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Valeria Llobet

(coordin ado rA'

Sentidos de la exclusión social


Beneficinrios, necesjdades y
p rácticas en políticas sociales para
la inclusión de niños y jóvenes

Cecilia Gnitán
Florencia Gcntilc
Cecilia Litichever
Gabriela Magistris
Marina Medan
' 1 Catnrina Vilanova

Cclaborodoros
Mnrfn Consuelo Gaitán Clavijo
Carolina Oarcía Cejudo

Edito rial Blblos


Investigaciones y Ensayos
Llobet. Valeria
Sentidos de la exclusión social: beneficíarlos. necesidades y
prácticas en políticas sociales para la inclusión de ni nos y íóvenes -
1 a ed. - Ciudad Autónom a de Buenos Aires: Biblos. 2013.
202 p.; 14x20 cm.- (Investigaciones y ensayos)

1S8N 978-987 -691-161·0

1. PóiHícas Sociales. 2. Exclusión Social.


C00306

Edici(m y l'f!Vis ión general: Cctt'Oliuo GcrrcírL Ccjud<J


Oi~:u~í\o de tapa: 1..-u.ci.ollo Tirobowwi U.
Di~"'o d~ interiores.: Fluxu~; t.Btudi.o

O Voleri• Uobel, 2013


O Ediloriol Bibl03, 2ill3
Paenjc Joaé M. Gh.1ffro. :.ilS, ClOG<'It\00 B ttE:!llOS Air~to

l
cditorialbiblo-s@cd.itr>riolbiMOíl.eom. 1 www.editoritrliJiblob.etml

fl~:cho el depósito q·lle dispollC lu. Ley 11.123


1mpre"o en la Argcnti na

t\o M ~rmite la reproduccidn pani.al o total, el alm.occnttm~nto. el alquiler, l.n


trnnr.m.i!ión o la transformoción <11:! este libro, en cunlquier funna o por cualquier
medio, sea f!lcctr6nico o mcednico, medi¡.u)tC fot•>copio!. •llgitalización u oll'OS
mtiLodo". t~i•t el penuiso pnwio y uacrito rlel l)ditor. Su inf¡·ucción eHt á pemuln por
lns loyeM- 11.723 y 25,tJ·1fi.

.Estn prhnern edición~ termio6 de ilnprimir en lm)J~tU..a Dorrego.


Avenkla Dorrego tto2. BuPnos Aires.. República ArJ:cntina.
en octubre de 2013.
tCEDEH U), pnrticularmcntc o Graciela Di J\iaJ-co, y In Escuela de Huma- Índice
nidades. E l CEDEHU fue nuestm lugar de trab,~o hasta que el a l\o pasa-
do construimos el Prog·,.a ma de Estudios Sociales en lnJ~ncia y Juventud,
donde ~-nmurcnmos desde entonces nuestra tal'ca.
&Le libro es también un ngradedmii'nto a quienes nos permitieron
y nos permil.en hacer parte de su trabajo, cnt.rnr en sus ,~idas y compartir
s us espacio$. Para Leti, Pili, Nacho, Eli, .M.onito, Bet.y, SaJe, Exe, Juan,
!.•ore, A)dann. Jonathau, David, Rubén, Karo. Molon ie, Bea, Hominn, Bé-
lón, Maxi, César, Marcos, Paco, Luis, Brion, N11ti, !>Jnr, Clol'ibd. E llos y
e llas ponen el c uerpo día o d(a en espacios que, lejos de set· •ávidos sólo
como pobres o indignas, son construidos como el lugar desde donde lu·
----------------------,ch~ann<povwr"'ron
Introducción ............................................................................................... 11

Capítulo 1
Estado, catcgoriznción social y exclus ión de niños,
niñas y jóvenes. Aportes de los debates sobre la
exclusión !IOCial a lo.< ostudioo de infancia y juvnntnd
Val~rial100<d ...... ................................................................... ..................... 23

