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Experto Universitario en Autismo y

TGD.
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Módulo 5: Nociones y herramientas


básicas de la psicología conductual.

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Presentación del Módulo:

En este módulo se presentan las principales nociones básicas de la


psicología del comportamiento, para poder introducirnos en los próximos
módulos, en los modelos de tratamiento conductuales de UCLA (Lovaas) y
de UNC (Teacch).

En la Unidad 1 se presenta el modelo de aprendizaje que


caracteriza el tratamiento conductual contemporáneo y la noción de
condicionamiento operante, que lo distingue al modelo conductual clásico
(basado en la pareja estímulo y respuesta).

En las unidad 2 se desarrollará la noción de análisis funcional del


comportamiento (AFC), como instrumento privilegiado del ABA (análisis
comportamental aplicado)

La Unidad 3, trabaja las grandes categorías del tratamiento


conductual (refuerzo y apoyos) y;

La Unidad 4, se focaliza en las habilidades correspondientes en el


instructor terapeuta para que la intervención sea eficaz.

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Unidad 3: Noción de Refuerzos y


apoyos e instrucciones. Refuerzo
positivo y negativo. Instrumentación
de refuerzos y apoyo. Balance,
rotación aleatoria.

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Presentación de la Unidad:

En esta unidad se desarrolla el modelo básico de intervención comportamental y se


explicita sus nociones básicas.

En particular la noción refuerzos positivo y negativo, apoyos e instrucciones.

También se presenta la importancia de la variación en la administración de


refuerzos y apoyos.

Por último se discute la noción de aprendizaje sin error y aprendizaje discriminativo.

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Objetivos:

Se espera que al finalizar la unidad el alumno:

Comprenda el modelo de intervención comportamental, las nociones de


refuerzo, apoyo y rotación aleatoria, aprendizaje sin error y en discriminación.

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Temario:

En la Unidad 3 se desarrollarán los siguientes temas:

Tema 1: Noción de refuerzo y apoyo.

Tema 2: Rotación aleatoria.

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CONSIGNAS PARA EL APRENDIZAJE COLABORATIVO

¿Cómo interpreta la diferencia entre refuerzo


y estímulo?

¿Cómo entender la noción de aprendizaje


sin error?

¿Cómo entender la noción de aprendizaje


en discriminación?

Las actividades semanales de cada unidad no son evaluadas, pero al final de cada
módulo se integran en una actividad de evaluación, por lo que es muy importante
realizarlas:

Durante el desarrollo de esta Unidad, usted puede:

 Resumir los núcleos conceptuales de las unidades temáticas, eligiendo


palabras claves de cada una y realizar mapas conceptuales con ellas.

 Formularse preguntas personales por cada subunidad temática.

 Investigar y buscar información en la web sobre los temas tratados y


comparar sus notas con los artículos encontrados.

 Profundizar en los artículos y autores mencionados en la Unidad.

 Comparar las temáticas desarrolladas, con la representación de estos temas


que existen en su lugar de trabajo, estudio, o entorno socio familiar.

 Intercambiar estas lecturas en el foro semanal.

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Tema 1: Noción de refuerzo y apoyo.

 Introducción: Los premios y los castigos

Los refuerzos y apoyos, son las dos nociones claves para la instrumentación de
un tratamiento conductual.

A diferencia de lo que habitualmente se cree y se divulga sobre el tratamiento


conductual, no es cierto que éste, se base en un sistema de premios y
castigos.

Un sistema así jamás podría constituir logros importantes en un programa de


aprendizaje, como el nuestro.

Técnicamente hablando, el tratamiento conductual, es un método de aprendizaje,


basado en la administración de refuerzo y apoyos.

Específicamente, el programa de aprendizaje avanza a través de la


administración de refuerzos positivos.

Ya adelantamos que refuerzo y estímulo son cosas bien diferentes.

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Antes de empezar hablar de los refuerzos y los apoyos, debemos detenernos


brevemente a considerar, porqué hay que descartar la idea equivocada de que
el tratamiento, es un programa de aprendizaje basado en premios y castigos.

Si lo que busco es provocar un aprendizaje, que no está siendo posible de realizar


espontáneamente, sin nuestra intervención, no puedo lograr nada premiando logros
o castigando fracasos.

Un estímulo puede facilitar (estimular) que alguien haga algo que puede hacer
y que por algún motivo no hace, pero no puede enseñar a hacer lo que no se
puede o no se sabe hacer.

