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PROF PAUL IVAN TERESA SANCHEZ

MATERIA: EDUCACIÓN SOCIOEMOCIANAL

¿QUÉ HACER CON LA DEPENDENCIA EMOCIONAL DEL ENTORNO


SOCIAL? PARTE II
Ejemplos de dependencia emocional del entorno social
El trastorno de la personalidad por dependencia conlleva un sentimiento de inferioridad. En el
ámbito social el dependiente es un esclavo de las percepciones de los demás. El temor al rechazo lo
impulsa a buscar el reconocimiento del entorno, dejando a un lado sus propios intereses.

Estas personas buscan pertenecer a grupos específicos con la finalidad de sentirse realizados. Las
sectas podrían convertirse en los sistemas sociales ideales en ese sentido.

Los afecto-dependientes de su entorno pueden ir escalando, a lo largo de su vida, de grupos en


grupos, buscando insaciablemente su identificación y reconocimiento de los grupos. La frustración
de sus deseos patológicos de reconocimiento hace que su búsqueda no se detenga.

El proceso es similar a la dependencia de parejas. Si su objeto de dependencia se aleja no tardan en


hallar otro, creando de nuevo un círculo vicioso.

El joven adulto dependiente de su entorno no funciona adecuadamente fuera de un medio social


específico donde obtenga una retroalimentación constante en términos de aprobación.

Los comportamientos de dependencia social podrían observarse en el uso exacerbado de las redes
sociales digitales. Es un fenómeno de más reciente data, en el que los adolescentes y jóvenes adultos
buscan desesperadamente el reconocimiento y aprobación de sus similares. Además, el medio
digital ofrece una serie de códigos visuales, sujetos a un conteo riguroso, que supuestamente sirve
de medida de reconocimiento y fama (entre comillas).

El escenario virtual facilita el escamoteo de la identidad personal y la aparición de figuras


denominadas influencers. Detrás de este fenómeno social podrían esconderse personas con el
trastorno de personalidad por dependencia del medio social.

El escenario social paralelo a la realidad que representa el ciberespacio lo hace ideal para los sujetos
dependientes: obtienen el feedback en tiempo real sin necesidad de exponerse y actuar en el
entorno social real.
PROF PAUL IVAN TERESA SANCHEZ
MATERIA: EDUCACIÓN SOCIOEMOCIANAL

En este contexto, la dependencia emocional del entorno puede ser un trastorno más generalizado
de lo que lo se pudiera pensar. Es un hecho que la circulación de imágenes personales en las redes
a la espera de un “me gusta” se ha convertido en un fenómeno que encubre no pocas carencias
afectivas.

La dependencia de ciber usuarios de sus redes sociales llega al límite de requerir la aprobación de
los detalles más personales, como qué elegir de vestimenta, qué oferta de trabajo aceptar o de
quién ser amigo, entre muchas otras decisiones cotidianas.

Es normal que los adolescentes dependan materialmente de sus padres. Sin embargo, el trastorno
de personalidad por dependencia del entorno puede estar generándose al margen del conocimiento
de su familia. Por variados factores (desarrollo emocional, procesos desadaptivos, etc.) los
referentes del adolescente se trastocan.

Es posible que el dependiente emocional esté en desacuerdo con su entorno cuando existe en él
algo de criterio propio; no obstante, como se considera minusválido para actuar de manera
independiente y necesita el aplauso consagratorio, se plegará a sus exigencias.

La dependencia del entorno social no permite que los individuos adquieran destrezas propias y la
individualidad que implica la madurez emocional, cuestión que prolonga en el tiempo el trastorno.

¿Cómo actuar frente a la dependencia emocional del


entorno social?
Tipificada por la psicología como un trastorno de la personalidad, corresponde a los profesionales
en salud mental intervenir con psicoterapias y tratamientos con fármacos para aliviar los estados de
ansiedad, estrés o depresión que pudieran acompañar este problema.

Como en cualquier otra dependencia emocional debe intentarse un reaprendizaje del


comportamiento, de las emociones y de la percepción que los individuos tienen de sí mismos. Las
terapias conductuales y cognitivas son métodos sumamente útiles.

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