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TEORÍA DE LA DERIVA CONTINENTAL

Desde que se formaron la corteza y los demás componentes, la Tierra no ha permanecido estática sino que ha estado en
constante dinámica en su estructura y composición.
La ubicación y forma de los continentes no ha sido la misma a lo largo de la historia de la Tierra. Alguien que viera el planeta
desde el espacio hace unos 200 millones de años encontraría solo una gran masa continental, rodeada de un solo y gigantesco océano.
Los científicos les llaman PANGEA y PANTHALASSA. Puedes ver en los planisferios los cambios que ha tenido el aspecto de océanos
y continentes desde entonces.
Desde que los europeos, navegando
hacia el oeste, se encontraron con América y
pudieron realizar mapas más o menos precisos
del océano Atlántico, llamó la atención que las
costas de América del Sur y África parecían
encajar. Sobre fines del siglo XIX se fue
acumulando evidencia de que algunos
continentes hoy separados por océanos
compartían animales con antepasados comunes,
algunos fósiles se repetían en continentes
distantes y algunas cadenas montañosas
antiguas parecían continuar del otro lado del
océano.
A comienzos del siglo XX el científico
alemán Alfred Wegener formuló la teoría de la
deriva de los continentes, que expresaba que los
continentes habían estado unidos en el pasado y
que luego se habían separado y movido hasta su
localización actual.

ACTIVIDAD:
1. ¿Quién formuló la teoría de la deriva continental?
2. ¿En qué aspectos se basó para plantearla?
3. Elabora en tu cuaderno un bosquejo de la secuencia de la deriva de los continentes, colocando los nombres
correspondientes:
Gondwana – O. Indico - Laurasia – Eurasia – O. Glacial Ártico - África – América del Sur
– Pangea – O. Panthalassa – Oceanía – Mar de Thetys – América del Norte – Antártida –
O. Atlántico – O. Pacífico

4. Realiza un comentario acerca de la siguiente frase, explicando en qué consiste el permanente cambio que
menciona.
Suele utilizarse la frase ¨Tierra firme¨ para hacer referencia a los continentes. Pero
cada tanto, algún terremoto o la erupción de algún volcán nos recuerda que en la superficie
terrestre nada permanece quieto. Los continentes se mueven y deforman. Los océanos se
crean y desaparecen e incluso algo tan duradero como una roca, con el paso del tiempo se
transforma o destruye en un proceso donde lo único permanente es el cambio.

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