Un estímulo nunca puede lograr que haga lo que no se, y debo aprender.

Lo mismo con los castigos, eventualmente, un castigo puede lograr que alguien
corrija un comportamiento inadecuado, sustituyéndolo por el comportamiento
que corresponde, pero no puede hacerlo, si no sabe el comportamiento
adecuado.

El castigo no puede enseñar, puede desalentar una conducta, pero no puede


enseñar una conducta adecuada.

Entonces, es claro que el premio para hacer algo, o el castigo para corregir,
suponen el conocimiento, la comprensión y las habilidades y competencias
necesarias para la acción que se quiere lograr o la corrección que se pretende
conseguir.

Por lo tanto, si bien pueden ser de alguna utilidad relativa, en este sentido, no
pueden constituir la base de un programa de aprendizaje, ya que suponen, en
el chico, desde el principio, el conocimiento que se pretende enseñar.

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Según Garza Fernández (1), hay dos errores graves que debemos evitar, y que
cometemos habitualmente en los tratamientos, enseñar algo que el chico ya
sabe, o solicitarle al chico que haga algo que no puede hacer.

(1) Manual para padres de niños autistas. Fco. Javier Garza Fernández.

Nuestros programas son programas de aprendizaje, por el tipo de compromiso que


queremos solucionar.

Debo evitar trabajar lo que ya se sabe, no hay aprendizaje si el chico ya sabe hacer
lo que solicitamos.
Por el otro lado, lo que el chico no sabe hacer, no lo va a hacer por más que sea
premiado o castigado, por la sencilla razón de que no lo sabe hacer.

El premio y el castigo no pueden ser nunca la base de un programa terapéutico


educativo de aprendizaje.

Por todo esto, es claro, que, aunque pueden ser utilizados en la modificación de
conductas, los premios y castigos, no sirven como base para un tratamiento como
el que estamos discutiendo en estas unidades y en los módulos anteriores, donde lo
importante es el aprendizaje que podemos provocar en el chico.

En nuestro campo de problemas, con el permio o el castigo, estaríamos o bien


castigando indefinidamente al chico que le pedimos que haga lo que no sabe, o
bien premiando permanentemente al chico que hace lo que sabe, pero sin que
estemos enseñándole algo nuevo, que no supiera antes.

 Refuerzos y apoyos.

Como dijimos antes, los dos graves errores que podemos cometer, es pedirle al
chico que haga algo que ya sabe, o pedirle que haga algo que no sabe hacer.
Entonces debemos resolver este problema.

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Si no debemos pedir que haga lo que ya sabe, y no debemos pedir que haga lo que
no sabe, ¿qué podemos solicitar en nuestras instrucciones?

La respuesta no es fácil a simple vista.

El modelo de aprendizaje que define el tratamiento conductual se llama


aprendizaje sin error, sin esta noción no es posible entender el procedimiento.

El aprendizaje sin error, quiere decir que el aprendizaje se basa en el refuerzo


de respuestas correctas, por lo tanto la clave del mismo está en saber
organizar las situaciones para que las respuestas sean correctas, siendo al
mismo tiempo nuevos aprendizajes.

El estímulo técnicamente hablando (a diferencia del refuerzo), provoca una


respuesta.

El refuerzo es lo contrario. Todo lo que hace es reforzar una respuesta que ya se


realizó, y que ya existe. No provoca la respuesta sino que la refuerza.

Recordemos que el condicionamiento operante, no trabaja con estímulos


provocando respuestas, sino que trabaja modulando las respuestas ya
existentes (reforzándolas).

Hay dos tipos y maneras de reforzar: El refuerzo positivo, y el refuerzo negativo.

Técnicamente, el refuerzo negativo, sólo es una variante del refuerzo positivo, por lo
tanto, sólo basamos nuestro aprendizaje en refuerzos positivos.

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 Refuerzo positivo.

Reforzar positivamente es, reforzar una retroalimentación positiva del


comportamiento o respuesta.
.
Es decir, que vuelva a suceder lo que ha sucedido, eso es que lo que definimos
antes como feedforward, o retro alimentación positiva.

Reforzar es aumentar las probabilidades de que vuelva a suceder una respuesta.

El refuerzo, no provoca la respuesta, sino que una vez que la respuesta existe,
aumenta la probabilidad de que vuelva a suceder.

Esto es Reforzar, es modular una respuesta para influenciar a futuro sobre ella.

El refuerzo positivo, es el refuerzo más básico y natural, comúnmente lo llamamos


inercia o resistencia al cambio.

Cuando algo sucede la probabilidad de que vuelva a suceder aumenta (inercia)

Nosotros tratamos de insertar nuestras trasformaciones en este proceso de


autorregulación que es la retroalimentación positiva.

De este modo, trabajamos con el proceso que organiza el comportamiento, por


lo que, nuestras trasformaciones, si el refuerzo es el adecuado, tenderán a
perdurar e integrarse con el proceso general que lo estructura.

Hay diferentes tipos de refuerzos, externos e internos; naturales y artificiales;


físicos y simbólicos; materiales y sociales; sutiles y exagerados.

Cualquier cosa puede ser un refuerzo positivo, si aumenta la posibilidad de que


la respuesta reforzada vuelva a ocurrir.

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En el aprendizaje vamos a preferir siempre los refuerzos, simbólicos, sociales,


sutiles, naturales e internos, pero, para lograr que estos refuerzos sean eficaces,
casi siempre deberemos comenzar nuestros programas con refuerzos,
externos, artificiales, materiales y físicos y progresivamente cambiarlos por
los otros.

Nota: Los refuerzos son externos e intensos al principio, porque lo que reforzamos
es una nueva conducta que todavía no está reforzada interna y espontáneamente
por el propio comportamiento (inercia).

Todo lo contrario, la nueva conducta, supone un cambio, por lo que, son los
comportamientos anteriores, los que reciben la fuerza de la autorregulación y la
retroalimentación positiva en contra de lo nuevo (resistencia al cambio)

Sino acompañamos el proceso de refuerzo de las nuevas adquisiciones están se


extinguirán rápidamente.

Si organizamos el programa, si las nuevas adquisiciones no están a una distancia


grande de las viejas, pero no obstante, representan un cambio sustancial, podrán
integrarse en menos tiempo y auto regularse positivamente de modo autónomo,
espontáneo, y resistiendo a su extinción.

Pero si pensamos un poco el procedimiento, el refuerzo no puede más que


fortalecer una respuesta que ya existe, entonces no se ve claro, cuándo y cómo y
qué, significa enseñar cuando reforzamos una respuesta.

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 Apoyo.

Para que la respuesta pueda existir, nosotros tenemos que lograr que el chico
provoque una respuesta que no podía realizar antes, para ello, debemos
apoyar la respuesta para que esta sea posible.

Nota: Al principio los apoyos son más fuertes y externos porque deben romper con
la inercia del comportamiento anterior.

Este es el sentido de la noción de apoyo, no buscamos con nuestra intervención


provocar una respuesta, sino apoyar una respuesta en el chico para que
pueda realizarla.

Esta respuesta es el primer paso del modelo de aprendizaje, ya que sin el apoyo no
sería posible ejecutar una respuesta que el chico no puede hacer sólo.

Una vez que gracias a nuestro apoyo, puede realizarse la conducta, entonces sí, la
reforzamos.

Al igual que los refuerzos, hay distintos tipos de apoyo, y cualquier cosa puede
constituirse en un apoyo si logra los objetivos deseados.

Al igual que los refuerzos, los apoyos primero son principalmente materiales, físicos
y exagerados, y luego, van progresando hacia apoyos más sutiles, simbólicos y
sociales, hasta que finalmente va a ir reduciéndose hasta ser retirados por
completo.

A diferencia del refuerzo, que viene después de la respuesta, el apoyo es lo que


nosotros organizamos antes, para hacer posible esa respuesta.

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A diferencia del estímulo, no busca provocar la respuesta, sino apoyar conductas


del chico para que sea posible la respuesta nueva.

Al reforzar luego la respuesta apoyada, aumentamos la probabilidad de que vuelva


a ocurrir, al repetirse la nueva conducta adquirida, comienza a reforzarse cada vez
de modo más autónomo.

De este modo comienza el proceso de retiro progresivo de refuerzo y apoyos que


utiliza el programa para facilitar el aprendizaje.

Cuando la conducta puede ejecutarse sin apoyo ni refuerzo, ha sido aprendida e


integrada al proceso autónomo que organiza los comportamientos.

El comportamiento está preparado para convertirse en autónomo y espontáneo y


suceder, sin otros apoyos y refuerzos que las oportunidades de un entorno no
estructurado.

