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RESUMEN – INTRODUCCION AL CONOCIMIENTO CIENTIFICO.

UNIDAD 1

INTRODUCCIÓN: CIENCIA, EPISTEMOLOGÍA Y SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO.

A lo largo del tiempo, decidir cual/es de las producciones culturales es producción de verdad ha sido siempre
el centro de un conflicto muy complejo e importante. En la actualidad, “la ciencia” es la que dice la verdad
sobre la naturaleza y sobre los hombres.
En la antigüedad, la filosofía era el conocimiento verdadero. Platón consideraba propio de la filosofía un tipo
de conocimiento que llamaba episteme (de donde viene el término epistemología). Episteme es traducido
como “ciencia” y para los griegos significaba “conocimiento verdadero” dado que su objeto es lo inmutable
y necesario. Para Platón, sólo lo verdadero es objeto de la ciencia (episteme) y sólo la filosofía es ciencia.
En la edad media, la teología era la palabra que contiene la verdad no sólo sobre Dios sino también sobre el
mundo y los hombres. El supuesto que otorga este predominio a la teología es que la verdad sobre la
naturaleza en tanto que obra creada no reside en ella sino en su creador. Dios ya había revelado a los
hombres todo el conocimiento que estos necesitaban y dicho conocimiento estaba contenido en las escrituras.
La ciencia consistía en desarrollar una interpretación que revelara la verdad contenida en los textos
sagrados.
Además se consideraba que la razón y los sentidos eran impotentes para alcanzar la verdad por sí mismos si
no eran auxiliados por la gracia divina.
En el siglo XVII, se comienza a forjar la concepción moderna de la ciencia, donde la astronomía y la física
fueron las disciplinas que protagonizaron esa verdadera “revolución científica” (luego se sumaron más ramas
del conocimiento). Para esta concepción, el arte en cualquiera de sus formas, la teología y la filosofía no
eran consideradas ciencias.
Actualmente, la ciencia ocupa un lugar privilegiado en lo que hace a decir la verdad, sobre la base del
conocimiento científico tomamos desde decisiones individuales sobre cómo conducir nuestra vida, hasta
decisiones sociales e institucionales de política educativa, sanitaria, económica, ambiental y, esta aceptación
se extiende a la tecnología. De hecho, el desarrollo económico depende en gran medida del desarrollo de la
ciencia y la tecnología (razón por la cual es frecuente que la ciencia reciba subsidios para investigación en
mayor proporción que las humanidades).

SOCIEDAD DE CONOCIMIENTO
Se dice que la sociedad en la que vivimos es una “sociedad de conocimiento”, esto, significa mucho más
que la utilización de productos tecnocientíficos en la vida cotidiana. En una sociedad del conocimiento, estos
productos no son meros “instrumentos neutrales” de los que se dispone según el arbitrio del usuario.
Según Olivé, se refiere a fenómenos como el incremento del ritmo de creación, acumulación, distribución
y aprovechamiento de la información y del conocimiento, así como el desarrollo de las tecnologías que lo
han hecho posibles, entre ellas de manera importante las tecnologías de la información y de la comunicación
que desplazaron a las manufactureras. Además, se refiere a las transformaciones en las relaciones
sociales, económicas y culturales.(Resultado de las aplicaciones del conocimiento y del efecto de las
tecnologías).
Estas transformaciones hacen que la sociedad de conocimiento se considere “una sociedad cuyas formas de
organización en la economía, la educación y la cultura son diferentes a las desarrolladas en las sociedades
industriales y por lo tanto, se lo considere como su sucesora”.
Vivir en esta sociedad implica un sistema social-tecnocientifico en el que la producción del
conocimiento es inseparable de su “aplicación”, la elaboración de la teoría es inseparable de la
responsabilidad ética y social. Esto significa que, las decisiones sobre el desarrollo de la tecnociencia (en el
sentido de que abarca su producción, su difusión y su disponibilidad en la vida de la sociedad) no son
exclusivas de ningún grupo de agentes, sino que resultan de las formas en que la sociedad se organiza y
funciona.
Así, se hace imprescindible una “cultura científica” que incluya no sólo la información sobre la situación
actual de la tecnociencia sino también la formación de los ciudadanos para la participación en la toma
de decisiones.

CULTURA CIENTIFICA
La generación de cultura científica requiere de un entramado de medios educativos y de difusión, de
producción del conocimiento y de canales de participación ciudadana que habiliten el dialogo y la discusión de
prioridades entre los expertos, los gestores y el público.
Para López Cerezo, una cultura científica de calidad es una cultura crítica y responsable, es conocimiento
no sólo de las potencialidades de la ciencia sino también de sus incertidumbres, de sus riesgos y de los
interrogantes éticos que plantea. Además es conciencia acerca del uso político de la ciencia en la arena
pública, de su carácter de ciencia reguladora en la gestión, aunque también de la necesidad de la información
científica para disponer de los mejores elementos de juicio.
Esto implica, que la cultura científica debe comprender también la reflexión sobre las condiciones de los
procesos que la imbrican en el del desarrollo de la vida social.

LA CONCEPCION MODERNA DE LA CIENCIA.


Los rasgos principales que caracterizan a esta concepción son:
1) El rechazo del principio de autoridad.
2) La racionalización de la naturaleza.
3) El carácter experimental de la ciencia.
4) La institucionalización de la ciencia.
En el siglo XVII, tuvo lugar la denominada Revolución Científica, aquí, se empieza a rechazar los criterios
que ofrece la tradición para entender la naturaleza, el hombre y el conocimiento mismo. A cambio de
los viejos parámetros y se proponen otros nuevos que definirán qué se considera “ciencia” y “conocimiento
científico”, excluyendo de este ámbito al arte, la teología y la filosofía.

RECHAZO DEL PRINCIPIO DE AUTORIDAD.


Rostand la describe diciendo “se dibuja una reacción contra la superstición, el prejuicio teológico y el principio
de autoridad. El espíritu crítico se despierta y la mente se libra a un mismo tiempo, de Aristóteles y de la
Biblia.”
El principio de autoridad es uno de los criterios posibles para reconocer la verdad, establece que es
verdadero lo que se dice sobre el hombre o sobre la naturaleza, cuando coincide con lo que dice la autoridad
reconocida.
A partir de la modernidad, descansar en el principio de autoridad se considera dogmático en un mal
sentido, e insuficiente. La modernidad reivindica una actitud crítica, esta consiste, en pensar que todo el
conocimiento puede y debe ser revisado con el paso del tiempo, que puede y debe ser discutido, y
reemplazado por otros que los científicos consideren mejores que los anteriores.
Galileo, planteo una tesis para dividir las aguas entre la ciencia y la teología: Las escrituras son necesarias
para la salvación del alma pero la fe es un saber que, a diferencia de la ciencia, no se puede contradecir, por
lo tanto rige para ella un criterio de autoridad. Así, la fe es dogmática, a diferencia de la ciencia que se
establece mediante “experiencias sensatas y demostraciones necesarias”. Por esa razón, la ciencia es
autónoma y la Escritura no tiene autoridad sobre las cuestiones naturales.
Esta autonomía de la ciencia implica que la misma no está al servicio de la fe, sus finalidades son diferencias
(la salvación es el fin de la fe, mientras que el conocimiento es el fin de la ciencia), así como sus métodos sus
criterios y sus áreas de competencia.
El rechazo de autoridad como criterio de verdad se desprende del sentido y la razón como fuentes de
conocimiento.
Campanella supone que de un lado el hombre puede conocer la verdad por su propias potencias y del otro la
naturaleza contiene en si misma su verdad y solo ella puede revelar sus leyes. Y este ejercicio de volverse
sobre la naturaleza, mantendrá vivo el espíritu humano y permitirá ordenar mejor la vida social y política.

LA RACIONALIZACION DE LA NATURALEZA.
Aquí, Rostand subraya que se descarta la intervención de lo sobrenatural en los fenómenos de la naturaleza,
se rechazan las explicaciones por fuerzas ocultas, se desdeña la “física de la calidad”.
Con la revolución científica se descarta que los fenómenos naturales tengan explicaciones y causas
sobrenaturales y se aceptan únicamente explicaciones y causas naturales.
Galileo distingue dos tiempos de propiedades de las cosas naturales:
• Las propiedades subjetivas y
• Las propiedades objetivas.
Las propiedades subjetivas son cualidades que se atribuyen a los objetos en la medida en que se relacionan
con nuestros sentidos. Son características cualitativas porque expresan cualidades de las cosas (color,
sabor, aroma, etc.) y variables porque el conocimiento que aportan varía según la experiencia de cada uno.
Galileos sostiene que el conocimiento de estas describe nuestras disposiciones corporales y su reacción al
interactuar con las cosas, pero no las propiedades de los objetos, por eso, no pueden ser consideradas
conocimiento científico.
Las propiedades objetivas pertenecen a las cosas, son independientes de nuestra experiencia y por eso
Galileo las considera racionales. Estas propiedades son cuantificables, es decir, expresables en cantidades
y estas se expresan mediante los números y otros símbolos matemáticos. El cálculo de las propiedades
objetivas no es variable de un individuo a otros y pueden ser conocidas de la misma manera por todos. Así,
la ciencia consiste en descubrir estas propiedades objetivas y expresarlas en leyes.
Rostand, dice que la racionalización de la naturaleza reemplaza a la “física de la calidad”. Esta física
consideraba el espacio como cualitativamente heterogéneo, es decir, dividía a los cosmos en una región
imperfecta (el mundo sublunar) y una región perfecta (el mundo supra-lunar), aquí las leyes que rigen en cada
región son diferentes. En cambio, al rechazar esta física de la calidad, es posible pensar que las mismas leyes
rigen en todas partes del universo.
Tanto el rechazo del milagro como la racionalización de la naturaleza son condiciones necesarias para
el desarrollo de la ciencia moderna, dado que hacen posible la noción de ley científica, es decir, de un
enunciado que describe un comportamiento regular o una relación constante en cualquier tiempo y lugar.
(pág. 12)

LA EXPERIENCIA Y LOS INSTRUMENTOS CIENTIFICOS.


Rostand sostiene que la ciencia natural moderna es una empresa que “exige que se recurra exclusivamente a
la observación y a la experiencia que serán las únicas autoridades valederas”. Con “experiencia” se refiere al
acceso a las cosas mediantes los sentidos, pero no se trata de experiencia común y corriente.
Es necesario establecer una diferencia entre la observación y la experiencia cotidianas de la observación y la
experiencia científicas. En el siglo XVII Francis Bacon objetaba la experiencia cotidiana argumentando que
está limitada por el alcance de nuestros sentidos y la influencia de nuestros prejuicios. En el siglo XX
Bachelard sostiene que “en ningún caso la experiencia básica puede ser un apoyo seguro” del conocimiento
científico sino que, por el contrario, es un “obstáculo epistemológico”.
Al formarse en una ciencia cualquiera, el individuo debe desaprender su experiencia, de hecho, el
conocimiento de la ciencia mucha veces contradice la experiencia cotidiana. La experiencia adecuada no es la
sola utilización de los sentidos, la observación científica no consiste simplemente en “ir a mirar”, por el
contrario, la ciencia construye las condiciones de la observación.
El control de las condiciones de observación es lo que transforma una simple experiencia en un
experimento y si dichas condiciones están enmarcadas en una teoría científica entones puede ser
considerado experimento científico.
Un experimento científico consiste en provocar un fenómeno mediante un procedimiento claramente
estipulado, bajo condiciones controladas. No en todas las áreas es posible provocar los fenómenos que es
necesario observar, en estos casos, la construcción de la experiencia es todavía más evidente, dado que las
observaciones suelen ser indirectas y se explican en base a supuestos teóricos sobre la relación entre lo que
es observado y la teoría o la hipótesis que se quiere corroborar.
El alcance de un experimento científico no se limita al acontecimiento singular que se observa en éste, a
diferencia de las experiencias espontaneas que son aisladas y carecen del control de las experiencias
científicas que no se pueden trasladar a otros casos. En cambio, el marco teórico de la experimentación
hace posible que los resultados de la misma se extiendan a todos los casos del mismo fenómeno
observado, es decir, que se puedan universalizar.
A partir del siglo XVII, la observación se caracteriza también por la utilización de los instrumentos, este,
permite superar y corregir el alcance de los sentidos. La importancia del instrumento es que permite medir
aspectos de los fenómenos que los sentidos no pueden de ninguna manera calcular.
Por un lado la construcción de los instrumentos está guiada por las indicaciones de los científicos y por el otro,
se busca fundamentar su uso y funcionamiento mediante teorías. Los instrumentos contribuyen, a su vez, a
fundamentar otras teorías.
Bachelard dice que “el instrumento de medida siempre termine por ser una teoría y ha de comprenderse que
el microscopio es una prolongación del espíritu más que el ojo”. Esta frase ilustra el carácter teórico de los
instrumentos y su importancia no tanto para el auxilio de los sentidos sino del “espíritu”, es decir, del
pensamiento científico.
La relación entre los instrumentos y las teorías científicas se ha desarrollado hasta tal punto, que en la
actualidad sería imposible hacer ciencia sin contar con los instrumentos que aporta la tecnología.

LA INSTITUCIONALIZACION DEL CONOCIMIENTO.


Dada la especificidad, la complejidad de las investigaciones y el altísimo costo de las investigaciones y los
instrumentos, la ciencia se convirtió en una actividad pública en el sentido de subsidiada por los Estados y las
empresas privadas.
Actualmente, las universidades y los institutos de investigación, son los centros donde se desarrolla la ciencia
y su función social es uno de los problemas centrales para las discusiones sobre la sociedad del
conocimiento.
Kreimer propone tres etapas para describir la “biografía de la ciencia moderna“: la institucionalización, la
profesionalización y la industrialización.
La institucionalización es la que acabamos de describir y se inicia en el siglo XVII-XVIII, a su vez, esta hizo
posible su profesionalización, es decir, que los científicos trabajen para diferentes instituciones que les pagan
salarios por hacer su trabajo de investigadores. Por último, la industrialización de las ciencias, a partir del siglo
XX, consiste en que “la investigación se convierte en una actividad a gran escala, cada vez más intensiva en
capital. Esta se orienta hacia resultados específicos, de modo que el margen que queda para la investigación
“libre” se estrecha cada vez más”.

CUESTIONARIO 1

1) La racionalización de la naturaleza implica:


• Se acepta que los fenómenos naturales tengan explicaciones y causas naturales y
sobrenaturales.
• Se valoran las propiedades cuantitativas como propias de los objetos.
• Implica usar solo la razón y apartarse de la magia y los milagros.

2) La cultura científica permite:


• El desarrollo de una conciencia sobre el uso político de la ciencia.

3) La cultura científica de calidad:


• Es conocimiento que permite disponer de conocimientos de potencialidades, criticas y riesgos
de la ciencia.

4) Indique cual de las siguientes afirmaciones es V referidas a la concepción moderna de la ciencia:


• La concepción moderna de la ciencia prueba la falsedad de la religión.

5) Según la concepción moderna de la ciencia:


• Los instrumentos científicos son un refuerzo de la teoría.

6) El rechazo al principio de autoridad:


• Implica una reacción contra la superstición, el dogma y el prejuicio teológico.
• Es reivindicado por la modernidad y permite una actitud crítica.

7) La experiencia científica:
• Busca fundamentar el uso de instrumentos y su funcionamiento mediante teorías, y construye
las condiciones de observación.

8) Durante la edad media:


• La ciencia consistía en interpretar la verdad revelada en los textos sagrados.
• La verdad sobre la naturaleza reside en su creador y es revelada a los hombres.
• La teología decía la verdad sobre la naturaleza y los hombres.

9) Algunos de los rasgos de la concepción moderna de la ciencia son:


• La institucionalización de la naturaleza.
• La oposición a la religión.
• El principio de autoridad.

10) La sociedad de conocimiento:


• Es un sistema socio-científico en el que la producción de conocimiento es inescindible de su
aplicación.
• Es un fenómeno de creación, acumulación, distribución y aprovechamiento de la información y
el conocimiento.
• Es la utilización de productos tecnocientíficos en la vida cotidiana para mejorar la salud, la
economía y la educación.

UNIDAD 2

LA CONCEPCION TRADICIONAL DE LA CIENCIA.

La Concepción Tradicional de la Ciencia, también llamada “Concepción Heredada”, se ubica en la primera


mitad del siglo XX. Para esta, el modelo científico son las ciencias naturales (en especial la física). Se trata de
una concepción lingüística de la ciencia, esto significa que, el conocimiento científico es un sistema de
enunciados y no es un conjunto de parámetros, ni de descubrimientos, ni de inventos.
El lenguaje en que se expresan estos enunciados es un lenguaje riguroso, esto es, utiliza términos clara y
precisamente definidos (o mejor aun lenguaje formalizado, matemático o lógico) . Utilizando este lenguaje, la
ciencia enuncia leyes que permiten describir un comportamiento uniforme de los fenómenos, explicar o
comprender por qué el mundo natural y el humano se comportan de cierta manera y producir formas de
comportamiento posibles ara actual sobre ellas o producirlas “artificialmente”.

ENUNCIADOS.
Se definen como porciones del lenguaje desde una mayúscula a un punto, pueden contener una única
proposición o más proposiciones unidas por conectivas. Una teoría científica, se constituye por distintos
“niveles” que contienen, cada uno, un tipo especifico de enunciados.

ENUNCIADOS SINGULARES Y ENUNCIADOS UNIVERSALES.


Los enunciados singulares son aquellos que describen un único fenómeno o un único individuo en un
tiempo y ligar determinado. Lo importante para esta caracterización es que se trata siempre de la
descripción de un objetivo en un lugar y un momento determinado (estos enunciados siempre suponen
un lugar y un momento determinado porque los fenómenos que describen también suceden en lugares y
tiempos determinados).
Klimovsky incluye entre los enunciados empíricos singulares un tipo de enunciados que, si bien no se refieren
a un solo objeto, describen un fenómeno abarcable a una única experiencia. Este autor argumenta que,
aunque estos enunciados no se refieren a un único individuo, “expresan el resultado de una inspección directa
sobre una muestra y un recuento, lo cual ofrece información agotable y controlable” (cuando describe un
fenómeno agotable en una única experiencia).
Los enunciados universales, a diferencia de los singulares, no establecen una referencia a tiempos, objetos
o locaciones en particular sino que se refieren a todos los fenómenos de un mismo tipo en todo tiempo y
lugar. Al referirse a infinitos casos, superan los que la experiencia del hombre puede abarcar y no pueden ser
observables.
Una teoría científica contiene tanto enunciados singulares como enunciados universales.

ENUNCIADOS EMPIRICOS Y ENUNCIADOS TEORICOS.


Los enunciados empíricos se identifican por contener únicamente términos empíricos mientras que los
enunciados teóricos se identifican por contener términos teóricos, estos últimos pueden contener
únicamente términos teóricos (teóricos puros) o pueden contener uno o más términos teóricos junto con uno o
más términos empíricos (teóricos mixtos).
Un término es una palabra o una expresión que se refiere a un objeto/fenómeno o una acción determinada.
Los términos empíricos son los que se refieren a objetos directamente observables, es decir, directamente
accesible a los sentidos (entidades observacionales). En cambio, los términos teóricos son los que se
refieren a objetos que son indirectamente observables o bien mediante el auxilio de instrumentos científicos o
bien mediante sus efectos observables.(entidades no observacionales).

Si los objetos a los que se refieren los términos de un enunciado son empíricos, entonces esos términos son
empíricos y el enunciado es empírico. Si un objeto al que se refieren los términos de un enunciado es teórico,
entonces el término que lo designa es teórico y el enunciado es teórico (basta un solo término teórico para que
el enunciado lo sea)

TEORIA: NIVELES Y LOGICA DEL CONOCIMIENTO.


Una teoría científica es una estructura ordenada de enunciados de distintos tipos, cualquiera de los
enunciados que integran una teoría pueden tener carácter hipotético y estar en discusión, o estar aceptado
por la comunidad científica como un enunciado confirmado.
Existen tres niveles en una teoría científica: enunciados de nivel 1, enunciados de nivel 2 y enunciados de
nivel 3.
Los enunciados de nivel 1 son singulares y empíricos, son denominados enunciados observacionales. Los
mismos contienen términos empíricos y describen un fenómeno o un objeto directamente observable en un
lugar o tiempo determinado.
Los enunciados de nivel 2 son empíricos y universales, denominados “leyes empíricas”. Estos contienen
términos empíricos y se refieren a todos los fenómenos de un mismo tipo en cualquier lugar y tiempo.
Los enunciados de nivel 3 son teóricos y universales, aquí se encuentran las leyes científicas. Se refieren a
todos los fenómenos de un mismo tipo en todo tiempo y lugar, si todos sus términos son teóricos se los llama
“enunciados teóricos puros y si tienen tanto términos teóricos como empíricos, se los denomina “enunciados
teóricos mixtos”.

LAS LEYES CIENTIFICAS.


Toda ley es un enunciado general o universal, pero no todo enunciado general o universal es una ley, y
menos todavía una ley científica.
Las condiciones que debe reunir un enunciado universal para que sea una ley, además de su modo de
justificación son:
• No debe tener excepciones, aún cuando se trate de un enunciado probabilístico.
• Las leyes tienen que ser enunciados afirmativos y no negativos ya que las leyes afirman regularidades
en lugar de negar la ocurrencia de fenómenos.
• Debe tener “proyectabilidad”, esto significa que una ley debe proyectar su afirmación sobre los casos
no observados.
¿Cómo se obtienen estos enunciados, en qué orden y como se asegura la verdad?
• El inductivismo será partidario de pasar del nivel 1 al 3 mediante la lógica inductiva y confiara en los
enunciados observacionales como el pilar del conocimiento científico.
• El falsacionismo argumentará que es más adecuado proceder deductivamente, a partir de hipótesis
de nivel 3 a sus consecuencias de nivel 1, cuya función será el control y la corrección de las hipótesis.

