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Historia de Panamá II

MODULO # 2: Construcción de la Identidad Nacional Panameña.


Estimado Participante, el presente módulo tiene como objetivo conocer la Construcción de la
Identidad Nacional Panameña.

Revise el contenido del módulo para reforzar sus conocimientos, posteriormente evalúe sus
conocimientos a través de talleres- actividades (30 de mayo al 18 de junio) y una prueba
(parcial 13 al 19 de junio)

Tema N° 2: Construcción de la Identidad Nacional Panameña.

La identidad istmeña sigue siendo un recordatorio vivo de la evolución del pueblo panameño y su lucha por crear una
cultura propia y una imagen social basada en el respeto a los derechos humanos y el ejercicio de tradiciones históricas.

Panamá ha pasado por diversas etapas para convertirse en el icónico puente entre las Américas, desde su periodo como
pueblo de pescadores, pasando por los gobiernos de España y la Gran Colombia, hasta llegar a su faz libre con la época
Republicana; por esto, al hablar de nuestra identidad sociocultural es imposible referirnos a una sola palabra que
aglomere siglos de historia y cambios.

En el periodo colonial español éramos parte del Imperio; en aquel momento ser panameño se reducía a un sentimiento
de pertenencia a la ciudad, y a partir de ese momento, los afrodescendientes que se encontraban luchando por su
libertad de la esclavitud poco a poco fueron consolidando su pertenencia a un territorio especifico”

La presencia de diversos grupos étnicos en Panamá ha resaltado la necesidad de tener diálogos nacionales con respecto
a lo que significa pertenecer a esta sociedad: “El ser panameño tiene mucho en su significado con el ejercicio cultural,
con la equidad y la manifestación de la importancia y la profundidad de cada etnia dentro de su propio pensamiento y
filosofía, expresada a través de su idioma, bailes, gastronomía, enseñanzas a los niños y de cómo enfrentan los
problemas”

Para Escarreola, la tradición folclórica de Panamá “no se puede dejar de lado en ningún momento”, desde la pollera, el
tamborito, la saloma, las expresiones artísticas y artesanas, ya que sin ellas “mengua la conciencia patria de la población
en todo el territorio istmeño”.
“El panameño debe comprender que la esencia de nuestra identidad nos ayuda a atravesar los momentos difíciles; lo
correcto es exaltar los símbolos de la identidad de Panamá”, anotó, “la conciencia nacional no puede ser derrotada por
una pandemia, sino que debe aumentar fervientemente el interés de la población en la historia y la cultura, no solo en
panameños, sino también en todo extranjero que resida en el país”.

La identidad panameña empezó a configurarse desde que los españoles desembarcaron en las costas caribeñas del
Istmo, subordinaron a los originarios, incorporaron a los africanos al paisaje, e intercambiaron información genética y
cultural.

La construcción de una nueva identidad, según las normativas del mestizaje bio-psíquico y sociocultural, era inevitable e
irreversible a partir del instante en que esos grupos humanos entraron en contacto.

2.1 La República mediatizada de 1903.


¿QUE ES UN ESTADO MEDIATIZADO? Es aquella comunidad social de una organización política común, un territorio y
órgano de gobierno que influye de forma decisiva en el poder, autoridad, función y limitando la libertad política de otras
comunidades.

La Convención del Canal Ístmico, del 18 de noviembre de 1903, hizo posible la construcción del Canal pero también nos
hizo nacer como un Estado mediatizado y disminuido, convertido en protectorado norteamericano. Los panameños más
lúcidos lucharon durante gran parte del siglo XX para solucionar esta situación.

• La República mediatizada de 1903.

La separación de Panamá de Colombia fue un hecho ocurrido el 3 de noviembre de 1903, después de la Guerra de los
Mil Días, y que desencadenó la proclamación de la República de Panamá.

Para la historiografía panameña, la proclamación de la República de Panamá fue el resultado de un proceso nacionalista
y autonomista que se vino construyendo desde finales del siglo XVIII, y que concluyó con la separación de Panamá y de
Colombia.

