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Université Grenoble-Alpes

S9-M2 LLCER Études Hispaniques


Question culturelle et approche de la discipline par les arts
Leidy Marcela Guevara Sánchez

INCIDENCIA DE LAS TEJEDORAS DE MAMPUJÁN EN LA


RECONSTRUCCIÓN DE LA MEMORIA DEL CONFLICTO ARMADO EN
COLOMBIA
Introducción

Desde hace más de medio siglo, el pueblo colombiano se ha encontrado en medio del
cruce de fuego entre distintos grupos armados como es el caso de la guerrilla, los
narcotraficantes, los militares, y los paramilitares. Décadas y décadas de conflicto interno
han llevado a posicionar a Colombia como el país con mayor número de desplazados internos
en el mundo, según los datos de la ACNUR. Estos años de guerra han dejado una cifra de
8.230.860 víctimas registradas, las cuales, soportaron en su mayoría hechos victimizantes
como asesinatos, masacres, desaparición forzada y el anteriormente nombrado
desplazamiento forzado.
Comprender el conflicto colombiano implica remontarse hasta sus inicios, el cual, los
historiadores encuentran en los años 50 con la guerra civil bipartidista que llevó justamente
a conocer este periodo como la violencia. A partir de estos años comienza el nacimiento y
despliegue de movimientos insurgentes, también animados por la euforia revolucionaria con
el triunfo de Castro en Cuba, que son las guerrillas del M-19, FARC-EP, y ELN entre las
más conocidas.
Estos grupos empiezan a tomar fuerza en diferentes territorios del país y para los
años 80, ya se habían instaurado los grupos paramilitares como parte de la estrategia de
seguridad nacional auspiciada por gobiernos de extrema derecha y por supuesto, influenciada
por el Plan Cóndor, que, aunque tuvo menor incidencia en Colombia comparado con otros
países de Latinoamérica también llegó a promover la exterminación de cualquier rastro de
comunismo.
Con la llegada de estos grupos paramilitares, sobre todo en los años 90 con la
consolidación de las AUC (Autodefensas Unidas de Colombia), se empieza a agudizar la
violencia en los territorios más alejados y desfavorecidos del país en una lucha por dominar
los territorios en la que también entraron los narcotraficantes y hacendados. Dentro de las
prácticas a las que apelaron estos distintos grupos al margen de la ley, cobraron importancia
“las incursiones armadas” en poblados, prácticas que tuvieron como bases lógicas de control
total: la instalación del miedo, el desplazamiento forzado, la desaparición de líderes, las
masacres en algunas ocasiones. (Lévinas, 2002; Vallejo, 2007 citados por Belalcázar y
Molina, 2017)
Según el Centro de Memoria Histórica de Colombia la experiencia vivida por la
mayoría de las personas muestra que el desplazamiento no es un evento que empieza o
termina con la salida o la huida forzada, es un largo proceso que se inicia con la exposición
a formas de violencia como la amenaza, la intimidación, los enfrentamientos armados, las
masacres y otras modalidades. La salida está precedida de períodos de tensión, angustia,
padecimientos y miedo intenso, que en algunos casos son los que llevan a tomar la
determinación de huir.

Asociación Tejedoras de Sueños y Sabores de Paz de Mampuján

Uno de los tantos hechos de este tipo ocurrió el 10 de marzo del año 2000 cuando un
grupo de paramilitares pertenecientes al bloque Héroes de los Montes de María y miembros
de las AUC ingresaron de forma violenta al corregimiento de Mampuján, una pequeña
comunidad campesina de afrocolombianos ubicada en el norte de Colombia, en el
departamento de Bolívar. Durante la incursión obligaron a sus pobladores a reunirse en la
plaza del pueblo. La orden era exterminarlos ya que se les consideraba aliados de la guerrilla,
sin embargo, la instrucción cambió y como resultado, las 245 familias que integraban el
poblado de Mampuján se vieron sometidas al desplazamiento forzado a cambio de
salvaguardar sus vidas, no obstante, varios habitantes fueron asesinados y colgados en un
árbol con el fin de escarmentar al resto de pobladores.1