RELACIONES LOGICAS ENTRE LOS ENUNCIADOS: LA DEDUCCION Y LA INDUCCION.


La lógica se ocupa de estudiar las relaciones de inferencia entre los enunciados, cuando se establecen
relaciones de inferencia entre enunciados, constituyen un razonamiento. A esta, no le importa el contenido de
dichas proposiciones, aquello en lo que se concentra es en la estructura de los enunciados y la de los
razonamientos, sobre todo lo que le interesa a la lógica es poder decidir si las relaciones de inferencia entre
los enunciados tienen o no la propiedad de conservar la verdad de los mismos, suponiendo que éstas fueran
verdaderas.
La relación de inferencia en un razonamiento consiste en la “transmisión” de la verdad de unas
proposiciones (las premisas) a la verdad de otra (la conclusión). Cuando la forma lógica de un razonamiento
garantiza que de premisas verdaderas se obtengan conclusiones necesariamente verdaderas, se dice que es
VALIDA. Cuando, en cambio, la forma lógica de un razonamiento no garantiza que de premisas verdaderas
se obtengan conclusiones necesariamente verdaderas, se dice que NO ES VALIDA.
La inducción y la deducción son tipos de razonamiento y la diferencia entre estas, desde un punto de vista
lógico, es que existen formas deductivas que son válidas, pero no existe forma inductiva alguna que sea
válida. Esto quiere decir que, si a una forma deductiva válida se le da premisas verdaderas, la conclusión será
necesariamente verdadera; pero si a cualquier forma inductiva se le da premisas verdaderas, la conclusión
podrá ser tanto verdadera como falsa. (Ejemplos pág. 13)

PROBLEMAS EPISTEMOLOGICOS CENTRALES EN LA CTC.


Las dos corrientes epistemológicas más importantes de esta concepción son el Empirismo o Positivismo
Lógico (Circulo de Viena) y el Racionalismo Crítico (Karl Popper). Más allá de las diferencias que pueden
tener entre sí, estas corrientes comparten algunos supuestos, estas son:
1) La racionalidad se concibe como enclavada en reglas de carácter universal, las cuales determinar las
decisiones científicas; El énfasis se pone en las relaciones lógicas que conectan las hipótesis con la
evidencia, y se minimiza el papel de los sujetos.
2) Hay un criterio general de demarcación que permite identificar lo que cuenta como ciencia.
3) Es posible distinguir con nitidez la teoría de la observación, y siempre existe una base de observación
relativamente neutral frente a hipótesis alternativas.
4) El desarrollo del conocimiento científico es progresivo en el sentido de que tiende hacia la teoría
correcta del mundo.
5) Las teorías científicas tienen una estructura deductiva bastante rígida.
6) Los términos científicos son definibles de manera precisa.
7) Todas las ciencias empíricas, tanto naturales como sociales, deben emplear básicamente el mismo
método.
8) Hay una distinción fundamental entre el contexto de descubrimiento y el contexto de justificación, entre
la historia externa de la ciencia y su historia interna (racional); y solo el segundo es importante para dar
cuenta del conocimiento científico.

EL CRITERIO DE DEMARCACION: METODOLOGIA Y NORMATIVISMO.


El criterio general de demarcación permite diferenciar las ciencias de las “pseudociencias”, es decir,
disciplinas que pretender ser científicas pero no lo son.
La epistemología no se interesa por el relato del proceso que llevaron a cabo los científicos sino que establece
las normas a las cuales debe ajustarse la exposición de los resultados. Por lo tanto, para que una
investigación sea científica, alcanza con que, una vez “organizada”, la exposición de sus procedimientos y
conclusiones pueda adecuarse a las condiciones exigidas por los criterios metodológicos.
Lakatos dice que las metodologías o lógicas de investigación consisten en un conjunto de reglas para la
evaluación de teorías ya propuestas y articuladas. A menudo esas reglas sirven también como teorías acerca
de la “racionalidad científica”, como criterios de demarcación o como definiciones de ciencia.
La metodología no tiene por misión describir lo que hacen los científicos al llevar a cabo sus investigaciones,
sino establecer las reglas para llevar a cabo la exposición y la evaluación de los resultados. Por este motivo
algunos epistemológicos sostuvieron que el objetivo de la epistemología es llevar a cabo una “reconstrucción
racional” de los procedimientos de la investigación.
Esta, aporta un criterio de demarcación seguro que nos permita distinguir entre las ciencias empíricas y los
sistemas “metafísicos”. El establecimiento de este criterio es una vieja aspiración del positivismo lógico del
Círculo de Viena, que se propone a sí mismo como una “concepción científica del mundo” por oposición a las
“doctrinas metafísicas y teológicas tradicionales” que no solo ignoran el progreso material y social de su
tiempo sino que son causa de “las feroces luchas sociales y económicas del presente”.
Popper, no comparte este ánimo combativo del Círculo de Viena al plantear la necesidad de un criterio de
demarcación. Sin embargo, su objetivo epistemológico es el mismo: “formular una caracterización apropiada
de la ciencia empírica, o en definir los conceptos de “ciencia empírica” y de “metafísica” de tal manera que,
ante un sistema dado de enunciados, seamos capaces de decir si es asunto o no de esta ciencia el estudiarlo
más de cerca”
La metodología no solo funciona como norma para validar el conocimiento científico, sino que
también aporta parámetros para distinguir el conocimiento genuinamente científico del conocimiento
que pretende ser científico sin serlo.
El positivismo: la “verificación” de los enunciados y el método inductivo.
Para la corriente positivista, el criterio de demarcación más seguro es la referencia a la experiencia. Esta
afirma que “todo discurso significativo acerca del mundo debe ser empíricamente verificable”, esta verificación
significa que puede ser “traducido” o “reducido” a lenguaje observacional y esta reducción establece el
significado de los enunciados teóricos.

Si es posible llevar a cabo una reducción a los enunciados más simples sobre lo dado empíricamente,
entonces esos enunciados tienen sentido y pueden integrar a una teoría científica. Si no es posible tal
reducción, entonces son aparentemente científicos y deben ser eliminados de las teorías científicas.

Los empiristas lógicos sostienen que es posible establecer la verdad de los enunciados observacionales, que
supuestamente describen datos sensoriales, de manera directa mediante la experiencia (y por eso son la base
del conocimiento científico). En cambio los enunciados universales y teóricos, no describen de manera directa
experiencias sensoriales, es por ello que deben ser “traducidos” a un lenguaje observacional ara no carecer
de sentido y ser parte del conocimiento científico.
La lógica preferida por esta corriente es la inductiva y el método que proponen para la ciencia consiste
en pasar de enunciados observacionales (de nivel 1) a leyes (de nivel 2 y 3) mediante la inducción. Para
esta, no es posible admitir ninguna ley si no se la puede inferir a partir de enunciados observacionales que se
obtengan directamente de la observación y la experiencia.

El falsacionismo: la crítica y la falsabilidad como criterio de demarcación.


Esta corriente, elabora una crítica de la lógica inductiva y la rechaza como metodología aceptable de las
ciencias empíricas. Según Popper, la verificación de los términos y el método inductivo no son un buen criterio
de demarcación. Afirma que no tiene sentido exigir que todas las leyes puedan traducidas a un lenguaje
empírico porque esto simplemente no es posible.
Para este autor “as teorías científicas se distinguen de los mitos simplemente en que pueden criticarse y en
que este abiertas a modificación a la luz de las criticas”
Con esto, establece una demarcación: una teoría, una hipótesis o cualquier enunciado universal es científico
solo cuando pueden ser objetivamente criticados, es decir, cuando existe ara ellos un método de
contrastación. Para el falsacionismo, una teoría es científica sólo si puede entrar en conflicto con un
enunciado básico (observacional) y una teoría debe ser eliminada si entra en conflicto con un enunciado
básico aceptado.
Popper afirma que no existe un método científico en ninguno de estos tres sentidos:
• No existe método para descubrir una teoría científica.
• No existe método para cerciorarse (asegurarse) de la verdad de una hipótesis científica, es decir, no
existe método de verificación.
• No existe método para averiguar si una hipótesis es probable o probablemente verdadera.
El método que propone tiene por fin contrastar o poner a prueba las teorías: si resisten, se mantienen como
conocimiento; si no, se consideran falsadas o refutadas y se abandonan.
Desde este punto de vista, el desarrollo de la ciencia no consiste en que un sistema científico pueda ser
seleccionado, de una vez y para siempre en un sentido positivo; pero sí que sea susceptible de selección en
un sentido negativo por medio de contrastaciones y pruebas empíricas: ha de ser posible refutar por la
experiencia un sistema científico empírico.
Si una teoría es refutada mediante enunciados observacionales que la contradicen, se busca reemplazarla
por otra, que también será puesta a prueba con el mismo método. Si resiste esos intentos de refutación,
adquiere el status de corroborada, es decir, se la acepta provisionalmente, lo cual no significa considerarla
verdadera.

Para Popper, el falsacionismo es una decisión convencional por un conjunto de reglas, la principal de las
cuales es que “las demás reglas del procedimiento científico han de ser tales que no protejan a ningún
enunciado de la falsación”. Pero, para que la crítica sea posible, es indispensable que las hipótesis de la
ciencia sean falsables.

FALSABILIDAD.
Un enunciado o una teoría es falsable cuando existe la posibilidad de que sea refutado si un hecho o
situación determinados llegasen a ocurrir.
Que un enunciado sea falsable no significa que necesariamente sea falso, lo que significa es que, existe la
posibilidad de “identificar” cuales situaciones no deberán darse de ninguna manera si fuese verdadera. Estas
situaciones que pueden dar apoyo o falsar una hipótesis se describen mediante enunciados observacionales.
Un enunciado observacional incompatible con una hipótesis se llama “falsador potencial”, esto es, que tiene
términos empíricos y se refiere a fenómenos empíricos.
Una hipótesis es falsable cuando existe para él un falsador potencial, o cuando es lógicamente posible, un
enunciado observacional contradictorio con ella.

METODO.
Popper propone un método, al que llama hipotético-deductivo, que:
• Comienza por hipótesis universales y teóricas (de nivel 3),
• Se apoya en la lógica deductiva y
• Utiliza los enunciados observacionales (de nivel 1) para intentar falsar las hipótesis.

LOS CONTEXTOS DE LA ACTIVIDAD CIENTIFICA: EL DESCUBRIMIENTO Y LA JUSTIFICACION.


Habitualmente, se identifica el progreso científico con los “hallazgos”, es decir, con los descubrimientos. Sin
embargo, en tanto y en cuanto no exista un justificación aceptada por la comunidad científica, no es posible
hablar de manera rigurosa de un avance científico. Aquí, el descubrimiento consiste solamente en la
propuesta de una nueva idea, hipótesis o estrategia experimental.
La pregunta que le interesa a los epistemólogos es si existen reglas o mecanismos racionales para llegar a
esas propuestas que se denomina “descubrimientos”. La respuesta que da la concepción clásica es que tales
reglas no existen y que, por lo tanto, el descubrimiento es un proceso puramente psicológico y subjetivo, y en
consecuencia, no es objeto de interés para la epistemología.
Reichenbach introduce la distinción entre contexto de descubrimiento y contexto de justificación. Esta
establece una distinción tajante entre a) los procesos psicológicos (no necesariamente racionales) que
tienen lugar cuando un científico piensa nuevas ideas, y b) la argumentación lógica (las normas racionales)
que expone el grado en que esas ideas se sostienen en evidencias empíricas y/o teóricas.
Esta distinción supone que, independientemente de cómo hayamos obtenido el nuevo conocimiento (el cual
no existe reglas ya que es un proceso psicológico), existe un modo de mostrarlo como conocimiento genuino,
esto es, existe un método racional con reglas lógicas y experimentales de justificación para los conocimientos.
Las posturas normativistas argumentan que no existe una forma segura para llevar a cabo
descubrimientos, y por eso, los procesos mentales que llevan a ellos carecen de relevancia epistemológica,
pero si es importante evaluar la justificación de esos descubrimientos y para ello si se cuenta con las
reglas del método.
La obtención y articulación progresiva de los enunciados según estas reglas será considerado el aspecto
interno de las ciencias, el único relevante para garantizar la verdad y la racionalidad científica, mientras que
las circunstancias sociales e históricas carecerán de interés epistemológico y serán consideradas externas.
• Historia externa: es la historia de las investigaciones en su aspecto sociológico o psicológico, estos
solo tienen valor anecdótico y son útiles para dar cuenta de los errores o de algunos aspectos
“irracionales” de las investigaciones.
• Historia interna: es la única de interés para los epistemólogos en la postura tradicional, es autónoma
y constituye únicamente los aspectos lógico-metodológicos de una investigación.
Solo la reconstrucción y exposición basada en el método puede ofrecer una “explicación racional del
crecimiento del conocimiento objetivo”.

FILOSOFIA DE LA CIENCIA NATURAL – HEMPEL.


TEXTO I:
Las diferentes ramas de la investigación científica se pueden dividir en dos grupos fundamentales: las
ciencias empíricas y las ciencias no empíricas
Las ciencias empíricas pretenden explorar, describir, explicar y predecir los acontecimientos que tienen lugar
en el mundo, sus enunciados deben confrontarse con los hechos de nuestra experiencia y solo son
aceptables si están apoyados en una base empírica. Este apoyo se puede conseguir de diversas maneras:
mediante la experimentación, mediante la observación sistemática, mediante entrevistas o estudios, mediante
pruebas psicológicas o clínicas, mediante el examen cuidadoso de documentos, inscripciones, monedas,
restos arqueológicos, etc.
Las ciencias no empíricas, como la lógica y la matemática pura, no dependen de una base empírica y sus
proposiciones se demuestran sin referencia esencial a los datos empíricos.
A las primeras, a su vez, se las divide en ciencias sociales y ciencias naturales. Esta división no es clara ya
que no existe un acuerdo general sobre cuál es el lugar por donde ha de trazarse la línea divisoria.
Por lo general, se entiende que las ciencias naturales abarcan la física, la química, la biología y sus zonas
limítrofes; mientras que las ciencias sociales comprenden la sociología, la ciencia política, la antropología, la
economía, la historiografía y las disciplinas relacionadas con ellas.

TEXTO II:
Modos de razonamiento deductivos:

Si H es verdadera, entonces también lo es I.


Pero (como se muestra empíricamente) I no es verdadera.
H no es verdadera.
Este modo de razonamiento se denomina lógica modus tollens y es deductivamente válida, es decir, que si
sus premisas (los enunciados escritos encima de la línea horizontal) son verdaderas, entonces su conclusión
(el enunciado que figura debajo de la línea) es verdadero también. Por tanto, si las premisas están
adecuadamente establecidas, la hipótesis H que se está sometiendo a contrastación debe ser rechazada.

Si H es verdadera, entonces también lo es I.


(Como se muestra empíricamente) I es verdadera.
H es verdadera.

Este modo de razonar es conocido como falacia de afirmación de consecuente y no es deductivamente


valida, esto quiere decir que, su conclusión puede ser falsa aunque sus premisas sean verdaderas.
Así, el resultado favorable de una contrastación, es decir, el hecho de que una implicación contrastadora
inferida de una hipótesis resulte verdadera, no prueba que la hipótesis lo sea también. Incluso en el caso de
que hayan sido confirmadas mediante contrastación cuidadosa diversos implicadores de una hipótesis, puede
que esta sea falsa. Este razonamiento también incurre en la falacia de afirmación consecuente.

Si H es verdadera, entonces lo son también I1, I2, … In.


(Como se muestra empíricamente) I1, I2, … In son todas verdaderas.
H es verdadera.

El papel de la inducción en la investigación científica.


Se ha examinado algunas investigaciones científicas en las cuales, ante un problema dado, se proponían
respuestas en forma de hipótesis que luego se contrastaban derivando de ellas las apropiadas implicaciones
contrastadoras y comprobando estas mediante la observación y la experimentación.
¿Cómo se llega en un principio a las hipótesis adecuadas? Se ha mantenido a veces que esas hipótesis se
infieren de datos recogidos con anterioridad por medio de la inferencia inductiva, en contraposición a la
inferencia deductiva.
Las inferencias inductivas parten de premisas que se refieren a casos particulares y llevan a una conclusión
cuyo carácter es el de una ley o principio general. Las premisas de esta inferencia, implican la conclusión solo
con un grado más o menos alto de probabilidad (a diferencia de las inferencias deductivas).
Si se intenta imaginar cómo utilizaría el método científico, el proceso sería el siguiente (estadios):
• En primer lugar, se observarían y registrarían todos los hechos, sin seleccionarlos ni hacer conjeturas
a priori acerca de su relevancia.
• En segundo lugar, se analizarían, compararían y clasificarían esos hechos observados y registrados,
sin más hipótesis ni postulados que los que necesariamente supone la lógica del pensamiento.
• En tercer lugar, a partir de este análisis de los hechos se harían generalizaciones inductivas referentes
a las relaciones, clasificatorias o causales entre ellos.
• Y en cuarto lugar, las investigaciones subsiguientes serian deductivas tanto como inductivas,
haciéndose inferencias a partir de generalizaciones previamente establecidas.
En los dos primeros estadios no existen hipótesis o conjeturas acerca de cuáles pueden ser las conexiones
entre los hechos observados, esta restricción parece obedecer a la idea de que esas ideas preconcebidas
resultarían tendenciosas y comprometerían la objetividad científica de la investigación.
Esta concepción, denominada la concepción inductivista estrecha de la investigación científica, es insostenible
por varias razones y estas son:
En primer lugar, una investigación científica tal como acá se presenta, es impracticable. Ni siquiera se puede
dar el primer paso porque para poder reunir todos los hechos se tendría que esperar hasta el fin del mundo, y
tampoco se puede reunir todos los hechos dados hasta ahora, puesto que estos son infinitos tanto en número
como en variedad.
Con respecto al primer estadio, la máxima según la cual la obtención de datos debería realizarse sin la
existencia de hipótesis antecedentes que sirviera para orientarnos acerca de las conexiones entre los hechos
que se están estudiando es una máxima que se autorrefuta, y a la que la investigación científica no se atiene.
Al contrario, las hipótesis, en cuanto intento de respuesta, son necesarias para servir de guía a la
investigación científica. Esas hipótesis determinan cual es el tipo de datos que se han de reunir en un
momento dado de una investigación científica.
La crítica con respecto al segundo estadio es que un conjunto de hechos empíricos se puede analizar y
clasificar de diversos modos, la mayoría de los cuales no serian de ninguna utilidad para una determinada
investigación. Así, pues, para que un modo determinado de analizar y clasificar los hechos pueda conducir a
una explicación de los fenómenos en cuestión, debe estar basado en hipótesis acerca de cómo están
conectados esos fenómenos; sin esas hipótesis, el análisis y la clasificación son ciegos.
La inducción se concibe a veces como un método que, por medio de reglas aplicables mecánicamente, nos
conduce desde los hechos observados a los correspondientes principios generales. En este caso, las reglas
de la inferencia inductiva proporcionarían cánones efectivos del descubrimiento científico. La crítica que se
hace a este tercer estadio es que no existen “reglas de inducción” generalmente aplicables por medio de las
cuales se puedan derivar o inferir mecánicamente hipótesis o teorías a partir de los datos empíricos. Las
hipótesis y teorías científicas no se derivan de los hechos observados, sino que se inventan para dar cuenta
de ellos.
Si bien las hipótesis y teorías pueden ser libremente inventadas y propuestas, solo pueden ser aceptadas e
incorporadas al corpus del conocimiento científico si resisten la revisión crítica, que comprende, en particular,
la comprobación mediante cuidadosa observación y experimentación, de las apropiadas implicaciones
contrastadoras.

LA LOGICA DE LA INVESTIGACION CIENTIFICA – POPPER.

EL PROBLEMA DE INDUCCION.
El hombre de ciencia, ya sea teórico o experimental, propone enunciados o sistemas de enunciados y los
contrasta paso a paso. En particular, en el campo de las ciencias empíricas construye hipótesis o sistemas de
teorías y las contrasta con la experiencia por medio de observaciones y experimentos.
De acuerdo con una tesis que tiene gran aceptación y que Popper se opone, las ciencias empíricas pueden
caracterizarse por el hecho de que emplean los llamados “métodos inductivos”: según esta tesis, la lógica de
investigación científica es idéntica a la lógica inductiva, es decir, al análisis lógico de tales métodos inductivos.
Es corriente llamar “inductiva” a una inferencia cuando pasa de enunciados singulares tales como las
descripciones de los resultados de observaciones o experimentos, a enunciados universales, tales como
hipótesis o teorías. Ahora bien, cualquier enunciado que saquemos de este modo, corre siempre el riesgo de
resultar un día falsa.
Se conoce como problema de la inducción la cuestión de si están justificadas las inferencias inductivas o
debajo de qué condiciones lo están. Este, puede formularse como la cuestión sobre cómo establecer la
verdad de los enunciados universales basados en la experiencia.
Muchos creen que la verdad de estos enunciados se “sabe por experiencia”, sin embargo, es claro que todo
informe en que se da cuenta de una experiencia no puede ser originariamente un enunciado universal, sino un
enunciado singular. Por lo tanto, la verdad de dicho enunciado puede reducirse a la verdad de otros
enunciados singulares que son verdaderos según se sabe, por experiencia; lo cual equivale a decir que los
enunciados universales están basados en inferencias inductivas.
La teoría de Popper, se opone a las ideas de una lógica inductiva. Esta, se describe como la teoría del
método deductivo de contrastar o cómo la opinión de una hipótesis sólo puede contrastarse
empíricamente (y no verificarse).

