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La doxografía oficial, la tradicional, ha establecido por lo general la visión establece que se

trataba de dos pensadores radicalmente diferentes en sus postulados más básicos. Por un
lado, como ya hemos dicho, tenemos a Heráclito, sosteniendo una idea del ser como devenir
constante, etc. Y por otro a parménides, en las antípodas, planteando la inmovilidad absoluta
del ser. No obstante, esta primera aproximación habría de revisarse hoy, pues nosotros
creemos que, ante todo, si uno hace especial hincapié por mostrar cuales so los problemas que
ambos tratan de resolver, uno puede dar cuenta de que los puntos de contacto son mayores de
lo que la tradicion propone. Así las cosas, algunos fragmentos del poema de heráclito, a simple
vista pueden hacernos pensar que heráclito sostuvo el perpetuo fluir. No obstante, en primer
lugar habría que poner de relieve que, si es que heraclito quiso indicar el fluir absoluto y la no
permanencia de nada, resulta cuanto menos extraño el recurso por su parte a un pronombre
de identidad para identificar al río en el cual según la interpretacion de su poema fluyen aguas
distintas. Con esto, podemos sugerir que heraclito lo que quiere decir es que el río sigue siendo
el mismo.

Es evidente queHeráclito parte de la idea de cambio permanente, pero es pertinente señalar


que este no sería más que un punto de partida y de ningun modo un punto de llegada. Por lo
tanto no sería pues la conclusión de su filosofía. Heráclito nos dice que el río sigue siendo el
mismo, precisamente porque aguas distintas fluyen y refluyen con medida, permanece la
identidad del río. Con lo cual, podríamos decir entonces que no existe una oposición tan radical
entre el pensamiento de Heráclito y el de Parménides. Cierto es que Heráclito habla de devenir,
pero de un devenir en orden, y en ambos filósofos, tanto en Heráclito como en Parménides, la
idea central es el Lógos. Más adelante nos centraremos en esto, pero cabe recordar que la
diferencia entre ambos no es tan tajante y que ambos aluden a un ser como lo Uno, cuya
identidad siempre permanece ordenada de acuerdo a un sentido concreto exhibido en lo que
hoy podriamos llamar el lenguaje o la comunicación entre todas las entidades existentes., el
fenómeno primordial según el cual se armonizan todos los procesos cósmicos. Por lo tanto, es
cierto que hay diferencias entre ambos, sobre todo en los procedimientos y en la relación que
cada uno establce entre el principo ordenador y lo cambiante, pero en los dos casos se aprecia
una intención similar por contestar a una misma pregunta. Esto hará que, posteriormente,
ambos pensadores sean absolutamente imprescindibles a la hora de tratar sobre y desde Lo
real como ser. Tal sería el caso de Platón. (El ser en platon y la influencia de heraclito y
parmenides). (ver relación wolfgang smith y platón dualismo ontológico)

La filosofía de Heráclito y parménides están también presentes en Platón. La teoría de las ideas
es un intento de conciliar las ideas básicas de estos filósofos presocráticos en torno a qué es lo
que caracteriza la realidad, el ser.

Heráclito sostiene que lo que define la realidad es su dinamismo, su devenir2 , su constante


cambio y evolución: "Todo fluye". En contraste con él, Parménides afirma que la realidad es
estática- siempre hay algo que permanece-, es única, por lo que solo es posible explicar el ser
de las cosas, su verdadera realidad.

Platón rechaza esa visión dinámica de la realidad propuesta por Heráclito, porque considera
que si no hay algo permanente-esencial e inmutable- será imposible llegar a conocer cosa
alguna, pues el objeto de conocimiento estará variando constantemente. Asimismo, cuestiona
a Parménides porque no explica la pluralidad, propia del mundo físico, al plantear que el ser
3es inmutable, estático y único.

Platón resuelve esta controversia defendiendo la existencia de una doble realidad: el mundo
sensible, captado por los sentidos, y el mundo inteligible, sólo accesible a la razón. Este
dualismo ontológico lo lleva aceptar el dualismo epistemológico ya planteado por Parménides:
los sentidos nos conducen a la "vía de la opinión"; la razón, al "camino de la verdad".

La huella de Heráclito aparece al describir Platón los rasgos que definen el mundo sensible
como un mundo físico sometido a un cambio incesante. En el mundo inteligible o de las ideas,
Platón asume la tesis de parménides sobre la inmutabilidad del ser, e identifica el ser
permanente con las deas. Sigue la tradición parmenídea al reivindicar el pensamiento y la razón
como instrumentos para acceder al verdadero conocimiento.

