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FERROVIARIO
NICIOS DEL FERROCARRIL EN PERU
El inicio de muchos ferrocarriles peruanos se remonta a los contratos otorgados a los
empresarios estadounidenses Henry Meiggs y W. R. Grace and Company,pero la geografía
montañosa del país hizo que la expansión del ferrocarril fuese lenta y la mayoría de líneas
existentes fueron construidas en el siglo XX. También era difícil operar las locomotoras,
especialmente en la época de las locomotoras de vapor.
A fines de la década de 1880, el Ferrocarril Central, el Ferrocarril del Sur y otros pasaron a
estar controlados por la Peruvian Corporation, empresa registrada en Londres y propiedad
de los estadounidenses Michael y William R. Grace. En 1972 fue nacionalizada como
Empresa Nacional de Ferrocarriles del Perú (ENAFER), quedando como único operador
hasta 1999, cuando la mayoría de líneas fueron privatizadas. El transporte regular de
pasajeros funciona solamente en una pequeña porción de las líneas.
El ferrocarril Tacna-Arica cruza la frontera con Chile, pero ha estado cerrado desde 2012.
La línea ha sido reabierta, con dos trenes de recorrido diario, uno en la mañana y otro a las
20:15. El Ferrocarril del Sur ofrece conexión con Bolivia a través de ferribote en el lago
Titicaca.
La historia de los ferrocarriles peruanos está unida a la historia misma del país, es indesligable.
Los trenes marcaron época y contribuyeron en forma definitiva a su consolidación en los buenos
y malos tiempos. En la guerra con Chile fueron destruidos más de 500 km de líneas, de un total de
1.500 que habían en 1877. Se alcanzó otra vez dicha longitud recién en 1910.
Puesto que los ferrocarriles del Perú han tenido una época de esplendor en el pasado, en este
artículo se relatan los principales hechos que afectaron el desarrollo y la construcción de las
líneas férreas del Perú. Basadre llama a la historia de los ferrocarriles, especialmente en el auge
de su construcción, o sea, durante la segunda mitad del siglo XIX y la primera del XX la
"lamentable historia" de los mismos. Dice además Basadre al respecto: “Los ferrocarriles en su
mayor parte no se llegaron a terminar en los plazos estipulados, y suscitaron complejos
problemas alrededor de su financiación, o de su administración o de su terminación”. No es
ninguna coincidencia que la mayor parte de los ferrocarriles aquí incluidos ya no funcionen.
Desde los pequeños hasta los más grandes, pasando por los quiméricos al Marañón, al Ucayali y
al Madre de Dios, tienen su historia y sus anécdotas. Se podría hablar de arqueología ferroviaria.
Desde que se iniciara la primera línea férrea allá por 1851, hay mucho que decir hasta que la red
ferroviaria alcanzó más de 4.500 kilómetros.
Varios presidentes se preocuparon mucho
por dotar al Perú de un sistema ferroviario
acorde a las necesidades y al progreso que
el país requería. Ramón Castilla, por
supuesto el iniciador, después José Balta,
José Pardo, Manuel Pardo, Nicolás de
Piérola Villena y Augusto Leguía figuran
entre los gobernantes que más hicieron por
este rubro. Puede decirse que hasta 1930 se
construyeron ferrocarriles en el Perú. Desde
esa fecha se detuvo su desarrollo y empezó
su declive.
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Ferrocarril Tumbes-Puerto Pizarro
(desaparecido)
Este corto ferrocarril, Tumbes-Puerto Pizarro, también llamado Tumbes-Palizada, de propiedad del Estado,
tenía una extensión de apenas 11 kilómetros y 0,75 m de trocha, nació por ley 697 de 1907 que también
incluyó un nuevo puerto. En 1933 se autorizó un ramal hasta Zarumilla pero no se concretó. Se empezó a
construir en 1908 y fue puesto en servicio en 1909. Tuvo siempre el problema, como muchos otros, de
trabajar a pérdida dado el poco pasaje y carga que transportaba. Dejó de operar en 1949.
