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ABOGADO/A DIPUTACIÓN PROV.

MÁLAGA

Tema 5. El acto administrativo: Concepto y clases de actos administrativos. Elementos del acto
administrativo. Eficacia y validez de los actos administrativos.

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El acto administrativo se define como cualquier declaración de
volunta, deseo, conocimiento o juicio, realizada por una
Administración Pública en virtud de una potestad administrativa,
distinta de la potestad reglamentaria y controlable por Juzgados y
Tribunales.

Por tanto, podemos decir que un acto administrativo es cualquier


acto dictado por la Administración con arreglo a las normas de
derecho administrativo.
Las características básicas de este concepto, son las siguientes:

• Es un acto jurídico, es decir, un acto que genera unas


consecuencias jurídicas.

• Es un acto dictado por una Administración, de modo que


quedan excluidos automáticamente todos aquellos actos
realizados por los interesados ( los particulares, ya sean
personas físicas o jurídicas) como solicitudes, recursos,
quejas, sugerencias, reclamaciones etc...

• Es un acto sometido a derecho administrativo, es decir, con


arreglo a normas de derecho público y no privado, ya que la
Administración puede dictar actos también sujetos a un
régimen jurídico privado. Estos actos quedarían excluidos por
tanto, del concepto de acto administrativo. Del mismo modo
quedan excluidos del concepto de acto administrativo, las
normas dictadas por la Administración que tienen alcance
general, como los reglamentos, los contratos administrativos
y las actuaciones por vía de hecho de la Administración.

La forma de los actos administrativos:

Por otra parte, el acto administrativo es, a su vez, un acto formal, por
lo que habrá de atender a una serie de requisitos de forma, es decir,
ha de observar una determinada manifestación externa. Según el
Art. 36 ,Ley 39/2015, de 1 de octubre:

Los actos administrativos se producirán por escrito a través de


medios electrónicos, a menos que su naturaleza exija otra forma
más adecuada de expresión y constancia.

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En los casos en que los órganos administrativos ejerzan su
competencia de forma verbal, la constancia escrita del acto, cuando
sea necesaria, se efectuará y firmará por el titular del órgano inferior
o funcionario que la reciba oralmente, expresando en la
comunicación del mismo la autoridad de la que procede. Si se
tratara de resoluciones, el titular de la competencia deberá autorizar
una relación de las que haya dictado de forma verbal, con expresión
de su contenido.

Cuando deba dictarse una serie de actos administrativos de la


misma naturaleza, tales como nombramientos, concesiones o
licencias, podrán refundirse en un único acto, acordado por el
órgano competente, que especificará las personas u otras
circunstancias que individualicen los efectos del acto para cada
interesado.

CLASES DE ACTOS ADMINISTRATIVOS

Las distintas clasificaciones realizadas en torno a los actos


administrativos atienden a diferentes puntos de vista, de modo que
todas son perfectamente validas y todas responden a una especial
incidencia sobre uno o varios elementos característicos de los
actos administrativos. Reproducimos las más importantes a
continuación.

CLASIFICACIONES

Según el órgano del que procede

Acto simple: dictado por un solo órgano administrativo

Acto complejo: dictado por varios órganos administrativos

Según la extensión de sus efectos

Acto General: acto dirigido a una pluralidad indeterminada de


personas

Acto Singular: acto dirigido a personas determinadas

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Por el lugar que ocupan en el procedimiento administrativo

Acto de trámite: acto que no decide la cuestión de fondo del


procedimiento, sino que se dicta para preparar el acto que
contendrá la resolución definitiva del mismo

Acto definitivo: en contraposición al anterior, es un acto que


contiene la decisión adoptada por un órgano administrativo,
con respecto al objeto de un procedimiento

Acto que causa estado: acto que agota la vía administrativa y


que, por tanto, solo es recurrible ante la Jurisdicción
contencioso administrativa.

Acto firme: acto que se convirtió en irrecurrible por que se


dejaron transcurrir los plazos para su impugnación, salvo por
medio de recursos excepcionales como el recurso potestativo
de reposición o el extraordinario de revisión, ambos
administrativos.

Por su impugnación en vía contencioso - administrativa

Acto impugnable: acto que pone término a la vía


administrativa y que solo es recurrible ante el orden
contencioso administrativo.

Acto no impugnable: acto que no puede ser recurrido en vía


contencioso administrativa porque no ha agotado la vía
administrativa, requisito imprescindible para poder acceder a
la impugnación del acto en vía judicial

Por su contenido

Actos constitutivos: actos que crean, modifican o extinguen


relaciones jurídicas.

Actos declarativos: actos que contienen una declaración, es


decir, que acreditan un hecho o una situación jurídica, pero no
la crean, solamente manifiestan su existencia.

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Por la potestad ejercitada

Acto reglado: acto dictado cuando todos los elementos del


acto están determinados por la norma jurídica aplicable, es
decir, cuando se dicta en ejercicio de una potestad reglada.

Acto discrecional: acto dictado en ejercicio de una potestad


discrecional de la Administración que le permite determinar
por sí misma, sin la obligatoriedad de la norma, uno o varios
de los elementos del acto administrativo.

Por el modo de exteriorizarse

Acto expreso: acto dictado de forma y modo expreso por la


Administración.

Acto presunto: acto que no se produce sino que se presume


su existencia. Es un tipo de acto, que como veremos, actúa a
modo de ficción jurídica.

ELEMENTOS DEL ACTO ADMINISTRATIVO

Los elementos del acto administrativo, entendiendo por tales todas


las partes intervinientes en su producción, se pueden clasificar del
siguiente modo:

• Elemento subjetivo o sujeto


• Elemento objetivo u objeto
• Elemento final
• Elemento formal
• Elemento causal

Cuando todos estos elementos se encuentran determinados en una


norma, decimos que la Administración actúa con arreglo a una
potestad reglada. Cuando alguno de ellos puede ser establecido
libremente por la Administración, decimos que actúa con arreglo a
una potestad discrecional.

En cuanto a los límites de los actos, procedemos a su análisis a


continuación:

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ELEMENTO SUBJETIVO O SUJETO DEL ACTO ADMINISTRATIVO

Los actos administrativos que dicten las Administraciones Públicas,


bien de oficio o a instancia del interesado, se producirán por el
órgano competente ajustándose al procedimiento establecido.

El contenido de los actos se ajustará a lo dispuesto por el


ordenamiento jurídico y será determinado y adecuado a los fines de
aquellos.

Para poder considerar un acto como administrativo, hemos indicado


anteriormente, debe ser un acto dictado por la Administración con
arreglo a las normas de derecho administrativo. Así pues los
elementos básicos son:

• Acto dictado por la Administración


• Acto dictado por un órgano legalmente investido en su cargo
• Acto dictado por un órgano imparcial

Las autoridades y el personal al servicio de las Administraciones en


quienes se den algunas de las circunstancias señaladas
posteriormente, se abstendrán de intervenir en el procedimiento y lo
comunicarán a su superior inmediato, quien resolverá lo procedente.

En relación con la imparcialidad del órgano a la hora de dictar un


acto, hemos de hacer referencia por tanto, a las causas de
abstención y recusación que afectan a los órganos administrativos.

Según la ley del sector público (ley 40/2015) son motivos de


abstención los siguientes:

• Tener interés personal en el asunto de que se trate o en otro


en cuya resolución pudiera influir la de aquél; ser
administrador de sociedad o entidad interesada, o tener
cuestión litigiosa pendiente con algún interesado.
• Tener parentesco de consanguinidad dentro del cuarto grado
o de afinidad dentro del segundo, con cualquiera de los
interesados, con los administradores de entidades o
sociedades interesadas y también con los asesores,
representantes legales o mandatarios que intervengan en el
procedimiento, así como compartir despacho profesional o

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estar asociado con éstos para el asesoramiento, la
representación o el mandato.
• Tener amistad íntima o enemistad manifiesta con alguna de
las personas mencionadas en el apartado anterior.
• Haber tenido intervención como perito o como testigo en el
procedimiento de que se trate.
• Tener relación de servicio con persona natural o jurídica
interesada directamente en el asunto, o haberle prestado en
los dos últimos años servicios profesionales de cualquier tipo
y en cualquier circunstancia o lugar.

La actuación de autoridades y personal al servicio de las


Administraciones Públicas en los que concurran motivos de
abstención no implicará, necesariamente, la invalidez de los actos
en que hayan intervenido.

Los órganos superiores podrán ordenar a las personas en quienes


se dé alguna de las circunstancias señaladas que se abstengan de
toda intervención en el expediente.

La no abstención en los casos en que proceda dará lugar a


responsabilidad.

ELEMENTO OBJETIVO DEL ACTO ADMINISTRATIVO

El elemento objetivo de un acto administrativo es el objeto o el


contenido del acto.

Las características del objeto del acto administrativo son las


siguientes:

• Debe ser lícito


• Debe ser posible
• Debe ser determinado o determinable
• Debe ser adecuado al fin del acto

ELEMENTO FINAL DEL ACTO ADMINISTRATIVO

El elemento final del acto administrativo responde a la pregunta


“¿para qué ese ha dictado un acto administrativo?”. La respuesta
debe ser siempre: para conseguir un interés público, en aplicación

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del art. 103 de la Constitución española de 1978, que señala que la
Administración sirve con objetividad los intereses generales.

ELEMENTO FORMAL DEL ACTO ADMINISTRATIVO

Por elemento formal entendemos el conjunto de trámites y de


formalidades por medio de los que se configura la voluntad
administrativa. El vicio de forma, se considera por tanto el vicio
nacido de la ausencia de alguna de las formalidades que el
ordenamiento jurídico impone a los actos administrativos.

Los actos administrativos se producirán por escrito a menos que su


naturaleza exija o permita otra forma más adecuada de expresión y
constancia.

En los casos en que los órganos administrativos ejerzan su


competencia de forma verbal, la constancia escrita del acto, cuando
sea necesaria, se efectuará y firmará por el titular del órgano inferior
o funcionario que la reciba oralmente, expresando en la
comunicación del mismo la autoridad de la que procede.

Si se tratara de resoluciones, el titular de la competencia deberá


autorizar una relación de las que haya dictado de forma verbal, con
expresión de su contenido.

Cuando deba dictarse una serie de actos administrativos de la


misma naturaleza, tales como nombramientos, concesiones o
licencias, podrán refundirse en un único acto, acordado por el
órgano competente, que especificará las personas u otras
circunstancias que individualicen los efectos del acto para cada
interesado.

ELEMENTO CAUSAL DEL ACTO ADMINISTRATIVO


Se refiere al porqué del nacimiento del acto administrativo, a la
razón que lo justifica en su nacimiento.

La motivación de los actos administrativos

Por motivación se puede entender, según el Diccionario del español


jurídico de la RAE y el CGPJ, la "exposición de las razones o
fundamentos en que se basa una decisión" y, por motivación del
acto administrativo, la "obligación del órgano que adopta la decisión

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de incluir en ella una exposición sucinta de los hechos y
fundamentos jurídicos en los que se basa".

Características de la motivación según la jurisprudencia.

La motivación es una garantía en contra de la arbitrariedad:


“La motivación no consiste ni puede consistir (...) en una mera
declaración de conocimiento y menos aún en una manifestación de
voluntad que sería una proposición apodíctica, sino que ésta —en su
caso— ha de ser la conclusión de una argumentación ajustada al
tema o temas en litigio, para que el interesado, destinatario
inmediato pero no único, y los demás, los órganos judiciales
superiores y también los ciudadanos, puedan conocer el
fundamento, la ratio decidendi de las resoluciones. Se convierte así
en una garantía esencial del justiciable mediante la cual, sin
perjuicio de la libertad del juez en la interpretación de las normas, se
puede comprobar que la solución dada al caso es consecuencia de
una exégesis racional del ordenamiento y no el fruto de la
arbitrariedad” (Tribunal Constitucional, nº 77/2000, de 27/03/2000,
Rec. Recurso de amparo 3.791/1995)

La motivación es un requisito no sólo de forma sino también de


fondo e indispensable: - La TS, Sala de lo Contencioso, de
12/04/2012, Rec. 5651/2009 en cuyo FJ 2º establece que:
“El artículo 54.1 de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre , exige que
sean motivados, con sucinta referencia de hechos y fundamentos
de derecho, los actos a que alude, consistiendo la motivación, como
bien es sabido, en un razonamiento o en una explicación, o en una
expresión racional del juicio, tras la fijación de los hechos de que se
parte y tras la inclusión de éstos en una norma jurídica, y no sólo es
una «elemental cortesía», como expresaba ya una Sentencia del
Tribunal Constitucional de 17 julio 1981 , ni un simple requisito de
carácter meramente formal, sino que lo es de fondo e indispensable,
cuando se exige, porque sólo a través de los motivos pueden los
interesados conocer las razones que «justifican» el acto, porque son
necesarios para que la jurisdicción contencioso-administrativa
pueda controlar la actividad de la Administración, y porque sólo
expresándolos puede el interesado dirigir contra el acto las
alegaciones y pruebas que correspondan según lo que resulte de
dicha motivación que, si se omite, puede generar la indefensión
prohibida por el art. 24.1 de la Constitución”.

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La motivación podrá ser sucinta, como señala la norma, pero ha de
ser suficientemente indicativa de las razones que llevan a la
resolución que se adopte, por tanto su extensión estará en función
de la mayor o menor complejidad de lo que se cuestione o de la
mayor o menor dificultad del razonamiento que se requiera, lo que
implica que puede ser sucinta o escueta, sin necesidad de amplias
consideraciones, cuando no son precisas más explicaciones ante la
simplicidad de la cuestión que se plantea y que se resuelve o que ha
ser exhaustiva y compleja cuando las circunstancias del asunto así
lo requieren (Cfr. Tribunal Constitucional, nº 37/1982, de
16/06/1982, Rec. Recurso de amparo 216/1981).

Lugar de la motivación: la motivación por remisión.

La motivación puede estar en el propio acto o bien puede realizarse


por referencia a informes o dictámenes que le preceden, así, por
ejemplo, en la Tribunal Constitucional, nº 150/1993, de 03/05/1993,
Rec. Recurso de amparo 943/1990. se admite dicha posibilidad de
motivación por remisión al decir que “no existiendo un derecho
fundamental a una determinada extensión de la motivación judicial,
no corresponde a este Tribunal censurar cuantitativamente la
interpretación y aplicación del derecho, ni revisar la forma y
estructura de la resolución judicial, puesto que su función se limita a
comprobar si el razonamiento que contiene constituye, lógica y
jurídicamente, suficiente motivación de la decisión adoptada,
cualquiera que sea su brevedad y concisión (Tribunal
Constitucional, nº 174/1987, de 03/11/1987, Rec. Recurso de
amparo 1.072/1986 , Tribunal Constitucional, nº 75/1988, de
25/04/1988, Rec. Recurso de amparo 601/1986, Tribunal
Constitucional, nº 184/1988, de 13/10/1988, Rec. Recurso de
amparo 1.305/1986, Tribunal Constitucional, nº 14/1981, de
29/04/1981, Rec. Cuestión de Inconstitucionalidad 17/1981 y
Tribunal Constitucional, nº 175/1992, de 02/11/1992, Rec. Recurso
de amparo 538/1989), incluso en supuestos de motivación por
remisión (Tribunal Constitucional, nº 174/1987, de 03/11/1987, Rec.
Recurso de amparo 1.072/1986, Tribunal Constitucional, nº
146/1990, de 01/10/1990, Rec. Recurso de amparo 760/1988 y
Tribunal Constitucional, nº 27/1992, de 09/03/1992, Rec. Recurso
de amparo 901/1989 y Tribunal Constitucional, nº 688/1986, de
10/09/1986, Rec. Recurso de amparo 394/1986 y Tribunal

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Constitucional, nº 956/1988, de 21/07/1988, Rec. Recurso de
amparo 1.779/1987)".
Sobre la motivación por remisión, se debe tener en cuenta, además,
lo siguiente:

TS, Sala de lo Contencioso, nº S/S, de 19/01/2004, Rec. 410/2001:


Aunque “con carácter general, no es necesario que los informes
obrantes en el expediente se incorporen literalmente en la
resolución administrativa, pero también lo es que el supuesto
contemplado en el artículo 89.9 LRJ y PAC es el relativo a la
aceptación pura y simple de informes o dictámenes, y en tal caso el
texto de éstos ha de constar en la resolución en la medida en que lo
exige la propia motivación para dar a conocer las razones de la
decisión administrativa”.

TSJ La Rioja, Sala de lo Contencioso, nº 10/2016, de 13/01/2016,


Rec. 271/2012: los informes y dictámenes “hayan sido evacuados
por los correspondientes órganos consultivos, en cuanto
coadyuvantes a la formación de la voluntad del órgano activo o
incluso a otros documentos”.
Actos administrativos que requieren motivación.

Sin embargo, no todos los actos administrativos precisan de


motivación sino sólo aquellos a los que alude el Art. 35 ,Ley
39/2015, de 1 de octubre:

Serán motivados, con sucinta referencia de hechos y fundamentos


de derecho:

Los actos que limiten derechos subjetivos o intereses legítimos.

Los actos que resuelvan procedimientos de revisión de oficio de


disposiciones o actos administrativos, recursos administrativos y
procedimientos de arbitraje y los que declaren su inadmisión.

Los actos que se separen del criterio seguido en actuaciones


precedentes o del dictamen de órganos consultivos.

Los acuerdos de suspensión de actos, cualquiera que sea el motivo


de ésta, así como la adopción de medidas provisionales previstas
en el Art. 56 ,Ley 39/2015, de 1 de octubre.

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Los acuerdos de aplicación de la tramitación de urgencia, de
ampliación de plazos y de realización de actuaciones
complementarias.

Los actos que rechacen pruebas propuestas por los interesados.

Los actos que acuerden la terminación del procedimiento por la


imposibilidad material de continuarlo por causas sobrevenidas, así
como los que acuerden el desistimiento por la Administración en
procedimientos iniciados de oficio.

Las propuestas de resolución en los procedimientos de carácter


sancionador, así como los actos que resuelvan procedimientos de
carácter sancionador o de responsabilidad patrimonial.

Los actos que se dicten en el ejercicio de potestades discrecionales,


así como los que deban serlo en virtud de disposición legal o
reglamentaria expresa.

La motivación de los actos que pongan fin a los procedimientos


selectivos y de concurrencia competitiva se realizará de
conformidad con lo que dispongan las normas que regulen sus
convocatorias, debiendo, en todo caso, quedar acreditados en el
procedimiento los fundamentos de la resolución que se adopte.
Efectos de la falta de motivación.

Según la sentencia del Tribunal Supremo de 31 de diciembre de


1998 , la "falta de motivación o la motivación defectuosa pueden
integrar un vicio de anulabilidad o una mera irregularidad no
invalidante y el deslinde de ambos supuestos ha de hacerse
atendiendo a un criterio que tiene dos manifestaciones: a) desde el
punto de vista subjetivo, y dado que el procedimiento administrativo
tienen una función de garantía del administrado, habrá que indagar
si realmente ha existido o no indefensión; b) en el aspecto objetivo,
y puesto que el proceso tiene por objeto determinar si el acto
impugnado se ajusta o no a Derecho, será preciso verificar si se
cuenta o no con los datos necesarios para llegar a la conclusión
indicada”.

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Notificación de los actos administrativos (Art. 40-44 ,Ley 39/2015,
de 1 de octubre). Por notificación, según el Diccionario del español
jurídico de la RAE y el CGPJ, se debe entender aquella
"comunicación o puesta en conocimiento de una decisión
administrativa que afecta a los derechos o intereses de cualquier
persona física o jurídica". La regulación de la misma se encuentra
en los Art. 40-44 ,Ley 39/2015, de 1 de octubre. Según el Diccionario
del español jurídico de la RAE y el CGPJ la notificación es aquella
"comunicación o puesta en conocimiento de una decisión
administrativa que afecta a los derechos o intereses de cualquier
persona física o jurídica". Para conocer el régimen de la misma, se
debe acudir a lo dispuesto en los Art. 40-44 ,Ley 39/2015, de 1 de
octubre.

Así, y por lo que respecta a la notificación propiamente dicha, el Art.


40 ,Ley 39/2015, de 1 de octubre señala lo que se transcribe a
continuación:

El órgano que dicte las resoluciones y actos administrativos los


notificará a los interesados cuyos derechos e intereses sean
afectados por aquéllos, en los términos previstos en los artículos
siguientes.

Toda notificación deberá ser cursada dentro del plazo de diez días a
partir de la fecha en que el acto haya sido dictado, y deberá
contener el texto íntegro de la resolución, con indicación de si pone
fin o no a la vía administrativa, la expresión de los recursos que
procedan, en su caso, en vía administrativa y judicial, el órgano ante
el que hubieran de presentarse y el plazo para interponerlos, sin
perjuicio de que los interesados puedan ejercitar, en su caso,
cualquier otro que estimen procedente.

Las notificaciones que, conteniendo el texto íntegro del acto,


omitiesen alguno de los demás requisitos previstos en el apartado
anterior, surtirán efecto a partir de la fecha en que el interesado
realice actuaciones que supongan el conocimiento del contenido y
alcance de la resolución o acto objeto de la notificación, o
interponga cualquier recurso que proceda.
Sin perjuicio de lo establecido en el apartado anterior, y a los solos
efectos de entender cumplida la obligación de notificar dentro del
plazo máximo de duración de los procedimientos, será suficiente la

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notificación que contenga, cuando menos, el texto íntegro de la
resolución, así como el intento de notificación debidamente
acreditado.

Las Administraciones Públicas podrán adoptar las medidas que


consideren necesarias para la protección de los datos personales
que consten en las resoluciones y actos administrativos, cuando
éstos tengan por destinatarios a más de un interesado.

Por su parte, el Art. 41 ,Ley 39/2015, de 1 de octubre establece lo


siguiente en relación con las condiciones generales para la práctica
de las notificaciones:

Las notificaciones se practicarán preferentemente por medios


electrónicos y, en todo caso, cuando el interesado resulte obligado a
recibirlas por esta vía. No obstante lo anterior, las Administraciones
podrán practicar las notificaciones por medios no electrónicos en
los siguientes supuestos:

Cuando la notificación se realice con ocasión de la comparecencia


espontánea del interesado o su representante en las oficinas de
asistencia en materia de registro y solicite la comunicación o
notificación personal en ese momento.

