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Introducción de la clase

¿Qué es el preámbulo?
Es un texto que encabeza la Constitución Nacional y expresa las motivaciones y los
valores que se tuvieron en cuenta al dictarla: la unión nacional, la paz, el orden, la justicia, la
defensa común, el bienestar general y la protección de la libertad de todos los habitantes.

PREÁMBULO DE LA CONSTITUCIÓN NACIONAL ARGENTINA


“Nos los representantes del pueblo de la Nación Argentina, reunidos en Congreso
General Constituyente por voluntad y elección de las provincias que la componen, en
cumplimiento de pactos preexistentes, con el objeto de constituir la unión nacional,
afianzar la justicia, consolidar la paz interior, proveer a la defensa común, promover el
bienestar general, y asegurar los beneficios de la libertad, para nosotros, para nuestra
posteridad, y para todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo
argentino: invocando la protección de Dios, fuente de toda razón y justicia: ordenamos,
decretamos y establecemos esta Constitución para la Nación Argentina.”

Importancia: el preámbulo representa un llamado a la reflexión y una invitación a los


argentinos a asumir la responsabilidad de construir un futuro democrático y justo. Sirve
como recordatorio de los errores del pasado y establece los principios sobre los cuales debe
basarse la nueva etapa de la democracia en Argentina. En resumen, el preámbulo en la
vuelta a la democracia en Argentina es de vital importancia porque encapsula los valores y
principios que se buscaban restablecer y sostener en el proceso de transición hacia un
sistema político democrático y respetuoso de los derechos humanos.

Proceso de reorganización nacional

La última dictadura cívico-militar en Argentina, conocida como Proceso de


Reorganización Nacional, sucedió entre los años 1976 y 1983. El 24 de marzo de 1976, las
Fuerzas Armadas llevaron a cabo un golpe de Estado, destituyendo a María Estela Martinez
de Perón de su cargo como Presidenta de la Nación, asumido luego del fallecimiento de
Juan Domingo Peón, interrumpiendo su mandato constitucional. De esta forma, se inicia
con un gobierno de facto, conformado por la Junta Militar que se formaba por los
comandantes de las tres fuerzas armadas: el general Jorge Rafael Videla (ejército), el
almirante Emilio Eduardo Massera (marina) y el brigadier Orlando Ramon Agosti
(aeronáutica). La junta militar se impuso como la máxima autoridad del Estado, ocupando el
poder ejecutivo, subordinando a los demás poderes a su conducción.
● Se dice que fue una dictadura “cívico-militar”, porque el gobierno de facto contó
con la participación, anuencia y complicidad de sectores de la sociedad civil
(principalmente económicos, eclesiásticos y mediáticos) que favorecieron la
aceptación social con campañas de desinformación, le ofrecieron un marco de
“institucionalidad” y/o financiaron la empresa genocida para verse beneficiados
con las medidas regresivas impuestas.

Terrorismo de Estado

Entre 1930 y 1983 en Argentina ocurrieron seis golpes de Estado. La violencia


política ilegal ejercida desde el Estado contra todo aquel que fuera considerado una
amenaza o desafiara al poder fue una característica usual en la historia argentina, un
ejemplo de esto son los fusilamientos de José León Suárez, relatados por Rodolfo Walsh en
su libro Operación Masacre (1956). Este es uno de tantos ejemplos que pueden
considerarse como un antecedente de la violencia política ejercida desde el Estado contra
sus “enemigos”
No obstante, la expresión “terrorismo de Estado” sólo se utiliza para hacer
referencia a la última dictadura ocurrida en Argentina, ya que las Fuerzas Armadas
impusieron un Plan Sistemático de Desaparición, Tortura y Exterminio de un sector de la
población civil, con el propósito de causar temor en la sociedad, para asegurar que no haya
ningún tipo de resistencia a sus políticas, de esta forma, el terror se convirtio en una forma
de disciplinar a los ciudadanos. Es por esto que la palabra “desaparecido” se encuentra
estrechamente relacionada con esta dictadura. Esta práctica consistía en secuestrar a los
llamados “traidores” y llevarlos a centros clandestinos para torturarlos y luego matarlos
Durante estos siete años años proliferaron los Centros Clandestinos de Detención,
Tortura y Exterminio, los secuestros en la vía pública, los operativos espectaculares, las
simulaciones de enfrentamientos, entre muchos otros métodos que aterrorizaban a la
población, para desarticular los movimientos de organización social, sindical y política.

