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INVESTIGACIÓN

SENTIDO DE COMUNIDAD
El concepto de comunidad ha sido un objeto de interés común para la psicología social y la
sociología que ha propiciado debates y cuestionamientos sobre su estructura e importancia.
Si existen las comunidades es razonable pensar que en ellas se propician ciertas dinámicas
y vínculos de distinta naturaleza que tienen un efecto en el bienestar y la identidad
individuales. Para Krause (2001) el sentido de comunidad representa la principal expresión
subjetiva de la comunidad.

El sentido de comunidad ha sido definido por Sarason (1974) y McMillan y Chavis (1986)
como aquella sensación de formar parte de un grupo, un sentimiento compartido de que las
necesidades colectivas serán atendidas bajo un compromiso cooperativo entre todos sus
integrantes. El sentido de comunidad se va consolidando una identificación de las personas
con el espacio en el que viven. Este sentimiento se fundamenta sobre la pertenencia de los
sujetos a un espacio común, y por lo tanto, a una misma forma de vida, que puede producir
una conciencia de participación para resolver problemas comunes (Musitu, 1991). Pero
también podemos definir una comunidad basándonos en las relaciones interpersonales (y en
el sentido de pertenencia resultante), más allá de las restricciones geográficas de la primera
acepción. Por ejemplo, la observación de un grupo de discusión en Internet de cuidadores
de enfermos de Alzheimer nos permitió comprobar que funcionaban como un grupo de
auto-ayuda, basado en el intercambio de apoyo informativo y afectivo, donde los
participantes desarrollaban cierto sentido de comunidad (Maya Jariego, 2001). Sin
necesidad de contacto cara a cara, y con independencia del lugar de residencia, pueden
constituirse comunidades genuinas. Una lógica similar se observa en las organizaciones
voluntarias, en las agrupaciones religiosas, en los sindicatos o en asociaciones
profesionales: el sentido de pertenencia puede darse aunque no se comparta un espacio
común. De hecho, los estudios sociológicos sobre la evolución de las redes personales
muestran una clara tendencia en la que el lugar de residencia parece perder importancia
relativa como contexto de relación
Componentes del sentido de comunidad
1. Pertenencia. El sentido de implicación personal en la comunidad tiene atributos
esenciales, tales como la pertenencia y la identificación con la comunidad o la
seguridad emocional.
2. Influencia recíproca. Entre los miembros y la comunidad se experimentan
dinámicas de intercambio recíproco de poder.
3. Integración y realización de necesidades. Hace referencia a la posibilidad de
compartir valores y recursos, y a la satisfacción de las necesidades individuales
entre los integrantes de una comunidad.
4. Conexión emocional compartida. Es un vínculo basado en las experiencias
compartidas entre los miembros de una comunidad. Es un factor esencial en el
mantenimiento de comunidades sólidas.
El sentido de comunidad incluye tanto componentes objetivos (satisfacción de
necesidades básicas, características del entorno físico, recursos sociales, características
sociodemográficas) como subjetivos (conexión, pertenencia, satisfacción, interacción
positiva, apoyo social), es complejo y está ligado tanto a los aspectos objetivos del
contexto como a los aspectos subjetivos de la interacción social y a las características de
sus residentes (Hombrados & López, 2014).
La evaluación del “sentido de comunidad” resulta compleja dada la diversidad de los
que la conforman. La operacionalización del “sentido de comunidad”, implica la
medición de ese sentimiento de “nosotros” es decir, el desarrollo del sentido de
pertenencia la búsqueda del relacionamiento con otros y la búsqueda de satisfacción de
necesidades en el entorno en el que se desarrollan los individuos.
¿Cómo construir sentido de comunidad en el barrio?
10 formas de promover el sentido de comunidad en el vecindario”. Son propuestas muy
sencillas, sin pretensiones. Parecen sacadas de un manual de auto-ayuda, pero tienen la
ventaja de que cualquiera puede ponerlas en práctica:
1. Sonreír o saludar: un simple gesto de cortesía mejora el clima del barrio de
residencia.
2. Organizar una fiesta: son contextos naturales de socialización y facilitan el
establecimiento de nuevas relaciones.
3. Ofrecer ayuda: un simple “señora, ¿le ayudo con las bolsas de la compra?” afecta al
apoyo social percibido, y de forma más amplio en el clima comunitario.
4. Dar la bienvenida a los nuevos vecinos (aquí es fácil imaginar al vecino de la
película “americana” que se presenta con el pastel en la casa de al lado).
5. Pasar tiempo fuera (en el parque, en la plaza, en la calle) ofrece oportunidades para
el contacto… Pasear al perro facilita el establecimiento de nuevas relaciones.
6. Ser discreto con lo que cuentan otros vecinos.
7. Organizar actividades para los más pequeños. Las guarderías son núcleos
comunitarios fundamentales: son un contexto de relación para los padres, que
comparten el sentido de responsabilidad por la educación de los hijos…
8. Cuidar del entorno. En el barrio todos cuidan de la seguridad de los demás.
9. Ser espontáneo.
10. Implicarse. Participar en los actos relevantes para el barrio.
Son recomendaciones un poco ingenuas, pero muestran cómo promover el sentido de
comunidad y un clima positivo en el barrio puede depender, al menos en parte, de pequeños
comportamientos que están al alcance de todos los vecinos.

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