Cuando para asegurar la eficacia de la actuación administrativa


resulte necesario practicar la notificación por entrega directa de un
empleado público de la Administración notificante.

Con independencia del medio utilizado, las notificaciones serán


válidas siempre que permitan tener constancia de su envío o puesta
a disposición, de la recepción o acceso por el interesado o su
representante, de sus fechas y horas, del contenido íntegro, y de la
identidad fidedigna del remitente y destinatario de la misma. La
acreditación de la notificación efectuada se incorporará al
expediente.

Los interesados que no estén obligados a recibir notificaciones


electrónicas, podrán decidir y comunicar en cualquier momento a la
Administración Pública, mediante los modelos normalizados que se
establezcan al efecto, que las notificaciones sucesivas se
practiquen o dejen de practicarse por medios electrónicos.

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Reglamentariamente, las Administraciones podrán establecer la
obligación de practicar electrónicamente las notificaciones para
determinados procedimientos y para ciertos colectivos de personas
físicas que por razón de su capacidad económica, técnica,
dedicación profesional u otros motivos quede acreditado que tienen
acceso y disponibilidad de los medios electrónicos necesarios.
Adicionalmente, el interesado podrá identificar un dispositivo
electrónico y/o una dirección de correo electrónico que servirán
para el envío de los avisos regulados en este artículo, pero no para
la práctica de notificaciones.

En ningún caso se efectuarán por medios electrónicos las


siguientes notificaciones:
Aquellas en las que el acto a notificar vaya acompañado de
elementos que no sean susceptibles de conversión en formato
electrónico.

Las que contengan medios de pago a favor de los obligados, tales


como cheques.

En los procedimientos iniciados a solicitud del interesado, la


notificación se practicará por el medio señalado al efecto por aquel.
Esta notificación será electrónica en los casos en los que exista
obligación de relacionarse de esta forma con la Administración.
Cuando no fuera posible realizar la notificación de acuerdo con lo
señalado en la solicitud, se practicará en cualquier lugar adecuado a
tal fin, y por cualquier medio que permita tener constancia de la
recepción por el interesado o su representante, así como de la
fecha, la identidad y el contenido del acto notificado.

En los procedimientos iniciados de oficio, a los solos efectos de su


iniciación, las Administraciones Públicas podrán recabar, mediante
consulta a las bases de datos del Instituto Nacional de Estadística,
los datos sobre el domicilio del interesado recogidos en el Padrón
Municipal, remitidos por las Entidades Locales en aplicación de lo
previsto en la Ley 7/1985, de 2 de abril, reguladora de las Bases del
Régimen Local.

Cuando el interesado o su representante rechace la notificación de


una actuación administrativa, se hará constar en el expediente,

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especificándose las circunstancias del intento de notificación y el
medio, dando por efectuado el trámite y siguiéndose el
procedimiento.

Con independencia de que la notificación se realice en papel o por


medios electrónicos, las Administraciones Públicas enviarán un
aviso al dispositivo electrónico y/o a la dirección de correo
electrónico del interesado que éste haya comunicado, informándole
de la puesta a disposición de una notificación en la sede electrónica
de la Administración u Organismo correspondiente o en la dirección
electrónica habilitada única. La falta de práctica de este aviso no
impedirá que la notificación sea considerada plenamente válida.

Por lo que respecta a la práctica de las notificaciones en papel, el


Art. 42 ,Ley 39/2015, de 1 de octubre dispone lo siguiente:

Todas las notificaciones que se practiquen en papel deberán ser


puestas a disposición del interesado en la sede electrónica de la
Administración u Organismo actuante para que pueda acceder al
contenido de las mismas de forma voluntaria.

Cuando la notificación se practique en el domicilio del interesado,


de no hallarse presente éste en el momento de entregarse la
notificación, podrá hacerse cargo de la misma cualquier persona
mayor de catorce años que se encuentre en el domicilio y haga
constar su identidad. Si nadie se hiciera cargo de la notificación, se
hará constar esta circunstancia en el expediente, junto con el día y
la hora en que se intentó la notificación, intento que se repetirá por
una sola vez y en una hora distinta dentro de los tres días
siguientes.

En caso de que el primer intento de notificación se haya realizado


antes de las quince horas, el segundo intento deberá realizarse
después de las quince horas y viceversa, dejando en todo caso al
menos un margen de diferencia de tres horas entre ambos intentos
de notificación. Si el segundo intento también resultara infructuoso,
se procederá en la forma prevista en el Art. 44 ,Ley 39/2015, de 1 de
octubre.

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Cuando el interesado accediera al contenido de la notificación en
sede electrónica, se le ofrecerá la posibilidad de que el resto de
notificaciones se puedan realizar a través de medios electrónicos.

En lo que concierne a la práctica de las notificaciones a través de


medios electrónicos, habrá que estar a lo recogido en el Art. 43 ,Ley
39/2015, de 1 de octubre.

Las notificaciones por medios electrónicos se practicarán mediante


comparecencia en la sede electrónica de la Administración u
Organismo actuante, a través de la dirección electrónica habilitada
única o mediante ambos sistemas, según disponga cada
Administración u Organismo. A los efectos previstos en este
artículo, se entiende por comparecencia en la sede electrónica, el
acceso por el interesado o su representante debidamente
identificado al contenido de la notificación.

Las notificaciones por medios electrónicos se entenderán


practicadas en el momento en que se produzca el acceso a su
contenido. Cuando la notificación por medios electrónicos sea de
carácter obligatorio, o haya sido expresamente elegida por el
interesado, se entenderá rechazada cuando hayan transcurrido diez
días naturales desde la puesta a disposición de la notificación sin
que se acceda a su contenido.

Se entenderá cumplida la obligación a la que se refiere el apdo. 4 del


Art. 40 ,Ley 39/2015, de 1 de octubre con la puesta a disposición de
la notificación en la sede electrónica de la Administración u
Organismo actuante o en la dirección electrónica habilitada única.
Los interesados podrán acceder a las notificaciones desde el Punto
de Acceso General electrónico de la Administración, que funcionará
como un portal de acceso.

En los supuestos de notificación infructuosa, será aplicable el Art.


44 ,Ley 39/2015, de 1 de octubre:

Cuando los interesados en un procedimiento sean desconocidos, se


ignore el lugar de la notificación o bien, intentada ésta, no se
hubiese podido practicar, la notificación se hará por medio de un
anuncio publicado en el «Boletín Oficial del Estado».

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Asimismo, previamente y con carácter facultativo, las
Administraciones podrán publicar un anuncio en el boletín oficial de
la Comunidad Autónoma o de la Provincia, en el tablón de edictos
del Ayuntamiento del último domicilio del interesado o del
Consulado o Sección Consular de la Embajada correspondiente.
Las Administraciones Públicas podrán establecer otras formas de
notificación complementarias a través de los restantes medios de
difusión, que no excluirán la obligación de publicar el
correspondiente anuncio en el «Boletín Oficial del Estado».

Publicación de los actos administrativos (Art. 45-46 ,Ley 39/2015,


de 1 de octubre). Los Art. 45,Art. 46 ,Ley 39/2015, de 1 de octubre se
ocupan de la regulación de la publicación de los actos
administrativos.

El Art. 45 ,Ley 39/2015, de 1 de octubre, relativo a la publicación de


los actos administrativos, señala lo siguiente:

Los actos administrativos serán objeto de publicación cuando así lo


establezcan las normas reguladoras de cada procedimiento o
cuando lo aconsejen razones de interés público apreciadas por el
órgano competente. En todo caso, los actos administrativos serán
objeto de publicación, surtiendo ésta los efectos de la notificación,
en los siguientes casos:

Cuando el acto tenga por destinatario a una pluralidad


indeterminada de personas o cuando la Administración estime que
la notificación efectuada a un solo interesado es insuficiente para
garantizar la notificación a todos, siendo, en este último caso,
adicional a la individualmente realizada.

Cuando se trate de actos integrantes de un procedimiento selectivo


o de concurrencia competitiva de cualquier tipo. En este caso, la
convocatoria del procedimiento deberá indicar el medio donde se
efectuarán las sucesivas publicaciones, careciendo de validez las
que se lleven a cabo en lugares distintos.

La publicación de un acto deberá contener los mismos elementos


que el apdo. 2 del Art. 40 ,Ley 39/2015, de 1 de octubre respecto de
las notificaciones. Será también aplicable a la publicación lo
establecido en el apartado 3 del mismo artículo. En los supuestos

16
18
de publicaciones de actos que contengan elementos comunes,
podrán publicarse de forma conjunta los aspectos coincidentes,
especificándose solamente los aspectos individuales de cada acto.

La publicación de los actos se realizará en el diario oficial que


corresponda, según cual sea la Administración de la que proceda el
acto a notificar.

Sin perjuicio de lo dispuesto en el Art. 44 ,ley 39/2015, de 1 de


octubre, la publicación de actos y comunicaciones que, por
disposición legal o reglamentaria deba practicarse en tablón de
anuncios o edictos, se entenderá cumplida por su publicación en el
Diario oficial correspondiente.

Como dispone el Art. 46 ,Ley 39/2015, de 1 de octubre, si el órgano


competente apreciase que la notificación por medio de anuncios o
la publicación de un acto lesiona derechos o intereses legítimos, se
limitará a publicar en el Diario oficial que corresponda una somera
indicación del contenido del acto y del lugar donde los interesados
podrán comparecer, en el plazo que se establezca, para
conocimiento del contenido íntegro del mencionado acto y
constancia de tal conocimiento. Adicionalmente y de manera
facultativa, las Administraciones podrán establecer otras formas de
notificación complementarias a través de los restantes medios de
difusión que no excluirán la obligación de publicar en el
correspondiente Diario oficial.

La obligación de resolver. La Administración está obligada a dictar


resolución expresa y a notificarla en todos los procedimientos
cualquiera que sea su forma de iniciación (art. 21 de la Ley 39/2015,
de 1 de octubre), no pudiendo la Administración en ningún caso
abstenerse de resolver so pretexto de silencio, oscuridad o
insuficiencia de los preceptos legales aplicables al caso.

Se dispone en el artículo 88.1 de la LPACAP, que la resolución


decidirá todas las cuestiones planteadas por los interesados y
aquellas otras derivadas del mismo. En cuanto que acto que pone
fin al procedimiento, y teniendo en cuenta que éste tiene por objeto
dictar actos administrativos a instancias de los interesados o que
deban ser dictados de oficio por la Administración, la resolución es
el acto por el cual se deciden todas aquellas cuestiones que se han

17
19
suscitado por los particulares o que la Administración esté obligada
a decidir o declarar directamente por imponérselo la norma que
regula sus potestades.

Pero como señala el precepto, la resolución deberá decidir sobre


todas las cuestiones que haya plateado quien inste el
procedimiento, pero también todas aquellas cuestiones que se
hayan suscitado en la tramitación del procedimiento, bien hayan
sido expresamente suscitadas por las partes una vez iniciado, bien
hayan surgido con ocasión de cualquier actuación llevada a cabo a
lo largo del mismo.

Esa posibilidad de tener que decidir en la resolución cuestiones no


directamente suscitadas por las partes que actúan como
interesados, puede dar lugar a que esos interesados puedan verse
sorprendidos con una decisión que no han planteado, porque la
Administración está obligada a resolver aun cuando no haya sido
suscitada expresamente por ella o incluso contra su oposición.

