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Maria Juliana Silva Sarmiento

Reseña

El testigo

Jesús Abad Colorado

“En Colombia 82.998 personas fueron desaparecidas porque, supuestamente, tenían vínculos

con la guerrilla o paramilitarismo, o por ser miembros de las juntas de acción comunal

para afrontar los grupos delictivos y llevar paz a su comunidad.”

“Entre el 16 y el 19 de octubre de 2002, la comuna 13 de Medellín fue el epicentro de la

operación militar urbana más grande de la historia del país, que tenía como propósito acabar

con el último bastión de las guerrillas en el país.”

“El testigo” de Jesús Abad Colorado, fue una exposición de más de 500 fotografías captadas por

el lente de este fotógrafo, en las que se evidencia el dolor de los seres queridos de los

desaparecidos por los conflictos en Colombia. Su nombre se debe a que el mismo se considera

como un testigo de la guerra, habiendo presenciado todo lo que quedó después de este conflicto

armado y considerando también a las víctimas sobrevivientes de este y los familiares de quienes

lastimosamente no sobrevivieron.

Estas obras fueron expuestas en 4 salas categorizadas por los tipos de conflictos, siendo estas,

“tierra callada”, sobre el desplazamiento, “no hay tinieblas que la luz no venza”, sobre

desaparición forzada, “y aún así me levantaré”, sobre la violencia contra los civiles y por último

“pongo mis manos en las tuyas”, sobre manifestaciones por la paz, desmovilizaciones y procesos

de recuperación del tejido social.

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En esta obra se puede evidenciar el dolor de todas estas víctimas y el desespero de los familiares

por reencontrarse con sus seres queridos, hay un trabajo de fotografía tan bueno que las imágenes

se sienten y nos llevan a imaginarnos como fue toda esa época de dolor y sufrimiento. Por otra

parte debemos resaltar el gran trabajo de abad, su valentía al enfrentarse a el reto de fotografiar el

dolor en lugares de tanto riesgo e igualmente de publicar su trabajo y hablar sobre estos

acontecimientos sin pelos en la lengua, su trabajo logró ser tan limpio que las imágenes cobran

vida a la vista de los espectadores y muchos se conmovieron al estar frente a ellas y conocer la

historia de cada una. Pero sin duda la que más llama la atención es la de la niña mirando por el

agujero de una bala, ya que combina perfectamente la inocencia de los niños ante esta situación

con la violencia y el dolor que se sufrió en esa época.