente con en la constelación de las Cabrillas, Chone
los personajes clave de estos. Lo mismo hace con Chinchai o Wirayohasa (Tell, 1923: 184)
el mito de Wiracocha en el Sur Andino, el cual En la sección dedicada al estudio de los mate-
por ser de relevancia al argumento de Tello riales arqueológicos Tello dedica sus mayores
transcribo a continuación: “en el primer acto de la esfuerzos a identificar la presencia del jaguar en
creación, Kon Titi Wiracocha sale del lago Titi diversas representaciones materiales, que a su
Kaka, y hace el cielo, la tierra, y ciertas gentes, y desa- modo de ver, se han presentado sucesivamente
parece el mundo en la oscuridad. En el segundo, sale en el tiempo transformándose de acuerdo a las
nuevamente; convierte en piedras a las personas crea- diversas condiciones geográficas específicas en
das en el primer acto; crea el sol, la luna y estrellas, y las cuales los mitos antes mencionados eran
a los modelos o arquetipos humanos; ayudado por interpretados y reinterpretados.
dos o tres de sus servidores, viaja por toda la tierra La coherencia de la narrativa y las interpre-
haciendo salir a las gentes en los diferentes lugares tación contrasta con el modo en el cual detalles
donde definitivamente deberían vivir y poblar; y por de estas narraciones son enlazados con el registro
último, terminada la obra de la creación desapare- arqueológico. En efecto, Tello construye un dis-
cen, él y sus acompañantes, por el lado del océano” curso buscando correlatos arqueológicos del
(Tello 1923: 177) mismo entre diversos elementos dispersos, algu-
De acuerdo con Tello Wiracocha en esta ver- nos de ellos sin contexto definido y de filiación
sión mitológica ha inscrito en si mismo los diver- cronológica poco clara al momento de realizar
sos personajes que forman parte de las narracio- sus investigaciones. A pesar de esta deficiencia el
nes mitológicas de la selva, indicado que se trata producto final es orgánico.
de la misma narración. A diferencia de los mitos
selváticos y costeños en los cuales la teogonía es 2 Antiguo Perú: Primera Época
bastante elaborada, en el mito de Wiracocha Libro publicado en 1929. En este escrito se
esta sección es obscurecida por la antropogonía5. hacen relevantes ciertos elementos determinis-
5
La teogonía se refiere al estudio del origen y desarrollo de entes divinos mientras que la antropogenia está
referida al origen de formas humanas derivadas de los personajes estudiados por la teogonía.

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tas ambientales y difusionistas. En Wira Kocha, primitivas llegadas al Perú en estado rudimenta-
Tello aboga por la unidad religiosa de la “civiliza- rio, es decir si son autóctonas” (Tello 1929: 15).
ción andina” prehispánica y post hispánica sobe Tello brinda una respuesta adelantada a la
la base de un ancestro común de orden mitológi- segunda interrogante al indicar que para respon-
co. En “Antiguo Perú” se repite el argumento pero der dicha pregunta se debe conocer y definir las
exclusivamente a partir del análisis de la geogra- características materiales del medio ambiente a
fía andina y del registro arqueológico propio de fin de elucidar el origen de estas sociedades y ras-
ella. El hilo teórico que une ambas publicaciones trear los orígenes de los procesos de evolución
es evidente. Sin embargo el nivel de sofisticación social. Como vemos, Tello claramente establece
no es el mismo. Antiguo Perú, es una obra que al marco geográfico como elemento importante
carece del nivel teórico de Wira Kocha pero sin en la caracterización de la civilización andina,
embargo cumple un rol igual de importante en la estableciendo su carácter único a partir de la geo-
reivindicación de la población indígena ante la grafía en la cual se desarrolló la misma: “los
discriminación y abuso imperante en el contexto peruanos así propagaron por todo el territorio la cría
histórico en el cual Tello desarrolló su carrera pro- de los animales domesticados y el cultivo de las plan-
fesional. A diferencia de Wira Kocha, este trabajo tas domesticadas, adquisiciones estas de tal trascen-
enfrenta directamente el problema de los oríge- dencia que bien sea que ellas hayan sido adquiridas
nes de la “civilización andina” tomando como en el propio territorio o importadas- constituyeron
proposición fundamental el desarrollo autócto- los factores fundamentales que perfilaron el carácter
no de la misma. Esta premisa se presenta en con- especial de su civilización” (Tello 1929: 15).
traposición a lo establecido por Max Uhle en El dominio de este variado marco geográfico
1902, quien refiriéndose a los resultados prelimi- y los recursos derivados del mismo se tuvieron
nares de su trabajo indica que, “son importantes que dar en determinados momentos históricos.
para la investigación de las conexiones entre las cul- A fin de identificar estos momentos Tello empie-
turas de Sudamérica y Centroamérica, en tanto que za su búsqueda en el examen de lo que él llama
7
las culturas más antiguas observadas en el Perú son “testimonios tradicionales” , prestando especial
al menos tan complejas, sino más complejas, que las atención a los escritos de Guamán Poma y el Fray
más tardías, por lo que no es improbable que si exis- Buenaventura Salinas. Ambos parecen arribar a
tieran conexiones entre el norte y el sur, estas hallan uno similar división temporal de la prehistoria
ocurrido durante el período más antiguo. Ya que las andina, la cual es segmentada en las siguientes
culturas peruanas están siendo clasificas por edades, etapas:
sería importante conocer, utilizando métodos simila- Guaman Poma Buenaventura Salinas
res, las edades relativas de las culturas de
Centroamérica y las de otras culturas sudamerica- Auca Runa 2100 ad8 1100 ad
nas, debido a que las conexiones solo pudieron existir Purun Runa 1100 ad 1000 ad
6
entre culturas contemporáneas. ” (Uhle 1902: Wari Runa 1300 ad 500 ad
758) Wari Wiracocha Runa 800 ad 1000 ad
Ante estos planteamientos Tello se pregunta De acuerdo con Tello, la época de Wari
en Perú Antiguo si los desarrollos sociales de los Wiracocha Runa sería una época caracterizada
Andes son exóticos o si son “el producto del por la existencia de una “cultura megalítica”, pro-
desenvolvimiento y diferenciación de culturas bablemente representada en Tiahuanaco y otros
6
En ingles en el original.
7
Crónicas.
8
Años de duración

