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 Se crea el Colegio Superior de Agricultura Tropical en Tabasco.

 Se realiza in inventario forestal nacional.


 Se fusionan las empresas productoras de fertilizantes en una: Guanos y
Fertilizantes de México.

Política Industrial
 La política del desarrollo estabilizador del sexenio anterior continúa con los
mismos objetivos.
 Se promueve la diversificación industrial mediante el impulso a la producción de
bienes de consumo duradero, intermedios y de capital.
 Las ramas industriales que mayor impulso reciben son la petroquímica y la
automovilística, que tienen gran auge durante el sexenio y contribuyen al
proceso industrializador.
 Se sigue fomentando la inversión extranjera, sobre todo la dedicada a la
industria.

Continúa la política proteccionista del Estado a la industria mediante subsidios,


exención de impuestos y barreras arancelarias.

2.2. MOVIMIENTOS SOCIALES EN EL MUNDO


La amplia corriente mundial de pensamiento y conducta de esos años y los
posteriores es lo que dio origen, en distintos países, a movimientos y
acontecimientos tan disímbolos como el hipismo, el feminismo, la lucha contra el
racismo y la revolución sexual. En esos tiempos y particularmente en 1968, hubo
amplias movilizaciones estudiantiles, juveniles, y populares, tal es el caso de los
Estados Unidos, Francia y Checoslovaquia.

México en 1968: condiciones económicas y sociales


En aquellos años, el modelo económico del desarrollo estabilizador comenzaba ya
agotarse, es decir, a ser capaz de satisfacer mínimamente las necesidades
económicas inmediatas de la mayoría de la población. Ante la creciente insuficiencia

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económica, el gobierno de Díaz Ordaz opto por establecer fuertes restricciones a
su gasto social, contrastando con la política del gobierno anterior.

Como puede suponerse la reorientación del gasto público significo, en general,


nuevas limitaciones en el acceso a los servicios educativos, de salud y de vivienda
para amplios sectores sociales, provocando un creciente descontento.

Condiciones sociales
En el terreno de lo estrictamente social, en ese momento confluían en México dos
corrientes sociales contradictorias y enfrentadas:

Por un lado, el autoritarismo tradicional, tanto del gobierno como de la sociedad


mexicana que, cada una en su área de competencia, imponían rígidos valores y
normas de conducta, que abarcan campos tan diversos como el vestir, la
sexualidad, las relaciones padre-hijo, las relaciones hombre-mujer, el valor social
del dinero, las metas de la vida, la política, etc.

Como característica fundamental del autoritarismo, estas formas de actuar y pensar


trataban de ser impuestas en función de la posición de quien las dictaba -es decir la
autoridad, sea esta, padres, jefe, gobierno, etc.-, y no de su racionalidad propia y
del convencimiento en esta racionalidad.

Por otra parte, la fuerte corriente que, a nivel mundial, en aquellos momentos
impugnaba tanto los viejos valores y normas de conducta, hasta entonces en vigor,
como, sobre todo, los mecanismos autoritarios y la forma con que estos eran
impuestos. Desde luego, los jóvenes fueron quienes con más facilidad participaron
en estas inquietudes.

Condiciones políticas
En lo político el gobierno de Díaz Ordaz se caracterizó por su muy poca tolerancia
a las disidencias, intentando el predominio exclusivo de los puntos de vista oficiales

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y gubernamentales. Particularmente, los grupos socialistas y comunistas
tradicionalmente demandantes de incrementos saláriales, aumento del gasto social,
mejoras en las condiciones laborales, e independencia de los sindicatos respecto
del PRI, entre otras cosas, fueron perseguidos con distinto grado de dureza.

Utilizando la fuerza de manera recurrente, procuró evitar, que importantes grupos


laborales exigieran condiciones de vida y de trabajo más allá de las decisiones
gubernamentales al respecto, o que participan de la política nacional fuera de los
lineamientos gubernamentales. Tal fue el caso durante el mismo sexenio, de la
represión a los movimientos de campesinos, maestros y médicos.

