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LECCIÓN 10 Micropilotes

Figura 1. Micropilotes

Los micropilotes son pilotes de pequeño diámetro de perforación,


normalmente de 80 a 300 mm, compuestos por una barra, tubo de
acero o de armadura de acero que constituye el núcleo portante, el
cual se recubre normalmente de lechada inyectada de cemento que
forma el bulbo. Esta inyección favorece el trabajo por rozamiento
lateral del fuste. No obstante, también se denominan micropilotes
a aquellos elementos hincados por golpeo o hincados mediante
vibración, con un diámetro no superior a 150 mm. Aparecieron en los
años 50 los “pali-radicci” o pilotes-raíz, para solucionar los problemas
de recalces de edificios o estructuras, que eran perforaciones con un
diámetro pequeño (de 3” o menos), donde se introducía un redondo de
acero y se inyectaban con una lechada de cemento.

Los micropilotes estructurales actuales son de mayor diámetro,


entre 100 y 150 mm, introduciendo en ellos una armadura. Las
características técnicas de los materiales y modo de ejecución de
estos micropilotes permiten lograr altas capacidades de carga,
normalmente entre 100 y 150 kN, tanto a la tracción como a la
compresión con deformaciones mínimas. Se consigue así, un
elemento resistente en el que predomina la longitud y resistencia por
rozamiento o fuste. Además, presentan la ventaja de no requerir
grandes volúmenes de excavación del terreno. El uso de micropilotes
es especialmente interesante cuando existen cargas dispersas de
poca importancia, terrenos y cimientos heterogéneos, condiciones
difíciles de ejecución en espacios reducidos, con restricciones en
altura, o zonas congestionadas, y donde se alternan las cargas en
tracción y compresión.
Las cuatro grandes áreas de utilización de los micropilotes son las
siguientes:

1. Como cimentación o recalce de estructuras, trabajando


fundamentalmente a compresión.

2. Formando cortinas o muros discontinuos para contener terrenos o


excavaciones profundas.

3. En la corrección de corrimientos o deslizamiento, trabajando a


flexión, tracción o flexotracción.

4. Como paraguas de sostenimiento en bocas de túneles, como paso


de terrenos muy difíciles o para recuperar tramos con hundimientos.

Hoy también existen micropilotes de gran capacidad, con


diámetros de 300 mm o excepcionalmente de más, donde se introduce
como elemento resistente un perfil metálico, generalmente tubular,
capaz de resistir 2000 kN o más. Posteriormente se inyecta mortero de
cemento para rellenar la sección interior del perfil y sellar la corona
exterior entre el perfil metálico y el terreno. Con perforación a
rotopercusión, se alcanzan rendimientos de 50 a 100 m por turno. Sin
embargo, los costes de este sistema son superiores a otros pilotes, y
solo se justifica cuando hay que atravesar zonas rocosas.

La maquinaria empleada para ejecutar los micropilotes presenta


ventajas respecto a la de los pilotes, pues es más accesible y
maniobrable en espacios pequeños, reducen los movimientos durante
la ejecución y por tanto las deformaciones respecto a estructuras
vecinas, son adaptables a suelos duros, heterogéneos y con
obstáculos y mantienen bien la verticalidad. Sin embargo, no son tan
aptos en terrenos saturados o con nivel freático superior a la cota
inferior de la cimentación. En la Figura 2 se muestran algunas
máquinas empleadas en la ejecución de micropilotes.

Figura 2. Maquinaria empleada en la ejecución de micropilotes.

La armadura debe colocarse inmediatamente después de haber


finalizado la perforación del taladro. Para ello se habrá comprobado
que no hay obstáculos en el taladro. Se ubicará la armadura sin que
se muevan los centradores o los manguitos. Los centradores
garantizan la colocación correcta de la armadura y aseguran un
recubrimiento mínimo frente a la corrosión, de forma que no impida la
inyección. Se deben instalar, al menos, dos centradores, a distancias
que no superen los 3 m. El límite elástico del acero de la armadura
tubular suele ser de 560 MPa, mientras que las barras corrugadas
suelen ser armaduras de límite 500 MPa.