149
Arqueología y Sociedad, Nº. 17 2006

sitios arqueológicos desconocidos. El encontrar y Supe, Tello pensó en una probable contempo-
evidencia de esta “cultura megalítica” le permiti- raneidad, colocando una etapa anterior a estos
rá responder a la interrogante que genera el desarrollos como antecedente megalítico de lo
artículo: definir si la civilización andina tuvo un que Uhle había llamado “Pescadores
origen exógamo o endógamo. La información Primitivos”, descartando de este modo la ausen-
necesaria para brindar una respuesta a esta inte- cia de un desarrollo avanzado antes de dichos
rrogante proviene fundamentalmente de la expe- “pescadores primitivos”. Chavín de este modo se
dición que realiza en 1919, auspiciada por el convierte en la pieza clave para refutar la hipóte-
Museo de la Universidad Nacional Mayor de sis de Max Uhle. Llama la atención que siendo
San Marcos, tanto en lo que respecta al registro Chavín parte de la “segunda generación” de desa-
de los sitios arqueológicos visitados como a los rrollo megalítico en los Andes, Tello haya optado
materiales recuperados en cada uno de ellos. por este sitio como elemento fundamental en su
Esta suerte de prospección multivalle le permite argumento. Tal vez la compleja gama iconográfi-
generar una clasificación formal de las diversas ca asociada a dicho centro ceremonial haya juga-
etapas por las cuales atravesó la prehistoria andi- do un rol preponderante en esta decisión,
na. Si bien antes en Wira Kocha Tello esboza la tomando en cuenta el mito unificador relatado
ruta que siguió la transformación del mito gene- en Wira Kocha y el rol que Tello asignó a la reli-
rador en los andes, así como las diversas variables gión en el estudio de los procesos sociales prehis-
regionales del mismo, él no establece explícita- pánicos. Es así que en Chavín se observa: “un
mente una secuencia cronológica que permita solo motivo arquetipo, representado por un felino
clasificar el registro arqueológico de acuerdo a su idealizado, sirve como base para todas las represen-
antigüedad. Por lo que en Antiguo Perú se esta- taciones. El motivo felino se simplifica o divide for-
blece la siguiente secuencia cronológica (Tello mando motivos ornamentales más simples. El motivo
1929: 24): felínico se multiplica o se combina en grupos armóni-
· Época de las confederaciones tribales cos originando representaciones más complejas. El
· Desarrollo y diferenciación de las culturas proceso de multiplicación o repetición del mismo fenó-
del litoral meno se orienta en el sentido de crear y definir for-
mas nuevas, entre las que principalmente figuran el
· Época Arcaica Megalítica
cóndor y el pez”. (Tello 1929: 84-85)
La época Arcaica Megalítica es la de mayor
Tello propone dos tipos de desarrollos socia-
duración, encontrándose dividida en a). La
les en esta etapa Megalítica, el primero, prístino
arcaica cultura del Callejón de Huaylas, Wari,
si se quiere, definido en elementos serranos y
Pukara y el primer período de Tiawanaco y b)
otro posterior, derivado de la sierra, representan-
Chavín, Chongoyape, Paracas, Supe y Ancón.
do en los desarrollos sociales del litoral. Los orí-
Lo curioso es que, al parecer, el único criterio
genes de la civilización se encontrarían en la sie-
para adscribir un sitio arqueológico a dicha fase
rra, poblándose posteriormente la faja costera,
fue el de poseer arquitectura de piedra, ya que
en donde, siguiendo el ejemplo de la sierra:
sitios como Marcahuamachuco, Willcawain o
“En honor de Wira-Kocha se erigieron templos;
incluso Recuay son considerados como contem-
su imagen terrorífica se reprodujo en todas las épo-
poráneos a Chavín y parte de esta época Arcaica
cas, en la piedra, en la cerámica, en los objetos de oro
Megalítica.
y en todas las manifestaciones de su arte, dando uni-
Con respecto a las variantes de los desarro-
dad y fisonomía propia a la civilización peruana en
llos sociales de esta época en la costa, dada la
general” (Tello, 1929: 168)
similitud entre los materiales de Chavín, Ancón