Uno de los mecanismos más frecuentes para dar legalidad a la represión política,
fue el uso del entonces existente delito de disolución social, del cual se acusaba
a cualquier persona que participara en las movilizaciones u organizaciones arriba
mencionadas. Podemos así entender que una de las principales demandas de
distintos movimientos de aquel tiempo, fue la exigencia de libertad a los presos
políticos.

El autoritarismo gubernamental de esos años –sostenido en buena medida gracias


al sistema corporativo del que ya hemos hablado- llegó a tal grado que, en 1965, el
propio presidente del PRI, Carlos Madrazo, fue separado de su cargo como
respuesta a sus intentos de democratizar a dicho partido.

En el Cuadro 2.3, se presenta una síntesis de las condiciones económicas, políticas


y sociales que explican el surgimiento del movimiento estudiantil de 1968.

Condiciones previas al movimiento estudiantil de 1968


Naturalmente, las universidades del país resistieron, con particular fuerza, la
reducción del gasto público destinado a la educación. El nuevo lugar asignado a
estos centros educativos ponían en duda en convencimiento existente de que los

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estudios superiores eran un mecanismo, más o menos seguro, de ascenso social y,
en consecuencia, económico para quienes los realizaban.

CONDICIONES ECONÓMICAS, POLÍTICAS Y SOCIALES DE MÉXICO EN


1968
Económicas Políticas Sociales
 Agotamiento del  Persecución de  Autoritarismo
modelo de desarrollo organizaciones gubernamental y social
estabilizador políticas y gremiales
disidentes
 Insuficiencia  Uso recurrente de la  Impugnación
económica fuerza en conflictos generalizada a las
políticos normas, valores y
concepciones
autoritarias en vigor
 Restricciones al gasto  Uso del delito de
social disolución social como
mecanismo represivo
 Corporativismo estatal

El descontento, así generado, tuvo efectos mucho más notables en la Universidad


Nacional Autónoma de México y en el Instituto Politécnico Nacional, que en el resto
de las universidades del país, por al menos tres razones:

1. Por reunirse en estas dos instituciones el número más grande de alumnos y


de maestros de los centros de estudios superiores del país.
2. Por encontrarse estos mismos en la capital del país y, por tanto, tener como
foco inmediato de sus inconformidades a los poderes de la federación.
3. Por estar cristalizando en ellas, y particularmente en la UNAM, un proceso
general de cuestionamiento al autoritarismo vigente, tanto en o político como
en lo académico, lo cultural y lo social, en general.

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2.3. EL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL DEL 68
Pese a las condiciones existentes dentro y fuera de las universidades, que se han
venido describiendo hasta este momento, a mediados de 1968 nada parecería
anunciar la gestión del movimiento. Incluso, los primeros acontecimientos
relacionados con este parecieron de importancia secundaria.

Los acontecimientos principales fueron los siguientes:

El 22 de julio de 1968, durante un juego de fútbol, se enfrentaron a golpes alumnos


de una preparatoria particular y de la Vocacional 2 del IPN. Al día siguiente, como
represalia por los daños sufridos, los alumnos de la preparatoria particular causan
destrozos en las instalaciones de la Vocacional 2; como consecuencia, los alumnos
politécnicos, una vez más, el día 24 arremeten contra las instalaciones de la
preparatoria particular.

Terminado el ataque, durante el cual no intervienen la fuerza pública, el cuerpo de


granaderos toma por asalto la Vocacional 2, golpeando sin discriminación a
maestros y alumnos allí presentes, muchos de los cuales no habían tomado parte
alguna en los enfrentamientos previos. Como protesta, el IPN organiza una marcha
el 26 de julio en las cercanías de la ciudad de México. Ese mismo día, en las
proximidades, organizaciones de izquierda celebran su manifestación anual para
celebrar la Revolución Cubana.