Capítl!lo 2
Transf01'mnciones institucionll106 en el campo de
las políticas sociales para la nitloz y la adole•cenciu
Gabrielo Magistris y Cecilia Liticltecer...................................................... 51

C.;pítulo 3
Hacia un mopco de necesidadu• y bonoficial'ios en los
programas do inclus ión social ~ora niños 1 ni naa y adolescentes
Cecilia Litichevor, Gabriela l'<lasistris y Floreucia Gontile ............ ............ 73

Capítulo 4
Los sentidos del riesgo en programas para jóvenes
Marüw Medan .......................... .............. ................... ........... ...................... 93

Capitulo 5
"Este espacio es para que ustedes hablen•. La
lcgitimacioo de la intervención en los programns sociales
Valcria Llobet, Ana. Cecilia Goilán, Marina Mcc!OJI y
Ga.bric/a Magi8tris ...................................................................... ............. 129
Capítulo 6
"¿Qué hiciste todo este tiempo que no tuvis t 1 . . ?"
lnth .. . e \!JOS• .
Introducción
o;ol.sccctones entre género. clas"' Y "d 1 1 .
. . .. . · . . "' '"' a( en as
10\·e.-;ttgac:Lones con niño.!; niña . 'ó
., • F'' .
+l'J(Jrta f.OI'enczc. G rt A1
• . S .Y J vencs de sectotes popul • 1·"" '-'<:><;\
. .. . ], )en l e, anna ;tledan, V(lleria Llobet
J' Ceeüta Gaüán ........................
.... ......... ........ .. ............ ........................ !61
Bibliogra fía.. Las inter venciones esta tales sobre niñas. ni ños. adolescentes y jóve-
................................. ........................... :...... .. ............... ....... 185
nes han sidó objeto de álg idos debates y c ríticas, sobre todo en Jos últimos
Las autoras ......... ............... .... ......... .. veinte años. Si bien no es novedosa la preocupación por el lugar socia l
.......... ........ ..... ...... ....... ........ .......... 201
(amenazante, des-socializante, transformador, revolucionario, etc.) de las /.
; .- .

nuevas eneraciones cuyo <Htimo giro ha sido nombrado como juveni-


lización de la cuestión social-, un s igno particular del debate contem- \
po1·áneo es u na cierta conciencia de la inadecuación de los modos de su
tratamie nto social y gnbc1·nnmental.
En ctC<:to, si la emergencia de la cuestión social en la sociedad de ma-
sos de. inicios del s ig lo XX pe rmitió reunh un consenso relntivo y dubitat.i·
vo mspccto de un tipo de intervención estatal (consignada en la ley 10.903
en Argentina). su impugnación, dcspué¡:; de la Convención de los Derechos
del Niño en 1989, encuent ra hoy una cicrtn desazón en nctor·e s firmemente
comprometidos con - alguna- idea de promoción y protección de derechos. En
parte, porque fue infructuosa la promesa contenida en la i mputac.ión como
"radicalmente tYansfbnnadura" de que ñtc objoto tal Convención, fm la me ·
dida en que las vidas de h.is y los miembros más jóvenes de In suciedad no $C.
vieron vrofw1dament.e transformadas por taJ instrumento de cambio social.
-En··parte, también, porque los debates sobre niños. niña¡.:;: jóvcn~s de sectQ-
res populares toruan periódicamente el mismo estatuto que, como señalara
Zapiola (2007), dio lugar en 1919 a la sanción de la Ley de Patronato. Es decir,
el cambio cultural que esforzadamente se milita desde hace unos veinte años
con la promesa de transformación asociada al cambio de paradigma, retro<:e·
de -desde un punto de vista optimista- o muestra su complejidad e inestabi·
lidad cada vez que distintos temores e incertidtunbres convergen alrededor
de algún suceso que se construye como epítome de la crim.i.nalidad.iuveniL
De hecho, cuando iniciamos el p1·oceso de investigación que dio lugar
a este libro, la agenda de debates local constituía una suerte de campo
minado en e J que la amenaza de la refOrma legislativa que pet·mitiel'Cl ln
baja de la edad de imputa bilidad penal reorganizaba posiciones. espcc·
t.ros de posil¡ilidades de acción, y respuestas posibles.' Dentr o de ellas, en