150
Christian Mesía Montenegro Julio C. Tello: Teoría y práctica en la Arqueología Andina

3 Origen y desarrollo de las civilizaciones lutiva a las influencias de su medio. Tienen en cual-
prehistóricas Andinas quier parte de su cultura necesidades impuestas por
Se trata de una ponencia presentada en el el medio y oportunidades que este les brinda para
XXXVII Congreso de Americanistas desarrolla- satisfacer tales necesidades. Son exponentes de las
do en México en el año 1939 y reimpreso como necesidades impuestas por su medio y pruebas del
publicación independiente en el año 1942. El ingenio desplegado para satisfacerlas” (Tello 1942:
objetivo de este trabajo es el de ofrecer, “un ensa- 28. Énfasis agregado)
yo de clasificación y de nomenclatura de las culturas El medio geográfico ofrece “ventanas de
andinas en el deseo de contribuir a su ordenación de oportunidad” a partir de las cuales los miembros
los materiales arqueológicos, al conocimiento de su de un grupo social encuentran las condiciones
locación dentro del área andina y su posición crono- materiales necesarias para iniciar un proceso de
lógica” (Tello 1942: 34) transformación o si se quiere de evolución social.
La clasificación temporal y espacial propues- En este sentido Tello se distancia un tanto de
ta se deriva de una previa clasificación geográfica posiciones deterministas ecológicas en las cuales
que guarda relación con la división política esta- el medio geográfico necesariamente se presenta
blecida por el Imperio de los Incas. Cada región como exclusivo elemento impulsor de procesos
provee de las condiciones materiales específicas de transformación social. El medio ambiente en
para el desarrollo de diversas sociedades con Tello, si bien jugó un papel fundamental, no era
características específicas. Esta división tiene el elemento decisivo de cambio social como vere-
connotaciones verticales o longitudinales como mos más adelante este elemento estaba en el
refiere Tello, agregándole una nueva división carácter esencial del poblador indígena.
horizontal o de latitud representada en un área Las variables geográficas son horizontales y
septentrional, otra central y una última meridio- verticales. Las verticales se refieren a la floresta
nal. (Anti Suyo), sierra húmeda (Chinchay Suyo),
Probablemente se trate del esquema crono- sierra seca (Kolla Suyo) y litoral (Konti Suyo).
lógico más complejo elaborado en la arqueología Estas variables longitudinales son cortadas
andina, dada la inclusión de variables geográfi- transversalmente por las siguientes variables
cas horizontales y verticales que definen un con- horizontales a saber: septentrional, central y
junto de áreas de origen y difusión epigonales, “se meridional. De este modo se establecen 12
descubren centros de condensación o focos desde los microregiones, las cuales a su vez son divididas
cuales parece irradiar o difundirse en determinadas cada una de acuerdo a las condiciones geográfi-
áreas o localizarse en yacimientos o núcleos meno- cas de las cuencas que se encuentran al interior
res” (Tello 1942: 28). A esto habría que agregarle de las mismas. Tello establece que los materiales
la inclusión del concepto “troncal” en el surgi- arqueológicos deben ser catalogados de acuerdo
miento de procesos sociales y sus consecuentes a su procedencia al interior de estas microregio-
manifestaciones materiales. Lo interesante de nes.
este innovador modelo es la marcada circuns- Los desplazamientos de poblaciones e ideas
cripción territorial del mismo, algo que se deriva al interior de estas microregiones se da en cuatro
desde los escritos tempranos de Tello. En ellos, momentos que lo llevan a Tello a formular cuatro
el medio ambiente juega un papel inicial prepon- edades o etapas en el desarrollo arqueológico de
derante en la explicación de la naturaleza de los los andes:
procesos sociales andinos, siendo Tello bastante - Civilización de los Andes Orientales:
explicito al indicar que, “las sociedades como los Representada en los tres troncos descritos ante-
individuos, están sujetos en el curso de su carrera evo- riormente.

151
Arqueología y Sociedad, Nº. 17 2006

- Civilización de los Andes Occidentales: Tello estableció la existencia de tres troncos


