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Revista de agresión sexual


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La empatía en la pedofilia y los delitos sexuales


contra los niños: una extensión longitudinal

Miriam Schuler, Sebastian Mohnke, Till Amelung, Isabel Dziobek, Viola


Borchardt, Hannah Gerwinn, Christian Kärgel, Jonas Kneer, Claudia Massau,
Alexander Pohl, Simone Weiß, Susann Pieper, Christopher Sinke, Klaus M. Beier,
Martin Walter, Jorge Ponseti, Boris Schiffer, Tillmann HC Kruger y Henrik Walter

Para citar este artículo:Miriam Schuler, Sebastian Mohnke, Till Amelung, Isabel Dziobek, Viola
Borchardt, Hannah Gerwinn, Christian Kärgel, Jonas Kneer, Claudia Massau, Alexander Pohl, Simone
Weiß, Susann Pieper, Christopher Sinke, Klaus M. Beier, Martin Walter, Jorge Ponseti, Boris Schiffer,
Tillmann HC Kruger y Henrik Walter (2021): Empatía en la pedofilia y los delitos sexuales contra los
niños: una extensión longitudinal, Journal of Sexual Aggression, DOI:
10.1080/13552600.2021.1931721

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REVISTA DE AGRESIÓN SEXUAL https://doi.org/
10.1080/13552600.2021.1931721

La empatía en la pedofilia y los delitos sexuales contra los niños: una


extensión longitudinal
miriam schuler un, Sebastián Mohnkeb, Hasta Amelung un, Isabel DziobekC,

Viola Borchardt d, Hannah Gerwinmi, Christian Kargelf,g, Jonas Kneerh, Claudia Massauf,g,
Alejandro Pohlmi, Simone Weißgramo, Susan Pieperh, Christopher Sinkeh, Klaus M Beierun,
Martín Walter yo, d, j, Jorge Ponsetimi, Boris Schifferf,g, Tillmann HC Kruger hy
b
henrik walter
unDepartamento de Salud y Ciencias Humanas, Instituto de Sexología y Medicina Sexual, Charité – Universitätsmedizin Berlin,
Berlín, Alemania;bDivisión de Investigación de la Mente y el Cerebro, Departamento de Psiquiatría y Psicoterapia, Charité –
Universitätsmedizin Berlin, Berlín, Alemania;CEscuela de Mente y Cerebro de Berlín, Universidad Humboldt de Berlín, Berlín,
Alemania;dDepartamento de Neurología del Comportamiento, Instituto Leibniz de Neurobiología, Magdeburg, Alemania;mi
Departamento de Psiquiatría Integrativa, Instituto de Medicina Sexual y Psiquiatría y Psicoterapia Forense, Universidad de Kiel,
Facultad de Medicina, Kiel, Alemania;FDivisión de Psiquiatría Forense, Departamento de Psiquiatría, Psicoterapia y Medicina
Preventiva, LWL-University Hospital Bochum, Bochum, Alemania;
gramoDepartamento de Psiquiatría y Psicoterapia, Instituto de Psiquiatría Forense, LVR-University Hospital Essen,
Universidad de Duisburg-Essen, Essen, Alemania;hDivisión de Psicología Clínica y Medicina Sexual, Departamento de
Psiquiatría Clínica, Psiquiatría Social y Psicoterapia, Facultad de Medicina de Hannover, Hannover, Alemania;
iDepartamento de Psiquiatría y Psicoterapia, Hospital Universitario de Jena, Jena, Alemania;jDepartamento de Psiquiatría

y Psicoterapia, Universidad de Tübingen, Tübingen, Alemania

RESUMEN HISTORIA DEL ARTÍCULO


Los déficits en la empatía cognitiva (CE) se han asociado con Recibido el 6 de mayo de 2020

antecedentes de delitos sexuales contra menores (OSC) en la Revisado el 27 de abril de 2021

pedofilia. Sin embargo, estos resultados se han obtenido en una Aceptado el 14 de mayo de 2021

comparación transversal. Todavía no hay estudios longitudinales.


PALABRAS CLAVE
Realizamos un estudio longitudinal con un intervalo de 3 años e pedofilia; sexual
investigamos la CE y la empatía emocional (EE) mediante el Test de ofender a los niños;
Empatía Multifacética (MET) y el Índice de Reactividad Interpersonal empatía cognitiva; empatía
(IRI) en hombres pedófilos con antecedentes de CSO (P + CSO), afectiva; longitudinal
pedófilos hombres sin antecedentes de CSO (P-CSO) y controles evaluación
masculinos teleiofílicos no infractores (TC). Los resultados fueron
datos transversales estables y confirmados con evidencia de una CE
más alta medida por el MET en P-CSO en comparación con P + CSO.
Solo se encontró evidencia de más angustia en situaciones sociales,
medida por el IRI, en P-CSO en comparación con TC.

Introducción
La empatía es crucial para las interacciones sociales, ya que nos permite comprender y compartir los estados
afectivos de los demás (Batson et al.,1997; Cantante y Lamm,2009). Durante mucho tiempo, la empatía careció de
una definición clara (Batson et al.,2009; Manguito et al.,2016). Los teóricos recientes han acordado dos
componentes: un (1) componente cognitivo y un (2) componente emocional (por ejemplo, Mann & Barnett,2013;
walter, 2012). El componente cognitivo (es decir, empatía cognitiva; CE) se refiere a la comprensión de

CONTACTOmiriam schuler miriam.schuler@charite.de


Se puede acceder a los datos complementarios de este artículo enhttps://doi.org/10.1080/13552600.2021.1931721.
© 2021 Organización Nacional para el Tratamiento de Abusadores
2 M. SCHULER Y AL.

