Está en la página 1de 2

Un experimento, la escritura.

“Yo florezco, cuando escribo”

He tenido una adicción por los cuadernos, hojas y colores desde muy pequeña. Uno de mis sueños
era tener una papelería, ese olor a papeles y cosas nuevas me encantaba de niña y es una adicción
que he conservado hasta mi vida adulta, veo alguna libretita, cuaderno o algo para anotar y lo
compro, aunque no lo necesite.

El día 08 de octubre del 2021 fui a una nueva tienda que se llama Apuntes aquí en la ciudad de
México y quería tener mucho dinero para comprar todo lo que venden, desde plumas hasta
cuadernos personalizados. Elegí una de sus libretas que tenían en descuento (era de un color gris
claro y era de la temporada pasada de colores, por ello el descuento).

A ser sincera no sabía para que la ocuparía, con qué propósito o qué escribiría ahí.

Tengo una libreta que llevo a mis viajes y ahí escribo lo que veo (aprecio esa libreta viajera),
muchas libretas en las que escribo cosas sin importancia y que llevo a reuniones ligeritas, pero esa
libreta recién comprada no sabía para que era.

Para mi noviembre y diciembre fueron meses complicados, tantas emociones (bonitas y feas) que
no sabía que hacer con todo eso, era como una bola de sentimientos que estaban ahí a flor de
piel. Me pasaron muchas cosas (ahora sé que eran necesarias para cambiar mi actitud ante
personas, situaciones y conmigo misma). Y comencé a escribir algún pensamiento positivo (me
obligaba que fuera positivo) porque tengo que confesar que soy quejosa y le veo defectos a todos,
era como una inspectora que siempre encontraba el defecto en algo y eso es lo que se me
quedaba de personas o situaciones, quería cambiar eso.

Después leía sobre las libretas de agradecimiento y se me hizo super teto (aburrido y sin sentido)
que pensé que yo no necesitaba hacerlo (sentía que lo sabía todo), tampoco quería que fuera un
diario. Así que no sabía exactamente para que me sirviera mi nueva libreta.

Comencé a escribir esos pensamientos positivos que me obligaba a pensar, a cambiar mi atención
a lo positivo.

A tres meses de iniciar a escribir lo positivo, acepto que estaba muy equivocada de todo lo que
pensé sabía sobre los diarios y libretas de agradecimiento.

Ahora fluyo escribiendo, me encanta leerme, reconocerme y auto conocerme con mis ideas. He
comenzado a ponerle cositas que me encuentro en cada día, entonces ahora voy por la vida
fijándome en qué le quiero ponerle a mi libretita de apuntes, ando viendo el piso y recogiendo
hojas, hilos, estampas, guardo boletos, servilletas o escribo frases que me vienen a la cabeza o que
escucho y no quiero olvidar y después lo plasmo en mi libreta.
Me encanta escribir, sin pensar en la periodicidad de la escritura, si escribo después de una
semana dejo que fluya. No me castigo por no escribir diario, no tengas reglas al escribir solo que
sea lo positivo y me dejo fluir.

El resultado hasta este momento es que amo esa libreta, espero el momento de sentarme a
escribir y si alguien me ve haciéndolo y me pregunta qué es, le digo con sinceridad qué es y lo
invito a que haga su propio experimento de escritura.

Creo que la escritura es una forma de sanar, de conocerte. Estoy sanando.

También podría gustarte