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VERDAD Y ENGAÑO DESDE LA PERSPECTIVA DE LA DOMINACIÓN

EN MÁS ALLÁ DEL BIEN Y DEL MAL

El tema con el que Nietzsche abre Más allá del bien y del mal, un tema que
además aparecerá de manera constante a lo largo del libro, es el del vínculo entre
dos mundos que en apariencia se encuentran poco conectados: por un lado, el
mundo de la verdad, el error y la mentira; por otro lado, el mundo de la vida.
Nietzsche pregunta: ¿qué valor tiene para la vida la voluntad de verdad? ¿Acaso
no es más valiosa, en esta dirección, la voluntad de no-verdad, la voluntad de
engaño? Y si examinamos el asunto con detenimiento, ¿son esencialmente
distintas la mentira y la verdad? Tal vez, sugiere Nietzsche, la distinción entre una
y otra sea menos tajante de lo que pensamos, tal vez la diferencia radique sólo en
ciertos matices.
El tema de la verdad y la falsedad en función de la vida, central en el
pensamiento de Nietzsche, recibe un tratamiento detenido en Más allá del bien y
del mal. Sólo puede plantearse y resolverse adecuadamente si se consideran los
fenómenos que fungen como soporte.
Tema complejo, que supone interesantes matices.
Tema que sólo puede entenderse, en Más allá del bien y del mal y para
Nietzsche, desde su fundamento.

Plan del ensayo:

I. La crítica a Kant
II. Estructura de su crítica a Kant. Se puede generalizar. Hacer menciones de
dos casos más al menos: estoicos y alguno más.
III. Mostrar que el fundamento de este fenómeno son otros fenómenos.
IV. Breve análisis de lo que significan estos dos fenómenos
Análisis de dos críticas a teorías filosóficas (I).

Establecer cómo opera la crítica de Nietzsche (II).


II.1. 188. Aquí hay una “suspensión” de la crítica a la “tiranía sobre la
naturaleza”. Algo así como: tu voluntad de verdad es una tiranía sobre la
naturaleza. Y eso no está mal. Pero no la aceptas como tal.

Mostrar que el fundamento de este fenómeno son otros fenómenos (III).

Comprensión de lo que significan en estos dos fenómenos (IV). 188 moral:


coacción prolongada
Nietzsche plantea estas preguntas respecto a la vida humana en general, pero
también las dirige de manera particular hacia la actividad filosófica. 1 Si ya en el
contexto de la existencia humana las preguntas que plantea tienen una carga
polémica, en el terreno de la filosofía adquieren un carácter completamente
disruptivo. Porque si nos orientamos por la manera tradicional de ver la filosofía,
hemos de reconocer que la finalidad de ésta consiste en una búsqueda de la
verdad,2 una búsqueda que, además, se realiza con honestidad o veracidad. 3 Las
preguntas de Nietzsche son: ¿realmente los filósofos buscan la verdad?
¿Realmente han sido honestos? ¿Realmente han buscado describir las cosas
como son? Si se llega a aceptar la respuesta de Nietzsche a estas preguntas: que
en el trasfondo de la búsqueda filosófica existe una importante dosis de
falseamiento, entonces aparece esta otra pregunta: ¿qué nos dice esto acerca de
los filósofos y de la filosofía? ¿No se tornará claro, también aquí, que la voluntad
de no-verdad resulta esencial para la vida, la vida de la filosofía en este caso?
La postura de Nietzsche ha sido y sigue siendo polémica. Lo esencial, en primer
lugar, es comprenderla. Para hacerlo, consideremos los análisis que hace de dos
tipos de filosofía: los estoicos y Kant.

2. Sobre los estoicos


Comencemos con una cita:

“¿Queréis vivir “según la naturaleza”? ¡Oh, nobles estoicos, qué embuste de palabras!
[…] ¡Mientras simuláis leer embelesados el canon de vuestra ley en la naturaleza, lo
que queréis es algo opuesto, vosotros extraños comediantes y engañadores de
vosotros mismos! Vuestro orgullo quiere prescribir e incorporar a la naturaleza, incluso
a la naturaleza, vuestra moral, vuestro ideal, vosotros exigís que ella sea naturaleza
1
En nuestros días es, por así decirlo, una especie verdad evidente que las personas solemos ocultarnos la
verdad para poder seguir con nuestra vida. Podría decirse que se trata de una de las argucias de la vida. El
contexto histórico de la Europa de la segunda mitad del siglo xix no era, al parecer, tan proclive todavía a
aceptar esta idea. De cualquier forma, no debemos olvidar que la hipótesis de Nietzsche es más compleja y
está, digamos, en un momento de efervescencia heurística. Nietzsche, es cierto, asevera que la tendencia a
ocultar y ocultarnos cosas es fundamental para la vida, ahí aparece lo de qué tanta verdad podemos
soportar. Pero, además, se pregunta si lo que llamamos verdad y falsedad son en realidad dos fenómenos o
valores contrarios o si, más bien, no estaremos aquí.
2
Cita de Aristóteles, Metafísica.
3
Cita de Platón, Sofista.
“según la Estoa” y quisierais hacer que toda existencia existiese tan sólo a imagen
vuestra. […] Pese a todo vuestro amor a la verdad, os coaccionáis a vosotros mismos,
sin embargo, durante tanto tiempo, tan obstinadamente, con tal fijeza hipnótica, a ver la
naturaleza de un modo falso, es decir, de un modo estoico, que ya no sois capaces de
verla de otro modo” (9).