estados emocionales de los demás y el componente emocional (es decir, empatía emocional; EE) describe la
respuesta emocional del observador al estado emocional de alguien.
Varios estudios han observado una asociación entre la empatía y la etiología y el mantenimiento de los
delitos (Jolliffe & Farrington,2004). Los resultados variaron desde un deterioro de la capacidad para reconocer los
estados mentales de los demás (Mariano et al.,2017; marsh y blair,2008; Sandvik et al.,2014; Seidl et al.,2020) o
un reconocimiento superior de rostros enojados (Kosson et al.,2002), a una capacidad de respuesta emocional
reducida en individuos con antecedentes de conducta delictiva (Richell et al.,2003).
A pesar de estos resultados divergentes, se ha propuesto que los déficits en EC y EE hacia los niños o hacia los
propios niños víctimas (es decir, la empatía de la víctima) están asociados con la delincuencia sexual infantil (CSO;
Fernandez et al.,1999; marshall,1989; Marshall et al.,2001; Tierney y McCabe,2001). Se ha planteado la hipótesis
de que los agresores carecen de una representación afectiva del estado emocional de su víctima, lo que impide
la percepción del malestar de la víctima y facilita la conducta delictiva. Sin embargo, los resultados de la
investigación sobre los déficits de empatía (de la víctima) en personas con antecedentes de CSO no son
concluyentes (p. ej., Covell & Scalora,2002; Geer et al.,2000; Día siguiente,2019). De hecho, algunos estudios
señalaron un funcionamiento empático comprometido para las propias víctimas o víctimas potenciales en
individuos con CSO (Chaplin et al., 1995; Elliott et al.,2009; Fernández et al.,1999; Lindsey et al.,2001; Marshall et
al.,2001; Tierney y McCabe,2001). Otros estudios sugirieron más bien déficits generales de empatía (es decir, no
solo para las propias víctimas o las víctimas potenciales; Gery et al.,2009; Marshall et al.,1994). Por ejemplo, Gery
et al. (2009) analizaron la empatía y el reconocimiento de expresiones faciales emocionales en individuos
encarcelados por CSO, individuos encarcelados por delitos no sexuales y controles no delincuentes empleando
una medida basada en el desempeño y autoinformes. En la tarea de desempeño, los individuos encarcelados por
CSO fueron menos precisos en el reconocimiento de expresiones faciales de ira, disgusto, sorpresa y miedo en
comparación con los otros dos grupos. Además, en las medidas de autoinforme, las personas con antecedentes
de CSO informaron una reducción de los sentimientos de compasión y preocupación orientados hacia los demás
y una capacidad disminuida para tomar la perspectiva de otro. Marshall et al. informaron deficiencias en la
empatía general autoinformada en pacientes ambulatorios con antecedentes de CSO, pero no en personas
encarceladas con antecedentes de CSO. (1994). Y, por último, varios otros estudios no pudieron observar general
(Langevin et al., 1988) o déficits de empatía con la víctima (Hanson & Scott,1995; Marshall et al.,1994; Teuma et
al.,2003) en personas con antecedentes de OSC. A pesar de estos resultados mixtos, una evaluación de las
habilidades empáticas es parte de los instrumentos que miden los cambios en el estado de riesgo (por ejemplo,
STABLE-2007; Hanson et al.,2015) y el progreso de la terapia en personas con antecedentes de conducta delictiva
(p. ej., Therapist Rating Scale, Marshall et al.,2013). Además, McGrath et al. (2010) sugirió que la mayoría de los
programas de prevención (de recaídas) implican intervenciones específicas para aumentar la empatía;
especialmente EE para niños o víctimas propias/potenciales (por ejemplo, Beier,2018; Marqués et al.,2005). Sin
embargo, en su metanálisis sobre predictores de reincidencia sexual, Hanson y Morton-Bourgon (2004) no
encontraron relación entre la empatía (es decir, la empatía de la víctima) y la reincidencia sexual. marrón et al. (
2012) investigó la empatía general y la empatía de víctima en un grupo de 105 hombres condenados por un
delito sexual contra un niño que completaron un programa de tratamiento en prisión o en la comunidad y
fueron seguidos durante un período promedio de más de 10 años. Empatía general evaluada con el Índice de
Reactividad Interpersonal (IRI; Davis,1980,1983) no fue predictivo de reincidencia sexual. Sin embargo, a
diferencia de Hanson y Morton-Bourgon (2004), encontraron evidencia de que la empatía de la víctima
contribuyó inversamente a la predicción de la reincidencia sexual. Por lo tanto, Brown et al. (2012) más bien
apoyó el mantenimiento de la empatía como factor de riesgo y objetivo del tratamiento; también porque las
personas que participaron en un programa de prevención de recaídas percibieron el componente de empatía
como valioso (Levenson et al., 2009; Wakeling et al.,2005).
Los resultados mixtos informados pueden provenir de factores metodológicos, que abarcan la
operacionalización y la medición de la empatía. Aunque la empatía se considera una variable continua,
varios estudios (por ejemplo, informados por Hanson & Morton-Bourgon,2004) examinaron la empatía
como un constructo dicotómico (es decir, la empatía existe o la empatía no existe; Mann & Barnett,2013).
Además, las medidas de empatía iban desde juicios clínicos (por ejemplo, Kahn & Chambers,1991) y
cuestionarios de autoinforme (Brown et al.,2012; Elliott et al.,2009; Langevin et al.,1988;
REVISTA DE AGRESIÓN SEXUAL 3

Marshall et al.,1994; Tierney y McCabe,2001) a tareas de desempeño (por ejemplo, Gery et al.,2009; Schuler et al.,
2019). Estas diferentes medidas no solo desafían la comparación entre los resultados del estudio, sino también
los criterios psicométricos de los juicios clínicos no estructurados (Mann & Barnett,2013) y los cuestionarios de
autoinforme también han sido muy cuestionados (Blake & Gannon,2008; Tierney y McCabe,2001). Además, los
cuestionarios de autoinforme de empatía más comunes establecen diferentes puntos focales. La escala de
empatía de Hogan (HES; Hogan,1969) se centra en el componente cognitivo de la empatía, la Escala de Empatía
Emocional de Medición del Cuestionario (QMEE; Mehrabian & Epstein,1972) se centra en el componente afectivo
de la empatía, y el IRI (Davis,1980,1983) evalúa ambos componentes de la empatía. Sobre esa base, se debe
suponer que la EC y la EE, también hacia grupos de edad específicos, no se han abordado a fondo en estudios
anteriores (Blake & Gannon,2008). Además, las inconsistencias podrían atribuirse a poblaciones de estudio
ambiguas que no diferenciaron entre individuos pedófilos y no pedófilos con antecedentes de CSO. La pedofilia
describe la atracción sexual recurrente hacia menores (Seto,2018). En el Sistema de Clasificación Estadística
Internacional de Enfermedades y Problemas de Salud Relacionados (ICD-10; Weltgesundheitsorganisation,2015)
el término pedofilia se usa para describir impulsos y fantasías sexuales intensas recurrentes que involucran a
niños prepúberes y/o púberes tempranos, mientras que la quinta edición del Manual diagnóstico y estadístico de
los trastornos mentales (DSM-5; Asociación Estadounidense de Psiquiatría,2013) limita su definición a fantasías e
impulsos sexuales intensos y recurrentes que involucran a niños prepuberales. La pedofilia no es un requisito
previo para participar en OSC. Sin embargo, una preferencia sexual pedófila puede considerarse un factor de
riesgo importante para cometer CSO (Hanson & Bussière,1998; Hanson & Morton-Bourgon,2004). Los pedófilos
representan aproximadamente la mitad de los delitos de las OSC registrados oficialmente (Seto,2018). La otra
mitad de los individuos con antecedentes de CSO no tienen un trastorno pedófilo. Más bien, la investigación
sugiere que estos individuos han abusado sexualmente de niños como un "sustituto" de adultos sexualmente
preferidos, por ejemplo, en el caso de habilidades sociales poco desarrolladas, deficiencias cognitivas o rasgos
de personalidad antisocial (Beier,1998; Seto,2018; sala y haya,2006). Además, se ha demostrado que las personas
no pedófilas que han cometido OSC responden de manera bastante impulsiva, mientras que las personas
pedófilas con antecedentes de OSC poseen un estilo de respuesta bastante planificado y estratégico (Mohnke et
al.,2014). Esto no solo destaca la existencia de diferentes subtipos de individuos pedófilos y no pedófilos con
antecedentes de OSC, sino que también enfatiza la importancia de examinar estos dos grupos por separado (
Figura 1).

Teniendo en cuenta estos factores de confusión, anteriormente realizamos un análisis diferencial de CE y EE


hacia niños y adultos en una muestra que distinguía entre CSO y pedofilia utilizando tanto autoinformes como
medidas basadas en el desempeño (Schuler et al.,2019). Demostramos déficits de CE en hombres pedófilos con
antecedentes de CSO solo y EE elevada con niños en hombres pedófilos independientemente de su estado
delictivo en comparación con los controles no infractores teleiofílicos masculinos (es decir, preferencia sexual
exclusiva hacia adultos). Como los hombres pedófilos sin antecedentes de CSO mostraron las puntuaciones más
altas de CE seguidos por los controles teleiofílicos y luego los hombres pedófilos con antecedentes de CSO, se
planteó la hipótesis de que la CE puede actuar como un factor protector en la prevención del abuso sexual
infantil en la pedofilia.
Estos resultados se han obtenido en comparación transversal. Todavía no hay estudios longitudinales del
funcionamiento empático en OSC y pedofilia. La evidencia de la estabilidad de los déficits de CE comprometidos
en hombres pedófilos con antecedentes de OSC proporcionaría más indicaciones para tratar la CE (y no la EE
para niños o víctimas propias/potenciales; Beier,2018; Marqués et al.,2005) como diana terapéutica en la
prevención de la OSC. Además, la estabilidad de los resultados respaldaría la confiabilidad de las medidas de
empatía incluidas.
Por lo tanto, realizamos una extensión longitudinal con una submuestra de la iniciativa de investigación “NeMUP” (ver
más abajo). Por lo tanto, evaluamos (1) hombres pedófilos con antecedentes de delitos sexuales contra menores, (2)
hombres pedófilos sin antecedentes de delitos sexuales contra menores, y (3) participantes de control masculinos
teleiofílicos no delincuentes. Mediante el uso de autoinformes y medidas más objetivas basadas en el desempeño,
investigamos si los déficits de CE en hombres pedófilos con CSO y EE elevado para niños en hombres pedófilos,
independientemente de su estado delictivo, son estables a lo largo del tiempo.
4 M. SCHULER Y AL.