l . En aentido ~s tr i cto. Ja opo!:lidón entre un discurso p\lDiti\'O y un dise\lrso


que dcno.nüna.rc:mos, laxa.mctlté, dé raigatubré "süciopsic.oMgica" atrav iesa las

111 1
la pr<wincill de Uuonoa All'<'~, lu• ~ntonco• autoridades del Ministerio de \' los mo..loA ~n quo é~loa cunf~•·mon Clilll¡)()s scmúnlicos de definición de
l}t,~ttrrollo (Soclnl pnrn el 2007 y 20081 iMtnlorou in•tituci<>nalmente en ;,e"e~i<lnd~•. identidnd•• y probl~mns que ""lablccerán el "limite de lo
o
In provincia, y c:amo punta e l«nZ<I partt horadar d discurso de "la baja", peMnble" iMtltuciomolmonte. . .
la odea compnrtidu con mllltlple$ acto=- d• que el Estado debía. ante Do tal mnn~ro. enfn<amos on lot vroccsos de construcClóo SOCJal de
ttld• )'en pnmc-r lu¡Ar, atender n lns ne..,..idades de t.as y los adolescentes lo exclu•lón, ~n lo• pol!úctl81!0<:10I0!6, en lO!! nivel<!$ de di."Cursos y prácti·
Yjó\·~n"' d• ""ctorc• populare~~ ucluid01<. EUo debía ser hecho median re cae iMtitucioMiro. l!n O(raa plll«bnu, el loco de nuestro análisis se ubica
p~mo• que procuraran AU lochuicln social. entendida como {relesco- ""pi'OCel>OI d~ cat•I!'J(irnción. clasitk:acl<ln' )' ncguciaei6n. desplegados en
lanzacl6n o lnJri'I"'' al mundo dc!l trabajo. Ta l posicionamiento origioo los pi'Of(romnJ, tanto en el et~pnckl de la inlen'encW.. como eo las deñni·
una llne. tobpocllkn d~ acción. no incluida dentro de! las coneepciooes de cion,. program4tKIU.
Pf"\'ención del de!Jto ni oo políticas educativas compensatorias. que dio Al mu·,.r de «'"'a hulntcn·eudoTII'5adjellvadas como "nuevas•, "a J.
lug:u a 1.. J)I"'iranuu que coMtiiUyeron rcferenU!s empíriros de nues· rrrnntiY;u•, ·a~rdM A cJrm~. &ilt.cma.Lica_mcnte nos hemos encontra-
tro liííbiijO COl<'CtiVO en el mo."'o ~1 proyecto de investigación plurianual do con mulllpl"" form"" de eufrimlentA>. sentimientos de inadeeuación.
"l.a particopacidn de 1M y lw a.doico«nles en los programas de inclusión frusuacoón, con ef..:IA>II di1purM ~~Un ae trale de trabajadores, niños,
t aocbol: 1011 proc.- de nmpli4c•6n de coudadan.fa y las identidades de gé· nill:u, jóvt'nra. l'ur •upueno. tombibl con esperaDZS$ renovadas, e:<pee-
...,...,., p..-otado onto CONl CET. t4livu tohn! ~1 futuro, decl!loncs de tmn•forUU~Ción. múltiples mamen·
1 En••le contexto. In uperiencw de las investigaciones preeedenres tll<l de dl•fruté en el enc:uentro en lo~ ~pnci011 de inten·eoeión. Pero. m ·
de b..• do•tlntrut intellrontl'tl de e..te upw:•o colectivo se tomaba en una ru ,'e(('J, con al¡o <¡u~ pudlcn~ ür nombrado inclu•ocontro\'er.rialmente
inquietud compartida e in8iatcnte. Notábamos que en las intervenciones como ..éxito·~ \r&nafilrnutclones má.& o menO! estables en las condici011es
de lad iMlitucione8 y loo prormmas en loo que habramos realizado nues· de vidn do los &l\Íilt"" ml!totizadu• por •u paso por. o su uso de, los progrn·
t~M investign<:ionoa, y laB tcnsion~~ y negociaciones en el p1ano de la im· moR dtt inlervcndón e~kotal. Ltts trn.n.sror-rnacíones t..e.ndicr on a coneen·
rlcmentncidn de In~ pro¡¡rumruo dnban lugar, entre otTos_resultad®_Qosi· trnroo más y m1b " " el c•conudo de la •ubjeti,;dad, y loo éxitos, a eonce·