Vimos el ejemplo en unidades anteriores. Cuando enseñamos un programa


atencional como “miráme”, lo hacemos en apariencia de modo muy artificial y
mecánico, pero esperamos que en los futuros programas de imitación de
verbalización, etc., el chico ya haya aprendido a mirar al instructor
espontáneamente sin necesidad de apoyo ni refuerzos específicos, para poder
seguir otras instrucciones.

Este resultado depende de que nuestros refuerzos y apoyos hayan sido bien
administrados, y los programas elegidos adecuadamente diseñados e
instrumentados.

 Instrucciones.

A esta altura, es preciso introducir la noción de instrucción.

La instrucción es la orden o pedido que hacemos al chico (ej. Miráme, hace esto,
señala esto, etc.)

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La clave de la instrucción es del modo en que organizamos una la situación, para


que la respuesta a la instrucción sea exitosa y represente una nueva adquisición
(aprendizaje sin error)

El aprendizaje, no depende sólo, de que las instrucciones sean correctamente


ejecutadas, sino de que las instrucciones sean las adecuadas.

De este modo, las respuestas adecuadas serán las respuestas más probables de
esperar, pero al mismo tiempo representarán aprendizajes, en el sentido en que
expresarán nuevos comportamientos.

Aquí radica la complejidad del nuestro programas y su alto nivel de estructura y


organización. Debemos lograr presentarle al chico lo que no sabe todavía, de un
modo en que sea fácilmente dominable para él.
Si logramos esto, constituimos verdaderos aprendizajes.

Es decir, un chico puede responder correctamente pero no estar aprendiendo.


Según vimos en unidades anteriores, este es un problema que le preocupaba
fundamentalmente a Lovaas.

“El objetivo de esta relación de problemas (podríamos añadir muchos más), que
demuestran que es posible dirigir mal el aprendizaje de un niño, aun de modo
involuntario, es recordar al profesor que debe hacer un estrecho seguimiento de sus
pasos. Será una ventaja para todos si el profesor sospecha que es su metodología
la que subyace a los problemas de aprendizaje del niño. y no al revés. Cuanto más
sepas sobre el aprendizaje discriminativo, antes te darás cuenta de lo fácil que es
enseñar errores. Las personas con trastornos del desarrollo quizá aprendan tan
rápidamente como cualquier otra persona. No necesariamente aprenden lo que el
profesor quiere que aprendan, pero pueden aprender aquello que se les refuerza.
Esta es la justificación del énfasis que ponemos en las presentaciones aleatorias…”

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La instrucción importa por todos los elementos que la organizan, el tiempo, la


presentación de materiales, el tono de vos, las palabras elegidas, etc.

Estos aspectos y esta manera de entender la instrucción están estrechamente


ligados al modelo de “aprendizaje sin error”.

La instrucción debe ser tal que, posibilitando una conducta nueva, represente al
mismo tiempo un acto fácil y sencillo de realizar.

De este modo, el apoyo que necesitaremos, aunque sea mucho, será el menor
posible y la conducta aprendida, podrá independizarse de él, más rápido y
con mayor facilidad.
Por eso veíamos anteriormente que debemos trabajar descomponiendo
unidades complejas en unidades simples que son los prerrequisitos de las
primeras.
La instrucción optima, es la que logra el mayor avance, organizando las tareas
más simples posibles.
Por ello, es fundamental, organizar el programa en secuencias de pequeños
pasos integrados.

“Un tercer error de gravedad fue el de esperar un repentino adelanto. Esperábamos


un súbito paso hacia adelante: el que posiblemente, de alguna manera, daríamos
con algún hecho cognitivo, afectivo o social fundamental para la mente del niño,
que le ayudaría a dar un gran salto hacia adelante. Las concepciones tradicionales
rebosan promesas de éstas. Un salto así hubiera sido gratificante. y hubiera
facilitado enormemente nuestra labor. Nunca lo hubo. En su lugar, se dio una
progresión lenta, paso a paso, con sólo unos pocos acelerones menores.
Aprendimos a hacemos a la idea de que sería un trabajo duro. Puede que las
personas que trabajan con niños con problemas de desarrollo encuentren algún
consuelo en esta hipótesis fundamental de Charles Darwin: Natura “non facit
salturn”, la naturaleza no da saltos (de hecho, cualquiera que tenga hijos
posiblemente también se haya sentido impresionado con la lentitud con la que se
desarrollan los niños: tardan nueve meses en nacer, un año entero en aprender a
caminar, y un total de dos años antes de producir un mínimo de lenguaje. Y el bebé
practica de 12 a 14 horas diarias, siete días a la semana, y sin vacaciones!)”