Métodos
Participantes

El presente estudio constituyó una extensión longitudinal del estudio "NeMUP" (Neural Mechanisms Underlying
Pedophilia and sexual ofundering against children), que comprende cinco sitios de investigación colaboradores
alemanes ubicados en Berlín, Duisburg-Essen, Kiel, Hannover y Magdeburg. Entre 2014 y 2016, un brazo del
estudio "NeMUP" examinó el funcionamiento empático subyacente a la pedofilia y los delitos sexuales contra
niños en un total de 285 participantes (ver Schuler et al., 2019). Para la presente extensión longitudinal, se
extrajo una submuestra de la muestra total y se evaluó en una segunda ocasión de medición (T2) tres años
después de la evaluación inicial (T1). La submuestra involucradanorte =9 hombres pedófilos con antecedentes de
delitos sexuales contra menores (P + CSO;METROedad = 44,9, DE = 9,1),norte =26 hombres pedófilos sin
antecedentes de delitos sexuales contra menores (P-CSO;METROedad =
39,2, SD = 12,0), ynorte =25 sujetos de control teleiofílicos no agresores masculinos (TC;METROedad = 35,6, DE =
12,1; los datos se refieren a T1). Un participante que se adscribió al grupo P-CSO en T1fue asignado a P + CSO en T
2debido a CSO admitido después de T1.
en t1, los métodos de reclutamiento incluyeron anuncios en línea, publicaciones en foros y listas de correo
electrónico. Ambos grupos pedófilos fueron reclutados adicionalmente (y principalmente) a través de la red de
prevención “Dunkelfeld” (Beier et al.,2009), ofreciendo ayuda terapéutica a los pedófilos autoidentificados y no
detectados, independientemente de su historial delictivo. Para la segunda ocasión de medición, solo se contactó a estos
participantes que indicaron interés en participar en futuros estudios en T1.Luego se realizó el reclutamiento de la
submuestra de acuerdo a la disposición y disponibilidad de los participantes. El tamaño de la submuestra se calculó con
G*Power 3.1 (Faul et al.,2007) con tamaños de efecto para puntajes de precisión promedio de CE y puntajes de
calificación promedio de EE de nuestro trabajo anterior (Schuler et al.,2019) y ascendió a 60 para garantizar suficiente
potencia en el nivel .80.
El delito sexual infantil se definió por cualquiera de los participantes autorreportado como delito sexual
práctico contra niños (<14 años) e incluía tocar o penetrar a un niño o alentar a un niño a tocar o manipular los
genitales del delincuente o penetrarlo. Los autoinformes de CSO no se confirmaron con revisiones de archivos
oficiales, ya que los hombres pedófilos fueron reclutados delDunkelfeld (Beier et al.,2009). Para mantener la
comparabilidad con nuestro trabajo anterior, enfocamos nuestros análisis en delitos sexuales "directos" (es
decir, OSC) y no en delitos sexuales "no intervencionistas" (es decir, consumo de material de explotación sexual
infantil). Para prevenir las OSC en curso (o el consumo de material de explotación sexual infantil), el estudio
adoptó el procedimiento de la red de prevención “Dunkelfeld” (Beier,2018). La red actúa de acuerdo con un
procedimiento estructurado de protección infantil que corresponde a la Ley alemana sobre cooperación e
información en la protección infantil de la Ley federal de protección infantil (Artículo 1 § 4 [1]). Por ejemplo, el
procedimiento comprende la implementación de estrategias concretas (por ejemplo, mudarse del apartamento
compartido) o la consideración de intervenciones médicas para reducir los impulsos sexuales.

Entre los dos puntos de medición,norte =12 P-OSC ynorte =6 P + CSO se inscribieron en la red de prevención
“Dunkelfeld” y recibieron la Terapia de Dissexualidad de Berlín (BEDIT; Beier,2018). El BEDIT ha sido desarrollado
para tratar a personas con pedofilia y se basa en tres pilares que abarcan (1) intervenciones terapéuticas
sexuales para ayudar a las personas a aceptar sus fantasías sexuales, (2) elementos cognitivo-conductuales (p.
ej., juegos de rol, reestructuración cognitiva) para aumentar autoeficacia y control conductual, y (3)
farmacoterapia adyuvante para reducir los impulsos sexuales (si así lo desea el participante). El BEDIT supone
una intervención para aumentar la EE (especialmente la EE para niños o víctimas propias/potenciales). CE no se
aborda específicamente. Es más,norte =1 P-OSC,norte =1 P + OSC, ynorte =1 CT recibió psicoterapia ambulatoria
por trastornos del eje I (diferentes a la pedofilia).
en t1, los participantes fueron excluidos en caso de dudas con respecto a su género sexual y/o preferencia de edad
sexual, edad superior a 50 años o una puntuación de inteligencia por debajo o por encima de dos desviaciones estándar
de la puntuación media normalizada. en t1y T2, se aplicaron criterios de exclusión adicionales, como cualquier abuso de
sustancias presente, trastornos psicóticos o graves del estado de ánimo (Depresión de Hamilton
REVISTA DE AGRESIÓN SEXUAL 5

Puntuación de escala de 15 o más), ingesta actual de medicamentos psicotrópicos (incluida la terapia de privación de
andrógenos) o trastornos neurológicos. En ambas ocasiones de medición, todos los participantes dieron su
consentimiento informado por escrito antes de su participación. El estudio fue aprobado por las juntas de revisión
institucional locales de todos los centros participantes.

