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Newton divide la luz blanca en sus siete colores (1672)

 
Solemos representar a Isaac Newton acompañado de su inseparable manzana,
pero quizá tendríamos que incluir en la estampa un arco iris. Y es que él fue el
primero en demostrar cómo se forma ese bonito fenómeno meteorológico.

 
En 1672, Newton hizo pasar la luz que entraba por su ventana a través de un trozo
de cristal con forma triangular, o un prisma. El resultado fue la aparición de un
espectro de siete colores, que se correspondían con los colores del arco iris. Así
demostró que cuando la luz blanca pasa a través de un cristal, ésta se
descompone en luz de distintos colores según sus longitudes de onda.

EL PRISMA DE NEWTON
Newton fue el primero en entender lo que era el arco iris: refractó la luz blanca con
un prisma y la descompuso en colores básicos: rojo, naranja, amarillo, verde, azul
y violeta.

Cuando a fines de la década de 1660 Newton experimentaba con la luz y los


colores, muchos de sus contemporáneos creían que el color era una mezcla de luz
y oscuridad y que los prismas teñían la luz. Pero pese a la opinión dominante, él
se convenció de que la luz blanca no era la entidad simple que Aristóteles
pensaba que era, sino más bien una mezcla de rayos muy distintos que
correspondían a los diferentes colores. El físico inglés Robert Hooke criticó los
trabajos de Newton sobre la naturaleza de la luz, lo que desató una ira en Newton
que parecía desproporcionada en relación a los comentarios de Hooke. En
consecuencia, Newton demoró la publicación de su monumental libro «Óptica»
hasta después de la muerte de Hooke. En 1704 se publicó finalmente dicho libro,
el que trataba en profundidad sus investigaciones sobre los colores y la difracción
de la luz.

Para sus experimentos, Newton usó prismas triangulares de cristal. La luz penetra
por una de las caras del prisma y se refracta hasta descomponerse en diferentes
colores, debido a que el grado de separación varía en función de la longitud de
onda de cada color. Los prismas actúan de este modo gracias a que la luz cambia
de velocidad cuando pasa del aire al cristal del prisma. Una vez separados los
colores, Newton utilizó un segundo prisma para volver a refractarlos y que
formaran de nuevo luz blanca. El experimento demostraba que el prisma no
añadía el color a la luz, como muchos creían. Newton también hizo pasar solo al
color rojo obtenido con un prisma por un segundo prisma, descubriendo así que el
color no se alteraba. Era una prueba más de que el prisma no creaba los colores,
sino que sólo separaba los que estaban presentes en el haz de luz original.
En gran parte se puede decir que nuestra concepción actual de la luz y del color,
nace con Isaac Newton y a su valioso aporte en el tema.

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