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PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA

HISTORIA CONTEMPORÁNEA

NOMBRE: Isabella García

Historia Contemporánea de Colombia - Violencia y conflicto armado

Durante varios años Colombia se ha visto envuelta en eventos de fuertes


violencias, perjudicando a gran población de país, la mayoría de los afectados
han sido callados y si se pronunciaban su voz no era escuchada del mismo modo
en que ellos vivenciaban los hechos. Disputas entre conservadores y liberales;
poder y más poder, y quienes sufrían las consecuencias eran las personas que
no estaban relacionadas con el tema, personas que vivían en lejanas veredas y
comunidades, personas que disfrutaban su vida día a día.

Este nivel de violencia llego a tan alto grado que en los campos las personas no
dormían del miedo, se acostaban con la ropa puesta ya que al oír algún tipo de
ruido tenían una ruta de escapa en sus viviendas, otras familias no dormían en
la casa, sino que debajo de puentes o cuevas. De esta manera evitaban el riesgo
de que sus seres queridos fueran secuestrados por los guerrilleros o asesinados
sin ningún motivo (No hubo tiempo para la tristeza, 2013). Estas guerras civiles
dejaron muchos muertos “un 80% de los cadáveres correspondía a varones,
incluidos niños y adolescentes; civiles inermes y no gente armada”, aquellas
personas eran campesinos y en su mayoría analfabetas (Entre la legitimidad y la
violencia, 1995).

Los campesinos que sobrevivían no tenían los recursos suficientes para tener
una vida digna, pues la guerrilla y los paramilitares robaban y quemaban todo
tipo del cultivo, viviendas y ganados. Familias estaban en ruina y a esto se le
sumaba la gran decadencia que estaba empezando en el rio magdalena, esto
hizo que dejara de ser el principal medio de transporte y comunicación con el
mundo interior y a su vez convirtiéndose en un tipo de fosa común para muchos
colombianos (Entre la legitimidad y la violencia, 1995).

Esta época tienen gran presencia de los temas religiosos, por ejemplo en la
película “El olvido que seremos ” basada en la novela titulada de la misma
manera, escrita por Héctor Abad Faciolince, se aprecia como las oraciones
diarias e ir a misa contantemente son actividades fundamentales, pues en la
película se observa como los personajes visitan la iglesia constantemente menos
el protagonista, y al final, con la muerte de este el padre que dicta la misa de su
funeral recalca como aquel hombre no tenía una muy buena relación con Dios.
Otro ejemplo se vivenció en Bojayá – Chocó en mayo del 2002, donde en una
noche toda la comunidad durmió en la capilla, pues ahí estaban refugiados y
pensaban que estaban protegidos por Cristo, pero en media noche cayó un
barril explosivo dirigido por la guerrilla. Las personas quedaron desmembradas,
extremidades e intestinos en las paredes y en el techo. Domingo Chalá
campesino sobreviviente de la masacre dice que las personas estaban como si
se hubiesen metido a un molino, y todo el mundo lloraba sin cesar, una escena
que marco a toda la generación (No hubo tiempo para la tristeza, 2013).

Además, aquellas guerras civiles dejaron a miles de mujeres viudas y la mayoría


de ellas violadas, con hijos que no volvieron a ver a sus padres y otros que ni los
llegaron a conocer. En Valle Encantado - Córdoba mujeres empoderadas se
reunieron para así poder sobrevivir tras haber quedado sin casas ni esposos. Un
grupo grande de ellas, en concreto 80, en el año 2000 se dirigieron a Villa Nueva
– Valencia y alineadas tomada de las manos se dirigieron a alias Don Berna y le
dijeron que iba a reclamar a sus hijos reclutados por la fuerza y se los lograron
quitar. “Las armas los hace sentir más fuertes” expresó una de las madres.
Actualmente, esos muchachos son los padres de la nueva generación que crece
en el asentamiento femenino (No hubo tiempo para la tristeza, 2013).
Por otra parte, los guerrilleros vivían muy cómodamente, según investigación
expuesta en el Museo La Tertulia llamada Entre Agua y Raíces, ellos se
despertaban todos los días a las 6am, trotaban y cantaban sus himnos. Luego
limpiaban las armas, cosían y cocinaban, ya al estar libre de tiempo jugaban o
veían televisión. A la hora de dormir, los mejores cuartos eran para los más altos
puestos, dos pequeñas habitaciones y la terraza eran las prisiones de los
rehenes y las alcobas restantes eran para los guerrilleros. Aquellas víctimas que
asesinaban lo hacían de forma terrible, algunas de ellas llegaron a ser torturadas
antes de matarlas. Otros casos en los que fueron torturas con presencia de los
mismos familiares de la víctima. Hoy en día se sabe que estas torturas si se
llevaron a cabo pues la misma guerrilla lo confirmo.

Como reflexión final, puedo decir que gracias a estos recursos pudo conocer
más a fondo lo vivido por las personas afectas y pude acercarme un poco más a
su dolor, la forma en que los hechos fueron contados hace que llegue al corazón
de las personas y hace que uno se ponga en los zapatos de los otros. Además,
como se menciona el documental “No hubo tiempo para la tristeza” no
quedaron testigos después de la matanza tan feroz que se vivió en el país, y los
testigos que quedaron poco son los que se atreven a contar sus historias. Por lo
cual, la construcción del documenta tomo alrededor de 6 años, pues los
sobrevivientes habitan zonas rurales y pocos se atreven a contar los hechos.
Este trabajo también es de admirar ya que son pocas las personas interesadas
en enfocar su vida a esto y a la vez arriesgarla para poder documentar y
transmitir lo vivido. Teniendo en cuenta lo anterior, las nuevas generaciones al
saber aquel pasado pueden empatizar con las demás personas, de modo que se
evite en un futuro los actos que vivenciaron sus antepasados.

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