1
Documental las Tedejoras de Mampuján, Pacifista, 2016.
https://www.youtube.com/watch?v=QmWE7GIebug&t=363s&ab_channel=VICEenEspa%C3%B1ol
Pasaron los años y la esperanza de volver a su lugar de origen se volvió imposible, es
más, el viejo Mampuján se convirtió en un pueblo fantasma que solo guardaba los rastros de
una guerra despiadada en la que los menos implicados habían sido los más afectados. En la
búsqueda de una nueva vida, un nuevo espacio y sobre todo una manera de sanar las heridas,
las mujeres de Mampuján se reunían en diferentes espacios bajo el liderazgo de Juana Alicia
Ruiz (también víctima del lamentable suceso), se crearon asociaciones, surgieron ideas de
producción para mejorar sus ingresos económicos y como asegura la misma Juana Alicia en
una entrevista:
Solicitamos un apoyo psicológico o de algún terapeuta, que pudiera trabajar con las
mujeres. El Estado, ante las masacres, y todos los desplazamientos y abusos sexuales
que hubo en los Montes de María, estaba ausente; se les había salido de las manos y
no tenían una cobertura. Entonces, nosotras, las mujeres que estábamos en
Mampuján, pues se habían desplazado 245 familias, decidimos que teníamos que
tener un tratamiento especial y solicitamos a un psicólogo o a una psicóloga a
Sembrando Semillas de Paz, y nos enviaron a Teresa Geiser y a Carlos Geiser2.

Para el año 2002, Teresa Geiser y Carlos Geiser, dos misioneros estadounidenses,
llegaron a apoyar el proceso de estas mujeres proponiendoles trabajar la técnica del quilting
como terapia para superar los traumas, sin embargo, cuenta Juana Alicia que esta técnica con
formas geométricas se les dificultaba a las mujeres que acudían a los talleres así que un día
se dijeron: pero por qué no hacemos historia de verdad, y comenzamos a hacer nuestras
propias historias, y es así como nace la Asociación Tejedoras de Sueños y Sabores de Paz
de Mampuján, más conocida como las Tejedoras de Mampuján. Con esta asociación varias
mujeres del caribe colombiano que lo habían perdido todo a causa de la violencia y el
desplazamiento forzado lograron encontrar un espacio no solo para contar su historia sino
para compartir con otras mujeres, conversar, reflexionar y generar otras actividades
económicas que les ayudasen para su sustento.

El tejido, texto de la memoria

El arte en contexto elaborado por estas mujeres representa para ellas no solo una
catarsis frente al duelo, sino también una alternativa para salvaguardar la memoria de lo que

2
Entrevista con Juana Alicia Ruiz realizada por Integritas: revista de ética, 2018
ha sido el conflicto armado en la subregión de los Montes de María. A diferencia de otros
grupos de mujeres víctimas en Colombia, las integrantes de las tejedoras de Mampuján,
expresan a través de estos tejidos sus experiencias de vida. Sus tapices se han convertido en
repertorios de memoria que recogen historias que hablan desde la subjetividad de cada mujer
que aprendió a desarrollar una mayor capacidad de resistencia, iniciativa y creatividad en la
búsqueda de alternativas para enfrentar las adversidades. (Diaz Granado, 2018)
Coser y tejer pueden fácilmente asociarse a unir y reparar. Por siglos, el textil,
bordado y tejido ha sido adjudicado a las mujeres al considerarseles una labor femenina, y
estas lo han empleado como medio de expresión. No es solo un acto simbólico que reafirma
la identidad femenina, sino que revierte esta misma condición para convertirse en símbolo
de poder político. (Sánchez-Blake, 2021) Como en el caso de las famosas Arpilleras de Chile,
quienes se atrevieron a denunciar los horrores de la dictadura militar, numerosos grupos de
tejedoras a lo largo y ancho de Colombia exponen en sus tapices los abusos cometidos contra
su población.
Por otra parte, el arte textil es una metáfora asociada a la escritura: texto-textum-textil.
Forma parte de esa conjunción entre escritura y tejido, en donde se hilan ideas y palabras en
un papel al igual que lo hacen las hebras y los retazos en una tela3. Leer el tejido como un
texto en el que las tejedoras han plasmado sus experiencias desde su posición como mujeres,
como afrocolombianas, como madres y como víctimas aún más vulnerables que los hombres,
puede también permitirnos entender el conflicto con un enfoque de género reconociendo la
multiplicidad de formas de violencia.