También Heráclito, con su logos o razón universal, reivindica, al igual que Parménides y platón,
el pensamiento y la razón como instrumentos para acceder al verdadero conocimiento. El logos
es el principio rector que dota de orden y regularidad a todo lo que sucede en la naturaleza.
Esta idea de que el orden real coincide con la razón es una constante en la historia de la
filosofía.

Pero será Aristóteles quien supere a todos estos filósofos con su teoría del ser (Apuntes
bachiller y el ser en filosofía)

El logos heracliteano no solo es la razón que domina el universo, sino también la fuerza interna
que nos construye como seres humanos, ya que sirve de guía para nuestra conducta.
Encontramos aquí una cierta analogía con la idea socrático-platónica de asociar la virtud al
conocimiento.

El logos en Heraclito y Parmenides


Escrito por Notas Preliminares   
Martes, 02 de Agosto de 2011 01:25
Resumen.
 
Este acercamiento al concepto de logos en Heráclito y Parménides, intenta señalar en un primer
momento las características más particulares de cada pensador, en torno al concepto de logos y
el ser, para mostrar cómo sus postulados sobre la realidad están latentes, aun después del siglo
XX. En lo que respecta al pensamiento de Heráclito, éste afirma que el fundamento de todo está
en el cambio incesante, donde el ente deviene, y todo se transforma en un proceso de continuo
nacimiento y destrucción ineludible. En lo que tiene que ver con el pensamiento de Parménides
sobre el ser, éste sostiene que el cambio es imposible, porque todo es, y nunca dejó, ni dejará de
ser, pues el ser es eterno, inmóvil y continuo. En un segundo momento se intentará señalar la
relación de estos dos pensadores y sus aportes al pensamiento contemporáneo.
Tabla de relación Cronológica entre Heráclito y Parménides.
 
Heráclito Parménides
Heráclito de Efeso, conocido como el oscuro de Vivió aproximadamente entre los años 530 a.C
  efeso., nació en 550 a.C y falleció 480 y 444 a.C.
  a.C, aproximadamente.
Para Heráclito, el principio del universo es el fuego, lo cual no debe leerse en un sentido literal, pues,
el fuego en éste pensador se refiere a la permanente movilidad que se funda en el logos. Este logos
esta en continuo movimiento, en tanto, contiene y parte de la facticidad.
 
Para Heráclito el ser auténtico, el ser en sí, es todo cuanto cae bajo nuestra percepción en
cualquier momento. Es decir, en Heráclito se le da una solida importancia a la facticidad del
hombre,  Porque el ser en sí es, según Heráclito, sucesivamente, en una
continuidad de fluencia, en un continuo cambio. Todas las cosas, tal  como se nos ofrecen a la
contemplación sensible, son el verdadero ser y están dejando de ser, para volver a ser, para
devenir. El devenir, el cambio, el fluir, el modificarse continuamente de las cosas es, para
Heráclito, la realidad fundamental.

Todo este fluir está regido por una ley que él denomina Λόγος (Logos). Este Logos no sólo rige el
devenir del mundo, sino que le habla al hombre, aunque la mayoría de las personas no sabe escuchar
ni hablar. Así: “aun siendo este logos real, siempre se muestran los hombres incapaces de
comprenderlo, antes de haberlo oído, y después de haberlo oído por primera vez. Pues a pesar de que
todo sucede conforme al logos, ellos seasemejan a carentes de experiencia, al experimentar palabras
ya acciones como las que yo expongo, distinguiendo cada cosa de acuerdo con su naturaleza y
explicando, cómo está. En cambio, a los demás hombres se les escapa cuanto hacen despiertos, al
igual que olvidan cuando hacen dormidos”[1]
 
