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29 DE OCTUBRE DE 2021

Segundo parcial de
epistemología.
¿Existe un único método infalible para crear
conocimiento científico?

Integrantes: Gonzalo Núñez


Katherin Rocha
Verónica Rodríguez
Grupo: 2G2 – Matemática
Introducción

El presente texto argumentativo se basa en el cuestionamiento de cómo se crea el


conocimiento científico; cuando un conocimiento merece ser llamado “científico”. Este
tema nos parece de suma importancia, por el hecho de vivir en una sociedad globalizada
donde el conocimiento y la producción de este es esencial; sociedad del conocimiento
(Castells, 2000); nos parece bastante importante realizar una reflexión acerca de las
limitaciones del mismo. Nuestra hipótesis se basa en que, en la posmodernidad, existen
varios métodos para crear el conocimiento científico, a diferencia de la modernidad que
existía solo el método científico para comprobar la veracidad o falsedad de un enunciado;
por lo menos era el método aceptado por la sociedad. A lo largo del texto argumentaremos
posturas de varios autores que plantean distintos métodos para determinar el cientificismo
de un conocimiento, e incluso la anarquía en cuanto a la existencia de un método
(Feyerabend, 1975). Defendemos la idea de que el conocimiento científico nos permite
interpretar la realidad, pero no conocerla absolutamente, por eso se habla de verdades
transitorias. Primeramente, nos pondremos en el contexto histórico de la posmodernidad.

Como bien se sabe la ilustración se da en el siglo de las luces (Siglo XVIII); este nombre
representa la liberación del hombre de sus ataduras ignorantes, y la creciente confianza
en la razón como único camino hacia la verdad pura, objetiva. También se instala una
creciente confianza en la ciencia como progreso destinado al bien de la humanidad. La
caída de la Iglesia como institución dominante de la sociedad, contrajo como
consecuencia que la razón y la ciencia se instauraran como principales ejes de
fundamentación para todo lo existente; a diferencia de la iglesia que proponía la fe como
principal eje de fundamentación (incluso para la moral), y las explicaciones de los
fenómenos naturales. En ese momento comienza la modernidad, la liberación del hombre
de sus ataduras ignorantes, del oscurantismo provocado por la Iglesia y las religiones. Es
en este contexto que el conocimiento científico (conocimiento basado en la razón) se creía
que era absoluto, eterno, incuestionable. Todos los avances tecnológicos que este
conocimiento producía eran destinados a mejorar la calidad de vida de los individuos, y
esto desembocaba en un bien universal. Se creía posible el control absoluto de la
naturaleza por el hombre, por medio de leyes que explicaran los fenómenos de la
naturaleza; según Santana Pérez, los individuos tenían “(…) la expectativa de que las
artes y las ciencias promoverían no sólo el control de las fuerzas naturales, sino también
la comprensión del mundo y la persona, el progreso moral, la Justicia de las instituciones
y hasta la felicidad de los seres humanos” (Santana Peréz, 1999).

Pero en el Siglo XX, esta ideología se vino abajo, pues los avances de la ciencia no se
enfocaron al bien de la humanidad; como por ejemplo el hecho que se produjeran dos
guerras mundiales; al mismo tiempo que se inventaron armas de destrucción masiva que
fueron consecuencias de los avances de la ciencia y tecnología; esto denotaba que la moral
que fue fundamentada en la razón había fallado, puesto que habían ocurrido horrores en
los campos de concentración, y demás hechos en la primera mitad del siglo XX; ya no se
podía sustentar ese optimismo que se veía en la Ilustración; aquí es donde surgen las
críticas a la modernidad y comienza a hablarse de una posmodernidad. Según Nicanor
Ursúa la ciencia ha sido desmitificada. Este autor describe 5 mitos de la ciencia, que en
la posmodernidad han perdido su valor. El primero menciona que la ciencia era infalible
en la modernidad, era considerada lo único infalible en el mundo real. El segundo mito
según Ursúa es la objetividad absoluta, que resulta falso debido a las relaciones de poder
existente en la sociedad; el tercer mito de progreso absoluto, menciona que la ciencia
brinda una forma de representar al mundo, y aún no ha sido desmitificado. El cuarto mito
se basa en la neutralidad, el cual es falso debido a que la ciencia es creada por individuos
insertos en una sociedad. El quinto mito de la ciencia moderna habla de la autonomía de
la ciencia, o sea esta se basa solamente en la lógica y la metodología; el cual es refutado
por el hecho de que la ciencia esta insertada en una sociedad y requiere elementos de la
misma como financiaciones económicas, influencias políticas, etc. Nietzsche, uno de los
principales críticos a la modernidad, en toda su obra menciona que en la posmodernidad
“dios ha muerto”, haciendo referencia a que la verdad absoluta (Dios) ya no es posible,
como se creía en la modernidad.

