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-Introducción a la endocrinología-

Las múltiples actividades de las células, los tejidos y los órganos del cuerpo
están coordinadas mediante la interacción de diversos tipos de mensajes
químicos.
1. Neurotransmisores liberados por los axones terminales de las
neuronas en las uniones sinápticas y que actúan localmente
controlando las funciones nerviosas.
2. Hormonas endocrinas, producidas por glándulas o por células
especializadas que las secretan a la sangre circulante y que influyen
en la función de células diana situados en otros lugares del
organismo.
3. Hormonas neuroendocrinas, secretadas por las neuronas hacia la
sangre y que influyen en la función de las células diana de otras
partes del cuerpo.
4. Hormonas paracrinas, secretadas por células hacia el líquido
extracelular para que actúen sobre células diana vecinas de un tipo
distinto.
5. Hormonas autocrinas, producidas por células y que pasan al liquido
extracelular desde el que actúan sobre las mismas células que la
fabrican.
6. Citocinas, péptidos secretados por las células hacia el líquido
extracelular y que pueden funcionar como hormonas autocrinas,
paracrinas o endocrinas.

Las hormonas comprenden esteroides, aminas y péptidos. Las hormonas


peptídicas son con mucho las más numerosas.
Las hormonas esteroides y tiroideas se distinguen por sus puntos de
acción predominantemente intracelulares, ya que pueden difundirse
libremente a través de la membrana celular. Se unen a una familia de
proteínas en gran parte citoplásmicas que se conocen como receptores
nucleares. Tras la unión al ligando, el complejo receptor ligando se
traslada al núcleo y se asocia a un receptor nuclear unido a un ligando
distinto para formar un heterodímero.
SECRECION HORMONAL:
Síntesis y procesamiento:
La regulación de la síntesis hormonal depende desde luego de su
naturaleza química. En el caso de las hormonas peptídicas y también de
los receptores de hormona, la síntesis es controlada de manera
predominante al nivel de la transcripción. Por lo que respecta a las
hormonas aminas y esteroides, la síntesis es controlada de manera
indirecta regulando la producción de enzimas sintéticas clave.
La síntesis de todas las proteínas y los péptidos señalados con
anterioridad está sujeta a los mecanismos normales de control
transcripcional que tienen lugar en la célula.
Los precursores de hormonas peptídicas son procesados por medio del
aparato celular que controla las proteínas destinadas a exportación, lo que
comprende el tránsito a través de micro vesículas específicas donde la
forma polipeptídica puede desdoblarse en las hormonas activas finales.
Secreción:
La secreción de muchas hormonas es a través de un proceso de exocitosis
de gránulos almacenados. El aparato exocitótico es activado cuando el
tipo de célula que sintetiza y almacena la hormona en cuestión es activado
por una señal específica, por ejemplo, un neurotransmisor o un factor
liberador de péptido.
Las tasas de secreción pueden incrementarse al máximo y disminuir en
relación con los ritmos circadianos, en respuesta a los horarios de las
comidas o según lo regulan otros factores generadores de patrones. La
secreción intermitente suele relacionarse con la actividad de osciladores
en el hipotálamo que regulan el potencial de membrana de las neuronas,
secretando a su vez factores liberadores de hormonas hacia el sistema
portal hipotálamo-hipofisario que luego producen la liberación de las
hormonas hipofisarias y la activación consecuente de otras glándulas de
forma intermitente. Estos pulsos hormonales transmiten información
diferente a los tejidos terminales (blanco) sobre los que actúan hasta que
la exposición constante a una sola concentración de la hormona.
Estructura química y síntesis de las hormonas:
-Hormonas polipeptídicas y proteicas se almacenan en vesículas
secretoras hasta que se necesitan. Casi todas las hormonas del organismo
son polipéptidos y proteínas. Aprox, los polipéptidos con 100 o más
aminoácidos se denominan proteínas, y los que tienen menos de 100 son
péptidos.
Estas hormonas proteicas y peptídicas se sintetizan en el componente
rugoso del retículo endoplásmico de las distintas células endocrinas.
Al principio se sintetizan como proteínas y se separan en el retículo
endoplasmático para formar prohormonas. Estas se van a transferir al
aparato de Golgi, donde se van a encapsular en vesículas secretoras. En
este proceso se dividen las prohormonas y van a producir hormonas mas
pequeñas. Estas hormonas se secretan cuando las vesículas secretoras se
fundan con la membrana celular, y el liquido extracelular entra en el
líquido intersticial o en el torrente sanguíneo mediante exocitosis. Por
ejemplo, la exocitosis, puede producir el incremento de la concentración
del calcio del citosol provocando la despolarización de la membrana
plasmática.
-Las hormonas esteroideas suelen sintetizarse a partir del colesterol y no
se almacenan. Son liposolubles. Gran parte del colesterol de las células
productoras de esteroides procede del plasma. Como los esteroides son
tan liposolubles, una vez sintetizados difunden a través de la membrana
celular y penetran en el líquido intersticial y ahí a la sangre.
-Las hormonas amínicas derivan de la tirosina los dos grupos de hormonas
derivadas de la tirosina, las sintetizadas en las glándulas tiroidea y en la
medula suprarrenal, se forman gracias a la acción de las enzimas situadas
en el citoplasma de las células glandulares. Las hormonas tiroideas se
sintetizan y almacenan en la glándula tiroides y se incorporan a las
macromoléculas de la proteína tiroglobulina. La secreción hormonal
comienza cuando se separan las aminas de la tiroglobulina y las hormonas
no unidas se liberan hacia el torrente sanguíneo. Une vez en la sangre, la
mayor parte de las hormonas tiroideas se combinan con proteínas
plasmáticas, con la tiroglobulina lijadora de la tiroxina que libera lento las
hormonas en los tejidos efectores.
ACCIÓN DE LAS HORMONAS:
Las hormonas ejercen una amplia gama de acciones distintivas sobre un
enorme número de células terminales para efectuar cambios en el
metabolismo, liberar otras hormonas y sustancias reguladoras, efectuar
cambios en la actividad de los conductos iónicos y para el crecimiento
celular.
La acción concertada de las hormonas en el organismo asegura el
mantenimiento de la homeostasis. De hecho, todas las hormonas afectan
en cierto grado a la homeostasis. Sin embargo, un subgrupo de hormonas,
son factores clave que contribuyen a la homeostasis. Éstos comprenden
hormona tiroidea, cortisol, hormona paratiroidea, vasopresina, los
mineralocorticoides y la insulina.
Las hormonas hidrófilas, incluidos los péptidos y las catecolaminas,
ejercen sus efectos agudos al unirse a los receptores de superficie celular.
Por otra parte, las hormonas hidrófobas, ejercen sus acciones de manera
predominante a través de receptores nucleares.
Diversos receptores de esteroides y otras hormonas hidrófobas son
extranucleares. Estos receptores a nivel molecular, hablando de sus vías
de señalización asociadas y pruebas de su existencia se complicaron por la
capacidad de las hormonas hidrófobas para difundirse da manera libre.
Estos receptores extranucleares median las respuestas rápidas a los
esteroides y otras hormonas que no precisan alteración de la transcripción
genética.
PRINCIPIOS DEL CONTROL POR RETROALIMENTACIÓN:
La retroalimentación puede regular la liberación adicional de la hormona
mediante un circuito de retroalimentación negativa o (más rara vez)
positiva. La retroalimentación positiva tiene que ver con la intensificación
o la estimulación continuada del mecanismo/estímulo de liberación
original.
La retroalimentación negativa es un mecanismo de control mucho más
frecuente y consiste en la inhibición o la amortiguación del mecanismo o
estímulo de liberación hormonal inicial.
El sistema endocrino utiliza una red de respuestas de retroalimentación
para mantener un estado de equilibrio. El sistema endocrino utiliza una
red de respuestas de retroalimentación para mantener un estado de
equilibrio. Este último puede explicarse utilizando la osmolalidad
sanguínea como ejemplo, a fin de asegurarse de que la osmolalidad no
cambie en el contexto de un sistema abierto, operan procesos que
añadirán o retirarán agua del sistema para garantizar una osmolalidad
constante. La osmolalidad de la sangre aumenta con la deshidratación y
disminuye con la sobrehidratación. Si la osmolalidad de la sangre aumenta
fuera del intervalo ideal, se activan los osmorreceptores.
Los sistemas de control por retroalimentación negativa como los que ya se
mencionaron, son los sistemas de retroalimentación u homeostáticos más
frecuentes en el organismo. Otros ejemplos son la regulación de la
temperatura y la regulación de la concentración sanguínea de glucosa.
HIPOTÁLAMO:
CONSIDERACIONES ANATÓMICAS:
El hipotálamo es la zona del extremo anterior del diencéfalo que se halla
debajo del surco hipotalámico y por delante de los núcleos
interpedunculares. Este órgano está dividido en núcleos y áreas nucleares.