En cambio, para la historiografía colombiana, la secesión de Panamá constituye un atentado contra la integridad
político-territorial de Colombia, que fue ideado por los Estados Unidos en asociación con la oligarquía liberal istmeña de
la época.

Desmembrada la Gran Colombia quedaron unidos en un débil lazo Panamá y Colombia, unión que no fue posible
mantener principalmente por la desidia y abandono del Gobierno Istmeño.

Las raíces históricas de nuestro principal recurso geográfico salieron a relucir ante el trato prepotente del Gobierno de
turno que rechazó el Tratado Herrán - Hay y condenaba a Panamá a una vida ya casi tradicional de privaciones.

Los patricios que actuaron en su momento histórico, que ocuparon el puesto en el estadio del tiempo que le tocó vivir,
se inspiraron en el tradicional sentimiento nacionalista de los pueblos y reclamaron a la humanidad el derecho natural
que la Patria, llamada Panamá tiene reservado en los espacios de los pueblos del mundo, la franja geográfica por donde
habría de construirse un canal es patrimonio de esta nación así lo entendieron los próceres y así lo aceptaron los
panameños.

2.2 Los partidos políticos en Panamá.


Son asociaciones de interés público que se conducen de acuerdo con ciertos principios e ideas con dos objetivos
fundamentales: 1) canalizar y transmitir los intereses y demandas de la población para que sean consideradas en la toma
de decisión gubernamental; y, 2) posibilitar la participación de la población en el proceso político por medio de la
elección de los representantes populares que ejercen el poder político.

Históricamente la idea de partido fue inherente a la concepción de poder compartido (antagónico a la idea de poder
monopólico de la monarquía) y responsable ante las diversas partes de la sociedad que con el tiempo se consolidó como
medio de expresión de la voluntad ciudadana y la acción del gobierno. El politólogo Giovanni Sartori concibe que los
partidos se conceptualizan a través de tres ideas básicas: i) es diferente a una facción, en tanto no concibe un
antagonismo al poder político; ii) es parte de un todo, en tanto representa un aspecto y a un grupo específico de la
sociedad; y iii) es un conducto de expresión, ya que como canal de expresión biunívoca, los partidos terminan por
expresar ante el gobierno las inquietudes de la población y ante la población las decisiones del gobierno. Los partidos
son considerados como los principales actores que compiten por el poder y por tal razón existen en aquellos países
donde ésta contienda se procesa en el campo estrictamente electoral.

La Constitución los define como entidades de interés público que determinan sus normas y requisitos para su registro
legal, las formas específicas de su intervención en el proceso electoral y los derechos y las obligaciones y prerrogativas
que les corresponden, según la ley. Agrega que tienen como fin promover la participación del pueblo en la vida
democrática, contribuir a la integración de los órganos de representación política y como organizaciones de ciudadanos
hacer posible el acceso de éstos al ejercicio del poder público, de acuerdo con los programas, principios e ideas que
postulan y mediante el sufragio universal, libre, secreto y directo, así como las reglas para garantizar la paridad entre los
géneros, en candidaturas a legisladores federales y locales. Aclara que sólo los ciudadanos podrán formar partidos
políticos y afiliarse libre e individualmente a ellos. Prohíbe la intervención de organizaciones gremiales o con objeto
social diferente en la creación de partidos y cualquier forma de afiliación corporativa.

La Ley General de Partidos Políticos los define como: entidades de interés público con personalidad jurídica y patrimonio
propios, con registro legal ante el Instituto Nacional Electoral o ante los Organismos Públicos Locales, y que tienen como
fin promover la participación del pueblo en la vida democrática, contribuir a la integración de los órganos de
representación política y como organizaciones de ciudadanos, hacer posible el acceso de éstos al ejercicio del poder
público.

DISPOSICIONES FUNDAMENTALES
Artículo 40. Partido Político es la asociación de ciudadanos en goce de sus derechos políticos, con principios, objetivos y
programas definidos, que se organice de acuerdo con este Código.