El orden real coincide con el orden de la razón, una armonía invisible, mejor que la visible, aunque
Heráclito se lamenta de que la mayoría de las personas, viva relegada a su propio mundo, incapaces
de ver el mundo real. Si bien, Heráclito no relega a un segundo plano, el uso de los sentidos y los cree
indispensables para comprender la realidad; sostiene que con ellos no basta y que es igualmente
necesario el uso de la inteligencia.
En lo que tiene que ver con el pensamiento de Parménides, se le otorga un merito innegable por haber
sido el primero de los filósofos, que propuso un sistema racional de filosofía en su época. Una segunda
valoración para este pensador, consiste en haber profundizado un análisis a fondo sobre el concepto
del “ser”, originando con ello, los primeros pasos de una verdadera Metafísica u Ontología.
Parménides advierte en su análisis que dos conceptos se presentan a la mente de los filósofos como
irreconciliables, dos conceptos en los cuales se resuelven todos los otros:
“Parménides aporta una innovación importante: en lugar de las diversas oposiciones de húmedo y
seco, caliente y frio, etcétera, pone un único par de opuestos, a saber la luz y las tinieblas.
Precisamente en esta innovación es donde se encuentra la superioridad de Parménides, respecto a la
tradición Jónica. En efecto, por eso el poema pone de relieve positivamente el hecho de que la luz no
es un fuego destructor, sino un fuego manso, es decir, que ilumina y no es llameante”[2].
 
El concepto de “ser” y el concepto de “no ser”. Abre el camino de reflexión sobre la única  realidad,
que es el ser. Esta realidad se afirma en la solides de un análisis racional de lo real, relegando a un
segundo plano, por consiguiente, todas las impresiones habidas por la experiencia. Parménides
continúa sacando nuevas consecuencias para el ser o realidad,entre ellas se destaca la definición en la
que “el ser existe desde siempre”, es eterno. Pues es el ser es en este momento, lo fue y será en el
tiempo.
 
Otra definición que se destaca   es que: el ser es uno, indivisible, homogéneo. “No hay ni habrá nunca
ninguna cosa fuera del ser, pues el destino lo ha encadenado a ser todo enteramente e inmóvil. Ni es
divisible, porque es todo igual ni puede llegar a ser más, en ese lugar ni tampoco menos: sino que está
todo pleno de ser. Y todo en el es continuo; porque el ser está en contacto con el ser. En resumen
para Parménides, diremos que el ser único, eterno e inmóvil, es el universo, que es a la vez el Uno y
el Todo, en el cual no hay generación, ni destrucción, ni movimiento, ni multiplicidad. Según
Parménides, el “ser”, único, lo es todo. Sólo esta realidad existe. Ella es inmutable, eterna,
indivisible, homogénea y perfecta. “No se puede dividir el ente, que es continuamente en sí mismo,
es homogéneo e inmóvil”,” el ser no tiene ninguna finalidad
externa: no carece de nada, si careciese de algo, carecería de todo” [3]
 
Con lo anterior, podemos abonar la necesidad de abandonar lo que los sentidos nos revelan, y acudir
al pensamiento, pero no cualquier pensamiento, sino aquel que se basa en las premisas correctas, ya
que sólo a partir de éstas es posible una aproximación a la verdad, en tanto cercanía al ser, al todo.
Un aspecto importante de la teoría de Parménides es que proviene de analizar el sentido y significado
de ciertos conceptos relacionados lógicamente. Al ser su teoría consecuencia del pensamiento
racional, puede ser demostrada por cualquiera que haga valer tal razonamiento. Esto es muy
importante, para el presente escrito ya que, a diferencia de Heráclito, sus conclusiones no se basaban
en la experiencia. Ya que esta es sinónimo de opinión y falsedad.
 
La doctrina de Parménides es una consecuencia neta de su método puramente racional. Parménides
aparece, en efecto, como el primer filósofo racionalista. Al negar la pluralidad o multiplicidad y el
cambio del ser, al negar su aparición y su destrucción, se nos muestra como el filósofo que para nada,
tiene en cuenta los datos de su experiencia, que le muestran exactamente lo contrario de lo que
afirma. Su pensamiento es exactamente lo contrario del pensamiento empirista. Desprecia los datos
proporcionados por los sentidos, que para él son engañosos y sólo engendran la “opinión”, no la
certeza. A cambio de todo ello, sólo cree verdadero aquello que su evidencia racional le muestra
como tal.
Ahora bien, después de señalar las posturas de Heráclito y Parménides, pasamos al segundo
momento del planteamiento general, en el que es preciso, exponer la relación que los contiene
ambos.  La filosofía de Parménides está en estrecha relación con la filosofía de Heráclito. El
pensamiento de Parménides parece hacerse madura, conforme a la  crítica de Heráclito.
Parménides se enfrenta con la solución que Heráclito da al problema metafísico. Analiza esta
solución y encuentra que, según Heráclito, resulta que una cosa es y no es al mismo tiempo,
puesto que el ser consiste en estar siendo, en fluir, en devenir. Parménides, analizando la
idea misma de devenir, de fluir, de cambiar, encuentra en esa idea el elemento de que el ser deja
de ser lo que es, para entrar a ser otra cosa; y al mismo tiempo que entra a ser otra cosa, deja de
ser lo que es. Este pensador encuentra, que dentro de la idea del devenir hay una contradicción
lógica; en la que el ser no es; que el que es, no es; tal como lo desarrolla Platón en el Teeteto.
Puesto que lo que es, en este momento, ya no es, en este momento, sino que pasa a ser otra cosa.
Cualquier vista que tomemos sobre la realidad, nos pone frente a una contradicción lógica; nos
pone frente a un ser que se caracteriza por no ser. Para Parménides esta apreciación resulta
absurdo, y con  esto la filosofía de Heráclito también resulta absurda. Sin embargo, esta postura
de Heráclito debe tener un fundamento o principio para su filosofía.
Esto se define como “el ser, es; el no ser, no es”. Y todo lo que sea salirse de eso, está por fuera
de la realidad, es lanzarse, precipitarse en la cima del error. 

