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Juan Manuel González Gavira DNI 79.192.

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COMO FAVORECER EL BUEN CLIMA EN EL AULA

El profesor, al igual que otro profesional, necesita y requiere unas determinadas

condiciones para poder llevar a cabo de forma adecuada su práctica docente.

Igualmente el alumnado necesita un buen clima en el aula para poder desarrollar sus

capacidades y conseguir un proceso de aprendizaje adecuado.

Por tanto los docentes debemos llevar a cabo un proceso de reflexión sobre

claves de mejora y desarrollo de estrategias adecuadas para conseguir el objetivo

perseguido. Como señala Vaello “La actuación improvisada y en solitario es la vía más

directa para tener problemas” .

Claro está que esta labor no es una tarea sencilla sino que supone una

readaptación compleja de la prácticas llevada a cabo en el aula, es decir, que el estilo

docente y las estrategias que se utilicen para abordar lo que ocurra en el aula pueden

favorecer o dificultar el trabajo escolar y las relaciones interpersonales. No todos los

docentes tienen dificultades para manejar eficazmente el desarrollo de sus clases.

Aunque no se puede hablar de un estilo docente mejor que otro, en diferentes

investigaciones realizadas se han observado actitudes, comportamientos y destrezas de

profesores que actúan como elementos disuasorios o favorecedores de la disrupción. Las

relaciones que se creen en el aula estarán relacionadas con la personalidad, la forma de

abordar la marcha de la clase, el estilo personal de control y manejo del aula y su estilo

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docente. Todo ello tiene repercusiones en el aprendizaje del alumnado (Torrego y

Fernández, 2006).

Las relaciones interpersonales entre profesor-alumno son muy relevantes y se

considera una pieza clave en la gestión de las aulas. Así la relación profesor-alumno es

un elemento clave de motivación para el aprendizaje, es decir, el vínculo positivo

favorece el aprendizaje. El ambiente debe dar seguridad y confianza, para que los

alumnos sepan que se debe trabajar, pero en buena convivencia. Se deben llevar a cabo

estrategias como:

- Se debe admitir la equivocación y el error como partes integrantes del

aprendizaje.

- Tampoco se deben crear situaciones de angustia y miedo y no utilizar

amenazas ni centrar el aprendizaje en la evaluación del examen.

- Se debe intentar estructurar el aprendizaje proporcionando información y

orientación, cuidando la secuencia didáctica, los ejercicios, el ritmo.

Igualmente se hace necesario establecer unas relaciones de calidad en el aula, es

decir, hacer del aula un ambiente seguro en el que los alumnos puedan esperar de sus

profesores aceptación, respeto y cordialidad sin tener que ganárselo.

Un grupo de autores señala que las relaciones auténticas entre profesor y alumno

se promueven cuando :

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- Los docentes demuestran una consideración positiva hacia todos los alumnos

(consideración positiva incondicional: actitud clara, no posesiva, no

manipuladora…al lado de los alumnos, siguiendo sus esfuerzos y alcanzando

objetivos). Para las relaciones del aula es determinante que el profesor

manifieste la aceptación de los alumnos y que posea estrategias para

comunicarles la consideración positiva que se les tiene.

- Los profesores desarrollan sus relaciones en la clase de manera que

demuestren coherencia y justicia y crean confianza. Los alumnos esperan que

sus profesores hagan “lo que tengan que hacer” y “hagan lo que dicen”.

- También comprendemos y mostramos que la comunicación con los alumnos

supone tanto escuchar como hablar. Los profesores suelen estar muy atentos

a lo que ocurre en clase, incluso a las conversaciones de los alumnos, pero

esta “consciencia” de lo que dicen los alumnos no siempre se refleja en la

comunicación del profesor con ellos. Es necesario reflexionar sobre las

destrezas de escucha.

- Hacen de sus clases unos lugares en los que el alumno puede elegir, asumir

riesgos y ser responsable. Hay que ofrecerles experiencias en las que los

alumnos deban tomar decisiones y elegir opciones, y en consecuencia

puedan fracasar sin peligro y aprender de las elecciones incorrectas.

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Está claro que la empatía puede mejorar la transferencia emocional entre

profesores y alumnos/as mediante dos habilidades: sintonía emocional (captar estados

emocionales ajenos) e irradiación emocional (trasmitir estados emocionales propios a

otros). Vaello propone las siguientes estrategias:

- Saber cómo nos ven.

- Observación activa del alumnado.

- Mantener conversaciones informales con el alumnado.

- Trabajar juntos: ¿Qué podemos hacer para arreglar esto?

- Revisar el estilo comunicativo propio.

- Acabar la clase amistosa y distendidamente.

Por otro lado tampoco se debe olvidar que una buena relación entre profesor -

alumno y entre los alumnos es un elemento preventivo de los problemas de disciplina o

disruptivos.

A modo de conclusión señalar que “el respeto” debe ser el pilar de las relaciones

en el aula, enseñando al alumnado a respetar los derechos de los demás y el respeto a los

propios, enseñando a mantener relaciones de reciprocidad evitando estilos agresivos y

pasivos.

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BIBLIOGRAFÍA

TRIANES, M. V. Y FERNÁNDEZ-FÍGARES, C. (2001) Aprender a ser personas y a

convivir. Un programa para secundaria. Desclée.

VAELLO ORS, J. (2008) Cómo dar clase a los que no quieren. Santillana, Madrid.

ÁLVAREZ, D., ÁLVAREZ, L. Y NÚÑEZ, J.C. (2007). Aprender a resolver conflictos.

Programa para mejorar la convivencia escolar ARCO. Madrid, CEPE

VAELLO, J. (2005). Las habilidades sociales en el aula. Madrid, Santillana.

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