Procedimiento y medidas

en t1, cuatro subpruebas (similitudes, vocabulario, diseño de bloques y razonamiento matricial) de la versión alemana de
la Escala de inteligencia para adultos de Wechsler, 4.ª edición (WAIS; Petermann,2012) se administraron para obtener una
puntuación de inteligencia. Los trastornos del Eje II se evaluaron con la versión alemana de la Entrevista Clínica
Estructurada para el DSM-IV-TR (Fydrich et al.,1997).
en t1y T2, los trastornos del eje I se determinaron con la Entrevista clínica estructurada para DSM-IV-TR
(versión alemana; Wittchen et al.,1997). Los síntomas depresivos también se evaluaron dimensionalmente
mediante la escala de calificación de depresión de Hamilton (HAM-D; Baumann,1976). En ambas ocasiones de
medición, se llevó a cabo una entrevista clínica semiestructurada para evaluar las fantasías y los impulsos
sexualmente excitantes para el género sexual preferido, la(s) etapa(s) de desarrollo sexual preferidas de acuerdo
con las cinco etapas de Tanner (prepubescente [etapa uno de Tanner], temprana pubescente [etapa dos de
Tanner], pubescente [etapa tres de Tanner], pubescente tardía [etapa cuatro de Tanner] o pospubescente [etapa
cinco de Tanner] Marshall & Tanner,1969,1970) y comportamientos sexuales (es decir, consumo de material de
explotación sexual infantil, delitos sexuales contra niños). Los autoinformes sobre preferencia de género sexual y
preferencia de etapa de desarrollo sexual se verificaron con una adaptación de la Escala de Kinsey (Kinsey et al.,
1975), ampliado con las cinco etapas de Tanner de las parejas sexuales deseadas, y un paradigma de tiempo de
visualización (Imhoff et al.,2010). Durante el tiempo de visualización, los participantes del paradigma tenían que
calificar el atractivo sexual de las imágenes objetivo (imágenes de hombres y mujeres a lo largo de las cinco
etapas de Tanner), mientras que las latencias de respuesta se midieron discretamente. Los tiempos de respuesta
más prolongados para el grupo de categorías de edad de desarrollo maduro (etapas cuatro y cinco de Tanner,
machos y/o hembras) o para las categorías de edad de desarrollo inmaduro (etapas uno a tres de Tanner,
machos y/o hembras) se consideraron como interés sexual en ese grupo Basado en los criterios de la CIE-10
(Organización Mundial de la Salud,1992), los participantes se incluyeron como pedófilos si informaron fantasías y
deseos sexualmente excitantes que involucraban a niños prepúberes y/o púberes tempranos durante al menos
seis meses y, además, mostraron latencias de respuesta más largas para las categorías de edad de desarrollo
inmaduro (etapas uno a tres de Tanner, hombres y/o mujeres) en comparación con las categorías de edad de
desarrollo maduras (etapas cuatro y cinco de Tanner, hombres y/o mujeres) en el paradigma del tiempo de
visualización. Los participantes se incluyeron como teleiofílicos si solo informaron fantasías de excitación sexual
que involucraban a adultos y mostraron latencias de respuesta más largas para las categorías de edad de
desarrollo maduro (etapas de Tanner cuatro y cinco, hombres y/o mujeres) en comparación con las categorías de
edad de desarrollo inmaduro (etapas de Tanner uno a tres, hombres y/o mujeres).
La batería de pruebas de empatía se administró en T1y T2e incluyó (1) la versión alemana del Índice de
Reactividad Interpersonal (IRI; Davis,1983; Versión alemana: Paulus,2006), y (2) el Test de empatía multifacético
basado en el desempeño (MET; Dziobek et al.,2008). Ambas medidas permiten evaluar por separado la empatía
cognitiva (CE) y la empatía emocional (EE). El IRI es un cuestionario de autoinforme, con 28 ítems que se pueden
agrupar en cuatro subescalas de 7 ítems: Toma de perspectiva (PT), Preocupación emocional (EC), Angustia
personal (PD), Fantasía (F). La escala PT evalúa la tendencia informada a adoptar el punto de vista psicológico de
los demás en la vida cotidiana (p. ej., “A veces trato de comprender mejor a mis amigos imaginando cómo se ven
las cosas desde su perspectiva”). La escala EC mide la tendencia de los sentimientos de simpatía y preocupación
orientados hacia los demás (p. ej., “a menudo tengo sentimientos de ternura y preocupación por las personas
menos afortunadas que yo”). La escala de TP evalúa la tendencia del malestar experimentado en situaciones
angustiosas (p. ej., “A veces me siento impotente cuando estoy en medio de una situación muy emocional”). La
escala de fantasía (F) aprovecha la tendencia a trasladarse mentalmente a situaciones ficticias (p. ej., “Realmente
me involucro con los sentimientos de los personajes de una novela”). Las subescalas del IRI incluidas fueron PT
para evaluar CE y EC y PD para el constructo de EE. La F
6 M. SCHULER Y AL.

la escala se omiti porque est ms bien asociada con la emotividad (Paulus,2006). Los participantes eligieron en
una escala de Likert de cinco puntos el grado en que los elementos se aplicaban a ellos, con 0 indicandono me
describe biena 4 indicandome describe muy bienlo que da como resultado un rango posible de 0 a 28 por
subescala. Para ambas ocasiones de medición, obtuvimos índices de consistencia interna aceptables con
coeficientes alfa para T1(T2entre paréntesis) de 0,70 (0,78) para la escala PD, 0,73 (0,70) para la escala EC y 0,72
(0,78) para la escala PT (ver más abajo). Estos valores son comparables con los datos obtenidos por los autores
del cuestionario (Davis,1983; paulo,2006) y nuestro estudio previo (Schuler et al., 2019). Los análisis de
confiabilidad test-retest produjeron una fuerte confiabilidad para las subescalas del IRI (tabla 1).
El MET consta de 80 fotografías que muestran a niños y adultos en situaciones cargadas de emociones. Para
evaluar la CE, se pidió a los participantes que infirieran el estado mental de las personas que se mostraban en las
fotografías seleccionando una de las cuatro emociones proporcionadas. Para la evaluación de EE, los
participantes calificaron su nivel de preocupación emocional en respuesta a las fotografías utilizando una escala
de Likert con puntajes que van desde 0 (no se preocupa)a 9 (muy preocupado).Se calcularon por separado los
puntajes de la suma de precisión para CE, puntajes de calificación promedio para EE y puntajes medios para CE y
EE para niños y CE y EE para adultos. Además, se derivaron tiempos de respuesta para CE y para EE. En esta
submuestra, el MET tiene alfas de Cronbach mínimamente aceptables para los ítems de CE en T1(0.65) y en T2
(0,66) y excelentes alfas de Cronbach para los ítems de EE en T1(0.94) y T2(0,96). Estos valores corresponden bien a los
valores informados por los desarrolladores del instrumento (Dziobek et al.,2008) y nuestro trabajo previo (Schuler et al.,
2019). Los análisis de confiabilidad test-retest indicaron una confiabilidad de débil a fuerte para las puntuaciones MET y
los tiempos de respuesta (tabla 1).
En nuestro trabajo anterior se publicó una descripción detallada de la prueba (Schuler et al.,2019). Todas las
evaluaciones fueron realizadas por médicos experimentados o asociados de investigación bajo la supervisión de un
investigador principal.

Análisis estadístico

Los datos demográficos se analizaron mediante pruebas de chi-cuadrado de Pearson y análisis de varianza
(ANOVA) con IBM SPSS Statistics Versión 22.0 (IBM Corp., Armonk, NY). Submuestra T1y T2Las puntuaciones
medias del IRI se evaluaron mediante ANOVA multivariado. Las subescalas del IRI (PT, PD, EC) se emplearon
como variables dependientes y el grupo (P + CSO, P-CSO, TC) como variable entre sujetos. Submuestra T1y T2
Puntajes de precisión promedio MET (condición CE), calificaciones promedio (condición EE) y respuesta respectiva

Tabla 1.Fiabilidad test-retest a tres años entre el inicio y el seguimiento.


P+OSC P-OSC CT Total
IRI
Tomando perspectiva 1.0*** 0.5** 0,6** 0.5***
Angustia personal 0.8** 0,6** 0,6** 0.7***
Preocupación empática 0.7* 0.8*** 0,6** 0.7***
REUNIÓ

Precisión de la empatía cognitiva


Niños 0.5 0.8*** 0.5** 0.6***
Adultos − 0,3 0.3 0,6** 0.5***
Calificación de empatía emocional
Niños 0.9** 0.7*** 0.8** 0.8***
Adultos 0.9** 0.7*** 0.8*** 0.8***
Tiempos de respuesta de la empatía cognitiva
Niños 0.6 0,6** 0.7*** 0.7***
Adultos 0.6 0,6** 0,6** 0.6***
Tiempos de respuesta de la empatía emocional
Niños − 0,2 0,6** 0.7** 0.6***
Adultos − 0,1 0.4* 0.7*** 0.5***

Nota: Correlación bivariada de Pearson; valores de significancia bilateral: *pag <0,05; **pag <0,01; ***pag <0.001. P+CSO = hombres pedófilos
con delitos sexuales contra niños; P-CSO = hombres pedófilos no infractores; TC = controles teleiofílicos no ofensivos; IRI = Índice de
Reactividad Interpersonal; MET = Test de Empatía Multifacética.
REVISTA DE AGRESIÓN SEXUAL 7

los tiempos se analizaron en ANOVA mixtos separados con la edad (niños, adultos) como factor dentro del sujeto y el
grupo (P + CSO, P-CSO, TC) como factor entre sujetos. Se emplearon ANOVA de medidas repetidas (rmANOVA) para la
evaluación longitudinal de las subescalas del IRI, así como el rendimiento y los tiempos de respuesta del MET. Resultados
medios en T1y T2de cada subescala IRI (PT, PD, EC), puntuaciones medias de precisión MET y puntuaciones medias de
calificación MET en T1y T2se ingresaron en análisis separados como factor intrasujeto con pertenencia al grupo en T2(P +
CSO, P-CSO, TC) como factor entre sujetos. El supuesto de normalidad se comprobó mediante la prueba de Shapiro-Wilk
(conpag > .05 que indica una distribución normal) y el supuesto de homogeneidad de las varianzas de error se comprobó
mediante la prueba de Levene (conpag > .05 indicando homogeneidad). Para tener en cuenta las submuestras de
diferentes tamaños, realizamos pruebas Kruskal-Wallis no paramétricas para las subescalas IRI (PT, PD, EC), puntajes de
precisión promedio de MET, puntajes de calificación promedio de MET y tiempos de respuesta de MET. En caso de
resultados diferentes entre los ANOVA empleados y las pruebas no paramétricas, los hallazgos diferentes se describen
en la sección de resultados. Si no se especifica lo contrario, los resultados obtenidos con los ANOVA no difirieron de los
resultados obtenidos con las pruebas no paramétricas. Los detalles de la prueba de Kruskal-Wallis se pueden encontrar
en la tabla ST1 del material complementario en línea. de Cohend (Cohen,1988) y eta-cuadrado parcial (h2

