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UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN

AGUSTÍN
FACULTAD DE MEDICINA
Seminario: Politraumatismo. Reanimación
Cardiopulmonar. Atragantamiento.
Alumna: Neysy Vanessa Quispe Alarcón
Docente: Dr. Eler Zapata Aguilar
Curso: Clínica pediátrica III
Año: 6to
Arequipa, 2020

1
PARTE I
POLITRAUMATISMO
1. DEFINICIÓN
a. Trauma pediátrico
Todas aquellas lesiones “no intencionadas” que ponen en peligro la vida
del paciente en forma global.1
b. Politraumatismo
Daño corporal resultante de un accidente que afecte a dos o más órganos
o sistemas o el que, aunque solo afecte a un órgano, ponga en peligro la
vida o la supervivencia del niño o existe el riesgo de secuelas graves.1
2. EPIDEMIOLOGÍA
Los traumatismos representan la primera causa de muerte infantil en países
desarrollados.
El 32% de los niños que sobreviven a un traumatismo tendrán algún tipo de
secuela física, sensorial y/o mental con la consiguiente carga sanitaria y
social.2
Más de 2 tercios de las muertes ocurren durante los primeros minutos del
accidente, antes incluso de que lleguen los servicios sanitarios, y se deben a
lesiones cerebrales, medulares y de los grandes vasos. La única estrategia de
actuación a este nivel es la prevención de accidentes y la educación vial. Sin
embargo, un 30% de las muertes ocurre en las horas posteriores al accidente.
Se deben a hemorragia, hipovolemia e hipoxia y son muertes evitables con
una intervención rápida, protocolizada y agresiva.2
3. CAUSAS
Las causas más habituales son: accidentes de tráfico, ahogamiento, lesiones
intencionadas, incendios y caídas.3
Por edad, las causas son las siguientes:
 Menores de 2 años: las caídas, sobre todo las caídas desde altura, son la
causa más frecuente, siendo el traumatismo craneoencefálico (TCE) la
lesión predominante en este grupo.
 Entre 2 y 4 años: son frecuentes los accidentes escolares y las caídas
desde su propia altura.
 Entre 4 a 10 años: los accidentes de tráfico suponen la causa más
frecuente de traumatismo.
 Adolescentes: ocupantes vehículos o motocicletas, deportes de riesgo; los
intentos autolíticos deben considerarse como causa potencial de lesiones
traumáticas.2

2
Estos mecanismos y las características del paciente pediátrico hacen suponer
que, ante cualquier traumatismo de elevada energía, todos los órganos
pueden lesionarse hasta que no se demuestre lo contrario, valorando siempre
la existencia de lesiones internas aunque no se aprecien signos externos.3
4. CLÍNICA
Las lesiones que puede presentar el paciente politraumatizado son muy
diversas. La tabla 1 recoge los mecanismos comunes de lesión y las lesiones
probables asociadas.3
Tabla 1. Mecanismos comunes de lesión y patrones asociados.
Mecanismo de lesión Lesiones más comunes
Peatón atropellado  Baja velocidad: fracturas de las extremidades
inferiores.
 Alta velocidad: trauma múltiple, lesiones de
cabeza y cuello, fracturas de extremidades
inferiores.
Ocupante de automóvil  Sin sistema de sujeción: traumatismo múltiple,
lesiones de cabeza y cuello, cuero cabelludo y
laceraciones faciales.
 Con sistema de sujeción: lesiones en el pecho y el
abdomen, fracturas de la parte inferior de la
columna vertebral.
Caída desde altura  Baja: fracturas de extremidades superiores.
 Media: lesiones de cabeza y cuello, fracturas de
extremidades superiores e inferiores.
 Alta: múltiples traumatismos, lesiones de cabeza y
cuello, fracturas de extremidades superiores e
inferiores.
Caída de bicicleta  Sin casco: lesiones de cabeza y cuello,
laceraciones del cuero cabelludo y faciales,
fracturas de extremidades superiores.
 Con casco: fracturas de extremidades superiores
 Golpe contra manillar: lesiones abdominales
internas.
5. EVALUACIÓN Y MANEJO
La atención al paciente politraumatizado pediátrico debe ser continuada,
coordinada, sistemática y con reevaluación constante. Se basa en dos
principios3:
 Evaluación y tratamiento simultáneos. Cualquier lesión de riesgo inminente
de muerte, identificada durante la evaluación primaria debe tratarse antes
de continuar la evaluación, es decir, tratar las condiciones que amenazan
la vida de forma inmediata.3
 Reevaluación periódica. Ante deterioro clínico del paciente hay que volver
a la evaluación primaria con el fin de identificar la causa y tratarla. 3

3
A nivel prehospitalarario es importante un adecuado manejo de la situación
por los primeros testigos, con la aplicación de la secuencia PAS3:
P: Prevenir: evitar que la situación se haga más grave.
A: Avisar: activación precoz de los sistemas de emergencia
S: Socorrer: aplicación de primeros auxilios básicos
Asimismo es importante la acción de los primeros intervinientes sanitarios
respecto a la correcta manipulación, traslado y un adecuado manejo inicial, y
vigilancia de lesiones de riesgo inminente de muerte3.

a. Evaluación primaria: Triángulo de evaluación pediátrica (TEP) y


ABCDE
Inicialmente manejaremos a estos pacientes como pacientes con TEP
inestable, por ello el siguiente paso es el ABCDE, pudiéndose dar desde el
inicio las órdenes generales comunes a los pacientes inestables:
oxigenoterapia, monitorización (ECG, TA, FC, FR, SatO2, Tª, diuresis,
estado mental), canalización de vía periférica y solicitar ayuda.3 Los signos
vitales deben ser verificados de forma continua en todos los pacientes
pediátricos con lesiones graves, por lo menos cada 5 minutos durante la
valoración primaria y cada 15 minutos durante el resto de la revisión.4
 A: vía aérea.
- Inmovilización cervical: Hasta que sea excluido el daño a la columna
cervical, ésta debe ser protegida.4 La opción de elección durante
esta fase es la inmovilización cervical bimanual, mantener la
estabilización cervical durante cualquier maniobra a la vía aérea si
aún no se han descartado lesiones cervicales o anormalidades
neurológicas, e inmovilice el cuello con un collarín.4 Las
precauciones de la columna cervical pueden ser descontinuadas
sólo si tres proyecciones de la columna cervical son normales.4
- Apertura de la vía aérea: debe hacerse evitándose cualquier
movimiento de la columna cervical, mediante tracción mandibular o
la triple maniobra modificada.3
- Examinar cavidad orofaríngea: retirar cuerpos extraños y aspirar
secreciones. Los neonatos respiran de forma preferencial por vía
nasal, por lo que es importante aliviar cualquier obstrucción nasal.3
- Asegurar permeabilidad de la vía aérea: con cánula orofaríngea o
con la intubación (vía orotraqueal).3 Las indicaciones para
intubación endotraqueal en el paciente traumatizado son las
siguientes4:
 Incapacidad para ventilar al niño empleando la ventilación
con bolsa-mascarilla.