Representada en los desarrollos del Ecuador, cuyos orígenes se desprenden uno de otro, sien-
Marañon, Cuenca del Huaylas, Mantaro, Kollao do sucesivos y contemporáneos al mismo tiempo
y en el Noroeste argentino. Esta civilización se y localizándose los orígenes de cada uno de ellos
origina a partir de los tres troncos ya descritos. en tres de las doce micros regiones establecidas
- Civilización del Litoral: Se trata de desa- previamente: 1) Tronco Kotosh-Chavín, origi-
rrollos epigonales en la costa de las civilizacio- nado en la micro región sierra húmeda-
nes anteriores, de acuerdo a Tello “representa la septentrional; 2) Tronco Paracas-Cusco, origi-
culminación del desarrollo agrícola del país; y la nado en la micro región litoral central y 3)
eflorescencia del arte andino” (Tello, 1939: 124) Tronco Pucara-Tiahuanaco, originado en la
- El Tawantinsuyo: Representado en el micro región sierra seca septentrional.
Imperio de los Incas Siguiendo la metáfora del “árbol cultural”, los
De tal manera que en sentido macro, los orígenes de los troncos centrales y meridionales
Andes Orientales y, en sentido micro, la región son originados por la expansión de las “ramas”
septentrional de la misma adquiere no solamen- del tronco septentrional. Tello resume este
te una connotación espacial sino también tem- esquema en las siguientes palabras, “las culturas
poral al utilizar el nombre de una región geográfi- de la Costa son mas modernas que las de la Sierra
ca como marcador cronológico al mismo tiempo. Occidental y éstas a su vez, son menos viejas que las
De este modo, cronología y espacio son unifica- de la Sierra Oriental. Las tres parecen escalonarse
dos en una sola categoría, “ninguna de las civiliza- en el tiempo y tener un fundamento o tronco común
ciones supera a la de los Andes Orientales. Saber en la Sierra Oriental, del cual arrancan dividiéndose
cuando empezó esta civilización, por donde vino, en dos ramos: Andino Orienta y Andino
cómo se radicó en la región andina, quienes fueron Occidental, produciendo ambas el en el apogeo de su
sus autores, constituyen problemas todavía insolu- desarrollo las culturas de la costa” (Tello 1939: 39)
bles de la Arqueología. […] La civilización de los La “civilización andina” de este modo tiene
Andes Orientales es creación andina, propia, origi- un tronco común o, si se desea, una “pakarina”
nal, que se inicia con la agricultura sin irrigación y común. A partir del tronco común se han origi-
con la explotación de las plantas tropicales” (Tello nado diversas “pakarinas” en las diferentes
1939: 136) microregiones definidas -unidades geo-
La compleja división geográfica establecida culturales como las llama Tello- que presentan
por Tello se encuentra entrelazada con los proce- un ancestro común. Este ancestro común tras-
sos de formación social de la siguiente manera, ciende las fronteras físicas de una simple circuns-
“cada cultura puede ser imaginada como un árbol cripción geográfica, habitando del mismo modo
que ha pasado en su desarrollo por diversas etapas y en el espacio cosmológico andino. En esta obra
que ha emitido ramos escalonados desde las raíces donde Tello inserta el mito generador expuesto
hasta la copa. Tratándose de la edad de una cultura en 1923, con algunas variaciones:
se debe de tener en cuenta la edad del tronco o tallo “un Demonio y cuatro Dioses son los creado-
apreciado, por los ramos emitidos en las diversas eta- res y controladores de las fuerzas y fenómenos del
pas de su desarrollo; y tratándose de la edad de un mundo indio. El demonio es un Dragón que afecta
conjunto de culturas habría que indagar si ellas han formas monstruosas inspiradas en la de los animales
sido coetáneas en sus comienzos o raíces” (Tello, más espectables y fieros del medio geográfico como el
1942: 38) lagarto, la serpiente, o el felino idealizados fantásti-
Los troncos mencionados en esta cita serian camente. Sus múltiples poderes se manifiestan por
los focos de origen del desarrollo social andino. fuentes temporales, vientos huracanados, movi-