La Fijación del principio de identidad, establece la imposibilidad de que algo sea y no sea al
mismo tiempo. Pero ¿cómo podemos afrontar entonces, que haya él no ser? Admitir que hay no
ser, es admitir que él no ser, es. Y admitir que él no ser, es, es tan absurdo como admitir que este
cristal es verde y no verde. El ser, es, y el no ser, no es. Por consiguiente, antes de que el ser
fuese, había también el ser; es decir, que el ser no tiene principio. Por la misma razón no tiene
fin; porque si tiene fin, es que llega un momento en que el ser deja de ser. Y después de haber
dejado de ser el ser ¿qué hay? E1 no ser. Pero entonces tenemos que afirmar el ser del no ser, y
esto es absurdo. Por consiguiente, el ser es, además de único, eterno. Pero no queda ahí. Además
de eterno, el ser es inmutable.
Para finalizar, Un punto de encuentro entre las dos posturas señaladas, tiene que ver con que, las
dos posiciones se refieren a una
reflexión sobre lo real. Para Parménides es el ser, y  para Heráclito el logos. Señalar en estricto
cual es el mojón rector de cada noción sobre lo real, es un trabajo de gran densidad que
desborda, el presente escrito. Sin embargo lo que no se puede perder de vista es que Heráclito y
Parménides se encuentran en una estancia, donde todo es continuo y discontinuo, móvil e
inmóvil, mutable e inmutable, pues el logos o el ser es mayor a todo límite.
Heráclito agrega un factor interesante que Parménides desliza al utilizar en la palabra Continuo
y ésta es el factor del tiempo.
El tiempo es lo que modifica las cosas aparentemente inmóviles y continuas y es lo que
confirma el todo Fluye de Heráclito. Entonces las cosas y el orden real  manifiesto e
inmanifiesto, están regidos por el Ser en el tiempo, que se expresa continuamente en términos de
oposición, ajuste de fuerzas entre opuestos tendientes a una armonía mayor a la visible, sin
límites, tan profundo logos tiene, viene a afirmar. “En el mismo río entramos y no entramos,
pues somos y no somos (los mismos)”[4]
La postura de Heráclito, pone de relieve el lugar del hombre en su unidad, dándole su sentido
concreto y factico, tal cual como es sus modos habituales. De ello que el tiempo esté presente en
el gestarse del hombre, toda la comprensión del hombre está en su posibilidad de poder ser en el
tiempo, ahora este acontecer en el tiempo, solo tiene dirección en el ámbito del lenguaje, en el
mundo. El río que siempre parece estar ahí, está ahí, fluye, el agua es continua pero cada vez
que el hombre se zambulle, el agua es distinta. El cauce aparentemente inmóvil, también está
cambiando, por la erosión.
A modo de conclusión se puede afirmar que los planteamientos de estos grandes pensadores
como los son: Heráclito y Parménides,
han afirmado posturas críticas en el estudio del hombre y su realidad, respecto a la pregunta por
el sentido del ser del ente hombre, como es el caso del Filósofo alemán Martin Heidegger,
insistiendo en la superación de comprender al hombre como un mero objeto.  
 
 Bibliografía.
 

 Mondolfo.Rodolfo, Heraclito.Textos y problemas de su interpretación, SigloXXI, México, 1983.


 Gadamer.Hans-Georg, Inicio de la Filosofía Occidental, Paidos, Barcelona-España. 1995, pág.
118.
 Heidegger. Martin, Ser y Tiempo, Fondo de Cultura, Mexico, 1993, Pág39-45.

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