Artículo 41. Los partidos políticos son organismos funcionales de la Nación. En consecuencia, lucharán por la
participación cada vez más creciente de los sectores nacionales en las decisiones políticas; por el respeto y participación
de las diversas tendencias ideológicas; por el fortalecimiento de la forma republicana, representativa y democrática de
gobierno; y por la defensa de la soberanía nacional basada en la tradición de lucha del pueblo panameño.

Artículo 42. La organización y el funcionamiento de los partidos políticos se sujetarán a un régimen democrático que
asegure la participación de sus miembros en las actividades partidarias, así como en los cargos administrativos y de
dirección y en los acuerdos que se adopten.

En lo que respecta a los partidos políticos, el período oligárquico estuvo dominado por las fuerzas políticas, en cierto
modo legado del sistema partidista colombiano. Conservadores y liberales se disputaron el poder desde las primeras
elecciones de 1904, año también de la promulgación de la primera Constitución Política, que establecía el gobierno
presidencialista, la división del país en provincias, o la presencia tutelar de los Estados Unidos, que se hizo efectiva con
bastante frecuencia. Desde 1908, las principales maquinarias electorales aglutinaron elementos de los dos partidos, así
se formaron el Partido Constitucional (conservador) y la Coalición Republicana (que integraba la gran masa liberal) (De la
Rosa, 1960). Ambos identificaban intereses antagónicos, que poco tenían que ver con diferencias ideológicas o
programáticas; de este modo durante todo el periodo se asiste a la constante reorganización y cambio de los partidos y
coaliciones, de escasa diferenciación ideológica, tanto en discurso como en la práctica. En definitiva, fueron partidos
políticos construidos sobre bases personalistas y relaciones sociales en la búsqueda de proteger intereses, y organizados
en el momento previo a las convocatorias electorales.

2.3 El militarismo en Panamá.


Cuando hablamos de una teoría del militarismo, estamos hablando de una corriente de pensamiento que explique la
aparición de lo militar como una forma de gobernar, o de influir sobre quienes gobiernan. La teoría más preclara sobre
este problema ha sido y sigue siendo la teoría marxista. Marx y los marxistas recogen la tradición teórica más rica del
desarrollo capitalista, tanto en su forma metodológica (la filosofía dialéctica), como en el orden político (la democracia
de clase) y el desarrollo económico (la teoría del valor). La teoría del valor nos plantea que la producción de toda riqueza
requiere la intervención humana. El trabajo social se convierte en el motor de la economía. En el capitalismo, la
producción de la riqueza se genera mediante la organización del trabajo subordinado al capital. Sobre esta contradicción
(dialéctica) se generan los excedentes que son apropiados por los agentes del capital (la burguesía).

El militarismo se convierte en elemento permanente cuando el capitalismo no logra legitimar su dominación y necesita
una ideología que supere la “crisis de hegemonía”. Cuando hablamos de crisis permanente, tenemos que hablar, como
consecuencia, de militarismo permanente.

Según Rosa Luxemburgo, autora revolucionaria de principios del siglo XX, el militarismo se ha hecho hoy imprescindible,
por tres razones: 1) como medio de lucha para defender los intereses “nacionales” frente a la competencia de otros
grupos nacionales; 2) como importante destino de la inversión tanto del capital financiero como del capital industrial; 3)
como instrumento de denominación de clase en el interior del país sobre la clase obrera.

El militarismo en Panamá se inaugura, tal como lo conocemos hoy, con el desembarco de los “marines” norteamericanos
en las playas de Colón en 1904. en la naciente República de Panamá. La necesidad de EEUU de tener una vía rápida hacia
sus posesiones territoriales en la costa occidental norteamericana, la lleva a construir el Canal de Panamá.