4
 Necesidad de prolongar el control de la vía aérea, incluida la
prevención de la aspiración en un niño comatoso.
 Necesidad de control total de la ventilación en un paciente
con traumatismo craneoencefálico grave.
 Tórax inestable.
 Shock que no responde a administración de líquidos.
 B: respiración:
Evaluamos:
- Inspección del tórax: posición de la tráquea, ingurgitación yugular,
hematomas, contusiones o laceraciones, simetría de excursión
torácica, profundidad y regularidad de las respiraciones,
retracciones supraesternales, intercostales o subcostales.3
- Percusión: timpanismo (neumotórax), matidez (hemotórax).3
- Palpación: desniveles (fracturas costales), crepitación (enfisema
subcutáneo), choque punta cardiaca.3
- Auscultación.3

Actuamos:
- Administrar oxígeno: Administre oxígeno suplementario SIEMPRE
a todos los pacientes pediátricos con politraumatismo mayor en las
primeras etapas de la atención, incluso si no parecen tener
problemas con la vía aérea o ventilación.4 El oxígeno
suplementario vía mascarilla facial a un flujo de 12 a 15 L/min es
bien tolerado por la mayoría de los niños.4
- Iniciar ventilación con bolsa-mascarilla si datos de respiración
ineficaz.3
- Descartar y tratar las lesiones con riesgo inminente de muerte3:
o Neumotórax a tensión: toracocentesis inmediata en 2º
espacio intercostal en línea media clavicular con un catéter
de gran calibre.
o Neumotórax abierto: ocluir herida con apósito impermeable
lubricado con vaselina. Fijarlo por 3 de sus 4 bordes para que
actúe a modo de válvula. Posteriormente tratar el neumotórax
simple residual.
o Hemotórax masivo: colocar un drenaje pleural en 5º espacio
intercostal línea medioaxilar y tratar el shock asociado.
o Contusión pulmonar bilateral: puede requerir ventilación
mecánica.
o Tórax inestable o Volet costal: analgesia y puede requerir
ventilación mecánica.
 C: Circulación
Evaluamos: Pulsos centrales y periféricos, FC, perfusión: (color,
temperatura y relleno capilar), PA. Los signos precoces de shock
(shock compensado) serían la taquicardia y el relleno capilar

5
enlentecido. Mientras que la hipotensión, disfunción del SNC y la
oliguria serían signos tardíos (shock descompensado)3.
Actuamos:
- Control de las hemorragias:
Hemorragias externas: a través de la elevación y presión manual
directa en la herida con gasas estériles (en la mayoría de los
casos, la combinación de estas dos medidas detendrá la
hemorragia)4, compresión en zonas por donde discurre el vaso
supuestamente causante de la herida, torniquetes (si el sangrado
no se controla), pinzas hemostáticas o vasculares (únicamente en
el cuero cabelludo), inmovilización de fracturas abiertas de huesos
largos.3
Hemorragias internas: si a pesar del control de la hemorragia
externa persisten la hipovolemia y la necesidad de reposición de
líquidos, debe buscarse activamente una hemorragia interna y
corregirla.3 Las más frecuentes son en hemotórax,
hemopericardio, sangrado intraabdominal, fractura de pelvis
(realizar inmovilización de esta mediante compresión circular con
cinturón o sábana de una cama)3.
- Acceso venoso: canalizar dos vías periféricas del máximo calibre
posible, no exceder de 3 minutos en el niño grave y de 60
segundos en situación de PCR; si no se obtiene, colocar vía
intraósea a nivel de la tibia, y si no se consigue, plantear acceso
venoso central (vía femoral) o venotomía.3 Realizar extracción
para pruebas complementarias.3
- Tratamiento del shock: el más frecuente es el shock hipovolémico.
Su tratamiento es la reposición de las pérdidas y el control de los
focos sangrantes con el objetivo de mantener PAS > p5 (salvo si
TCE que requiere de cifras superiores), diuresis >1ml/kg/h y Hb 7-
10 g/dl. Se administra cristaloides como Suero salino fisiológico
(SSF) o Ringer lactato a 20 mL/kg en 5-15 minutos. Se puede
repetir hasta haber administrado 40-60 mL/kg. Concentrado de
hematíes: indicado en caso de mala respuesta tras 40 mL/kg de
cristaloides o coloides. Administrar de 10 a 20 mL/kg (máx. 2
concentrados).3
 D: Disfunción neurológica:
Evaluamos
o Nivel de consciencia (Escala de coma de Glasgow pediátrica): útil
para la valoración neurológica del paciente traumatizado y además
tiene un valor predictivo en el desenlace.4
o Pupilas: tamaño, reactividad, simetría.3
6
o Glucemia capilar (si nivel de consciencia alterado).3

Actuamos: manejo de hipertensión intracraneana o convulsiones. Si


hay sospecha de lesión intracraneal significativa o Glasgow ≤12:
valoración urgente por neurocirugía.3

 E: Exposición y control ambiental:


o Debemos desvestir por completo al paciente y hacer una
visualización rápida en búsqueda de grandes lesiones que no
pueden esperar hasta el reconocimiento secundario como
amputaciones, presencia de groseras deformidades (fracturas
graves, aplastamientos), exposición de cavidades (evisceración,
pérdida de masa encefálica).3
o Control ambiental: evitar la hipotermia (tapar el paciente, calentar
sueros y gases inhalados, mantas calientes o dispositivos
externos de calentamiento).3
b. Evaluación secundaria: Idealmente esta fase debe ser completada
dentro de la primera hora de manera que pueda iniciarse el cuidado
definitivo y/o traslado seguro. Esta evaluación secundaria debe ser
realizada mientras se siguen revisando todos los demás elementos
de la revisión primaria y los resultados de las intervenciones iniciales.
i. Anamnesis:
Las siglas SAMPLE permiten recordar las claves:
 Signos y síntomas.
 Alergias.
 Medicación habitual.
 Patología (antecedentes personales).
 Líquidos ingeridos, hora de la última ingesta.
 Entorno, información sobre mecanismo, tiempo
transcurrido, otras víctimas y evolución de estas, cambios
en el estado del niño. Factores de riesgo: herido en
accidente de tráfico a gran velocidad, fallecidos en el
accidente, caída desde altura de más de 2 pisos o mayor
del doble-triple de la altura del niño, atropello por vehículo
a motor, fractura primera costilla o huesos largos
proximales, heridas penetrantes (en cabeza, pecho,
abdomen), amputaciones.
ii. Examen físico:
Debe ser minuciosa, exhaustiva, detallada y ordenada de la
cabeza a los pies. (ver tabla 2).