Para evitar esa situación, que puede generar indefensión al


interesado, se dispone en el artículo 88.1 LPACAP antes citado que:
cuando se trate de cuestiones conexas que no hubieran sido
planteadas por los interesados, el órgano competente podrá
pronunciarse sobre las mismas, poniéndolo antes de manifiesto a
aquéllos por un plazo no superior a quince días, para que formulen
las alegaciones que estimen pertinentes y aporten, en su caso, los
medios de prueba. Ello supone que en tales supuestos ha de abrirse
un nuevo trámite de alegaciones, con posibilidad de pruebas y
subsiguientes alegaciones sobre las practicadas, en aquellos casos
en que la cuestión sobre la que deba decidirse no hay petición de
parte.

Pese a esa posibilidad de resolver cuestiones no plateadas por las


partes, y como consecuencia del principio de congruencia, se
impide que en los procedimientos de oficio la resolución pueda
agravar la situación inicial del interesado.

Ahora bien, en cuanto que la Administración está obligada a actuar


sometida, en todo caso, al principio de legalidad, si la norma
aplicable permite ese tipo de decisiones que puedan agravar la
situación del interesado en un concreto procedimiento, deberá

18
20
proceder a la apertura de un nuevo procedimiento, en este caso ya
de oficio, en el que podrá decidir sobre esas cuestiones que agravan
la situación del solicitante en el previo procedimiento.

Resumiendo hasta aquí:

• La resolución de los procedimientos deberá ser motivada con


sucinta referencia de hechos y fundamentos de derecho
• La resolución deberá dictarse antes de que transcurra el plazo
máximo fijado para toda su tramitación.

Eficacia y validez de los actos administrativos. (Art. 39 ,Ley


39/2015, de 1 de octubre). Los efectos de los actos administrativos
se regulan en el Art. 39 ,Ley 39/2015, de 1 de octubre, que determina
básicamente, al igual que hacía su antecedente legislativo
inmediato (el Art. 50 ,Ley 30/1992, de 26 de noviembre) la
presunción de validez de los mismos, así como la posibilidad
excepcional de su eficacia retroactiva cuando se dicten en
sustitución de actos anulados, así como cuando produzcan efectos
favorables al interesado.

Los efectos de los actos administrativos se encuentran recogidos


en el Art. 39 ,Ley 39/2015, de 1 de octubre cuyo contenido es el
siguiente:

Los actos de las Administraciones Públicas sujetos al Derecho


Administrativo se presumirán válidos y producirán efectos desde la
fecha en que se dicten, salvo que en ellos se disponga otra cosa.
La eficacia quedará demorada cuando así lo exija el contenido del
acto o esté supeditada a su notificación, publicación o aprobación
superior.

Excepcionalmente, podrá otorgarse eficacia retroactiva a los actos


cuando se dicten en sustitución de actos anulados, así como
cuando produzcan efectos favorables al interesado, siempre que los
supuestos de hecho necesarios existieran ya en la fecha a que se
retrotraiga la eficacia del acto y ésta no lesione derechos o
intereses legítimos de otras personas.

Las normas y actos dictados por los órganos de las


Administraciones Públicas en el ejercicio de su propia competencia

19
21
deberán ser observadas por el resto de los órganos administrativos,
aunque no dependan jerárquicamente entre sí o pertenezcan a otra
Administración.

Cuando una Administración Pública tenga que dictar, en el ámbito


de sus competencias, un acto que necesariamente tenga por base
otro dictado por una Administración Pública distinta y aquélla
entienda que es ilegal, podrá requerir a ésta previamente para que
anule o revise el acto de acuerdo con lo dispuesto en el Art. 44 ,Ley
29/1998, de 13 de julio, reguladora de la Jurisdicción Contencioso-
Administrativa, y, de rechazar el requerimiento, podrá interponer
recurso contencioso-administrativo. En estos casos, quedará
suspendido el procedimiento para dictar resolución.

Los apartados 1, 2 y 3 del Art. 39 ,Ley 39/2015, de 1 de octubre se


corresponden íntegramente con la antigua regulación del Art. 57
,Ley 30/1992, de 26 de noviembre, mientras que el apartado 4
reproduce lo dispuesto en el apartado 2 del Art. 18 ,Ley 30/1992, de
26 de noviembre: El único contenido original en este punto es el del
apartado 5 del Art. 39 ,Ley 39/2015, de 1 de octubre.

Para conocer qué actos administrativos deben ser motivados, esto


es, contar con una sucinta referencia de los hechos y fundamentos
de derecho en que se basan, habrá que acudir a lo dispuesto en el
Art. 35 ,Ley 39/2015, de 1 de octubre.

En cuanto a la forma del acto administrativo habrá que estar a los


requisitos que al respecto establece el Art. 36 ,Ley 39/2015, de 1 de
octubre.

El régimen de la nulidad y la anulabilidad de los actos


administrativos parte de lo dispuesto en los Art. 47-52 ,Ley 39/2015,
de 1 de octubre, alcanzando su plena operatividad en sede de
revisión de actos en vía administrativa (Art. 106-126 ,Ley 39/2015,
de 1 de octubre). Si la declaración de nulidad de pleno derecho
despliega sus efectos ex tunc (desde siempre), esto es, desde que
el acto fue emitido, y no es subsanable, la nulidad relativa
(procedente del ejercicio en forma y tiempo de la anulabilidad)
produce sus efectos ex nunc (desde ahora), es decir, desde la fecha
en la que el acto fue anulado.

20
22
Los Art. 47-52 ,Ley 39/2015, de 1 de octubre, correspondientes al
Capítulo III del Título III de la referida norma, se ocupan del régimen
de la nulidad y la anulabilidad de los actos y disposiciones
administrativas.

Así, y por lo que concierne a la nulidad de pleno derecho, el Art. 47


,Ley 39/2015, de 1 de octubre dispone lo siguiente:
Los actos de las Administraciones Públicas son nulos de pleno
derecho en los casos siguientes:

Los que lesionen los derechos y libertades susceptibles de amparo


constitucional.
Los dictados por órgano manifiestamente incompetente por razón
de la materia o del territorio.

Los que tengan un contenido imposible.


Los que sean constitutivos de infracción penal o se dicten como
consecuencia de ésta.

Los dictados prescindiendo total y absolutamente del


procedimiento legalmente establecido o de las normas que
contienen las reglas esenciales para la formación de la voluntad de
los órganos colegiados.

Los actos expresos o presuntos contrarios al ordenamiento jurídico


por los que se adquieren facultades o derechos cuando se carezca
de los requisitos esenciales para su adquisición.

Cualquier otro que se establezca expresamente en una disposición


con rango de Ley.

También serán nulas de pleno derecho las disposiciones


administrativas que vulneren la Constitución, las leyes u otras
disposiciones administrativas de rango superior, las que regulen
materias reservadas a la Ley, y las que establezcan la retroactividad
de disposiciones sancionadoras no favorables o restrictivas de
derechos individuales.

Por su parte, por lo que respecta a la anulabilidad, el Art. 48 , Ley


39/2015, de 1 de octubre señala que son anulables los actos de la

21
23
Administración que incurran en cualquier infracción del
ordenamiento jurídico, incluso la desviación de poder. No obstante,
el defecto de forma sólo determinará la anulabilidad cuando el acto
carezca de los requisitos formales indispensables para alcanzar su
fin o dé lugar a la indefensión de los interesados. La realización de
actuaciones administrativas fuera del tiempo establecido para ellas
sólo implicará la anulabilidad del acto cuando así lo imponga la
naturaleza del término o plazo.

Los artículos Art. 49, Art. 50,Art. 51,Art. 52 , Ley 39/2015, de 1 de


octubre se ocupan, respectivamente, de los límites a la extensión de
la nulidad y anulabilidad de los actos, la conversión de actos
viciados, la conservación de actos y trámites, y, finalmente, de su
convalidación.

El régimen de nulidad-anulabilidad de los actos administrativos


alcanza su plena operatividad en sede de revisión de actos en vía
administrativa (Art. 106-126 ,Ley 39/2015, de 1 de octubre ) y en sus
posibles consecuencias, ya que puede llegar a determinar, en su
caso, la declaración de dos tipos de nulidad:

- la nulidad radical o absoluta, definida por el Diccionario del español


jurídico de la RAE y el CGPJ como el "grado máximo de invalidez del
acto administrativo, que tiene lugar en supuestos excepcionales y
expresamente previstos por la ley". La declaración de nulidad posee
efectos ex tunc, desde la fecha en el que se dictó el acto nulo, no es
subsanable y puede ser declarada en cualquier momento.

- la nulidad relativa, cuyos efectos se producen ex nunc, desde el


momento en que ésta se declara.

La revisión de los actos administrativos.

El ordenamiento jurídico prevé distintas vías para garantizar el


sometimiento pleno de la Administración Pública a la Ley y al
Derecho, impuesto por el artículo 103.1 de la Constitución, ante la
presencia de los actos no conformes a Derecho.

ÍNDICE
> ¿En qué consiste la revisión y qué alcance tiene?
> ¿Qué supone la declaración de lesividad de los actos anulables?

22
24
> ¿Cuándo se produce la suspensión de eficacia del acto?
> ¿Cuáles son los requisitos para la revocación de actos no
declarativos de derechos y rectificación de errores materiales?
> ¿Qué límites tiene la revisión?
> ¿Qué especialidades existen en el ámbito tributario, contratación y
unidad de mercado?
> Recuerde que…
¿En qué consiste la revisión y qué alcance tiene?

El sometimiento pleno de la Administración Pública a la Ley y al


Derecho, impuesto por el artículo 103.1 de la Constitución, exige,
ante la presencia de los actos nulos de pleno derecho, una reacción
enérgica para depurar el ordenamiento.

Como garantía de legalidad, ya tradicional en la revisión de oficio de


los actos nulos, la Ley establece el dictamen previo y favorable del
Consejo de Estado o del órgano consultivo de la respectiva
Comunidad Autónoma, si lo hubiere. Siendo de todo punto
imprescindible que al respecto haya informado el Consejo de
Estado y que su dictamen sea favorable a la nulidad, al extremo de
vincular el informe contrario a la Administración, que no podrá
declararla cuando el órgano consultivo considere que el acto o
disposición son nulos de pleno derecho.

La revisión de oficio, como explica el artículo 106.1 LPACAP,


alcanza a todos los actos enumerados en el artículo 47.1 LPACAP .

El apartado a) alude a los actos que lesionen los derechos y


libertades susceptibles de amparo constitucional. Son todos
aquellos regulados en los artículos 14 a 29 de la Constitución , más
la objeción de conciencia reconocida en el artículo 30 CE. Esta
especial protección, lógica por otra parte, constituye un límite a la
válida actuación de las Administraciones Públicas. No cabe admitir
la legalidad de un acto administrativo que, por definición, ha de
satisfacer los intereses públicos si, como consecuencia de ello,
provoca una lesión en el contenido esencial de estos derechos y
libertades a los que el ordenamiento, en su jerarquía de valores, da
prioridad absoluta.