ELIMINACION DEL PSICOLOGISMO.


El trabajo del científico consiste en proponer teorías y en contrastarlas, La etapa inicial, es decir, la cuestión
acerca de cómo se le ocurre una idea nueva a una persona, puede ser de gran interés ara la psicología
empírica, pero carece de importancia para el análisis lógico del conocimiento científico.
Así, la tarea de la lógica del conocimiento, consiste pura y exclusivamente en la investigación de los
métodos empleados en las contrastaciones sistemáticas que se debe someter toda idea nueva antes de que
se la pueda sostener seriamente. Para este autor, no existe un método lógico de tener nuevas ideas, ni una
reconstrucción lógica de este proceso.

CONTRASTACION DEDUCTIVA DE TEORIAS.


El método de contrastar cítricamente las teorías y de escogerlas, procede siempre del mismo modo: Una
vez presentada a título provisional una nueva idea, aun no justificada en absoluto, se extraen conclusiones de
ella por medio de una deducción lógica; estas conclusiones se comparan entre sí y con otros enunciados
pertinentes, con objeto de hallar las relaciones lógicas que existen entre ellas. Finalmente, se la contrasta por
medio de la aplicación empírica de las conclusiones que pueden deducirse de ella.
Si la las conclusiones resultan ser verificadas, la teoría de la que nos referimos ha pasado con éxito las
contrastaciones (por esta vez). Pero si las conclusiones han sido falsadas, esta falsación revela que la teoría
de la que se han deducido lógicamente es también falsa.

EL PROBLEMA DE LA DEMARCACION.
Al rechazar el método de la inducción, Popper hace desaparecer las barreras que separan la ciencia de la
especulación metafísica. Su respuesta a esta objeción es que la principal razón para rechazar la lógica
inductiva es que esta no proporciona un rasgo discriminador apropiado del carácter empírico, no metafísico,
de un sistema teórico, es decir, no proporciona un “criterio de demarcación” apropiado.
Este autor llama problema de demarcación al de encontrar un criterio que permita distinguir entre las ciencias
empíricas, por un lado, y los sistemas metafísicos, por otro.
La razón principal por la que los epistemólogos con inclinaciones empiristas tienden a pretender su fe en el
“método de la inducción” es que constituyen su creencia de que éste es el único método que puede
proporcionar un criterio de demarcación apropiado. Más allá de su desacuerdo, Popper considera que la
primera tarea de la lógica del conocimiento es proponer un concepto de ciencia empírica con el objeto de
llegar a un uso lingüístico lo más definido posible, y a fin de trazar una línea de demarcación entre la ciencia y
las ideas metafísicas.

LA EXPERIENCIA COMO METODO.


¿Cómo ha de distinguirse el sistema que represente nuestro mundo de experiencia? Popper dice que por el
hecho de que se la sometió a contraste y resistió las contrastaciones, esto quiere decir, que se le ha de
distinguir aplicándole el método deductivo.

LA FALSABILIDAD COMO CRITERIO DE DEMARCACION.


Popper afirma que el criterio de demarcación que se debe adoptar no es el de la verificabilidad, sino el de la
falsabilidad de los sistemas. Esto quiere decir, no se exige que un sistema científico pueda ser seleccionado,
de una vez para siempre, en un sentido positivo, pero sí que sea susceptible de selección en un sentido
negativo por medio de contrastes o pruebas empíricas: ha de ser posible refutar por la experiencia un sistema
empírico.
Los enunciados universales no son jamás deductibles de enunciados singulares, pero si pueden estar en
contradicción con estos últimos.

EL PROBLEMA DE LA BASE EMPIRICA.


Para que la falsabilidad pueda aplicarse de algún modo como criterio de demarcación, debe tenerse a mano
enunciados singulares que puedan servir como premisas en las inferencias falsadoras.
Si se separa claramente los aspectos psicológicos del problema de los lógicos y metodológicos, se tiene que
distinguir, por una parte, las experiencias subjetivas o sentimientos de convicción que nunca pueden justificar
enunciado alguno y, por otra, las relaciones lógicas objetivas, existentes entre los diversos sistemas de
enunciados científicos y en el interior de cada uno de ellos.
Popper dice que la objetividad de los enunciados científicos descansa en el hecho de que pueden
contrastarse intersubjetivamente.

LA ESTRUCTURA DEL CONOCIMIENTO CIENTIFICO – LORENZANO.

LA INDUCCION Y LA CIENCIA.
El inductivismo es visualizado como el método característico de todo conocimiento cuentico e incluso común
acerca de las cosas naturales y sociales. El empirismo lógico o neo-positivismo expuso las reglas de la
metodología inductiva dominante en filosofía de la ciencia desde los años veinte.
Según esta corriente, la ciencia es un sistema lingüístico, un conjunto de proposiciones en el que es dable
distinguir al menos dos tipos diferentes:
a) Uno, que habla de un individuo o un conjunto pequeño de individuos, al que se puede llamar muestra, y
de las propiedades que se observan en él. Esto quiere decir, observabilidad directa del fenómeno
descripto, en un conjunto accesible de especímenes. Estos enunciados son llamados de Nivel 1,
estos corresponden con los datos y la casuística de la actividad científica.
b) Otro, que habla de población global. Todos, naturalmente, se refieren al conjunto de especímenes
pasados, presentes y futuros. Estos enunciados son denominados de Nivel 2 y corresponden a las
leyes de la ciencia.
Según el método inductivo, el nivel 2 se obtiene generalizando las observaciones efectuadas y expresadas en
el nivel 1, también llamado “base empírica”, el conjunto de hechos en los que se apoya todo el complejo
edificio de la ciencia.
Pasos del método inductivo:
• Experimento para ver;
• Conclusión provisional;
• Variación de las condiciones;
• Pasaje por distintas especies;
• Para finalmente concluir con la ley científica.
Todo razonamiento acerca de la realidad reside en el nexo que pueda establecerse entre un hecho presente y
otro inferido, entre A y B, o entre un conjunto de hechos conocidos y una ley, que legisla acerca de hechos no
conocidos directamente, ya sean pasados, presentes o futuros, y que especifica que en ellos se cumplirá el
mismo nexo ya observado entre los que se conocen.
Para Hume, solo se entiende el pasaje de una afirmación particular, nivel 1, a otra general, nivel 2, si existe un
principio de inducción que haga de nexo entre una y otra, un postulado valido que diga: “si un número
suficientemente grande de casos se ha dado una relación, ésta será válida para todos los casos”.
El principio de la inducción puede conducir de la verdad a la falsedad, por lo que queda demostrado que no
es un principio lógico ya que éstos conservan la verdad de las premisas en la conclusión. Tampoco es un
principio a priori porque, según Hume, las asociaciones entre A y B no son de ninguna manera previas a la
experiencia. Por último este debería ser un principio de la experiencia y debería justificarse por la experiencia,
pero toda inferencia de la experiencia se supone es inductiva, y por lo tanto, el principio de la inducción se
justificaría a su vez en forma inductiva. Esto, es imposible ya que el principio de un razonamiento no puede
establecerse por medio de un razonamiento que utilice ese principio.
No siendo a priori, lógico, o de la experiencia, el tal principio no puede justificar a la inducción ya que
el mismo es injustificado.

LA VERDAD COMO METODO: LA CONCEPCION HEREDADA Y LA CIENCIA COMO


PRODUCTO – PALMA, PARDO.
En la filosofía de la ciencia, a lo largo del siglo XX, ha mantenido una posición dominante una corriente
denominada “concepción heredada” o “concepción estándar” de la ciencia. Dentro de esta línea filosófica se
distinguen dos sub-corrientes: el empirismo lógico o “concepción inductivista” y el racionalismo critico o
falsacionismo, cuyo fundador y principal representante ha sido Karl Popper.
Ambas sub-corrientes comparten un núcleo duro de afirmaciones sobre las ciencias, algunos son:
• La ciencia es la forma más legítima de conocimiento. Esto, en muchos casos, deriva un cientificismo y
da lugar a concepciones reduccionistas.
• Las teorías científicas son conjuntos de enunciados de distinto nivel y testeables empíricamente. Este
rasgo prioriza el análisis lógico de las teorías, desestimando su carácter estructural y contextual.
• La observación es, de un modo más ingenuo o sofisticado, la instancia última de fundamentación del
conocimiento científico. Aquí reside el empirismo, que postula lo empírico como la base objetiva del
conocimiento científico.
• En mayor o menor medida, la ciencia, centrada en el método, es un saber valorativamente neutral. La
teoría de la neutralidad supone que la responsabilidad por las posibles consecuencias negativas del
desarrollo científico quedan del lado de su aplicación tecnológica, producto de decisiones políticas, no
científicas.
• Existe “la verdad”, en sentido fuerte, aun cuando nunca podamos estar seguros de haberla hallado y,
mucho menos, fundamentado. Si la ciencia es el único conocimiento legítimo, esta legitimidad se funda
en la “verdad” garantizada, de algún modo por el método científico.
• Existe el progreso científico. La ciencia, si bien no puede nunca “verificar” sus afirmaciones, sin dudas
representa cada vez con mayor exactitud la realidad.
Frente a esta concepción “tradicional” del conocimiento científico, en la segunda mitad del siglo XX, han
irrumpido una serie de voces que dieron lugar a la constitución de un nuevo escenario epistemológico. El hito
fundamental en la aparición de este nuevo escenario fue la edición de “La estructura de las revoluciones
científicas” de Thomas Kuhn en 1962.

CARACTERISTICAS DE LA CONCEPCION HEREDADA: LOS EJES DEL DEBATE.


El núcleo duro de la concepción heredada se centra en dos ejes que hegemonizan el debate sobre la ciencia
en la primera mitad del siglo XX: el problema de la historicidad y el problema ético.
La primera, es más estrictamente epistemológica e involucra la pregunta por la objetividad del conocimiento
científico. Aquí, se abre la problemática del método científico, como instancia de salvaguarda de la
universidad y de la validez de los productos de la ciencia.
La segunda, es el resultado inquietante del devenir del paradigma moderno. Aquí, en la resolución de los
problemas de la dimensión practica de la ciencia, se juega la manera de pensar la relación entre ciencia,
tecnología, política y sociedad.
Lo que se pretende aquí, es arraigar todas las líneas del debate filosófico sobre la ciencia en dos suelos que
se consideran los más fundamentales: el teórico, centrado en las discusiones sobre la objetividad y el práctico,
que abarca todo lo referido al tema de la responsabilidad.

El problema de la historicidad de las ideas científicas.


¿Es el conocimiento científico “esencialmente” histórico? Responder de modo negativo a este
interrogante implica sostener que la verdad, en ciencia, es trans-histórica (por encima de lo histórico, aislable
de su influencia). Por el contrario, toda respuesta positiva conlleva la tesis de que cualquier verdad, incluso en
ciencia, es verdad en el marco de un contexto histórico determinado, es decir, dentro de una época o de un
“paradigma” determinado.
El paradigma científico moderno nació y creció en la sombra de la presunción de que sus verdades son
universales y objetivas, y por tanto, trans-históricas, válidas para cualquier época, con independencia de todo
condicionamiento factico. Sin embargo, el quiebre que la revolución científica del siglo XX produjo en cuanto al
pretendido carácter irrefutable y necesario de las leyes de la física newtoniana puso en jaque la presunción.
La epistemología más tradicional sigue defendiendo la convivencia de no perder de vista la diferencia esencial
que existe entre el ámbito de la facticidad (lo histórico) y el de la validación (la verdad), Por su parte, los
críticos de esta epistemología intentan reconstruir una teoría de la racionalidad que recupere para sí la
dimensión de la historicidad.
¿Cómo sostener el carácter “objetivo” del conocimiento científico sin negar la obvia influencia de los contextos
históricos en la constitución de todo saber? Para ello, la concepción heredada planteó una distinción clave:
una cosa es el contexto de descubrimiento de una idea científica y otra su contexto de justificación.
Reichenbach habla sobre los dos contextos, el primero importa el hallazgo, la producción, de una hipótesis o
teoría y corresponde al ámbito de la génesis histórica. Aquí entran en juego todas las circunstancias sociales,
políticas o económicas que influyen o determinan la aparición o gestación de un descubrimiento.
El segundo contexto, tiene que ver con todos aquellos elementos que hacen a la validación de una teoría,
aquí se abordan las cuestiones atinentes a la estructura logia de las teorías y su posterior puesta a prueba.
Para la concepción heredada, este es el único contexto relevante y propiamente científico, ya que en él se
juega lo que realmente importa: la verdad. De él, queda excluido todo elemento “externo” que haga al “afuera”
de la ciencia, es decir, a lo histórico.
Lakatos propone la existencia de dos historias de la ciencia, la externa narra el desarrollo de las ideas
científicas en relación con las prácticas sociales que las hicieron posibles, mientras la interna hace
abstracción de la incidencia de lo social y relata simplemente el despliegue de la lógica misma de las ideas
científicas.
La historia interna vendría a ser una “reconstrucción puramente racional” de la ciencia y se la vincula con el
contexto de justificación, mientras que la externa, daría cuenta del acontecer científico en relación con los
avatares del contexto de descubrimiento. Facticidad, es decir, historicidad, por un lado; validación por otro.
La distinción entre estos dos contextos, nos lleva a la prioridad del método científico. En ella se sustenta la
epistemología tradicional: “método” y “ciencia” ha devenido casi sinónimos. Por eso, para nuestra época, la
ciencia es casi, exclusivamente, una manera de fundamentar nuestras creencias.

LA CUESTION DEL METODO, ENTRE EL DESCUBRIMIENTO Y LA JUSTIFICACION.


El quehacer científico posee dos dimensiones esenciales: la empírica y la teórica. No hay ciencia, al menos en
el sentido que se le da actualmente a este concepto, sin empiria, es decir, sin experiencia. Pero tampoco la
hay solo con ella, una mera recolección de datos, sin teoría, sin pretensión de universalidad, sin aspiración a ir
más allá de los casos particulares, no es “ciencia”.
¿Cómo se cruzan estos dos aspectos? Cualquier respuesta a esta pregunta implica una toma de posición
respecto de las relaciones entre las dos dimensiones. Sin embargo, hay que distinguir, desde un principio, dos
problemas metodológicos: la cuestión del descubrimiento y la de la justificación.
Una cosa es responder la pregunta acerca de cómo se formula una hipótesis científica, de dónde “sale”, como
se inicia una investigación científica y otra muy diferente es resolver la cuestión de cómo se fundamenta o
valida una hipótesis. Al primer problema se lo denomina la problemática del descubrimiento en el método
científico o “métodos de descubrimiento”, mientras que la segunda es la problemática relacionada con
los “métodos de validación”. Por lo tanto, no hay “un” problema del método, sino que cuando se habla de
método científico se deben discriminar en ese concepto las dos problemáticas diferentes.
Esta distinción fue introducida por la concepción heredada pero luego fue olvidada en algunos aspectos,
debido que a esta solo le interesaba el problema de justificación porque se piensa a la ciencia, como un modo
de “justificar” creencias, en el que lo único que importa es el resultado. Todo lo subjetivo es de menor
importancia.
En síntesis, la objetividad estaría del lado de la justificación y la subjetividad del lado del descubrimiento, por
estas razones, “el problema del método” suele ser reducido al problema de la justificación de hipótesis.

El método inductivo.
Los empiristas lógicos agregan a la filosofía empirista el análisis lógico de los enunciados básicos a los que
podría reducirse toda aserción científica acerca del mundo.
Para que un enunciado sea científico debería cumplir con una regla básica: la significación. Y, a su vez, un
enunciado tiene significado si es, directa o indirectamente, verificable, es decir, si es posible establecer por
medio de los sentidos su verdad o falsedad. De este modo, queda fuera de la ciencia toda teoría que no
pueda ser reducida a un conjunto de enunciados básicos.
Principales características del empirismo lógico como filosofía base de lo que es el método inductivo:
• Empirismo, la experiencia y los sentidos como origen y fundamento del conocimiento.
• La observación, en tanto instancia ultima de fundamentación, es el suelo en el que se asienta la
objetividad. Toda teoría debe originarse en la experiencia y debe estar fundada en la experiencia.
• El sujeto, como sujeto de la observación, puede observar de modo objetivo.
• La verificabilidad es el criterio de demarcación entre los enunciados con significado y los seudo-
enunciados. Por lo tanto, todo enunciado científico debe poder ser reducido a enunciados protocolares
verificables en principio.
Desde la concepción heredada, tanto en su versión inductivista como en la hipotético-deductivista o
falsacionista, las teorías científicas son concebidas como un conjunto de enunciados de distinto nivel (nivel 1,
2, y 3)
El método inductivo en el descubrimiento:
Desde el punto de vista del método inductivo, las hipótesis se infieren de datos recogidos previamente, por
medio de un razonamiento inductivo. La inducción es un tipo de razonamiento que lleva de premisas sobre
casos particulares a una conclusión de carácter general.
Una investigación científica debería comenzar por la observación y registro de los hechos, y llegar a la teoría,
es decir, a la hipótesis, como resultado de una generalización de los datos observacionales anteriormente
analizados y clasificados. La observación ha de ser el punto de partida de la ciencia y la base segura del
conocimiento.
Por lo tanto, el núcleo de la concepción inductivista acerca de la cuestión del descubrimiento en el método
científico está constituido por la afirmación de una prioridad de los datos observacionales respeto de la
hipótesis.
En síntesis, los pasos de una investigación científica ideal serían:
• Observación y registro de todos los hechos referentes al problema de investigación.
• Análisis y clasificación de los datos obtenidos de las observaciones.
• Formulación de la hipótesis a partir de una generalización inductiva.
• Sucesivas contrastaciones de la hipótesis.
Las investigaciones científicas serían como un enorme razonamiento inductivo, en el cual las premisas las
constituyen los datos y la conclusión, la hipótesis. Una teoría científica deberá ser elaborada a partir de
enunciados de nivel 1 que describan los hechos observados, y llegar a una ley empírica general, de
nivel 2, mediante inducción.
El esquema lógico inductivo que tendría la ciencia obliga a comenzar por el nivel 1 y que el nivel 2 sea
resultado de inferencias inductivas. Se prioriza la dimensión empírica sobre la dimensión teórica. Para poder
operar el proceso inferencial inductivo que nos permita obtener el enunciado de nivel 2 es necesario que se
cumplan las siguientes condiciones básicas:
• Se debe observar un número suficientemente amplio.
• Las condiciones de la observación deben ser variadas.
• Ningún enunciado observacional debe contradecir la conclusión.
Es evidente que la respuesta inductiva al problema del descubrimiento en el método científico representa un
punto de vista casi intuitivo respecto de cómo se desarrolla una investigación en ciencia. Sin embargo, en esa
aparente evidencia inductivista, se esconden una serie de errores epistemológicos y metodológicos que la
hacen insostenible.
Críticas al método inductivo en el descubrimiento:
¿Por qué resulta equivocada e incluso absurda la concepción inductivista de la cuestión del descubrimiento en
el método?
1) En primer lugar, porque no hay observaciones puras, entendiendo por “pura” a una observación que no
esté mediada por algún condicionamiento teórico. Toda observación, toda recolección de datos, esta
siempre condicionada por una serie de factores, sean éstos históricos, lingüísticos o culturales. En
síntesis, toda percepción está condicionada por factores teóricos, por sentidos previos. La observación,
el dato, nunca es puro, es siempre una construcción.
2) En segundo lugar, la respuesta inductivista a la cuestión de descubrimiento, es absurda porque una
recolección de datos sin una hipótesis previa seria impracticable. Cualquier recorte observacional que
nos ermita discriminar entre algunos datos y otros y seleccionar cuáles de ellos nos pueden ser utilidad
implica siempre la presencia de una hipótesis previa. Un dato, sin hipótesis, carece de sentido, es
“mudo”, no dice “nada”; sin una hipótesis una investigación científica no puede dar ningún paso. Es a
partir de estas, como los datos adquieren sentido.
3) Finalmente, una última objeción tiene que ver con el problema de los enunciados de nivel 3.
El modo de concebir la relación entre lo empírico y lo teórico que plantea el método inductivo no sólo no logra
explicar el punto de partida de una investigación científica sino tampoco cómo surgen las hipótesis. Aquí, no
habría un mecanismo lógico determinado, desde el cual dar cuenta de la creación de hipótesis científicas, el
carácter empirista lógico del inductivismo termina excluyendo de la ciencia, por contener leyes teóricas,
muchas teorías científicas.
El método inductivo en la justificación:
¿Qué significa ser inductivista en la justificación? Básicamente, implica las siguientes tres afirmaciones:
1) Las hipótesis científicas deben validarse contrastándolas empíricamente mediante predicciones
verificables implicadas en ellas; se deben poner a prueba a través de consecuencias observacionales
que predigan qué deberíamos observar si la hipótesis en cuestión fuese verdadera.
Si para el inductivismo la ciencia comienza por el nivel 1 y de ahí, por inducción, se llega a la
formulación de hipótesis generales, de nivel 2, a la hora de justificación hay que volver al nivel 1,
mediante la deducción de enunciados empíricos particulares que puedan ser contrastados
empíricamente.
2) Lo más propio de la concepción inductivista en la validación de hipótesis consiste en suponer que las
sucesivas contrastaciones exitosas de una hipótesis aumentan la probabilidad de que sea verdadera. En
síntesis, se trata de aplicar la inferencia inductiva en la justificación: de muchas premisas particulares
verdaderas llegamos a un conclusión general probablemente verdadera.
3) Si el método inductivo concibe la ciencia como un conjunto de hipótesis generales formuladas a partir de
observaciones, cree, además, que su objetivo es acercarse a la verdad acumulando conocimiento
confirmado. Esto quiere decir, que la ciencia progresa, se acerca a la verdad, a través del
perfeccionamiento de sus leyes, acumulando nuevo conocimiento resultante de las sucesivas
contrastaciones positivas.
Críticas al inductivismo en la justificación:
1) Las sucesivas contrastaciones exitosas de una hipótesis no aumentan su probabilidad de verdad. Las
hipótesis no se van haciendo más verdaderas a medida que las vamos corroborando, su verdad o
falsedad está ya desde el principio. Si los casos son infinitos, la probabilidad de verdad se mantendrá
siempre igual a cero.
2) La intuición supone un círculo vicioso. Solamente podemos operar una generalización inductiva si
suponemos una suerte de continuidad entre la experiencia pasada, la presente y la futura. La inducción
se basa en la continuidad de la experiencia y ésta, a su vez en inducción. Esto es lo que se denomina
“círculo vicioso de la inducción”.
3) El progreso científico no es por acumulación de conocimiento corroborado. En realidad, dirá Popper, si
afirmamos que existe el progreso científico, debemos pensarlo como un progreso no por acumulación de
corroboraciones sino por descarte de hipótesis falsadas.