blcR, n ¡lnrac!Qit~lo• trnyectorias cxpulslvna, en las que pusiffios atención. birso en el plnno vi11culnr, con&olidundo una imagen de la in tervención
1!:11 ~1 pu nto en que tn loe prog¡·¡unas o insti~uciones constituían la vía cnroctldn en lll i n&tnlnción de lo~ p•·o¡framos comu r eservorios afectivos Y
de ncc0$0 o de¡·ecbuo •ocln lo~ J)fll'(l uitlos, niñas ¡• adolescentes en sit ua. d e lt11.0 • oci 111.
ción do cn llo, o on conflictn con In !~y, u vi•: iendo en exl.:'ema pobreza, las ( Í\1 viKiblllza l' tlst-od pt\1Cosutt, ln c.ntcgurfs "e};:~lusi~n~· f.u~ revi~acla
menlndt~s trnyrctot'lau in• titucloMIM tmnbitín podr(an ••r
consideradas t~órlcnmonte 011 cl(l" niveles. Pu•· un ludo, en v i nculacoón con el pt oce·
en vinu,d ucidn con In miHmu t:xclu• lón social - en ~cntido laxo- q ue los ao lnstituclono l de intMr•·ottlción <le necesidndo• .Y constl'ucciún de h~·
PI'('IQ'J'(IIll(Ut dcdnn (J110 t'OI' CQJ)Lrttl'J'Catnt'. ne .modo que procuramos porse- ncttcinrlua. E1'\ MCKundo lugul', como "t:uncepto nativo', que emerge como
jt;uh·, por un ludo, OHn !4 procesos mlcrosocinles d~ tl:xclusión institucional
Otaney, 200~) en lo$ prog •·nmos daslin"dos D la inclusión social de ado· 3. l~n el á n"'hito de lutt tt!olLudlos J)Pllouoricos• .~•üt!f.,rot·i.zaci~n / cla!ific;:~clóu.
hllt'\ aido .-MLud ll.ldtU 11 l~lll'tll' dt:. l1• cOlCIOl'Ú' d~ nornwhz.a.L"JÓO. Acuna~d~ POl
lescento• Y jóVNW8 U~Onido• como •excluidos• en el área mctropo\it.tma? Cang11i1lwm on f,q nm·m~t y lo prthX<1¡¡fro. •s vinculndt1 pur .Fo~cault, en Vtgt.!.t;rr :O'
i\simiomo, y n ¡lnrlir d• unn cnmpreuai6n do la., políticas sociales que, a.•í cnttilfur, con 1•J• ul\K'ontsm••lf do POder t¡u~ c&t-n~~ecPn los crJtet"_!Os ·~e rc.gula~10_n Y
(\u COI't'«'t'ión l'llll\t in~~oli'I\Cilll de ...Mtando.rit.ut'10o eaoolar, samtana e 1ndu~nal,
como no 1ubl<umo la implementación en el d iseño. tampoco supone que y C\l)'l•t &.étnicos rwm lo m~chc:Mn, Ja eva1uHci6o y 1::. jerarq,uizació~ No obstant.e
••to•ll~imo ~~en ino<uo, anulizrunOA los niwles <Üscursi\oos institucionales au rtctue.u. 1\tonW~ h:tllnd•t poco ftucHf~ e-5te camiAo paro Jos intereses más
aeooadoo d• ••t.llnd•l!•<ióa.
di"""""'"" d•ado el ••ICio Xrx. Noa dol.enemoo eo ~¡, momento hist.lrl.., en 4. Ea un tupt cormln M ....cao.l3mMttlw .obre la$ di6eu~des P~ _co~sttuir
camo a loo 1rodiclo11oloo 141M>,..... y esttutlw"<l• ""F'mentalo•.., oobreagrega su lnd~onut de tnttn""ntJOo. ,., como u denoil.alb la idea de e:uto ~
pmbltmftcizod6n 10nal romo probl•m• •·in<u.tado a La ""8Uridad.
ond..,.lor dt cumplomO.nlo do objeth-. Si.o entrar en """ doha!A! metoclológXo.
2 lclrucluwtftmtDte lnh:ot.Mmo• i~rporar \lJI p~ que se presenta cruno e.umoe JWVpüDW'Ddo un• uiUl¡M, por un bdu. ideal deri'-ada de _los ob~vos.. f
t.-qUIY~tl,.nt~ tn 1• CARA_. pero t&Q'I ampftmentac::i6.o o.pkrl!C:P. viabiliz;ada med:ian.u- pcw ouo. tcnt~nt• dr.l~tnlxin eom!ln compartido por los~ lDtet"\""lnleJltes.
ltarui'wA'"f\031 mond.Aruu dlrt"aarDC'Dt.o.
8llo6 J)t~n cootr.'\'4.Ar •mpllritllmt"ll\t fU! lntn- UJO e5e ideal.