Como se sabe, los estoicos al querer vivir según la naturaleza entendían por
naturaleza.4 La pregunta es: ¿por qué dice Nietzsche que los estoicos ven de una
manera falsa la naturaleza? ¿Qué se puede oponer a su modo de ver las cosas?
Imaginaos un ser como la naturaleza, que es derrochadora sin medida, indiferente sin
medida, que carece de intenciones y miramientos, de piedad y justicia, que es feraz y
estéril e incierta al mismo tiempo, imaginaos la indiferencia misma como poder, ¿cómo
podrías vivir vosotros según esta indiferencia? Vivir, ¿no es cabalmente un querer ser
distinto de esa naturaleza? (9).

A la concepción estoica, Nietzsche opone ciertos rasgos de la naturaleza que


son completamente distintos a las descritas por los estoicos. ¿Qué podría decir un
estoico ante esto? Sería legítimo que, a su vez, se le planteara la misma dificultad
a Nietzsche: ¿acaso no es su descripción de la naturaleza, también, un modo de
verla definido por sus propias creencias e ideas morales? Estaríamos ante dos
modos de ver la naturaleza radicalmente distintos, ¿cómo podríamos elegir entre
ellos?
Pero para que la crítica de Nietzsche a los estoicos sea acertada no es
necesario que aceptemos que la naturaleza sea en su conjunto tal como lo plantea
en su cita anterior. Bastaría con que la naturaleza incluyera como uno de sus
momentos esa terrible dosis de falta de piedad y de justicia, esa dosis de derroche
y de esterilidad, para que aceptáramos de buena gana que la concepción estoica
padece de una ostensible limitación. O dicho de otra manera, si un estoico llega a
aceptar que su descripción de la naturaleza no incluye la descripción de
situaciones reales donde la naturaleza y los seres naturales actúan de modo
salvaje e inclemente, entonces estaría en posición de aceptar que su descripción
es parcial y que, posiblemente ello se deba a que proyectaba sobre ella sus
valores morales.

4
Cita que apoye este aspecto de la filosofía estoica.
No es necesario contar con un amplio saber científico para ver que la
descripción de Nietzsche contiene, al menos, cierto grado de verdad. Basta con
ver, entre muchísimos otros ejemplos que podrían ponerse, el enfrentamiento
entre arañas y abejas, tratando de devorarse unas a otras, el apareamiento de
algunos insectos, donde uno de ellos resulta muerto por el otro, las bacterias y
virus que terminan por consumir a un cuerpo. Quizá podría sostenerse que estos
enfrentamientos y muertes, así como incendios y repentinas heladas (muchos de
ellos anteriores al efecto de la acción del ser humano sobre el planeta), obedecen
a una economía y a un orden natural más amplio. Incluso en ese caso podría
sostenerse que la muerte de un animal por otro, lo imprevisto para toda una
comunidad animal o vegetal, forman parte de un todo en el cual encuentran su
orden. Entonces, la concepción estoica de la naturaleza tendría que hacer
adaptaciones que la tornarían más compleja. Si se quisiera seguir viviendo de
acuerdo con la naturaleza, entonces las reglas que aprenderíamos ya no podrían
ser de ninguna sencillez.
Una concesión de este tipo le daría razón a la crítica de Nietzsche. La mirada
de los estoicos a la naturaleza era parcial. ¿En qué se fundamenta este error, esta
no-verdad? Desde luego, al parecer no se trata sólo de un mero error en la
descripción. Parece ser que la idea de Nietzsche tiene fundamento: los estoicos le
concedieron importancia a ciertos aspectos de la naturaleza en detrimento de
otros guiados por sus valores morales, es decir, por la manera en que ellos
pensaban que teníamos que actuar.
Téngase en cuenta que Nietzsche no defiende que los estoicos hayan hecho de
manera intencional una descripción sumamente parcial de la naturaleza. El punto
no es que los estoicos hayan tenido la intención, clara para ellos mismos, de
engañar con su descripción de la naturaleza. El punto es que, a pesar de su
declarado celo por la verdad, han entrado el error y la mentira por la puerta
trasera. El caso de los estoicos le sirve a Nietzsche para hablar en términos
generales: “Pero esta es una historia vieja, eterna: lo que en aquel tiempo ocurrió
con los estoicos sigue ocurriendo hoy tan pronto como una filosofía comienza a
creer en sí misma. Siempre crea el mundo a su imagen” (9).
La mirada que falsea no sería, pues, una característica exclusiva del estoicismo
sino que acompaña a muchas otras filosofías. Entonces, volvamos a la pregunta
acerca del valor de la voluntad de no-verdad y del valor de la voluntad de verdad.
¿Hasta qué punto la voluntad de no-verdad es algo que ayuda a la vida de la
filosofía misma? ¿No sería precisamente esa incapacidad para describir con
acierto las cosas, una tendencia contra la que la filosofía ha de luchar? ¿No es el
error derivado de la voluntad de no-verdad, lo que nos hace distanciarnos hasta
cierto punto de la filosofía estoica? Desde el punto de vista de Nietzsche, sin
embargo, la cuestión no es sencilla. Ya vimos que en el caso de los estoicos
voluntad de verdad y de no-verdad están lejos de ser dos fuerzas del mismo rango
que se contrapongan. Todo parece indicar que al cobijo de la voluntad de verdad
del estoico actuaba una voluntad de no-verdad. Ahora consideremos esta
problemática, a la luz del análisis que hace Nietzsche de la filosofía de Kant.

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