El método hipotético-deductivo en el descubrimiento.


Los hipotético-deductivistas construyen su interpretación del método científico sobre las bases de estas dos
grandes fallas de los inductivistas: suponer que las hipótesis deber surgir de observaciones puras y que ésta
es realmente objetiva.
Aquí, la ciencia no parte de observaciones sino de problemas, ante los cuales los científicos proponen
hipótesis como intentos de solución. Y estas, no se obtienen mediante generalización de datos, sino que son
resultado de la formulación y de la capacidad creativa del investigador. Para esta concepción no hay ningún
mecanismo lógico que garantice la formulación de hipótesis, además, para estos, el descubrimiento es
ineludiblemente subjetivo y, en realidad, la objetividad del método reside en la justificación, en la validación
empírica de las hipótesis.
Los pasos en que se desarrolla una investigación científica para el método hipotético-deductivo son:
1) Planteamiento del problema. Una investigación se inicia siempre con problemas, sean teóricos o
prácticos y un problema científico surge cuando los conocimientos que poseemos no alcanzan para
explicar un determinado hecho. Por supuesto, no todo problema ha de ser un problema científico: para
adquirir el estatus de tal habrá de ser planteado sobre un trasfondo científico y ser estudiado con
medios científicos.
Si el problema no está bien descripto, si no es delimitado adecuadamente, la investigación está
destinada al fracaso.
2) Formulación de la/s hipótesis principales. Frente a un problema, el científico busca una solución
posible que guíe y oriente el desarrollo de la investigación. Esa solución es la hipótesis, esta, es un
enunciado que se propone como base para explicar por qué o cómo se produce un fenómeno. Por lo
tanto, si el problema es la pregunta, la hipótesis es la respuesta a partir de la cual podemos comenzar
a investigar.
Para esta concepción, su surgimiento implica un salto creativo, principalmente si se trata de hipótesis
que contengan algún término teórico, es decir, de nivel 3. Aquí se distinguen dos tipos de leyes
teóricas: leyes puras o principios internos y leyes mixtas o principios puentes.
3) Deducción de las leyes empíricas y de las consecuencias observacionales. Una vez formuladas las
hipótesis principales, habrá que contrastarlas empíricamente para poner a prueba su valor. Si partimos
de leyes teóricas, hay dos elementos que hacen que sea imposible contrastarlas directamente: los
enunciados de nivel 3 son teóricos y universales.
Aquí comienza el proceso en virtud del cual hay que “tirar hacia abajo” las hipótesis, entendiendo por
esto “empirizarlas”, inferir sus implicancias observacionales. En síntesis, hay que deducir un enunciado
de nivel 2, empírico y universal (ley empírica). De esta ley empírica hay que deducir un enunciado de
nivel 1, observacional y particular, que prediga algún hecho implicado en la ley y que pueda ser
“verificado”, es decir, que sea posible establecer su verdad o falsedad.
Este enunciado de nivel 1, predictivo e implicado lógicamente en la ley empírica, se lo
denomina “consecuencia observacional”
4) Contrastación empírica. Una vez obtenidas las consecuencias observacionales, se procede a
contrastarlas empíricamente, es decir, compararlas con los hechos para ver si se verifican o no. Hay
dos posibilidades:
En el primer caso, se dirá que la hipótesis que se está sometiendo a prueba a partir de sus
predicciones de nivel 1, ha sido corroborada, se la acepta provisoriamente y se intenta volver a
someterla a prueba.
En el segundo caso, si la consecuencia observacional no se cumpliera, la hipótesis habrá quedado
refutada y se deberá, entonces, corregir las conjeturas y proponer nuevas hipótesis.

El método hipotético deductivo en la justificación: la asimetría de la contrastación.


La contrastación de una hipótesis se realiza a través de enunciados predictivos verificables implicados
lógicamente en ella, denominados “consecuencias observacionales”. Lugo si las consecuencias
observacionales resultan falsas, la hipótesis queda refutada, mientras que si aquella resulta verdadera, esta
está corroborada.
Análisis de la forma lógica en el caso de la refutación.

Si la hipótesis es verdadera, entonces se dará tal c.o


No se da el caso de tal c.o
La hipótesis no es verdadera.

En este caso, se está ante una forma lógica valida de razonamiento. Esta se conoce como modus tollens y, al
ser válida, implica que la verdad de la conclusión se sigue necesariamente de la verdad de las premisas.
Pero, que sea válida no quiere decir que necesariamente ante el incumplimiento de una c.o, haya que
rechazar la hipótesis, ya que siempre existe la posibilidad de corregir el error mediante la introducción
de una hipótesis que dé cuenta de la falsación sin cambiar totalmente a hipótesis principal. A tales
hipótesis correctivas se las denomina “ad hoc”
Por lo tanto, siempre es posible “salvar” una hipótesis principal de la refutación introduciendo otra ad hoc. Sin
embargo, no toda hipótesis ad hoc es una buena hipótesis, en ocasiones la sucesiva introducción de este tipo
de hipótesis impide la refutación.
Análisis de la forma lógica en el caso de un resultado positivo.

Si la hipótesis es verdadera, entonces se dará tal c.o


Se da el caso de tal c.o
La hipótesis es verdadera.

La supuesta verificación de una hipótesis, cuando las c.o se constatan efectivamente, da lugar a una forma
lógica diferente al caso anterior. Pero ahora ya no se está ante una forma válida de razonamiento sino frente a
una falacia conocida como “falacia de afirmación del consecuente”.
Como se trata de un caso de razonamiento inválido, en él la verdad de las premisas no garantiza la verdad de
la conclusión. Por lo tanto, la verificación de las c.o implicadas en las hipótesis no constituye fundamente
suficiente para sostener la verdad de ésta.
La hipótesis es un enunciado de nivel 2 o 3, esto es, un enunciado universal; mientras que la c.o es de nivel 1,
particular. Por lo tanto, ninguna cantidad de casos particulares verificados puede garantizar la verdad del
universal, que contiene infinitos casos posibles.
Por eso, es necesario diferenciar claramente entre “corroboración” y “verificación”. Una hipótesis universal
sólo puede ser corroborada si es que se cumplen sus c.o. La verificación de un enunciado solamente es
posible si se trata de un enunciado de nivel 1.
Esta diferencia entre la seguridad de la refutación y la provisoriedad de la verificación es lo que se
denomina “asimetría de la contrastación”.

El método hipotético-deductivo en la justificación: Karl Popper y el falsacionismo.


Si bien nunca podemos estar lógicamente seguros de la verdad de una hipótesis, la asimetría muestra que sí
se lo puede estar de su falsedad, cuando resultan falsadas sus consecuencias observacionales. Por lo tanto,
las teorías científicas serán aceptadas mientras no se consiga refutarlas, aunque tal aceptación siempre será
provisoria ya que nunca se puede descartar la posibilidad lógica de que en algún momento sean refutadas.
Todo esto, lleva a Popper a enfocar la cuestión metodológica desde la única perspectiva que puede garantizar
la certeza lógica: la refutación. Ya no se tratará, en ciencia, de buscar la corroboración de hipótesis a toda
costa, sino de intentar “tirarla abajo”, refutarla. Las corroboraciones tendrán valor sólo si son el resultado de
los intentos infructuosos de refutar una hipótesis.
El método científico debe estar orientado a la refutación, ya que sólo ésta garantiza la posibilidad de
perfeccionar una teoría y de acercarnos, de alguna manera, a la verdad. El criterio del progreso científico,
estará dado, por el descarte de teorías refutadas, lo que posibilitará la formulación de otras mejores.
Se tiene hasta aquí, las siguientes tesis falsacionistas:
• En concordancia con el hipotético-deductivismo, las investigaciones científicas parten de problemas y
son guiadas por hipótesis creadas y no inferidas inductivamente a partir de datos.
• En una contrastación el único caso que garantiza necesidad lógica es la refutación.
• El método científico debe estar orientado, entonces, no a la corroboración, sino a la refutación de las
hipótesis.
• La ciencia progresa por refutaciones, a partir del error, no por la acumulación de conocimientos
corroborados.
• Las hipótesis que hayan resultado falsadas deberán ser abandonadas y las corroboradas se aceptarán
provisoriamente.
El falsacionismo popperiano extrae de estas tesis un criterio para distinguir entre aquellas teorías que
realmente son científicas y aquellas que pretenden serlo pero, en realidad, forman parte de un pensamiento
seudocientífico.
Respecto al problema del criterio de demarcación, Popper dice que hay teorías que no pueden ser refutadas y
que apelan a fundamentos empíricos, pero que no son cabalmente científicas.
¿En qué consiste el criterio de demarcación falsacionista? Consiste en que una teoría para ser científica debe
tener todas sus hipótesis “falsables” y con “falsables” se quiere decir que dicha hipótesis pueda deducirse al
menos una c.o a partir de la cual refutarla. “Toda buena teoría implica una prohibición: prohíbe que sucedan
ciertas cosas” y cuanto más prohíba, mejor.
Cuando se falsa una hipótesis, esto es, cuando a partir de una c.o no verificada se muestra su falsedad, debe
ser abandonada o corregida. La falsedad implica posibilidad de falsación, es decir, que sea refutable bajo
alguna condición. Luego, si se trata de una hipótesis bien falsable, con gran contenido empírico, que prohíbe
mucho, y no se la puede refutar, entonces se está ante una hipótesis con temple.
Tipos de hipótesis infalsables:
1) Hipótesis metafísicas. Aquellas que no pueden ser “empirizadas”, bajadas de nivel y de las cuales, por
lo tanto, no se puede deducir ninguna c.o. Ejemplo: “Dios no existe”.
2) Las hipótesis enunciadas en términos vagos y/o ambiguos. La múltiple significación o la imprecisión
podrían convertir cualquier enunciado en una hipótesis irrefutable, pero no porque sea buena, sino
porque no es científica.
3) Las hipótesis tautológicas. Tautológico quiere decir que repite un pensamiento usando las mismas o
similares palabras. No tiene sentido formular enunciados tautológicos en el ámbito de las ciencias
fácticas ya que estos solo tienen valor en las ciencias formales.
4) Las hipótesis que son blindadas por auxiliares ad hoc. Ninguna teoría puede ser definitivamente
refutada ya que siempre existirá la posibilidad de introducir hipótesis ad hoc salvadoras.

Una evaluación critica del falsacionismo.


Esta concepción metodológica tampoco escapa a la posibilidad de recibir ciertas críticas pertinentes:
1) La imposibilidad de refutar definitivamente una hipótesis. Esta crítica está relacionada con la cuestión
de las hipótesis ad hoc, cuando una hipótesis es puesta a prueba mediante una c.o que no se cumple,
podemos concluir que la hipótesis es falsa. Sin embargo, si se analiza con más detalle la estructura
lógica de la situación de contrastación, se observa que en realidad, cuando se pone a prueba un
hipótesis, esta nunca se contrasta “sola”: siempre, junto con la hipótesis principal, se está contrastando
algunas hipótesis auxiliares que se están dando por supuesto o no.
No siempre, cuando se produce una anomalía, cuando resulta falsa una c.o debemos rechazar la
hipótesis principal; a veces el problema puede estar en una auxiliar y ser corregida con una ad hoc.
2) La subvaloración de lo histórico en la comprensión del quehacer de la ciencia. Esta crítica no se centra
en las cuestiones lógicas o metodológicas del planteo popperiano sino en la poca importancia que le
asigna a la historia de la ciencia. Las teorías científicas se crean siempre en un contexto o en un
horizonte de sentido mucho más amplio y son esencialmente influidas por él.

CONCLUSION: UN LUGAR PARA LA HISTORIA.


Los supuestos irrebasables de la concepción heredada, en cuanto a que son siempre punto de partida pero
casi nunca objeto de reflexión, empiezan a ser repensados y, en algunos casos, cuestionados, a partir de
mediados del siglo XX. En este momento comienza a construirse un escenario epistemológico post-empirista
que estará animado por un gesto filosófico de base: el redescubrimiento de la historicidad.
Este nuevo escenario epistemológico alternativo recrea alguno de los viejos debates en torno del
conocimiento científico desde otros supuestos, desde otro marco teórico cuyos ejes principales son:
1) Que “lo histórico” juega un papel fundamental en la aceptación o en el rechazo de las teorías
científicas y que, por lo tanto, no solo debe atenderse a lo estrictamente metodológico para
comprender la lógica de la ciencia.
2) Que existe una estructura de anticipación que es inherente a la racionalidad y que le confiere a todo
conocimiento una dimensión de finitud ineludible: cuando conocemos, aun en ciencia, proyectamos
siempre un sentido previo que nos viene de nuestra pertenencia a una tradición, a un mundo, a una
cultura, a un paradigma. Conocemos siempre “desde”.
3) Que, de acuerdo con las consecuencias del punto anterior, la “verdad” es, en parte, un producto, una
construcción.
4) Que no puede concebirse a las teorías científicas como conjunto de enunciados autónomos, sino como
una estructura o red enunciativa.
5) Que el progreso científico, si existe, no hay que comprenderlo como acercamiento a la verdad sino
más bien como resolución de problemas.

CUESTIONARIO 2

1) Para el racionalismo crítico:


• Para el racionalismo crítico, una teoría es mejor porque ha resistido a múltiples
contrastaciones.

2) El principio de inducción es poco confiable porque:


• La inducción solo permite obtener conclusiones probablemente verdaderas.

3) El principio de inducción:
• No se puede justificar mediante la lógica.

4) Elija la opción correcta:


• La ciencia progresa porque se acerca a la versión correcta del mundo mediante reglas y
mecanismos racionales basados en la argumentación lógica.

5) Elija la opción correcta respecto a los enunciados de Nivel 1:


• Los enunciados de nivel 1 de una teoría son observacionales.

6) Para la concepción tradicional:


• La ciencia progresa porque se acerca a la teoría correcta del mundo.

7) Para la concepción tradicional, el contexto de descubrimiento:


• Se diferencia del contexto de justificación porque no hay un método de descubrimiento.

8) La observación permite justificar:


• Los enunciados de nivel 1.

9) A la pregunta qué es la ciencia, la concepción tradicional responde:


• La ciencia es un sistema de enunciados lógicamente ordenados.

10) Con respecto a la clasificación de las ciencias, Hempel sostiene que:


• Las ciencias empíricas dependen de una base empírica.

11) Para el racionalismo critico, los enunciados de nivel 3:


• Los enunciados de nivel 3 se obtienen por inspiración y se justifican por deducción.

12) De acuerdo con el racionalismo critico, una buena hipótesis:


• Tiene muchos falsadores potenciales.

13) En el método inductivo, los enunciados de nivel 2:


• Se obtienen mediante inducción apoyada en enunciados observacionales (de nivel 1).

14) Elija la opción correcta:


• Un enunciado es teórico porque refiere a hechos o cosas no directamente observables.

15) Elija la opción INCORRECTA:


• El paso de enunciados de nivel 1 a nivel 3 es claramente defendible y conduce a leyes. (es
indefendible para la razón y conduce a un razonamiento falible, pues puede llevar a leyes
posiblemente erróneas).

16) Un enunciado o teoría es falsable cuando:


• Existe la posibilidad de hallar al menos un falsador potencial que es un enunciado
observacional contradictorio con la hipótesis.

17) Según el racionalismo critico:


• La hipótesis “el vector transmisor de Chagas es la vinchuca” es falsable.

18) Elija la opción correcta:


• En el método hipotético deductivo, la experimentación define la verdad o falsedad del falsador
potencial.

19) En el método inductivo es posible obtener leyes mediante:


• La inducción apoyada en enunciados observacionales.

20) Elija cuales de las siguientes características corresponden al método inductivo:


• A partir de enunciados observacionales se obtienen leyes mediante la inducción.
• Todo discurso significativo acerca del mundo debe ser empíricamente verificable.
• El investigador procede a hacer experimentos para ver cosas acerca de las cuales no tenía
ninguna idea preconcebida.
• Los enunciados deben ser verificados.

21) Indique cual/es de las dos corrientes estudiadas corresponde las afirmaciones, E.L – R.C – Ambas:
“Es posible distinguir con nitidez la teoría de la observación, y siempre existe una base de observación
relativamente neutral frente a hipótesis alternativas”. PERTENECE A E.L

22) Con respecto a la clasificación de la ciencias, Hempel sostiene que:


• La distinción entre ciencias naturales y sociales no es clara.
• La distinción entre ciencias empíricas y no empíricas no es objeto de discusión.
• Las ciencias empíricas se diferencian de las ciencias no empíricas en el tipo de razonamiento.

23) En el método hipotético deductivo, los experimentos permiten:


• Establecer la verdad/falsedad de las consecuencias observacionales.

24) Los enunciados de nivel 2:


• Son empíricos universales.
• Son leyes empíricas.

25) Elija la opción correcta:


• El criterio de demarcación diferencia lo que la CTC considera ciencias de las pseudociencias.
• Para los positivistas el criterio de demarcación es la verificabilidad. Es posible establecer la
verdad mediante la experiencia.
• El falsacionismo considera que un enunciado es científico cuando puede ser objetivamente
criticado.

26) Para el empirismo lógico:


• Los enunciados de nivel 1 se obtienen por observación y se justifican por observación.

27) Elija la opción correcta:


• Una de las críticas al inductivismo es que no hay observaciones neutras sin teoría.
• Se le crítica al inductivismo que la observación siempre está mediada por algún
condicionamiento teórico.
• Se crítica que se puedan obtener leyes teóricas a partir de los datos empíricos.

28) Elija cuales de las siguientes características corresponden al método hipotético deductivo:
• Es falsable si existe al menos un falsador potencial.
• Para poner a prueba una hipótesis hace falta extraer de ella una consecuencia observacional.

29) Para el empirismo lógico:


• Los enunciados de nivel 3, se obtienen por inducción y se justifican por inducción.

30) Para la concepción tradicional, la ciencia es un sistema lingüístico porque:


• Las teorías están en el plano del lenguaje.

31) Elija la opción INCORRECTA:


• La obtención y articulación de los enunciados en la concepción tradicional carece de
importancia.

32) Para el racionalismo critico, el criterio de demarcación:


• Se apoya en la asimetría entre la verificación y la falsación.

33) Los rasgos más sobresalientes de la concepción tradicional son:


• Es que el conocimiento científico se define por su método y se diferencia claramente la teoría
de la observación.
• Es la distinción entre contexto de descubrimiento y contexto de justificación.
• Es la importancia dada al conocimiento empírico.

34) Elija la opción correcta:


• Los enunciados de nivel 2 son empíricos y se obtienen mediante inducción.

35) Para el empirismo lógico, el progreso de la ciencia consiste en:


• En acumular conocimientos.

36) Elige la opción INCORRECTA, para el racionalismo critico:


• La consecuencia observacional se corrobora con la observación. No solo se corrobora, también
se descarta.

37) Indique a cual/es de las dos corrientes estudiadas corresponde en las afirmaciones, E.L – R.C –
Ambas:
“No exigiré que un sistema científico pueda ser seleccionado en un sentido positivo; pero si se que
pueda ser susceptible de selección por medio de contrastes o pruebas empíricas”. Pertenece al R.C.

38) Un falsador potencial:


• Es un enunciado observacional contradictorio con la hipótesis.

39) La ciencia es un sistema lingüístico porque:


• Las teorías están en el plano del lenguaje.

40) Elija la opción correcta:


• Un razonamiento es válido cuando su forma garantiza que si las premisas son verdaderas se
obtienen necesariamente conclusiones verdaderas.

UNIDAD 3

TOMAS S. KUHN Y LA “NUEVA” FILOSOFIA DE LA CIENCIA – PEREZ RANSAZ.

LA NUEVA FILOSOFIA DE LA CIENCIA FRENTE A LA TRADICION.


