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La familia, mi núcleo

Os damos la bienvenida al podcast ‘Aquí, la vida’, que nos permite conocer la vida
de personas adultas a través de su relato en primera persona. Escucharemos la
voz de Josep, un hombre de 55 años, para quien el motor y el hito más importante
de su vida ha sido crear, cuidar y mantener a su familia.

Hola, me llamo Josep, tengo 55 años. Soy un hombre con estudios universitarios
en Economía, estoy casado y tengo tres hijos, y vivo en Barcelona con mi pareja
y mis tres hijos. Actualmente, estoy trabajando, y llevo más de 35 años en activo.
Me gusta el deporte, e intento practicarlo a menudo, tres veces a la semana. Me
gusta la lectura, me gusta el arte y me gusta mi vida social con mis amigos.

Bueno, como he dicho, tengo 55 años y, hasta hace poco, he tenido la idea de que
hacerse mayor es una cosa negativa y, para mí, hacerse mayor ahora es una cosa
diferente. Hacerse mayor es ir cambiando. Y sí que es verdad que pierdes ciertas
capacidades, pero ganas muchas otras. He visto que me he hecho mayor estos
últimos años en varios aspectos. Si nos fijamos en la imagen, es curioso
comprobar que, en ese aspecto, cuando ves a gente de tu edad, piensas que todos
han envejecido más que tú. Pero la verdad es que, cuando te miras en el espejo,
compruebas que para ti también ha pasado el tiempo, que tu físico ha cambiado y
que tienes más canas, más arrugas y menos pelo. Y también, sobre todo eso, la
diferencia con la imagen, sobre todo también la notas cuando miras fotos antiguas
de hace unos cuantos años.

Otro aspecto en el que notas el cambio cuando te haces mayor es físicamente.


Vas notando como, en la década de los 30, ya existe un pequeño bajón físico. Y
ese bajón físico, a los 40, vuelve a estar y tienes menos fuerza, menos potencia,
menos resistencia. Y, en la década de los 50, vuelve a estar. Así que vas,
progresivamente, no en picado, pero sí que, progresivamente, van disminuyendo
tus capacidades físicas. E, intelectualmente, sí que existe, quizá, igual que
físicamente, una cierta pérdida de algunas capacidades, pero hay muchas otras
que se ven reforzadas. Sobre todo, la capacidad de razonamiento. El
razonamiento está muy potenciado, ya que hacerse mayor, en definitiva, significa
vivir y significa acumular vivencias y experiencias que te dan esa capacidad de
razonamiento superior a medida que vas cumpliendo años. En esa etapa de la
vida, que ya te imaginas lo que te espera en un futuro, bueno, es verdad que vas
afrontando poco a poco que esa negatividad te la tienes que quitar de encima, ya
que el tiempo sí que va restando, pero también va sumando. Y tienes que saber
ver esa positividad y conocerte a ti mismo cada vez más y afrontar el futuro con
más calma e intensidad, disfrutar de cada momento y de cada etapa de la vida
mientras te vas haciendo mayor.

Hay un aspecto que ha sido y es muy importante en mi vida, que es la familia. El


concepto de familia entendido como grupo de personas con parentesco, con las
que convives o tienes una relación muy cercana. Seguramente, doy mucha
importancia a la familia por mis experiencias. Cuando era pequeño, falleció mi
padre cuando era muy joven. Falleció también gente muy cercana: abuelos,
etcétera. Y eso se compensó, por suerte, por otros miembros de la familia, y me di
cuenta de que esa compensación del cariño de personas muy cercanas hizo que

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mi inseguridad disminuyera. Si no, habría sido mucho mayor. El cariño no me faltó,
y entiendo que eso fue gracias a todo el entorno familiar. Eso hace que yo
considere a la familia como uno de los pilares básicos del crecimiento para mis
hijos y, por tanto, he intentado hacer esa piña familiar, ese concepto de piña
familiar, para su crianza.

Dentro de la familia, la convivencia no es fácil, y no todo el monte es orégano. Los