El militarismo en Panamá, entonces, no es producto del desarrollo nacional. La militarización de la policía Nacional en la
década del 1930 se combina con la Doctrina Truman de contención del “consumismo” a fines de la siguiente década. En
1953 se crea la Guardia Nacional bajo la presidencia del coronel José A. Remón. La oligarquía transitista y sus aliados
comerciantes de tradición liberal, transformados en burgueses, caminan de la mano de una incipiente institución militar
– que sigue bajo la influencia norteamericana. Sin embargo, la represión y la persecución no es suficiente para mantener
el orden y, aún más importante, las ganancias de sus inversiones. Los cuestionamientos políticos, las huelgas sindicales,
los movimientos sociales y las luchas por la soberanía se combinan para unir a sectores cada vez más amplios del país. La
“democracia de clase” panameña se desploma y, en su lugar, aparece la institución militar. La Guardia Nacional asume
todas las responsabilidades de gobierno y con el tiempo pone orden en las filas de los sectores dominantes. Bajo la
dirección de Torrijos se presenta la posibilidad de construir el Estado populista de consolidar el proyecto de nación (en el
discurso se abandona el mercado) dejando en los márgenes políticos a los sectores más radicales (de derecha y de
izquierda). El militarismo en su variante populista le abre las puertas a los sectores organizados del pueblo que se suman
a proyecto de Estado pluriclasista en forma subordinada. La crisis mundial capitalista de la sobreproducción o, vista de
otra manera, la disminución de la tasa de ganancia sacudió a Panamá y el proyecto de mercado nacional hasta sus
cimientos. En la década de1 1980 el gobierno militar adopta las recomendaciones de ajuste económico (políticas
neoliberales) para iniciar un proceso de transferencia de riquezas hacia el centro de la economía mundial mediante el
desmontaje de la economía nacional. El proyecto de mercado nacional se abandona y se adopta el modelo de mercado
mundial.