La ciencia se distingue del resto de actividades culturales por haber adquirido un método especial, “el método
científico” el cual constituye un modo privilegiado de conocer el mundo.
Hasta los años cincuenta, los filósofos de la ciencia compartieron la idea de que los logros científicos se
alcanzaban gracias a la aplicación de un conjunto de principios o reglas, tanto de razonamiento como de
procedimiento, que permitían evaluar objetivamente las hipótesis y teorías que se proponen en la actividad
científica.
Se pensaba que el método constituido por dichas reglas ofrecía un riguroso control de calidad de las hipótesis
y teorías, junto con una forma de calibrar su éxito, que permitía a los científicos decidir con total acuerdo sobre
su aceptación o rechazo. El objetivo de esta concepción era codificar las reglas metodológicas que
encerraban el núcleo de la racionalidad científica.
Esta idea general sobre el método científico, resulta severamente cuestionada por una serie de concepciones
que responden al interés por explicar cómo, de hecho, la ciencia cambia y se desarrolla. Todos ellos coinciden
en poner en duda la existencia de un conjunto de reglas metodológicas del tipo que los filósofos clásicos
habían estado buscando.
El movimiento de los años setenta, se identifica de diversos modos: nueva filosofía de la ciencia, corriente
historicista, Teoreticismo, análisis de las cosmovisiones e, incluso, filosofía blanda de la ciencia.
La denominación de “nueva filosofía de la ciencia” destaca su oposición a las tesis básicas tanto del
empirismo lógico como del racionalismo crítico que ahora se consideran concepciones clásicas o
tradicionales.
El calificativo de “corriente historicista” obedece a que en este enfoque la atención se concentra en la
dinámica del proceso mediante el cual cambia y evoluciona el conocimiento científico, más que en la
estructura lógica de sus resultados. El análisis del desarrollo del conocimiento exige tener en cuenta el modo
de como de hecho se trabaja en la ciencia, y sólo la investigación histórica nos puede dar esa información. En
consecuencia se otorga primacía, como instrumento de análisis, a los estudios históricos frente los análisis
lógicos.
El escaso uso de herramienta formal, característica de este enfoque, es lo que ha valido el título de “filosofía
blanda de la ciencia”.
La denominación de “teoreticistas” responde a la tesis que comparten los nuevos filósofos: toda observación,
y en general toda experiencia, está “cargada de teoría”. No hay observaciones puras, neutras, independientes
de perspectiva teórica. En lugar de suponer que las observaciones proporcionan la base firme, se intenta
mostrar que los marcos teóricos contribuyen en buena medida a determinar qué es lo que se observa.
También se considera que la importancia de los datos varía en función de las distintas perspectivas teóricas.
Estos dos aspectos, el enfoque histórico (contra la primacía del análisis lógico) y el acento en el carácter
teórico de la investigación (contra la existencia de una base neutral), conducen al cuestionamiento de la
distinción entre “contexto de descubrimiento” y “contexto de justificación”, distinción que está en el núcleo de
las concepciones clásicas. Pero sobre todo, conducen a la idea de que para entender qué es el conocimiento,
no basta considerar el “contexto de justificación”.
Para Reichenbach, quien fue el que introdujo la distinción, la cuestiones que atañan la racionalidad sólo se
plantean en el segundo contexto. Además, afirma que la epistemología se distingue de la psicología en que la
primera “intenta reconstruir los procesos de pensamiento como deberían suceder si han de ser ordenados en
un sistema coherente”, la epistemología trabaja, entonces, con “sustitos lógicos” más que con procesos de
pensamiento efectivos.
Esta reconstrucción lógica es la reconstrucción que permite decidir si una hipótesis está justificada por la
evidencia empírica, y en consecuencia si es racional su aceptación.
Desde esta perspectiva clásica, resulta natural que sólo se examinen productos de la investigación que se
consideran determinados. Al utilizar sólo métodos lógicos, se pretende que los resultados del análisis filosófico
de la ciencia tengan una aplicación y validez general y, por tanto, un carácter definitivo. El filósofo debe
reconstruir la estructura lógica del lenguaje científico, de las leyes, las teorías, las explicaciones que estas
establecen, etc.
La atención exclusiva en la reconstrucción lógica eliminaba del ámbito filosófico los procesos de producción y
desarrollo de los resultados científicos, así como la posible influencia de “factores externos” en la aceptación
de dichos resultados. Estas cuestiones se las consideró como parte del contexto de descubrimiento.
La distinción de contextos, así como la exclusiva importancia epistemológica del contexto de justificación,
fueron definidas por los empiristas lógicos (Rudolf Carnap) y racionalistas críticos (Karl Popper). La situación
que prevalecía antes del surgimiento de la nueva filosofía podría hacer pensar que coexistían dos
concepciones básicamente distintas, sin embargo, el contraste que establece la nueva perspectiva resalta los
acuerdos de fondo entra las concepciones clásicas.
En cuanto a las diferencias entre estos dos filósofos clásicos, la más importante se encuentra en la manera
de construir y concebir el método científico:
Carnap defiende un método de justificación de tipo inductivo: partiendo de los enunciados de observación,
que son la base segura de nuestro conocimiento, se debe establecer que tan bien confirmada, es decir,
justificada, queda una hipótesis de aplicación más general. El problema de caracterizar formalmente la
confirmación es, para este autor, el problema de construir una lógica de tipo inductivo que permita establecer
qué tanto apoyo (justificación) presta la evidencia empírica a las hipótesis generales.
Popper argumentaba que la inducción no puede ser un método de justificación, y subraya que los enunciados
que describen nuestras observaciones también son corregibles, y en consecuencia no constituyen ningún
fundamento último de nuestro conocimiento, como pensaban los empiristas. La racionalidad, se trata
solamente de una cuestión de método: la ciencia es una empresa racional porque la racionalidad reside en el
proceso por el cual sostenemos a crítica y reemplazamos nuestras creencias.
Este autor, propone en cambio, una serie de reglas metodológicas que nos permite decidir cuándo debemos
rechazarla: La regla lógica del modus tollens.
Esta regla da lugar a inferencias estrictamente deductivas que permiten establecer la falsedad de hipótesis
universales a partir de enunciados sobre hechos singulares. Popper reconstruye el método científico como un
método de conjetura y refutación: se propone una conjetura (hipótesis), arriesgada de gran alcance, y se
deducen c.o que se ponen a prueba; si alguna de estas consecuencias falla, la hipótesis ha quedado refutada
y debe rechazarse.
Cuando una hipótesis ha sobrevivido a diversos intentos de refutación, se dice que esta “corroborada”, pero
esto no nos autoriza a afirmar que ha quedado justificada por la evidencia empírica.
A pesar de las fuertes diferencias, el empirismo lógico y el racionalismo crítico coinciden, en primer lugar, en
su objetivo básico: se trata de destilar lo esencial del método científico y justificar nuestra confianza en
él. En ambas concepciones, se supone que la pregunta por las reglas metodológicas conduce a cánones
universales de racionalidad. Aquí la racionalidad se concibe como enclavada en reglas de carácter universal,
las cuales determinan las decisiones científicas y se minimiza el papel de los sujetos.
Tesis que configuran la concepción de ciencia que comparten los filósofos clásicos:
1) Hay un criterio general de demarcación que permite identificar lo que cuenta como ciencia;
2) Es posible distinguir con nitidez la teoría de la observación, y siempre existe una base de observación
relativamente neutral frente a hipótesis alternativas;
3) El desarrollo del conocimiento científico es progresivo en el sentido de que tiende hacia la teoría
correcta del mundo;
4) Las teorías científicas tienen una estructura deductiva bastante rígida;
5) Los término científicos son definibles de manera precisa;
6) Todas las ciencias empíricas, tanto naturales como sociales, deben emplear básicamente el mismo
método;
7) Hay un distinción fundamental entre contexto de descubrimiento y contexto de justificación, y sólo el
segundo es importante para dar cuenta del conocimiento científico.
La imagen de la ciencia como algo que a fin de cuentas esta fuera de la historia y que, gracias a su método,
resulta ser independiente de los sujetos que la producen provocó la reacción de reivindicar la dimensión
histórico, social y pragmática de la empresa científica.
Autores como Toulmin y Hanson parten de la idea de que para comprender la teoría científica es necesario
tomar en cuanta tanto aquello que se intenta resolver con ella, su uso, como su proceso de evolución.
El análisis de una teoría debe tomar en cuenta, que la ciencia siempre se hace desde alguna perspectiva
determinada, dese cierta forma de ver e interactuar con el mundo, es decir, “no hay ciencia libre de
presupuestos”. De aquí el nombre de “análisis de las cosmovisiones” que también recibe este enfoque
alternativo.
Las teorías científicas se generan y desarrollan, siempre, dentro de un marco de investigación más
comprehensivo. Un marco abarca diversos tipos de compromisos o supuestos básicos, las teorías no pueden
cumplir el papel de unidades básicas de análisis en el estudio de la ciencia (como lo asignaba la filosofía
clásica).
Un marco de investigación comprende compromisos:
• De tipo pragmático: cuál es el interés en construir determinadas teorías, qué problemas deben resolver
y a qué campo de fenómenos se pretenden aplicar.
• De tipo ontológico: qué tipos de entidades y procesos se pueden postular como existentes en el
domino de investigación.
• De carácter epistemológico: a qué criterios se deben ajustar las hipótesis para calificar como
conocimiento.
• Sobre cuestiones de procedimiento: qué técnicas experimentales y qué herramientas formales se
consideran más adecuadas y confiables.
Este marco, condiciona la manera de conceptualizar la experiencia y clasificar los fenómenos, ya que ante
todo implica el compromiso con un determinado esquema conceptual y un conjunto de principios teóricos.
Otra idea clave de este enfoque alternativo es que los marcos generales de investigación también cambian,
todos ellos coinciden en que los acontecimientos más importantes de la historia de la ciencia son aquellos que
involucran cambios en los marcos que guían la investigación en una disciplina. De aquí, la preocupación por
poner modelos de desarrollo que den cuenta de los cambios más profundos, y a más largo plazo, en el nivel
de los compromisos básicos de las comunidades científicas.
La tesis de que en el desarrollo científico ocurren cambios profundos, cuyo defensor más destacado es
Thomas S. Kuhn, intenta mostrar, con base en el estudio de casos de la historia de la ciencia, la incapacidad
de las metodologías ofrecidas hasta entonces, para explicar los grandes logros científicos.
Este autor, encuentra que buena parte del proceder científico viola las reglas metodológicas propuestas tanto
por los empiristas lógicos como por los racionalistas críticos. Esta objeción, revela un claro desacuerdo con el
carácter normativo del análisis metodológico, es decir, con la idea de que la filosofía se ocupa de específica
cómo se debe hacer la ciencia.
Aquí, se establece una controversia entre quienes consideran que el objetivo es entender la estructura del
desarrollo científico y explicar los cambios que en él se generan (NFC) y quienes consideran que el objetivo
es codificar los criterios y procedimientos, de carácter universal, que regulan la correcta práctica científica
(CTC).
Desde la perspectiva histórica, los nuevos filósofos encuentran que tanto los criterios de evaluación de
hipótesis como las normas de procedimiento también se modifican con el desarrollo de las distintas
tradiciones científicas. Esto es, los cambios en los marcos de investigación, implican también cambios en los
métodos, una teoría acerca de la ciencia tiene que poder dar cuenta de su evolución y diversidad.
La vía para abordar el problema de la racionalidad científica es la investigación empírica de sus mecanismos y
resultados a través del tiempo. Los principios normativos y evaluativos se deben extraer del registro histórico
de la ciencia exitosa, en lugar de importarlos de algún paradigma epistemológico y tomarlos como la base de
“reconstrucción racional” a priori de la ciencia.

PRESENTACION ESQUEMATICA DEL MODELO KUHNIANO.


En lo primero que se destaca este modelo es en el siguiente supuesto básico: las diversas disciplinas
científicas se desarrollan de acuerdo con un patrón general. Esta estructura se refleja en una serie de fases o
etapas por las que atraviesa toda disciplina científica a lo largo de su desarrollo.
Dicho patrón o estructura general comienza con una etapa “pre-paradigmática”, en la cual coexisten
diversas “escuelas” que compiten entre sí por el dominio en un cierto campo de investigación. Lo
característico de esta etapa es que las investigaciones que realizan los distintos grupos no logran
producir un cuerpo acumulativo de resultados. Este periodo de las escuelas termina cuando el campo de
investigación se unifica bajo la dirección de un mismo marco de supuestos básicos, que Kuhn llama
“paradigma”.
Uno de los enfoques competidores es tan prometedor que abandonan los demás, y aceptan ese enfoque
como la base de su propia investigación. Esta transición, crea el primer consenso alrededor de un paradigma
y marca el paso hacía la ciencia madura.
El término “paradigma” se utiliza en dos sentidos:
1) Como logro o realización concreta: se refiere a las soluciones exitosas y sorprendentes de ciertos
problemas, las cuales son reconocidas por toda la comunidad pertinente. Estos casos concretos de
solución funcionan como ejemplos que deben seguirse en las investigaciones subsecuentes.
2) Como conjunto de compromisos compartidos: hace referencia al marco de presupuestos o
compromisos básicos que comparte la comunidad encargada de desarrollar una disciplina científica.
Este marco incluye el compromiso con leyes teóricas fundamentales, con postulaciones de entidades y
procesos, con procedimientos y técnicas experimentales, así como con criterios de evaluación.
La relación entre los dos sentidos: paradigma como conjunto de compromisos compartidos (segundo sentido)
es aquello que presuponen quienes modelan su trabajo sobre ciertos casos paradigmáticos (primer sentido).
El consenso acerca de un paradigma, marca el inicio de una etapa de “ciencia normal”. Esta, consiste en
una actividad de “resolución de rompecabezas”, a través de esta actividad el enfoque teórico del paradigma
aceptado se va haciendo cada vez más preciso y mejor articulado. Esta etapa es conservadora, pues el
objetivo en las búsqueda de novedades, ni el nivel de los hechos ni de la teoría.
Aquí, se trata de desarrollar al máximo, tanto en alcance como precisión, el potencial explicativo y predictivo
del enfoque teórico vigente. Los científicos son premiados “por hacer más de lo mismo” y hacerlo cada vez
mejor.
El marco de supuestos básicos no se considera problemático ni sujeto a revisión, se acepta sin discusión. Los
fracasos en la resolución de problemas se toman como falta de habilidad de los científicos y no como
contraejemplos a la teoría vigente.
En esta etapa se trabaja con las mismas reglas del juego, los resultados se producen en la misma
dirección y son claramente acumulables.
El papel que juegan los paradigmas en tanto logros concretos o soluciones ejemplares, resulta decisivo en el
desarrollo de la investigación normal, las nuevas generaciones aprenden el significado de los conceptos
básicos de una teoría resolviendo los problemas que corresponden a soluciones modelo.
De esta manera, los paradigmas, en los dos sentidos del término, son la guía imprescindible de la
investigación en los periodos de ciencia normal.
La investigación normal, conduce tarde o temprano al planteamiento de problemas (anomalías) que se
resisten a ser resueltos con las herramientas conceptuales e instrumentales del paradigma establecido. El
surgimiento de ciertas anomalías hace pensar que algo anda mal en el fondo y que sólo un cambio en los
supuestos básicos permitirá encontrar una solución. Esta etapa en que se pone en duda la eficacia y la
corrección del paradigma vigente es la etapa de la “crisis”.
Con la crisis, comienza la “ciencia extraordinaria”, esto es, la actividad de propone estructuras teóricas
alternativas que implican un rechazo o modificación de los supuestos aceptados hasta entonces. En estos
periodos, proliferan las propuestas alternativas, proliferación que cumple un papel decisivo en el desarrollo de
las disciplinas ya que los científicos no abandonan un paradigma a menos que exista otro alternativo que les
permita resolver las anomalías.
¿Cómo se termina la crisis? Las crisis se terminan cuando:
1) El paradigma en tela de juicio se muestra finalmente capaz de resolver los problemas que provocaron
las crisis;
2) Ni los enfoques más radicalmente novedosos logran dar cuenta de las anomalías, por lo cual éstas se
archivan en espera de una etapa futura donde se cuente con mejores herramientas conceptuales e
instrumentales;
3) Surge un paradigma alternativo que parece ofrecer una solución a las anomalías, y comienza la lucha
por lograr un nuevo consenso.
Kuhn describe un cambio de paradigma como una “revolución”, al describirlo así, está cuestionando que la
elección entre teorías rivales sea una cuestión que pueda resolverse mediante algún procedimiento efectivo
(algorítmico) de decisión. Las diferencias entre paradigmas alternativos impiden en acuerdo sobre qué cuenta
como un argumento decisivo, sea a favor o en contra de alguna de las teorías en competencia.
Los cuerpos de conocimientos separados por una revolución son “inconmensurables”, esto es, no son
completamente traducibles entre sí, y por tanto no se puede comparar de manera directa y puntual mediante
algún procedimiento algorítmico. No hay medida común de éxito.
Las diferencias que acompañan a la inconmensurabilidad son diferencias en los compromisos básicos
de los paradigmas: diferencias en los criterios sobre la legitimidad y el orden de importancia de los
problemas; en las leyes que se consideran fundamentales; en la red de conceptos a través de la cual se
estructura el campo de investigación y se organiza la experiencia; en los supuestos sobre qué entidades y
procesos existen en la naturaleza y diferencias en los criterios de evaluación, es decir, en la manera de aplicar
valores epistémicos tales como simplicidad, consistencia, fecundidad, alcance, etc.
Un cambio de paradigma, es análogo a un cambio gestáltico: los mismos objetos se ven desde una
perspectiva diferente. El nuevo paradigma da lugar a nuevos fenómenos y problemas, algunos de los viejos
problemas se olvidan y algunas soluciones dejan de ser importantes o incluso inteligibles. Así, el desarrollo de
una disciplina científica, a través del cambio de paradigmas, no puede ser acumulativo.
Como no existe una instancia de apelación por encima de los paradigmas, es decir, un conjunto de reglas
metodológicas universales, en los debates no se puede partir de una base común que permita probar que una
teoría es mejor que otra, esto es, no puede haber argumentos concluyentes. De aquí, el único camino que se
puede seguir es el de la “persuasión”.
La ausencia de argumentos concluyentes hace que no se pueda tachar de ilógico o de irracional quien se
niegue a aceptar al nuevo paradigma. Cuando finalmente se conforma un nuevo consenso alrededor de uno
de los paradigmas, comienza una nueva etapa de ciencia normal.
De esta manera, una vez que una disciplina científica ha alcanzado la madurez, pasa repetidamente a través
de la secuencia: ciencia normal – crisis – revolución – nueva ciencia normal.

LA ESTRUCTURA DE LAS REVOLUCIONES CIENTIFICAS – KUHN.

INTRUDUCCION: UN PAPEL PARA LA HISTORIA.


Los libros de texto dan con frecuencia la sensación de implicar que el contenido de la ciencia está
ejemplificado solamente mediante las observaciones, leyes y teorías que se describen en sus páginas. De
manera casi igual, estos libros se interpretan como si dijeran que los métodos científicos son simplemente
ilustrados por las técnicas de manipulación utilizadas en la reunión de datos para el texto, junto con las
operaciones lógicas empleadas para relacionar esos datos con las generalizaciones teóricas del libro de texto
en cuestión.
El desarrollo científico se convierte así, en el proceso gradual mediante el que esos conceptos han sido
añadidos, solos y en combinación, al caudal creciente de la técnica y de los conocimientos científicos, y la
historia de la ciencia se convierte en una disciplina que relata y registra esos incrementos sucesivos y los
obstáculos que han inhibido su acumulación.
Sin embargo, cada vez más, unos cuantos comienzan a sospechar que quizá la ciencia no se desarrolla por
medio de la acumulación de descubrimientos e inventos individuales. Algunos historiadores de las ciencias
comenzaron a plantear nuevas preguntas y a trazar líneas diferentes de desarrollo para las ciencias que nada
tienen de acumulativas. En lugar de buscar las contribuciones permanentes de una ciencia más antigua
a nuestro caudal de conocimiento, tratan de poner de manifiesto a la integridad histórica de esa
ciencia en su propia época (similar al análisis de las cosmovisiones).
El aspecto de la ciencia que será el más estacado durante este esfuerzo es el de la insuficiencia de las
directrices metodológicas. La observación y la experiencia pueden y deben limitar la gama de las creencias
científicas admisibles o, de lo contrario, no habría ciencia. Pero por si solas no puede determinar un cuerpo
particular de tales creencias, un elemento aparentemente arbitrario, compuesto de incidentes personales e
históricos (contexto de descubrimiento), es siempre uno de los ingredientes de formación de las creencias
sostenidas por una comunidad científica dada en un momento determinado.
La investigación efectiva apenas comienza antes de que una comunidad científica crea haber encontrado
respuestas firmes a preguntas como: ¿Cuáles son las entidades fundamentales de que se compone el
Universo? (compromiso ontológico), ¿Cómo interactúan esas entidades, unas con otra y con los sentidos?
(compromiso de sentido común), ¿Qué preguntas pueden plantearse legítimamente sobre esas entidades y
que técnicas pueden emplearse para buscar las soluciones? (compromiso pragmático). Estas preguntas se
responden dependiendo de las cosmovisiones.

EL CAMINO HACIA LA CIENCIA NORMAL.


“Ciencia normal” significa investigación basada firmemente en una o más realizaciones científicas pasadas. La
adquisición de un paradigma y del tipo más esotérico de investigación que dicho paradigma permite es signo
de madurez en el desarrollo de cualquier campo científico dado.
A falta de un paradigma de algún candidato a paradigma, todos los hechos que pudieran ser pertinentes para
el desarrollo de una ciencia dada tienen probabilidades de parecer igualmente importantes.

LA NATURALEZA DE LA CIENCIA NORMAL.