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Tabla 2. Examen secundario
Cabeza y cara  Hematomas, heridas, crepitaciones, fracturas
 Examen de orificios y cavidades (faringe,
otoscopia, rinoscopia), examen ocular, mandíbulas
 Signos de fractura de base de cráneo
 MEN: pupilas, GSW, función motora de los
miembros
Cuello Vasos cervicales, tráquea, laringe, columna cervical,
enfisema, pulsos
Tórax Inspección (movimientos respiratorios), palpación-
percusión y auscultación. Búsqueda de signos de
RIM, fracturas, deformidades…
Abdomen Inspección (hematomas, heridas), percusión-
palpación (defensa abdominal, masas, dolor) y
auscultación
Pelvis Ver (hematomas, deformidades), palpar
(crepitación), comprobar estabilidad de la pelvis y
pulsos femorales
Periné/ recto Hematomas, sangre en meato urinario, tacto rectal
(tono esfínter, rectorragia, desplazamiento próstata),
examen testicular, examen vaginal (hemorragias,
lesiones)
Espalda Deformidad ósea, heridas penetrantes, hematomas,
palpar apófisis espinosas, puño-percusión renal
Miembros  Heridas, dolor, deformidad, crepitación,
hematomas
 Valorar pulsos periféricos y sensibilidad, signos
de isquemia, síndrome compartimental
SNC Examen neurológico: GSW, pupilas, pares
craneales, sensibilidad, movilidad espontánea,
reflejos, signos de lesión medular
MEN: Mini Examen Neurológico.
RIM: riesgo inminente de muerte.
SNC: sistema nervioso central

c. Exámenes complementarios
i. Pruebas de laboratorio
Nos brinda hallazgos muchas veces inespecíficos, pero nos permiten
establecer un valor basal para ver evolución3. Entre estas pruebas
figuran3:
 Pruebas cruzadas y reserva de sangre.
 Hemograma y coagulación.
 Hematocrito: utilidad para conocer el valor basal y control evolutivo
(puede ser normal en el momento inicial). Un hematocrito < 30%
puede sugerir lesión.

8
 Glucemia, gasometría venosa, ácido láctico, iones, función renal,
amilasa, lipasa, albúmina, enzimas musculares y cardiaco (estas
últimas en casos seleccionados).
 Función hepática: GOT> 200 o GPT > 125 sugieren alta
probabilidad de lesión intraabdominal (valores por debajo de esos
niveles no excluyen lesión significativa si traumatismo de alta
energía).
 Análisis de orina: la macrohematuria o sedimento con más de 50
hematíes por campo es altamente sugestivo de lesión renal o del
tracto urinario, valorable por encima de 10.
 Otros tests a valorar en función del contexto: etanol, test de
embarazo, tóxicos en orina, carboxihemoglobina.
ii. Imagenológicos
 Radiografía cervical lateral: puede haber lesión medular cervical
siendo la radiografía normal (SCIWORA). Si ha habido o persiste
alteración motora o sensorial con disminución del nivel de
consciencia se recomienda mantener el collarín hasta poder
descartar lesión cervical mediante otros estudios.3
 Radiografía de tórax anteroposterior.3
 Radiografía de pelvis anteroposterior: solo en pacientes que tras
traumatismos de alta energía están hemodinámicamente
inestables y/o dolor de cadera y/o inestabilidad de la pelvis y/o
signos de fractura o sangrado en la zona.3
 TC abdominal con contraste: de primera elección en paciente
hemodinámicamente estable para detectar lesiones a nivel
abdominal. Indicado si: defensa abdominal, lesión en cinturón,
mecanismo sugestivo de lesión interna, GOT > 200, GPT > 125, >
50 hematíes por campo en sedimento, hematocrito < 30%, altos
requerimientos transfusionales, ante imposibilidad de correcta
valoración abdominal y mecanismo sugestivo.3
 ECO FAST: su objetivo es detectar, en el paciente inestable,
hemopericardio o líquido libre abdominal. Su papel en el paciente
pediátrico no está bien establecido y no debe ser utilizado para
valorar la realización o no de un TC abdominal. Puede ser útil en
la priorización de las intervenciones que se van a realizar (por
ejemplo, pacientes hemodinámicamente inestable con eco FAST
positivo requieren de revisión quirúrgica).3
 TC cervical, indicado en: Proyecciones inadecuadas o hallazgos
de fractura/luxación o sospechosos en Rx cervicales o en alta
sospecha de lesión cervical con Radiografía normal.3

9
6. Categorización y triaje
El índice de trauma pediátrico (ITP) orienta sobre la gravedad del paciente y la
necesidad de traslado a un centro específico de trauma con capacidad de
tratamiento del traumatismo grave (score ≤ 8)3. Sirve además para priorizar el
traslado de accidentados en el caso de múltiples víctimas. Éste es un score
que valora 6 ítems funcionales y anatómicos, que puntúan cada uno de 2 a -1,
de modo que el rango de puntuación es de 12 a -6. Se calcula los hallazgos de
la primera vez que se atiende al paciente (a nivel prehospitalario si es posible).
(Ver tabla 3)3