● En Argentina funcionaron más de 500 centros clandestinos de detención que


funcionaron en sedes policiales y unidades militares, pero también en escuelas,
hospitales y fábricas
Censura
Las juntas militares también ejercieron un mecanismo de represión cultural de la
mano de la censura. Los funcionarios de facto consideraron que, para mantener su sistema
político, el poderío militar necesitaba un sustento ideológico, es por esto que debían
desarrollar un sistema capaz de influir sobre “la mente humana, el sistema interno de
convicciones de cada hombre”. Para alcanzar dicho objetivo, se aplicó la intervención
sobre las mayores instituciones culturales: escuela, universidades, medios de comunicación
estatales y se implementó la prohibición de todo producto cultural o práctica calificados
como subversivos, se buscaba prevenir a la población de aquellos elementos que fueran
contra el régimen.
De esta manera, se censuraron libros, películas, revistas, canciones, músicos
nacionales, latinoamericanos e internacionales, con el propósito de evitar, en palabras del
dictador Videla, “cualquier lavado de cerebro, confusiones a nuestra juventud y desapegos a
nuestros valores tradicionales”. La censura afectó, modificó y dio forma a la cultura de esta
época: por un lado implicó una barrera a la posibilidad de expresarse, de acceder a las
ideas elaboradas por otros y a las creaciones de otros lugares del mundo. Sin embargo,
este proceso, produjo nuevas formas de escribir y de leer, nuevas estrategias para evadir el
control, originándose nuevos lugares de resistencia a la Dictadura Militar.
Uno de los ámbitos de resistencia más representativos fue la música, muchos de sus
artistas se transformaron en un blanco de persecución y censura. Por esa razón, muchos de
ellos debieron ocultarse, irse del país o auto-silenciarse. Otros se quedaron en el país para
intentar evadir la persecución de sus letras, utilizando las metáforas y los recursos literarios.
De esta manera, la denuncia y la libertad de opinión se escondieron para sobrevivir.
Uno de los principales referentes de esta época, dentro del ámbito de la música, fue
Charly García, que en su momento formaba parte de la banda Serú Girán, ya que compuso
diversas canciones para referirse a la dictadura, empleando diversas metáforas para
expresar por la dura realidad que atravesaba el país.

● La censura temática se fue imponiendo lentamente, y en 1977 apareció, por


ejemplo, en cada canal la figura del Asesor Literario, que leía los guiones de todos
los programas antes de su grabación. Por otra parte, desde el COMFER (Comité
Federal de Radiodifusión), que dependía de la Secretaría de Información Pública,
se calificaba los programas y las canciones en NHM (no en horario de menores) o
NAT (no apto para televisión) y se elaboraban “orientaciones”, “disposiciones” y
“recomendaciones” acerca de los temas, los valores nacionales y los principios
morales que debían promoverse desde la programación.
Caída de la Dictadura

Frente a la dura represión impuesta por el régimen, en 1977 surgió un nuevo


movimiento: las Madres de Plaza de Mayo. Esta agrupación estaba conformada por las
madres de las víctimas, quienes comenzaron a protestar para exigir la verdad sobre el
paradero de sus hijos e hijas que habían desaparecido. Debido a que estaba prohibida toda
alteración pública, las madres se reunieron pacíficamente en la Plaza de Mayo, para
marchar en círculo, portando pañoletas blancas en sus cabezas y mostrando las fotos de
los desaparecidos. Este movimiento fue ganando visibilización, causando el interés de la
comunidad internacional.
En el año 1979, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos decidió hacer
una visita a nuestro país para corroborar las denuncias de los organismos de derechos
humanos por los crímenes cometidos por la dictadura. Así, hacia inicios de los ochenta, Los
medios de comunicación, que habían mantenido un importante silencio durante los
primeros años del régimen, comenzaron a difundir cada vez más noticias sobre el destino
de las víctimas del terrorismo de Estado.

Otro hecho que marcó el declive de la dictadura fue la guerra de Malvinas en el año
1982. Esta guerra inició el dos de abril y finalizó el catorce de junio, con la retirada de
Argentina luego de sangrientos enfrentamientos. Esto causó una crisis al interior de la Junta
Militar, ya que al regreso de los soldados, se comenzaron a dar a conocer las deplorables
condiciones que estos habían vivido en las islas, que incluían falta de alimentos y de
elementos para abrigarse, así como malos tratos por los superiores. De esta forma, amplios
sectores sociales, que habían acompañado la decisión de recuperar las islas, consideraron
que las Fuerzas Armadas nacionales habían fallado en su función específica, además de
sentirse engañados por los medios de comunicación y el propio gobierno, Reynaldo
Bignone, el último dictador al mando del régimen, se ve obligado a entregar el poder y a
llamar a elecciones.

A medida que la dictadura llegaba a su final, el reclamo por los derechos humanos
comenzaba a hacerse cada vez más visible hasta ganar un apoyo mayoritario dentro de la
sociedad argentina. En la campaña electoral, el candidato radical Raúl Alfonsín propuso el
juzgamiento a los militares responsables de crímenes de lesa humanidad y se hizo eco de
los reclamos de Memoria, Verdad y Justicia de los organismos de Derechos Humanos. Una
vez asumida la presidencia, Alfonsín conformó la Comisión Nacional sobre la Desaparición
de Personas (CONADEP), encargada de la redacción del informe Nunca Más, y ordenó al
Poder Judicial investigar y juzgar los delitos cometidos por la dictadura. De esta manera, en
1985 se llevó a cabo el Juicio a las Juntas que permitió condenar a los principales
responsables del terrorismo de Estado

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