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“Al principio, es mejor empezar por algo sencillo, tanto por ti como por el niño.
Decidimos empezar por la tarea más elemental: enseñar al niño a sentarse en una
silla en respuesta a la indicación: Siéntate. Esta sencilla tarea supone una práctica
excelente, porque contiene todos los elementos de una situación de aprendizaje:
indicaciones, apoyos, la identificación de las respuestas correctas, refuerzos y
correcciones”

La respuesta que apoyamos, cuando se produce, es la respuesta adecuada que


debemos reforzar.

Si no se da la respuesta, no podemos reforzarla, por lo tanto, recae sobre la


planificación y organización de los programas, que las instrucciones sean las
adecuadas, de manera que se optimicen la administración de los refuerzos y
apoyos.

La instrucción, técnicamente definida, es una oportunidad fuertemente estructurada,


de que la respuesta esperada se produzca.

Una oportunidad, es una instrucción sin otra estructura y organización que la


contingencia misma del medio ambiente.

Este es el sentido en que debemos entender que el tratamiento conductual está


fuertemente estructurado, no porque sea rígido, sino porque el éxito del
aprendizaje, depende del alto grado de la organización y planificación que tengan
los programas y no de la aplicación de técnicas, instrucciones y respuestas
correctas del chico.

Este es el procedimiento básico del programa de aprendizaje: diseño de


programas, apoyo de respuestas y el refuerzo positivo de la respuesta
adecuada.

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“Las órdenes (INSTRUCCIONES) deben ser explicitas y claras es decir, evita las
palabras innecesarias y «el ruido» en una orden y redúcela a lo esencial”

El aprendizaje consta de los siguientes pasos:

1.- La adquisición de la nueva respuesta (apoyada por nosotros)

2.- El fortalecimiento de esta adquisición por el ejercicio y práctica que dan las
repeticiones de su aparición (facilitada por nuestros refuerzos)

3.- El comportamiento se integra con el desarrollo y se ejecuta espontáneamente


sin refuerzos.

Nota: Si bien el retiro de apoyo y refuerzos es un proceso planificado, debe resultar


naturalmente del aprendizaje adquirido.

Como el refuerzo, hace que la probabilidad de que vuelva a aparecer la respuesta


aumente, si el refuerzo es eficaz, la necesidad de apoyar las respuestas disminuye
con cada refuerzo.

Al ir fortaleciéndose con cada repetición, también disminuye la necesidad de ser


reforzada externamente.

Nota: Se notará que el proceso de aprendizaje depende de la serie de repeticiones


y no de una intervención puntual. Las repeticiones no son meros procedimientos
mecánicos e indefinidos, también dependen del proceso de aprendizaje que estoy
apoyando. Los ensayos terminan cuando la conducta alcanza el punto tres.

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 Refuerzo negativo.

El refuerzo negativo, como dijimos, no es estrictamente hablando, un tipo diferente


de refuerzo.

Técnicamente hablando, se llama refuerzo negativo al evento (acción u omisión)


que administramos con el objetivo de provocar una retroalimentación negativa ó
feedback (un cambio)

A diferencia de refuerzo positivo, no se utiliza para adquirir conductas nuevas, sino


para corregir conductas inadecuadas.

Por lo tanto, su función es bien diferente a la que tiene el refuerzo positivo.

Un chico no puede corregir un comportamiento sino sabe cómo hacerlo


adecuadamente.

Para que sea razonable la administración de un refuerzo negativo, el chico ya


debería haber aprendido la respuesta adecuada.

Sólo los refuerzos positivos son utilizados para adquirir nuevos comportamientos.

La retroalimentación negativa que queremos provocar, no refuerza una conducta


existente (POR ESO NO ES UN REFUERZO)

La retroalimentación negativa es lo inverso a un refuerzo, es un evento que provoca


un cambio en la dirección que presenta un comportamiento.

El objetivo que buscamos, es que ese cambio sea desde la conducta inadecuada
(respuesta inadecuada a la instrucción) hacia respuesta correcta.

El evento que provoca el cambio, no puede enseñar la conducta correcta.

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Para que el chico emita la conducta correcta como consecuencia del cambio en su
conducta, provocado por el evento que administramos, es necesario que ya supiera
dominar esa conducta.