3.4 El Canal de Panamá.


La historia del Canal de Panamá se remonta a los primeros exploradores europeos en América, ya que la delgada franja
de tierra, el Istmo de Panamá, constituye un lugar idóneo donde crear un paso para el transporte marítimo entre
el Océano Pacífico y el Atlántico.
Hacia el final del siglo XIX, los avances tecnológicos y las presiones comerciales eran tales que la construcción de un
canal se convirtió en una propuesta viable. Un primer intento por parte de Francia fracasó, pero se consiguió hacer una
primera excavación que después utilizó EE.UU., dando lugar al actual Canal de Panamá en 1914.
La ubicación estratégica del Istmo de Panamá y la corta distancia entre los océanos dio lugar a varios intentos a lo largo
de los siglos para crear una ruta a través del istmo. Si bien la mayoría de los primeros proyectos consistían en una ruta
terrestre que conectaba los puertos.
La idea de construir el Canal de Panamá volvió en el siglo XV, después del reconocimiento llevado a cabo
por Colón y Hernán Cortés. La idea del canal permanecerá en suspenso durante un tiempo para no reaparecer hasta
principios del siglo XIX, después del viaje del naturalista prusiano, el barón Alexander von Humboldt, que preparó un
proyecto de excavación del istmo entre el Chagres y Panamá. El ingeniero Fernando de Lesseps presentó, diez años más
tarde, su proyecto de excavación del Canal de Panamá.
El Istmo de Panamá ya era utilizado por los nativos americanos antes de la invasión europea del siglo XV. Los primeros
exploradores europeos descubrieron antiguos caminos que atravesaban el istmo, utilizados por las civilizaciones
precolombinas y los pueblos Waunana y Ngobe.
En 1514, Vasco Núñez de Balboa, el primer explorador europeo en ver el este del Pacífico, construyó una ruta utilizada
para el transporte de sus buques desde Santa María la Antigua del Darién en la costa atlántica de Panamá a la Bahía de
San Miguel en el Pacífico. Esta ruta tenía de 50 a 65 km de largo, pero fue rápidamente abandonada.
En noviembre de 1515, el Capitán Antonio Tello de Guzmán descubrió una carretera que atravesaba el istmo desde
el Golfo de Panamá hasta Panamá, cerca de la ciudad abandonada de Nombre de Dios (Panamá). Esta ruta había sido
utilizada por los nativos durante siglos y era viable. Fue mejorada y pavimentada por los españoles y se convirtió en El
Camino Real. El camino fue usado para transportar el oro a Portobelo y desde allí llevarlo a España y se convirtió en la
primera gran ruta del istmo.
En 1524, el rey Carlos I sugiere que excavar un canal en algún lugar de Panamá haría que los viajes
a Ecuador y Perú fuesen más cortos y permitiría que los buques evitaran el Cabo de Hornos y sus peligros, especialmente
para el transporte de oro. Un primer proyecto se realizó 1529, pero la situación política en Europa y el nivel tecnológico
de la época lo hicieron imposible.
El camino de Portobelo al Pacífico tuvo sus primeros problemas en 1533 y Gaspar de Espinosa recomienda al rey
construir una nueva ruta. Su plan es construir un camino desde la ciudad de Panamá, estación terminal del Pacífico en el
Camino Real y la ciudad de Cruces, a orillas del río Chagres y a 30 km de Panamá. Una vez en el río Chagres, los buques
transportan su carga hasta el Mar Caribe. El camino se construyó y se llamó el Camino de Cruces y sendero de Las
Cruces. En la desembocadura del río Chagres, el pequeño pueblo de Chagres se enriquece y la fortaleza de San Lorenzo
se construyó sobre un promontorio con vistas a toda la zona. De Chagres, tesoros y demás cargas se transportaban al
almacén del rey en Portobelo.
La ruta tendrá una duración de varios años e incluso fue muy utilizada en 1840 como consecuencia de la Fiebre del oro
de California.
En el siglo XIX, se pone de manifiesto que el camino de Las Cruces ya no es suficiente, se necesitaba uno más rápido y
menos costoso para el transporte por el Istmo. Dada la dificultad de construir un canal, un ferrocarril pareció ser la
solución ideal.
El ferrocarril de Panamá se construyó a través del istmo entre 1850 y 1855, con 75 km de largo, desde Colón en la costa
atlántica hasta Panamá en el Pacífico. El proyecto representa una obra maestra de la ingeniería de su época, realizado
en condiciones muy difíciles: se estima que más de 12.000 personas murieron en su construcción, la mayoría
de cólera y malaria.
Hasta la apertura del canal, el ferrocarril transportó el mayor volumen de carga por unidad de longitud que cualquier
otra vía férrea en el mundo. La existencia del ferrocarril es un factor clave en la selección de Panamá para la
construcción del canal.
En mayo de 1879, el francés Ferdinand de Lesseps que había completado la excavación del Canal de Suez, presenta en la
Sociedad de geografía de París su proyecto de canal interoceánico sin Esclusas, que debía conectar el Océano
Atlántico con el Océano Pacífico por el Istmo de Panamá. El proyecto de Lesseps se aceptó y se compraron los derechos
para la concesión por diez millones de francos. El costo de las obras se estimó en 600 millones de francos, y se fundó una
empresa la Compagnie universelle du canal interocéanique de Panama, que recaudó los fondos necesarios para dirigir el
