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La sangre y sus derivados se utilizan para restaurar el volumen sanguíneo, mejorar la

hemoglobina o mejorar los niveles séricos de proteínas.


La transfusión sanguínea según la OMS es la transferencia de sangre o uno de sus
componentes de un sujeto donante a otro receptor; es un procedimiento terapéutico basado en
el aporte de los diferentes componentes sanguíneos (hematíes, plaquetas, granulocitos y
plasma) obtenido a partir de la donación.
La transfusión sanguínea es una técnica que requiere un conocimiento profundo de las bases
fisiológicas y un manejo meticuloso de la atención al paciente y la aplicación correcta de
protocolos evitando las complicaciones que pueden presentarse, por lo tanto es importante tener
en cuenta: Selección y administración correcta del hemoderivado, prevenir y controlar posibles
complicaciones, valoración del paciente y registro de incidencias.
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conocimiento básico en transfusiones, administración y bases fisiológicas

Legislación y Normatividad:
Ley 9/1979 Código Sanitario.
Constitución Política Nacional / 1991.
Ley 100/1993 Sistema de Seguridad Social en Salud.
Decreto 1571/1993 Reglamenta el funcionamiento de Bancos de Sangre y Servicio Transfusión
y crea la Red Nacional de Sangre.
Resolución No.01738/1995.Realización de prueba de serología para Tripanosoma cruzi en todas
las unidades de sangre.
Resolución 901/1996. Manual de normas tecnicas.
Resolución 00167 / 1997. Sello Nacional de calidad de Sangre.
Decreto n° 1543/1997. Manejo del VIH y SU.
Decreto 1011 /2006. Sistema Obligatorio de Garantía de la Calidad.
Decreto n° 2323/2006. Organización Red Nacional de Laboratorios y reglamentar su gestión.
Decreto 3518 de 2006. Reglamenta Sistema de Vigilancia en Salud Pública.
Política Nacional de Sangre/2007.
Resolución 3355 /2009. Organiza comité para Promoción de la Donación de Sangre.
Circular No 0082/2011 y Anexo Técnico 2, Manejo Pruebas Confirmatorias.
Resolución 2003 de 2014. Habilitación de Prestadores de Servicios de Salud.
Resolución 0437/14/feb/2014. Realización de prueba HTLVI-II y AntiHBc en todas las unidades
de sangre.
Decreto 351/19/feb/2014. Gestión integral de los residuos generados en la atención en salud y
otras actividades.