152
Christian Mesía Montenegro Julio C. Tello: Teoría y práctica en la Arqueología Andina

mientos terráqueos y otros fenómenos metereológi- que el resto de los andes se convierte la una zona
cos. Es el dueño supremo y controlador de las aguas. periférica la cual recibe los impulsos sociales del
Dos de los cuatro Dioses son el Sol y la Luna, hijos centro civilizador, estableciéndose relaciones de
del Dragón, hermanos y esposos. El primero, perso- tipo centro-periferia.
nificado en la figura de un varón zoomorfo, cuyo prin- Este esquema teórico es visto con mayor cla-
cipal atributo es la producción de la cimiente primera ridad en la explicación de los procesos sociales
[…] La segunda personificada en una mujer ornito- responsables de la aparición de elementos
morfa, cuyo principal atributo es la producción del Chavín en la costa. En base a observaciones
huevo cósmico o del óvulo destinado a ser fecundado estratigráficas en los sitios de Cerro Blanco y
por el Sol. Los dioses restantes son los mellizos hijos Punkuri, Tello establece la existencia de una pri-
de los dos anteriores. El primero acompaña al Sol y mera ola migratoria procedente de Chavín
es progenitor de la Humanidad; y el segundo acom- representada en edificios de piedra los que poste-
paña a la Luna y es la víctima sacrificada […] de riormente son derrumbados y reemplazados por
cuyos despojos se originan las plantas alimenticias” edificios construidos utilizando adobes cónicos,
(Tello 1942: 28) pero manteniendo elementos cerámicos e icono-
De este modo, el “ancestro común” de la civi- gráficos similares.
lización andina fue el Dragón que habitaba en la “La gente de Chavín se desarrolló sobre suelo
micro región de la sierra húmeda-septentrional. virgen en el valle de Nepeña, una civilización sin pre-
Este Dragón habitaba en el templo de Chavín. cedentes en lo que respecta a originalidad y excelen-
Por consiguiente la explicación del concepto de cia en su producción artística. El mismo estilo arqui-
Chavín Cultura Matriz se reduce a Chavín, la tectónico, el uso de estilos decorativos y simbólicos
pakarina donde habitaba el Dragón creador de la similares, y los métodos particulares utilizando mate-
civilización andina. riales locales, adaptándolos a estándares preestable-
9
cidos, le dio a la cultura Chavín elementos propios ”
4. Discovery of the Chavín Culture in Peru (Tello 1943:139. Énfasis agregado)
Publicado en la revista “American Estas consideraciones lo llevaron a “dirigir
Antiquity” en 1943, constituye un sumario de investigaciones con la finalidad de ampliar nuestros
investigaciones arqueológicas realizadas por él y conocimientos y preguntarnos sobre las fuentes origi-
sus colaboradores en el área de influencia nales de difusión”10 (Tello, 1943: 139. Énfasis agre-
Chavín. El punto de partida del argumento de gado). Del mismo modo, en Sechín, Tello
Tello es la presencia de diversos elementos mate- encuentra un comportamiento estratigráfico
riales muebles e inmuebles dispersos en el área similar al registrado en la costa, con un estrato
Andina, los cuales presentan similitudes con el temprano conformado por cerámica sub chavín
estilo arquitectónico, cerámico y lítico de y una serie de monolitos grabados sobre la super-
Chavín de Huántar. Tello intenta explicar esta ficie un estrato medio conformado por adobes
dispersión, a partir de procesos difusión social, cónicos asociados a decoraciones escultóricas
aparentemente establecidos a partir de una tem- policromas y, un tercer nivel asociado a cerámica
prana y única generación migratoria, la cual se sub chimú e inca.
dispersó por diversas áreas geográficas, siendo Uno de los problemas que enfrenta Tello
responsable de la presencia de elementos mate- directamente en este trabajo es la presencia de
riales Chavín en zonas alejadas del centro. Si se cerámica Chavín en la costa versus la escasa pre-
desea, Chavín es el centro de difusión, mientras sencia de la misma en el Callejón de Huaylas lo
9
Mi traducción.
10
Mi traducción.

153
Arqueología y Sociedad, Nº. 17 2006

que lo lleva a generar las siguientes preguntas rencias fundamentales entre una pieza de tipo
“¿Fue la cerámica Chavín de la costa tal vez más Chavín encontrada en Chavín y otra encontrada en
antigua que la de la sierra? ¿Fue la cultura de pie- la costa, en el Huallaga o en el sur de Ecuador” (Te-
dra de Chavín tal vez de menor antigüedad que llo 1943: 157). Tello igualmente vuelve a la vieja
la cultura de adobes cónicos de la costa?” (Tello idea del imperio megalítico de la Primera Época
1943: 151). de Guamán Poma de Ayala al indicar que
Tello resuelve estas preguntas centrándose Chavín es básicamente una cultura Megalítica,
en el hallazgo de cerámica en el perfil del mon- cuestionando las fuentes tradicionales de infor-
tículo F del Centro Ceremonial de Chavín de mación histórica que a su modo de ver han sido
Huántar. En 1930 el antiguo río Tungurawa hoy insuficientes en la identificación de esta época:
conocido como Mosna se desborda producto de “No aprendemos nada sobre ella [la cultura
un deslizamiento de tierra proveniente de las Megalítica] de los historiadores y cronistas de Indias
laderas orientales del valle, destruyendo el extre- cuyos trabajos han sido y aún son observados como
mo este del montículo F ubicado al sur de la plaza las fuentes mas confiables de información histórica.
cuadrangular de Chavín de Huantár, dejando Tampoco aprendemos nada sobre ella, de parte de
expuestos perfiles arquitectónicos (Tello, investigadores modernos. En las colecciones de anti-
ms:775). Tello llega a Chavín por segunda vez en güedades peruanas existentes en el Perú y en el
1934, como parte de la segunda expedición al extranjero, los especimenes representativos de esta
Alto Marañón, examinando el perfil ocasionado civilización olvidada son escasos, sin embargo la exis-
por el desborde del Mosna, encontrando por vez tencia de esta cultura es un hecho” (Tello, 1943:
primera cerámica de filiación Chavín en Chavín 159)
de Huántar.
La presencia de estos materiales cerámicos Discusión y conclusiones
en el subsuelo, asociados a construcciones estra- Por lo revisado en el presente artículo se des-
tigráficamente por debajo de la arquitectura pende que el discurso de Tello a lo largo de su
monumental, le sirven a Tello de argumento para carrera se mantuvo constante y fiel a una serie de
plantear la antigüedad de esta cerámica con res- elementos teóricos que lo guiaron por el derrote-
pecto a lo que él pensaba eran ejemplares simila- ro de la investigación antropológica y arqueoló-
res encontrados en la costa asociados a sitios gica.
como Cerro Blanco y Punkurí. Del mismo modo - Determinismo geográfico.
Tello examina la evidencia arqueológica de sitios - Esencialismo andino.
como Kotosh y Pukara indicando que tanto la - Difusionismo
cerámica como la escultura lítica de estos asen- - Arqueología social.
tamiento son análogas a las de Chavín de Tello puede ser interpretado como un
Huántar, fundamentalmente por la representa- “Arqueólogo Social”. En este punto deseo dejar
ción de motivos iconográficos derivados del esti- claro que no me refiero a la “Arqueología Social”
lo Chavín. En Kotosh el argumento se funda- como la práctica arqueológica que implementa
menta en el hallazgo de cerámica Chavín mez- el materialismo histórico como principal herra-
clada con cerámica similar a la de Paracas y a la mienta de análisis. Me refiero más bien a la
de la amazonia en los estratos superiores de una arqueología orientada a cambiar las relaciones
trinchera de saqueo. de poder existentes en el presente, utilizando el
Tello, en este artículo, deja por sentado el conocimiento proveniente de la práctica
carácter Pan-Andino de Chavín de Huántar al arqueológica como un argumento o evidencia
indicar que “estrictamente hablando, no existe dife- que se enfrente a este presente, lo transforme y