1121 1 131
prioridad, junto con ""inclusión socia1 19, de prOgJ·amaB y ac.:tores. Ahonda- categoría n t'l.tivt1 (utilizodfl por los act.ore~.. 8ocinles
· •
pnrn' p
dn1· cutambién
e nta de

~:Jeatidott. Las condiciunes de 1 191 0


la realidad en n c~ u :C,·~e ~aneras que procuraremos explorar ~n CF<t e
01
. an) como mencionamos antes. ero. ''
ramos, en lo que s igue. en tal pluralidnd de
existencla de ln.&y los actores, los procesos soeioeconóm.icos Que las deter - orqu c su uso se vm "• . . d ·- ·- a ~
minanl lAs e~r;Ltotegias desplegadas ..:specificnmenta p:.n·n. lidiar con el1a1:1 ~bro, c~n la s formt;s d~ cutegol'izución como b é t,e fiClOl"\OS 0 runos, nm .. s
no compusieron el foco teórico de la indagación. sin<> que constituyeron el . adole;;centes de sectores populares. t · a
Ell el debate público - uno ele los c~ccnari.os .en los qu~ ta 1ca ego~··z -
~ennrio donde lransc.:urrió la invesLigacjún. !
. od· pone <;exclusión'· la cqmmahznc on de los SUJet~
Do~de medindos de la década do 1990, en nue•t1·o context o, la lbtmo c1ón se pr ucc- . se 0 3 . "d 1'1 e ente precoz
.
de nomb•·ar lo q ue algunos autores han denominado la. nueva cuestión
1
•OCI~les, e .
. d modo ue se procura r esemantLzar a 1 e tn u
: . ·· l "niño excluido". Lo• modos 911 que ta les cntcgo-
sociat. ha tomndo In fortna de la "exclusión". La seudocategoría ' ni·nt OlCdtantu 1a apt: 1uciOn "1 • • • móltiplcs y la forma
para nombrar a jóvenes supuestame11te fuera del mercado - formal- de ¡ , se despliegun en ese escenano dtecurstvo 500 ' d
niin ~ -o ~s~y~ n~
i ñ~a~s
~ -~---~ : d . ~
: ~~
¡;7
.. 18
~~
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0~~:a~u~:~.~7~o~~~~:~~~~~;~~fc~~:z~:~~~~~o~~~;~~:~~~;1~~
0 ;0
il~~.~o~~~;~-~dco
. n~e~:ng~eto~ ~ xi~:t~us~a·_:j---
1
_
-------------p:a~r~~~e:v~i:ta~·~·~e~xc~l~n~s:ionc.sJ'utu r::u;rla~tl6ffi~-ón-de-·tteroclms"'S'~cJaie~ como
trnbajo y da la escuela, las intervenciones tempranas en
w <;> " \ot:l ...