“Es fundamental que el contraste entre refuerzos positivos y negativos sea lo más
marcado posible, especialmente en las primeras fases del aprendizaje. Si tu Bien se
parece a tu No, o si tu cara contenta se parece a tu cara enfadada, seguramente no
tendrás mucho que enseñar a los niños con problemas de desarrollo. Más adelante
ya aprenderán el valor informativo de Bien y No, y no tendrás que ser tan enfático”

“Normalmente usamos los refuerzos positivos cuando intentarnos enseñarle algo


nuevo al niño. Usarnos el negativo para ayudar a mantener lo que ya ha aprendido.

Es decir, que si estamos seguros de que el niño sabe qué es lo que queremos que
haga (…) mostraremos claramente nuestra desaprobación, y si no se comporta
correctamente cuando se lo volvemos a pedir en otra ocasión”

Es decir, el chico emitía la respuesta correcta y en algún momento deja de hacerlo,


entonces intentamos provocar el cambio que conduzca al comportamiento
adecuadamente aprendido.

Por eso, hablamos de un falso refuerzo.


El refuerzo vendrá sólo cuando el comportamiento haya cambiado de dirección.

Por lo tanto, en nuestros tratamientos, estrictamente hablando, sólo se administran


refuerzos positivos y eventos (acciones u omisiones) que provocan un cambio
cuando la respuesta es inadecuada.

Por eso Lovaas llama negativa a esta forma de reforzar. No porque sea un tipo
distinto de refuerzo, sino porque sólo se refuerza después de que se produzca el
cambio.

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“En los textos técnicos, este tipo de proceso se denomina refuerzo negativo, ya que
se refuerza (es decir, se fortalece) una conducta al eliminar algo negativo”
.

Contrariamente a lo que se cree, no hay un modelo de adquisición de aprendizajes


por medio de refuerzos negativos, ya que este, sólo supone una corrección de lo ya
aprendido.

Cuando se está aprendiendo una nueva conducta, no se refuerzan negativamente


las respuestas inadecuadas, porque el chico no sabría cuál es la correcta, en ese
caso lo que hacemos es apoyar las respuestas para que puedan logarse y que el
error tenga el mínimo de probabilidad en cada ensayo.

Por ello, se habla de aprendizaje sin error, es necesario que administremos


programas que resulten mayormente, en conductas correctas, para que puedan
reforzarse y luego de aprendidas corregirse si es necesario.

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Tema 2: Rotación aleatoria.

 Administración de refuerzos y apoyos.

Para sintetizar, el procedimiento básico de la intervención consiste en los


siguientes pasos.

1.-Elijo la nueva conducta que quiero que se produzca en el chico.

2.-Organizo el programa correspondiente de modo que la conducta sea sencilla


de realizar y que al mismo tiempo represente un aprendizaje.

3.-Presento la instrucción con el apoyo programado, para que la conducta se


ejecute con éxito.

4.- Si la respuesta se ejecuta, la refuerzo. Si no, no.

5.- Una vez reforzada la respuesta que se logró con apoyo externo, el
procedimiento es retirar gradualmente el apoyo, de modo que sigo reforzando la
respuesta, para que se refuerce sin la dependencia del apoyo.

6. Una vez reforzada sin apoyo, retiro gradualmente el refuerzo externo, para
que se refuerce internamente sin necesidad de intervención.

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Nota: Los refuerzos al inicio son inmediatos y en cada oportunidad, luego voy
demorando su presentación alternando ensayos donde refuerzo la conducta y
otros en las que no la refuerzo.

Los apoyos se van retirando de la misma manera.

“Sacarás el máximo rendimiento a los refuerzos silos administras bien. Al


principio, cuando el niño no sepa qué hacer y tú tengas que enseñárselo todo,
puede que tengas que reforzarle cada vez que lo haga bien. Después, cuando
muestre algún dominio, y estés más interesado en mantener o conservar lo que
ya ha adquirido, abandona el refuerzo continuo en favor del parcial. Refuérzale
sólo de vez en cuando Técnicamente, esto se denomina programa parcial de
refuerzos, y la operación se llama reducción del programa.
Hasta qué punto puedes reducir el programa de refuerzo depende de muchos
factores, y varía de niño a niño, y de tarea en tarea. Reduce el programa y
estate atento a una posible extinción del mismo: si su conducta empieza a
desaparecer o a fluctuar seriamente, vuelve a aumentar el programa: es decir,
refuérzalo con más frecuencia. Una vez recuperada la conducta, empieza a
reducirlo de nuevo”

 Aprendizaje en discriminación (ensayos Discretos).