Desarrollo

“La ciencia es la única actividad humana en la que los errores son criticados y
corregidos” (Popper, 1962).

Popper propone que un conocimiento científico debe tener una comprobación empírica
(mediante los sentidos), es decir, el valor de la verdad de una teoría científica debe poder
superar las pruebas de refutación empíricas (mediante la falsabilidad); en caso de no poder
hacerlo, esta teoría debe ser sustituida por otra perdiendo todo su valor. Para Popper la
experiencia es la base de todo conocimiento científico, esta es una representación del
mundo. La falsabilidad es la mejor forma de comprobación de la teoría enunciada según
Popper; esta se basa en que la experiencia no puede mostrar la verdad de una teoría, sino
su falsedad. Esto quiere decir que la experiencia puede rechazar definitivamente una
teoría, pero no aceptarla de forma definitiva; el falsacionismo permite al investigador
discernir entre unos enunciados y otros, no porque los que sobrevivan sean verdaderos,
sino porque mediante el empirismo se ha demostrado que los desestimados son errados.
Dicha perspectiva popperiana asume que la experiencia no puede asumir verdades
absolutas de la realidad, pero atribuye este valor a las verdades comprobadas mediante la
falsabilidad. En resumen, Popper defiende implícitamente que el conocimiento científico
valido es el que se comprueba con evidencias empíricas. Para Popper aquellas
proposiciones que han superado a la mayor cantidad de confutación empíricas en un
determinado momento, son las verdades transitorias, que merecen tener valor de
conocimiento científico.

La teoría de Popper no es aceptada por los filósofos de la ciencia, puesto que no todo
puede falsarse mediante la experiencia (es decir de una forma empírica). Imre Lakatos,
un economista, filósofo y matemático húngaro de origen judío, seguidor de las ideas
popperianas, denomino falsacionismo sofisticado a un falsacionismo que difiere en la
independencia de la experiencia, Lakatos menciona que un enunciado solamente puede
ser verdadero si es deducible de otros enunciados anteriores de forma sistemática,
prescindiendo de la comprobación por medio de la experiencia de Popper. Según Lakatos,
una proposición solo puede ser derivadas a partir de otras proposiciones, no a partir de
hechos: no se pueden probar proposiciones mediante la experiencia. Lakatos critica a
Popper, y perfecciona su idea, atribuyendo el valor de verdad a otro tipo de proposiciones
científicas; aprueba una forma de falsacionismo basado en lo racional antes que lo
empírico. Feyerabend también critica el falsacionismo de Popper, mencionando que la
experiencia puede a veces engañar al observador, y cuando una proposición o un
enunciado es sometido a la falsabilidad y refutado, puede que este mal la prueba empírica,
y no la hipótesis o la teoría, critica que la falsabilidad apoyada en el empirismo
popperiano no aporte información relevante a la hora de ubicar donde está el error (si en
la teoría o en la prueba).