Testimonios hechos tapices y viceversa

Uno de los tapices más conocidos dentro del trabajo de estas mujeres es Día de llanto,
en este se ilustra el miedo, la incertidumbre y el dolor de lo ocurrido ese 10 de marzo del año
2000. Es una pieza que representa casi de forma teatral la historia de la amarga experiencia
que les dejó el conflicto. Se pueden observar varios hombres armados, que serían los
paramilitares de las AUC, intimidando a la población, y hasta se puede notar que uno de ellos

3
Esthere Andradi (2014) se remonta a la morfología de la palabra text para asociar la raíz del sánscrito teks,
que significa ‘costura’ y ‘construcción’, para convertirse en text en latín. Citado por Sánchez-Blake, 2021.
aplasta la cabeza de su víctima con el pie. También se ve a las mujeres con sus niños y con
sacos en las manos y cabeza que serían los únicos bienes que podrían recuperar después de
dejar su hogar.
Para nosotras este tapiz tiene un gran
significado, porque fue el primero que
elaboramos. Lo hicimos como una estrategia de
resiliencia para recordar sin ira el dolor de lo
ocurrido y sanar nuestro duelo. Tengo que decir
que, en cada puntada que dábamos nos
soltábamos en llanto y nos íbamos a nuestras
casas a llorar, pero después con el tiempo, nos
dimos cuenta de que ya no llorábamos y
comenzamos a notar la diferencia que se sentía
en nuestros corazones al recordar lo que vivimos
ese día (Ruíz, Juana Alicia, en entrevista con
Diaz Granados, 2016)4

Con el testimonio de Juana Alicia y


de las otras tantas mujeres que empezaron a
encontrarse en estos espacios se puede dar
cuenta de la influencia que puede tener el
tejido en la superación de traumas. Como lo
decían las invitadas chilenas que tuvimos en
Imagen 1: Día de llanto (2006)
Fotografía: Fernando Grisales (2016) clase: el trauma de la violencia es tan
Tomada de:
devastador que a muchos les quita hasta el
https://influx.themissive.com/post/63506477580458
3937/mampujan habla y les deja fuertes lesiones psicológicas.
Contar este tipo de hechos con palabras puede limitar a muchos, no obstante, con este tipo
de alternativas artísticas se abre un abanico de posibilidades en el que la memoria se puede
reconstruir a partir de imágenes, texturas, colores y el ensimismamiento al que conlleva el
acto de tejer.

4
Alejandra Valdés, otra de las mujeres que hace parte de las tejedoras de Mampuján asegura también en la
entrevista a Díaz Granados que “este tapiz, recoge toda la experiencia de vida de los hechos que marcaron ese
acontecimiento. Quisimos plasmar en él varios de los recuerdos de aquella tarde de horror en la que cada una
tenía algo por narrar De esta forma, fuimos recordando en detalle cada escena. Por ejemplo, cómo iba vestido
tal o cual persona ese día, a quienes tuvieron que transportar en hamaca porque se encontraban enfermos”,
2016.
Otro tapiz que me gustaría comentar, ya que
visibiliza otro tipo de problemáticas que surgen a
partir del desplazamiento forzado, es Hacinamiento.
En este tapiz, las mujeres plasmaron las duras
condiciones en las que tuvieron que vivir durante su
estadía en albergues temporales que tuvieron que
improvisar. Frente al abandono del estado y la falta
de oportunidades, estas familias se vieron obligadas
a ocupar escuelas y salones comunales. Este cambio
drástico en su forma de vida trajo consigo conflictos
en la comunidad que empezaron a deteriorar el tejido
social.
El tiempo en que vivimos hacinados afectó
las relaciones. Antes del desplazamiento éramos
muy unidos, como una sola familia. De lo que
teníamos lo compartíamos, pero cuando empezamos
a vivir en los albergues, comenzaron las peleas y los Imagen 2: Hacinamiento (2009)
pleitos. En principio era por la comida, porque en Fotografía: Fernando Grisales (2016)
ocasiones no alcanzaba para todos; otras veces, era Tomada de:
por el baño, porque éramos tantos y teníamos que https://books.openedition.org/uec/1812
turnarnos y algunos no respetaban el turno. Al final
la convivencia se volvió tan horrible que muchos optaron por no hablarse más entre ellos
(Valdés, Alexandra, en entrevista con Diaz Granados, 2016).