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Christian Mesía Montenegro Julio C. Tello: Teoría y práctica en la Arqueología Andina

establezca una agenda sobre la cual se construya capítulos, no en un solo capítulo y mucho menos en
el futuro. El campo de batalla de Tello no estaba aquel que no ha sido escrito por ella sino por sus con-
precisamente en el campo de la lucha indígena, quistadores” (Tello 1967: 52)
ya que nunca fue parte de las asonadas campesi- Sería iluso acusar a Tello de colaboracionista
nas que se dieron en la última parte del Oncenio, con el programa oligárquico de Leguía y cierta-
o de las críticas lanzadas por intelectuales como mente no es mi intención hacerlo. Es muy proba-
Mariategui y Haya de La Torre quienes se enfren- ble que Tello simplemente intentara aprovechar
taron directamente a Leguía. Tello eligió mante- todos los recursos disponibles, sin cuestionar su
nerse al lado de la persona que le proporcionaba procedencia, explicándose de este modo su
el apoyo y recursos para su proyecto. De por si es silencio, silencio que le permitiría seguir llevan-
una gran contradicción que reconocidos intelec- do las siguientes acciones:
tuales progresistas elijan enfrentarse a la oligar- - Preservación del patrimonio arqueológico.
quía representada por Leguía, mientras Tello se - Investigación del patrimonio arqueológico.
mantuviera firme bajo el protectorado brindado. - Centralización del patrimonio arqueológico
Esto llevó a que su nombre no figure entre los en Museos.
representantes del indigenismo que se enfrenta- - Generación de una nueva narrativa históri-
ron al dictador: ca que reivindique al poblador indígena.
“Sin considerar la manera en que fue malinter- Esto genera dos niveles de apreciación entre
pretado, la demagogia de Leguía era obvia para todos las herramientas utilizadas en la recopilación de
excepto para sus seguidores mas fieles, en realidad, su discurso y la implementación del mismo. La
había hecho muy poco a favor de los indios. Cuando recopilación de la información arqueológica se
se hizo evidente que el discurso de Leguía era dema- realiza siguiendo fundamentos ambientales y
gógico, fue atacado por los intelectuales que en un difusionistas con el aditivo fundamental del
principio lo habían apoyado pero que ahora empeza- carácter esencial del poblador indígena: “este
ban a tener puntos de vistas izquierdistas y populistas Imperio [refiriéndose a los Incas] fue una gran con-
sobre el indio. Las figuras intelectuales más impor- federación de naciones libres, cuyo lema fue trabajo
tantes de este grupo fueron, José Carlos Mariategui, cooperativo y especializado; coordinación de ener-
Luis E. Valrcarcel, José Uriel García y Victor Raúl gías, en la que cada individuo era libre y responsable
Haya de la Torre” (Kristal, 1991: 200) de sus actos y que, gracias a su bienestar económico,
Podría establecerse que Tello no fue parte de pudo dar expansión a su genio artístico, no mediante
este grupo intelectual opositor de Augusto B. la coacción, sino al impulso libre de su vocación” (Te-
Leguía, debido a que este apoyaba sus proyectos llo, 1967: 50. Énfasis agregado)
arqueológicos, antropológicos y museográficos. Las condiciones materiales de existencia
Tello estaba convencido de que el único modo de brindan los recursos necesarios para el desarrollo
poder integrar y reivindicar al poblador indígena de los pueblos. Estos recursos no solamente son
era a través de la arqueología y antropología: del orden “material” sino también ideológico ya
“Los problemas [del poblador indígena] no son que los elementos materiales existentes en deter-
de carácter educacional, como generalmente se cree, minado medio ambiente pasan a ser reinterpre-
son problemas de orden estrictamente antropológico. tados en niveles abstractos: “los animales que for-
Es por consiguiente, necesario estudiar a la pobla- man parte del medio del poblador antiguo, debido a
ción peruana como un todo y en sus múltiples moda- las cualidades que poseen son considerados por los
lidades biológicas, sociales y espirituales. Veamos que pobladores como 'espíritus guardianes' y 'progenito-
fue la raza en el pasado; estudiémosla serena e res'. Dentro de la relación existente entre el ser y su
imparcialmente en el libro de su historia, en todos sus medio, estos animales pasan de tener una representa-