Tras la colocación de la armadura, debe procederse a inyectar el


micropilote lo antes posible (a ser posible, antes de 24 horas) con
lechada o mortero de cemento. La finalidad es doble: ejecutar el fuste
y la punta del pilote propiamente dichos, rellenando tanto el espacio
entre el tubo y la perforación, como el interior del tubo, protegiéndolo
de la corrosión. La relación agua/cemento, en peso, de la lechada,
debe situarse entre 0,40 y 0,55, no siendo la resistencia característica
inferior a 25 MPa.

A veces las pérdidas de inyección son tan altas, superiores de 2,5


a 3,0 veces el volumen teórico necesario, que debe realizarse una
inyección previa con lechada o mortero de cemento que será
necesario reperforar para continuar ejecutando el micropilote.

La inyección del micropilote se realiza por circulación inversa,


bombeándose desde la central de fabricación de lechada y mediante
el empleo de batidoras de alta turbulencia. La inyección se realiza por
el interior de la armadura hasta el fondo del taladro ascendiendo por el
espacio anular existente entre la armadura y el varillaje de perforación,
desplazando al exterior el posible detritus de perforación. Según su
forma de ejecución los micropilotes pueden estar inyectados a baja o a
alta presión. En los primeros se reproduce la técnica del pilote de gran
diámetro, se inyecta mortero o mezcla cementicia de forma que se
recubre el elemento de acero que constituye la armadura. Los
micropilotes inyectados a alta presión se realiza ésta en una o varias
etapas a través de válvulas antirretorno, colocado en la parte más
profunda del micropilote, de forma que se conforme un bulbo que
transmita las cargas en profundidad. Esta última técnica es parecida a
la inyección de terreno no cohesivo, formando una serie de bulbos
que, en su conjunto, conforman el elemento de transmisión de la carga
del micropilote al terreno.

Existen distintos tipos de inyección empleados con los micropilotes:

 (IU) “Global única”: se inyecta en una fase desde la base inferior del
tubo de armado, desde donde asciende el material de relleno entre las
paredes de éste y la del encamisado si lo hay, o del terreno si no lo
hay. La presión de inyección debe ser superior a la mitad de la presión
límite del terreno e inferior a dicha presión límite. Sería adecuado para
rocas más o menos sanas, suelos cohesivos muy duros y suelos
granulares.

 (IR) “Repetitiva única”: la inyección se realiza en dos fases, la primera


como en el caso IU y posteriormente a través de rejillas practicadas a
lo largo del tubo. Una vez terminado el proceso, se realiza una
inyección final de relleno de la armadura tubular. La presión en la boca
del taladro debe cumplir lo mismo que en el tipo IU. La inyección se
realiza entre 500 kPa y la mitad de la presión límite del terreno.
Adecuado para rocas blandas y fisuradas y materiales granulares
gruesos de compacidad media.
 (IRS) “Representativa o repetitiva selectiva”: a través de las válvulas
anti retorno dispuestas a lo largo de la tubería de armado. Se puede
inyectar más de dos veces, en función de la admisión de lechada. La
presión de inyección es alta, entre 1000 kPa y la mitad de la presión
límite del terreno. Acabado el proceso, se realiza una inyección final
de relleno de la armadura tubular. Sería adecuada para suelos
cohesivos no muy duros, suelos de consistencia baja o media y suelos
granulares donde se intenta crear un bulbo.

Debe guardarse una relación entre el diámetro efectivo y el teórico


al inyectar una lechada. En bolos y gravas es 2 veces el diámetro
teórico de perforación, mientras que en arcillas es de 1,4 veces y en
arenas, de 1,2 veces.

Los micropilotes también se pueden realizan hincando una única


tubería y sin inyección de lechada. Es el caso de una cimentación
provisional o cuando posteriormente se vaya a excavar dejando los
micropilotes a la vista. Como son de acero, esto permite soldar una
estructura de arriostramiento. Incluso se pueden formar “muros-
pantalla” de micropilotes (Figura 3) que contengan tierras en un
vaciado, en cuyo caso se descubre la lechada para soldar vigas
metálicas a los tubos como estructura auxiliar para el arriostramiento y
apuntalamiento provisional del muro. En un artículo anterior podéis ver
qué medidas de seguridad se deben adoptar en la ejecución de este
tipo de cimentación profunda.
Figura 3. Pantalla de micropilotes con anclajes.

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