r&medío n la exclusión constituyen olg~as de las maneras de nombrar .


1dentJdad . . )·• porotro.' de aspectos
soc1a, tanoInson
d' CJ.UC meramen
situación y las reacciones
el problema que representan las nuevas g eneraciones. Alguna formo de le•, como los t·ecu •·sos ar> JUego o en •spu . • · . .
1
"axc us 1'ón" s uo1e const1tu
. .tr se en d escrtptnr
. de u na s .•tuac¡qn
. que se dC$ea 1 de 1os SIIJC . tos en tanto su eoncrctud
. d bJC>grafica
" políticase(que
histón<:a.
a su """ se .unbncan .
modificar, obV.tivo a su vez. cuya ¡·ustieia nadie discutiría. Con eiJa tien- 1 Por su parte en el tel reno e 1a.
ihles. Para nombrar
.,
' de a describirse'J..
la situación de niJ1as. ni ños y adolescentes• pobr es cnyo
acceso a lns instituciones educativas es limitado o intermitente, y cuyas
en el debate público),
a mno.
,
las cntegor•as• •
dlspon .
. - • nl·n-as )• "• dolescentc:s tn.mbién Jidian - se e~tpera- con1 1dos proce
y e1aSillCar

Esto
_

tmyectoriilS biográficas tienen. o se ¡>resumo q ue mantend rán unn mayor Sos Socl.n' los, cco•>"m•·cos, " políticos, a los q ue•.supuestancl >en'Lde-~
"" uo epnr.ocu·r a
ascrciación con á mbitos informa les o ilegales (economfa informal o Ilegal. 1 es cuando un program a social apunta a jóvenes ex u1 de la
morcado de trab~o informal, accesos irregulares a In vivienda, etc.). obJetivos do "inclusión social", sus s.ig~i:caciones ~::~~ ~~:e::t::.necio- 1
E n efecto, la noción de exclusión social hn transitado - y lo hace aún- miríada de heterogéneos mtcrostgru ~~a os as•gnQaue también aspiran a
un larg~ y complejo d ebate en los últimos cuarenta alias, en los campos de nos entre agent es Y •u.J . ·etos de las '))O Jtlcas,
, S1nodeu nninnn la s ituación
estudio do la pobreza y la política social. En los estudios sobre infa ncia y prod ucir t rans formaciones en los P•·ocesos que , á d In "si-
juventud, el por inclusión-exclus ión ha venido de la mano dP las proocu- · n- cambiar. Por su¡>ttPSlo. no ~1em1>re las •m genes 0 .
p.Aciones sobre hls transformaciones sociaJes y su impacto en las nuevas ;"'",ula
e cq,·o·unteore v de 1··•
b,;ett'>•""
, .., ¡>olíticas surgen de u M comprensiól1 nnnlft>cn de