Feyerabend va más allá de criticar la propuesta de Popper, propone la inexistencia de un


método sistemático (como el método científico de descartes, o el falsacionismo de
Popper, o el falsacionismo sofisticado de Lakatos), para conocer la realidad. Este autor
apuesta por una total anarquía en los procedimientos que deben seguirse para la
construcción del conocimiento científico. Argumenta este autor que la mayoría de los
avances históricos producidos de la ciencia, se han hecho casi que, de forma accidental,
es decir, no se ajustan a ningún método especifico. Menciona Feyerabend en su libro
“Tratado conta el método” que:

“Descubrimos entonces, que no hay una sola regla, por plausible que sea, y por
firmemente basada que esté en la epistemología, que no sea infringida en una ocasión u
otra. Resulta evidente que esas infracciones no son sucesos accidentales, que no son
consecuencia de una falta de conocimiento o de atención que pudiera haberse evitado.
Por el contrario, vemos que son necesarias para el progreso.” (Feyerabend, 1975)

Feyerabend propone una especie de anarquismo en cuanto a la cuestión de como producir


conocimiento científico, negando todo tipo de método, haciendo una regresión en el
tiempo y analizando la producción de conocimiento desde la perspectiva histórica (como
se ha producido el conocimiento científico a lo largo de la historia de la humanidad);
propone que el anarquismo metodológico debe sustituir al racionalismo metodológico.
Feyerabend considera que el método científico se creó para evitar el error, pero para este
autor es necesario crear una teoría del error, es decir, el error hace parte de la ciencia y el
científico debe aprender a convivir con él, y por eso el método científico (que no maneja
errores, y si lo hay, no es conocimiento científico) no hace ciencia.

Feyerabend apunta a que el progreso de la ciencia se da con independencia y autonomía


en cuanto al método. Martínez freire critica a Feyerabend, argumentando que, si bien trata
de evitar dogmatismos metodológicos, es demasiado radical en su pensamiento
anarquista, olvidando que existen métodos que son eficaces en campos de estudio que ya
son conocidos, donde la rutina en el uso de la regla es posible; sin embargo, en campos
de estudio nuevos, es útil el aporte de Feyerabend.

Thomas Kuhn por su parte sostiene que toda actividad científica se desarrolla bajo un
paradigma (Kuhn, 1971); entendiendo por paradigma como “…el conjunto de
ilustraciones recurrentes y casi normales de diversas teorías en sus aplicaciones
conceptuales, instrumentales y de observación...” (Kuhn, 1971). En el momento en que
un paradigma se encuentra consolidado, al principio se desarrolla lo que Kuhn denomina
“ciencia normal” (Kuhn, 1971), donde el avance se produce de forma progresiva y
continua, añadiendo las nuevas generalizaciones a las que ya están consolidadas. Cuando
comienzan a aparecer dificultades en la producción del conocimiento que un paradigma
no puede explicarlas, estas quedan fuera del alcance científico. En este momento lo
denomina “crisis del paradigma” (Kuhn, 1971), esta crisis finaliza con el surgimiento de
un nuevo paradigma que sustituye al anterior, que gane la adhesión de la comunidad
científica; este cambio de paradigma, según Kuhn es un cambio revolucionario, pues
cambia el pensamiento y la producción de conocimiento, pudiendo con el nuevo
paradigma incluir los conceptos que anteriormente no se pudieron agregar. Con este
cambio de paradigma, el conocimiento no puede ser acumulativo (Kuhn, 1971), no se
puede agregar el conocimiento producido en ciencia normal al conocimiento producido
luego de la crisis del paradigma. Esto es debido a que el progreso de la ciencia comprende
también el periodo de crisis de los paradigmas (abandono de un paradigma y
consolidación de uno nuevo incompatible); a diferencia de Popper que solo propone el
abandono de una teoría, Kuhn propone el abandono de todo el paradigma, que incluye las
concepciones anteriores, Kuhn implica un cambio más profundo. Estas revoluciones
paradigmáticas, según Kuhn, son las responsables de la producción del conocimiento. Es
importante recalcar que el cambio de paradigma, plantea nuevas problemáticas, así como
también concepciones de la realidad y métodos.