CONEXIONES AFERENTES Y EFERENTES DEL HIPOTÁLAMO


Casi todas las vías aferentes y eferentes principales que llegan y salen del
hipotálamo son amielínicas. Muchas lo conectan con el sistema límbico.
Hay conexiones importantes entre el hipotálamo y algunos núcleos en el
techo del mesencéfalo, la protuberancia y el rombencéfalo.
Las neuronas que secretan noradrenalina tienen su pericarion en el
rombencéfalo y terminan en puntos diferentes en el hipotálamo (fi g. 7-2).
Las neuronas paraventriculares, que probablemente secretan oxitocina y
vasopresina, a su vez envían prolongaciones al rombencéfalo y la médula
espinal. Las que secretan adrenalina tienen su pericarion en el
rombencéfalo y terminan en la porción ventral del hipotálamo. Un sistema
intrahipotalámico consta de neuronas secretoras de dopamina que tienen
su pericarion en el núcleo arqueado y termina en los capilares (o cerca de
ellos) que forman el sistema porta en la eminencia media. Las neuronas
secretoras de serotonina envían proyecciones al hipotálamo desde los
núcleos del rafe.
RELACIONES DE LA HIPOFISIS:
Hay conexiones nerviosas entre el hipotálamo y el lóbulo posterior de la
hipófi sis (neurohipófisis), así como vasos que conectan el hipotálamo y la
adenohipófisis. En el desarrollo embrionario, la neurohipófisis nace en la
forma de una evaginación del piso del tercer ventrículo. En su mayor
parte, está compuesta por las terminaciones de axones que nacen del
pericarion de neuronas en los núcleos supraóptico y paraventriculares, y
de allí pasan a la neurohipófisis, a través del facsiculo
hipotalamohipofisiario.
Gran parte de las fibras supraópticas terminan en la propia neurohipófisis,
en tanto algunas de las paraventriculares lo hacen en la eminencia media.
Las fibras simpáticas llegan a la adenohipófisis desde su cápsula y, las
parasimpáticas, desde los nervios petrosos, pero sólo algunas o ninguna
llegan a ella, del hipotálamo.
El sistema porta hipofisiario forma un vínculo directo entre el hipotálamo
y la adenohipófisis.

