La línea Andorra-Escatrón es una línea férrea española de ancho ibérico y
carácter minero-industrial cuyo trazado transita por la provincia de Teruel. Empleada en las últimas décadas para transportar carbón a la Central térmica de Teruel, en la actualidad la infraestructura se encuentra inactiva.
El trazado fue construido orignalmente por la Empresa Nacional Calvo
Sotelo (ENCASO) para transportar carbón a la central térmica de Escatrón, entrando en servicio en 1953.1 A lo largo de varias décadas la línea experimentó un importante tráfico por parte de los trenes carboneros, contando en Andorra con un complejo ferroviario. El tramo Escatrón- Samper fue clausurado en agosto de 1978, centrándose la actividad ferroviaria hacia la nueva central térmica de Teruel. En 1984 circularon por la línea los últimos trenes carboneros tirados por máquinas de vapor, que de hecho se encontraban entre las últimas locomotoras de vapor españolas que todavía se mantenían en servicio.23 A partir de entonces se empleó la tracción diésel, ya limitada a la sección Samper-Andorra.
Durante muchos años la línea Andorra-Escatrón fue considerada como un
modelo de eficiencia y buen servicio por sus normas de funcionamiento.4 En su época tuvo la reputación de ser el ferrocarril industrial español de mayor longitud, con un trazado de 45,76 kilómetros, siendo también uno de los pocos ferrocarriles de carácter minero que empleó el ancho ibérico. Actualmente solo se encuentra operativo el tramo Samper-Andorra. La guerra civil española supuso la destrucción de numerosas infraestructuras, sufriendo el país una grave carencia energética. En 1944 se aprobó el Plan Nacional de Combustibles Líquidos, cuyo desarrollo se encomendó al Instituto Nacional de Industria (INI) con el objetivo de conseguir nuevas fuentes de energía.5 Estaba prevista la construcción de una central térmica de Escatrón, junto al río Ebro, que se abastecería de los lignitos que se extraían de las minas de Andorra, en la provincia de Teruel. La Empresa Nacional Calvo Sotelo (ENCASO) presentó un proyecto para la construcción de una línea férrea que pusiera en conexión las minas de Andorra con esta planta de energía, el cual fue aprobado en 1945. La concesión fue otorgada por orden ministerial un año después, el 11 de abril de 1946.6
Los trabajos de construcción comenzaron en 1947, en la sección Escatrón-
Samper y en los terrenos de la prevista central de Escatrón.7 Un año después las obras de fábrica, túneles y explanación en este tramo ya se encontraban completas. Se llegó a tender un pequeño ferrocarril de 600 milímetros de ancho para facilitar las labores de construcción. Las obras del trazado restante, entre Samper y Andorra, fueron adjudicadas en 1948 y dieron comienzo al año siguiente, desarrollándose estas sin problemas a pesar de los accidentes geográficos que imperaban en la zona. Los trabajos de construcción en el tramo Escatrón-Samper y en el subtramo Samper- Cabeza Gorda fueron ejecutados por el Servicio de Colonias Penitenciarias Militarizadas, mientras que el subtramo Cabeza Gorda-Andorra se adjudicó a la empresa Entrecanales y Távora.8 Para 1951 se había tendido la vía entre Escatrón y Samper, empleándose el trazado para el transporte de materiales de construcción hasta la central de Escatrón. La línea Andorra-Escatrón fue inaugurado oficialmente el 16 de junio de 1953, en un evento que contó con la presencia del dictador Francisco Franco y de numerosas autoridades.9 Para la ocasión se organizó un tren especial de varios coches de pasajeros que hizo el recorrido, traccionado por la locomotora «Escatrón». Aunque inicialmente el trazado recibió una autorización provisional para su funcionamiento, se da la circunstancia de que la autorización oficial de explotación no llegaría hasta 1966, tras numerosos trámites.10 No obstante, esto no supuso un impedimento para que el ferrocarril se mantuviera a pleno funcionamiento. El personal con el que se dotó a la nueva línea férrea procedía del ferrocarril minero de Utrillas, debido a la experiencia y cualificación con que contaban.11
En un principio la carga de minerales se producía en las instalaciones de la
estación de Andorra a través de camiones que llevaban el carbón hasta los vagones-tolvas.12 Para las labores de maniobras de estos trenes se utilizaba la locomotora «Baldwin». No obstante, hacia 1958 en las minas de Andorra se habilitó un cargadero de tolvas y un cable aéreo que llevaba el mineral hasta la instalación, realizándose allí la carga.13 Desde Andorra los trenes partían y circulaban hasta la central térmica de Escatrón, donde se realizaba el proceso de descarga de los lignitos, tras lo cual los convoyes regresaban al punto de origen. Con el transcurso del tiempo aumentaron las expediciones ferroviarias entre Andorra y Escatrón, así como el volumen de mineral transportado. En 1958 se realizaron 27.908 transportes y se movieron 816.282 toneladas de carbón, cifra que para 1975 se había incrementado a 1.110.630 toneladas de lignito.14 Por lo general circulaban entre cuatro y seis trenes diarios, de lunes a sábado.n. 1 No obstante, durante aquellos años también hubo fuertes oscilaciones en el tráfico, al punto de que durante el año 1960 solo se realizaron 8500 viajes y la cantidad de lignito transportada fue 153.000 toneladas.15
A comienzos la década de 1970 el trazado, las infraestructuras y el material
ferroviario fueron traspasados por ENCASO a la empresa estatal ENDESA.16 A mediados de la década el parque motor de la línea Andorra-Escatrón se vio reforzado con la adquisición por ENDESA de varias locomotoras tipo «Mikado» que procedían de RENFE, en un contexto en que la tracción vapor vivía un profundo declive.
Una locomotora «Mikado» en el cargadero de Andorra, en 1982.
Un tren carbonero procedente de Samper circula por la línea, 2010.
Tras la promulgación por aquellas fechas del Plan Energético Nacional, y
ante el envejecimiento de las instalaciones de Escatrón, se planteó la construcción de la denominada central térmica de Teruel en el municipio de Andorra. En 1975 se iniciaron las obras de esta nueva planta de energía, para lo cual se adaptó un nuevo enlace que permitiera el acceso de trenes carboneros a las instalaciones.17 Se construyó un ramal de unos 6 kilómetros de longitud y un triángulo —el denominado «entronque»— que permitía enlazar con dicho ramal tanto desde Andorra como desde Samper de Calanda. En agosto de 1978 se clausuró al tráfico la sección Samper- Escatrón,18 siendo desmantelado posteriormente el trazado de la misma. El material ferroviario resultante sería reaprovechado para la reparación del tramo Samper-Andorra, que en esas fechas se encontraba muy desgastado y en mal estado de conservación por su uso continuado durante varias décadas.19
En 1979 el grupo 1 de la central térmica de Andorra fue conectado a la red
eléctrica, si bien la planta de energía no entraría en servicio en su totalidad hasta 1981. A partir de entonces la principal circulación en la línea tuvo lugar en un tramo de varios kilómetros comprendido entre el cargadero de la mina andorrana y la central térmica.20 Por el resto del trazado solo circulaban ocasionalmente trenes carboneros procedentes de otras áreas mediante tracción diésel. Cabe señalar que en esos años se dio la circunstancia de que la línea Andorra-Escatrón era uno de los últimos ferrocarriles españoles en los que se mantenía operativa la tracción a vapor.2