Tabla 3. Índice de trauma pediátrico


Puntuación +2 +1 -1
Peso >20 Kg 10-20 kg < 10 kg
Vía aérea Normal Intervención Intervención
elemental avanzada
PA (mmHg) O > 90 en niño 50-90 en niño < 50 en niño
pulsos (peor valor mayor o pulsos mayor o pulsos mayor o pulsos
durante toda la centrales y centrales centrales y
actuación) periféricos presentes y periféricos
presentes periféricos ausentes
ausentes
SNC Consciente Obnubilado (en Coma
caso de pérdida
de consciencia
inmediata y
transitoria)
Heridas No Menores Mayor o
penetrante (o
quemaduras de
2º grado > 10%
SCQ,
quemaduras 3º
grado> 5% SCQ,
regiones
especiales como
manos, cara,
cuello, tórax,
pliegue de codo,
genitales,
quemaduras
circunferenciales)
Fractura de No Única y cerrada Múltiple o abierta
huesos largos de
extremidades

10
Figura 1. Algoritmo de actuación ante paciente politraumatizado. Tomado del protocolo de
Manejo del paciente politraumatizado de la11Sociedad Española de Urgencias de Pediatría (SEUP),
3ª Edición, 2019.
PARTE II
REANIMACIÓN CARDIOPULMONAR
7. DEFINICIONES
a. Parada cardiorrespiratoria (PCR)
Es la interrupción brusca, generalmente inesperada y potencialmente
reversible de la circulación sanguínea y la respiración espontánea. Tiene
una alta mortalidad y su pronóstico es multifactorial (duración, causa,
lugar, edad) y peor que en los adultos.5
Otra definición es la siguiente: es la ausencia de actividad mecánica
cardíaca, que se confirma por la ausencia de un pulso detectable, falta de
respuesta y apnea o respiración agonal y sin aliento. El paro cardíaco
repentino se define como la pérdida abrupta e inesperada de la función
cardíaca.6
b. Insuficiencia cardiopulmonar
La insuficiencia cardiopulmonar es una condición clínica identificada por
déficits en la oxigenación, ventilación y perfusión. Sin un reconocimiento y
manejo rápidos, la falla cardiopulmonar se deteriorará hasta el paro
cardiopulmonar.4

8. EPIDEMIOLOGÍA
Los resultados del paro cardíaco extrahospitalario pediátrico son generalmente
deficientes, y la supervivencia al alta hospitalaria ocurre en aproximadamente
menos del 10% de los niños.6
La tasa de supervivencia para el paro cardíaco en el hospital pediátrico ha
mejorado en los últimos años, con tasas de retorno de circulación espontánea
de hasta el 77%.6
La mayoría de los paros cardíacos fuera del hospital no son presenciados; Se
ha estimado que solo alrededor de un tercio de los bebés y niños que
experimentan un paro cardíaco fuera del hospital reciben RCP por
espectadores.6
9. CAUSAS
En pediatría comúnmente es de origen respiratorio, habitualmente cursará con
un deterioro previo y progresivo de las funciones respiratorias y circulatorias,
con hipoxemia mantenida, hipoperfusión de órganos en grado variable,
acidosis y finalmente PCR.5 Este cuadro previo es la insuficiencia
cardiopulmonar, la cual presenta signos asociados que obligan a estar alerta.
(Ver tabla 2)6

12
Tabla 2. Signos asociados con insuficiencia cardiopulmonar
Bradicardia
Bradipnea con ventilaciones irregulares e ineficaces
Extremidades frías
Disminución del trabajo de respiración (cansancio)
Tiempo de llenado capilar retrasado
Disminución del nivel de respuesta
Piel moteada o cianótica
Pulsos centrales débiles y pulsos periféricos ausentes

Las paradas cardiacas (PC) súbitas o de origen cardiaco y con ritmos


desfibrilables son menos frecuentes (3,8% en lactantes a 19% en
adolescentes).5
Las causas según el sistema afectado en primera instancia son 5:
 Fallo respiratorio: obstrucción aguda de la vía aérea por cuerpo extraño
(OVACE), laringitis-crup, traqueobronquitis, asma, bronquiolitis,
neumonías, ahogamientos, traumatismos, hemoneumotórax, lesiones o
afecciones de pared torácica.
 Fallo circulatorio: hipovolemia (hemorragias, deshidrataciones,
quemaduras) o problema distributivo (sepsis o anafilaxia).
 Fallo cardiaco primario: infrecuente. Consecuencia de canalopatías,
arritmias cardiacas, descompensación de cardiopatías congénitas y
postoperatorias de cirugía cardiovascular.
 Depresión severa del SNC/coma: convulsiones prolongadas, aumento de
presión intracraneal (PIC), intoxicaciones, trauma craneoencefálico (TCE),
etc.
 Miscelánea: politraumatismos, lesiones en medio acuático (barotraumas),
trastornos metabólicos (hipoglucemia, acidosis orgánica), inhalación de
humo, hemorragias cerebrales y malformaciones en período neonatal y
síndrome de la muerte súbita del lactante.

Las causas también se pueden agrupar en tres categorías fisiopatológicas


comunes6:

 Paros cardíacos asfixiantes: son causados por hipoxia aguda o


hipercarbia.
 Paro isquémicas: son causados por un flujo sanguíneo miocárdico
inadecuado que generalmente resulta en niños con shock causado por
hipovolemia, sepsis o shock cardiogénico.
 Paro arritmogénico: causado por fibrilación ventricular (FV), la taquicardia
ventricular sin pulso (TVSP), actividad eléctrica sin pulso (AESP) o
asistolia. El ritmo inicial documentado por los primeros respondedores
13
durante un paro cardíaco pediátrico fuera del hospital es asistolia o AESP
en 82% a 84% de los pacientes y FV en 7% a 10% de los pacientes. Con
respecto al paro cardíaco pediátrico en el hospital, la asistolia y la
bradicardia son los ritmos iniciales observados en la mayoría de los
pacientes.