FUNCIÓN HIPOTALÁMICA:
Algunas de ellas son netamente reflejos viscerales, y otras comprenden
reacciones conductuales y emocionales complejas; sin embargo, todas
ellas representan una respuesta particular a un estímulo característico. Es
importante recordar lo anterior cuando se estudie la función hipotalámica.

BIOSÍNTESIS, TRANSPORTE INTRANEURONAL Y SECRECIÓN:


Las hormonas de la neurohipófisis se sintetizan en el pericarion de
neuronas magno-celulares en los núcleos supraóptico y paraventricular y
se transportan por los axones de dichas neuronas hasta sus terminaciones
en la neurohipófisis, en respuesta a la actividad eléctrica neuronal.
La oxitocina y la vasopresina son las hormonas neuronales típicas, es decir,
hormonas que las neuronas secretan en la circulación.
Las hormonas de las neurohipófisis son sintetizadas como parte de
moléculas precursoras de mayor tamaño. La vasopresina y la oxitocina
poseen una neurofisina característica con ellas asociada en los gránulos de
las neuronas que las secretan: la neurofisina I, en el caso de la oxitocina y,
la neurofisina II, en el de la vasopresina. Las moléculas precursoras son
sintetizadas en los ribosomas del pericarion neuronal. En el retículo
endoplásmico, pierden sus secuencias directrices; son “empacadas” en
gránulos secretores en el aparato de Golgi y transportadas por los axones
a las terminaciones en la neurohipófisis, gracias al flujo exoplásmico. Los
gránulos secretores, llamados corpúsculos de Herring.

VASOPRESINA Y OXITOCINA EN OTROS SITIOS


Las neuronas que secretan vasopresina se ubican en los núcleos
supraquiasmáticos; la vasopresina y la oxitocina también se detectan en
las terminaciones de neuronas que envían proyecciones desde los núcleos
paraventriculares al tallo encefálico y la médula espinal. Tales neuronas al
parecer participan en el control cardiovascular.

HORMONAS ADENOHIPOFISIARIAS:
La adenohipófisis secreta seis hormonas: la adrenocorticotrópica (ACTH,
corticotropina); la tirotropina u hormona estimulante de tiroides (TSH);
hormona del crecimiento, las hormonas estimulantes de los folículos (FSH)
y luteinizante (LH), y la prolactina.
HIPOFISIS:
La hipófisis, o glándula pituitaria, se aloja en una concavidad del hueso
esfenoides en la base del cerebro; es un centro que coordina y controla
muchas de las glándulas endocrinas en el resto del organismo.
Anatomía macroscópica:
La neurohipófisis, está compuesta en gran medida por las terminaciones
de los axones que provienen de los núcleos supraóptico y paraventricular
del hipotálamo y se forma inicialmente como una extensión de dicha
estructura. Por otra parte, la adenohipófisis, contiene células endocrinas
que almacenan sus hormonas características y en el embrión nace de una
invaginación de la faringe (bolsa de Rathke).
TIPOS CELULARES DE LA ADENOHIPÓFISIS:

Hormona de crecimiento:

Concentraciones plasmáticas, unión y metabolismo:


Una parte de la hormona de crecimiento circulante se une a una proteína
plasmática, que corresponde a un gran fragmento del dominio
extracelular del receptor de la hormona.
Receptores de hormona de crecimiento:
El receptor de hormona de crecimiento es una proteína con 620
aminoácidos con una gran porción extracelular, un dominio
transmembrana y otra gran región citoplásmica.
La hormona de crecimiento tiene dos dominios de unión a receptor y,
cuando el primero lo hace a un receptor, el segundo atrae al otro sitio, y
así se genera un homodímero (estructura que se forma cuando se
combinan dos moléculas del mismo tipo de proteína).

Efectos en la homeostasis de proteínas y electrolitos:


La somatotropina es una hormona anabólica proteínica y genera un
balance de nitrógeno y de fósforo positivos, una mayor concentración
plasmática de fósforo y disminución en la cifra de nitrógeno ureico y de
aminoácidos en sangre.
Acciones directa e indirectas de la hormona de crecimiento:
Los conocimientos del mecanismo de acción de la hormona de
crecimiento han evolucionado. Si se inyecta la hormona de crecimiento en
una epífisis tibial proximal se produce un incremento unilateral del
cartílago y este último, a semejanza de otros tejidos, sintetiza IGF-I.
La hormona del crecimiento actúa en el cartílago para transformar los
condroblastos en células que responden a IGF-I. Este último factor
producido en forma local y también el circulante hace que el cartílago
crezca.

Control hipotalámico y periférico de la secreción de la hormona de


crecimiento:
La secreción de la somatotropina (hormona de crecimiento) no es estable
en el transcurso del tiempo. Los adolescentes muestran las
concentraciones máximas circulantes y le siguen en ese orden los niños y
por último, los adultos.
En el sueño, por otra parte, se generan grandes incrementos pulsátiles de
secreción de la hormona; por tal razón, no sorprende que dicha secreción
esté bajo control hipotalámico. El hipotálamo regula la producción de
somatotropina al secretar la hormona que la libera o somatoliberina
(GHRH, hormona liberadora de la hormona de crecimiento) y también de
somatostatina, la cual inhibe la liberación de dicha hormona. Los
estímulos para la secreción de la hormona actúan al incrementar la
secreción de hormona liberadora de la hormona de crecimiento por parte
del hipotálamo, disminuir la de somatostatina o por ambos mecanismos.
La secreción de hormona de crecimiento está controlada por un asa de
retroalimentación, a semejanza de la que se observa con otras hormonas
adenohipofisiarias. Actúa en el hipotálamo para antagonizar la liberación
de hormona liberadora de la hormona de crecimiento. La somatotropina
también incrementa las concentraciones circulantes de IGF-I, y éste a su
vez ejerce un efecto inhibidor directo en la secreción de dicha hormona
por la hipófisis; también estimula la secreción de somatostatina.