El apartado b) declara la nulidad de pleno derecho de los actos


dictados por órgano manifiestamente incompetente por razón de la

23
25
materia o del territorio. Si bien, por un lado, conserva la expresión
"manifiestamente", por otro, siguiendo una ya reiterada
jurisprudencia, excluye de la nulidad los supuestos de
incompetencia jerárquica, pues, en estos casos, como prescribe el
artículo 52.3 CE , el acto siempre podrá ser convalidado por el
superior jerárquico.

El apartado c) se refiere a los actos de contenido imposible. Esto es,


todos aquellos que, por su imposibilidad física, material, lógica o por
su contenido ambiguo, son de imposible ejecución. Carencia
importante en un acto que, como el administrativo, está llamado a
proyectarse de forma inmediata sobre la realidad, transformándola
o modificándola en consonancia con los intereses públicos.

El apartado d) comprende a los actos que sean constitutivos de


infracción penal o se dicten como consecuencia de ésta. Las
cuestiones de índole penal, siempre prejudiciales según la Ley de la
Jurisdicción Contencioso-Administrativa y el artículo 10.2 de la Ley
Orgánica del Poder Judicial, han de deferirse a la jurisdicción penal
para que, una vez que ésta se pronuncie, el contenido de sus
resoluciones sirva de presupuesto objetivo del contenido de los
actos administrativos. Criterio reconocido por el Tribunal
Constitucional, entre otras, en sentencias de 14 de junio y 3 de
octubre de 1983.

El apartado e) se refiere a los actos dictados prescindiendo total y


absolutamente del procedimiento legalmente establecido o de las
normas que contienen las reglas esenciales para la formación de la
voluntad de los órganos colegiados.

La regla general, como es sabido, se inclina por la naturaleza


anulable de los vicios formales cuando estos produzcan
indefensión o se refieran a la ausencia de requisitos indispensables
para alcanzar el fin del acto. Además, en la mayoría de las
ocasiones, cuando se prescinde total y absolutamente del
procedimiento legalmente establecido, no es infrecuente que
también, a la vez, se esté lesionando un derecho fundamental,
supuesto ya previsto en el apartado a).

El apartado f) introduce, con carácter general, una causa de nulidad


que se ha consolidado, sobre todo en el derecho urbanístico: "Los

24
26
actos expresos o presuntos contrarios al ordenamiento jurídico por
los que se adquieren facultades o derechos cuando se carezca de
los requisitos esenciales para su adquisición".

Por último, el apartado g) recoge cualquier otro supuesto que se


establezca expresamente en una disposición con rango de Ley.

Además de estos supuestos de nulidad, expresamente reconocidos


por normas con rango de Ley, la doctrina generalizada llama la
atención sobre otros posibles supuestos de nulidad, referidos,
fundamentalmente, a la causa, a los fines y a los presupuestos
fácticos del acto administrativo.

El artículo 106.2 LPACAP, al regular el procedimiento de revisión de


oficio, se remite al procedimiento general previsto en el Título IV de
la Ley. La resolución que recaiga que, en todo caso requiere el
dictamen previo del Consejo de Estado u órgano consultivo de la
Comunidad Autónoma -dictamen que ha de ser favorable-, no es
susceptible de recurso administrativo alguno, sin perjuicio de la
competencia del Orden Jurisdiccional Contencioso-Administrativo.

En los casos en que proceda, las Administraciones Públicas, al


declarar la nulidad de un acto, podrán establecer en la misma
resolución las indemnizaciones que proceda reconocer a los
interesados siempre que, conforme al artículo 32.2 de la Ley
40/2015, de 1 de octubre, de Régimen Jurídico del Sector Público, el
daño sea efectivo, evaluable económicamente e individualizado y,
además, éstos no tengan el deber jurídico de soportar el daño de
acuerdo con la ley.

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¿Qué supone la declaración de lesividad de los actos anulables?

El procedimiento para la declaración de lesividad de actos anulables


viene recogido en el artículo 107 LPACAP. Dicho precepto, obliga a
indagar, caso por caso, el alcance de la expresión "actos
declarativos de derechos", pues, los efectos plurales de muchos
actos administrativos pueden incidir, de forma bien distinta, en la
esfera jurídica de los administrados, según sea su posición jurídica.

Por lo general, la jurisprudencia viene calificando como actos


declarativos de derechos a todos aquellos que enriquecen el
patrimonio jurídico de los administrados, reconociéndoles un
derecho que antes no tenían o, también, liberándoles de una carga o
gravamen.

En los demás casos, la anulación de los actos declarativos de


derechos requerirá la declaración previa de lesividad para el interés
público y la ulterior impugnación ante el Orden Jurisdiccional
Contencioso-Administrativo. Siendo este procedimiento, ante el
carácter excepcional de la revocación de oficio, el que deba
observar la Administración para la anulación de los actos
administrativos declarativos de derechos.

26
28
No será necesario, en este caso, la lesión en sentido estricto de
intereses de carácter económico, pues, como pone de relieve la
jurisprudencia, el mismo respeto a la legalidad, con el propósito de
regularizar jurídicamente el acto causado con manifiesta
vulneración de normas de derecho necesario, puede justificar la
declaración de lesividad.

El precepto que, como resulta lógico, precisa qué órganos de cada


Administración son los componentes para adoptar el acuerdo de
lesividad, ha de completarse con lo dispuesto en la Ley 29/1998 de
la Jurisdicción Contencioso-Administrativa (artículo 43 LJCA).

¿Cuándo se produce la suspensión de eficacia del acto?

El artículo 108 de la LPACAP precisa que: "Iniciado el procedimiento


de revisión de oficio al que se refieren los artículos 106 y 107, el
órgano competente para declarar la nulidad o lesividad, podrá
suspender la ejecución del acto, cuando ésta pudiera causar
perjuicios de imposible o difícil reparación.".

Esta medida, resulta oportuna ante la gravedad de la eventual


irregularidad que se imputa al acto administrativo sujeto a revisión.
Supone, en cierto modo, anticipar el juicio de la Administración ante
la evidencia de las acusaciones que se formulan contra la legalidad
del acto.

Como en el supuesto del recurso ordinario, la presencia de una


posible causa de nulidad, aconseja evitar aquellos perjuicios de
imposible o difícil reparación. Aunque el precepto no lo dice
explícitamente, parece lógico que esta medida pueda adoptarse,
también a instancias del administrado, titular de un interés legítimo.

¿Cuáles son los requisitos para la revocación de actos no


declarativos de derechos y rectificación de errores materiales?

El artículo 109.1 de la LPACAP establece que las Administraciones


Públicas podrán revocar, mientras no haya transcurrido el plazo de
prescripción, sus actos de gravamen o desfavorables, siempre que
tal revocación no constituya dispensa o exención no permitida por
las leyes, ni sea contraria al principio de igualdad, al interés público
o al ordenamiento jurídico.

27
29
Las Administraciones Públicas podrán, asimismo, rectificar en
cualquier momento, de oficio o a instancia de los interesados, los
errores materiales, de hecho o aritméticos existentes en sus actos
(artículo 109.2 de la LPACAP).

Como primera advertencia, en ningún caso se trata de otra especie


de revocación; el acto administrativo ha de conservar el mismo
contenido, no siendo admisibles las rectificaciones de concepto.

La doctrina coincide en exigir que la rectificación material no


implique un nuevo juicio de valor o una nueva calificación jurídica
que provoque un cambio fundamental en el sentido del.

De acuerdo con este criterio, la jurisprudencia rechaza, como error


material, el relativo al cómputo y calificación de la revisión de
precios en un contrato administrativo, al constituir una
transformación que perturba la eficacia sustancial del acto.
Admitiéndose, sin embargo, que, con criterio acertado, se califique
de mero error material la simple equivocación en la cita de un
precepto legal, cuando no se causa indefensión al administrado.

La novedad más importante del precepto se encuentra en la


posibilidad ofrecida a los interesados para que, también en
cualquier momento, puedan solicitar la rectificación de los errores
materiales, de hecho o aritméticos.

¿Qué límites tiene la revisión?

Por último, el artículo 110 LPACAP recoge las limitaciones a la


facultad de revisión.

Se refieren aquí un conjunto de circunstancias que actúan de límite


a la excepcional facultad revocatoria de actos declarativos de
derechos.

Se trata de resolver la lógica tensión que toda revocación entraña


entre la legalidad y la seguridad jurídica. La Ley junto a la equidad, el
derecho de los particulares y las leyes, introduce, como novedad, el
respeto a la buena fe.

28
30
Se incrementa así la presencia de factores ético-morales de
especial relevancia que, al apreciarse en la situación jurídica
concreta creada a favor de los administrados, deben impedir el
ejercicio de la potestad revocatoria. Como criterio hermenéutico, en
cada caso concreto, ha de analizarse la posición jurídica en que
queda el ciudadano ante la anulación del acto declarativo de
derechos, negándose esta posibilidad si la misma situación, por
inesperada, se hace especialmente gravosa para el titular del
derecho.

¿Qué especialidades existen en el ámbito tributario, contratación y


unidad de mercado?

La Ley 58/2003, de 17 de diciembre, General Tributaria, regula en el


Título V el régimen de revisión de actos administrativos en materia
fiscal, lo que ha sido desarrollado por el Real Decreto 520/2005, de
13 de mayo.

Esta norma ha sido modificada por el Real Decreto 1073/2017, de


29 de diciembre.

Las modificaciones legales introducidas en materia de suspensión


de sanciones tributarias como consecuencia de su impugnación por
los responsables han conllevado la necesidad de adaptar en este
sentido las disposiciones reglamentarias en materia de revisión,
teniendo en cuenta que dicha suspensión de acuerdo con lo
dispuesto en el artículo 174.5 de la Ley 58/2003, de 17 de diciembre,
General Tributaria, en relación con el artículo 212.3 de la LGT no se
extenderá a las impugnaciones que puedan realizar los
responsables del artículo 42.2 de la misma LGT, dadas las
características específicas de dicha responsabilidad.

Por su parte, la Ley 9/2017, de 8 de noviembre, de Contratos del


Sector Público, regula un régimen especial de revisión al regular en
los artículos 44 a60 LCSP el recurso especial en materia de
contratación previo a la interposición del contencioso-
administrativo. El conocimiento de tal recurso especial está
atribuido, en el ámbito de la Administración General del Estado, a un
órgano especializado denominado Tribunal Administrativo Central
de Recursos Contractuales y que actúa con plena independencia
funcional.

29
31
El Tribunal está adscrito al Ministerio de Hacienda, hoy día al
Ministerio de Hacienda, y se compone por un presidente y un
mínimo de dos vocales.

Su ámbito de actuación, dentro del procedimiento de contratación,


es lo relativo a la preparación y adjudicación de los contratos. Su
objetivo es asegurar el trato no discriminatorio y la igualdad entre
los contratantes velando por la correcta aplicación de las normas
que incorporan tales principios a nuestro ordenamiento jurídico.

Las resoluciones del Tribunal Administrativo Central de Recursos


Contractuales son impugnables ante la Sala de lo Contencioso-
administrativo de la Audiencia Nacional conforme a los artículos
11.1.f) y 46.1 de la LJCA.