155
Arqueología y Sociedad, Nº. 17 2006

ción individual, personal o incluso familiar a una trol, a fin de poder afinar, modificar e implemen-
representación de índole tribal o incluso “nacional” tar los detalles de este discurso: “es necesario que
(Tello, 1923: 12) el país posea una institución científica que estudie a
Asimismo estas condiciones materiales inte- la población peruana en toda su integridad; una ins-
ractúan, en Tello, con el espíritu de trabajo e titución semejante a la Dirección de Antropología de
inventiva del poblador indígena, existiendo de México, que es como un laboratorio en el cual, por
este modo un esencialismo fundamental, gene- decirlo así, se va forjando la nueva nacionalidad
rándose los impulsos necesarios para el surgi- indo-mexicana. Sólo en esta forma será posible resol-
miento de la Civilización de los Andes ver, definitivamente, el problema de amalgamación
Centrales. Dadas las condiciones especiales de de los diferentes elementos étnicos, borrar la lucha de
los yacimientos de la sierra, Tello consideró que clases, fortalecer la conciencia de la nacionalidad y
en ella se desarrollaron, durante la mítica época preparar la futura raza peruana que, para bien del
Megalítica11, las manifestaciones materiales más país, debe ser una sola en propósitos, aspiraciones e
tempranas de esta Civilización. Debido a la com- ideales” (Tello 1957: 56. Énfasis agregado)
plejidad arquitectónica e iconográfica del sitio La oportunidad apropiada para la imple-
de Chavín de Huántar, este es elegido por Tello mentación de este discurso se da durante el
como la manifestación social mas desarrollada segundo gobierno de Leguía, quien lo apoya
en esta “Primera Época” a pesar de que original- como se ha mencionado anteriormente, en la
mente tanto en Wira Kocha como en Antiguo preservación, investigación y centralización del
Perú, Chavín es consecuencia de una previa patrimonio arqueológico lo cual explicaría por-
etapa de formación social en la sierra (Tello, que Tello no decidiera unirse a los intelectuales
1923; 1929). Chavín de Huántar se convierte de de su tiempo en la labor de oposición al dictador.
este modo en el sitio epónimo de este desarrollo Leguía le brindó a Tello la oportunidad de
temprano. De por si el carácter sui generis de implantar este proyecto, utilizando la arqueolo-
Chavín se ve beneficiado con el intento de unifi- gía como un instrumento de cambio social a par-
cación ideológica del poblador indígena, plan- tir de la generación de un nuevo discurso históri-
teado en “Wira Kocha”, enlazando el dios de los co, que permita, en primera instancia, reivindi-
12
Incas con el dios Jaguar de Chavín . La impor- car al poblador indígena ante la sociedad y, en
tancia que Tello le asigna a Chavín es fundamen- segunda instancia, generar una nueva concien-
tal en su discurso histórico ya que de este modo cia de nacionalidad que integre al poblador ya no
no se tiene tan sólo la manifestación material indígena sino peruano en general.
más antigua de la capacidad creadora del pobla- Este discurso sin embargo no estaba dirigido
dor indígena sino también los fundamentos de la en principio a la población indígena. Tello se diri-
religión andina. Chavín de este modo aglutina gió principalmente a académicos en sus libros y
en un origen y creencia común al poblador indí- artículos y a la población en artículos periodísti-
gena. Es a partir de este punto en donde los pro- cos y a través del Museo. La gran mayoría de la
cesos de difusión social se dan desde el centro población indígena residía en lugares en los cua-
(Chavín) hacia el resto del territorio andino (la les no había ni museo, ni periódicos. Es probable
periferia de Chavín). que Tello intentara educar a esos criollos prejui-
Generado el discurso histórico, Tello busca ciosos con poder de decisión en las condiciones
implementarlo en una institución bajo su con- de vida de los indígenas a fin de mejorarlas.

11
Conocida también como ‘Primera Época’ (Tello 1929)
12
Como hemos visto, Tello en 1942 se refiere a esta deidad como un dragón en lugar de un Jaguar.