Un paradigma es un modelo o patrón aceptado. Este no es un objeto de renovación, en lugar de ello, es un
objeto para mayor articulación y especificación, en condiciones nuevas o más rigurosas.
El éxito de un paradigma, es al principio una promesa de éxito. La ciencia normal consiste en la realización de
esa promesa, que se logra mediante la ampliación de conocimiento de aquellos hechos que el paradigma
muestra como particularmente reveladores
La ciencia normal parece un intento de obligar a la naturaleza a que encaje dentro de los límites
preestablecidos y relativamente inflexibles que proporciona el paradigma. Ninguna parte del objetivo de la
ciencia normal está encaminado a provocar nuevos tipos de fenómenos, en realidad, a los fenómenos que no
encajan dentro de los límites mencionados ni siquiera se los ve. (Esta ciencia es conservadora)
Estas tres clases de problemas, la determinación del hecho significativo, el acoplamiento de los hechos con la
teoría y la articulación de la teoría, agotan (no del todo) la literatura de la ciencia normal. Existen también
problemas extraordinarios pero, estos, no pueden tenerse a petición, surgen sólo en ocasiones especiales,
ocasionados por el progreso de la investigación normal. (La actividad de la ciencia normal es la realización de
enigmas).
LA CIENCIA COMO RESOLUCION DE ENIGMAS.
Los enigmas son aquella categoría especial de problemas que puede servir para poner a prueba el ingenio o
la habilidad para resolverlos. Una de las cosas que adquiere una comunidad científica con un paradigma es
un criterio para seleccionar problemas, que puede suponerse que tienen soluciones.
La empresa científica de vez en cuando, abre nuevos territorios, despliega orden y pone a prueba creencias
aceptadas en el pasado, sin embargo, el individuo dedicado a la resolución de un problema de investigación
normal casi nunca hace alguna de esas cosas. Lo que lo incita a continuar es la convicción de que, logrará
resolver un enigma que nadie ha logrado resolver hasta entonces.

LA ANOMALIA Y LA EMERGENCIA DE LOS DESCUBRIMIENTOS CIENTIFICOS.


La ciencia normal, es una empresa altamente acumulativa que ha tenido un éxito eminente en su objetivo, la
extensión continua del alcance y la precisión de los conocimientos científicos.
El descubrimiento comienza con la percepción de la anomalía, es decir, con el reconocimiento de que en
cierto modo la naturaleza ha violado las expectativas, inducidas por el paradigma, que rigen en la ciencia
normal. Esta, solo se concluye cuando la teoría del paradigma ha sido ajustada de tal modo que lo anormal se
haya convertido en lo esperado. (La anomalía es fenómeno para el que el investigador no estaba preparado
por su paradigma).

LA RESPUESTA A LA CRISIS.
Para que una anomalía provoque crisis, debe ser algo más que una simple anomalía. Debemos preguntarnos
qué es lo que hace que una anomalía parezca merecer un examen de ajuste y para esta pregunta no existe
una respuesta general.
A veces, una anomalía pondrá en tela de juicio generalizaciones explicitas y fundamentales de un paradigma,
o puede provocar una crisis si las aplicaciones que inhibe tienen una importancia práctica particular, o el
desarrollo de la ciencia normal puede transformar una anomalía que, antes había sido sólo una molestia, en
causa de crisis.
Todas las crisis, se inician con la confusión de un paradigma y el aflojamiento consiguiente de las reglas para
la investigación normal. La investigación durante las crisis se parece a la tiene lugar en los periodos anteriores
a los paradigmas, con excepción de que en el primer caso el lugar de la diferencia es más pequeño y mucho
mejor definido.

NATURALEZA Y NECESIDAD DE LAS REVOLUCIONES CIENTIFICAS.


Las revoluciones científicas se inician con un sentimiento creciente de que un paradigma existente ha dejado
de funcionar adecuadamente en la exploración de un aspecto de la naturaleza, hacia el cual, el mismo
paradigma había previamente mostrado el camino.
La elección entre paradigmas en competencia resulta una elección entre modos incompatibles de vida de la
comunidad. Esta elección no está y no puede estar determinada sólo por los procedimientos de evaluación
característicos de la ciencia normal.
LAS REVOLUCIONES COMO CAMBIOS DEL CONCEPTO DEL MUNDO.
Cuando cambian los paradigmas, el mundo mismo cambia con ellos. Durante las revoluciones los científicos
ven cosas nuevas y diferentes al mirar con instrumentos conocidos en lugares en los que ya había buscado
antes, después de una revolución los científicos responden a un modo diferentes.
En tiempos de revolución, cuando la tradición científica normal cambia, la percepción que el científico tiene de
su medio ambiente debe ser reeducada, en algunas situaciones en las que se ha familiarizado, debe aprender
a ver una forma nueva (Gestalt). Después de que lo haga, el mundo de sus investigaciones parecerá
incomparable con el que habitaba antes.
Aquí, los datos no son inequívocamente estables, en lugar de ser un intérprete, el científico que acepta un
nuevo paradigma es como el hombre que lleva lentes inversores. Frente a la misma constelación que antes, y
sabiendo que se encuentra ante ellos, los encuentra transformados totalmente en muchos de sus detalles.
Las operaciones y mediciones que realiza un científico en el laboratorio no son “lo dado” por la experiencia,
sino mas bien “lo reunido con dificultad”.
LA RESOLUCION DE LAS REVOLUCIONES.
Quienes proponen los paradigmas en competencia, se encuentran siempre en pugna involuntaria. Las partes
estarán, hasta cierto punto, obligadas a hablar sin entenderse, aunque cada una de ellas podrá esperar
convencer a la otra de su modo de ver su ciencia y sus problemas, ninguna de ellas podrá esperar probar su
argumento. Esta competencia no es el tipo de batalla que pueda resolverse por medio de pruebas

PROGRESO A TAVES DE LAS REVOLUCIONES.


Durante los periodos de ciencia normal, la comunidad científica no puede ver los frutos de su trabajo en
ninguna otra forma. Así, en este estado, una comunidad científica es un instrumento eficiente para resolver los
problemas o enigmas que define su paradigma. Además, el resultado de la resolución de estos problemas
debe ser inevitablemente el progreso.
Para que el nuevo paradigma sea aceptado, primeramente, debe parecer capaz de resolver algún problema
extraordinario y generalmente reconocido que de ninguna otra forma pueda solucionarse. En segundo lugar,
debe prometer preservar una parte relativamente grande de la habilidad concreta para la solución de
problemas que la ciencia ha adquirido a través de sus paradigmas anteriores.
Aunque los nuevos paradigmas nunca poseen todas las capacidades de sus predecesores, habitualmente
preservan una multitud de las partes más concretas de las realizaciones pasadas y permiten siempre
soluciones concretas y adicionales de problemas. Todo esto no quiere decir que la capacidad para
resolver problemas constituya una base única e inequívoca para la selección de un paradigma.
En las ciencias no es necesario que haya progreso de otra índole, es posible que tengamos que renunciar a la
noción, explícita o implícita, de que los cambios de paradigma llevan a los científicos, y a aquellos de que
tales aprenden, cada vez más cerca de la verdad.

TRATADO CONTRA EL METODO – LECTURA DE ACOMPAÑAMIENTO.


Feyerabend es el representante de la nueva filosofía de la ciencia (NFC) y crítico de la concepción tradicional
de la ciencia (CTC).
La representación que el autor propone se construyen a partir de una serie de dicotomías: simplificado vs
complejo, unilateral vs multilateral, rígido vs dinámico. Simplificado, unilateral y rígido corresponden a la CTC
y es consecuencia de su actitud normativa y demarcacionista, apoyada en el método. Mientras que complejo,
multilateral y dinámico corresponden a la NFC.
El en texto Tratado contra el método, no hay que pensar que Feyerabend se opone o rechaza el método
científico, toda la NFC desplaza el foco de interés del método a otros aspectos de la producción de
conocimiento. Esto no significa que niegue que ésta no se valga de métodos, sino significa que:
1) El método no es el rasgo distintivo del conocimiento científico,
2) En consecuencia, no es un problema central para la filosofía de las ciencias,
3) No existe un método único y universal para producir conocimiento científico,
4) En consecuencia, el método no tiene valor normativo ni demarcacionista,
5) Los métodos de que se valen las ciencias pueden cambiar a medida que cambian las ciencias en sus
contenidos y las circunstancias históricas de las investigaciones científicas.

REDUCCIONISMO DEL METODO Y CRÍTICA A LA EDUCACION DEL CIENTIFICO.


Para apoyar esta nueva actitud con respecto al método, Feyerabend se vale de diferentes argumentos,
desafía al lector con un juego de preguntas que desplaza el problema del método hacia un terreno que la CTC
rechaza como terreno epistemológico: el de las valoraciones.
Este autor pregunta ¿Es deseable una tal tradición en la exclusión de cualquier cosa? ¿Deberían transferirse
a ella todos los derechos para que se ocupe del conocimiento, de forma que cualquier resultado obtenido por
otros métodos sea inmediatamente excluido de concurso? Y su respuesta es NO.
Existen dos razones para esta respuesta negativa, La primera consiste en que es imposible determinar de
antemano cuál es la herramienta más adecuada para conocer un aspecto del mundo que nos es desconocido
y la segunda, reside en una crítica a la formación de los científicos.
En su texto, Feyerabend describe a la educación del científico como un “lavado de cerebros” que tiende a la
simplificación de la actividad científica mediante la reducción del pensamiento en general a una forma de
“pensamiento científico” y una reducción de la realidad a “los hechos”. Esto se logra mediante:
1) El recorte de un dominio de investigación.
2) La separación de este dominio con respecto a otras disciplinas.
3) La atribución de una lógica propia y excluyente a dicho dominio que hace posible la percepción de los
“hechos” propio de él.
Estos hechos, aunque son el resultado de un recorte y un entrenamiento, aparecen como “neutrales”. Es
necesario mantener la demarcación entre el dominio recortado y las demás versiones sobre la realidad,
esforzarse para que otras formas del pensamiento de los científicos no “contaminen” su modo “científico” de
pensar.
En esta separación que el autor critica se identifica la distinción de la CTC entre el contexto de descubrimiento
y el contexto de justificación (al que pertenece el dominio de investigación recortado y aislado y la actividad de
producir conocimiento sobre el mismo).
A esta manera de educar, Feyerabend opone una formación “humanista”. La cultura humanista está centrada
en el rescate de los autores literarios y filósofos clásicos como fuente principal de una formación integral,
mientras que la renacentista, se orienta a la filosofía natural, es decir, tiende a priorizar una formación más
“científica”. Este autor juega con esta oposición y se apoya en dos tendencias políticas que enfatizan la
formación individual cada una a su manera: el Liberalismo y el Anarquismo (aunque objeta éste último por ser
demasiado rígido en algunos aspectos).
Además, aprovecha los rasgos históricos del Iluminismo, para formular una crítica al concepto de racionalidad
y de racionalidad científica que sostiene la CTC, “las “ciencias” en cuanto opuestas a las humanidades sólo
existen en las cabezas de los filósofos cabalgadas por los sueños”
El hecho de que la ciencia sea una habilidad o un arte, explica la atención que Feyerabend dedica a los
aspectos “no argumentativos” de la formación científica y de la aceptación de las teorías en el capítulo 1 de su
Tratado contra el método. Aquí, el aprendizaje de los niños es el modelo de aprendizaje y de imposición de
conductas por medio de estrategias no argumentativas. “Los argumentos parecer tener efecto, éste se debe
más a menudo a su repetición física que a su contenido semántico”.
Nadie adquiere el lenguaje leyendo un diccionario, por el contrario, los niños adquieren la lengua escuchando
e imitando. Este autor dice que, aunque se atribuya a la razón la capacidad de hablar, esta misma capacidad
no se adquiere mediante un ejercicio “racional” o “lógico” (argumentativo) sino mediante un ejercicio de hábito,
imitación y repetición de otra naturaleza (no argumentativo).
El afirma que la argumentación científica se aprende de manera no argumentativa y está sujeta a causas no
argumentativas o, incluso, coercitivas de modo que su eficiencia no debe ser atribuida exclusivamente al
efecto de la lógica o la racionalidad. Además sostiene que la fuerza de los argumentos nunca consiste
únicamente en su coherencia lógica, sino que, “las teorías devienen claras y “razonables” solo después de
que las partes incoherentes de ellas han sido utilizadas durante largo tiempo. Así pues, este prólogo
irrazonable, ametódico y sin sentido resulta ser un prerrequisito inevitable de claridad y éxito empírico”.
La actitud humanista que propone Feyerabend puede ser comprendida como un “océano, siempre en
aumento, de alternativas incompatibles entre sí (y tal vez inconmensurables); toda teoría particular, todo
cuento de hadas, todo mito, forma parte del conjunto que obliga al resto a una articulación mayor, y todos
ellos contribuye, por medio de este proceso competitivo, al desarrollo de nuestro conocimiento”. Siendo el
conocimiento la articulación de todas las perspectivas sobre la realidad que los hombres puedan concebir, la
reducción de la mirada científica a una lógica excluyente, anclada en reglas de coherencia de un método,
redunda en un empobrecimiento del pensamiento científico.
“El mundo es mucho más escurridizo de lo que admiten nuestros racionalistas” “La abundancia que nos rodea
y que se nos oculta por la imposición de ideologías ingenuas” entendiendo la concepción unilateral y
dominante de las ciencias como una de estas.
Así, concluye que si se ha de favorecer el desarrollo de las ciencias, el camino no es el del entrenamiento de
un método y el énfasis en la estructura racional de las teorías, como propone la CTC. “Todo vale” dice
Feyerabend: el ejercicio de la actividad científica con todos sus matices, con sus “errores”, sus valoraciones y
sus faltas argumentativas no se enmascarán bajo la apariencia de “rigor” que le aporta “el método”. La puesta
a prueba de las teorías e hipótesis no dependerá de un método único y universal sino de la dinámica
integral de la comunidad científica.
La ciencia no es una actividad puramente raciona, ni puede atribuirse a sí misma el monopolio de la
racionalidad. Los límites de la racionalidad científica son siempre internos: si se adopta una concepción
limitada de la racionalidad, el límite está en la misma concepción, si se problematiza el carácter argumentativo
de la aceptación de las teorías, el límite queda señalado en la misma problematización.

LA HISTORIA DE LAS CIENCIAS Y LAS REGLAS DEL METODO.


Además de su crítica a la racionalidad y la formación reduccionista que propone la CTC, en su crítica a la
perspectiva centrada en el método Feyerabend se apoya en argumentos tomados de la historia de las
ciencias.
Feyerabend da, entre otros ejemplos, un argumento de Galileo para defender el movimiento de la Tierra. La
postura tradicional se basa en una observación cotidiana: al dejar caer una piedra desde lo alto de una torre,
ésta cae en línea recta y vertical hasta el pie de la torre. Este hecho prueba que la Tierra no se mueve dado
que, si lo hiciera, la piedra no caería al pie de la torre sino unos metros hacia el Este.
Sin embargo, Galileo objeta la observación ingenua de los hechos y alega que es necesario hacer intervenir la
razón. El movimiento de la piedra que cae no es vertical sino parabólicamente. Esto se debe a que el
movimiento de la Tierra le imprime una inercia hacia adelante que se combina con su caída.
A partir de estos casos, el autor sostiene que: uno de los rasgos más llamativos de las recientes discusiones
en historia y filosofía de la ciencia consiste en la toma de conciencia de que sucesos y desarrollos sólo
ocurrieron o bien porque algunos pensadores decidieron no someterse a ciertas reglas “obvias” o porque las
violaron involuntariamente.
Esta práctica liberal, no constituye sólo un mero hecho de la historia de la ciencia, sino que es razonable y
absolutamente necesaria para el desarrollo del conocimiento. Dada cualquier regla por muy “fundamental” o
“necesaria” que sea para la ciencia, siempre existen circunstancias en las que resulta aconsejable no sólo
ignorar dicha regla, sino adoptar su opuesta.
El sostiene que las reglas del método tal como las proponen los empiristas lógicos y los racionalistas críticos
son insuficientes para cuenta del desarrollo de la ciencia. Por este motivo, propone “contrarreglas” tales como
“introducir y elaborar hipótesis que sean inconscientes con teorías bien establecidas y/o hechos bien
establecidos. A esto lo denomina contrainducción y desarrolla esta propuesta en cada uno de sus aspectos:
La inconsistencia con las teorías bien establecidas por un lado, y la inconsistencia con los hechos bien
establecidos por el otro.
Contrainducción con las teorías bien establecidas: Feyerabend sostiene que no es necesario que una
teoría quede en duda, por el contrario, es valioso para el desarrollo del conocimiento que las teorías
alternativas se comparen entre sí. Algunas de las propiedades formales más importantes de una teoría se
descubren por contraste, no por análisis. No es el análisis de la estructura lógica de una teoría lo que
permitirá descubrir sus aspectos, sus alcances y sus límites, sino el contraste, la comparación con
otras teorías alternativas.
Por este motivo, un científico “debe comparar sus ideas con otras ideas más bien que con la “experiencia”, y
debe intentar mejorar, en lugar de excluir, los puntos de vista que hayan sucumbido en esta comparación”
(Metodología pluralista).
Contrainducción con los hechos bien establecidos: La aceptación de teorías inconscientes con los hechos
tiene dos fundamentos. Uno de ellos es que, de hecho, ninguna teoría es consciente con todos los hechos
que pretende explicar y el otro, reside en un interesante análisis de carácter de la observación y de los hechos
mismos.
En primer lugar, Feyerabend considera que los hechos no son neutrales sino que están determinados por la
teoría. Cuando una teoría no coincide con un hecho, por transitividad, no coincide con otra teoría que
determina ese hecho.
En segundo lugar, Feyerabend desentraña un supuesto tan arraigado en el concepto de observación. Se trata
de “la creencia de que existen circunstancias ordinarias en las que nuestros sentidos son capaces de ver el
mundo “tal y como realmente es”, y de que existen otras circunstancias, no menos ordinarias, en las que los
sentidos se equivocan. Dicho hábito expresa la creencia de que algunas de nuestras impresiones sensoriales
son verídicas, mientras que otros no lo son”.
¿Cómo descubrir la manera en que lo presupuestos operan en los científicos cuando producen conocimiento?
El autor responde que no podemos descubrirlo desde dentro. Necesitamos un criterio externo de crítica,
necesitamos construir, por así decirlo, un mundo alternativo completo, necesitamos un mundo soñado para
descubrir los rasgos del mundo real en el que creemos habitar.
El primer paso en la crítica de los “hechos” debe ser por tanto un intento de romper ese círculo. Inventar un
nuevo sistema conceptual que mantenga en suspenso, o choque con, los resultados experimentales más
cuidadosamente establecido, que confunda los principios teóricos más plausibles, y que introduzca
percepciones que no formen parte del mundo perceptual existente.
El pluralismo metodológico que aquí propone, no consiste simplemente en incrementar o variar las reglas del
método. Se trata, en todo caso, de un pluralismo conceptual y reflexivo con efectos metodológicos.

CONCLUSION.
Su crítica a la CTC se dirige a la concepción del método, a la concepción de la observación, a su ámbito
normativo y demarcacionista y a su énfasis por la justificación con el consiguiente desprecio por la historia de
las ciencias. Feyerabend responde con su principio de proliferación (todo vale) y su metodología pluralista.
Además, responde con su propuesta contrainductiva y el señalamiento de los prejuicios que subyacen a la
observación.
Por último, este autor denuncia a la ciencia como una forma de ideología contemporánea que pretende
monopolizar la verdad y a la sociedad en tanto que sometida de manera irreflexiva a la autoridad de la ciencia.
Además, denuncia que la misma se apoya no en la verdad que supuestamente “la ciencia” revela y custodia,
sino en estrategias sociales “no argumentativas”, persuasivas unas, coercitivas otras, valorativas todas.

COMO DEFENDER A LA SOCIEDAD CONTRA LA CIENCIA – FEYERABEND.

CUENTOS DE HADAS.
Todas las ideologías deben verse en perspectiva, Debemos leerlas como cuentos de hadas que tienen
muchas cosas interesantes que decir, pero que también contienen mentiras perversas.
A la ciencia le debemos nuestra mayor libertad intelectual ante las creencias religiosas; a la ciencia le
debemos la liberación de la humanidad ante las antiguas y rígidas formas de pensamiento. Hoy estas formas
de pensamiento no son más que pesadillas.
Toda ideología que rompe las cadenas que un sistema general de pensamiento ha puesto a la mente de los
hombres contribuye a la liberación del hombre. Cualquier ideología que haga que el hombre cuestione las
creencias heredadas constituye una ayuda para la ilustración. Gracias a esto se dice que la ciencia de los
siglos XVII y XVIII fue un instrumento de liberación e ilustración.
Esto, no significa que la ciencia deba continuar siendo semejante instrumento. No hay nada inherente a la
ciencia o a ninguna otra ideología que la haga esencialmente liberadora.
Por ejemplo, considérese la función que la ciencia desempeña hoy en la educación. Se enseña “hechos”
científicos a muy tierna edad y en la misma forma que los “hechos” religiosos se enseñaban hace sólo un
siglo, no se hace ningún intento por despertar las capacidades críticas del alumno para que pueda ver las
cosas en perspectivas.
La sociedad y sus instituciones son criticadas con toda severidad pero la ciencia queda exenta de crítica. En
la sociedad en general, el juicio del científico es recibido con la misma reverencia con que se aceptaba el
juicio de los obispos y cardenales. La ciencia se ha vuelto tan opresiva como las ideologías con que antes
tuvo que luchar.
Este autor dice que la ciencia se ha vuelto rígida, que ha dejado de ser instrumento de cambio y liberación, sin
añadir que ha encontrado la verdad o una gran parte de ella. Pero la rigidez de la ciencia no se debe al
capricho humano, está en la naturaleza de las cosas, pues, una vez que se ha descubierto la verdad, ¿qué
otra cosa se puede hacer sino seguirla?
“Verdad” es una palabra convenientemente neutral, nadie negaría que es recomendable decir la verdad, y
malo decir mentiras. Sin embargo, nadie sabe a qué equivale semejante actitud moral. Así, es fácil tergiversar
las cosas y cambiar la lealtad a la verdad en los asuntos cotidianos en una lealtad a la verdad de una
ideología que no es sino la defensa dogmática de tal ideología.
La vida humana es guiada por muchas ideas, la verdad es una de ellas, la libertad y la independencia mental
son otras. Si la verdad entra en conflicto con la libertad, podemos abandonar la libertad o también podemos
abandonar la verdad.
Su crítica a la ciencia moderna es que inhibe la libertad de pensamiento. Si la razón es que ha encontrado
la verdad y ahora la sigue, entonces Feyerabend dice que hay cosas mejores que primero encontrar, y
después seguir a semejante monstruo.
Existe un argumento para defender la posición excepcional que la ciencia ocupa hoy en sociedad. El
argumento dice que:
I) La ciencia ha encontrado finalmente un método correcto para lograr resultados y,
II) Hay muchos resultados para probar la excelencia del método.
Este argumento es erróneo, pero la mayor parte de los intentos por mostrarlo conducen a un callejón sin
salida.
Hoy, la metodología está tan atestada de vana sofistería que es sumamente difícil percibir los sencillos errores
que hay en la base. En esa situación, la única respuesta es la superficialidad: cuando la sofistería pierde
contenido, entonces la única manera de mantenerse en contacto con la realidad es mostrarse burdo y
superficial.