Por último, la Ley 20/2013, de 9 de diciembre, de garantía de la


unidad de mercado, en sus artículos 26 y 27, regula un régimen
específico de impugnación jurisdiccional de cualquier disposición
de carácter general, acto, actuación, inactividad o vía de hecho que
se considere contraria, en los términos previstos en esta Ley, a la
libertad de establecimiento o de circulación procedente de cualquier
autoridad competente. Atribuye tal legitimación a la Comisión
Nacional de los Mercados y la Competencia que podrá actuar de
oficio o a petición de los operadores económicos, que podrán
dirigirse a la misma antes de iniciar un procedimiento contencioso
administrativo.

Conclusiones:

• Las Administraciones Públicas podrán declarar de oficio la nulidad


de los actos administrativos que hayan puesto fin a la vía
administrativa o que no hayan sido recurridos en plazo.
• Las Administraciones Públicas podrán revocar, mientras no haya
transcurrido el plazo de prescripción, sus actos de gravamen o
desfavorables, siempre que tal revocación no constituya dispensa o
exención no permitida por las leyes, ni sea contraria al principio de
igualdad, al interés público o al ordenamiento jurídico.
• Las Administraciones Públicas podrán rectificar en cualquier
momento, de oficio o a instancia de los interesados, los errores
materiales, de hecho o aritméticos existentes en sus actos .

30
32
• Las facultades de revisión no podrán ser ejercidas cuando por
prescripción de acciones, por el tiempo transcurrido o por otras
circunstancias, su ejercicio resulte contrario a la equidad, a la buena
fe, al derecho de los particulares o a las leyes.

Los recursos administrativos concepto y clases.

Los recursos administrativos “comunes” se encuentran regulados


en la Ley 39/2015, de 1 de octubre, del Procedimiento
Administrativo Común de las Administraciones Públicas (artículos
112 a 126).
Llamamos a estos recursos “comunes” porque hay otros, a los que
cabría denominar “especiales” que solo proceden en los casos
previstos en la ley que regule la materia específica para la que estos
últimos estén previstos. En el ámbito de la Contratación del Sector
Público, por ejemplo, tenemos, para determinados supuestos, el
recurso especial en materia de contratación, que, aunque tiene la
misma naturaleza revisora, no se puede encuadrar entre ninguno de
los recursos “comunes” que regula la mencionada Ley 39/2015.
Puesto que lo normal será que el recurso a interponer sea de los
“comunes”, serán estos los que explicaremos a lo largo de este
epígrafe.

Requisitos generales de los recursos administrativos.

Los Art. 112-120 ,Ley 39/2015, de 1 de octubre se ocupan de


los "Principios generales" de los recursos administrativos,
haciendo hincapié en las siguientes cuestiones:

Los Art. 112,Art. 113 ,Ley 39/2015, de 1 de octubre,


relacionados con el objeto y clases de los recursos administrativos,
enumeran los siguientes:

❖ recurso de alzada
❖ recurso potestativo de reposición
❖ recurso extraordinario de revisión

31
33
De la consideración conjunta de los Art. 112,Art. 113 ,Ley
39/2015, de 1 de
octubre se deriva lo siguiente en atención al objeto y
clases del recurso administrativo:

Contra las resoluciones y los actos de trámite, si estos


últimos deciden directa o indirectamente el fondo del asunto,
determinan la imposibilidad de continuar el procedimiento,
producen indefensión o perjuicio irreparable a derechos e intereses
legítimos, podrán interponerse por los interesados los recursos de
alzada y potestativo de reposición, que cabrá fundar en cualquiera
de los motivos de nulidad o anulabilidad previstos en los artículos
Art. 47,Art. 48 ,Ley 39/2015, de 1 de octubre.

La oposición a los restantes actos de trámite podrá alegarse


por los interesados para su consideración en la resolución que
ponga fin al procedimiento.

Las leyes podrán sustituir el recurso de alzada, en supuestos


o ámbitos sectoriales determinados, y cuando la especificidad de la
materia así lo justifique, por otros procedimientos de impugnación,
reclamación, conciliación, mediación y arbitraje, ante órganos
colegiados o Comisiones específicas no sometidas a
instrucciones jerárquicas, con respeto a los principios, garantías y
plazos que la presente Ley reconoce a las personas y a los
interesados en todo procedimiento administrativo. En las mismas
condiciones, el recurso de reposición podrá ser sustituido por los
procedimientos a que se refiere el párrafo anterior, respetando su
carácter potestativo para el interesado. La aplicación de estos
procedimientos en el ámbito de la Administración Local no podrá
suponer el desconocimiento de las facultades resolutorias
reconocidas a los órganos representativos electos establecidos
por la Ley.

Actuaciones recurribles, legitimación y órgano competente.

Contra las disposiciones administrativas de carácter general


no cabrá recurso en vía administrativa. Los recursos contra un
acto administrativo que se funden únicamente en la nulidad de
alguna disposición administrativa de carácter general podrán

32
34
interponerse directamente ante el órgano que dictó dicha
disposición.

Las reclamaciones económico-administrativas se ajustarán a


los procedimientos establecidos por su legislación específica.

Contra los actos firmes en vía administrativa, sólo procederá


el recurso extraordinario de revisión cuando concurra alguna de las
circunstancias previstas en el apdo.1 del Art. 125 ,Ley 39/2015, de
1 de octubre.

Como se puede apreciar, el régimen legal de recursos se


sustenta en una doble categoría: preceptivos y facultativos. Así, un
recurso será preceptivo cuando su interposición es una condición
inexcusable para una posterior interposición de un recurso
judicial, pues si el interesado no interpone el recurso administrativo
que ponga fin a la vía administrativa pierde todas sus acciones
convirtiendo el acto en firme; por otra parte, será facultativo cuando
su interposición es una opción antes de acudir a la vía judicial para
hacer valer el derecho en cuestión (p.e. el recurso potestativo de
reposición).

Los actos que ponen fin a la vía administrativa son los


establecidos el Art. 114 ,Ley 39/2015, de 1 de octubre: la relación
de los mismos es relevante, por cuanto. según establece el Art.
123 ,Ley 39/2015, de 1 de octubre, podrán ser recurridos
potestativamente en reposición ante el mismo órgano que los
hubiera dictado o ser impugnados directamente ante el orden
jurisdiccional contencioso-administrativo.

El Art. 114 ,Ley 39/2015, de 1 de octubre se ocupa de


relacionar los actos que ponen fin a la vía administrativa:

❖ Las resoluciones de los recursos de alzada.

❖ Las resoluciones de los procedimientos a que se refiere


el apartado 2 del Art. 112 ,Ley 39/2015, de 1 de
octubre.

33
35
❖ Las resoluciones de los órganos administrativos que
carezcan de superior jerárquico, salvo que una Ley
establezca lo contrario.

❖ Los acuerdos, pactos, convenios o contratos que


tengan la consideración de finalizadores del
procedimiento.

❖ La resolución administrativa de los procedimientos de


responsabilidad patrimonial, cualquiera que fuese el
tipo de relación, pública o privada, de que derive.

❖ La resolución de los procedimientos complementarios


en materia sancionadora a los que se refiere el
apartado 4 del Art. 90 ,Ley 39/2015, de 1 de octubre.

❖ Las demás resoluciones de órganos administrativos


cuando una disposición legal o reglamentaria así lo
establezca.

Además de lo previsto en el apartado anterior, en el ámbito


estatal ponen fin a la vía administrativa los actos y resoluciones
siguientes:

Los actos administrativos de los miembros y órganos del


Gobierno.

Los emanados de los Ministros y los Secretarios de Estado


en el ejercicio de las competencias que tienen atribuidas los
órganos de los que son titulares.

Los emanados de los órganos directivos con nivel de Director


general o superior, en relación con las competencias que tengan
atribuidas en materia de personal.

En los Organismos públicos y entidades derecho público


vinculados o dependientes de la Administración General del

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36
Estado, los emanados de los máximos órganos de dirección
unipersonales o colegiados, de acuerdo con lo que establezcan
sus estatutos, salvo que por ley se establezca otra cosa.
La relación anterior tiene su trascendencia práctica si se
pone en relación con lo establecido en el apdo. 1 del Art. 123 ,Ley
39/2015, de 1 de octubre: "Los actos administrativos que pongan
fin a la vía administrativa podrán ser recurridos potestativamente
en reposición ante el mismo órgano que los hubiera dictado o ser
impugnados directamente ante el orden jurisdiccional contencioso-
administrativo".

i el Art. 115 ,ley 39/2015, de 1 de octubre se refiere a los


contenidos que habrá de expresar la interposición del recurso
administrativo, el Art. 116 ,Ley 39/2015, de 1 de octubre se ocupa
de establecer las causas de inadmisión del mismo.

Reglas generales de tramitación de los recursos


administrativos.

Acerca de la interposición de los recursos administrativos, el


Art. 115 ,Ley 39/2015, de 1 de octubre dispone lo siguiente:

La interposición del recurso deberá expresar:

El nombre y apellidos del recurrente, así como la


identificación personal del mismo.

El acto que se recurre y la razón de su impugnación.

Lugar, fecha, firma del recurrente, identificación del medio y,


en su caso, del lugar que se señale a efectos de notificaciones.

Órgano, centro o unidad administrativa al que se dirige y su


correspondiente código de identificación.

Las demás particularidades exigidas, en su caso, por las


disposiciones específicas.

35
37
El error o la ausencia de la calificación del recurso por parte
del recurrente no será obstáculo para su tramitación, siempre que
se deduzca su verdadero carácter.

Los vicios y defectos que hagan anulable un acto no podrán


ser alegados por quienes los hubieren causado.
Por su parte, el Art. 116 ,Ley 39/2015, de 1 de octubre señala
que serán causas de inadmisión del recurso administrativo:

Ser incompetente el órgano administrativo, cuando el


competente perteneciera a otra Administración Pública. El recurso
deberá remitirse al órgano competente, de acuerdo con lo
establecido en el apdo.1 del Art. 14 ,Ley 40/2015, de 1 de octubre.

Carecer de legitimación el recurrente.

Tratarse de un acto no susceptible de recurso.

Haber transcurrido el plazo para la interposición del recurso.

Carecer el recurso manifiestamente de fundamento.

El Art. 117 ,Ley 39/2015, de 1 de octubre, aun cuando señala


que la interposición de cualquier recurso, excepto en los casos en
que una disposición establezca lo contrario, no suspenderá la
ejecución del acto impugnado, establece, siguiendo la legislación
antecedente, la posibilidad de que esta suspensión tenga lugar
previa ponderación entre el perjuicio que causaría al interés
público o a terceros la suspensión y el ocasionado al recurrente
como consecuencia de la eficacia inmediata del acto recurrido, en
el caso de que concurran determinadas circunstancias.

Como regla general, la interposición de cualquier recurso,


excepto en los casos en que una disposición establezca lo
contrario, no suspenderá la ejecución del acto impugnado. Sin
embargo, y como señala el apdo.2 del Art. 117 ,Ley 39/2015, de 1
de octubre, el órgano a quien competa resolver el recurso, previa
ponderación, suficientemente razonada, entre el perjuicio que

36
38
causaría al interés público o a terceros la suspensión y el
ocasionado al recurrente como consecuencia de la eficacia
inmediata del acto recurrido, podrá suspender, de oficio o a
solicitud del recurrente, la ejecución del acto impugnado cuando
concurran alguna de las siguientes circunstancias:

Que la ejecución pudiera causar perjuicios de imposible o


difícil reparación.