La mayoría de los paros cardíacos pediátricos extrahospitalarios y


hospitalarios son causados por eventos asfixiales o isquémicos en lugar de
disritmias cardíacas repentinas.6

10. FASES DEL PCR


a. Fase pre-paro
Es el período que precede a un paro cardíaco. El objetivo durante
esta fase es identificar y tratar los factores que puede precipitar un
paro cardíaco. Los niños hospitalizados que corren un alto riesgo de
sufrir un paro cardíaco deben estar en una unidad monitoreada
donde la identificación y el tratamiento rápidos de afecciones como
insuficiencia respiratoria, shock y disritmia estén disponibles de
inmediato.6
b. Fase sin flujo
Refleja un paro cardíaco no tratado antes de que sea reconocido por
un espectador en la comunidad o por un proveedor médico en el
hospital. El objetivo durante esta fase es reconocer que se ha
producido un paro cardíaco, iniciar rápidamente el soporte vital
cardíaco básico y avanzado y minimizar el intervalo hasta la
desfibrilación, si está indicado.6
c. Fase de flujo bajo
Comienza con el inicio de la reanimación cardiopulmonar (RCP). El
objetivo de esta fase es optimizar la presión de perfusión coronaria y
cerebral y el flujo sanguíneo a los órganos críticos a través de una
RCP de alta calidad. También se incluyen en esta fase desfibrilación
(si está indicada) y soporte farmacológico.6
d. Fase de postresucitación
Comienza con el retorno de la circulación espontánea. Esta fase se
enfoca en preservar la función neurológica, prevenir lesiones
secundarias, determinar y tratar la causa de la enfermedad y permitir
que el paciente llegue a un centro de atención terciaria pediátrica en
un estado fisiológico óptimo.6
11. DIAGNÓSTICO
a. Signos de PCR:
 No respuesta a estímulo verbal o dolor.5

14
 Ausencia de respiración normal, bocanadas o gasping.5
 Ausencia de signos de circulación (tos, movimientos, respiración
efectiva, palidez extrema o cianosis), o pulso menor de 60 lpm en
lactantes y niños.5

La ausencia de consciencia, la falta de respiración y de signos de


circulación debería indicar el inicio de RCP.5

12. APROXIMACIÓN A UNA PCR


Ante una posible PCR, unas preguntas previas pueden ayudar a anticipar,
planificar y adecuar mejor nuestras actuaciones5:
- ¿Hay seguridad para la víctima y para nosotros? Solo iniciaremos RCP en
entorno seguro.
- ¿Estamos ante una PCR? ¿De qué tipo? Comprobaremos la consciencia,
la respiración normal, los signos de circulación y diferenciaremos entre
PCR de tipo asfíctico, común en pediatría y donde las ventilaciones son
fundamentales y el PCR súbito, y PC de origen cardiaco, donde las
compresiones y la desfibrilación serán lo prioritario.
- ¿Es un paciente traumático? La inmovilización cervical y la anticipación a
lesiones de riesgo inminente de muerte “esperables” mejorarán el
pronóstico.
- ¿Qué edad tiene la víctima? La edad nos orientará para aplicar las técnicas
y algoritmos adecuados, consideramos:
o Neonato: tras parto inmediato, tiene RCP específica y no objeto de
este protocolo.
o Lactante: menor de un año.
o Niño/a: desde el año hasta la pubertad.
o Adulto.
- ¿Cuántos intervinientes somos y en que ámbito? Conocer el número de
reanimadores y el ámbito de trabajo permitirá adecuar las técnicas al tipo
de soporte vital.
13. SOPORTE VITAL BÁSICO
Es el conjunto de actuaciones que permiten identificar y actuar ante una PCR
sin equipamiento específico hasta la llegada de personal calificado. Debe
iniciarse lo antes posible y por cualquier persona capacitada. Debe solicitarse
siempre “ayuda” al detectar el PCR y activar a los sistemas de emergencia por
otra persona o al minuto de RCP si estamos solos, salvo en el caso de PCR
de tipo cardiaco que los activaremos de forma inmediata.5
Es mejor combinar compresiones y ventilaciones adaptando las técnicas al
tamaño del niño/a.5
A continuación se muestra la secuencia de soporte vital básico:

15
¿Responde? SI Posición de seguridad (lateral*) o como se encuentre
siempre que no corra peligro. En caso de trauma, dejarlo en
la posición en que se encuentra, si es segura. Activar
NO
equipos de emergencia, informando del suceso y reevaluar
Gritar por ayuda, alertando al entorno periódicamente.
sin dejar de hacer las maniobras de RCP
*Previene la caída de la lengua, obstrucción de la
vía aérea y disminuye el riesgo de aspiración.
Colocar en decúbito supino, alineado en una Cambiar de lado cada 30 minutos.
superficie plana, lisa y dura.

- Maniobra frente – mentón: Colocando una mano


sobre la frente inclinaremos la cabeza hacia atrás,
Abrir vía aérea.
haciendo una extensión del cuello, moderada en
Si hay cuerpo extraño solo se retirará si es
niños y neutra en lactantes, simultáneamente
visible y fácilmente extraíble, evitando el
barrido a ciegas. elevaremos el mentón con la punta de los dedos
índice y medio de la otra mano.
- Tracción mandibular: se realiza en caso de
traumatismo; elevar los ángulos de la mandíbula
hacia arriba y delante, preferiblemente con dos dedos
de cada mano, mientras fijamos el cuello.
¿Respiración efectiva o normal?
Mantener la vía aérea abierta. Nos
aproximaremos a la boca y nariz del niño
para comprobar la respiración normal (no SI
más de 10”):
– Mirar si eleva el tórax y/o abdomen.
– Escuchar ruidos respiratorios.
- Mantendremos abierta la vía aérea.
– Sentir el aire exhalado en nuestra mejilla.
- Aseguraremos un buen sellado con nuestra boca y tras
inspirar, insuflaremos aire de forma sostenida y durante 1
NO seg, comprobando la elevación y posterior descenso del
tórax:
Ventilaciones con aire espirado o En lactantes (< 1 a) utilizaremos la técnica boca a boca-
(FiO2 <18%): 5 ventilaciones de nariz.
o En niños realizaremos boca a boca, pinzando la nariz al
rescate insuflar.
- Realizaremos 5 insuflaciones de 1 seg rectificando la
posición para conseguir que sean efectivas. Tras cada
¿Signos de vida y/o circulación? ventilación, dejaremos salir el aire. Adaptaremos la fuerza y
Evaluar signos de circulación en menos de volumen de insuflación al tamaño del niño/a. Si ninguna
10’’ fuera efectiva pensaremos en posible obstrucción.
– Signos de vida (cualquier movimiento, tos
o respiración efectiva).
– Toma de Pulso: Braquial en lactantes. SI
Carotídeo en niños. Ocasionalmente Sólo ventilaciones
podemos comprobar pulso femoral o (12-20/min) revalorando periódicamente.
inguinal. La palpación únicamente del Iniciar compresiones torácicas si hay duda.
pulso no es un método fiable.
NO
Compresiones torácicas con
ventilaciones