CONTRA EL METODO.
Hay un método, dice la parte I del argumento, ¿Cuál es? ¿Cómo funciona? Una respuesta es que la ciencia
trabaja recabando hechos e infiriendo teorías de ellos.
Esta respuesta es insatisfactoria ya que las teorías nunca se siguen de los hechos en el estricto sentido
lógico. Decir que pueden ser apoyadas por los hechos presupone un concepto de apoyo que a) muestra hoy
este defecto y es b) lo bastante refinado para permitirnos decir hasta qué punto, por ejemplo, la teoría de la
relatividad es apoyada por los hechos.
Según los convencionalistas e idealistas trascendentales, las teorías modelan y ordenan los hechos y que por
lo tanto se les puede retener, venga lo que venga, porque el cerebro humano consciente o inconscientemente,
siguió adelante con función ordenadora. Lo malo de estas opiniones es que presuponen para la mente lo que
desean explicar para el mundo.
Solo hay una opinión que supera todas esas dificultades, fue inventada por Mill y por algunos darwinianos,
Esta opinión dice que no es posible justificar las teorías ni es posible mostrar su excelencia sin referirse
a otras teorías. Podemos explicar el triunfo de una teoría por referencia a una teoría más general y podemos
explicar nuestra preferencia por ella comparándola con otras teorías.
Semejante comparación no establece la excelencia de la teoría que se ha elegido. A decir verdad, la teoría
que se ha elegido puede ser bastante mala, pero aun así puede ser mejor que ninguna otra teoría de que se
disponga por entonces.
Nuestro refinamiento aumenta con cada elección que hacemos, y así también nuestras normas. Las normas
compiten exactamente como las teorías y nosotros elegimos las normas más apropiadas para la situación
histórica en que se hace la elección. Las opciones rechazadas no quedan eliminadas, sirven como correctivos
y también explican el contenido de las ideas preferidas.
El conocimiento así concebido es un océano de alternativas canalizadas y subdivididas por un océano de
normas. Obliga a nuestro cerebro a hacer elecciones imaginativas y, así, la hace crecer. Hace que nuestra
mente sea capaz de elegir, imaginar y criticar.
Hoy, esta opinión es relacionada con el nombre de Karl Popper, pero existen algunas diferencias entre Popper
y Mill:
• Para empezar, Popper desarrolló su idea para resolver un problema especial de epistemología: quería
resolver el “problema de Hume”. Mill, por su parte, se interesa en condiciones favorables al crecimiento
humano, su epistemología es resultado de cierta teoría del hombre, y no al revés.
• También, Popper mejora la forma lógica de una teoría antes de analizarla, mientras que Mill emplea
cada teoría en la forma en que surge en la ciencia.
• En tercer lugar, las normas de Popper son rígidas y fijas, mientras las normas de Mill pueden cambiar
con la situación histórica.
• Por último, las normas de Popper eliminan las competencia de una vez por todas; las teorías que no
son falsables, o que son falsables y falsadas; no tienen lugar en la ciencia. Las normas de Popper son
claras, inequívocas, precisamente formuladas; las normas de Mill no lo son.
Esto sería una ventaja si la ciencia misma fuera clara, inequívoca y precisamente formulada. Por fortuna no lo
es.
Para empezar, nunca se ha formulado una nueva y revolucionaria teoría científica de tal manera que nos
permita decir en qué circunstancias hemos de considerarla en peligro: muchas teorías revolucionarias son
infalsables. Existen versiones falsables, pero casi nunca están en acuerdo con los planteamientos básicos
aceptados: toda teoría moderadamente interesante es falsada. Además, las teorías tienen fallas formales,
muchas de ellas contienen contradicciones, ajustes ad hoc, etc.
Las normas popperianas eliminarían la ciencia sin remplazarla por algo comparable. Son inútiles como
auxiliares para la ciencia.
Varios pensadores han comprendido esto, entre ellos Kuhn y Lakatos:
Las ideas de Kuhn son interesantes, pero son demasiado vagas para hacer surgir algo que no sea aire
cliente. Kuhn alienta a cierta gente que no tienen la menor idea de por qué una piedra cae al suelo, a hablar
con aplomo acerca del método científico. No tenemos ideas falsas interesantes, recibimos ideas aburridas o
palabras que no van conectadas a ninguna idea. Cada vez que tratamos de hacer más definidas las ideas de
Kuhn, encontramos que son falsas.
Lakatos es más refinado que Kuhn. En lugar de teorías, él considera programas de investigación que son
secuencias de teorías conectadas por métodos de modificación, la llamada heurística. En cada secuencia,
cada teoría puede estar llena de fallas. Puede ser víctima de anomalías, contradicciones y ambigüedades. Lo
que cuenta no es la forma de las teorías en particular, sino la tendencia que muestra toda la secuencia.
Se dice que un programa de investigación progresa si la secuencia de teorías conduce a nuevas predicciones.
Se dice que degenera si queda reducido a absorber hechos que se han descubierto sin su ayuda.
Un rasgo decisivo de la metodología de Lakatos es que tales evaluaciones ya no están atadas a las reglas
metodológicas que dicen al científico que debe retener o abandonar un programa de investigación. Esto
significa que, Lakatos ofrece palabras que suenan como los elementos de una metodología; no ofrece una
metodología. No existe hoy un método de acuerdo con la metodología más avanzada.
CONTRA LOS RESULTADOS.
Según la parte II, la ciencia merece una posición especial porque ha producido resultados. Esto solo es
argumento si se puede dar por sentado que ninguna otra cosa ha producido jamás resultados. No es fácil
demostrar que la suposición es falsa.
Hemos llegado a conocer métodos médicos de diagnostico y terapia que son eficaces y que sin embargo se
basan en una ideología que es radicalmente distinta de ideología de la ciencia occidental. Hemos aprendido
que hay fenómenos como la telepatía y la telequinesis que son desdeñados por el enfoque científico y que
pueden emplearse para hacer investigaciones en forma totalmente nueva.
El hecho de que la ciencia tenga resultados cuenta en su favor sólo si estos resultados fueron logrados
exclusivamente por la ciencia y sin ninguna ayuda exterior. Una ojeada a la historia nos muestra que la ciencia
casi nunca obtiene resultados de esta manera.
La mecánica y la óptica deben mucho a artesanos, la medicina y la óptica a parteras y brujas. Y en nuestra
propia época hemos visto cómo la intromisión del Estado puede hacer avanzar la ciencia. Los grandes
avances científicos se deben a una intervención exterior que logra prevalecer ante la más básica y
“racionales” reglas metodológicas.
La ciencia ha hecho muchas cosas, pero también lo han hecho otras ideologías. La ciencia procede a menudo
sistemáticamente, pero también lo hacen otras ideologías, y además, no existen reglas supremas a las que
haya que adherirse en toda circunstancia; no hay una “metodología científica” que pueda emplearse para
separar la ciencia de todo lo demás.
La ciencia es sólo una de las muchas ideologías que impulsan a la sociedad y debe ser tratada como
tal.
¿Qué consecuencias podemos sacar de este resultado? La consecuencia más importante es que debe haber
una separación formal entre Estado y ciencia.
La ciencia puede influir sobre la sociedad, pero sólo hasta el punto en que está autorizado a influir sobre la
sociedad. Se puede consultar a los científicos sobre proyectos importantes, pero el juicio debe dejarse a
cuerpo consultores democráticamente elegidos.
La ciencia no es un libro cerrado que sólo se comprende tras años de preparación. Es una disciplina
intelectual que puede ser examinada y criticada por cualquiera que se le interese, y que sólo parece difícil y
profunda por causa de una campaña sistemática de ofuscación emprendida por muchos científicos. Los
órganos del Estado nunca deber vacilar en rechazar el juicio de los científicos cuando tengan razón para
hacerlo. Tal rechazo educará al público en general, lo hará más confiado y así podrá conducir a una mejora.
Las ideologías son maravillosas cuando van en compañía de otras ideologías. Se vuelven aburridas y
doctrinarias en cuanto sus méritos les hacen suprimir a sus adversarios.

LA EDUCACION Y EL MITO.
El método de educación consiste frecuentemente en la enseñanza de algún mito básico. Este, aparece en
varias versiones, pueden enseñarse versiones más avanzadas mediante mitos de iniciación que con toda
firmeza los implantan en la mente.
Conociendo el mito, el adulto puede explicarlo casi todo. Es el amo de la naturaleza y la Sociedad, las
comprende a ambas y sabe cómo interactuar con ellas. Sin embargo, no es el amo del mito que guía su
entendimiento.
Ese ulterior dominio fue a lo que tendieron y en parte lograron los presocráticos. Estos no solo trataron de
comprender el mundo, también trataron de comprender y dominar los medios de comprender el mundo. En
vez de concentrarse con lo mito, crearon muchos y así redujeron el poder que un relato bien contado ejerce
sobre los cerebros del hombre.
Cuando se enseña un mito se quiere aumentar la oportunidad de que sea comprendido, creído y aceptado.
Esto no causa ningún daño cuando el mito es contraequilibrado por otros mitos (como es el caso del
cristianismo). En el caso de la ciencia o del racionalismo donde el campo está casi enteramente dominado por
los creyentes. En este caso, es de máxima importancia fortalecer las mentes de los jóvenes y esto significa,
fortalecerlos contra toda fácil aceptación de ideas comprehensivas.
Feyerabend dice que lo que se necesita es una educación que haga a la gente contraria, contrasugestiva
sin hacerla incapaz de dedicarse a la elaboración de una sola visión. Pero, ¿Cómo alcanzar este objetivo?
Se la puede alcanzar protegiendo la enorme imaginación que poseen los niños y desarrollando al máximo el
espíritu de contracción que existe en ellos. En general, los niños son mucho más inteligentes que sus
maestros. Sucumben y entregan su inteligencia porque se les acobarda o porque sus profesores los dominan
por medios emocionales.
Aquí, la ciencia no debe recibir ninguna posición especial, salvo para indicar que hay muchas personas que
creen en ella. Más adelante, los cuentos narrados podrán ser complementados con “razones”, y por razones
quiere decir nuevos relatos del tipo que se encuentra en la tradición a la que pertenece el cuento. Y desde
luego, también habrá razones contrarias.
Tanto las razones como las razones contrarias será explicadas por los expertos en la disciplina y así la
generación joven entrará en contacto con todo tipo sermones y todo tipo de disidentes. Así, serán científicos
sin haber sido engañados por la ideología de la ciencia, serán científicos porque han hecho una elección libre.
El progreso de la ciencia, depende de las ideas nuevas y de la libertad intelectual: la ciencia muy a menudo ha
avanzado por obra de extraños. La mayoría de los científicos de hoy carecen de ideas, están llenos de miedo,
decididos a producir algún mísero resultado que añadir al diluvio de míseros escritos que hoy constituyen el
“progreso científico” en muchos terrenos.
Muchas personas podrán escoger la ciencia, pues una ciencia dirigida por agentes libres parece mucho más
atractiva que la ciencia de hoy que es gobernada por esclavos, esclavos de instituciones y esclavos de la
“razón”. Los científicos no desempeñarán una función predominante en la sociedad que Feyerabend
considera, quedarán más que contrapesados por magos o sacerdotes o astrólogos.
Casi todos nosotros tenemos la firme creencia de que al menos algún tipo de verdad se ha encontrado, que
se le debe conservar y que el método de enseñar que Feyerabend propone y la forma de sociedad que
defiende lo diluirán hasta hacerlo desaparecer. Pero lo que se debe considerar es que la ausencia de buenas
razones contrarias se debe a un accidente histórico: no yace en la naturaleza de las cosas.
Se supone que nosotros abandonaremos nuestras inclinaciones egoístas. Estas inclinaciones son nuestro
deseo de máxima libertad de pensamiento en la sociedad en que vivimos, hoy máxima libertad no sólo de un
tipo abstracto sino expresada en instituciones y métodos de enseñanza apropiados.
Este deseo de una libertad física e intelectual concreta en lo que nos rodea debe abandonarse, por el
momento. Esto presupone, primero, que no necesitamos esta libertad para nuestra tarea, que podemos
cumplir con nuestra tarea con una mente firme, cerrada a algunas opciones. Además, presupone que la
manera correcta de liberar a otros ya se encontró, y que todo lo que se necesita es llevarla adelante.
¿Significa esto que no podemos actuar en absoluto? No; pero significa que mientras actuamos hemos de
intentar realizar tanto de la libertad que Feyerabend ha recomendado que nuestras acciones puedan ser
corregidas a la luz de las ideas que recibimos al ir aumentando nuestra libertad.
También, nosotros deseamos liberar a la gente, no hacerla sucumbir a un nuevo tipo de esclavitud sino
hacerla comprender sus propios deseos, por muy diferentes que estos puedan ser de los nuestros. ¿Por qué
ha de querer alguien liberar a alguien más? Porque la libertad es la mejor guía hacia el libre desarrollo y así
hacia la felicidad. Queremos liberar a otros para que puedan sonreír.
La tarea más ardua necesita la mano más ligera, o su realización no conducirá a la libertad sino a una
tiranía mucho peor que la reemplaza.

TRATADO CONTRA EL METODO – FEYERABEND.

INTRODUCCION.
“La ciencia es una empresa esencialmente anarquista: el anarquismo teórico es más humanista y más
adecuado para estimular el progreso que sus alternativas basadas en la ley y el orden”.
El anarquismo es, sin embargo, una medicina excelente para la epistemología y para la filosofía de la ciencia.
La historia en general, y la historia de las revoluciones en particular, es siempre más rica en contenido, más
variada, más multilateral y más viva e ingeniosa de lo que incluso el mejor historiador y el mejor metodólogo
pueden imaginar. Esta, está repleta de “accidentes y coyunturas, y curiosas yuxtaposiciones de eventos”
Esto nos demuestra la “complejidad del cambio humano y el carácter imprescindible de las últimas
consecuencias de cualquier acto o decisión de los hombres”.
Los observadores han llegado a dos conclusiones prácticas muy importantes sobre éste carácter del proceso
histórico. La primera es que para llevar a cabo su tarea, la clase revolucionaria debe ser capaz de dominar
todas las formas y aspectos de la actividad social sin excepción. La segunda es que, esta clase
revolucionaria, debe estar preparadapara pasar de una a otra de la manera más rápida e inesperada.
Las condiciones externas no le permiten al científico ser demasiado estricto en la construcción de su mundo
conceptual mediante la adhesión a un sistema epistemológico. Un medio complejo que abarca desarrollos
sorprendentes e imprescindibles exige procedimientos complejos y desafía el análisis basado en reglas
establecidas de antemano y que no tienen en cuenta las condiciones, siempre cambiantes, de la historia.
La historia de la ciencia, no consta de hechos y de conclusiones derivadas de los hechos. Contiene también
ideas, interpretaciones de hechos, problemas creados por interpretaciones conflictivas, errores, etc. La ciencia
no conoce “hechos desnudos” en absoluto, sino que los “hechos” que registra nuestro conocimiento ya están
interpretados de alguna forma y son, por tanto, esencialmente teóricos.
Siendo esto así, la historia de la ciencia será tan compleja, caótica y llena de errores como las ideas que
contiene y a su vez, estas ideas serán tan complejas, caóticas, llena de errores y divertidas como las mentes
de quienes las inventado.
De modo inverso, un ligero lavado de cerebro conseguirá convertir la historia de la ciencia en algo más
insípido, más simple, más informe, más “objetivo” y más fácilmente accesible a un planteamiento por reglas
estrictas e incambiables.
La educación científica, apunta a este objetivo, tal educación simplifica “la ciencia” simplificando a sus
participantes: en primer lugar, se define un domino de investigación. A continuación, el dominio se separa del
resto de la historia y recibe una “lógica propia”. Después, un entrenamiento completo en esa lógica
condicionada a quienes trabajan en dicho dominio. Con ello se consigue que sus acciones sean más
uniformes y al mismo tiempo se congelan grandes partes del proceso histórico.
“Hechos” estables surgen y se mantienen a pesar de las vicisitudes de la historia. Una parte esencial del
entrenamiento que posibilita la aparición de tales hechos consiste en el intento de inhibir las instituciones que
pudieran llevar a hacer borrosas las fronteras. La religión de una persona, por ejemplo, o su metafísica, o su
sentido del humor (natural) no deben tener el más mínimo contacto con su actividad científica.
Su imaginación queda restringida, e incluso su lenguaje deja de ser el suyo propio. Esto se refleja, a su vez,
en el carácter de los “hechos” científicos, que se experimentan como si fueran independientes de la opinión,
creencia, y del trasfondo cultural.
Resulta así posible crear una tradición que se sostenga por medio de reglas estrictas, y que alcance además
cierto éxito. ¿Pero es deseable apoyar una tal tradición en la exclusión de cualquier otra cosa?
La respuesta de Feyerabend va a ser un firme y rotundo NO. Y existen dos razones por las que su respuesta
parece ser adecuada:
• La primera consiste en que el mundo que deseamos explotar es una es una identidad en gran medida
desconocida. Debemos por tanto mantener abiertas nuestras opciones y no restringirlas de antemano.
• La segunda razón estriba en que una educación científica tal y como descrita antes no puede
reconciliarse con una actitud humanista. Dicha educación “mutila” por compresión cada parte de la
naturaleza humana que sobresalga y que tienda a diferenciar notablemente a una persona del patrón
de los ideales de racionalidad establecidos por la ciencia o por la filosofía de la ciencia.
El intento de aumentar la libertad, de procurar una vida plena y gratificadora, y el correspondiente intento de
descubrir los secretos de la naturaleza y del hombre implican, por tanto, el rechazo de criterios universales
y de todas las tradiciones rígidas.
Los anarquistas profesionales se oponen a cualquier tipo de restricción y piden que se permita al individuo
desarrollarse libremente, desembarazado de leyes, obligaciones o deberes. A veces, las leyes del método
científico, o aquello que un escritor particular concibe como leyes del método científico han sido importadas en
el mismo anarquismo.
“El anarquismo es una concepción del mundo que se basa en una explicación mecánica de todos los
fenómenos”. Su método de investigación es el de las ciencias naturales exactas y no está nada claro que la
investigación científica exija una libertad absoluta de palabra y de debate. Por el contrario, la evidencia
sugiere que ciertos tipos de esclavitud no suponen ningún obstáculo en el camino de la ciencia.
No hay nada que nos obligue a temer que la disminución del interés por la ley y el orden por parte de la
ciencia y de la sociedad, que caracteriza a un anarquismo de este tipo, conduzca al caos.