Ferrocarril Paita-Sullana-Piura
(desaparecido)
Sus estudios datan de 1869. Se empezó a construir en 1872 por don Federico Blume, el mismo que diseñara
los primeros submarinos peruanos. Se inauguró coincidiendo con la guerra con Chile el 5 de abril de 1879,
yendo desde Paita hasta Sullana. Fue destruido en parte por los chilenos. En 1875 se llegó a La Huaca, en
1876 hasta Viviate, en 1879 como lo hemos dicho a Sullana y finalmente en 1887 a Piura. A partir de 1929 fue
operado por la Peruvian Corporation. Trataron de modernizar el servicio con 5 locomotoras diesel Hunslet y
un autovagón Walker articulado pero a pesar de eso dejó de circular en 1959. Su línea fue terminada de
levantar en 1962. Tenía trocha de 1,435 m y 105 km de extensión. El pueblo decía que en Piura sólo habían
dos estaciones: el verano y la del tren.
Ferrocarril Piura-Catacaos
(desaparecido)
Este ferrocarril de propiedad privada, con 10 km y trocha de 0,75 m, operó entre 1889 y 1937.
Ferrocarril Bayóvar-Reventazón
(desaparecido)
Construido en Piura por el Estado en 1903, con fines de explotación minera (azufre). Era concesionaria
la Compañía Azufrera Sechura. Corría al lado del cerro Illescas. Tenía 46 km de recorrido y era de trocha
de 1 m. Dejó de operar en 1920.
Ferrocarril Pimentel-Hacienda Pomalca
(desaparecido)
Este ferrocarril privado de 43 km y línea angosta de 0,914 m, corría desde el puerto de Pimentel hasta
las haciendas Pomalca y Pucalá, conectando varias plantaciones. Empezó en 1916. Todavía se pueden
ver en Pimentel el muelle sin actividad y la vía de trocha angosta donde alguna una vez operó. Es un
muelle muy largo que durante mucho tiempo operó como muelle para los pescadores artesanales de la
zona y no se le daba ningún tipo de mantenimiento, lo que contribuyó a su deterioro; sin embargo,
gracias a la inversión del gobierno mediante el Plan Copesco, pudo restaurarse en su totalidad y ahora
funciona como muelle turístico el cual atrae a miles de turistas al año. Éste ferrocarril dejó de funcionar
en octubre de 1983.
Ferrocarril Pimentel-Chiclayo-Lambayeque
(desaparecido)
Línea empezada en 1873 y que en 1897 llegaba hasta Vista Alegre de 24 km de extensión y 0,914 m de trocha.
Dejó de circular completamente en 1975. En los últimos años fue reducido en su longitud y solo prestó
servicio por la zona de muelle de Pimentel.
Ferrocarril Eten-Chiclayo
(desaparecido)
Una línea de trocha ancha (1,435 m), que iba desde puerto Eten hasta Chiclayo con un ramal a Ferreñafe y otro
de Chiclayo a Pátapo que pasaba por las haciendas Pomalca y Tumán con un recorrido total de 67 km
Comenzó a operar en 1871, siendo el más antiguo del norte. Funcionó hasta 1965. Por algunos años más tan
solo siguió operando el tramo desde la estación de Puerto Etén hasta el muelle. Hay una buena colección de
locomotoras de vapor oxidadas y un autovagón diesel M.A.N de este ferrocarril particular perteneciente a la
Empresa del Ferrocarril y Muelle de Puerto Eten. Por ley 15974, su material fijo y rodante fue entregado a las
municipalidades de Chiclayo, Ferreñafe, Pimentel y Monsefú. Existen algunos viejos vagones de pasajeros y
un autovagón, todos en muy malas condiciones. Están a cargo de la municipalidad, pero son responsabilidad
del INC. Aquí también se puede ver un muelle abandonado.
Ferrocarril Eten-Hacienda Cayaltí
(desaparecido)
Eten fue terminal de otro ferrocarril que conectaba el puerto con la Hacienda Cayaltí. Tenía 66 km de longitud y
una trocha de 0,60 m. Funcionó desde 1904 hasta 1979. La línea cruzaba la Panamericana Norte en pleno
desierto entre el puerto y la hacienda. Adquirieron muchas locomotoras de vapor Baldwin de segunda mano
de los ferrocarriles petroleros de Piura. También tuvieron una locomotora diesel Plymouth de 6 ruedas, en la
estación de Puerto Etén que conectaba con el ferrocarril Etén-Chiclayo. Por allá existió una tornamesa para
ese ferrocarril de agricultura. Aquí la carga era transbordada al ferrocarril que operó el muelle de Etén.