conflictos salen constantemente, y hay muchos, e implican desgaste, sobre todo,
en la etapa de la adolescencia de los hijos. En mi familia hay diferencias de criterios
respecto a cómo debe ser una familia. Retomando el concepto de piña familiar
como pilar de crecimiento de los hijos, seguramente, la visión de mi mujer incluye,
actualmente, querer compartir tiempo de ocio y casi todos los momentos
importantes de los hijos, como si el tiempo no hubiese pasado y todavía fueran
niños y no adolescentes. Realmente, ellos solo quieren compartir una parte de su
vida, y a ella le cuesta mucho entenderlo. Quizá tiene que ver con las diferencias
de género entre hombres y mujeres y el concepto que tienen las madres, para
siempre, de que los hijos son parte de ellas para toda la vida, algo diferente de los
hombres, que quizá los vínculos no son tan, tan, tan, tan estrechos. El
individualismo de los hijos lo confundimos muchas veces con el egoísmo, y ellos
van adquiriendo, a medida que crecen, y madurando el concepto de ser más
generosos con su entorno, y salen de ese individualismo que tienen en la infancia
y en la adolescencia. Y cuando vayan creciendo y vayan cumpliendo años,
seguramente veremos que ellos, al final, seguirán lo que han visto en casa y serán
mucho más generosos que cuando son niños o jóvenes. Que no es que sean
egoístas, pero son individualistas. En un futuro, a medida que vayan cumpliendo
años, eso creo que cambiará hacia dar, y no esperar solo recibir.

La familia de los otros la tenemos a veces muy idealizada. Nos puede parecer que
ellos hacen las cosas mucho mejor y, posiblemente, es así en algunos aspectos,
pero no en todos. No hay un ideal de familia. Nunca acabamos de conocer a las
familias, todas, y las interioridades de las familias. Y, si las conociésemos,
veríamos realmente que tienen los mismos problemas u otros similares, o más
graves o menos graves, pero lo que realmente existe dentro de la familia es la
imperfección, la imperfección es la normalidad. No hay una familia idílica. Si así
fuera, significaría que lo sabemos todo, y no, no es así. Otras cosas de la familia
que me gustaría comentar también son las relaciones dentro del entorno familiar
que, ya lo he dicho antes, son turbulentas. El conflicto existe y es fruto de las
diferentes aportaciones y opiniones de todos sus miembros. Es peligroso cuando
no existen todas esas diferentes opiniones y, al final solo se mantiene una.
Entonces, estaríamos hablando de una relación de subordinación, que no es lo
que realmente estamos buscando dentro de la familia. Nunca debemos olvidar que
cada uno tiene su papel dentro de la familia, y el padre es el padre, la madre es la
madre, el hijo es el hijo, y cada uno debe actuar como tal, pero hay que tener en
cuenta todas las opiniones y tenemos que saber ceder y cambiar de opinión
cuando sea necesario.

También, siguiendo un poco este hilo, no existe un manual del padre perfecto, y
hemos tenido que aprender a medida que iban surgiendo todos los conflictos y los
problemas que iban saliendo en la familia. Poco a poco, vas aprendiendo. Vas
aprendiendo, vas aprendiendo a escuchar, a analizar en profundidad los
comportamientos de tus hijos, a entender realmente qué es lo que necesitan y
quieren de su padre y de su madre. Y, poco a poco, es un aprendizaje continuo.
Tenemos tendencia, a veces, a considerar que lo que es bueno para mí lo será

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para ellos, pero eso no es cierto. Tenemos que aprender a escuchar y entender
que las situaciones son diferentes, y que cada uno tiene una complejidad interna
muy diferente.

Un poco para finalizar el tema del concepto de familia, también me gustaría hablar
de la logística familiar. Es muy compleja y agotadora, y parece que el padre tiene
su rol de hombre y la madre tiene su rol de mujer, pero bueno, eso, al menos en
mi familia, es en parte sí y en parte no. Más bien, nos adaptamos a las
circunstancias y a las habilidades de cada uno para poder llevar, día a día, cada
uno las tareas y toda esa logística, más que con los tópicos de género.

Para terminar, también os quería hablar de qué es ser feliz para mí. Bueno, para
mí, ser feliz significa disfrutar de los momentos y placeres que regala la vida, y
también ver que los objetivos personales y profesionales se van cumpliendo. Es
muy importante tener objetivos, aunque yo, actualmente, sí que tengo unos
objetivos personales que son, básicamente, ver cómo terminan de formarse y
crecer mis hijos, por la importancia que he dado al tema de la familia antes, y que
sean muy felices. Y también continuar apreciando, cada vez, continuamente, los
pequeños detalles y placeres que te va dando la vida, y saber compartirlos con la
familia y con los amigos. En el ámbito profesional, como he dicho, también es muy
importante tener objetivos, porque, si tienes objetivos, serás también más feliz
profesionalmente. Y la verdad es que no estoy en el momento profesional más
álgido, ya que estoy, probablemente no en el final, pero sí en la etapa final de mi
carrera profesional. Y, bueno, a veces cuesta encontrar la motivación, la tienes
que buscar cada día cuando te levantas y buscar el punto que te dará la motivación
necesaria para poder disfrutar también del trabajo. Muchas gracias.

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