proyecto. Ese mismo año, Ferdinand de Lesseps fue a Panamá con su familia y algún tiempo después a Nueva York,
donde fue recibido con cortesía, pero los líderes de Estados Unidos no le ocultaron que se opondrían, por todos los
medios, a su emprendimiento.
Las obras comenzaron en 1881, enfrentándose a varios retos: los accidentes de terreno, las epidemias malaria y fiebre
amarilla, la elevada mortalidad entre el personal, etc. La obra se retrasó, y Lesseps hizo un llamamiento a los pequeños
inversores a través de hombres de negocios como el Barón de Reinach y Cornelio Herz, que no dudaron en sobornar a la
prensa, a los ministros y parlamentarios corruptos para obtener financiación pública. El caso se descubrió y condujo
al escándalo de Panamá, mientras que Gustave Eiffel, consultado sobre el proyecto, puso en tela de juicio su diseño y
llegó a la conclusión de que el canal debía incluir esclusas para adaptarse al relieve de la región. Esta decisión se tomó
particularmente porque el macizo de la Culebra era el principal obstáculo en la ruta del canal.
Ferdinand de Lesseps eligió inicialmente la opción de un canal a nivel como lo hizo con el Canal de Suez, sin embargo,
hacer un proyecto de este tipo en Panamá significaba tener que pasar por el macizo de la Culebra y por tanto, verse
obligados a cavar una enorme trinchera en un campo formado por diferentes capas.
Otro problema se produjo en septiembre de 1882, cuando un terremoto sacudió el istmo y se tuvo que interrumpir el
trabajo y el tráfico de los ferrocarriles durante algún tiempo. Este acontecimiento llevó a una bajada de las acciones de
la compañía en París.
A pesar de estos reveses, en 1886, durante su inspección, Ferdinand de Lesseps estaba muy satisfecho con la marcha de
los trabajos. El hecho de pasar a un canal de esclusas permitió a la empresa ahorrarse mucho dinero y por tanto, el éxito
era casi seguro. Sin embargo, desde 1886, los opositores de Lesseps no le dejaron en paz y, durante este tiempo, en
París las intrigas contra la empresa fueron cada vez más abiertas y afectaron a la Opinión pública, lo que resultó nefasto
porque el dinero se terminó y en 1888 las arcas estaban vacías. Lesseps se vio obligado a parar todos los trabajos y
abandonar el proyecto, esto será el final del «Canal francés».
Caída en quiebra el 4 de febrero de 1889, la compañía de Lesseps fue asumida por el ingeniero jefe de la obra de
construcción del canal, Philippe-Jean Bunau-Varilla, que estaba llevando a cabo nuevos trabajos según el proyecto
de Eiffel. Sin apoyo financiero, Bunau-Varilla se dirige al gobierno de los EE.UU., al que decide ceder los derechos de
explotación y construcción del Canal de Panamá y el control de la zona en torno al mismo. El Tratado Hay-Bunau-
Varilla validó esta operación y se firmó el 18 de noviembre de 1903, después de la revolución que le provocó
a Colombia la pérdida de Panamá.
La nueva república de Panamá, representada por Bunau -Varilla, concede a EE.UU. los derechos a perpetuidad del canal
y una amplia zona de 8 kilómetros a cada lado del mismo a cambio de una suma de 10 millones de dólares y una renta
anual de 250 000 dólares. El 7 de enero de 1914, la grúa flotante Alexander La Valle realizó el primer tránsito completo
por el Canal. Sin embargo, no fue sino hasta el 15 de agosto de 1914 cuando el vapor Ancón inauguró oficialmente el
Canal de Panamá. Los tratados del canal concedían la administración de una franja de terreno de 10 millas de ancho a lo
largo de la vía interoceánica al gobierno de los Estados Unidos. Las controversias políticas surgidas por la interpretación
de los tratados, eran consideradas como una amenaza a la soberanía panameña y acentuaban las diferencias entre las
autoridades del Istmo y las de la Zona del Canal. En 1914, el Presidente Belisario Porras plantea por primera vez la
necesidad de un nuevo tratado sobre el Canal de Panamá.
En 1977 el general Torrijos en calidad de jefe de estado de Panamá y el presidente de EE. UU., Jimmy Carter, firman
los Tratados Torrijos-Carter que establecen la entrega de la administración del Canal de Panamá y el cierre de todas las
bases militares estadounidenses en territorio panameño. En 1981 muere el General Torrijos en un accidente aéreo del
que numerosos autores señalan al gobierno norteamericano como culpable.
Las negociaciones se iniciaron en 1970 entre el gobierno de los EE.UU. y las autoridades panameñas. El 7 de septiembre
de 1977 el Presidente Jimmy Carter y el Jefe de Gobierno de Panamá Omar Torrijos firmaron el Tratado Torrijos-Carter,
que devuelve a Panamá el control completo del canal el 31 de diciembre de 1999.
El 24 de abril de 2006, el ex-presidente Martín Torrijos Espino anunció formalmente la propuesta de la Ampliación del
canal de Panamá, mediante la construcción de un tercer juego de esclusas y la ampliación del cauce de navegación. Este
proyecto se basa en la construcción de nuevas esclusas, una en lado Atlántico y otra en el lado Pacífico del Canal, para
permitir el paso de buques tamaño Post-Panamax, los cuales, dado que superan el tamaño Panamax, actualmente no
pueden navegar por la vía interoceánica.

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