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El capítulo de la Interpretación de los Sueños sienta las bases de la

metapsicología psicoanalítica y nos permite entender el funcionamiento psíquico.


Comenzamos con el modelo del peine, teniendo en un extremo el Sistema de la
Percepción (SP) y en el otro el Sistema Motor (SM). Al llegar un estímulo a la
Percepción, si estos son relevantes dejan huellas mnémicas que se guardan por
contigüidad o similitud en el Pc. En la vida diurna, la moción progrediente avanza
desde el SP hasta el SM, pasando por el Inconsciente (Icc) e intentando cruzar el
Preconsciente, el cual permite o no la salida a la Consciencia (Cc).
El material Icc que no puede salir a la Cc necesita “disfrazarse” a través de la
condensación y del desplazamiento para volver a intentarlo. En el Icc la energía
pulsional fluye libremente, mediante la condensación tenemos que una sola
representación puede contener la energía de varias representaciones por vía
asociativa, por otro lado, en el desplazamiento las investiduras son transferidas de
una representación a otra. Existe otra moción que va en dirección contraria, se
llama regrediente, esta se da durante el sueño y en las alucinaciones. En la
regresión, la energía fluye hacia el SP, por lo que en los sueños y en las
alucinaciones podemos percibir imágenes como si fueran reales. Durante el sueño
el SM queda bloqueado, por lo cual no llegamos a la motilidad. Es importante
mencionar que estos procesos no se dan de uno por uno ni de forma lineal, sino
que existe un zigzagueo de mociones e investiduras en movimiento de manera
simultánea.
Lo que provoca el “movimiento” de energía es que desde el principio, después del
punto cero, se apuntalaron la pulsión sexual con las pulsión de supervivencia tras
la primer vivencia de satisfacción, donde inicia la matriz del deseo, posteriormente
la pulsión busca perennemente su satisfacción. Esto se relaciona con el sueño,
pues el sueño es el guardián del dormir, pero también la búsqueda de satisfacción
del deseo. Existen también sueños de angustia como último intento para ligar la
pulsión no ligada a una representación. Ante el cumplimiento del deseo
incestuoso, se activa el Pc y viene un despertar súbito.
Con lo anterior, observamos que aquello que es “placentero” para una instancia,
no lo es para otra, por lo que el Pc no permite la salida de todo lo Icc hacia lo Cc.
Este es el punto de vista dinámico, donde tenemos conflicto entre instancias, lo
que desemboca en síntomas, represión, formaciones de compromiso, etc. De
acuerdo al punto de vista tópico, hablamos de la instancia en la que se encuentra
la pulsión. Y desde el económico, hablamos de la carga pulsional o investidura, de
los mecanismos de desplazamiento y la condensación.
El aparato psíquico se rige por una serie de principios, comenzando por el
principio placer-displacer, que trata de mantener la tensión o excitación al nivel
más bajo posible y de manera estable, y cuando esta aumenta necesita una
satisfacción inmediata, aunque sea alucinatoria, para descargar y disminuir la
tensión. Posteriormente, el principio de realidad permite al psiquismo postergar la
satisfacción y hacerse de una real. El juicio de atribución es el que indica la
cualidad: placer/displacer.
Tenemos finalmente que el sueño está en proceso primario, y el secundario es el
que prevalece en la vida diurna, por lo que es difícil recordar los sueños.

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