GLANDULA TIROIDES:
Porción anatómica: La forma de la glándula tiroides es como la de una
mariposa, sobre la tráquea en la cara anterior del cuello. Se desarrolla a
partir de una evaginación del piso de la faringe; el conducto tirogloso, que
define la trayectoria de la glándula desde la lengua hasta el cuello, a veces
persiste en el adulto. Los dos lóbulos de la glándula en el ser humano
están conectados por un puente hístico, el istmo del tiroides y de este
último nace un lóbulo piramidal, por delante de la laringe. La glándula está
muy vascularizada y tiene uno de los mayores índices de flujo sanguíneo
por gramo de tejido, entre todos los órganos corporales. La porción de la
glándula encargada de la producción de hormona tiroidea consiste en
múltiples folículos. Cada folículo esférico está rodeado de una sola capa de
células epiteliales polarizadas llenas de un material proteínico de color
rosa llamado coloide. Si la glándula está inactiva, el coloide abunda, los
folículos son grandes y las células que los revisten en su interior se
aplanan. En la glándula activa, los folículos son pequeños, las células son
cúbicas o cilíndricas y se advierten las zonas de resorción activa del coloide
al interior de los tirocitos. El retículo endoplásmico es prominente, una
característica que es común a muchas células glandulares y se identifican
los gránulos secretores que contienen tiroglobulina.

Las hormonas tiroideas son esenciales para el correcto desarrollo,


diferenciación y función de prácticamente todos los sistemas del
organismo, regulando el metabolismo celular e interviniendo críticamente
en el desarrollo del cerebro tanto en el período embrionario como en el
fetal y postnatal. Por ello, su síntesis y secreción están muy finamente
controladas y reguladas desde estructuras centrales, tanto hipotalámicas
como hipofisarias. Las hormonas tiroideas se sintetizan en la glándula
tiroides en forma mayoritaria de tiroxina (T4), pero también de
triyodotironina (T3), la forma biológicamente activa. En los tejidos, un
sistema de desyodasas de yodotironinas activan (DIO1, DIO2) o inactivan
(DIO3) estas yodotironinas según las necesidades individuales y específicas
de cada tejido.
En la regulación del eje hipotálamo-hipófisis-tiroides intervienen dos
señales hormonales principales: la TRH hipotalámica y la tirotropina o TSH
hipofisaria, que modulan la síntesis y secreción final de T4 y T3 por la
glándula tiroidea (Figura 1A). En las células tirotropas de la hipófisis
convergen las señales reguladoras del eje tiroideo, tanto las de carácter
inhibitorio (principalmente T4 y T3, pero también dopamina y
somatostatina desde el hipotálamo) como las de carácter estimulador
(TRH fundamentalmente), constituyendo el tipo celular clave en la
regulación hormonal tiroidea.

Aspectos químicos de la hormona tiroides:


La principal hormona secretada por la glándula tiroides es la tiroxina (T4)
y, en cantidades mucho menores, la triyodotironina (T3). Esta última
posee actividad biológica mucho mayor que la tiroxina y es generada de
manera específica en su sitio de acción en tejidos periféricos, por
desyodación de la tiroxina. Las dos hormonas son aminoácidos que
contienen yodo. En la sangre venosa que sale de la tiroides, se identifican
también cantidades pequeñas de triyodotironina inversa (3,3′,5′-
triyodotironina [RT3]) y otros compuestos. Esta última no posee actividad
biológica.

Síntesis y secreción de las hormonas tiroides:


En el límite (interfaz) entre el tirocito y el coloide, el yoduro es objeto de
un proceso conocido como organificación. En primer lugar, es oxidado
hasta la forma de yodo, para después ser incorporado en la posición del
carbono tres de residuos tirosínicos que son parte de la molécula de
tiroglobulina en el coloide. La tiroglobulina es una glucoproteína. Contiene
10% de carbohidrato en peso, pero en las hormonas tiroideas son
incorporados normalmente sólo cuatro a ocho de ellos. La tiroglobulina se
sintetiza en las células tiroideas y se secreta al coloide, por medio de
exocitosis de gránulos. La oxidación y la reacción del yoduro con la
tiroglobulina secretada es mediada por la peroxidasa tiroidea, enzima
unida a la membrana apical del tirocito.
Las hormonas tiroideas producidas de ese modo siguen siendo parte de la
molécula de tiroglobulina, mientras sea necesario. El coloide, por sí
mismo, es un depósito de hormonas tiroideas y los seres humanos pueden
consumir alimentos absolutamente carentes de yodo, incluso durante dos
meses antes de que surja disminución en las concentraciones de
hormonas tiroideas circulantes. Los tirocitos desempeñan cuatro
funciones: reúnen y transportan yodo; sintetizan tiroglobulina y la
secretan al coloide; fijan yodo en la tiroglobulina para sintetizar hormonas
tiroideas, y separan estas últimas de la tiroglobulina para secretarlas en la
circulación.
La peroxidasa tiroidea participa en el acoplamiento y en la yodación. Se
forma triyodotironina por condensación de monoyodotirosina con
diyodotirosina. También surge una cantidad pequeña de triyodotironina
inversa, tal vez por condensación de diyodotirosina con
monoyodotirosina.
La glándula tiroidea del ser humano secreta en promedio 80 μg (103 nmol)
de tiroxina; 4 μg (7 nmol) de triyodotironina y 2 μg (3.5 nmol) de
triyodotironina inversa al día. La monoyodotirosina y la diyodotirosina no
son secretadas. Dichas tirosinas yodadas son des yodadas por una
desyodasa yodotirosínica. Esto representa un mecanismo para recuperar
el yodo y tirosinas yodadas para reciclarlas en ciclos adicionales de síntesis
hormonal.
Metabolismo de hormonas tiroideas:
La tiroxina y la triyodotironina son des yodadas en hígado, riñones y otros
tejidos. La tercera parte de tiroxina circulante normalmente es
transformada en triyodotironina en el adulto y, 45%, a triyodotironina
inversa.
En las hormonas tiroideas, actúan tres desyodasas: D1 , D2 y D3 .
La desyodasa 1 (D1 ) aparece en grandes concentraciones en hígado,
riñones, tiroides e hipófisis. Al parecer es la encargada principal de
perpetuar la formación de T3 a partir de T4 en la periferia. La desyodasa 2
(D2) aparece en encéfalo, hipófisis y grasa parda. También contribuye a la
formación de T3. En el cerebro, se encuentra en astrocitos y genera un
aporte de T3 a las neuronas. La desyodasa 3 (D3) también surge en el
encéfalo y los órganos de la reproducción. Actúa sólo en el carbono en la
posición 5 de tiroxina y T3 y probablemente sea la fuente principal de T3
inversa en sangre y tejidos.
Regulación de la secreción tiroideas:
La función tiroidea es regulada principalmente por variaciones en la
concentración de la hormona estimulante de tiroides hipofisiaria, en la
circulación. La secreción de la hormona se intensifica por la acción de la
hormona liberadora de tirotropina (TRH) hipotalámica, y es inhibida por
un mecanismo de retroalimentación negativa por las concentraciones
circulantes de las formas libres de T4 y T3.
BIOQUÍMICA Y METABOLISMO DE TSH:
La TSH humana es una glucoproteína que contiene 211 residuos
aminoácidos; la componen dos subunidades llamadas α y β. La primera es
codificada por un gen en el cromosoma 6, y la segunda por otro en el
cromosoma 1. La vida media biológica de dicha hormona humana es de
alrededor de 60 min. La mayor parte de esta hormona se desintegra en los
riñones y, en menor magnitud, en el hígado.
EFECTOS DE LA TSH EN LA TIROIDES:
Cuando se extirpa la hipófisis, se reduce la función de la glándula tiroides y
luego se atrofia; cuando se administra TSH, se reactiva la función tiroidea.
A minutos de la inyección de TSH, aumenta la fijación de yoduros, la
síntesis de T3 y T4 y de las yodotirosinas, la secreción de tiroglobulina y su
paso al coloide, así como la endocitosis del mismo. En cuestión de horas,
se eleva la captación de yoduros; se incrementa el riego sanguíneo y, si el
tratamiento con TSH se establece a largo plazo, surge hipertrofia de las
células y aumenta el peso de la glándula. Siempre que sea duradera la
estimulación con TSH, habrá agrandamiento detectable de la glándula
tiroides (bocio.)
EFECTOS DE LAS HORMONAS TIROIDEAS:
MECANISMO DE ACCIÓN: Las hormonas tiroideas entran en las células y la
T3 se une a los receptores tiroideos (TR) en el núcleo. La T4 también se
une, aunque con menor avidez. El complejo de hormona/receptor se une
entonces al ácido desoxirribonucleico (DNA) por medio de “dedos” de zinc
e intensifica (o en algunos casos disminuye) la expresión de genes
diferentes que codifican proteínas reguladoras de la función celular. Por
tales razones, los receptores nucleares de hormonas tiroideas pertenecen
a la superfamilia de factores de trascripción nuclear sensibles a hormonas.
En muchas de sus acciones, la T3 actúa con mayor rapidez y su potencia es
tres a cinco veces mayor que la de la T4; lo anterior se debe a que la T3 no
está unida con tanta avidez a las proteínas plasmáticas como lo está la T4,
pero se une de forma más intensa a los receptores de hormonas tiroideas.