Ferrocarril Pacasmayo-Guadalupe-Chilete
(desaparecido)
Este ferrocarril conectaba dos departamentos La Libertad y Cajamarca. Originalmente diseñado para llegar
hasta la ciudad de Cajamarca sólo llegó hasta Chilete. Fue construido por Meiggs. Era de propiedad del
Estado. Posteriormente pasó a ser administrado por la Peruvian Corporation. A pesar de estar inconcluso era
uno de los de mayor movimiento del norte. Su construcción se inició en 1871 por Ernesto Malinowsky quien
trabajaba para Meiggs. Llegó a Chilete en 1908. Tenía 105 km de extensión con un desvío de 26 km de San
Pedro a Guadalupe. Su trocha era ancha de 1.435 m. Para bajar los gastos del servicio de pasajeros se
compró algunos autovagones Walker (unidades articuladas y unidades simples). Prestó servicio hasta 1967.
Por algunos años más tan solo siguió operando en la zona del puerto y su muelle. Actualmente la estación
de Pacasmayo ha sido restaurada y transformada en un museo. En la parte posterior hay dos locomotoras en
exhibición. En Chilete, al otro lado del recorrido, hay material rodante abandonado y malográndose.
Ferrocarril Puerto Chicama (Malabrigo)-Valle de Chicama
(desaparecido)
Red ferroviaria que servía a varios complejos azucareros del valle del río Chicama como Casa Grande,
Sausal, Roma, Chiclín, Chicama y otros. De propiedad de la Sociedad Agrícola Casa Grande que después se
transformaría en Empresa Agrícola Chicama. Era administrado por Gildemeister y Co. De trocha angosta
0,914 m y una extensión de 194 km incluyendo desvíos y otros servicios. Empezó en 1915 desde Malabrigo.
Mediante el ferrocarril Ascope-Trujillo quedaba interconectado a esta ciudad. Llegó a tener hasta 16
locomotoras, incluyendo 5 diésel (1 Plymouth de 30 t y 4 Ruhrtaler), 3 vagones de pasajeros y la
sorprendente cantidad de 974 vagones de carga. Las últimas cifras que hemos hallado, muestran que en
1950 transportó un total de once millones de toneladas. Fue reduciendo su operación con el tiempo y
reemplazado por otros medios. La reforma agraria de 1969 afectó al complejo Chicama y el ferrocarril terminó
por desaparecer. Desde 1969 hasta 2013 tan solo prestó servicio en la zona del puerto de Chicama y su
muelle. Con la destrucción de muelle, recién fue suspendido ese servicio.
Ferrocarril Ascope-Trujillo-Salaverry
(desaparecido)
Empezó a operar alrededor de 1875, conectaba Ascope con Trujillo y el puerto de Salaverry al sur
de la misma, con un total de 76 km de extensión, de trocha angosta 0,914 m. Perteneció
inicialmente al Estado. Tenía un ramal Trujillo-Laredo-Galindo-Menocucho de 53 km abierto en
1896 y otro de Ascope a Chocope de 24 km de 1876. Lo construyó don Pedro Telmo Larrañaga.
Adquirieron dos autovagones articulados Walker. Su línea fue abandonada progresivamente
hasta 1966. Lo administraba la Peruvian. Trujillo también tenía un ferrocarril de 14 km que iba
hasta Huanchaco, abierto en 1914 y cerrado en 1920. Existía además un ramal Huanchaco-Tres
Palos de 34 km en servicio entre 1898 y 1920.
Ferrocarril Piura-Lambayeque
(proyectado)
La empresa de ferrocarriles española FEVE y el Gobierno Regional Piura, firmaron en julio de
2012, un Convenio Marco de Cooperación para el desarrollo de un nuevo sistema de transporte
ferroviario que permita mejorar el tráfico de mercancías y pasajeros entre Piura y Lambayeque.
La firma tuvo lugar en la Embajada de España en Perú. El Presidente regional de Piura Javier
Atkins destacó la importancia estratégica del Ferrocarril Piura-Lambayeque para el desarrollo
de la región como el medio más adecuado para el transporte de las producciones de la zona,
que en los próximos cinco años aumentarán considerablemente su volumen al incorporar más
de 100.000 nuevas hectáreas.5 Se estima que la obra total tendrá una inversión de 700 a 800
millones de dólares y serviría también para incrementar el flujo de turistas.6
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Ferrocarriles azucareros del norte de Lima
(desaparecidos)
En la actual provincia de Barranca existieron varios ferrocarriles para las haciendas azucareras
como: Supe-San Nicolás 5 km y trocha de 1,070 m; Pativilca-Paramonga 7,5 km; Supe-Barranca–
Pativilca 11 km y Barranca–Alpas de 27 km estos últimos de 0,60 m, que hacían un total de 52 km y
que fueron construidos entre 1899 y 1913. A partir de 1928 quedaron empalmados con el ferrocarri
del Noroeste.
