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La controversia de Valladolid

En 1550, una pregunta agita la cristiandad: ¿Quiénes son los indios? ¿Seres inferiores que hay que
someter y convertir? ¿O hombres libres e iguales?
Un emisario enviado por el Papa debe decidir. Para ayudarle, dos religiosos españoles: Ginés de
Sepúlveda, erudito, experto académico e investigador, y Bartolomé de Las Casas, sacerdote que
vivió muchos años en el Nuevo Mundo. El primero defiende la guerra en nombre de Dios. El
segundo combate contra la esclavitud de los indios. Un enfrentamiento dramático cuyo eco sigue
resonando y muestra la influencia del derecho canónico en el sistema jurídico de ese entonces.
En la presente actividad Ud. deberá, luego de revisar el material audiovisual (cuyo enlace se
encuentra en el encabezado de la presente actividad, responder a las siguientes preguntas:

1. ¿Tenían o no igual dignidad los indios de las Américas que los cristianos de
Europa?
No tenían dignidad alguna, eran esclavos por lo que recibían malos tratos, no tenían
ni voz ni voto, eran asesinados, inclusive por diversión, no sabían de la palabra
dignidad.
2. ¿Podían justificadamente o no, ser esclavizados por España?
No, nadie debería ser esclavizado, en este caso los indios, más sin son tratados de
una manera horrible, desde mi punto de vista no hay alguna justificación relevante
para esclavizar a una o varias personas.
3. ¿Tenían alma los indígenas? ¿Podían entonces evangelizarse? ¿De qué modo?
¿Era válido hacerlo por la fuerza?
Claro que la tenían; Si podrían evangelizarse, del modo en que le enseñase claro que
para eso se tendría que invertir en ello; No, eso los asustaría y complicaría las cosas.
4. ¿Quiénes son considerados humanos hoy? ¿Con quiénes podemos dialogar?
¿Quiénes consideramos que tienen algo valioso para decirnos?
Los hombres que son capaces de llegar a ser cristianos, que tienen pleno derecho a
gozar de sus bienes, su libertad política y su dignidad humana, y que en su creencia
deberían ser incorporados a la civilización española y cristiana en vez de ser
esclavizados o destruidos;
5. ¿Eran libres los habitantes del Nuevo Mundo? ¿Podría ser conquistado ese
territorio? ¿Cuál era la legalidad para ello?
No lo eran; si podría se conquistado; la legalidad para ello era un mandato legal,
quien obedece aquel gobierno que accede al poder.
6.  ¿Será momento de invertir, de una vez y para siempre, el mito de la
modernidad y asumir las alteridades avalando la dignidad humana de todos y
cada uno en la práctica cotidiana?
Si, como dijo Bartolomé: “Todas las gentes del mundo son hombres”. Y por ende
merecen ser tratados por igual, validar sus derechos y dignidad. Tratados con la más
grande humanidad y justicia.

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