pag;
Keppel,mil novecientos ochenta y dos) se calcularon como medidas del tamaño del efecto. Según Cohen (1988), Un efecto
Tallad (h2pagentre paréntesis) igual a 0,2 (0,01), 0,5 (0,06) y 0,8 (0,14) se consideró como pequeña, mediana,
y gran efecto. Calculamos los coeficientes alfa de Cronbach como medida de consistencia interna. Como
regla general, clasificamos los valores alfa como mínimamente aceptable (0,65), aceptable (0,70), óptimo
(0,80) y excelente (0,90; Nunnally & Bernstein,1994). Se realizaron correlaciones bivariadas (Pearson) para
medir la confiabilidad test-retest. Según Cohen (1988) −0.1–0.1 se interpretó como ninguna o muy débil
confiabilidad, –0.3 a −0.1 o 0.1–0.3 como débil, −0.5 a −0.3 o 0.3–0.5 como moderada y −1.0 a −0.5 o 1.0–
0.5 como fuerte . Los análisis fueron de dos colas y el nivel estadístico de significancia se fijó enpag < .05.
Se aplicó la corrección de Bonferroni para el ajuste post hoc para comparaciones múltiples.

Resultados

Análisis transversales
Variables demograficas
Los tres grupos de estudio no difirieron significativamente con respecto a la edad y el coeficiente intelectual. Los dos grupos de
pedófilos tenían puntuaciones HAM-D significativamente más altas (solo en T2) y cumplía significativamente más a menudo los
criterios de diagnóstico para los trastornos del eje I (aparte de la pedofilia;Tabla 2).

Índice de reactividad interpersonal


En ambas ocasiones de medición, los grupos diferían significativamente en la escala de EP, con tamaños del efecto
desde grande para T1(h2 pag= .32) a medio para T2(h2 pag= .12;Tabla 2,Figura 1). Análisis post-hoc
reveló que esto se debió a niveles significativamente más altos de PD en P-CSO en comparación con
TC en T1(p = .00, re =1.21) y en T2(p = .03,re = .76). No hubo diferencias de grupo en PD entre P-CSO
y P + CSO en T1(p = .22,re = .63) y en T2(p = .70,re = .51) o entre TC y P + CSO en T1(p = .85,re = .45) y
en T2(p =1.00,re = .31). Los grupos no difirieron en su nivel de PT y EC tanto en T1y T2.

Prueba de empatía multifacética


Empatía Cognitiva.Los ANOVA mixtos mostraron que hubo un efecto de grupo medio en las puntuaciones de precisión
en ambos T1(h2pag= .11) y T2(h2 pag= .12;Tabla 2). La comparación post-hoc mostró que P-CSO puntuó significativamente
significativamente mejor para inferir estados mentales de otros que P + CSO en T1(p = .03,re =1.38) y en T2(pag =
.03,re =1.04), ambos mostrando grandes tamaños del efecto. Ninguno de los puntajes de precisión entre P-CSO y
TC en T1(p =1.00,re = .27) y en T2(p = .63,re = .34) ni entre P + CSO y TC en T1(p = .11,re = .77) y en T2(p = .25,re = .
31) diferían significativamente. Los efectos de la interacción condición y grupo (P + CSO, P-CSO, TC) x condición
(CE para niños, CE para adultos) no alcanzaron significación.
8

Tabla 2.Características de la muestra total (transversal).


seguimiento de 3 años
Base
P+OSC P-OSC CT Prueba post-hoc P+OSC P-OSC CT Prueba post-hoc
muestra total (n =9) (n =26) (n =25) Estadísticas comparación (n =10) (n =25) (n =25) Estadísticas comparación

Características sociodemográficas Edad,


años,media ±puntuación SD WAIS,media ± 44,9 ± 9,1 39,2 ± 12,0 35,6 ± 12,1 F(2,57) = 2,2
M. SCHULER Y AL.

Dakota del Sur 97,0 ± 9,0 111,9 ± 19,0 109,2 ± 18,4 F(2,57) = 2,4
Características clínicas y diagnósticas
Diagnósticos DSM-IV-TR de por vida; Eje I
(sí No),norte 6/3 14/12 6/19 x2= 7,0* 6/4 15/10 10/15 x2= 3,3
Diagnósticos de por vida DSM-IV-TR; Eje II
(sí No),norte 5/4 12/14 6/19 x2= 4,0
HAM-D, media ± DE 3,1 ± 2,7 4,2 ± 4,6 1,6 ± 4,6 F(2,57) = 2,1 1,5 ± 2,0 4,5 ± 5,1 1,8 ± 3,3 F(2,57) = ns
3.6*
Variable de infracción

Nº de delitos sexuales, mediana 1 (1–3) 1 (1-3)


(distancia)

funcionamiento empático
IRI, media ± DE
Tomando perspectiva 15,7 ± 2,0 15,3 ± 2,9un 14,3 ± 2,5un F(2,55) = 1,3 15,0 ± 1,9un 15,4 ± 2,4 14,4 ± 3,1un F(2,55) =
0.8
Angustia personal 10,2 ± 3,0 12,1 ± 3,0un 9,1 ± 2,2un F(2,55) = P-OSC>TC 10,3 ± 2,6un 11,8 ± 3,1 9,3 ± 3,5un F(2,55) = P-OSC>TC
7,9** 3.8*
Preocupación empática 14,9 ± 3,2 15,2 ± 3,4un 14,0 ± 2,0a F(2,55) = 1,3 15,3 ± 1,8un 15,1 ± 3,4 14,0 ± 2,2un F(2,55) =
1.5
MET, media ± DE
Precisión de la empatía cognitiva
Niños 6,9 ± 1,0 7,4 ± 1,0 7,2 ± 0,8 Grupo:F(2,57) = 3,7* 7,1 ± 0,7 7,5 ± 0,8 7,4 ± 1,1 Grupo:F(2,57) = 3,7*
Adultos 6,8 ± 0,6 7,8 ± 0,7 7,8 ± 0,7 Condición de edad: 6,8 ± 1,1 7,9 ± 0,7 7,4 ± 1,3 Condición de edad:
Total 6,8 ± 0,7 7,6 ± 0,7 7,4 ± 0,8 F(1,57) = 2,8 7,1 ± 0,5 7,7 ± 0,6 7,4 ± 1,1 F(1,57) = 0,0
Grupo x Condición de edad: Grupo x Condición de edad:
F(2,57) = 1,8 F(2,57) = 1,1
P-OSC>P+OSC P-OSC>P+OSC
Calificación de empatía emocional
Niños 5,1 ± 1,5 5,9 ± 1,3 4,8 ± 1,4 Grupo:F(2,57) = 4,3* 4,8 ± 1,9 5,9 ± 1,5 4,9 ± 1,4 Grupo:F(2,57) = 2,0
Adultos 4,1 ± 1,9 5,5 ± 1,0 4,7 ± 1,4 Condición de edad: 4,3 ± 2,0 5,3 ± 1,5 4,9 ± 1,3 Condición de edad:
Total 4,6 ± 1,7 5,7 ± 1,1 4,8 ± 1,4 F(1,57) = 22,8*** Grupo x 4,6 ± 1,9 5,6 ± 1,5 4,9 ± 1,3 F(1,57) = 13,7*** Grupo x
Edad condición: F(2,57) = Edad condición: F(2,57) =
6,1** 4,4*

