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DELACIÓN DE LA HERENCIA

De acuerdo con el art.1006, por muerte del heredero sin aceptar ni repudiar la
herencia, pasará a los suyos el mismo derecho que él tenía. El derecho que
corresponde a un llamado al que se ha hecho el ofrecimiento y puede aceptar
(o repudiar), pero aún no lo ha hecho, no es un derecho sobre la herencia
adquirida (la adquisición presupone precisamente la aceptación), sino el
derecho a adquirirla . Éste se encuentra en el patrimonio del heredero, que, en
consecuencia, tiene el derecho de transmitirlo. Si el heredero/s lo ejercita,
adquiere la herencia a que estaba llamado el causante.
EXISTENCIA
La existencia legal de toda persona principia al nacer, esto, es separarse
completamente de su madre.
La ley protege la vida del que esta por nacer. El juez por consecuencia, tomara,
a petición de cualquiera persona o de oficio, todas las providencias que le
parezcan convenientes para proteger la existencia del no nacido, siempre que
crea que de algún modo peligra.
Los derechos que se deferirían a la criatura que esta en el vientre materno, si
hubiese nacido y viviese, estarán suspensos hasta que el nacimiento se
efectué .y si el nacimiento constituye un principio de existencia, entrara el
recién nacido en el goce de dichos derechos, como si hubiese existido al
tiempo en que se defirieron.
LA DELACIÓN
Acerca del tema, Lohmann L., afirma:
"A diferencia de la vocación, que es un llamamiento genérico y abstracto a
todos los posibles sucesores legales o testamentarios, la delación supone que
una o más personas determinadas que tienen vocación están en efectiva
aptitud legal actual (entre otras cosas, por no ser indignos y estar
desheredados) de poder aceptar o rechazar la herencia, por tener igual o mejor
derecho que otras, y que la adquisición de la herencia ni depende de una
realización de un supuesto posterior a la apertura distinto de la aceptación. La
delación, supone, en consecuencia, haber establecido una delimitación y
preferencia entre quienes tengan vocación. En definitiva, la delación es la
situación en que el llamado a la herencia -cualquiera que sea el título del
llamamiento, puede aceptarla o rechazarla.
Puede haber vocación sin delación (casos, por ejemplo, del indigno, o del
llamado bajo condición suspensiva); a la Inversa, no puede haber delación en
favor de quien carece de vocación. Y, por último, puede haber vocación y
delación sin producirse fenómeno sucesorio en favor del delatado si este no
acepta la herencia ofrecida, La delación, en suma, es el paso previo para
adquirir la cualidad de heredero y a la vez constituye un derecho para el
llamado, porque solo en la medida que acepte el ofrecimiento adquirirá, con
efectos retroactivos, la calidad de heredero y el contenido de la herencia. De
aquí que, si se habla con propiedad, nadie es heredero mientras no acepte y
en tal sentido, por ejemplo, incurre en efecto el Artículo 680 del C.C., cuando
alude al heredero" (Op. Cit., p., 54).
Afirma, de igual modo el autor, que:
"Hay otra diferencia adicional, y es que la vocación no se extingue nunca, es
decir, se tiene vocación mientras exista incertidumbre sobre la validez de otro
llamado preferentemente que puede renunciar, ser declarado indigno, o
cuya Institución testamentaria sea discutida. La delación, en cambio, supone
un ofrecimiento de la herencia y por tanto tiene una duración; es el estado
jurídico en que el llamado se encuentra durante el período que transcurre,
desde que puede aceptar, hasta que se produce la aceptación voluntaria
(expresa o implícita) o la presunta, o el rechazo. La delación, por tanto, lleva
implícito el derecho subjetivo de aceptar o renunciar la herencia y de realizar
actos conservatorios”.
"Puede correr el riesgo de creer que la delación tiene su fuente en la ley o en
el testamento, pero eso sería incorrecto. La delación, como llamamiento
jurídico efectivo y actual, ocurre precisa y necesariamente; porque se tiene
vocación y es el ordenamiento jurídico el que, .al diferir la cualidad de posible
sucesor (en virtud de: su vocación única, coexiste con la de otros y por
último, precedente a la de otros), le delata la herencia, se la ofrece y pone
a su disposición para que la acepte o la repudie, con prescindencia de la
fuente o fundamento de la vocación" (Ibíd., p., 52).

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