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Compresiones torácicas con - Se harán en la mitad inferior del esternón, un través de
dedo por encima de la apófisis xifoidea, adaptándolas al
ventilaciones tamaño y edad
- La presión ejercida debe deprimir el esternón al menos un
tercio del diámetro anteroposterior del tórax (4 cm en
Activar equipo de emergencias al lactantes, 5 cm en niños y hasta 6 cm en adultos), el ritmo
minuto de las compresiones. será 100-120 lpm, usando el mismo tiempo de presión que
de descompresión.
o Lactantes: dos dedos perpendiculares al tórax, o bien
En paro de tipo cardiaco Avisar abrazando con dos manos el tórax apoyando los
inmediatamente/DEA pulgares.
o Niños: colocaremos el talón de una mano en la zona de
Informar del suceso (qué, quién y dónde). compresión y mantendremos el brazo extendido vertical
Un solo reanimador iniciará las maniobras de al pecho. Si fuera preciso, utilizaremos las dos manos,
SVB manteniéndolas durante un minuto colocando un talón de una mano sobre el otro sin
antes de la alerta. apoyarse, evitando lesionar costillas
Si hay más de un reanimador, uno iniciará la - 15:2 si estamos con acompañante, 30:2 en
RCP mientras el otro buscará ayuda. adolescentes, si estamos solos, agotados o en medio no
sanitario.
- Cada 2 min comprobaremos la eficacia de la RCP no
empleando más de 10 seg para ello.
- Minimizaremos las interrupciones de las compresiones
Desfibrilación externa torácicas.
automatizada (DEA)

A la llegada de un DEA, lo encenderemos y


seguiremos las instrucciones:
- En mayores de 8 años o 25 kg aplicaremos
el DEA con parches de adulto.
- Entre 1 y 8 años, utilizaremos el DEA
disponible, preferiblemente con
atenuadores o parches pediátricos (carga
50-75 J).
- En lactantes, el uso de DEA es aceptable *Ritmos desfibrilables: Taquicardia ventricular y
preferiblemente con atenuadores. fibrilación ventricular.
Ritmos no desfibrilables: Asistolia y actividad
eléctrica sin pulso.

Figura 2. Algoritmo de soporte vital básico. Adaptado del protocolo de Reanimación


cardiopulmonar básica y avanzada pediátrica de la Sociedad Española de Urgencias de Pediatría
(SEUP), 3ª Edición, 2019.

14. INTERRUPCIÓN DE LAS MANIOBRAS SVB-DEA


No deberíamos interrumpir el SVB con o sin DEA hasta que5:
- Existan claros signos de vida o pulso > 60 lpm con respiración efectiva.
- Llegue equipo cualificado que asuma la situación.
- Estemos exhaustos o sin seguridad.
- Claros signos biológicos de muerte.

17
PARTE III
ATRAGANTAMIENTO
15. DEFINICIÓN
a. Aspiración de Cuerpo extraño (CE)
Se define como la presencia de un elemento no habitual a cualquier nivel
del árbol respiratorio.7
b. Atragantamiento o crisis asfíctica:
Definido como inicio repentino de tos y/o disnea y/o cianosis en un niño
previamente sano, secundario a la aspiración de un CE. Habitualmente es
autolimitado, entre segundos o minutos, y puede seguirse de un período
libre de síntomas. Representa la fase aguda de la aspiración.7
16. EPIDEMIOLOGÍA
La aspiración de cuerpo extraño es una de las principales causas de muerte
no intencional en lactantes y niños pequeños.7
Existe un riesgo incrementado de aspiración en los tres primeros años de vida
de forma general, existiendo dos picos de incidencia, el primero y más
importante ocurre durante el segundo año de vida y el segundo, en la edad
escolar. El grupo de edad de 1 a 2 años, comprenden hasta dos tercios de
todos los casos4.
La aspiración de cuerpo extraño también puede ocurrir en niños mayores con
retraso en el desarrollo.4
Los CE aspirados son muy variables. Generalmente, en el grupo de los
pacientes menores se trata de material orgánico, y en los niños mayores
material inorgánico.7 Los objetos asociados con mayor frecuencia son:
- Orgánicos (alimentos): Las frutos secos, en especial los maníes, son uno
de los alimentos que más se aspiran a las vías respiratorias. Los dulces se
asocian con 19% de todas las visitas al servicio de urgencias, por
ahogamiento; 65% son por caramelos duros y 12.5% es por otros tipos de
dulces (dulces de chocolate, ositos de goma, chicle, etc).4,7
- Inorgánicos: Los globos son objetos comunes no comestibles y letales que
se asocian con frecuencia a ahogamiento. Esto incluye a los guantes de
látex. También es frecuente el material escolar.4,7

Los niños son más propensos a aspirar CE ya que carecen de dientes para
masticar y por problemas de conducta o desarrollo, tales como hablar y correr
mientras mastican o por su propia naturaleza curiosa.4

Los factores que condicionan que los CE sean más peligrosos son7:

18
- Forma redondeada (los objetos redondos producen más fácilmente
obstrucción completa de la vía aérea y asfixia)
- Objetos que no se fragmenten con facilidad
- Compresibilidad
- Superficie lisa y resbaladiza.
17. CUADRO CLÍNICO
Las manifestaciones clínicas y el examen físico del paciente con aspiración
de CE son muy variables.7 Los signos y síntomas, vienen determinados por el
grado de obstrucción de la vía aérea y la ubicación del objeto, así como por la
edad del paciente, el tipo de CE (tamaño y composición) y el tiempo
transcurrido desde el episodio de atragantamiento/crisis asfíctica. 7 Hasta el
20% de los pacientes están asintomáticos. Los signos y síntomas en niños con
aspiración de CE, en la fase aguda (atragantamiento), se listan a
continuación7,8:
 Sibilancias (40 a 82%)
 Estridor (8 a 71%)
 Tos (42 a 54%)
 Disfonía (29%)
 Dificultad respiratoria (18%)
 Cianosis (3 a 29%)
 Paro respiratorio (3%).

En la aspiración por cuerpo extraño, el antecedente de


7
ahogamiento/aspiración (22 a 88% de casos) es el predictor más confiable.