Al calor de la movilización, participantes de ambas manifestaciones se unen y


deciden marchar hasta el Zócalo de la ciudad de México, cosa prohibida en aquel
entonces. La incursión termina en un enfrentamiento con la fuerza pública en el que
múltiples manifestantes resultan golpeados.

En los días siguientes se registraron enfrentamientos entre policías y estudiantes


en parte del centro de la ciudad de México, durante los cuales una parte importante
de los estudiantes se refugiaron en la Preparatoria 1 de la UNAM.

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El 28 de julio por la noche, el ejército entra a esta escuela, no sin antes derribar la
puerta de un bazukazo, célebre desde aquel momento. Como respuesta, el rector
de la UNAM, Javier Barros Sierra, iza, en Ciudad Universitaria, la bandera nacional
a media asta. Después, el 1º de agosto, encabeza una manifestación de protesta
de estudiantes y maestros del IPN y la UNAM.

A partir de este momento, los acontecimientos se precipitan. Estudiantes del IPN y


la UNAM deciden parar sus escuelas y conforman el Consejo Nacional de Huelga
(CNH), permaneciendo en las instituciones de sus escuelas. En los días siguientes
surgen cientos de brigadas de propaganda, que difunden los planteamientos del
movimiento por toda la ciudad de México y en otras universidades del país e incluso
del extranjero. En los dos meses siguientes, otras universidades del país se
incorporan al paro. En términos generales, las demandas de los estudiantes son:
libertad a los presos políticos de este y otros movimientos; sanción a los
responsables de la represión, indemnización a sus víctimas y derogación del delito
de disolución social.

Paulatinamente, las posiciones gubernamentales frente al movimiento se


endurecen aún más, haciéndose cada vez más frecuentes las detenciones de
estudiantes. Por su parte, los estudiantes endurecen sus propias demandas al
condicionar cualquier tipo de negociación con el gobierno a llevar a cabo un diálogo
público con el presidente de la República, petición, como se vería más adelante,
totalmente fuera de posibilidades de cumplirse en aquel momento.

El crecimiento del movimiento, su negativa práctica a la negociación y el


endurecimiento de la represión produce una situación sumamente tensa en los
últimos días de septiembre, cuando faltaban pocos días para el inicio de los Juegos
Olímpicos que ese año se realizaron en nuestro país.

Dada la atención mundial que este evento trae sobre México, Díaz Ordaz procuro
evitar, a cualquier costo llegar a él con la existencia de una movilización social

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intensa, que desmentía la imagen de tranquilidad y democracia que se quería
proyectar internacionalmente.

Finalmente una manifestación realizada el 2 de octubre por los estudiantes en la


Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco, es reprimida con las armas, dando como
resultado la aprehensión de los principales dirigentes del Consejo Nacional de
Huelga (CNH) y un número hasta el día de hoy no precisado, de muertos y
desaparecidos. A este último respecto, si bien los cálculos de hechos fluctúan,
algunas estimaciones moderadas de participantes en el movimiento hablan de
cientos de muertos. En los años siguientes, la memoria popular recordaría estos
eventos como la “matanza de Tlatelolco”.

Después del 2 de octubre, el movimiento tendería a perder fuerza y, finalmente, a


disolverse, concluyendo formalmente el 4 de diciembre de ese mismo año con el
levantamiento de la huelga en la UNAM y la disolución del Consejo Nacional de
Huelga.

Sin embargo, una buena parte de los dirigentes detenidos permanecieron presos
hasta 1971.

El aplastamiento de la manifestación del 2 de octubre término por llevar al propio


gobierno a una grave crisis de credibilidad y legitimidad, que en los siguientes años
los condujo a limitar, al menos para con el conjunto de la sociedad, su carácter
represivo y, posteriormente, a la apertura de canales institucionales para la
disidencia política. Paradójicamente, en 1971 las principales demandas de los
estudiantes (libertad a los presos políticos y derogación del delito de disolución
social) habían sido cumplidas.