Que la impugnación se fundamente en alguna de las causas


de nulidad de pleno derecho previstas en el apdo.1 del Art. 47 ,Ley
39/2015, de 1 de octubre.
Por lo demás, y en relación igualmente a la suspensión, el
Art. 117 ,Ley 39/2015, de 1 de octubre dispone lo siguiente:

La ejecución del acto impugnado se entenderá suspendida si


transcurrido un mes desde que la solicitud de suspensión haya
tenido entrada en el registro electrónico de la Administración u
Organismo competente para decidir sobre la misma, el órgano a
quien competa resolver el recurso no ha dictado y notificado
resolución expresa al respecto. En estos casos, no será de
aplicación lo establecido en el párrafo segundo del apartado 4 de
la Art. 21 ,Ley 39/2015, de 1 de octubre.

Al dictar el acuerdo de suspensión podrán adoptarse las


medidas cautelares que sean necesarias para asegurar la
protección del interés público o de terceros y la eficacia de la
resolución o el acto impugnado.

Cuando de la suspensión puedan derivarse perjuicios de


cualquier naturaleza, aquélla sólo producirá efectos previa
prestación de caución o garantía suficiente para responder de
ellos, en los términos establecidos reglamentariamente.

La suspensión se prolongará después de agotada la vía


administrativa cuando, habiéndolo solicitado previamente el
interesado, exista medida cautelar y los efectos de ésta se
extiendan a la vía contencioso-administrativa. Si el interesado
interpusiera recurso contencioso-administrativo, solicitando la

37
39
suspensión del acto objeto del proceso, se mantendrá la
suspensión hasta que se produzca el correspondiente
pronunciamiento judicial sobre la solicitud.

Cuando el recurso tenga por objeto la impugnación de un


acto administrativo que afecte a una pluralidad indeterminada de
personas, la suspensión de su eficacia habrá de ser publicada en el
periódico oficial en que aquél se insertó.

El Art. 118 ,Ley 39/2015, de 1 de octubre dispone que la


audiencia de los interesados, en vía de recurso, procederá cuando
hayan de tenerse en cuenta nuevos hechos o documentos no
recogidos en el expediente originario por no haberlos podido
aportar en el trámite de alegaciones. El plazo en el que se pondrán
de manifiesto estos nuevos hechos, documentos o justificantes,
será no inferior a diez días ni superior a quince.

Respecto de la audiencia de los interesados en vía de


recurso, el Art. 118 ,Ley 39/2015, de 1 de octubre dispone los
siguiente:

Cuando hayan de tenerse en cuenta nuevos hechos o


documentos no recogidos en el expediente originario, se pondrán
de manifiesto a los interesados para que, en un plazo no inferior a
diez días ni superior a quince, formulen las alegaciones y
presenten los documentos y justificantes que estimen
procedentes.

No se tendrán en cuenta en la resolución de los recursos,


hechos, documentos o alegaciones del recurrente, cuando
habiendo podido aportarlos en el trámite de alegaciones no lo haya
hecho. Tampoco podrá solicitarse la práctica de pruebas cuando
su falta de realización en el procedimiento en el que se dictó la
resolución recurrida fuera imputable al interesado.

Si hubiera otros interesados se les dará, en todo caso,


traslado del recurso para que en el plazo antes citado, aleguen
cuanto estimen procedente.

38
40
El recurso, los informes y las propuestas no tienen el carácter
de documentos nuevos a los efectos de este artículo. Tampoco lo
tendrán los que los interesados hayan aportado al expediente
antes de recaer la resolución impugnada.
A este respecto, cabe recordar aquí que la omisión del
trámite de audiencia (se produzca en vía de recurso o durante la
tramitación adminsitrativa) sólo será determinante de la nulidad
del procedimiento en el caso de que se origine una verdadera
indefensión (TS, Sala de lo Contencioso, de 24/02/1997, Rec.
10248/1990):

“Este trámite de audiencia, sólo da lugar, su omisión, a la


anulación del acto recurrido cuando el Tribunal constata que la
misma ha producido una auténtica situación de indefensión a los
recurrentes. Y la parte apelante tuvo posibilidad no sólo de
formular alegaciones sino que tuvo también la oportunidad de
presentar documentos, consignar datos y aportar pruebas a través
de los distintos escritos y recursos presentados, razón por la que
no puede afirmarse que se encontrase en situación de indefensión,
al haber disfrutado de posibilidades de conocimiento y defensa de
eficacia equivalente a la que se puede derivar de la notificación
individual, lo que permite aplicar el criterio jurisprudencial de
relativización de los vicios de forma expresada en el anterior art.
48.2 LPA ( SSTS de 18 de mayo de 1977, 22 de abril y 3 de mayo
de 1980, 7 de octubre de 1981 y 18 de marzo de 1987), sin que se
trate, como se indica en la alegaciones del apelante, de acudir al
precepto de un reglamento nulo, el art.44, que permitía, frente al
art. 79 LPA, sustituir la notificación por la publicación de los actos
cuando tienen destinatarios determinados”.

El Art. 119 ,Ley 39/2015, de 1 de octubre, referido a la


resolución del recurso administrativo, dispone que ésta estimará
en todo o en parte o desestimará las pretensiones formuladas en
el mismo o declarará su inadmisión. De otro lado, el Art. 120 ,Ley
39/2015, de 1 de octubre se ocupa de la resolución en el caso de
una pluralidad de recursos administrativos que traigan causa de un
mismo acto.

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Sobre la resolución del recurso administrativo, el Art. 119
,Ley 39/2015, de 1 de octubre indica que ésta estimará en todo o
en parte o desestimará las pretensiones formuladas en el mismo o
declarará su inadmisión. Cuando existiendo vicio de forma no se
estime procedente resolver sobre el fondo se ordenará la
retroacción del procedimiento al momento en el que el vicio fue
cometido, sin perjuicio de que eventualmente pueda acordarse la
convalidación de actuaciones por el órgano competente para ello,
de acuerdo con lo dispuesto en el Art. 52 ,Ley 39/2015, de 1 de
octubre.

El órgano que resuelva el recurso decidirá cuantas


cuestiones, tanto de forma como de fondo, plantee el
procedimiento, hayan sido o no alegadas por los interesados. En
este último caso se les oirá previamente. No obstante, la
resolución será congruente con las peticiones formuladas por el
recurrente, sin que en ningún caso pueda agravarse su situación
inicial.

Por su parte, y a respecto de la pluralidad de recursos


administrativos, el Art. 120 ,Ley 39/2015, de 1 de octubre dispone
lo siguiente:

Cuando deban resolverse una pluralidad de recursos


administrativos que traigan causa de un mismo acto
administrativo y se hubiera interpuesto un recurso judicial contra
una resolución administrativa o bien contra el correspondiente
acto presunto desestimatorio, el órgano administrativo podrá
acordar la suspensión del plazo para resolver hasta que recaiga
pronunciamiento judicial.

El acuerdo de suspensión deberá ser notificado a los


interesados, quienes podrán recurrirlo. La interposición del
correspondiente recurso por un interesado, no afectará a los
restantes procedimientos de recurso que se encuentren
suspendidos por traer causa del mismo acto administrativo.

Recaído el pronunciamiento judicial, será comunicado a los


interesados y el órgano administrativo competente para resolver

40
42
podrá dictar resolución sin necesidad de realizar ningún trámite
adicional, salvo el de audiencia, cuando proceda.

Examen especial de los recursos (reposición, alzada y


extraordinario de revisión).

Recurso de Alzada.

Los actos administrativos que no pongan fin a la vía


administrativa pueden ser recurridos en alzada ante el órgano
superior jerárquico que los dictó (Art. 121,Art. 122 ,Ley 39/2015, de
1 de octubre). Contra la resolución de un recurso de alzada no
cabrá ningún otro recurso administrativo, salvo el recurso
extraordinario de revisión del Art. 125 ,Ley 39/2015, de 1 de
octubre

Los Art. 121,Art. 122 ,Ley 39/2015, de 1 de octubre se ocupan


del recurso de alzada y lo hacen en los siguientes términos:

Las resoluciones y actos a que se refiere el apdo. 1 del Art.


112 ,Ley 39/2015, de 1 de octubre, cuando no pongan fin a la vía
administrativa, podrán ser recurridos en alzada ante el órgano
superior jerárquico del que los dictó. A estos efectos, los
Tribunales y órganos de selección del personal al servicio de las
Administraciones Públicas y cualesquiera otros que, en el seno de
éstas, actúen con autonomía funcional, se considerarán
dependientes del órgano al que estén adscritos o, en su defecto,
del que haya nombrado al presidente de los mismos.
El recurso podrá interponerse ante el órgano que dictó el acto
que se impugna o ante el competente para resolverlo.
Si el recurso se hubiera interpuesto ante el órgano que dictó
el acto impugnado, éste deberá remitirlo al competente en el plazo
de diez días, con su informe y con una copia completa y ordenada
del expediente.
El titular del órgano que dictó el acto recurrido será
responsable directo del cumplimiento de lo previsto en el párrafo
anterior.
El plazo para la interposición del recurso de alzada será de
un mes, si el acto fuera expreso. Transcurrido dicho plazo sin

41
43
haberse interpuesto el recurso, la resolución será firme a todos los
efectos.
Si el acto no fuera expreso el solicitante y otros posibles
interesados podrán interponer recurso de alzada en cualquier
momento a partir del día siguiente a aquel en que, de acuerdo con
su normativa específica, se produzcan los efectos del silencio
administrativo.
El plazo máximo para dictar y notificar la resolución será de
tres meses. Transcurrido este plazo sin que recaiga resolución, se
podrá entender desestimado el recurso, salvo en el supuesto
previsto en el tercer párrafo del apdo.1 del Art. 24 ,Ley 39/2015, de
1 de octubre.
Contra la resolución de un recurso de alzada no cabrá ningún
otro recurso administrativo, salvo el recurso extraordinario de
revisión, en los casos establecidos en el artículo apdo. 1 del Art.
125 ,Ley 39/2015, de 1 de octubre.

Los actos administrativos que pongan fin a la vía


administrativa pueden ser recurridos potestativamente en
reposición (Art. 123,Art. 124 ,Ley 39/2015, de 1 de octubre) ante el
mismo órgano que los hubiera dictado o ser impugnados
directamente ante el orden jurisdiccional contencioso-
administrativo

Los Art. 123,Art. 124 ,Ley 39/2015, de 1 de octubre se ocupan


del recurso potestativo de reposición y lo hacen en los siguientes
términos:

Los actos administrativos que pongan fin a la vía


administrativa podrán ser recurridos potestativamente en
reposición ante el mismo órgano que los hubiera dictado o ser
impugnados directamente ante el orden jurisdiccional contencioso-
administrativo.
No se podrá interponer recurso contencioso-administrativo
hasta que sea resuelto expresamente o se haya producido la
desestimación presunta del recurso de reposición interpuesto.
El plazo para la interposición del recurso de reposición será
de un mes, si el acto fuera expreso. Transcurrido dicho plazo,
únicamente podrá interponerse recurso contencioso-

42
44
administrativo, sin perjuicio, en su caso, de la procedencia del
recurso extraordinario de revisión.
Si el acto no fuera expreso, el solicitante y otros posibles
interesados podrán interponer recurso de reposición en cualquier
momento a partir del día siguiente a aquel en que, de acuerdo con
su normativa específica, se produzca el acto presunto.
El plazo máximo para dictar y notificar la resolución del
recurso será de un mes.
Contra la resolución de un recurso de reposición no podrá
interponerse de nuevo dicho recurso.

