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PSICOSOCIAL EN LA COMUNIDAD
Silvana Baró
Introducción
Entender la salud como un proceso complejo que se construye entre todos, supone
considerar que las acciones intersectoriales constituyen un recurso fundamental
para la solución de los problemas de salud y para el bienestar de la comunidad.
Desarrollo
En primer lugar, hay que tener presente el concepto de salud cuando nos
proponemos trabajar en una comunidad que manifiesta cierta problemática que
tiene que ver con lo psicosocial. Entendiendo a la salud no como una concepción
médica sino esencialmente social y, más aún, como un derecho social (Bustelo
Graffigna, 1999). El autor la vincula con el ejercicio de la ciudadanía, en donde cada
ciudadano tiene la capacidad de luchar y conquistar el derecho a la salud para todos
y con todos.
Sánchez Vidal (1996) propone cinco elementos básicos a tener en cuenta que
podrían aplicarse al concepto de comunidad, como la localización geográfica, la
estabilidad temporal, instalaciones, servicios y recursos materiales, estructura y
sistemas sociales y un componente psicológico.
De este modo, se puede hablar de la existencia de redes que sirven de sostén a las
acciones que desarrollan los diversos grupos, y que, a su vez, nos da la idea de
constitución de vínculos. La idea de redes remite a lo horizontal y no a una jerarquía
piramidal, la lógica de redes permite pensar en la creación de lazos con otros ya
sea en un grupo, institución o territorio.
La configuración de redes tiene varios niveles según este autor, el primer nivel sería
el de reconocimiento, en donde habría una aceptación por parte del otro y si esto
no ocurriera se presentaría como dificultad la interacción al no reconocer que el otro
existe. El segundo nivel es el de conocimiento del otro, allí se encuentra un interés
por saber del otro; el tercer nivel es el de colaboración en el sentido de trabajar con
otros. En el cuarto nivel hay una cooperación porque en este nivel se supone que si
hay un problema van a trabajar todos juntos sistemáticamente para resolverlo; y por
último, el nivel de asociación, es donde se comparten recursos luego de formalizar
algunos acuerdos.
Ese espacio, a la vez, será de discusión y reflexión sobre las necesidades que tiene
la comunidad y las soluciones factibles que darán lugar a distintas acciones. Se
constituirá como un espacio de intercambio productivo entre los distintos sectores
en donde la participación haga posible la gestión de políticas públicas que posibiliten
el ejercicio del derecho a la salud.
Ese trabajo colectivo supone una transformación que implica individuos, grupos y
circunstancias y acciones en las que se participa, esto conlleva decisiones,
derechos, deberes y logros (Montero, 2004).
Es por ello que este espacio también será de conocimiento, un conocimiento que
será tomado como un valor, es fundamental aquí la posibilidad de hablar y de ser
escuchado que también tiene que ver con la pertenencia, es decir, el “sentirse parte
de”. La pertenencia juega un papel muy importante para el sostenimiento de las
reuniones que, la mayoría de las veces suele presentarse como problemático en la
comunidad.
Entre los argumentos que se podrían presentar como dificultad para continuar con
dichas reuniones se encontrarían:
Falta de tiempo y/o de espacio para las reuniones: esto suele expresarse
como justificación a la inasistencia a las reuniones. Por un lado está la falta
de tiempo, y para ello, habría que “generar el compromiso individual, grupal
También puede ayudar, en este caso, contar por un lado, con una
planificación en tanto estrategia para lograr continuidad y compromiso del
sector; y por otro lado, invitar a otra persona más del sector, que a la próxima
reunión venga con un invitado (técnica del uno más uno), así se podríamos
asegurar una cierta confianza e interés en el espacio y en los integrantes.
Pero también existen otros argumentos que favorecen el trabajo intersectorial, como
la pertenencia y la construcción de un liderazgo compartido. El líder es quien facilita
el proceso de integración y superación de los intereses y necesidades parciales,
para forjar un equipo humano solidario. No se trata de un líder que habla en vez de
escuchar y controle en vez de motivar y comprometer, es un generador de nuevas
realidades, identidades, relaciones y compromisos (Spinelli, H., 2012).
Conclusiones:
Estas cuestiones pueden ser vinculadas a la labor del psicólogo en una comunidad
como agente de cambio y como dinamizador de estos procesos, la posibilidad de
escuchar las demandas de la comunidad y de favorecer el trabajo con otros.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS: