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La ayuda al terreno, para mantener estable el desnivel requerido, puede hacerse con estructuras de
contención de tipo muy variado. Son desde simples bulones, en el caso de taludes en roca, hasta obras
masivas de hormigón para contener grandes desniveles en suelos.
Estructura lineal cuya misión fundamental es contener un terreno natural o artificial. Se distinguen dos
tipos de muro, de acuerdo con la misión que se les encomiende:
Los muros que contienen taludes de desmonte sin edificaciones u otras estructuras sobre su coronación,
pueden sufrir algún desplazamiento sin que ello suponga una merma de la calidad de servicio. Los que
contienen rellenos sobre los que se construye después la calzada o edificaciones (también llamados de
sostenimiento) tienen una limitación de movimientos más severa; su movimiento puede inducir un
agrietamiento del firme o un descalce/hundimiento de la cimentación.
Los muros de contención son estructuras que entrañan cierto riesgo de rotura por fallo del terreno, por
lo que suelen exigir un reconocimiento detallado del cimiento y del material a utilizar en su trasdós.
El reconocimiento geotécnico del cimiento de los mismos debe realizarse con ayuda de la cartografía
geológica, en primera instancia, y después mediante un reconocimiento de detalle de la zona de apoyo.
Este último reconocimiento debe explorar el cimiento hasta una profundidad igual o superior a la altura
prevista en el muro, salvo que a menor profundidad se compruebe la existencia de roca sana.
El reconocimiento hidrogeológico local (medida de niveles freáticos, censo de fuentes, etc.) resulta de
importancia capital en este tipo de estructuras, habida cuenta de la importancia del agua en las acciones
de empuje.
Para estudiar y definir la cimentación de los muros de contención, es recomendable realizar los
reconocimientos geotécnicos según perfiles transversales al muro. En esos perfiles, se debe explorar el
terreno por delante, debajo y detrás del muro para poder preparar las secciones de verificación
adecuadamente.
a) TIPOS
MUROS MÉNSULA, CONTRAFUERTES Y BANDEJAS
Son estructuras de contención que soportan el empuje de tierras fundamentalmente mediante flexión.
El material más utilizado es el hormigón armado. La altura de contención de tierras habitual oscila entre
10 y 12 m.
En los casos en que tengamos que contener alturas superiores a los 12 m, una variante a este tipo de
estructuras de contención son los muros contrafuertes. Conforme mayor es la altura de tierras, mayor
es el espesor del muro. Por tanto, utilizando esta tipología, se reduce dicho espesor. La distancia entre
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contrafuertes oscila entre 1/3 y 1/2 de la altura del muro. Tanto la losa del alzado como los
contrafuertes tendrán un espesor mínimo de 0,25/0,30 m.
Otra alternativa, son los muros bandejas. La reducción de la flexión, que se traduce en mayores
espesores de muro, en este tipo de estructuras se realiza mediante el peso de las tierras de las bandejas.
MUROS DE ESCOLLERA
Son elementos de contención que reciben directamente el empuje del terreno y lo soportan mediante el
empotramiento de su pie y, en ocasiones, mediante anclajes. Se caracterizan por su ejecución antes de
la excavación.
Se trata de estructuras flexibles, debido a que cambian de forma, bajo la acción del empuje del terreno,
de tal manera, que experimentan deformaciones apreciables de flexión. Sus deformaciones pueden
influir claramente en la distribución y magnitud del empuje.
Los pilotes o micropilotes se disponen formando alineaciones o grupos numerosos con varias
inclinaciones, se encepan en cabeza y se acompañan de anclajes u otras unidades de obra. Se sitúan en
un mismo plano (generalmente vertical) o formando abanico.
En los casos en los que no necesitamos que la pantalla sea estanca, podemos separar los pilotes a una
distancia no mayor del doble del diámetro del pilote. Una vez realizada la excavación, podemos rellenar,
mediante hormigón proyectado, los huecos que existen entre los pilotes.
Existen casos en los que, por facilidad constructiva, rapidez y economía, es preferible, siempre que los
esfuerzos lo permitan, sustituir los pilotes por una serie de micropilotes a la hora de ejecutar la pantalla.
Las pantallas de micropilotes presentan adecuados comportamientos hasta alturas moderadas, siendo,
por lo general, necesaria la ejecución adicional de diversos niveles de apuntalamiento.
Las pantallas discontinuas presentan algunas ventajas frente a las pantallas continúas de hormigón “in
situ”:
Rapidez de ejecución.
Adaptabilidad a diversos tipos de terrenos (permiten su perforación incluso en materiales
rocosos).
Suponen normalmente una economía de material, sobre todo en suelos de cierta resistencia.
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Muros de gravedad
Son ejemplos típicos los muelles de gravedad formados por bloques de hormigón o por cajones
prefabricados.
También entrarían en este grupo los muros de hormigón armado que, aún con estructura aligerada,
soportan el empuje con la ayuda del peso de las tierras que actúan sobre su losa de talón o sobre
bandejas a media altura o según otras disposiciones estructurales.
Los muros de gravedad pueden apoyarse en el terreno mediante cimentaciones superficiales en forma
de zapata corrida o mediante cimentaciones profundas. En cualquier caso, los principios generales cuya
aplicación se recomienda en los apartados 3.5 y 3.6 de esta ROM, correspondientes a cimentaciones,
son aplicables para el estudio de estas estructuras de contención.
Muros pantalla
Son estructuras de contención que reciben directamente el empuje del terreno y lo soportan mediante
el empotramiento de su pie y mediante eventuales anclajes próximos a su cabeza.
Son ejemplos típicos de estas estructuras los muelles de tablestacas hincadas o los muros de contención
formados por pantallas continuas de hormigón armado o por pilotes próximos.
Los muelles (o los muros) formados por recintos de tablestacas son un caso especial, ya que participan
del carácter de las pantallas flexibles en algunos aspectos locales, aunque en el conjunto también tienen
aspectos en común con los muros de gravedad.
Entibaciones
Se clasificarían en este grupo aquellas estructuras de contención en las que, aprovechando dos planos
próximos de excavación, se transmiten las cargas de uno a otro mediante elementos estructurales
trabajando principalmente a compresión (puntales, codales, etc.).
El ejemplo más característico es la excavación en zanja. En ella, a medida que se avanza la excavación, el
revestimiento de ambas paredes se acodala entre sí manteniendo la estabilidad del conjunto.
b) DISEÑO Y CÁLCULO
NORMATIVA Y RECOMENDACIONES
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GENERALIDADES
El valor de cálculo de la densidad del material de relleno debe definirse a partir de las características del
material previsto en el estudio de materiales, o su caso en el estudio geotécnico (véase tablas D.26 y
D.27). Deberán especificarse los controles a realizar en fase de obra para comprobar que los valores
reales cumplen las hipótesis del proyecto.
La presencia de cargas repetitivas o dinámicas significativas requerirá un estudio especial para evaluar
su influencia sobre la estructura de contención.
La densidad del agua freática se evaluará considerando la posible presencia de sales o elementos
contaminantes.
En el cálculo de elementos de contención, sobre todo en los provisionales, se tendrán en cuenta las
posibles variaciones espaciales y temporales de la temperatura. Esto puede ser de especial importancia
por su repercusión en la tensión de los codales.
el peso propio del elemento de contención, de acuerdo con el material previsto para su
ejecución;
el empuje y peso del terreno circundante, teniendo en cuenta la posición del nivel freático;
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los empujes debidos al agua, bien en forma de presión intersticial, subpresión o presión de
filtración;
las sobrecargas sobre la estructura de contención o sobre el terreno de trasdós;
los efectos sísmicos, cuando sea necesaria su previsión por la zona de emplazamiento de la
estructura de contención;
excepcionalmente, los empujes de terrenos expansivos, los debidos a la congelación del agua
en el suelo, los inducidos por la compactación del relleno o las incidencias constructivas
previsibles.
El cálculo de empujes para el análisis de estados límite últimos se basa generalmente en la hipótesis de
que existe suficiente rotación o traslación del elemento de contención para llegar a un estado de rotura.
Esto se debe tener en cuenta en los casos en los que existan construcciones o servicios en su entorno.
Los estados de empuje dependen del desplazamiento del terreno y son los siguientes:
empuje activo: cuando el elemento de contención gira o se desplaza hacia el exterior bajo las
presiones del relleno o la deformación de su cimentación hasta alcanzar unas condiciones de
empuje mínimo;
empuje pasivo: cuando el elemento de contención es comprimido contra el terreno por las
cargas transmitidas por una estructura u otro efecto similar hasta alcanzar unas condiciones de
máximo empuje;
empuje en reposo: cuando se produce un estado intermedio que es el correspondiente al
estado tensional inicial en el terreno.
Rankine o Coulomb.
ESTADOS LÍMITE
En los elementos de contención deben considerarse al menos los siguientes estados límite:
estabilidad;
o estabilidad global;
o hundimiento;
o deslizamiento;
o vuelco;
capacidad estructural;
fallo combinado del terreno y del elemento estructural.
El cálculo de los estados límite últimos debe comprobar que se alcanzan las condiciones de estabilidad y
resistencia, expresiones (2.1) y (2.2), utilizando el valor de cálculo de las acciones o del efecto de las
acciones y las resistencias de cálculo, con los coeficientes de seguridad parciales definidos en la tabla
2.1.
Para la obtención de los valores de cálculo de la resistencia del terreno deben considerarse los valores
característicos superior o inferior, en función de si es desfavorable o favorable el incremento de
resistencia, según se define en el DB-SE.
En suelos con un porcentaje de finos superior al 35%, deben efectuarse los estudios en condiciones no
drenadas y drenadas.
En los elementos de contención deben considerarse al menos los siguientes estados límite:
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Los valores de cálculo de las presiones de tierras en estados límite de servicio se obtendrán
considerando valores característicos de todos los parámetros del suelo.
Se considerarán en cada caso los valores característicos de las acciones permanentes o variables o
efectos de las acciones permanentes o variables que soliciten al elemento de contención.
El valor de cálculo de los empujes de tierras se evaluará tomando en consideración el estado inicial de
tensiones, la resistencia y deformabilidad del suelo y la deformabilidad de los elementos estructurales.
Deberá comprobarse que los desplazamientos estimados no superan a los desplazamientos admisibles.
Los desplazamientos admisibles de las estructuras o servicios próximos ajenos a la obra, deben definirse
en función de sus características y estado, debiendo preverse en el proyecto las medidas a adoptar en
caso de que estos valores sean superados.
Debe analizarse si las acciones variables, tales como las vibraciones provocadas por el proceso de
ejecución o las cargas de tráfico, pueden afectar a los movimientos del elemento de contención o a
estructuras o servicios próximos.
Deberá efectuarse un estudio más detallado, incluyendo cálculos de movimientos, en los siguientes
casos:
En el caso de existir obras o edificaciones en las proximidades de los límites de la excavación que
pudieran verse afectadas por la apertura de ésta, o que pudiesen implicar cargas sobre las pantallas o
muros, se obtendrán los datos sobre el tipo de estructura, naturaleza de la cimentación, niveles de
cimentación, cargas transmitidas al terreno, distancias a los bordes de la excavación, estado de la
edificación, etc., suficientes para poder analizar los posibles efectos que la ejecución de la pantalla o la
apertura de la excavación puedan producir sobre dichas edificaciones o viceversa. Se prestará una
atención especial a las medianerías.
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En este caso la flexibilidad de la pantalla puede ser un factor de la mayor importancia. Las estructuras de
edificación son, por lo general, tan sensibles, o más a los movimientos diferenciales en sentido
horizontal de los cimientos, que a los asientos diferenciales. Se tratará de impedir o minimizar ambos,
para lo cual se deben elegir tipos de pantallas relativamente rígidas y, sobre todo, no dejar grandes
alturas en voladizo, que salvo justificación en contra, deben ser inferiores a 5m. Se debe disponer
elementos de sujeción en cabeza de la pantalla que sean muy poco susceptibles de alargamiento o
deformación.
Si la excavación ha de realizarse por debajo del nivel freático, el conocimiento del terreno en
profundidad habrá de ser tal que permita el estudio de la red de filtración, con el grado de precisión
suficiente para determinar la seguridad frente al sifonamiento y la estimación de caudales.
Para poder establecer la posibilidad de ejecución de una pantalla será preciso asegurarse previamente
de que no existen en el terreno obstáculos que hayan de ser atravesados por ella, tales como:
alcantarillas, colectores, galerías de servicio, conducciones eléctricas, telefónicas o de distribución de
gas, pozos, antiguas cimentaciones, etc. Caso de existir alguno de dichos obstáculos se definirá su
localización exacta, a fin de tomar las medidas oportunas en el proyecto o durante la ejecución por el
Director de Obra.
Si la excavación ha de realizarse en parte por debajo del nivel freático, quedarán descartados aquellos
tipos de pantalla que no garanticen un adecuado grado de estanqueidad.
Las vibraciones producidas por la hinca de tablestacas, sobre todo en terrenos sin cohesión, pueden
afectar gravemente a las obras próximas, bien porque éstas sean muy susceptibles a las vibraciones,
bien porque se compacte el terreno y se produzcan asientos.