TERAPIA TRANSFUSIONAL
La transfusión sanguínea se considera un trasplante de órgano. Con ella se pasa de un
individuo a otro, una gran cantidad de células y sustancias químicas, la mayoría extrañas para el
paciente que las recibe.
La sangre es una sustancia heterogénea y multifuncional que se utiliza cada vez más y mejor
gracias al desarrollo de técnicas para preservarla y almacenarla. El fundamento de la terapia
transfusional está determinado por la capacidad de transfundir un constituyente sanguíneo
específico o necesario, sin tener que administrar otras sustancias no requeridas o que puedan
ser dañinas para el receptor. El método de transfundir sangre total, cuando sólo se necesita un
componente es obsoleto y peligroso.
INDICACIONES PARA TRANSFUNDIR SANGRE O SUS COMPONENTES Es obligatorio hacer
la transfusión sanguínea un procedimiento seguro y de beneficio para el paciente; por lo tanto,
se sugiere tener en cuenta las siguientes indicaciones:
Sangre total. La única indicación para transfundir sangre total es el reemplazo sanguíneo
durante una hemorragia aguda, con inestabilidad hemodinámica y que exceda una tercera parte
del volumen sanguíneo del paciente. Hemorragias menos severas pueden ser tratadas con
concentrados de glóbulos rojos, soluciones coloidales o cristaloides. 1 unidad = 450 ml de
sangre más solución anticoagulante. Se conserva a 4°C durante 21 días. A los 2 días se pierde
la viabilidad de las plaquetas; a los 3, 5 y 7 días la actividad de los factores VIII, V y XI,
respectivamente.
Glóbulos rojos empacados. Es la forma adecuada de restaurar el volumen globular para
mantener o restaurar la capacidad transportadora de oxígeno. Los pacientes con anemia crónica
toleran niveles suficientes de 8-9 g% de hemoglobina. Por lo tanto, sólo deben transfundirse si
las cifras son menores a estos valores y si el enfermo es sintomático.
Se excluyen los pacientes con patología cardiovascular o pulmonar, quienes toleran mal estas
cifras de hemoglobina. 1 unidad = 250 ml de glóbulos rojos más solución anticoagulante. No
contiene plasma ni plaquetas. Se conserva durante 21 días a 4°C. Una unidad o paquete de
glóbulos rojos aumenta aproximadamente la hemoglobina en 1,5 g. Plasma fresco congelado.
Está indicado en: • Corrección de coagulopatías congénitas o adquiridas, debidas a deficiencias
de los factores II, V, VII, IX, X y XI • Revisión del efecto anticoagulante de los warfarínicos •
Coagulopatía por transfusión masiva • Purpura trombocitopénica trombótica • Deficiencia de
antitrombina tercero
1 unidad = 250 ml. Se conserva durante 4 meses a -18 °C. Dosis 10-20 ml/kg c/12 horas.
Concentrado de plaquetas. La prescripción de las plaquetas depende de la condición clínica del
enfermo, la causa de la trombocitopenia y el recuento de plaquetas. Está indicado en: •
Trombocitopenia por alteración en la producción (anemia aplástica, mielodisplasia) •
Trombocitopenia por destrucción (purpura trombocitopénica idiopática, hiperesplenismo,
circulación extracorpórea) • Trombocitopatías congénitas y adquiridas La administración de
plaquetas sólo se debe hacer cuando el cuadro se acompaña de manifestaciones hemorrágicas.
1 unidad = 30 ml. Se conservan 72 horas a una temperatura de 20-24°C (ambiente), en emoción
contínua. Dosis 4-6 unidades/m2 de superficie corporal cada 24 horas. Crioprecipitado. Es un
concentrado de factor VIII preparado a partir de sangre fresca por medio de precipitación en frío.
Está indicado en: • Deficiencia del factor VIII (hemofilia A) • Enfermedad de von Willebrand •
Deficiencia adquirida de factor VIII (coagulación intravascular diseminada) • Hipofibrinogenemia
1 unidad = 30 ml. Se conserva 4 meses a -18°C. REACCIONES POSTRANSFUSIONALES Los
síntomas y signos son inespecíficos en cuanto a la etiología; el diagnstico requiere el uso de
pruebas de laboratorio adicionales. Las manifestaciones incluyen fiebre, urticaria, taquicardia,
náuseas y vómitos, opresión, dolor torácico, dolor lumbar, hipotensión • Deficiencia del factor VIII
(hemofilia A) • Enfermedad de von Willebrand • Deficiencia adquirida de factor VIII (coagulación
intravascular diseminada) • Hipofibrinogenemia 1 unidad = 30 ml. Se conserva 4 meses a -18°C.
REACCIONES POSTRANSFUSIONALES Los síntomas y signos son inespecíficos en cuanto a
la etiología; el diagnstico requiere el uso de pruebas de laboratorio adicionales. Las
manifestaciones incluyen fiebre, urticaria, taquicardia, náuseas y vómitos, opresión, dolor
torácico, dolor lumbar, hipotensión • Deficiencia del factor VIII (hemofilia A) • Enfermedad de von
Willebrand • Deficiencia adquirida de factor VIII (coagulación intravascular diseminada) •
Hipofibrinogenemia 1 unidad = 30 ml. Se conserva 4 meses a -18°C. REACCIONES
POSTRANSFUSIONALES Los síntomas y signos son inespecíficos en cuanto a la etiología; el
diagnstico requiere el uso de pruebas de laboratorio adicionales. Las manifestaciones incluyen
fiebre, urticaria, taquicardia, náuseas y vómitos, opresión, dolor torácico, dolor lumbar,
hipotensión
banco de sangre
Es todo establecimiento o dependencia pública o privado con licencia de funcionamiento para
adelantar actividades relacionadas con la promoción, obtención, procesamiento y
almacenamiento de sangre humana destinada a la transfusión de la sangre total o en
hemocomponentes, a procedimientos de aféresis y otros procedimientos preventivos,
terapéuticos y de investigación. Con procesos definidos que aseguran la calidad de la sangre y
sus hemocomponentes.