Para introducirnos en el problema de la rotación aleatoria es preciso una última


definición de aprendizaje que promovemos en nuestros modelos.
Hasta aquí, hemos desarrollado las razones por las que se define el modelo,
como un procedimiento de aprendizaje sin error.

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Debemos agregar ahora la noción de aprendizaje en discriminación.

Se llama aprendizaje en discriminación porque el éxito del aprendizaje se basa


en cómo está organizada la presentación de la instrucción.

Una manera de facilitar y apoyar la respuesta correcta es lograr que lo que se


espera de un chico sea fácilmente discriminable para él.

Cada programa consta de una serie de ensayos, que en sí mismos deben


constituir una unidad discreta, donde se discrimine con facilidad el comienzo, el
desarrollo y la finalización de la tarea.

También se llama ensayos discretos a este procedimiento.

Pero lo sustancial, es que el módulo este organizado de tal manera que sea
discriminable para el chico. Se notará que este procedimiento es clave para
abordar un compromiso en la comprensión de situaciones, como las que
presenta el autismo y otros trastornos relacionados.

Si el chico responde, supone que en diferentes niveles cognitivos (según sea el


programa, está comprendiendo la situación presentada de modo integral.

Lo que se busca, es que el módulo de aprendizaje, este suficientemente


organizado para que se pueda discriminar con claridad del resto de estímulos
ambientales.

Es un modo de facilitar la comprensión para el chico.

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Técnicamente y conceptualmente, lo que buscamos es facilitar en un módulo


discreto, la comprensión del mundo, de modo tal, que el chico pueda responder
a la instrucción, entendiéndola como parte de un mundo que comprende.

Por eso, decíamos en las unidades anteriores, que enseñar es organizar el


entorno y situaciones de aprendizajes y no meramente modificar conductas.

Hacer discriminable una situación de aprendizaje es la tarea de nuestra


organización del programa. Esto mismo es hacer posible que el aprendizaje sea
espontáneamente desarrollado por el chico, en situaciones organizadas.

El apoyo de la respuesta, es nuestra manera de organizar una situación para


que sea suficientemente discriminable, en lo sensorial, en lo motor, en lo
cognitivo, etc.

De este modo, el chico responde, porque comprende la situación y no como


reflejo mecánico a un estímulo.

El chico responde a la situación que se le presenta, porque se le presenta de


modo adecuado.

Por eso, es necesario un alto nivel de estructuración (organización) en nuestros


programas e instrucciones, pero como resultado de ello, en cada ensayo
logrado (si administramos bien el proceso), vamos dejando atrás el problema
que nos ocupa: las dificultades en la comprensión del mundo que compromete
el desarrollo de aprendizajes espontáneos.

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 Rotación aleatoria.

Justamente, el problema mayor del tratamiento, que mencionamos varias veces


ya, es esta manera de enseñar.

Por un lado apoyar y organizar situaciones permite, que el chico supere las
dificultades de comprensión del mundo, y que en situaciones facilitadas
(fuertemente discriminadas) pueda aprender.

Lo que facilitamos en este ajuste discreto del mundo, es que en situaciones más
discriminadas, cuya comprensión está facilitada, el chico aprenda poniendo en
juego mecanismos de aprendizajes espontáneos.

Es decir, no podemos crear esos aprendizajes, lo que hacemos es facilitar las


situaciones de algunos aprendizajes estratégicos, para que ellos sean posibles.

El problema es que, son justamente estos ajustes que hacemos, los que van a
determinar que lo aprendido tenga alta probabilidad de depender de las
situaciones que lo hicieron posibles.

Los ajustes y apoyos mínimos necesarios, para compensar las dificultades de


comprensión que tienen estos chicos, son tantos, que estas condiciones que
posibilitan el aprendizaje terminan convirtiéndose en las condiciones de las que
el aprendizaje va a depender con alta probabilidad.

Por eso, para que esto no suceda, lo que buscamos, es que los ajustes del
medio ambiente sean los mínimos posibles

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“Nuestra labor era, pues, crear un entorno especial, uno en el que el niño,
pudiera aprender. Quisimos desviarnos del entorno sólo en la medida en que
fuera absolutamente necesario para convertirlo en un entorno adecuado para el
aprendizaje de nuestros niños.