EFECTOS EN EL CRECIMIENTO:
Las hormonas tiroideas son esenciales para el crecimiento y la
maduración esqueléticos normales. En niños hipotiroideos, el crecimiento
óseo se retrasa, así como el cierre de las epífisis. Si no se cuenta con
hormonas tiroideas, también aminora la secreción de hormona de
crecimiento, lo cual retrasa todavía más el crecimiento y el desarrollo
porque en circunstancias normales, las hormonas tiroideas potencian el
efecto de la hormona de crecimiento en los tejidos.
EJE HIPOTÁLAMO-HIPÓFISIS-GONADAL
El control de la función reproductora requiere una regulación precisa,
cuantitativa y temporal, del eje hipotálamo-hipófisis- gonadal. Dentro del
hipotálamo, ciertos núcleos liberan hormona liberadora de
gonadotropinas (GnRh) con un patrón pulsátil. Se trata de un decapéptido
sintetizado por las células peptidérgicas hipotalámicas de la eminencia
media, cuya secreción se halla bajo un fuerte control.
La secreción de Gn-RH es pulsátil, siendo dichos pulsos infrecuentes e
irregulares, altamente controlados por la retroalimentación de las
gonadotropinas. Actúa sobre una población de células gonadotropas de la
adenohipófisis, las cuales liberan gonadotropinas (hormona luteinizante:
LH y hormona folículoestimulante: FSH).
La liberación pulsátil rápida de esta hormona estimula a la LH, mientras
que la lenta favorece la secreción de la FSH.
En el ovario, FSH Y LH se unen a las células de la granulosa y la teca para
estimular la foliculogénesis y la producción ovárica de diversos esteroides
sexuales (estrógenos, progesterona y andrógenos), péptidos gonadales
(activina, inhibina y folistatina) y factores del crecimiento.
El ovario tiene tres zonas con capacidad de producción hormonal,
segregando:
• Folículo Estradiol (en mayor cantidad), Progesterona y Andrógenos.
• Cuerpo lúteo Progesterona (en mayor cantidad) y Estrógenos.
• Estroma Andrógenos (en mayor cantidad), Estrógenos y Progesterona.

EMBRIOLOGIA DEL APARATO REPRODUCTOR HUMANO:


En ambos géneros, las gónadas tienen una función doble: la producción de
células germinativas (gametogénesis) y la secreción de hormonas
sexuales. Los andrógenos son las hormonas sexuales con acción
masculinizante; los estrógenos son las feminizantes. De modo normal, en
ambos géneros se secretan los dos tipos de hormonas. Los ovarios
secretan grandes cantidades de estrógenos y pequeñas de andrógenos, un
fenómeno que es inverso en los varones. En los dos géneros, la corteza
suprarrenal secreta andrógenos y una parte de éstos se convierte en
estrógenos en la grasa y otros tejidos extragonadales y
extrasuprarrenales. Los ovarios también secretan progesterona, un
esteroide con funciones especiales para preparar el útero para el
embarazo.
Desarrollo de las gónadas:
En cada lado del embrión, se forma una gónada primitiva a partir del
tubérculo genital, condensación de tejido ubicado cerca de la glándula
suprarrenal. En la gónada, aparece una corteza y una médula. Hasta la
sexta semana de desarrollo, estas estructuras son idénticas en ambos
géneros. En el embrión de género masculino, desde el punto de vista
genético, en la médula se forma un testículo durante la séptima y la
octava semanas y la corteza muestra regresión. Aparecen las células de
Leydig y Sertoli y se secretan testosterona y sustancia inhibidora de los
conductos de Müller. En el embrión de género genético femenino, la
corteza se convierte en el ovario y la médula sufre regresión. El ovario
embrionario no libera hormonas.
El hipotálamo secreta la hormona liberadora de gonadotropinas (GnRH)
de manera pulsátil. Esta hormona ejerce su acción en la hipófisis, donde
estimula la secreción de las gonadotropinas FSH y LH que tendrán sus
efectos, principalmente, en las gónadas (testículos u ovarios).
De esta manera, el eje hipotálamo-hipófisis-gónada es el encargado de
regular el buen funcionamiento de muchos procesos relacionados con la
reproducción.
Embriología de los genitales:
En el feto sano de género femenino, los conductos de Müller se
transforman en salpinges (oviductos) y útero. En el feto sano de género
masculino los conductos de Wolff , uno a cada lado, se transforman en
epidídimo y vasos deferentes. Los genitales externos son biopotenciales
hasta la octava semana. Luego, la hendidura urogenital desaparece y se
forman los genitales masculinos o en su defecto, permanece abierta y se
constituyen los genitales femeninos. Cuando el embrión posee testículos
funcionales, se forman los genitales internos y externos masculinos. Las
células de Leydig del testículo fetal secretan testosterona y las células de
Sertoli liberan sustancia inhibidora de los conductos de Müller (MIS).

Tanto la sustancia inhibidora de los conductos de Müller como la


testosterona actúan de manera unilateral sobre los genitales, dicha
sustancia inhibidora propicia regresión de los conductos de Müller por
apoptosis en el lado donde se secreta y la testosterona fomenta el
desarrollo de los vasos deferentes y estructuras afines a partir de los
conductos de Wolf.
Pubertad:
En el periodo neonatal, aparece otra descarga con función desconocida,
pero luego las células de Leydig permanecen latentes. Este periodo de
maduración final se conoce como adolescencia. A menudo también se le
llama pubertad, es el periodo donde las funciones endocrina y
gametógena de las gónadas se han desarrollado hasta el punto en que es
posible la reproducción. En niñas, el primer acontecimiento es la telarquia,
que corresponde al crecimiento de las glándulas mamarias, seguido de
pubarquia, crecimiento de vello púbico y axilar y, más tarde la menarquia,
primera menstruación.
Regulación del inicio de la pubertad
Las gónadas de los niños se pueden estimular con gonadotropinas; sus
hipófisis contienen gonadotropinas y sus hipotálamos, hormonas
liberadoras de gonadotropinas (GnRH). No obstante, tales gonadotropinas
no se secretan.
Desde el nacimiento hasta la pubertad, existe un mecanismo nervioso que
impide la liberación pulsátil normal de tal hormona. No se conoce la
naturaleza del mecanismo que inhibe al generador pulsátil de hormona
liberadora de gonadotropinas, pero se sabe que hay uno o varios genes
productores de sustancias estimuladoras de la secreción de hormona
liberadora de gonadotropina, y una posibilidad interesante es la inhibición
de estos genes antes de la pubertad.
PUBERTAD PRECOZ Y TARDÍA:
Precocidad sexual
Este desarrollo temprano de las características sexuales secundarias sin
gametogénesis es consecutivo a la exposición anómala de los varones
inmaduros a andrógenos o de las mujeres a estrógenos. Dicho síndrome
se debe llamar seudopubertad precoz para distinguirlo de la pubertad
precoz verdadera originada por un patrón púber normal en la secreción
hipofisiaria de gonadotropinas. La pubertad precoz constitucional es
aquélla en la que es imposible definir una causa y es más frecuente en
niñas en comparación con niños. En ambos géneros, los tumores o las
infecciones del hipotálamo generan pubertad precoz.