inmunohematología
La Inmunohematología es la parte de la hematología que estudia los procesos inmunológicos
que tienen lugar en el organismo en relación con los elementos sanguíneos. Uno de los
aspectos más importantes es el estudio de los Grupos Sanguíneos, ya que están directamente
relacionados con las transfusiones y la prevención de accidentes hemolíticos relacionados a
estos, ya que la incompatibilidad entre donante y receptor puede ocasionar una brusca
destrucción de los eritrocitos transfundidos, con riesgos para la vida del paciente; esto ocurría
con frecuencia, hasta que Landsteiner descubrió la existencia de dichos grupos hemolíticos.
Gracias a los conocimientos en inmunohematología, se hace posible el trasplante de células
madre hematopoyéticas.
Trasplante de células madre hematopoyéticas
Las células madre hematopoyéticas se pueden obtener de la médula de los huesos, del cordón
umbilical o de la sangre periférica. Estas células son las precursoras de todos los elementos
sanguíneos (eritrocitos, leucocitos y plaquetas). Aunque en un principio se obtenían del hueso
de la cadera, actualmente se están recuperando de la sangre periférica tras el tratamiento con
factores estimulantes del crecimiento que permiten que las células madre hematopoyéticas se
adhieran a una columna por afinidad, mientras que el resto de componentes sanguíneos vuelve
al cuerpo del donante.
Se están realizando trasplantes de células madre hematopoyéticas con éxito desde hace unos
50 años. Gracias a este tipo de trasplante se han conseguido tratar una serie de enfermedades:
Talasemias. Anemia de células falciformes. Anemia de Fanconi. Errores congénitos el
metabolismo. Anemia aplásica grave. Inmunodeficiencias combinadas graves (SCID). Esta
forma de trasplante también es muy común en enfermos de leucemia en remisión, siendo
además útil para el tratamiento de diversos tumores:
Leucemias agudas mieloides y linfoides. Leucemias crónicas mieloides. mielodisplasia. Linfoma.
mieloma. Tumores sólidos de riñón, mama, ovario y neuroblastoma.
El trasplante se realiza cuando el enfermo ha recibido radiación o quimioterapia, y por lo tanto,
las células de su médula ósea han sido gravemente dañadas. La función del sistema inmune se
puede restituir en varios meses si el trasplante es autólogo, o en más de un año cuando se trata
de un alotrasplante. Normalmente antes de una quimioterapia se extraen células madre
hematopoyéticas del paciente para ser trasplantadas tras el tratamiento. De esta forma, se
reduce el período de aplasia (falta de células) y el sistema inmune se restituye más rápidamente
que en el alotrasplante.
Para realizar el trasplante, lo ideal sería usar las células madre hematopoyéticas del propio
individuo, extraídas antes del tratamiento (en el caso de quimioterapia u otros tratamientos
agresivos) o aislamientos de sangre del cordón umbilical si se encontrara disponible. Sin
embargo, muchas de las enfermedades pueden tratarse con este tipo de trasplante son
congénitas, por lo que no podrían utilizarse las células madres hematopoyéticas del enfermo
porque también serían portadoras de la enfermedad. En este caso, se intenta encontrar un
donante compatible entre los familiares o en la base de datos. Actualmente, se está
comenzando a recurrir cada vez más al banco de cordón umbilical.
Rechazo del trasplante El éxito o rechazo del trasplante surgió de la compatibilidad HLA entre
donante y receptor. Se pueden producir dos tipos de rechazos:
Rechazo del individuo al tejido trasplantado: se da cuando los resultados del receptor se
reconocen como extrañas a las nuevas células trasplantadas.
Rechazo del tejido trasplantado al individuo: también conocido como rechazo GVHD
(Graft-versus-host disease). En este caso, la médula ósea trasplantada producirá resultados
contra el receptor individual. En ocasiones, este tipo de rechazo es útil en inmunoterapia contra
el cáncer, ya que la médula trasplantada puede reconocer a las células

precauciones y reacciones adversas:


Para minimizar el riesgo de una reacción adversa durante la transfusión, el personal médico
toma muchas precauciones. Generalmente, unos pocos días u horas antes de iniciarse la
transfusión, un técnico mezcla una gota de la sangre del donante con la sangre del receptor
para asegurar su compatibilidad. Este procedimiento se denomina prueba cruzada.
Después de hacer una doble verificación de las etiquetas pegadas en las bolsas de sangre que
se va a administrar, para asegurarse de que la transfusión es correcta, se suministra lentamente
la sangre al receptor; la transfusión de cada unidad de sangre suele tardar de 1 a 2 horas. Dado
que la mayoría de las reacciones adversas se producen durante los primeros 15 minutos de la
transfusión, el receptor es sometido a una observación cuidadosa al principio del procedimiento.
Después de este período, el personal de enfermería observa al receptor periódicamente, y
deberá suspenderse la transfusión en caso de que preceda una reacción adversa.
La mayoría de las transfusiones son seguras y exitosas. Sin embargo, en ocasiones pueden
producirse reacciones leves, y muy rara vez reacciones graves e incluso mortales.
Las reacciones más habituales, que ocurren en un 1 a 2% de las transfusiones, son
Fiebre Reacciones alérgicas Las reacciones más graves son
Sobrecarga de líquidos Lesión pulmonar Degradación de los glóbulos rojos (eritrocitos) debido a
una falta de coincidencia del grupo sanguíneo entre donante y receptor Fiebre La fiebre puede
estar causada por una reacción a los glóbulos blancos (leucocitos) de la trans oa los productos
químicos ( citocinas) liberados por estos. Por ello, en la mayoría de los hospitales de Estados
Unidos se eliminan los glóbulos blancos que va a transfundirse.
Además de un aumento de la temperatura corporal, la persona tiene escalofríos ya veces dolor
de cabeza o dolor de espalda. En ocasiones también aparecen síntomas de una reacción
alérgica, como prurito o un exantema (erupción cutánea).
Por lo general, paracetamol (acetaminofeno) para reducir la fiebre es el único tratamiento
necesario. Puede administrarse paracetamol (acetaminofeno) antes de la próxima transfusión si
se ha tenido fiebre durante la anterior.
Reacciones alérgicas Los síntomas de una reacción alérgica incluyen prurito, erupción
generalizada, hinchazón, mareo y dolor de cabeza. Otros síntomas menos frecuentes son
dificultad respiratoria, sibilancias e incontinencia urinaria. En raras ocasiones, una reacción
alérgica es lo bastante grave para causar una presión arterial baja y choque (shock).
Si se produce una reacción alérgica, se detiene la transfusión y se administra un antihistamínico.
Las reacciones alérgicas más graves pueden tratarse con hidrocortisona o incluso con epinefrina
(preparación farmacéutica de epinefrina [adrenalina]).
Hay tratamientos que permiten realizar transfusiones a personas que previamente han tenido
estas reacciones alérgicas. Las personas que presentan reacciones alérgicas graves y repetidas
a la sangre donada podrían tener que recibir glóbulos rojos lavados. El lavado de glóbulos rojos
(eritrocitos) elimina componentes de la sangre del donante que pueden causar reacciones
alérgicas. Debido a que los glóbulos blancos (leucocitos) y las plaquetas (trombocitos) se filtran
de la sangre donada antes de almacenarla (un proceso llamado reducción de leucocitos), las
reacciones alérgicas son menos habituales.
Sobrecarga de líquidos Los receptores de transfusiones pueden recibir más líquidos de los que
su cuerpo puede manejar con facilidad. El exceso de líquido puede causar inflamación en todo
el cuerpo o dificultad para respirar. Los receptores afectados por enfermedades cardíacas son
los más vulnerables, por lo que en su caso la transfusión se lleva a cabo más lentamente y se
supervisan muy de cerca. Se suministra un diurético a las personas que reciben demasiado
líquido.
Lesión pulmonar Los estudios del plasma del d

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