Pese a su derrota como tal, el movimiento de 1968 provocó, finalmente, que la


apertura política, cultural y social del país se diera, en mucho, en la dirección en que
era demandada por aquellos estudiantes.

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Sin embargo, los años posteriores también mostraron que aquellas metas –
democracia, pluralidad, libertad de diseño, apertura- eran en realidad mucho más
lejanas que lo que parecieron inicialmente, siendo algunas de ellas, todavía en
nuestros días, triunfos por alcanzar.

Es por eso, quizá, que muchos de aquellos estudiantes, de la generación del 68,
persisten hoy en su empeño de ampliar los márgenes democráticos de nuestra
sociedad.

El 12 de octubre de 1968 Gustavo Díaz Ordaz inauguro los juegos olímpicos en la


ciudad de México, siento este mismo presidente quien también tuvo a su cargo la
inauguración del primer Mundial de Futbol en México, conocido como “México 70”.
Como una forma de conmemorar los juegos olímpicos de México 68 se acuño una
moneda de $ 25 de plata pura conocida como “Olímpica”, para cubrir parte de los
costos de las olimpiadas se crea el impuesto de pago de tenencia vehicular.

Desequilibrios económicos y agotamiento del modelo desarrollo estabilizador


A mediados de los años setenta el modelo de desarrollo estabilizador comienza a
desequilibrarse; el equilibrio en que se basó prácticamente estaba roto. El campo
mexicano estaba exhausto, su crecimiento se fue rezagando paulatinamente hasta
quedar inmerso en una profunda crisis. De esta manera, no solo ya no podía seguir
financiando el crecimiento industrial, sino que su propia caída provocó dos
fenómenos que son síntomas claros del agotamiento del modelo económico y de la
aparición de nuevos y poderosos desequilibrios: la dependencia alimentaria y la
fuerte migración campo-ciudad.

Desde mediados de los setenta la producción de alimentos resultó insuficiente para


el consumo interno. El Gobierno se vio obligado a incrementar las importaciones de
granos básicos para satisfacer las necesidades del mercado nacional. A esto se le
llamo dependencia alimentaria, ya que para alimentar a la sociedad se dependía
forzosamente de las importaciones. La situación crítica de los productores

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nacionales de granos básicos, principalmente campesinos, era tal que los esfuerzos
realizados para recobrar la autosuficiencia alimentaria tuvieron pocos resultados.

La migración campo-ciudad se expresa como una manifestación de índole social,


pero responde a causas principalmente económicas. Los migrantes son
fundamentalmente miembros de las comunidades campesinas en busca de empleo,
orillados a eso porque su economía ha quedado golpeada, al grado de no poder
satisfacer a todos sus miembros y, al mismo tiempo, requiere de fondos externos
para tratar de frenar su deterioro. El fenómeno ocurre con distintas intensidades a
lo largo y ancho de todo el país, teniendo algunos casos particulares como
espectaculares como en la zona conurbana del Distrito Federal.

Respecto a la industria, ya sin el apoyo del campo, su crecimiento empezó a tener


serios problemas. Acostumbrada al proteccionismo nacional y a la inyección artificial
de recursos, su competitividad resulto insuficiente para ingresar al mercado
internacional. Así, continuaba necesitando de las divisas para su crecimiento, pero
era incapaz de conseguirlas a través de sus propias exportaciones.

En fin, roto el equilibrio que era la base del modelo, sus efectos se irán desdoblando
en nuevos efectos de carácter desestabilizador. Algunos de ellos se presentaron
desde los años setentas y otros se desarrollaron más a lo largo de la década
siguiente.

2.4. SOCIEDAD Y CULTURA MEXICANA


2.4.1 LITERATURA, MURALISMO Y CINE
La literatura mexicana es ampliamente prolífica y cuenta con un gran
reconocimiento internacional. Con escritores ilustres como Carlos Fuentes, Juan
Rulfo y Octavio Paz, la honda tradición literaria del país continúa teniéndose en gran
estima.

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