Conclusión

De los autores trabajados y sus concepciones se puede concluir que no existe un acuerdo
consolidado acerca de cómo crear conocimiento científico, un método. Una causa de que
no exista un consenso uniforme en el cuestionamiento, puede ser que la realidad es algo
complejo, con características que no son deducibles a simple vista (o sea no son triviales),
al mismo tiempo que tiene muchísimas más características que lo vuelve complejo de
estudiar, y cada autor se centra en algunas, pero no en todas. Edgar Morin, filósofo y
sociólogo francés en su obra titulada “Introducción al pensamiento complejo”, menciona
que las ciencias normalmente se centran en un solo aspecto de la realidad, pero no en
todos; critica este hecho argumentando que la ramificación de las ciencias implica
estudiar un todo dividido en fragmentos y esto provoca una simplificación del objeto de
estudio, incentiva a la unión de las ciencias para lograr una mejor interpretación de la
realidad.

Aunque los autores mencionados difieren en el “como”, están de acuerdo en el “que” que
busca la ciencia, o sea la verdad, conocer el universo en su totalidad. Como es imposible
esta labor, se limitan a estudiar pequeñas partes del universo. La falta de consenso en
métodos no significa que no existan verdades científicas, existen verdades autenticas
comprobadas, que funcionan parcialmente. El conocimiento no es omniabarcante, es
decir no puede abarcar todos los aspectos de la realidad.

De este último punto, es concebible que la ciencia se divida en subramas y estas estudien
un aspecto de la realidad determinado, talvez no exista un método para crear
conocimiento científico para todas las ramas en general, pero si cada una con sus propios
objetivos pueda crear una forma eficiente.

En resumen, la ciencia es un saber racional, sistemático, metódico, crítico, parcial y, por


lo tanto, selectivo; una representación que es sometida al veredicto de la experiencia o de
la racionalidad y la coherencia, y que trata de entender la realidad en toda su complejidad,
no reflejándola tal cual es, sino indagando en las causas y en porque suceden los eventos
que conforman el mundo de la experiencia. Así también lo expresa Bunge

"De los científicos se espera que exploren el mundo a fin de entenderlo. Preguntan,
responden y argumentan. Observan los hechos (naturales, sociales o mixtos) e inventan
hipótesis para explicarlos o predecirlos. Clasifican y construyen sistemas de hipótesis,
vale decir, teorías de diversos grados de profundidad y extensión. Verifican los datos y
las conjeturas para averiguar si esas hipótesis son al menos aproximadamente
verdaderas. Inventan técnicas para recolectar, controlar y procesar datos. Y argumentan
sobre proyectos y descubrimientos, amplios o limitados". (Bunge, 1980)

El presente texto defiende la hipótesis acerca de la creación del conocimiento científico,


y en base a los argumentos brindados, concluimos que no hay una sola forma en que se
pueda crear un conocimiento científico, sino que hay muchas, pero en general no hay un
consenso. Sin embargo, nos queda la cuestión acerca de que el conocimiento científico
no puede abarcarlo todo, y al mismo tiempo es una representación del universo, una forma
de poder explicar algunas cosas existentes, una interpretación del mundo que nos rodea;
la cuestión que queda abierta es si existen otras formas de interpretación del mundo, o si
es posible conocer al mundo tal cual es, sin interpretaciones de por medio.
Bibliografía
Bunge, M. (1980). Epistemología. Barcelona: Siglo XXI editores.

Castells, M. (2000). La era de la información, realidades y reflexiones sobre la globalización.


Mexico: Espiral.

Feyerabend, P. (1975). Tratado contra el metodo: Esquema de una teoria anarquista del
conocimiento. Madrid: Tecnos.

Kuhn, T. (1971). La estructura de las revoluciones cientificas. Mexico : Fondo de cultura


economica.

Morin, E. (1990). Introducción al Pensamiento complejo. Paris: Gedisa Editorial.

Popper, K. (1962). La logica de la investigación cientifica. Madrid: Editorial Tecnos.

Santana Peréz, J. (1999). Habermas y Foucault: Modernidad, posmodernidad y teoria de la


Historia. Madrid: Universidad de las palmas Gran Canaria.

Ursúa, N. (1985). Filosofía de la ciencia y metodología científica. España: Desclée De Bizkaia.

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