Pubertad tardía o ausente


La edad normal en la cual pueden aparecer los cambios de la pubertad es
tan variable que es imposible considerarla como tardía hasta que la
menstruación falta después de los 17 años o no se presente desarrollo
testicular ulterior a los 20 años de vida. La falta de maduración por pan
hipopituitarismo se acompaña de enanismo y datos de otras alteraciones
endocrinas. En algunos individuos, la pubertad se retrasa, aunque se
observen gónadas y las demás funciones endocrinas sean normales.

Hormonas ováricas:
Los estrógenos naturales son el estradiol 17β, la estrona y el estriol.
Son secretados principalmente por las células de la granulosa de los
folículos ováricos, el cuerpo lúteo y la placenta. Su biosíntesis depende de
la enzima aromatasa, que convierte la testosterona en estradiol y la
androstenediona en estrona.
Los estrógenos facilitan el crecimiento de los folículos ováricos y
aumentan la motilidad de las trompas uterinas. Los estrógenos reducen la
secreción de hormona foliculoestimulante. En ciertas circunstancias,
inhiben la secreción de hormona luteinizante (retroalimentación
negativa), pero en otras la aumentan (retroalimentación positiva).

Características sexuales secundarias femeninas:


Los cambios del cuerpo de las niñas durante la pubertad, además del
crecimiento de las glándulas mamarias, el útero y la vagina, son
originados, en parte, por los estrógenos, que son las “hormonas
feminizantes”, aunque la feminización simplemente ocurre, en parte, por
ausencia de andrógenos testiculares. En la mujer, la laringe conserva sus
proporciones de la prepubescencia y la voz preserva su tonalidad alta. Las
mujeres tienen menos vello corporal y más pelo en la piel cabelluda y casi
siempre el vello púbico adquiere un patrón característico de triángulo
invertido. Sin embargo, en ambos géneros, el crecimiento del vello púbico
y axilar se debe a los andrógenos y no a los estrógenos.

Aparato reproductor masculino:


Las gónadas del varón tienen doble función: la producción de células
germinativas (gametogénesis) y la secreción de hormonas sexuales. Los
andrógenos son los esteroides sexuales que tienen acción masculinizante.
Los testículos secretan grandes cantidades de andrógenos, en particular la
testosterona, pero también producen cantidades pequeñas de
estrógenos. A diferencia de lo observado en mujeres, la secreción de
gonadotropina por el varón no es cíclica y una vez que llega a la madurez
la función gonadal masculina, disminuye poco a poco conforme tiene más
años el varón, pero persiste la capacidad de producir gametos viables.
Estructura:
Los testículos constan de asas de túbulos seminíferos contorsionados, en
cuyas paredes se forman los espermatozoides a partir de las células
germinativas primitivas (espermatogénesis). Ambos extremos de cada asa
desembocan en una red de conductos en la cabeza del epidídimo. Desde
allí, los espermatozoides atraviesan la cola del epidídimo para llegar hasta
el conducto deferente. A través de los conductos eyaculadores llegan
hasta la uretra y al cuerpo de la próstata en el momento de la eyaculación.
Entre los túbulos de los testículos, existen nidos de células que contienen
gránulos lipídicos, las células intersticiales de Leydig que secretan
testosterona hacia la circulación. Las arterias espermáticas de los
testículos son tortuosas y la sangre viaja paralela, pero en dirección
opuesta a la sangre del plexo pampiniforme de las venas espermáticas.
GAMETOGÉNESIS Y EYACULACIÓN:
Barrera hematotesticular
Las paredes de los túbulos seminíferos están revestidas por células
germinativas y células de Sertoli, que son grandes y complejas y contienen
glucógeno; asimismo, se extienden desde la lámina basal del túbulo hasta
la luz. Las células germinativas deben estar en contacto con las de Sertoli
para sobrevivir, y este contacto se mantiene por medio de puentes
citoplásmicos. Las uniones estrechas entre las células de Sertoli
adyacentes cerca de la lámina basal forman una barrera hematotesticular
que impide el paso de moléculas grandes desde tejido intersticial y parte
del túbulo cerca de la lámina basal (compartimiento basal) hacia la región
cercana a la luz tubular (compartimiento adluminal) y la luz. Sim embargo,
los esteroides atraviesan esta barrera con facilidad y se cuenta con
evidencia indicativa de que algunas proteínas cruzan las células de Sertoli
a las de Leydig y viceversa de manera paracrina. El líquido que llena la luz
de los túbulos seminíferos es muy diferente del plasma; contiene muy
pocas proteínas y glucosa, pero abundan los andrógenos, estrógenos,
iones potasio, inositol y los ácidos glutámico y aspártico.
Espermatogénesis:
Las espermatogonias son células germinativas primitivas próximas a la
lámina basal de los túbulos seminíferos y maduran hasta formar
espermatocitos primarios. Este proceso inicia durante la adolescencia. Los
espermatocitos primarios muestran división meiótica, con reducción del
número de cromosomas. En este proceso de dos fases, se dividen para
formar espermatocitos secundarios y luego espermátidas, las cuales
contienen el número haploide de 23 cromosomas. Las espermátidas
maduran hasta formar espermatozoides (esperma). Conforme una sola
espermatogonia se divide y madura, sus descendientes permanecen
vinculados por medio de puentes citoplásmicos hasta la última fase de la
espermátida. Cada espermatozoide es una célula móvil, intricada, con
abundante DNA y posee una cabeza que consta básicamente de material
cromosómico. La cabeza se cubre con una caperuza denominada
acrosoma. La cola móvil del espermatozoide es envuelta en su porción
proximal por una vaina que contiene numerosas mitocondrias.
Las espermátidas maduran para formar espermatozoides en los pliegues
profundos del citoplasma de las células de Sertoli. Los espermatozoides
maduros son liberados a partir de las células de Sertoli y están libres en la
luz de los túbulos. Las células de Sertoli secretan proteína transportadora
de andrógenos, inhibina y sustancia inhibidora de los conductos de Müller.
Éstas no sintetizan andrógenos. La hormona foliculoestimulante y los
andrógenos conservan la función gametógena de los testículos.