(Continuado)
Tabla 2.Continuado.
seguimiento de 3 años
Base
P+OSC P-OSC CT Prueba post-hoc P+OSC P-OSC CT Prueba post-hoc
muestra total (n =9) (n =26) (n =25) Estadísticas comparación (n =10) (n =25) (n =25) Estadísticas comparación

Tiempos de respuesta de empatía cognitiva, s


Niños 9,9 ± 4,0 8. 1 ± 2,6 6,9 ± 2,7 Grupo:F(2,57) = 4,0* 7,0 ± 2,8 6,1 ± 1,5 5,6 ± 2,0 Grupo:F(2,57) = 2,1
Adultos 9,1 ± 4,1 7,2 ± 2,2 7,2 ± 2,6 Condición de edad: 6,8 ± 2,8 5,9 ± 1,6 5,3 ± 1,8 Condición de edad:
Total 9. 5 ± 4,0 7,7 ± 2,3 6,7 ± 2,3 F(1,57) = 13,6** Grupo x 6,9 ± 2,8 6,0 ± 1,5 5,5 ± 1,9 F(1,57) = 5,2*
Edad condición: F(2,57) = Grupo x Condición de edad:
1,2 F(2,57) = 0,6
P+OSC>TC
Tiempos de respuesta de empatía emocional, s
Niños 4,5 ± 1,9 5,0 ± 1,7 3,8 ± 1,5 Grupo:F(2,57) = 2,6 3,2 ± 0,8 3,9 ± 1,3 3,0 ± 0,9 Grupo:F(2,57) = 5,3**
Condición de edad: Condición de edad:
F(1,57) = 24,3*** Grupo x F(1,57) = 4,6*
Edad condición: F(2,57) = Grupo x Condición de edad:
2,8 F(2,57) = 0,9

Notas: comparaciones post-hoc: > = diferencia de grupo significativa; valores de significancia bilateral: *pag <0,05; **pag <0.01, ***pag <0,001; ns = no significativo.Abreviatura:P+CSO = hombres pedófilos con
delitos sexuales contra niños; P-CSO = hombres pedófilos no infractores; TC = controles teleiofílicos no ofensivos; DE = desviación estándar;norte =tamaño de la submuestra; s = segundos; WAIS = Escala de Inteligencia para Adultos de
Wechsler; HAM-D = Escala de Calificación de Hamilton para la Depresión; Nº = número; IRI = Índice de Reactividad Interpersonal; MET = Test de Empatía Multifacética.
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10 M. SCHULER Y AL.

Figura 1.Nivel de empatía cognitiva y emocional reportada. Notas: Barras que indican valores medios por submuestra en T1y T2
ocasión de medición, respectivamente, para (a) las subescalas Toma de perspectiva, Angustia personal y Preocupación empática del Índice de reactividad
interpersonal, (b) Precisión de empatía cognitiva y (c) Calificación de empatía emocional de la Prueba de empatía multifacética. Las barras de error indican
intervalos de confianza del 95 %; > = diferencia de grupo significativa; / = sin diferencia de grupo; valores de significación bilaterales. Abreviaturas: P+CSO
= hombres pedófilos con antecedentes de delitos sexuales contra menores; P-CSO = hombres pedófilos sin antecedentes de delitos sexuales contra
menores; TC = controles teleiofílicos no ofensivos.
REVISTA DE AGRESIÓN SEXUAL 11

Tabla 3.Comparación longitudinal del funcionamiento empático al inicio y a los 3 años de seguimiento.

IRI
Tomando perspectiva Angustia personal Preocupación empática

Grupo:F(2,54) = 1,8 Grupo:F(2,54) = 7,8** Grupo:F(2,54) = 2,1


Tiempo de medición:F(1,54) = 0.3 Grupo Tiempo de medición:F(1,54) = 0.1 Tiempo de medición:F(1,54) = 0.0
x Tiempo de medición:F(2,54) = 0,8 Grupo x Tiempo de medición:F(2,54) Grupo x Tiempo de medición:F(2,54) =
= 0,7 0,1
P-OSC>TC
REUNIÓ

Precisión de la empatía
cognitiva Niños Adultos Total
Grupo:F(2,57) = 1,2 Grupo:F(2,57) = 6,0** Grupo:F(2,57) = 3,6*
Tiempo de medición:F(1,57) = 1.9 Grupo Tiempo de medición:F(1,57) = 0.4 Tiempo de medición:F(1,57) = 0,9
X Tiempo de medición:F(2,57) = 0,2 Grupo x Tiempo de medición:F(2,57) Grupo x Tiempo de medición:F(2,57) =
= 0,8 0,4
P-OSC/TC>P+OSC P-OSC>P+OSC
Calificación de empatía
emocional Niños Adultos Total
Grupo:F(2,57) = 3,9* Grupo:F(2,57) = 2,5 Grupo:F(2,57) = 3,1
Tiempo de medición:F(1,57) = 0,2 Grupo Tiempo de medición:F(1,57) = 0.0 Tiempo de medición:F(1,57) = 0.0
x Tiempo de medición:F(2,57) = 0,9 Grupo x Tiempo de medición:F(2,57) Grupo x Tiempo de medición:F(2,57) =
= 0,8 0,8
P-OSC>TC
Tiempos de respuesta de la empatía cognitiva
Niños Adultos Total
Grupo:F(2,57) = 3,2 Grupo:F(2,57) = 3,1 Grupo:F(2,57) = 3,21*
Tiempo de medición:F(1,57) = Tiempo de medición:F(1,57) = 26,3*** Tiempo de medición:F(1,57) =
36,6*** Grupo x Tiempo de medición:F(2,57) = 34,0***
Grupo x Tiempo de medición:F(2,57) = 0,4 Grupo x Tiempo de medición:F(2,57) =
1,4 0,9
P+CS0>TC
Tiempos de respuesta empatía
emocional Niños Adultos Total
Grupo:F(2,57) = 4,7* Grupo:F(2,57) = 4,8* Grupo:F(2,57) = 4,8*
Tiempo de medición:F(1,57) = Tiempo de medición:F(1,57) = 14,2*** Tiempo de medición:F(1,57) =
29,9*** Grupo x Tiempo de medición:F(2,57) = 22,3***
Grupo x Tiempo de medición:F(2,57) = 0,09 Grupo x Tiempo de medición:F(2,57) =
0,5 P-OSC>TC 0,2
P-OSC>TC P-OSC>TC
Notas: Variable entre sujetos: P+CSO (norte =10), P-OSC (norte =25), CT (norte =25); comparaciones post-hoc: > = diferencia significativa entre grupos
encia; / = sin diferencia de grupo; valores de significancia bilateral: *pag <0,05; **pag <0.01, ***pag <0.001.Abreviaturas:P+CSO = hombres pedófilos
con delitos sexuales contra niños; P-CSO = hombres pedófilos no infractores; TC = controles teleiofílicos no ofensivos;norte = tamaño de la submuestra;
IRI = Índice de Reactividad Interpersonal; MET = Test de Empatía Multifacética.