Esta fase aguda puede ser presenciada por un adulto u otro niño, rara vez por
el médico.8

Luego de la fase asfíctica, hay dos opciones: el CE causa obstrucción


importante del flujo causando síntomas estrepitosos y evidentes, ya
mencionados; o el CE puede acomodarse en algún sitio donde la obstrucción
es mínima y la clínica escasa, dando lugar a la fase silenciosa u
oligosintomática (tos leve, sibilancias aisladas, sensación de cuerpo extraño)8,
que puede llegar a una peligrosa suposición por parte de los cuidadores o
personal de salud de que el cuerpo ya se expulsó o de que el evento de
atragantamiento nunca existió. Es así que la persistencia del CE ejerce
efectos locales de inflamación, obstrucción e infección, conduciendo a una
fase crónica, caracterizada por tos crónica con flemas persistentes, cuadros
de neumonías de repetición, falla de medro, sibilancias (que pueden llevar a
un diagnóstico erróneo de asma y bronquiolitis), supuración broncopulmonar,
fiebre sin foco e inclusive sepsis por mediastinitis secundaria a la perforación

19
de la vía aérea, por el CE.8 Se han reportado retrasos en el diagnóstico de
hasta 4 meses.4

La triada clásica de la aspiración por CE está constituida por antecedente de


asfixia/tos aguda, sibilancias e hipoventilación universal. Sin embargo, tiene
una escasa sensibilidad (se presenta en el 15-25% de los casos), aunque la
especificidad es elevada.7

Los síntomas pueden categorizarse en función de sitio de obstrucción por el


CE (ver tabla 3)7

Tabla 3.Ubicación del CE y síntomas asociados


Ubicación Frecuencia (% de casos) Síntomas
Laringotraqueal 5 – 17% Tos, estridor inspiratorio,
afonía, tiraje y cianosis.
Bronquial 85% (50% bronquio Tos, tiraje, hemoptisis,
derecho y 35% bronquio ruidos respiratorios
izquierdo). disminuidos, cianosis y
fiebre.
Vía aérea inferior 1% Episodio de tos seguido
de signos de dificultad
respiratoria leve.

18. DIAGNÓSTICO
Éste se realizará en pacientes estables, ya sea en la fase oligosintomática o
crónica, que fueron traídos al servicio de emergencias por la sospecha de
aspiración de CE.
a. Anamnesis
i. Síntomas y relato de la enfermedad: preguntar acerca de los
síntomas, características del episodio de atragantamiento/episodio
asfíctico, tiempo transcurrido, presencia de fiebre, tipo y tamaño del
CE.7
ii. Antecedentes personales respiratorios: broncoespasmo previo,
cirugías o problemas en las vías aéreas y generales (alergias, toma de
fármacos, otras enfermedades crónicas).7
b. Examen físico:
i. Es muy importante ser cuidadosos al manipular a estos pacientes, ya
que podemos empeorar la situación clínica. No siempre aporta datos,
ya que se considera que puede ser normal entre el 41 y el 69% de los
casos, fundamentalmente en aquellos CE localizados a nivel bronquial.7
ii. Registrar el triángulo de evaluación pediátrica y las constantes vitales
(frecuencia cardiaca, frecuencia respiratoria y saturación de oxígeno).7