Con estos testimonios se puede evidenciar que el conflicto no solo comprende el


momento y territorio en el que se ejecuta, sino que va a tener repercusiones en el futuro de
quienes lo han vivido. Estos tapices demuestran el impacto a largo plazo de los diferentes
actos violentos que se han perpetrado en el país e invitan a una reflexión más profunda del
después de las víctimas.
Otro tapiz icónico de las tejedoras es el Ma jende mi prieto que significa mi gente
negra, este tapiz es una síntesis de los descritos anteriormente y de los muchos otros en los
que estas mujeres incluyen también un relato ancestral. Remontandose a la época de la
colonia, las tejedoras dan cuenta de la violencia cíclica en donde las secuelas de la esclavitud
se reproducen en la violencia reciente. Cada cuadro representa un escenario histórico que
evoca un pasado y una experiencia de vida contada en el presente, configurando un
imaginario colectivo de voces que hablan por una comunidad silenciada frente al conflicto
armado. (Diaz Granados, 2018)

En este tapiz, la parte superior se construye a partir de las experiencias de vida de sus
ancestros, se presenta una generación de africanos y africanas libres en su territorio y
posteriormente capturados para ser comercializados como esclavos en América. En el centro,
la resistencia y deseo de libertad se ilustran en el escenario del palenque, espacio en el que
prevalece y se fortalece la identidad afrodescendiente. A los costados, se observa una
comunidad de campesinos
y campesinas asediados por
el conflicto armado. Por
último, la escena en donde
las expresiones y las
emociones de los
personajes se hacen visibles
representando dinámicas
que acompañan los
procesos de retorno, la

Imagen 3: Ma jente mi prieto reconstrucción del tejido


Fotografía: Fernando Grisales (2016) social y el deseo de paz y
Tomada de: https://books.openedition.org/uec/1812
reconciliación. Desde el año
2015 este tapiz se encuentra dentro del Museo Nacional, como parte de las obras de arte más
representativas de la historia del país. Las mujeres de Mampuján elaboraron once tapices
emblemáticos entre el 2008 y el 2011. Estos se dieron a conocer en exposiciones en
universidades, foros, encuentros y en el exterior. Al mismo tiempo, las tejedoras fueron
invitadas a dictar talleres en otras poblaciones afectadas por el conflicto, en un recorrido que
se llamó Ruta por la Vida. La Asociación ganó el Premio Nacional de Paz en el 2015.

Conclusiones

Mediante estas técnicas para construir memoria, las tejedoras de Mampuján también
han desarrollado un medio de sanación. A través del tejido las víctimas logran expresar sus
vivencias, sus temores y esperanza, muchas veces silenciados en la cotidianidad. Estos
espacios abren canales de solidaridad, denuncia y reconciliación en los que se genera un
activismo político que conduce a las mujeres a salir de sus esferas privadas a esferas públicas
y que permiten una mayor interacción entre las víctimas y el resto de la población civil para
aportar a esa comprensión del conflicto.

En Chile, durante la dictadura de Pinochet, las mujeres arpilleras transformaron aguja


e hilo en un testimonio de lucha y resistencia política. En Colombia las mujeres tejedoras de
Mampuján han hecho del tejido una herramienta para la sanación de duelo, construcción de
la memoria colectiva y liderazgo dentro de su comunidad. Sus tapices, se han convertido en
la práctica de un escenario generador de diálogo, reconocimiento individual y colectivo,
también, en un medio para reconstruir una memoria dinámica que genere espacios de
recordación, denuncia y promoción de la verdad histórica del conflicto armado en el marco
de una política para la construcción de paz.

Bibliografía

Belalcazar Valencia, J. G., & Molina Valencia, N. (2017). Los tejidos de las mujeres
de Mampuján: Prácticas estético-artísticas de memoria situada en el marco del conflicto
armado colombiano. Andamios, 14(34), 59-85.
CNMH. (2012). ¡Basta ya!, Colombia: Memorias de guerra y dignidad (Centro
Nacional de Memoria Histórica, Bogotá).
Diaz Granados, J. S. (2018) Testimonios y repertorios de memoria de las Mujeres
Tejiendo Sueños y Sabores de Paz de Mampuján. Universidad del Valle.
Ruiz Aguilar, Y. A. (2019). Tejedoras de Mampuján: Violencia y conflicto armado
en Colombia, experiencias estéticas para una política emancipadora [B.S. thesis].
Ruiz Hernández, J. A., Romero Sánchez, R. M., & Ladeus Teherán, A. (2019).
Mujeres tejedoras de Mampuján un tejido con sabor a paz. Universidad de Cartagena.
Sánchez-Blake, E. (2021). La narrativa del conflicto en textums de resistencia: Las
tejedoras de Mampuján.
https://www.academia.edu/60337267/La_narrativa_del_conflicto_en_textums_de_resistenc
ia_las_tejedoras_de_Mampuj%C3%A1n

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