Desarrollo ulterior de los espermatozoides


Los espermatozoides que abandonan los testículos no son completamente
móviles. Siguen madurando y adquieren motilidad durante su paso por el
epidídimo. De manera evidente la motilidad es importante in vivo, pero la
fertilización ocurre in vitro si se inyecta directamente en el óvulo un
espermatozoide inmóvil proveniente de la cabeza del epidídimo.
La espermatogénesis requiere una temperatura mucho menor comparada
con la del interior del cuerpo. Normalmente, los testículos se mantienen a
una temperatura de 32°C. Esta última se conserva gracias a la circulación
de aire alrededor del escroto y quizá por el intercambio térmico en forma
de contracorriente entre las arterias y las venas espermáticas.
FUNCIÓN ENDOCRINA DE LOS TESTÍCULOS
Aspectos químicos y biosíntesis de la testosterona
La testosterona es la principal hormona de los testículos. Se sintetiza a
partir del colesterol en las células de Leydig y también se forma a partir de
la androstenediona secretada por la corteza suprarrenal. Las vías
biosintéticas en todos los órganos endocrinos que producen hormonas
esteroides son similares; en lo único que difieren los órganos, es en los
sistemas enzimáticos que contienen. La secreción de testosterona es
regulada por la hormona luteinizante y el mecanismo por medio del cual
esta hormona estimula las células de Leydig comprende mayor formación
de cAMP a través del receptor de hormona luteinizante unido a las
proteínas G y las G heterotriméricas estimuladoras.
Transporte y metabolismo
Cerca de 98% de la testosterona plasmática se encuentra unida a
proteínas: 65% se une a la globulina β denominada globulina
transportadora de esteroides gonadales (GBG) o globulina transportadora
de esteroides sexuales, y 33% a la albúmina. Esta globulina también se une
al estradiol. Una pequeña cantidad de la testosterona circulante se
convierte en estradiol.
Características sexuales secundarias
La próstata y las vesículas seminales crecen y estas últimas empiezan a
secretar fructuosa. Al parecer este carbohidrato constituye el principal
aporte nutritivo de los espermatozoides. Los efectos psicológicos de la
testosterona son difíciles de definir en seres humanos, pero en animales
de experimentación, los andrógenos propician la aparición de juegos
bulliciosos y agresivos. Los andrógenos aumentan el vello corporal, pero
reducen el pelo de la piel cabelluda.
Mecanismo de acción
Al igual que otros esteroides, la testosterona se une a un receptor
intracelular y el complejo receptor-esteroide se une al DNA del núcleo;
esto facilita la transcripción de diversos genes. La testosterona se
convierte en dihidrotestosterona, la dht también circula y su
concentración plasmática es de casi 10% de la concentración de la
testosterona. La formación de dihidrotestosterona es una manera de
amplificar la acción de la testosterona en los tejidos diana. Los complejos
testosterona-receptor regulan la maduración de los conductos de Wolff y,
por tanto, de la formación de los genitales internos masculinos durante la
embriogénesis, pero se necesitan complejos dihidrotestosterona-receptor
para formar los genitales masculinos externos.
Producción testicular de estrógenos
Más de 80% del estradiol y 95% de la estrona en el plasma de varones
adultos se forma por aromatización extragonadal y extrasuprarrenal de la
testosterona y la androstenediona circulante. El resto proviene de los
testículos. Una parte del estradiol en la sangre venosa testicular se
obtiene de las células de Leydig, pero otra parte también es producida por
aromatización de los andrógenos en las células de Sertoli.
Inhibinas
La testosterona reduce la hormona luteinizante plasmática pero, excepto
dosis elevadas, carece de efectos sobre la hormona foliculoestimulante
plasmática. Esta última se incrementa en los pacientes con atrofia de los
túbulos seminíferos, pero con una concentración normal de testosterona y
hormona luteinizante. Se han identificado receptores de activinas
pertenecientes a la familia de receptores de la serina-treonina cinasa. No
sólo hay inhibinas y activinas en las gónadas; también se encuentran en el
cerebro y muchos otros tejidos. En la médula ósea, las activinas participan
en la formación de leucocitos.

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