20
iii. Auscultación cardiopulmonar: puede ser normal (sobre todo en las
primeras horas) o podemos encontrar, según la localización 7:
 Si está en tráquea/carina (13% de los casos): «ruido en bandera»
(el paso del aire hace vibrar el cuerpo extraño).
 Si está en bronquio: abolición del murmullo alveolar (si obstrucción
total) o sibilancias localizadas/hipoventilación (si obstrucción
parcial). Suelen presentar tos irritativa en accesos, con menor
componente de disnea que en vías altas. Se pueden escuchar
sibilancias diseminadas por broncoespasmo reflejo.
c. Exámenes complementarios
i. Radiografías: simple de tórax, en inspiración y espiración forzada (o
decúbito lateral en niños pequeños o niños que no pueden colaborar),
radiografía lateral de cuello (en caso de sospecha de CE
laringotraqueal); la radiografía de tórax está indicada en todo niño con
sospecha de aspiración de CE (aunque esté asintomático y con
exploración física normal).7 La radiografía puede ser normal hasta en
dos tercios de los pacientes con aspiración, sobre todo en las primeras
horas. En la fase aguda tiene escasa sensibilidad y especificidad. Sin
embargo, podrían evidenciarse los siguientes hallazgos7:
 Visualización del CE: infrecuente, ya que el 80-96% de los CE son
radiolúcidos.
 Atrapamiento aéreo localizado (38 a 63%): según el grado de
obstrucción y de si hay mecanismo valvular; es el signo indirecto
más frecuente en la fase precoz (17-69%).
 Atelectasia y desviación homolateral mediastínica (8 a 25%): si la
obstrucción es completa, sobre si el cuadro es de más de 24
horas.
 Otros hallazgos: neumotórax, neumomediastino, desviación
mediastínica contralateral o enfisema cervical.
 Neumonía, abscesos pulmonares y bronquiectasias en cuadros
más evolucionados.
ii. Tomografía torácica: indicada en pacientes asintomáticos o
sintomáticos pero estables que tienen una radiografía de tórax no
concluyente, pero con una sospecha moderada-alta de aspiración de
CE, o en los casos que haya una gran discrepancia entre la clínica y los
resultados radiológicos. Su sensibilidad de detección del CE bronquial
es cercana al 100% y su especificidad, del 67-100%.7
iii. Broncoscopio: es el método diagnóstico más sensible y específico,
además permite llevar a cabo el tratamiento (extracción del CE), por lo
que es el “estándar de oro” para el diagnóstico y tratamiento. Se realiza
en quirófano bajo anestesia general7,9. La broncoscopia rígida es el
21
método de elección para la extracción de cuerpos extraños en la vía
aérea, ya que es más eficaz y segura.9 Además permite ventilar al
paciente y el uso de instrumental más variado en cuanto al tamaño. La
fibrobroncoscopia se utiliza sólo en caso de duda diagnóstica, por
ejemplo en los casos en los que, sin un antecedente claro, presenta
sintomatología crónica como tos crónica, sibilancias de origen no
asmático, neumonías recurrentes, atelectasias, bronquiectasias, etc. 9
Sus limitaciones son debidas a la falta de un instrumental adecuado
para la extracción y a que no permite una ventilación adecuada por lo
que hay riesgo de hipoxemia e hipercapnia.9
19. TRATAMIENTO
Nos centraremos en la fase aguda o de atragantamiento:
a. Tos efectiva: la tos es la mejor de las maniobras para solucionar la
situación. Se trata de una situación de obstrucción parcial, incompleta de
la vía aérea en la que se logra el intercambio de aire adecuado. Mientras
el paciente tosa o llore, aunque presente algunos signos de afectación
(como cianosis), colocándole en posición incorporada, hay que estimularle
para que siga tosiendo, no debiendo jamás realizar maniobras de
extracción. Hay que observarle cuidadosamente si expulsa el cuerpo
extraño o si, por el contrario, se agota y la tos se hace inefectiva, en cuyo
caso habrá que valorar el nivel de conciencia para iniciar maniobras de
desobstrucción.9
b. Tos no efectiva: En este caso la obstrucción es total o casi completa o la
tos y el esfuerzo respiratorio son muy débiles e insuficientes para eliminar
el cuerpo extraño. La cianosis es progresiva con escaso o nulo
intercambio aéreo por lo que es preciso actuar con rapidez iniciando las
maniobras de desobstrucción de la vía aérea.9
i. Consciente:
 Extracción manual del objeto: sólo se efectuará si éste es fácil de
ver y extraer. Nunca se debe realizar un barrido digital a ciegas ya
que supone un gran riesgo de empujar el cuerpo extraño hacia el
interior de la vía aérea, pudiendo provocar una obstrucción mayor y
un daño de los tejidos que puede producir edema y/o sangrado.
Podemos efectuar la maniobra de gancho, que consiste en
introducir un dedo por el lateral de la boca y después, con un
movimiento de barrido, se utiliza el dedo a modo de gancho para
extraer el cuerpo extraño, todo ello sin perder de vista el objeto a
extraer.9
 Maniobras de desobstrucción: El objetivo fundamental no es
tanto expulsar el cuerpo extraño, sino desobstruir la vía aérea para
conseguir un intercambio aéreo adecuado, por ello, cuando el niño
22
respira eficazmente no se debe continuar con las maniobras
aunque el objeto no haya sido expulsado.9
- Lactante: Dar 5 golpes en la espalda, sujetando al lactante en
decúbito prono, apoyándolo sobre el antebrazo, con la mano
sujetándolo firmemente por las mejillas y con los dedos índice
y pulgar para mantener la cabeza ligeramente extendida y la
boca abierta, y se golpeará cinco veces con el talón de la otra
mano en la zona interescapular, debiendo ser estos golpes
rápidos y moderadamente fuertes.9 A continuación, dar 5
compresiones en el tórax, en decúbito supino, apoyándolo
sobre el otro antebrazo y sujetando el cuello y la cabeza con la
mano.9 Una vez en esta posición, se realizarán las
compresiones con dos dedos (índice y medio), situados en
dirección a la cabeza, justo debajo de la línea intermamilar. No
se deben realizar compresiones abdominales en el lactante
por el riesgo potencial de rotura de vísceras. Tras las
compresiones en la espalda y torácicas hay que evaluar el
estado del lactante, su estado de conciencia, su respiración
(ver, oír, sentir) y la presencia o no de tos (esfuerzo
respiratorio), hay que examinar la boca, para ver si hay algún
objeto en la misma y si éste es accesible o no, para su
eventual extracción si ello es posible. Este paso no debe llevar
más de 10 segundos. Si no es posible desobstruir la vía aérea
y el lactante está consciente con tos inefectiva hay que repetir
las maniobras.9
- Niño: Dar 5 golpes en la espalda, a nivel interescapular, con el
niño en bipedestación, ligeramente inclinado hacia delante.9 A
continuación, se realizarán 5 compresiones abdominales
(maniobra de Heimlich). Para ello el reanimador se coloca de
pie, detrás del niño, sujetándolo, pasando los brazos por
debajo de las axilas y rodeando el tórax del niño, manteniendo
los codos separados de las costillas del niño para evitar
posibles fracturas costales. Al mismo tiempo se colocará la
mano en forma de puño con el pulgar flexionado hacia dentro,
apoyándola en la línea media del epigastrio, entre el esternón
y el ombligo.9 Con la otra mano se agarrará el puño para
realizar un movimiento de presión dirigido al mismo tiempo
hacia atrás y hacia arriba. Este movimiento ha de realizarse
con fuerza con el objetivo de aumentar bruscamente la presión
y movilizar el cuerpo extraño. Lo siguiente a hacer es, al igual
que en el lactante, evaluar al niño; si está consciente y con tos
23
ineficaz se han de repetir las maniobras hasta que empiece a
toser y a realizar esfuerzos respiratorios o pierda la
consciencia.9
ii. Inconsciente: En primer lugar pedir ayuda. Posteriormente, se ha de
examinar la boca por si hay algún objeto extraño visible, extrayéndolo si
está accesible. A continuación, se ha de comprobar si hay signos de
respiración (ver, oír, sentir). Si no respira, se realizarán 5 insuflaciones
de rescate con ventilación boca – boca.9
 Si no hay respuesta (el tórax no se expande), realizar compresiones
torácicas sin valorar los signos de circulación. La compresión es útil
tanto para movilizar el cuerpo extraño como para el masaje
cardíaco. El número de compresiones será de 15 para el personal
sanitario y 30 para la población general. En función de la respuesta
se continuará con 2 ventilaciones siguiendo la secuencia de
masaje-ventilación, 30/2 ó 15/2 según los casos.9
 Si tras las primeras insuflaciones se observa buena respuesta
(expansión del tórax) quiere decir que la obstrucción no es total.
Hay que comprobar el pulso y la circulación, y en función de ello
continuar con maniobras de reanimación.9
20. PREVENCIÓN
Educación en la población general y a los padres, cuidadores de guarderías y
personal que se relaciona con los niños en particular.9 Es necesario transmitir
la importancia del problema, instruir a toda la población en las maniobras de
desobstrucción de la vía aérea y también algunos consejos básicos9:
- Evitar que los niños coman, jueguen, anden o lloren con objetos en su
boca.
- Evitar que los niños jueguen con objetos pequeños (botones, tornillos,
fichas,e tc) o fácilmente desmontables, así como con globos y guantes
de látex (los globos son un riesgo particular en los más pequeños ya que
pueden morder el globo inflado y aspirar los fragmentos mientras se
asustan de su rotura).
- Dar a los niños alimentos adecuados a su edad evitando la
administración de frutos secos en los menores de 4-5 años.
- Enseñar a los niños a masticar despacio y correctamente, evitando que
se rían y hablen cuando comen.

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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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