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El tabaco es una planta originaria de América que ha perdido la finalidad curativa y

ceremonial para la que antiguamente era utilizada. Fue descubierta en sus


primeros viajes por los conquistadores españoles, quienes observaron su uso
entre los indígenas del Nuevo Mundo. Se le llama tabaquismo al consumo habitual
del tabaco, en cualquiera de sus modalidades, sea fumado, inhalado o masticado.
El uso del tabaco produce enfermedad y muerte. La sociedad paga el precio
mediante elevada morbimortalidad. El tabaco es la causa más importante de
muerte en los adultos de 35 o más años de edad. El principio activo más
significativo del tabaco es la nicotina, descrita desde el siglo XIX y estudiada con
detalle desde entonces. Se ha descubierto que tiene gran variedad de efectos
complejos, tanto en la mente como en el cuerpo, y es la máxima responsable de la
adicción al tabaco.
Además de nicotina, el humo del tabaco contiene más de 4000 compuestos
químicos y alrededor de 60 de esas sustancias han demostrado ser cancerígenas
(por ejemplo, el alquitrán), y otras son tóxicas, como el monóxido de carbono.
El tabaco es la principal causa de muerte evitable en el mundo y cobra la vida de
casi cinco millones de personas al año. Según las estimaciones, de no invertirse la
tendencia actual, provocará la muerte prematura de 10 millones de personas para
el año 2030, 7 millones de ellas en los países en desarrollo. El tabaco es el único
producto legal que causa la muerte de la mitad de sus consumidores habituales.
Esto significa que de los 1300 millones de fumadores que existen, 650 millones
morirán prematuramente
DESARROLLO
Al fumar la nicotina se distribuye con rapidez por el organismo y llega al cerebro
aproximadamente a los 7 segundos de ser inhalada, en el sistema meso límbico
del cerebro aumenta la liberación del neurotransmisor “DOPAMINA” que produce
placer, alegría y estado de alerta. Este mecanismo de acción es similar al de la
heroína y la cocaína, por lo que es considerada la nicotina tan adictiva como
aquéllas.
Como el efecto desaparece a los pocos minutos y provoca depresión, el fumador
desea seguir fumando para repetir los resultados placenteros. También la nicotina
en el locus cerúleo libera el neurotransmisor “NOREPINEFRINA” que produce un
aumento en el estado de alerta, de la concentración y de la memoria. Asimismo,
disminuye el apetito.

Propiedades físicas y bioquímicas del humo del cigarrillo


Habitualmente se divide al humo del cigarrillo en dos fases: una fase de alquitrán y
una fase gaseosa. La fase de partículas sólidas (alquitrán) se define como el
material retenido cuando la columna de humo pasa a través de un filtro de fibra de
vidrio de Cambridge que retiene el 99.9% de las partículas sólidas. La fase
gaseosa es el material que pasa a través del filtro. La fase sólida (alquitrán) del
humo del cigarrillo contiene >1017 radicales libres/g, y la fase gaseosa contiene
>1015 radicales libres/bocanada. Los radicales asociados a la fase de alquitrán
son de duración prolongada (de horas a meses), mientras que los radicales
asociados a la fase gaseosa son de duración más breve (segundos).
El humo de cigarrillo ambiental se produce por la combinación del humo liberado
por el extremo que arde (85%) y una pequeña fracción de humo exhalado (15%)
por los fumadores. El primero contiene concentraciones más altas de
componentes tóxicos que es exhalado.
Las últimas tendencias muestran un aumento de las tasas de consumo de tabaco
entre los niños y adolescentes y está demostrado que mientras más temprano se
comienza el consumo mayor es el riesgo de contraer cáncer. Esta adicción es
causa conocida o probable de más de 25 enfermedades y responsable entre ellas
del 30% de los fallecimientos por cánceres de pulmón, tráquea, bronquios, cavidad
oral, esófago, páncreas y laringe, entre otras y se ha asociado a muchos otros
tipos de neoplasias, como las que afectan al cuello del útero o el riñón. Además
aumenta notablemente el riesgo de enfermedades cardiovasculares,
cerebrovasculares y respiratorias como el enfisema, la bronquitis y el asma, y la
infertilidad.
Estudios recientes han demostrado el riesgo del llamado fumador pasivo que
condicionan el cáncer de pulmón y otros desórdenes. Se ha comprobado que más
de 3 000 muertes anuales se deben a este humo de segunda mano entre la
población adulta no fumadora y que compromete además la salud de las vías
respiratorias de cientos de miles de niños. La exposición a elementos
contaminantes es significativamente más elevada en espacios cerrados, lo cual es
preocupante si se considera que las personas pasan el 90% de su tiempo en
ambientes interiores y cerrados.

Pruebas del daño del tabaco


La evidencia acumulada demuestra que el tabaco daña casi todos los órganos del
cuerpo. La nicotina produce un aumento de la frecuencia cardiaca, constricción
generalizada de los vasos sanguíneos, incremento de la presión arterial, de la
acidez gástrica y de la motilidad intestinal. La competencia del monóxido de
carbono con el oxígeno en sangre, disminuye el transporte de oxígeno a los tejidos
lo que, entre otros efectos, provoca envejecimiento. También eleva el colesterol y
desciende las lipoproteínas de baja densidad, acelerando la Arteriosclerosis.
Un varón joven que fume tiene el doble de posibilidades de padecer impotencia
sexual, mientras la calidad y cantidad de sus espermatozoides se reducen
drásticamente. Una mujer que fuma tiene un 40 % menos de posibilidades de
quedar embarazada, un riesgo tres veces mayor de padecer menopausia precoz y
un 25% más de probabilidades de perder a su bebé antes de la semana 24 de la
gestación. En mujeres embarazadas el hábito de fumar eleva el riesgo de un parto
prematuro. El monóxido de carbono sustituye al oxígeno de la sangre y como la
nicotina traspasa con facilidad la barrera placentaria esos dos factores
combinados causan deficiente oxigenación al feto y su desarrollo con alto riesgo
de aborto espontáneo.
CONCLUCION

Según la Organización Mundial de la Salud, día tras día crece la cantidad de


cigarros que se fuman en el mundo. La conclusión que saca este organismo es
que la cifra de fumadores sube porque aumenta la población mundial y, a pesar de
que muchas personas han dejado de consumir tabaco, todavía no es suficiente.

El tabaquismo es un serio problema social ya que los daños que produce no son
sólo en las personas que lo consumen sino también con quienes conviven, a los
que se les llama fumadores pasivos.

Aunque para los no fumadores parece increíble que un pequeño cigarro, pueda
prácticamente dominar la vida de millones de personas en el mundo, solo quien ha
intentado dejar de fumar sabe lo difícil que es y lo mucho que cuesta. A la fuerza
de voluntad y la constancia del paciente, se suman ahora nuevos fármacos que
hacen su aporte en la lucha contra la adicción al cigarro.
A pesar de que es legal y está socialmente aceptado su uso, la nicotina es una
droga de efectos altamente perjudiciales en el organismo, que crea dependencia o
adicción y crea condiciones orgánicas que disminuyen la calidad de vida de quien
la utiliza, y de quienes lo rodean.

Asimismo, el uso del tabaco es la puerta de entrada a muchas otras adicciones,


más costosas y más peligrosas, que manejan un importante porcentaje del
comercio mundial.

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