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1- El termino con que se conoce el calor y el frio

• Termoterapia y crioterapia
El frío ayuda a aliviar la sensación de dolor y puede reducir la inflamación justo tras
un golpe. Es por eso por lo que la aplicación de frío se recomienda para después de
una caída, una contusión, un traumatismo o un golpe por norma general.
Otro caso en el que se puede aplicar frío es cuando hay espasmos musculares
debido a un entrenamiento, con el fin de reducirlos. Por tanto, en el caso de las
contracturas no conviene usar temperaturas bajas, a no ser que en algún momento
por alguna razón se inflame la zona y, entonces, convenga usarlo puntualmente y
luego seguir aplicando calor.
Se aconseja la aplicación de frío en periodos cortos de tiempo, alrededor de 15
minutos, cada dos horas como máximo. Asimismo, es importante no aplicarlo sobre
la piel directamente ya que el frío en contacto directo con esta durante un rato puede
llegar a producir quemaduras.
Por otra parte, el frío no debe ser aplicado en heridas abiertas, hemorragias o zonas
infectadas. Tampoco conviene que lo usen las personas con una alta sensibilidad al
frío o con la piel muy sensible, así como quienes sufran el síndrome de Raynaud, un
trastorno de los vasos sanguíneos que afecta a las manos y a los pies. Tampoco es
aconsejable para personas con trastornos vasculares periféricos.
Aplicar calor en las contracturas
La aplicación de calor se recomienda en dolores musculares o articulares en los que
no se produzca una inflamación. Así, los dolores articulares y las contracturas
musculares, al producirse por un sobresfuerzo y, en principio, no tener
inflamación, deben ser tratadas con calor al ser relajante.
No debe aplicarse calor si existe una inflamación en la zona afectada. Tampoco si
se han sufrido traumatismos recientes con inflamación o derrame, si la zona está
infectada, o se sufren problemas de tensión arterial. No es aconsejable para
personas altamente sensibles a los cambios de temperatura corporal.
Al igual que con el uso del frío para aliviar las molestias, se recomienda aplicar en
periodos cortos de tiempo, alrededor de 15 minutos, cada dos horas a lo largo del
día mientras sea necesario. No aplicar más calor antes de que haya pasado ese
tiempo de descanso ya que podría ser contraproducente.
Tampoco es aconsejable poner el calor directamente sobre la piel ya que podría
provocar una quemadura. Por ello, lo mejor es aplicar el calor sobre una prenda de
ropa fina o envolverlo en un paño para ponerlo sobre la piel.
2-Beneficion que aportan el calor al organismo
Vasodilatación, analgesia, aumenta el umbral del dolor y baja la presión arterial

3-Beneficion que aportan el frio al organismo


Vasoconstricción, analgesia, menor aporte sanguíneo y mejora la contractibilidad
subida de la presión arterial.

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