CAPITULO I.
“Lo anterior se demuestra tanto por un examen de episodios históricos como por un análisis abstracto de la
relación entre idea y acción. El único principio que no inhibe el progreso es: todo sirve”.
La idea de un método que contenga principios firmes, inalterables y absolutamente obligatorios que rijan el
quehacer científico tropieza con dificultades considerables al ser confrontada con los resultados de la
investigación histórica.
Se descubre entonces que no hay una sola regla que no sea infringida en una ocasión u otra. Resulta
evidente que esas infracciones no son sucesos accidentales, sino que son necesarias para el progreso. En
realidad, uno de los rasgos más llamativos de las recientes discusiones en historia y filosofía de la ciencia
consiste en la toma de conciencia de que sucesos y desarrollos, sólo ocurrieron o bien porque algunos
pensadores decidieron no someterse a ciertas reglas “obvias” o porque las violaron involuntariamente.
Está práctica liberal, no constituye sólo un mero hecho de la historia de la ciencia, sino que es razonable y
absolutamente necesaria para el desarrollo del conocimiento. Dada cualquier regla por muy “fundamental” o
“necesaria” que sea para la ciencia, siempre existen circunstancias en las que resulta aconsejable no sólo
ignorar dicha regla, sino adoptar su opuesta.
Hay circunstancias en las que la argumentación pierde su prometedor aspecto o se convierte en un obstáculo
para el progreso. Nadie estaría dispuesto a afirmar que la educación de los niños consiste exclusivamente en
una materia de argumentación, y casi todos coinciden ahora en que lo que parece un resultado de la razón se
debe en parte a la enseñanza y en parte a un proceso de crecimiento que se desarrolla con la fuerza de la ley
natural. Y donde los argumentos parecer tener efecto, éste se debe más a menudo a su repetición física que a
su contenido semántico.
Se tiene que aceptar también la posibilidad de crecimiento no-argumentativo en el adulto así como
instituciones tales como la ciencia, la religión, etc. Debería de esperarse que los cambios catastróficos del
contorno físico, habrán de transformar también los modelos de reacción del adulto, incluidos importantes
modelos de argumentación.
Esta transformación puede ser también un proceso completamente natural, y la única función de la
argumentación racional quizás radique en aumentar la tensión mental que precede y causa la explosión de la
conducta.
La enseñanza de criterios y su defensa nunca consiste en su mera colocación ante la mente y en exponerlos
tan claros como sea posible. Los criterios tienen también una eficacia causal máxima. Esto hace muy difícil
distinguir entre la fuerza lógica y el efecto material de un argumento. Será muy inhábil para descubrir que la
llamada de la razón a la que sucumbe con tanta facilidad, no es otra cosa que una maniobra política.
Que los intereses, fuerzas, propaganda y técnicas de lavado de cerebro juegan un papel mucho mayor de lo
que comúnmente se cree en el desarrollo del conocimiento y de la ciencia, puede descubrirse también por
medio de un análisis de la relación entre idea y acción.
Primero, tenemos una idea, o un problema, después actuamos, es decir, hablamos o construimos o
destruimos. Ciertamente no es este el modo en que los niños se desarrollan. No existe ninguna razón por la
que este mecanismo deje de funcionar en el adulto. Debemos esperar, por ejemplo, que la idea de libertad,
sólo pueda aclararse por medio de las mismas acciones que se supone crean la libertad
La creación es una cosa, y la creación más la comprensión completa de una idea correcta de la cosa,
constituyen muy a menudo partes de uno y el mismo proceso indivisible y no pueden separarse sin provocar
la detención del proceso.
El proceso mismo no está dirigido por un programa bien definido, y no puede estar dirigido por un tal
programa porque es el proceso el que contiene las condiciones de realización de todos los programas
posibles. Antes bien, está dirigido por un vago impulso, por una “pasión”. Esta, da lugar a una conducta
especifica que a su vez crea las circunstancias y las ideas necesarias para analizar y explicar el proceso, para
hacerlo “racional”.
Se parte de una fuerte creencia que va contra la razón y la experiencia contemporáneas. La creencia se
extiende y encuentra apoyo en otras creencias que son igualmente irrazonables, si no es que lo son más. La
investigación se disgrega a partir de ahora en nuevas direcciones, se construyen nuevos tipos de
instrumentos, se relaciona de forma nueva la “evidencia” con las teorías, hasta que surge una ideología que
es bastante rica para proporcionar argumentos independientes para cualquier zona particular de ella y
bastante ágil para encontrar tales argumentos siempre que parezcan necesarios.
Las teorías deviene claras y “razonables” sólo después de que las partes incoherentes de ellas han sido
utilizadas durante largo tiempo. Así, este prologo irrazonable, ametódico y sin sentido resulta ser un
prerrequisito inevitables de claridad y éxito empírico.
Al intentar describir y comprender de modo general desarrollos de esta clase, estamos obligados a recurrir a
formas de hablar existentes que no tienen en cuenta esos desarrollos y que han de ser deformadas, mal
empleadas y forzadas a entrar en nuevos esquemas, con el fin de ajustarlos a situaciones impuestas (sin un
mal uso constante del lenguaje no puede haber ni descubrimiento, ni progreso.
Además, puesto que las categorías tradicionales son el evangelio del pensamiento cotidiano (incluido el
pensamiento científico) y de la práctica cotidiana (tal intento por aprender) presenta en efectos reglas y formas
de pensamiento y acción falsos desde el punto de vista del sentido común (científico). Así es como el
pensamiento dialectico surge como forma de pensamiento que “reduce a la nada las detalladas
determinaciones del entendimiento”, incluida a la lógica formal.
EL uso frecuente que hace Feyerabend de términos como “progreso”, “avance”, etc. no significa que pretenda
poseer un conocimiento especial sobre lo que es bueno y malo en ciencia, ni que desea imponer dicho
conocimiento a los lectores. Cada cual puede leer estos términos a su manera y de acuerdo con la tradición a
la que pertenezca.
Así, para un empirista, “progreso” significará pasar a una teoría que proporciona pruebas empíricas directas
para la mayor parte de sus supuestos básicos, para otros, “progreso” puede significar unificación y armonía.
Su tesis es que el anarquismo estimula el progreso cualquiera que sea el sentido en que se tome este
término.
Resulta claro, que la idea de un método fijo o la idea de una teoría fija de la racionalidad, descansa sobre una
concepción excesivamente ingenua del hombre y de su contorno social. Solo hay un principio que puede
defenderse bajo cualquier circunstancia y en todas las etapas del desarrollo humano, y este principio es el que
Feyerabend lo llama “todo sirve”.

CAPITULO II.
“Es posible hacer uso de hipótesis que contengan teorías bien confirmadas y/o resultados experimentales bien
establecidos. Se puede hacer avanzar la ciencia procediendo contrainductivamente”.
Examinar el principio de “todo sirve” significa investigar las consecuencias de “contrarreglas” que se oponen a
ciertas reglas de la empresa científica. Para ilustrar como se hace esto, considérese la regla que afirma que la
“experiencia” o los “hechos” o los “resultados experimentales” es lo que mide el éxito de nuestras teorías, que
el acurdo entre un teoría y los “datos” favorece la teoría, mientras que el desacuerdo la perjudica e incluso nos
obliga a eliminarla. Esta regla, constituye un elemento importante de todas las teorías de la confirmación y la
corroboración, es l esencia del empirismo.
La “contrarregla” nos aconseja introducir y elaborar hipótesis que sean inconsistentes con teorías bien
establecidas y/o con hechos bien establecidos. Nos aconseja proceder contrainductivamente.
¿Es la contrainducción más razonable que la inducción? Feyerabend contesta esta cuestión en dos etapas:
En primer lugar, examinará la contrarregla que nos recomienda desarrollar hipótesis inconsistentes con
teorías aceptadas y altamente confirmadas. Luego, pasara a examinar la contrarregla que nos recomienda
desarrollar hipótesis inconsistentes con hechos bien establecidos. Las conclusiones se resumen del siguiente
modo:
Respecto al primer caso, resulta que la evidencia que podría refutar una teoría a menudo solo puede sacarse
a la luz con ayuda de una alternativa incompatible: la recomendación de usar alternativas solo cuando las
refutaciones hayan desacreditado ya la teoría ortodoxa, equivale a colocar el carro delante del caballo.
Además, algunas de las propiedades formales se descubren por contraste, no por análisis.
Un científico que desee maximizar el contenido empírico de los punto de vista que sustenta y que quiera
comprenderlos tan claro como sea posible, tiene que introducir otros puntos de vista, es decir, tiene que
adoptar una metodología pluralista. Esta, consiste en comparar sus ideas con otras ideas más bien que con
la “experiencia”, e intentar mejorar, en lugar de excluir, los puntos de vista que hayan sucumbido en esta
competición.
El conocimiento no consiste en una serie de teorías auto-consistentes que tiende a converger en una
perspectiva ideal; no consiste en un acercamiento gradual hacia la verdad. Por el contrario, el conocimiento es
un océano, siempre en aumento, de alternativas incompatibles entre sí (y tal vez inconmensurables) toda
teoría particular, todo cuento de hadas, todo mito, forman parte del conjunto que obliga al resto a una
articulación mayor, y todos ellos contribuyen al desarrollo de nuestro conocimiento. No hay nada establecido
para siempre.
La historia es esencial para el desarrollo posterior de una ciencia, así como para dar contenido a las
teorías involucradas por dicha ciencia en cualquier momento particular.
La segunda contrarregla a favor de hipótesis que sean inconsistentes con las observaciones, los hechos y los
resultados experimentales no necesita ninguna defensa especial. No existe una sola teoría interesante que
concuerde con todos los hechos conocidos de su dominio.
La cuestión, por tanto, no consiste en saber si habría que admitir teorías contrainductivas en ciencia, sino en
saber si las discrepancias existentes entre teoría y hecho deberían aumentarse o disminuirse, o en saber qué
otra cosa cabría hacer con ellas.
Los informes observacionales, los resultados experimentales, y los enunciados “factuales” o bien incluyen
supuestos teóricos, o bien los afirman por la manera en que se usan. Existen circunstancias ordinarias en las
que nuestros sentidos son capaces de ver el mundo “tal y como reamente es”, y de que existen otras
circunstancias, no menos ordinarias, en las que los sentidos se equivocan. Algunas de nuestras impresiones
sensoriales son verídicas, mientras que otras no lo son.
Normalmente se da también por supuesto que el medio material que existe entre el objeto y nosotros no
ejerce ninguna influencia distorsionante, y que tal física que establece el contacto, transporta una imagen
verdadera. Sin embargo, todas estas afirmaciones son supuestos abstractos que modelan nuestra
contemplación del mundo y no son susceptibles de crítica directa. Por lo general no somos conscientes de
ellos y sólo reconocemos sus efectos cuando nos tropezamos con una cosmología completamente diferente.
El material de que dispone el científico se estructura de la misma forma, dicho material incluye también
principios que no se conocen y que, si fueran conocidos, resultarían extremadamente difíciles. Una teoría
puede chocar con la evidencia no porque la teoría misma sea incorrecta, sino porque la evidencia esté
contaminada.
¿Cómo descubrir el tipo de mundo que presuponemos cuando nos comportamos del modo que lo hacemos?
No podemos descubrirlo desde dentro, necesitamos un criterio externo de crítica, necesitamos un conjunto de
supuestos alternativos, necesitamos construir un mundo alternativo completo, necesitamos un mundo soñado
para descubrir los rasgos del mundo real en el que creemos habitar.
El primer caso en la crítica de los “hechos”, debe ser por tanto un intento por romper este círculo. Se debe
inventar un nuevo sistema conceptual que mantenga en suspenso, o choque con, os resultados
experimentales más cuidadosamente establecidos, que confunda los principios teóricos más plausibles, y que
introduzca percepciones que no formen parte del mundo perceptual existente. Este paso también es
contrainductivo.
La contrainducción es siempre razonable y siempre proporciona una ocasión de éxito.
La intención de este auto no es sustituir un conjunto de reglas generales por otro conjunto, sino que su
intención es convencer al lector de que todas las metodologías, incluidas las más obvias, tienen sus límites.
La mejor manera de hacer ver esto consiste en demostrar los límites, e incluso la irracionalidad, de alguna de
las reglas que la metodología, o el lector gustan considerar como básicas.
EPISTEMOLOGIA Y SOCIEDAD – FOLLARI.

LA CIENCIA COMO “REAL MARAVILLOSO”.


Nada más exacto y objetivo que el conocimiento científico, nada más parecido al “dibujo del mundo” que el
mapa que ofrece la ciencia, según las difundidas tesis de las epistemologías más conocidas, al menos en
Argentina.
La pereza del pensamiento y la apelación a la intuición sensible se imponen masivamente para hacernos
creer que el conocimiento científico es una especie de fotografía de la realidad. Esto, oculta el hecho de que la
ciencia es una producción, una construcción
La ciencia sería resultado de las tendencias espiritualizantes propias del pensamiento occidental postulado
por los griegos, de modo que su exactitud no sería otra cosa que la negación cerrada de la falibilidad, la
imposibilidad de aseguramiento y la contingencialidad propias del conocimiento humano.
La ciencia puede así, ser advertida en lo que tiene de “objetivación”, más que de “objetividad”. Si hacemos
caso a lo que se abre dese una posición como la que hemos brevemente delineado, caerían toda una serie de
supuestos que suelen darse por obvios, y pretendidamente “naturales”:
1) La ciencia no señala cómo son los hechos; sólo el comportamiento ideal de leyes que en la realidad
fáctica nunca se dan aisladas. Las leyes nunca surgen de una simple lectura inmediata del
comportamiento de lo real.
2) La ciencia no “dice lo real” sino que lo explica por medio de teorías. Esto implica que la ciencia no
surge de la observación, sino que explica siempre la existencia de supuestos previos que son puestos
a contrastación por vía de la experiencia.
3) La ciencia implica apelar a teorías, y ello a provocar recortes empíricos disímiles. La observación no es
neutral ni objetiva, se capta diferencialmente de acuerdo con cuáles son los supuestos que ordenan la
mirada del observador. A teorías diferentes, corresponden recortes empíricos diferentes.
4) Teorías diferentes implican también categorías de análisis diferentes en relación a “los mismos”
objetos del mundo. Es decir, se plantea la cuestión de la diferencia de lenguaje entre teorías, si el
lenguaje no refiere inmediatamente a lo real, sino lo hace por mediación de condiciones socioculturales
especificas, no existe un lenguaje neutro inter-teórico que pudiera remitir directamente a lo real para
resolver diferencias.
La “inconmensurabilidad” entre teorías o paradigmas, como plantea Kuhn: dos teorías diferentes se
sostienen en supuestos diferentes. La consecuencia es evidente, dos teorías no pueden resolver
argumentativamente sus diferencias, ni tampoco empíricamente, dado que sus protocolos de validez
son no homologables. La ciencia crecerá en razón de su posibilidad de resolver problemas, no de su
mayor racionalidad en función de algún supuesto patrón neutro.
5) No existe “el” método científico. El método depende del específico objeto, y por ello es variable en
cada caso. Las ciencias no comparten un método, sino la rigurosidad metódica (respecto de la
coherencia interna, la postulación de teorías públicamente expuestas, la contrastación empírica, el
alcance de los contenidos empíricos, etc.)
La insistencia en la cuestión del método suele esconder la incapacidad para advertir los problemas
epistemológicos de fondo en la construcción de las ciencias.
6) Las teorías científicas no están comprobadas, en tanto son imposibles de comprobar. Varias teorías
pueden resistir las mismas pruebas empíricas positivamente, ser coherentes con ellas, sin ser teorías
equivalentes o co-extensivas. Esto, haría que hubiera “más de una teoría verdadera sobre el mismo
objeto” y que la prueba empírica no funcione como supuesto “experimento crucial” definitorio, como se
pensaba desde el Círculo de Viena.
7) La ciencia no progresa linealmente, sino por rupturas. Es decir, una nueva teoría habitualmente
plantea corte, no continuidad con la anterior. Así, la ciencia no devela una realidad pre-dada, sino
define tal realidad en cada caso diferencialmente según el tipo de aproximación teórica.
8) Una teoría científica no se cae por contraejemplo. Una teoría resiste casos adversos, hasta tanto
exista otra mejor que sea capaz de resolverlos. Ninguna teoría cae hasta que exista otra que la
reemplace.
9) Los científicos no son grandes racionalistas dedicados a la cuestión de confirmar o refutar teorías, sino
hombres ligados a la resolución de problemas concretos de investigación, que suelen ser
inconscientes de los supuestos teóricos de su actividad. La mayoría de los científicos cree habérselas
directamente con la realidad, no asume estar mediado por supuestos conceptuales específicos.
10) El científico no es un desinteresado buscador de verdades, sino un sujeto socialmente condicionado
que busca, en primer lugar, legitimarse dentro de la comunidad científica. El elemento objetivo de su
posición no es la referencia a una realidad incontaminada, sino a una situación social objetiva dentro
de un campo de relaciones de poder en el aparato institucional de los científicos. Estos, no buscan
abstracto conocimiento, sino concreto reconocimiento.
11) Las tomas de posición en el campo del conocimiento están afectadas por situaciones contextuales
ajenas a lo científico mismo, de las cuales a menudo el científico no es consciente.
Lo cierto es que los caminos están lejos del bostezo positivista que aún habita la mentalidad de un amplio
campo de los científicos prácticos. A estos, les cabe todavía a pleno la frase que sostenía C. Marx “lo hacen,
pero no lo saben”.

CUESTIONARIO 3

1) Según Kuhn, para entender el desarrollo de una disciplina científica:


• La observación y la experiencia pueden y deben limitar drásticamente la gama de las creencias
científicas admisibles. Pero, por si solas, no pueden determinar un cuerpo particular de tales
creencias.

2) A partir de la Nueva Filosofía de las Ciencias:


• Se puede decir que las teorías científicas no son descripciones directas de los hechos.

3) Según Pérez Ranzans, un marco de investigación:


• Contiene compromisos con respecto a entes que es posible hallar en el mundo.

4) Seleccione cual afirmación es verdadera en la perspectiva de la NFC:


• En la resolución de una revolución científica los procesos de construcción de consensos son
tan relevantes como los argumentos.

5) ¿Cuál de las siguientes afirmaciones sobre la noción de anomalía son correctas?


• Una anomalía es un hecho que cae fuera de las experiencias creadas por el paradigma.
• Cuando se percibe una anomalía, la comunidad científica se esfuerza por hacer que ese hecho
inesperado se vuelva “normal”.

6) Según la NFC:
• La observación no es neutral.
7) Elija cual de las siguientes afirmaciones describe la concepción de la ciencia de la NFC:
• La ciencia es la actividad de una comunidad científica situada en un momento histórico
determinado.

8) Indique cual de las siguientes afirmaciones sobre la posición de Kuhn es verdadera:


• Los historiadores de la ciencia tratan de poner de manifiesto la integridad histórica de esa
ciencia en su propia época.

9) Indique cuales de las afirmaciones referidas al texto de Pérez Ranzans son verdaderas:
• La NFC no considera importante sostener la distinción entre descubrimiento y justificación.
• La NFC considera que toda observación lleva carga teórica.

10) Indique si la siente afirmación es verdadera o falsa según la propuesta de Kuhn:


“Los enigmas son problemas que no provocan crisis sino que ponen a prueba la habilidad del
científico” ES VERDADERA.

11) Decida si la siguiente afirmación describe el concepto de: Anomalía – Cambio Gestáltico – Enigma:
“Guiados por un nuevo paradigma, los científicos adoptan nuevos instrumentos y buscan en lugares
nuevos. Lo que es todavía más importante, durante las revoluciones los científicos ven cosas nuevas y
diferentes al mirar con instrumentos conocidos en lugares en los que ya habían buscado antes”
Corresponde al CAMBIO GESTALTICO.

12) Indique si las siguientes afirmaciones corresponden a la NFC o a la CTC:


“Es necesario contar con un claro criterio de demarcación entre ciencia y pseudociencia” Corresponde
a la CTC.

13) Indique cual de las siguientes afirmaciones NO corresponde a la NFC, sino a la CTC:
• El contexto de descubrimiento es irrelevante en el estudio de las teorías científicas.

14) En la etapa pre-científica o pre-paradigmática:


• No hay una comunidad científica constituida.

15) Solo una de las siguientes afirmaciones describe a la concepción del desarrollo científico según la
NFC:
• La colección de hechos y teorías no es suficiente para comprender el desarrollo de las ciencias.

16) Decida si la siguiente afirmación de Kuhn al concepto de: Inconmensurabilidad – Progreso –


Teoreticismo.
“Esa empresa (la ciencia normal) parece ser un intento de obligar a la naturaleza a que encaje dentro
de los límites preestablecidos y relativamente inflexibles que proporciona el paradigma (…) a los
fenómenos que no encajan dentro de los limites mencionados frecuentemente ni siquiera se los ve”.
Corresponde al TEORETICISMO.

17) Decida si la siguiente afirmación sobre la posición de Kuhn es verdadera o falsa:


“Cuando la tradición científica normal cambia, la percepción que el científico tiene de su medio
ambiente debe ser reeducada” ES VERDADERA.
18) Decida a qué característica de la NFC se refiere el siguiente párrafo: Teoreticismo – Filosofía blanda
de la ciencia – Análisis de las cosmovisiones.
“En lugar de buscar las contribuciones permanentes de una ciencia más antigua a nuestro caudal de
conocimiento, los historiadores tratan de poner de manifiesto la integridad histórica de esa ciencia a su
propia época”. Corresponde al ANALISIS DE LAS COSMOVISIONES.

19) Indique cual de las siguientes afirmaciones sobre la posición de Kuhn es verdadera:
• La ciencia normal es una empresa altamente acumulativa.

20) Indique si la siguiente afirmación sobre la propuesta de Kuhn es verdadera o falsa:


“Las anomalías son problemas que siempre provocan crisis porque escapan a las expectativas del
paradigma” ES FALSO.

21) Marque cuál de las siguientes afirmaciones corresponden a la NFC:


• El contexto de justificación no es el único relevante para entender la actividad científica.

22) Para la NFC:


• La racionalidad científica cambia cuando cambia la cosmovisión.

23) Decida si la siguiente afirmación de Kuhn describe el concepto de: Inconmensurabilidad – Progreso –
Teoreticismo:
“Quienes proponen los paradigmas en competencia, se encuentra siempre, por lo menos ligeramente,
en pugna involuntaria (…) estarían, hasta cierto punto, obligados a hablar sin entenderse, aunque cada
uno de ellos podrá esperar convencer a la otra de su modo de ver la ciencia y sus problemas, ninguna
de ella podrá esperar probar su argumento”. Corresponde a INCONMENSURABILIDAD.

24) Decida si la siguiente afirmación de Kuhn se refiere al concepto de: Inconmensurabilidad – Progreso –
Teoreticismo:
“Es posible que tengamos que renunciar a la noción, explícita o implícita, de que los cambios de
paradigma llevan a los científicos, y aquellos que de tales aprenden, cada vez más cerca de la
verdad”. Corresponde a PROGRESO.

25) A la NFC se la llama teoreticista porque:


• Analiza cómo las teorías determinan la observación.

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