Hicimos esto por dos razones: la primera, que sería más fácil devolver al niño a
su comunidad más adelante, y la segunda, porque el entorno medio se ha ido
desarrollando durante miles de años, y sin duda posee alguna sabiduría
pedagógica, aunque ésta no siempre salte a la vista desde el principio.
Elegimos, por tanto, enseñar a los niños, en la medida de lo posible, como los
padres enseñan a los niños convencionales”

Pero este mínimo posible, siempre va a requerir un alto nivel de apoyo y


por lo tanto, el aprendizaje va a ser fuertemente dependiente de las
condiciones que lo hacen posible.

Es decir, el chico va a aprender dependiendo de las condiciones que facilitan su


aprendizaje y esto limitaría mucho los logros que esperamos.

Justamente nuestro objetivo es el contrario, que el chico aprenda


independizándose de las condiciones de facilitación y apoyo que necesitamos
organizar para que aprenda.

Por tal motivo es responsabilidad del programa, organizar de modo eficiente el


retiro de los apoyos y refuerzos que introducimos.

Habíamos dicho que este retiro, depende a su vez, de la eficacia de los apoyos
y refuerzo y estos de la correcta planificación de los programas (los programas
deben ser los adecuados para que el chico aprenda sin error)

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Para que el chico no dependa de los programas que hicieron posible el


aprendizaje, es preciso que las condiciones de apoyo y refuerzo, tanto
como los programas y sus respectivas instrucciones, varíen
permanentemente al azar.

Esta condición Lovaas la llama Rotación aleatoria (otros la llaman balance).

Necesitamos que el azar y la contingencia, formen parte de la organización


y la administración de nuestros programas.

“Cuando el niño pueda alcanzar el criterio (responde correctamente en 9 de 10


o 18 de 20 ensayos consecutivos) con las dos respuestas aprendidas hasta
ahora (levantar los brazos y tocarse la nariz), empieza a mezclarlas. Es
absolutamente fundamental que entremezcles las dos pruebas al azar,
porque es posible que se acabe acostumbrando a una secuencia dada (por
ejemplo, levantar los brazos, tocarse la nariz, etc.) y puede no estar
aprendiendo realmente a imitar conductas.
El proceso de enseñanza que subyace a estos programas se denomina
aprendizaje discriminativo”

Los programas deben variar permanentemente y al azar, para que el chico


realice los aprendizajes que intentamos facilitar con nuestros programas, sin
depender de los facilitadores, que sólo ocupan el lugar de medios y no de fines.
Esta es una manera de entender porque hablamos de “aprender a aprender” y
no de enseñar conductas.
Las conductas que enseñamos, sólo son medios para fortalecer un
proceso más general que es el desarrollo, por lo tanto, la adecuada
variación de los programas, evita restringir los aprendizajes a unos u otros
programas y por tanto liberan al aprendizaje de sus condiciones de
posibilidad.

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Se comprenderá que para alcanzar una variación cercana al azar o la


contingencia, se necesitará un gran nivel de organización de los programas.

Una vez más es necesario no confundir un tratamiento fuertemente


estructurado, con un programa rígido.

Nuestros programas, tienen la misma cualidad del desarrollo psicológico,


cuando mayor es el nivel de organización y mayor complejidad tiene su
estructura, adquiere mayor flexibilidad, plasticidad y estabilidad.

Un programa rígido está condenado antes o después al fracaso. Un programa


poco estructurado también.

Los refuerzos y apoyos mantienen el mismo criterio de variación, cuanto más


refuerzos y apoyos eficientes, utilicemos, más podernos variar entre ellos, y
menos dependiente será el aprendizaje, de cada uno de ellos.

A su vez, si se es menos dependiente de cada uno de ellos, cada uno por su


parte podrá ser retirado con menor dificultad.

Por lo tanto, la administración de variaciones es el tercer factor clave, junto a la


administración de refuerzos y apoyo, en la instrumentación de nuestros
programas de tratamiento.

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Actividad del Foro:

¿Cómo debe interpretarse la diferencia entre refuerzo y estímulo, en el contexto


de un programa de aprendizaje?

¿Cuál es la importancia de la variación azarosa en los programas de


aprendizaje?

¿Cómo debe entenderse la noción de aprendizaje sin error?

¿Cómo debe entenderse la noción de aprendizaje en discriminación?

Bibliografía:

 Lovaas. I.O: The Me Book. UCLA. Existe versión electrónica en


castellano. Prologo. Introducción Capitulo 1 y Capitulo 8.

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