PerúRail es una empresa que ofrece servicios de trenes turísticos de lujo. Sus
destinos principales son Cusco y Puno.
Hasta 1999, la Empresa Nacional de Ferrocarriles S.A. (Enafer) operaba los trenes del Cusco
que iban hasta Machu Picchu y Arequipa, rutas conocidas como Sur y Sur Oriente. Como la
mayoría de empresas estatales, Enafer venía generando pérdidas equivalentes a los 40
millones de dólares cada año. Para esa fecha, según el comité encargado de su
privatización, las pérdidas acumuladas sumaban más de 645 millones de soles, además
sumar un patrimonio negativo de 215 millones de soles. De los consorcios que se
presentaron, quedó como ganador de la licitación el Consorcio Ferrocarril Trasandino S. A.,
conformado por Containers y Peruval Corp., a cargo de administrar la infraestructura
ferroviaria, y PeruRail S.A. al frente de la operación
La ruta Sur, cuya longitud es de 862 kilómetros, une el Terminal Portuario de Matarani con
el Cusco, pasando por las ciudades de Arequipa, Puno y Juliaca. La principal actividad es el
transporte de minerales de las minas Cerro Verde, y más recientemente de Las Bambas. El
segundo tramo, la ruta Sur Oriente, une la Ciudad del Cusco con el Santuario de Machu
Picchu, con una longitud de 134 kilómetros, que incluyen la ruta hasta la Estación
Hidroeléctrica de Machu Picchu. Según el Banco Mundial, hasta antes de 1999, el indicador
de desempeño llegaba al 75%, partiendo de que lo recomendado era 80%. Pero, con la
concesión de las rutas, el indicador llegó a 95.
“Siempre es complicado poner en azul una operación que va a pérdida,
pero con las inversiones que hicimos rápidamente pudimos volver la
operación no solo rentable sino un activo para el turismo en el Perú”,
explica Laurent Carrasset, Regional Managing Director en Belmond,
empresa global que está al frente de la operación de PeruRail en el Perú.
Tras el ingreso de esta empresa, además de conservar la operación local,
cuyo pasaje se ha mantenido en el orden de los S/4, incluso a pesar de que
los vagones se han restaurado hasta en tres oportunidades, se diseñaron
diferentes productos, como el Vistadome (Economy) y el Expedition, (Low
Cost), cuyos precios varían entre los 250 y 300 y dólares, y los 100 y los 150
dólares, respectivamente.
Sin embargo, en 2008, Belmond hizo la que consideran su mejor apuesta en el sector. Con una
inversión de 8 millones de dólares, lanzaron el tren Hiram Bingham, considerado a la fecha
como uno de los mejores trenes de lujo, según la prestigiosa revista Condè Nast. Se trata de
cuatro vagones, dos de ellos de servicio, con capacidad para 84 pasajeros. El costo del pasaje,
equivalente a los 1,000 dólares para la ida y la vuelta, posee un nivel de ocupación de más del
90% en cada recorrido, lo que hace de este tren un éxito en términos comerciales. “Es un tren
categoría lujo y el lujo es un segmento que nunca va a entrar en crisis, lo comprobamos en
otras operaciones similares que tenemos en el mundo”, dice Carrasset.
Hoy, con una inversión de 10 millones de dólares, PeruRail acaba de lanzar otro tren de lujo, el
Andean Explorer, equivalente a un Business Class, que va desde el Cusco hasta Arequipa,
pasando por el Lago Titicaca. Este tren posee cabinas con habitaciones, por lo que es posible
despertar con vistas de postal a lo largo del recorrido y hacer turismo en los diferentes destinos
en el camino. En total, entre residentes del Cusco y turistas, Carrassett estima que los trenes de
PeruRail movilizan cada año a alrededor de 3 millones de personas, entre Cusco, Aguas
Calientes. Y pronto serán más, ahora que la operación se ha extendido hasta Arequipa, donde
poseen un hotel también de lujo
titicaca-perurail
Salidas:
Todos los días del año, a excepción de los días martes.
Horario:
Lunes: Puno — Cusco
Martes: No opera
Miércoles: Cusco — Puno
Jueves: Puno — Cusco
Viernes: Cusco — Puno
Sábado: Puno — Cusco
Domingo: Cusco — Puno
Estaciones:
Estación Wanchaq (Cusco)
Estación Puno (Puno)