Los actos firmes en vía administrativa pueden ser objeto de


recurso extraordinario de revisión (Art. 125,Art. 126 ,Ley 39/2015,
de 1 de octubre) cuando concurra alguna de las siguientes
circunstancias: que al dictarlos se hubiera incurrido en error de
hecho que resulte de los propios documentos incorporados al
expediente, que aparezcan documentos de valor esencial para la
resolución del asunto que, aunque sean posteriores, evidencien el
error de la resolución recurrida, que en la resolución hayan influido
esencialmente documentos o testimonios declarados falsos por
sentencia judicial firme, anterior o posterior a aquella resolución o,
finalmente, que la resolución se hubiese dictado como
consecuencia de prevaricación, cohecho, violencia, maquinación
fraudulenta u otra conducta punible y se haya declarado así en
virtud de sentencia judicial firme.

Los Art. 125,Art. 126 ,Ley 39/2015, de 1 de octubre se ocupan


del recurso extraordinario de revisión y lo hacen en los siguientes
términos:

Contra los actos firmes en vía administrativa podrá


interponerse el recurso extraordinario de revisión ante el órgano
administrativo que los dictó, que también será el competente para
su resolución, cuando concurra alguna de las circunstancias
siguientes:
Que al dictarlos se hubiera incurrido en error de hecho, que
resulte de los propios documentos incorporados al expediente.

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45
Que aparezcan documentos de valor esencial para la
resolución del asunto que, aunque sean posteriores, evidencien el
error de la resolución recurrida.
Que en la resolución hayan influido esencialmente
documentos o testimonios declarados falsos por sentencia judicial
firme, anterior o posterior a aquella resolución.
Que la resolución se hubiese dictado como consecuencia de
prevaricación, cohecho, violencia, maquinación fraudulenta u otra
conducta punible y se haya declarado así en virtud de sentencia
judicial firme.
El recurso extraordinario de revisión se interpondrá, cuando
se trate de la causa a) del apartado anterior, dentro del plazo de
cuatro años siguientes a la fecha de la notificación de la resolución
impugnada. En los demás casos, el plazo será de tres meses a
contar desde el conocimiento de los documentos o desde que la
sentencia judicial quedó firme.
Lo establecido no perjudica el derecho de los interesados a
formular la solicitud y la instancia a que se refiere el Art. 106 ,Ley
39/2015, de 1 de octubre y el apdo. 2 del Art. 109 ,Ley 39/2015, de
1 de octubre ni su derecho a que las mismas se sustancien y
resuelvan.
El órgano competente para la resolución del recurso podrá
acordar motivadamente la inadmisión a trámite, sin necesidad de
recabar dictamen del Consejo de Estado u órgano consultivo de la
Comunidad Autónoma, cuando el mismo no se funde en alguna de
las causas previstas en el apartado 1 del Art. 125 ,Ley 39/2015, de
1 de octubre o en el supuesto de que se hubiesen desestimado en
cuanto al fondo otros recursos sustancialmente iguales.
El órgano al que corresponde conocer del recurso
extraordinario de revisión debe pronunciarse no sólo sobre la
procedencia del recurso, sino también, en su caso, sobre el fondo
de la cuestión resuelta por el acto recurrido.
Transcurrido el plazo de tres meses desde la interposición
del recurso extraordinario de revisión sin haberse dictado y
notificado la resolución, se entenderá desestimado, quedando
expedita la vía jurisdiccional contencioso-administrativa.

La conciliación administrativa es un intento de evitar el juicio


laboral.

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Antes de iniciar un proceso judicial, el empleado y la empresa
pueden llegar a un acuerdo en el acto de conciliación laboral. Este
procedimiento pre-judicial es obligatorio en las reclamaciones más
habituales, cuando el trabajador no está conforme con el despido o
cuando se le deben salarios.
Sin embargo no es necesario que haya acto de conciliación y
el empleado puede presentar directamente la demanda para
reclamar sobre temas como:
• Las vacaciones
• La movilidad geográfica
• Las modificaciones sustanciales de las condiciones de
trabajo
• Las suspensiones del contrato
• Las reducciones de jornada por causas objetivas
• La conciliación de la vida familiar y laborar
• La defensa de los derechos fundamentales
Procedimiento:
El primer paso para demandar suele ser presentar una
papeleta de conciliación. Al presentarla, se cita al trabajador y a la
empresa para que acudan a un acto de conciliación administrativo
para ver si llegan a un acuerdo que evite el juicio.
Las papeletas se presentan ante los servicios de mediación,
arbitraje y conciliación de cada Comunidad Autónoma, por lo que
cada una tiene un servicio propio (SMAC, CEMAC, UMAC…) con
sus propias especialidades, pero en general todos funcionan de
forma similar.
Plazo:
• En el caso del despido son 20 días hábiles, que es también el
tiempo para presentar una demanda.
• En el caso de reclamar salarios o el reconocimiento de un
derecho el plazo es de un año.
Una vez solicitado el acto de conciliación, mediante la
papeleta de conciliación, el SMAC citará en una fecha, hora y lugar
determinado al trabajador y a la empresa para el acto de
conciliación. En la mayoría de casos, la empresa se entera de la
reclamación del empleado al recibir la citación del SMAC.

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El acto de conciliación se celebra ante un letrado conciliador
o un funcionario del SMAC y deben acudir:
• Un representante de la empresa
• El trabajador o su representante
No es necesario que los representantes sean abogados,
aunque es conveniente que lo sea.
El acto de conciliación puede acabar de 4 formas
fundamentalmente:
• Desistimiento: por no acudir el demandante o por querer
retirar la papeleta presentada. En este caso, se archiva la
papeleta de conciliación. Si el trabajador todavía está en
plazo de reclamar, deberá empezar de nuevo todo el proceso.
• Con avenencia: cuando se llega a un acuerdo entre el
trabajador y la empresa
• Sin avenencia: cuando la empresa acude al acto de
conciliación pero no se llega a ningún acuerdo
• Sin efecto: cuando la empresa no acude al acto de
conciliación. En estos casos se suele indicar en el acta si
consta que la empresa ha recibido o no la citación.
Impugnación:
El acuerdo de conciliación o mediación podrá ser impugnado
por las partes y por quienes pudieran sufrir perjuicio por aquél, ante
el Juzgado o Tribunal competente para conocer del asunto objeto
de la conciliación o mediación, mediante ejercicio de la acción de
nulidad por las causas que invalidan los contratos.
La acción caducará a los treinta días hábiles siguientes a
aquel en que se adoptó el acuerdo. Para los posibles perjudicados
el plazo contará desde que lo conocieran.
Ejecución:
Lo acordado en conciliación o mediación tendrá fuerza
ejecutiva entre las partes intervinientes sin necesidad de
ratificación ante el Juez o Tribunal, pudiendo llevarse a efecto por
el trámite de ejecución de sentencias.

La mediación es un cauce de resolución de conflictos que


comienza a abrirse camino en el Derecho Administrativo. Este tipo
de instrumentos no sólo responde a la necesidad de reducir el
número de asuntos contenciosos, sino igualmente a la búsqueda
de una vía complementaria de solucionar conflictos jurídicos de

46
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forma satisfactoria. La ponencia pretende poner de manifiesto la
existencia de ámbitos donde la mediación ya es una realidad, no
sólo en el marco de procedimientos administrativos sino incluso
en el seno de procesos judiciales en curso.

Nos referimos a los casos más utilizados como por ejemplo


en la implementación en ámbitos tan dispares como la función
pública (art. 45 EBEP) o el régimen disciplinario.

El arbitraje puede definirse como «un sistema


heterocompositivo alternativo al proceso por el que las personas
naturales o jurídicas pueden someter una controversia, previo
convenio, a personas, órganos o entidades diferentes de las que
integran el Poder Judicial, cuya decisión (laudo) está legalmente
dotada de fuerza de cosa juzgada»4. Se trata esta de una
definición en la que están presentes los elementos
caracterizadores esenciales de la institución, y que es
especialmente adecuada a su funcionamiento en el ámbito
jurídico-privado, donde encuentra su campo predilecto de
aplicación, en tanto en cuanto el arbitraje «constituye expresión de
la libertad y la autonomía de las partes», según lo afirmado nuestro
Tribunal Constitucional5.

Es necesario señalar que en el ámbito administrativo la


palabra arbitraje resulta equívoca, por hacer referencia a figuras
diversas que en algún caso poco tienen que ver la auténtica
institución arbitral, en los términos en que acaba de ser definida.

Así, en primer lugar, con la palabra arbitraje se puede estar


aludiendo a la función arbitral de la Administración, esto es, la
actividad administrativa que desarrolla la Administración cuando
está investida para ello, consistente en resolver unilateralmente un
conflicto entre administrados (o en su caso entre entes públicos)
sobre Derecho Público o Privado6. Bajo esta categoría se engloban
supuestos de diversa naturaleza, más o menos próximos al
verdadero arbitraje, cuyo estudio no puede ser abordado con
detenimiento en este trabajo7.

En segundo lugar, cuando se habla de arbitraje en el ámbito


del Derecho Público se puede estar haciendo referencia a los

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supuestos en los que una Administración es parte de la
controversia que es resuelta por un árbitro u órgano arbitral
colegiado. De manera más precisa, Trayter definió el arbitraje de
Derecho Administrativo como «aquel medio de resolución de
conflictos en el que, como mínimo, una de las partes es una
Administración Pública y acuerdan someter las cuestiones
litigiosas, surgidas o que puedan surgir en una materia de su libre
disposición, a varios árbitros»8.

A partir de esta idea, es preciso trazar una distinción entre el


arbitraje «en sentido estricto», la institución surgida en el Derecho
Privado y cuya aplicación al ámbito jurídico público presenta no
pocos problemas, según veremos a continuación, y la figura que
bajo la denominación de arbitraje se prevé la LPAC. Esta última no
constituye, a nuestro parecer, un verdadero arbitraje, al carecer de
los rasgos esenciales que caracterizan a esta institución. Sobre
ella se volverá más adelante.

El arbitraje «en sentido estricto» presenta una serie de notas


esenciales que, si bien no pueden ser ahora desarrolladas
extensamente, sí deben ser al menos mencionadas9: a)
Voluntariedad en el sometimiento: la base legitimadora del
arbitraje se halla en la voluntad de las partes, el sometimiento de la
disputa al arbitraje no puede ser forzoso; b) Designación de los
árbitros con el consentimiento de las partes; c) El arbitraje debe
versar sobre materias que sean de libre disposición de las
partes10. Esta característica casa mal, como puede suponerse,
con la actividad típicamente administrativa, lo que dificulta la
aplicación de esta institución al ámbito jurídico-público. Más
adelante volveremos sobre esta cuestión; d) «Equivalente
jurisdiccional»: el sometimiento a arbitraje excluye el acceso a la
vía jurisdiccional. Así, el laudo pone fin a la controversia,
produciendo efecto de cosa juzgada y debe ser aceptado por las
partes. Únicamente puede ser impugnado ante los tribunales por
un número reducido de causas tasadas.

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