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Concepto de inclusión en el ámbito educativo

La inclusión en el contexto escolar se a transformado en todo un desafío para toda la comunidad

educativa, la promulgación de leyes y decretos con 20 años de retraso no son suficientes para que la

escuela pueda atender la diversidad en la sala de clases. Problemas de infraestructura y deficiencias en

la formación y la falta de capacitación del profesorado son elementos que influyen en la calidad de los

aprendizajes de niños, niñas y jóvenes con necesidades de apoyos específicas.

En estos momentos Chile pasa por un proceso de social significativo que busca el revindicar derechos

sociales básicos como la educación, la salud, salarios justos y jubilación digna, defensa y protección del

acceso al agua y otra serie de demandas que no viene al caso mencionar pero que pueden sintetizar en

una frase: “No más abusos”.

La educación sin duda es un gran tema en términos de derechos e inclusión. La evidencia señala que el

tener un sistema educativo que garantice calidad, equidad e igualdad es una de las principales

herramientas de movilidad social (Daude, 2012) y un activo invaluable al cual todos y todas deberíamos

tener y/o haber tenido acceso.

Dentro del sistema escolar (y principalmente en la educación pública) existe un grupo importante de

escolares que presentan necesidades de apoyo (muchas de ellas permanentes) para poder no sólo

acceder al currículo, sino también el poder participar y progresar en este. Niños, niñas y jóvenes con

discapacidad principalmente, migrantes debido a la contingencia país y otros grupos relacionados con la

diversidad sexual o la identidad de género forman ese grupo de escolares que al igual que todos y todas

deben tener acceso a un sistema educativo que atienda sus necesidades y características particulares

para poder acceder al aprendizaje.

Un hito importante y fundamental para lograr una educación inclusiva fundamentalmente para

personas en situación de discapacidad, fue la declaración de Salamanca (1994). Esta declaración


representó un compromiso importante de varios mandatarios de diversos países con la firme intención

de dar una educación para todos a aquellos estudiantes que históricamente se encontraban, ya sea en

una situación de exclusión del sistema educativo regular o común, o en un espacio segregado, aunque

dentro del mismo (Cruz, 2019).

La declaración de Salamanca señaló que los establecimientos educacionales debían estar preparados

para atender la diversidad, que las personas con Necesidades Educativas Especiales (NEE) debían tener

acceso a las escuelas ordinarias y que estás (escuelas ordinarias) son el medio eficaz para para combatir

la discriminación, crear comunidad y ser un lugar de acogida. Recién 20 años después de la firma de la

declaración de Salamanca, el estado de Chile ha tomado medidas para cumplir con este tratado a través

de la creación de leyes y decretos.

La ley 20.845 (Ley de Inclusión Escolar) del 2015, en su primer artículo señala que el sistema educativo

fomentará la eliminación de cualquier tipo de discriminación arbitraria que no permita el aprendizaje y

la participación de los estudiantes; como también, propiciará que los establecimientos educativos sean

un lugar de encuentro entre los estudiantes de distintas condiciones socioeconómicas, culturales,

étnicas, de género, de nacionalidad o de religión (Ley de Inclusión, art.1 letra K).

El decreto 83 (Diversificación de la enseñanza) del 2015, promueve la diversificación de la enseñanza en

Educación Parvularia y Básica, y aprueba criterios y orientaciones de adecuación curricular para

estudiantes que lo requieran, favoreciendo con ello el aprendizaje y la participación de todos los

estudiantes, en su diversidad (Mineduc, 2017)

Para el logro de una educación inclusiva no basta con leyes y decretos, ya que muchas de estos

dictámenes legales son imposibles de poder llevar a cabo en el contexto escolar real, por tal motivo la

praxis pedagógica del profesor/a juega un rol clave para poder atender de manera adecuada la

diversidad que entrega hoy la sala de clases.


La práctica docente ve afectada sus posibilidades de atención a la diversidad por una amplia gama de

factores: la falta de asignaturas en su proceso de formación que traten la temática, la capacitación

laboral que se ve limitada por la falta de tiempo (agobio laboral) y la falta de recursos e incluso por

prejuicios personales relacionados con la diversidad sexual, la migración o el tener una postura basada

en un paradigma clínico sobre la discapacidad. Todos factores que pueden llegar a influir en las

experiencias de aprendizaje de los estudiantes.

De igual forma, los docentes pueden echar mano a diversas herramientas pedagógicas para mejorar las

experiencias de aprendizaje, siendo el DUA (Diseño Universal de Aprendizaje) y el trabajo cooperativo

dos de las estrategias mas destacadas.

Sin duda la inclusión puede ser un concepto de moda en educación, cientos de padres y apoderados de

niños y niñas con discapacidad empoderados con estos nuevos decretos (D83, D170, D67), la migración

desde países vecinos y niños, niñas y jóvenes que se han atrevido a expresar su sexualidad con patrones

distintos a los tradicionales o discrepar con su identidad de género son parte de la matrícula de escuela

regulares en búsqueda de aprendizajes de calidad.

Nuestro país responde a esta diversidad escolar con 20 años de retraso en relación a la firma de la

declaración de Salamanca con el dictamen de leyes y decretos que responden a esta necesidad. Las

escuelas regulares se esfuerzan por ser espacios inclusivos pese a la falta de infraestructura y espacios

adecuados y el profesorado enfrenta el desafío muchas veces sin las competencias necesarias.

Por lo tanto, para que la inclusión escolar y sus objetivos dejen de ser una moda y se transformen en

una realidad no vasta con leyes y decretos, sino con la necesaria inversión en infraestructura escolar y

principalmente en la permanente capacitación y formación de profesores y profesoras, quienes además

debiesen contar con la cantidad de horas no lectivas suficiente para la adecuada planificación de sus

clases.
Daude, C. (2012). Educación, clases medias y movilidad social en américa latina (N° 10). Centro de

Desarrollo OCDE. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=3944183

Cruz, R. (2019). A 25 Años de la Declaración de Salamanca y la Educación Inclusiva: Una Mirada desde su

Complejidad. Revista latinoamericana de educación inclusiva, 13(2), 75–90.

https://doi.org/10.4067/s0718-73782019000200075

Mineduc Chile. (2015, 1 junio). Decreto 83. Diversificación de la Enseñanza. Recuperado 24 de abril de

2022, de https://especial.mineduc.cl/wp-content/uploads/sites/31/2016/08/Decreto-83-2015.pdf

de Educación, M. (2015, 8 junio). Ley 20845 (08-jun-2015) M. de Educación | Ley Chile. Biblioteca del

Congreso Nacional de Chile. www.bcn.cl/leychile. Recuperado 24 de abril de 2022, de

https://www.bcn.cl/leychile/navegar?idNorma=1078172

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