gonernciones, en particular n pm'iir de la r efor ma del Estado en m<lteria


6, Al in icio de nue~tro trnt¡aJO,, e~ d un;lt~c~;~.ttg•)rí.y t:entrnl
do educación: snlud y trabajo duranle la décadn de 1990 (Chnves, 2009). . t adron\os ~~ debate
tu En tal sobre
sentido. inclusión. social
No obstante esta centralidad - insistimos- , el s ignificado de ta l no· d M;do el l)unto do vtsta dl} 11. Cll.l ~leande' cludadtmización eru ~~ coocepto de
al ~side;ar los proee.soa JU~e~~ ~Le sobte é¡,t~ en el que. nos ser\·i~~$ de
1
Ción de '•exclu.sión ' es opaco. En parto. porque, con10 la mayoría de los
wnc::eptoe al uso en las cienCias sodaJcs. es tanto una Ciltegor{a aou11ti- •identl(lttd
autores curnu. Luego de un t.m
· ""s .lO ncr~... , Ric~>cur
MouiTe. Hn11• -.. o•n• d Iny investiij'ndón Lravé~dectdtroo6
Brubílltor y Cooper, dfl estu
ca (y que refiere tt proceROS sociales mris o menos es pecíficos) como una d~siscit de ru·ticular la pl·cgunttt ceMra1 ~ lan 11
c¡ue loa usos analíticos rul:!rtes
En fecto. estos Uldm<M ttulOC"'eel ;Jena . - b'
categorla. e . .. rcsulto.u problcmót.icos. en tanto o te~ .~parecen
d el <:oncepto eNl11n en d~tiu.~() Y b. 1'\St it '"en límitt!spn-!ciNc)~y nlüdo~ Ant..l'e
5. A travéa de todo el libro, se utifizar"n estas nomin~ciones en tm sent ido como normativos y cscnCI:.\Lts~as~ O ~~~~o·r "l. Rcs.wto de los usos annlíticos
gcnt>ral f-l \nLéi'C~unl)iable, dodo qutt, primel'O, partimos de un supuutn general~ . "de"tro• v qutentn~ e:,ua.u uero . _ ... . . E
consLruccidn social de La. inraocia y de lo.& sistemas de dasiflCitCióo de las cdttdes, quiene$ eatan ~ . d apclaciOn ul coost.ruebvu"mo. -·"
débiles, e,o:t.os o utoces scr\otan1unbexc~~• .s ete6rícn:> ni t\rllllÍI'iCOil de Ü\COq )OfO.t'
'!H(Undo, huscamosanalix."" los modos cu C}.UC tJ.tlcs de-.finicionesson esü1blooidas.
e11 los d ise!los; progmmátiCOk en vinculación con uJgún problcmu Cilpeclt1c:o que
tonto no rcsultnbon evi~e~.tes os . ene ' t ;iesgo de .totaUtar lns nccione.& de lO$
J:as rnodi Hct~ (los pÍ•o,gramua nominnn djfercnte al mismo rango ttt:t\rio scg1ín el In c;ate¡orin, ~utJ ra.r"-<UJ ~ltu~u·n.::l\ ~ no tomAr un punto de vi:;LA que esJ)(!ru
problema en que enfoquen), y a su v<tt son negociadas en int.c r.~.tccir•nes .situnafas auictos
""
qua 111110.• o JÓYODb, opta._ 1~~ .• ll Or>t"O
l ' • •d J e n ) a, ar't.ICU <H! IUil )'NI l
"rln en el proceso. De· tnl
'" '"'
por tlgenles y niños. neso,·roUa-renuJs esto en lo quiJ aigue. Emcontrnr IR po 1t 1c;t ac . · 1 ,. . t, ·p\ ·etacíón cobrnron m:a_yor relevfulcla.
tl\ Od o, CliU:!godas (Oíl1.0 cxpcncnc a e m e•