Se ha de tener en cuenta igualmente las vibraciones originadas por la caída libre de los útiles de
apertura de zanjas para la ejecución de pantallas continuas, especialmente cuando se trabaje sin lodos
ESTABILIDAD DE PANTALLAS
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La comprobación de la estabilidad de una pantalla de contención debe hacerse, según los criterios
definidos en el apartado 6.3.1, en la situación pésima para todas y cada una de las fases de la excavación
o de la construcción del edificio, a menos que la estabilidad en una determinada fase implique
necesariamente la estabilidad en otras con un mayor grado de seguridad, en cuyo caso podrá
prescindirse de las comprobaciones correspondientes a éstas.
Los cálculos de estabilidad en cada fase deben verificarse al menos los siguientes estados límite:
estabilidad global;
estabilidad del fondo de la excavación;
estabilidad propia de la pantalla;
estabilidad de los elementos de sujeción;
estabilidad en las edificaciones próximas;
estabilidad de las zanjas, en el caso de pantallas de hormigón armado.
La estabilidad debe verificarse bien para cada pantalla por separado o bien para el conjunto de pantallas
del edificio
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Normalmente el terreno que rodea la cimentación estará a un nivel semejante en ambos lados. Las
cimentaciones de estructuras de contención, con un gran desnivel de tierras a uno y otro lado de la
cimentación son también analizables por los procedimientos descritos aquí. En cualquier caso, para los
cálculos que aquí se especifican, se tomará como nivel de tierras alrededor del cimiento el más bajo que
se considere posible junto a alguno de los lados del cimiento.
Una cimentación directa es aquella que reparte las cargas de la estructura en un plano de apoyo
horizontal (véase Figura 4.1). Las cimentaciones directas se emplearán para trasmitir al terreno las
cargas de uno o varios pilares de la estructura, de los muros de carga o de contención de tierras en los
sótanos, de los forjados o de toda la estructura.
Cuando las condiciones lo permitan se emplearán cimentaciones directas, que habitualmente, pero no
siempre, se construyen a poca profundidad bajo la superficie, por lo que también son llamadas
cimentaciones superficiales.
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Son típicas en cimentaciones de edificios o estructuras sustentadas por pilares. Las riostras que unen las
distintas unidades no suelen reducir notablemente las cargas verticales que actúan en cada zapata y, por
lo tanto, a efectos de hundimiento y de asientos, éstas pueden considerarse individualmente.
La rigidez de la propia estructura hace que, para el cálculo de asientos, se pueda despreciar su
deformación.
Son típicas en las cimentaciones de estructuras soportadas mediante pilares en terrenos de capacidad
portante reducida que no permiten las cimentaciones aisladas. También pueden resultar interesantes
por razones constructivas o incluso por razones económicas. Serían equivalentes a las cimentaciones
descritas en a) con riostras y zapatas integradas en un mismo elemento, que sería una viga o zapata
corrida. Las vigas corridas pueden ir en una sola dirección, arriostradas o no, o en dos o más direcciones,
cruzándose y arriostrándose entre sí.
Mediante losa
Este tipo de solución es habitual en suelos que presentan escasa capacidad portante para cimentaciones
aisladas o mediante vigas corridas. También pueden adoptarse soluciones en losa por otras razones muy
diversas.
Las losas pueden ser planas o de canto variable o incluso nervadas. Los espesores de hormigón que se
utilizan normalmente hacen necesario considerar el efecto de interacción suelo-estructura para
evaluarlos esfuerzos en la cimentación.
b) DISEÑO Y CÁLCULO
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A efectos del CTE se considerará que una cimentación es profunda si su extremo inferior, en el terreno,
está a una profundidad superior a 8 veces su diámetro o ancho.
Cuando la ejecución de una cimentación superficial no sea técnicamente viable, se debe contemplar la
posibilidad de realizar una cimentación profunda.
pilote aislado: aquél que está a una distancia lo suficientemente alejada de otros pilotes como
para que no tenga interacción geotécnica con ellos;
grupo de pilotes: son aquellos que por su proximidad interaccionan entre sí o están unidos
mediante elementos estructurales lo suficientemente rígidos, como para que trabajen
conjuntamente;
zonas pilotadas: son aquellas en las que los pilotes están dispuestos con el fin de reducir
asientos o mejorar la seguridad frente a hundimiento de las cimentaciones. Suelen ser pilotes
de escasa capacidad portante individual y estar regularmente espaciados o situados en puntos
estratégicos;
micropilotes: son aquellos compuestos por una armadura metálica formada por tubos, barras o
perfiles introducidos dentro de un taladro de pequeño diámetro, pudiendo estar o no
inyectados con lechada de mortero a presión más o menos elevada. El cálculo de micropilotes
inyectados no se contempla en el presente Documento Básico.
d) DISEÑO Y CÁLCULO
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