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Las múltiples actividades de las células, los tejidos y los órganos del cuerpo
están coordinadas mediante la interacción de diversos tipos de mensajes
químicos.
1. Neurotransmisores liberados por los axones terminales de las
neuronas en las uniones sinápticas y que actúan localmente
controlando las funciones nerviosas.
2. Hormonas endocrinas, producidas por glándulas o por células
especializadas que las secretan a la sangre circulante y que influyen
en la función de células diana situados en otros lugares del
organismo.
3. Hormonas neuroendocrinas, secretadas por las neuronas hacia la
sangre y que influyen en la función de las células diana de otras
partes del cuerpo.
4. Hormonas paracrinas, secretadas por células hacia el líquido
extracelular para que actúen sobre células diana vecinas de un tipo
distinto.
5. Hormonas autocrinas, producidas por células y que pasan al liquido
extracelular desde el que actúan sobre las mismas células que la
fabrican.
6. Citocinas, péptidos secretados por las células hacia el líquido
extracelular y que pueden funcionar como hormonas autocrinas,
paracrinas o endocrinas.
FUNCIÓN HIPOTALÁMICA:
Algunas de ellas son netamente reflejos viscerales, y otras comprenden
reacciones conductuales y emocionales complejas; sin embargo, todas
ellas representan una respuesta particular a un estímulo característico. Es
importante recordar lo anterior cuando se estudie la función hipotalámica.
HORMONAS ADENOHIPOFISIARIAS:
La adenohipófisis secreta seis hormonas: la adrenocorticotrópica (ACTH,
corticotropina); la tirotropina u hormona estimulante de tiroides (TSH);
hormona del crecimiento, las hormonas estimulantes de los folículos (FSH)
y luteinizante (LH), y la prolactina.
HIPOFISIS:
La hipófisis, o glándula pituitaria, se aloja en una concavidad del hueso
esfenoides en la base del cerebro; es un centro que coordina y controla
muchas de las glándulas endocrinas en el resto del organismo.
Anatomía macroscópica:
La neurohipófisis, está compuesta en gran medida por las terminaciones
de los axones que provienen de los núcleos supraóptico y paraventricular
del hipotálamo y se forma inicialmente como una extensión de dicha
estructura. Por otra parte, la adenohipófisis, contiene células endocrinas
que almacenan sus hormonas características y en el embrión nace de una
invaginación de la faringe (bolsa de Rathke).
TIPOS CELULARES DE LA ADENOHIPÓFISIS:
Hormona de crecimiento:
GLANDULA TIROIDES:
Porción anatómica: La forma de la glándula tiroides es como la de una
mariposa, sobre la tráquea en la cara anterior del cuello. Se desarrolla a
partir de una evaginación del piso de la faringe; el conducto tirogloso, que
define la trayectoria de la glándula desde la lengua hasta el cuello, a veces
persiste en el adulto. Los dos lóbulos de la glándula en el ser humano
están conectados por un puente hístico, el istmo del tiroides y de este
último nace un lóbulo piramidal, por delante de la laringe. La glándula está
muy vascularizada y tiene uno de los mayores índices de flujo sanguíneo
por gramo de tejido, entre todos los órganos corporales. La porción de la
glándula encargada de la producción de hormona tiroidea consiste en
múltiples folículos. Cada folículo esférico está rodeado de una sola capa de
células epiteliales polarizadas llenas de un material proteínico de color
rosa llamado coloide. Si la glándula está inactiva, el coloide abunda, los
folículos son grandes y las células que los revisten en su interior se
aplanan. En la glándula activa, los folículos son pequeños, las células son
cúbicas o cilíndricas y se advierten las zonas de resorción activa del coloide
al interior de los tirocitos. El retículo endoplásmico es prominente, una
característica que es común a muchas células glandulares y se identifican
los gránulos secretores que contienen tiroglobulina.
EFECTOS EN EL CRECIMIENTO:
Las hormonas tiroideas son esenciales para el crecimiento y la
maduración esqueléticos normales. En niños hipotiroideos, el crecimiento
óseo se retrasa, así como el cierre de las epífisis. Si no se cuenta con
hormonas tiroideas, también aminora la secreción de hormona de
crecimiento, lo cual retrasa todavía más el crecimiento y el desarrollo
porque en circunstancias normales, las hormonas tiroideas potencian el
efecto de la hormona de crecimiento en los tejidos.
EJE HIPOTÁLAMO-HIPÓFISIS-GONADAL
El control de la función reproductora requiere una regulación precisa,
cuantitativa y temporal, del eje hipotálamo-hipófisis- gonadal. Dentro del
hipotálamo, ciertos núcleos liberan hormona liberadora de
gonadotropinas (GnRh) con un patrón pulsátil. Se trata de un decapéptido
sintetizado por las células peptidérgicas hipotalámicas de la eminencia
media, cuya secreción se halla bajo un fuerte control.
La secreción de Gn-RH es pulsátil, siendo dichos pulsos infrecuentes e
irregulares, altamente controlados por la retroalimentación de las
gonadotropinas. Actúa sobre una población de células gonadotropas de la
adenohipófisis, las cuales liberan gonadotropinas (hormona luteinizante:
LH y hormona folículoestimulante: FSH).
La liberación pulsátil rápida de esta hormona estimula a la LH, mientras
que la lenta favorece la secreción de la FSH.
En el ovario, FSH Y LH se unen a las células de la granulosa y la teca para
estimular la foliculogénesis y la producción ovárica de diversos esteroides
sexuales (estrógenos, progesterona y andrógenos), péptidos gonadales
(activina, inhibina y folistatina) y factores del crecimiento.
El ovario tiene tres zonas con capacidad de producción hormonal,
segregando:
• Folículo Estradiol (en mayor cantidad), Progesterona y Andrógenos.
• Cuerpo lúteo Progesterona (en mayor cantidad) y Estrógenos.
• Estroma Andrógenos (en mayor cantidad), Estrógenos y Progesterona.
Hormonas ováricas:
Los estrógenos naturales son el estradiol 17β, la estrona y el estriol.
Son secretados principalmente por las células de la granulosa de los
folículos ováricos, el cuerpo lúteo y la placenta. Su biosíntesis depende de
la enzima aromatasa, que convierte la testosterona en estradiol y la
androstenediona en estrona.
Los estrógenos facilitan el crecimiento de los folículos ováricos y
aumentan la motilidad de las trompas uterinas. Los estrógenos reducen la
secreción de hormona foliculoestimulante. En ciertas circunstancias,
inhiben la secreción de hormona luteinizante (retroalimentación
negativa), pero en otras la aumentan (retroalimentación positiva).