Con respecto a los tiempos de respuesta, los participantes tuvieron tiempos de prueba significativamente más largos cuando infirieron

anular los estados mentales de los niños en comparación con los estados mentales de los adultos en T1(h2 pag=1.93) y en T2
(hp2ag= .08). Además, en T1hubo un efecto de grupo significativo (h2 pag= .12), ya que P + CSO tuvo significación
tiempos de respuesta significativamente más altos en comparación con TC (p = .02,re =1,00). No hubo
diferencia de grupo en T1entre P + CSO y P-CSO (p = .20,re = .64) o entre P-CSO y TC (p = .58,re = .44). No
hubo una diferencia significativa entre los grupos según la prueba no paramétrica de Kruskal-Wallis (ver
Tabla S1).
Empatía Emocional.Los análisis de datos de las calificaciones de EE revelaron que los grupos de estudio diferían en su
nivel informado de EE para niños y adultos, indicado por un grupo significativo mediano a grande (P
+ CSO, P-CSO, TC) x condición (EE para niños, EE para adultos) efecto de interacción en T1(h2 pag= .18) y

en T2(h2pag= .13). Comparaciones post-hoc para T1Las puntuaciones de EE revelaron que P-CSO informó significativamente
más EE para niños en comparación con TC (p = .01,re = .82). No hubo diferencia de grupo entre P-
CSO y P + CSO (p = .33,re = .59) o entre P + CSO y TC (p =1.00,re = .21). Las comparaciones post-hoc
para la escala que evalúa EE para adultos mostraron que P-CSO indicó significativamente más EE en
comparación con P + CSO (p = .03,re =1.10). No hubo diferencia de grupo entre P-CSO y TC (p = 0.16,
re = .66) o entre P + CSO y TC (p = .74,re =0,29). en t2, efectos entre grupos de
12 M. SCHULER Y AL.

ni la escala de evaluación de EE para niños,F(2,57) = 2,75,p = .07 (h2 pag= .09) ni la escala de evaluación de EE
para adultos,F(2,57) = 1,52,p = .23 (h2 pag= .05) alcanzó significación.
Los participantes tuvieron tiempos de respuesta más altos cuando calificaron EE para niños que para adultos en T1(h2 pag= .30)
y en T2(h2 pag= .08). Además, hubo un efecto de grupo significativo en T2(h2 pag= .16), ya que P-CSO había
tiempos de respuesta significativamente más largos en comparación con TC (p = .01,re = .83). La
diferencia de grupo entre P-CSO y P + CSO (p = .11,re = .74) o entre P + CSO y TC (p =1.0,re = .13) no
alcanzó significación.

Análisis longitudinales

Índice de reactividad interpersonal


Como se esperaba, los rmANOVA con subescalas IRI en dos ocasiones de medición no revelaron efectos
significativos dentro del sujeto entre los resultados medios en T1y T2, y grupo no significativo (P + CSO, P-
CSO, TC) x tiempo de medición (T1, T2) efectos de interacción (Tabla 3)

Prueba de empatía multifacética


Empatía Cognitiva.De acuerdo con resultados transversales comparables, ni los efectos dentro del sujeto
para T1y T2puntajes de precisión ni grupo (P + CSO, P-CSO, TC) x tiempo (T1, T2) los efectos de la medición
alcanzaron significación (Tabla 3).
Los grupos tuvieron tiempos de respuesta significativamente más cortos en T2en comparación con t1, con gran intrasujeto
efectos para CE para niños (h2 pag= .21) y CE para adultos (h2 pag= .37). El grupo (P + CSO, P-CSO, TC) x
tiempo de medición (T1, T2) los efectos de interacción no alcanzaron significación.
Empatía emocional:Efectos dentro del sujeto con respecto a las puntuaciones de calificación promedio en T1y T2
grupo (P + CSO, P-CSO, TC) x tiempo de medición (T1, T2) no fueron significativos.
Los participantes fueron significativamente más rápidos en calificar su EE en T2, lo que resulta en grandes
efectos sujetos tanto para EE para niños (h2 pag= .34) y para adultos (h2 pag= .20). El grupo (P + CSO, P-
CSO, TC) x tiempo de medición (T1, T2) los efectos de interacción no alcanzaron significación.

Discusión
Resumen

Este estudio longitudinal es el primero en evaluar la estabilidad del funcionamiento empático en la pedofilia y la
delincuencia sexual infantil (OSC) en dos ocasiones de medición, con tres años de diferencia. Para diferenciar entre
empatía cognitiva (CE) y empatía emocional (EE) tanto hacia los estados emocionales de niños como de adultos,
aplicamos autoinformes y medidas basadas en el desempeño en una submuestra del estudio “NeMUP”. Comparamos (1)
hombres pedófilos con antecedentes de CSO (P + CSO), (2) hombres pedófilos sin antecedentes de CSO (P-CSO), (3) y
controles masculinos teleiofílicos no infractores (TC). Nuestros principales hallazgos fueron (a) la CSO en la pedofilia se
asoció con una disminución de la CE, (b) la P-CSO informó más angustia personal en situaciones sociales y (c) los
resultados se mantuvieron estables a lo largo del tiempo.
A lo largo de dos puntos de tiempo, los grupos de estudio no difirieron en sus habilidades de toma de perspectiva
autoevaluadas (IRI, Davis,1983). Aún así, una medida basada en el desempeño (MET; Dziobek et al.,2008) revelaron que
P-CSO fue significativamente mejor al inferir estados mentales de otros en comparación con P + CSO (diferencias con
tamaños de efecto grandes). Puntuaciones de precisión media CE de TC lay intermedio sin diferencias significativas entre
P + CSO o P-CSO. Dado que P-CSO siempre se desempeñó mejor, seguido de TC y luego P + CSO, nuestros resultados
proporcionan más indicaciones para la asociación entre una capacidad comprometida para comprender el estado
afectivo de otra persona y CSO en la pedofilia. En otras palabras, estos resultados dan motivos para suponer que la CE
puede actuar como un factor protector contra la OSC en la pedofilia. Las habilidades CE comprometidas en P + CSO no
solo están en línea con nuestro trabajo anterior (Schuler et al., 2019) pero también son consistentes con los resultados de
un metanálisis reciente que encontró una CE reducida en individuos con antecedentes de CSO en comparación con la
población general (Morrow,2019). Por lo tanto, aunque
REVISTA DE AGRESIÓN SEXUAL 13

queda por evaluar la relevancia prospectiva, estos resultados subrayan la importancia de abordar la CE (y no la
EE) como diana potencialmente terapéutica en la prevención de la OSC en la pedofilia. Estudios con muestras de
profesionales (ej. Patel et al.,2019) y personas con antecedentes de OSC (p. ej., Brown et al.,2012) de hecho
mostró que la empatía se puede mejorar con intervenciones. Por lo tanto, para estudios futuros, estaría
justificado examinar si un entrenamiento ajustado para aumentar la comprensión de los estados emocionales de
los demás en P + CSO sería efectivo para aumentar los niveles de CE y, por lo tanto, reducir el riesgo de
reincidencia.
Contrariamente a nuestro trabajo anterior, en ambas ocasiones de medición se observó un aumento
de la angustia en P-CSO en comparación con solo TC (IRI). P + CSO calificó su angustia personal entre P-
CSO y TC sin diferencias significativas. Los datos obtenidos con el MET también sugirieron que solo P-CSO
(y no P + CSO) resonó más fuerte con las emociones mostradas por otros. El interés sexual pedófilo se ha
asociado con angustia clínicamente relevante (Konrad et al.,2017), comorbilidades psiquiátricas, como los
trastornos de ansiedad (Dunsieth et al.,2004; Kafka y Hennen,2002; Raimundo et al.,1999), y
estigmatización y discriminación (Jahnke, Imhoff, et al.,2015; Jahnke, Schmidt y otros,2015). Por lo tanto,
se puede suponer que la mayor angustia percibida en situaciones interpersonales podría considerarse
una consecuencia psicosocial de una preferencia sexual pedófila, y se asocia con estigmatización,
vergüenza y miedo al rechazo por parte de las personas afectadas. Sin embargo, en esta submuestra, solo
P-CSO (y no P + CSO) resonó significativamente más fuerte con otros en situaciones sociales en ambas
ocasiones de medición. La diferencia llamativa entre ambos grupos pedófilos es una historia de CSO. Por
lo tanto, podría ser posible que las distorsiones cognitivas que se han asociado con CSO (Ward,2000; Ward
et al.,1997) amortiguar la angustia percibida en situaciones sociales (es decir, la racionalización de una
inclinación pedófila). Alternativamente, el nivel de ansiedad se ha asociado con la empatía emocional y la
angustia percibida en situaciones sociales (Guilera et al.,2019). Además, los síntomas depresivos se han
relacionado con mayores niveles de angustia personal (Schreiter et al., 2013). Sin embargo, nuestros
grupos de estudio no difirieron significativamente en sus síntomas depresivos evaluados con el HAM-D
(verTabla 2). Por tanto, sería interesante explorar si el nivel de ansiedad o factores adicionales de
personalidad (por ejemplo, Guilera et al.,2019) desempeñan un papel mediador entre la pertenencia al
grupo y la empatía emocional y el malestar percibido.
Finalmente, inferir los estados emocionales de los niños fue más difícil para los participantes que inferir las emociones de los
adultos. Además, los participantes tenían tiempos de reacción más largos cuando tenían que resonar con los estados emocionales
de los niños en comparación con los estados emocionales de los adultos. Esto está en línea con nuestros resultados anteriores, lo
que sugiere que es más fácil para los participantes empatizar cognitiva y afectivamente con los grupos de pares en comparación
con los niños. Además, los participantes fueron más rápidos en T2
que en T1. El aumento de los tiempos de respuesta puede atribuirse a la exposición previa al material o
procedimiento de estímulo (Goldberg et al.,2015) y auguran un efecto de aprendizaje tanto de CE como de EE,
que, curiosamente, no abordó la precisión de inferir los estados emocionales de los demás.