156
Christian Mesía Montenegro Julio C. Tello: Teoría y práctica en la Arqueología Andina

Tello se identificó con el poblador indígena, Agradecimientos


tal vez asumiendo la representación del mismo. Varias son las personas a las que debo de agra-
Por ejemplo en su enfrentamiento académico decer por su incentivo y sugerencias en el desa-
con Max Uhle, el aceptar un origen exógeno de rrollo del presente artículo. En primera instancia
la civilización andina lo hubiera obligado a acep- al Dr. John Rick quien me animó a introducirme
tar como naturales las condiciones de segrega- en el pensamiento de Julio C. Tello y la quien le
ción que sufría el poblador indígena y que en algu- debo horas de paciente discusión sobre el mismo
na oportunidad sufrió él en carne propia. No así como el presente artículo. Asimismo a mis
queda muy claro si es que Tello se llegó a conside- colegas Silvana Rosenfeld, Dante Angelo y
rar completamente como indígena dado que en Maritza Pérez quienes leyeron el manuscrito ori-
las referencias al poblador indígena, Tello prefie- ginal brindando valiosos comentarios y sugeren-
re escribir en tercera persona, dando una impre- cias al mismo. Finalmente a los miembros del
sión de otredad en su discurso, desligándose el Comité Editorial de la Revista Arqueología y
mismo del indígena y asumiendo una posición de Sociedad por invitarme a publicar la presente
autoridad en la creación de un discurso de rei- investigación y tener la paciencia suficiente para
vindicación. recibir el presente trabajo. Demás está decir que
Sin duda alguna, Tello fue un individuo com- todas las inexactitudes y errores son de mi entera
plejo, con una serie de contradicciones que no responsabilidad.
hicieron más que enriquecer sus contribuciones Blibliografía
académicas. El discurso narrativo presentado en Astuhuaman, César y Daggett, Richard
las obras discutidas en el presente artículo tiene 2005 Julio Cesar Tello Rojas: una biografía.
como elemento unificador la restitución de valo- Paracas. Primera parte: 17-52.
res en el poblador de los Andes. En tal sentido los Universidad Nacional Mayor de San
museos se convirtieron en ejes centrales en la Marcos.
difusión de esta narrativa. Cotler, Julio
Tomando las enseñanzas de Tello, tal vez 2005 Clases, estado y nación en el Perú. Lima:
quepa mencionar a modo de epílogo, la necesi- Instituto de Estudios Peruanos.
dad de implementar en nuestra disciplina un dis- Kapsoli, Wilfredo
curso arqueológico comprometido con la modifi- 1977 Los movimientos campesinos en el Perú
cación de las relaciones de poder existentes en 1879-1965. Lima: Delva Editores.
nuestra sociedad, con la finalidad de poder defi- Kristal, Efraín
nir una agenda del futuro, agenda en la cual Tello 1991 Una visión urbana de los andes: génesis y
estuvo totalmente comprometido. desarrollo del indigenismo en el Perú
El presente trabajo debe de ser tomado como 1848-1930. Lima: Instituto de
una aproximación al estudio del pensamiento Desarrollo Agrario.
arqueológico y antropológico de Julio C. Tello. Lothrop, Samuel
Dista mucho de ser definitivo, debe de ser modi- 1948 Julio C. Tello, 1880-1947. American
ficado, mejorado y ampliado. Mis investigacio- Antiquity, vol 14, n 1: 50-56
nes en el periodo Formativo y específicamente Mariategui, José
en el Centro Ceremonial de Chavín de Huántar 1952 Siete ensayos de interpretación de la rea-
me han llevado a intentar comprender la lógica lidad peruana. Lima: Editorial
del pensamiento de Tello, así como la innegable Amauta.
relevancia que este tiene en el desarrollo de la Mejia, Toribio
Arqueología Peruana. 1967 Prólogo. Páginas Escogidas: v-xxii.

157
Arqueología y Sociedad, Nº. 17 2006

Lima: Universidad Nacional Mayor Ms Historia de los desbordamientos de los


de San Marcos. ríos Pukcha y Mosna. Archivo Tello.
Patterson, Thomas Universidad Nacional Mayor de San
1989 Political economy and a discourse Marcos
called Peruvian archaeology. Culture Tello, Julio y Mejia, Toribio
and History: 35-64. 1967 Historia de los museos nacionales del
Tello, Julio Perú 1822-1946. Lima: Instituto de
1913 Presente y futuro del museo nacional. Investigaciones Antropológicas.
Lima Uhle, Max
1923 Wira-Kocha. Reimpreso de la Revista 1902 Types of Cultures in Peru. American
Inka. Lima: Universidad Nacional Anthropologist vol 4, n 4: 753-759.
Mayor de San Marcos. Valderrama, Mariano y Alfajame, Augusta
1929 Antiguo Perú: primera época. Lima: 1978 Viejas y nuevas fracciones dominan-
Comisión Organizadora del Segundo tes frente al problema indígena: 1900-
Congreso Sudamericano de Turismo. 1930. Indigenismo, Clases Sociales y
1942 Origen y desarrollo de las civilizaciones Problema Nacional: 69-106. Ed. I.
prehispánicas andinas. Reimpreso de Degregori, M. Valderrama, A.
las actas del XXVII Congreso de Alfajame y M. Francke. Centro
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160 1921 Comments and notes. The Hispanic
1967 Páginas Escogidas. Lima: Universidad American Historical Review, vol 4, n 3:
Nacional Mayor de San Marcos. 511-521

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