Limitaciones

Al interpretar los resultados, se deben considerar algunas limitaciones con respecto a (1) los participantes
incluidos, (2) la selección de medidas y (3) el enfoque estadístico. Con respecto a los participantes, los hombres
pedófilos incluidos fueron reclutados principalmente de la red de prevención “Dunkelfeld” (Beier et al.,2009). Por
lo tanto, los resultados no pueden generalizarse ni fue posible verificar la OSC informada con revisiones de
archivos o verificar la abstinencia informada de la OSC. Sin embargo, todos los participantes incluidos fueron
informados sobre la confidencialidad médica/terapéutica de todos los investigadores asociados y el acuerdo
judicial alemán sobre delitos pasados que están exentos de declaración y sobre la posibilidad de participación
anónima. En su caso, esperamos sólo una pequeña proporción de participantes en el grupo de P-CSO, que
negaron falsamente los delitos sexuales contra los niños. Además, la mayoría de los hombres pedófilos incluidos
estaban inscritos en la red de prevención “Dunkelfeld” (Beier et al., 2009) y recibió la Terapia de Dissexualidad de
Berlín (BEDIT; Beier,2018), lo que supone una intervención para aumentar la empatía. Sin embargo, no
esperamos un sesgo sistemático en los resultados ya que (a) los participantes
14 M. SCHULER Y AL.

fueron reclutados en diferentes momentos en el curso de su terapia y (b) el BEDIT se enfoca más bien en EE y no en CE.
En cuanto a la selección de medidas, empleamos medidas basadas en el rendimiento (MET; Dziobek et al.,2008), y
autoinformes (IRI, Davis,1983). Los autoinformes han sido criticados debido a su dudosa validez ecológica (Blake &
Gannon,2008; Tierney y McCabe,2001) y la posible confusión con un patrón de respuesta socialmente deseable, lo que
podría explicar por qué no pudimos detectar las diferencias de PT autoinformadas. Además, la confiabilidad test-retest
para las medidas de empatía varía de muy débil a fuerte. Los puntajes de confiabilidad débiles pueden indicar un cambio
en el desempeño de la empatía. Sin embargo, como el desempeño del grupo no difirió significativamente a lo largo del
tiempo, no esperamos un sesgo sistemático. Con respecto al enfoque estadístico, las submuestras difieren mucho en
tamaño, desde 9 (P + CSO) hasta 26 (P-CSO) en T1y 10 (P + CSO) a 25 (P-CSO/TC) en T2. Aunque el tamaño general de la
muestra garantiza suficiente potencia para los análisis, es posible que no se hayan detectado diferencias clínicamente
significativas (es decir, errores de tipo II). No obstante, asumimos resultados válidos, ya que se cumplieron los supuestos
de ANOVA (prueba de Shapiro-Wilkpag > .05, prueba de Levenepag > .05, sin valores atípicos) y las pruebas no
paramétricas de Kruskal-Wallis arrojaron resultados comparables a los ANOVA. Sin embargo, es cuestionable si los
grupos de estudio más grandes habrían mostrado más EE para los niños y más angustia percibida en ambos grupos de
pedófilos, como lo indica nuestro trabajo publicado anteriormente (Schuler et al.,2019). Además, dado que los tamaños
del efecto informados se basaron en estimaciones de muestra y no en toda la población, podrían mostrar un

estimación sesgada del tamaño del efecto de la población (Hedges & Olkin,1985). Por último,h2 pagtamaños de efecto para el
dentro de los análisis de sujetos podría sobreestimarse ligeramente ya que (a) la correlación entre las medidas reduce la
suma de los cuadrados del error y (b) los puntos de referencia proporcionados por Cohen (1988) se proporcionaron más
bien para diseños entre sujetos y no para diseños dentro de un sujeto (Olejnik & Algina,2003).

Conclusión
En conjunto, confirmando datos transversales previos, el presente estudio encontró evidencia de empatía cognitiva comprometida en hombres pedófilos con

antecedentes de delitos sexuales infantiles en comparación con hombres pedófilos sin antecedentes de delitos sexuales infantiles. Además, este déficit de empatía se

mantuvo estable a lo largo del tiempo, mientras que la velocidad de calificación de la empatía cognitiva y emocional aumentó, lo que indica un efecto de aprendizaje

general que excluyó la precisión de inferir estados emocionales en hombres pedófilos con antecedentes de delitos sexuales infantiles. Aunque queda por ver la

relevancia preventiva prospectiva, esta diferencia nuevamente destaca que la empatía cognitiva (y no la empatía afectiva) puede ser un objetivo terapéutico

potencialmente razonable en la prevención del abuso sexual infantil en la pedofilia. Esto puede ser de gran relevancia, ya que, una vez establecido, una empatía cognitiva

adecuada puede actuar como un factor protector estable para CSO. Esta posibilidad es, por supuesto, especulativa en este punto, pero es una perspectiva interesante

indicada por nuestros hallazgos. Además, se encontró evidencia de más angustia en situaciones sociales en hombres pedófilos sin antecedentes de delitos sexuales

contra menores, únicamente. Desde un punto de vista clínico, la estabilidad de estos resultados enfatiza la importancia de aplicar estrategias terapéuticas dirigidas a

hombres pedófilos con y sin antecedentes de abuso sexual infantil adaptadas a sus necesidades específicas para prevenir el abuso sexual infantil. se encontró evidencia

de más angustia en situaciones sociales en hombres pedófilos sin antecedentes de delitos sexuales contra niños, únicamente. Desde un punto de vista clínico, la

estabilidad de estos resultados enfatiza la importancia de aplicar estrategias terapéuticas dirigidas a hombres pedófilos con y sin antecedentes de abuso sexual infantil

adaptadas a sus necesidades específicas para prevenir el abuso sexual infantil. se encontró evidencia de más angustia en situaciones sociales en hombres pedófilos sin

antecedentes de delitos sexuales contra niños, únicamente. Desde un punto de vista clínico, la estabilidad de estos resultados enfatiza la importancia de aplicar

estrategias terapéuticas dirigidas a hombres pedófilos con y sin antecedentes de abuso sexual infantil adaptadas a sus necesidades específicas para prevenir el abuso

sexual infantil.

Declaración de divulgación

Los autores no informaron ningún posible conflicto de intereses.

Fondos
Esta investigación fue financiada a través del Ministerio Federal de Educación e Investigación (BMBF) [01KR1205] para BS, MW, KMB, HW, JP y
THCK como parte de un consorcio de investigación de varios lados sobre los mecanismos neuronales subyacentes a la pedofilia y los delitos
sexuales contra los niños (www.nemup.de) y por la Fundación Alemana de Investigación (DFG) [Schi 1034/3-1] a BS & THCK.
REVISTA DE AGRESIÓN SEXUAL 15

ORCIDO

miriam schuler http://orcid.org/0000-0001-7238-6991


Hasta Amelung http://orcid.org/0000-0002-7930-4204
Viola Borchardt http://orcid.org/0000-0003-4928-051X
Martín Walter http://orcid.org/0000-0001-7857-4483
Tillmann HC Kruger http://orcid.org/0000-0002-6583-1433
Henrik Walter http://orcid.org/0000-0002-9403-6121

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