1141 1161
t;_tJ Situación, 8ino QUC más bien se i nforman C:OO aquellAS significaciones )as inestabilídadc:S y rerormulaciones de riesgO Y t.:XelUSÍÓn en runción de
socialmente di5ponible• para nombcar los problemas. Así. cuando los pro- MJl"Ctos situucionnlcs conforman el foro de e•t~ libro. .
gramas sociales quieren •incluir'" a adolescentes do sectores marginalr..s, El marco para considerar tales caW:gorfAb, desde la perspectiva de
muchas veeel5 In irna.gen do los y las trabojoclorcB es In rle evitar que los los actores asu1ne la construcción negociada en interacciones situadas -
adolescentes delincan, y no tanto que aec~dan Asus derechos económicos. debemos e:U¿..,tiZCI I' AU cnrácter institucionaJ, por máa quo la definición de
sociales Y cnJtut·a los {ai conviniéramos en definir do tnl modo Jn inclus ión situación. Jo incluya- de las s ign ificaciones socjo1cs. Si bien este enfoque
-~<~eia)). Del mit;rno modo, lo figura del "joven e,'<.Ciuido" se asocia menos a ha sido dcsnrroll-.ado principalmente a f).fu·til' de lns cstrategia.s de sobre-
aquello$ procesos de i·cstricción del acceso n derechos que a las imágenes vivencia, no es ése el punto de vis ta <le este libro.' .
deJ "no estudia-no trttbaja", cuyo énfasis e.st:l mñs vinculado a la inacción Niñas nlllos y odolo~centes contestan y rt:~inscriben tanto las ~ug-
d~l sujeto Y al que refiere el mote de "ni-ni" que mencionamos antes. nificacione~ de toles categorías de edad como las formas de desigualdad
De tal modo, los procesos de construcción de significaciones y asig· estructural. y 106 _modo. y los sistemas de gobiern? que ~an forma a ~s
- - - - - -- - ---"""'"ICciuñunl.(lde-categvrfft& en el matw de las poUtldCS éfitatñl"es._;,pe;,rm~.,;,fe;.,.:n=:,~~-----,,----'c"'x"'pe=r:;:ie"n"c'-'i"a"s"'dc~vida. En este sentido, los ese():nonos de •mplementactOn
sualizar los modos en que se construyen derroteros y lugares para sujetos de las politlcru! liOCiales de inclusión son uno lente para revisar los modos
sociales cuyo earáct.or distintivo no es intrínseco. necesariamente, a su en que }os significados sobre la exclusión y Jn inclusión socio1 en la infan·
situación, sino que emorge de las compl~jas relacinncs entre ta l situación cia y )a juventud SOil negociados. ·
Y Jos modoS de non"'brarln, comprenderla .Y ope1·a r s<~bre ella. El éoncep· A partit de esto planteamiento, llamará la atención , scguram~nte,
to de "exclus ión social". cntOJlces, no a lude en este libro a tos procesos no encontrar en lo quo s igue la forma canónica de lo que ha tencl1dO o
t!conómicos, socütlos y poJíticos que determinan posiciones sociales así ser denom_inndo •tn. voz de los pnrticipantes".' lndepenrlícnt.emente de lo
denominadas. Se trotn, antes bien, de una mirada soh1·e lo que en las validez de ¡0 8 di•cusiones sobre una comprensión demasiado literal de ln
políticas sociales (y en programas específicos) npnrece nombrado como idea de •vw. .. como cnurtciación de un suje~o identifienhle (una ~personn"l
"exclusión" o como •joven excluido", o bien, en eSJ>Etio casi, como "inelu· (Komuloincn, 20071 y. a la vez, como individuolizable de la.; propias con·
sión". En otras palnbras, los procesos de porsonalizaeión, legitimación y diciones de enunciación, el énfasis no e,; lanto recuperar una perspectiva
reproducción de la exclusión social cobran cuerpo en el propio marco de contrast,1tlva <lo que piensan los •cbicos" vel'8118 In que piensan los "tra-
las políticas sociale• de accc<o a derechos y do inclusión social, mediante bajadorcs"l. Antes bien, 50 trata de poner el fuco Lanto en los discursos
el e$tablecimiento de Pllrámctros específico~ do inclusión que se vinr:ulnn institucionales como Cl~ !as nt~gociaciones y lu~ signifi('acjones que emer·
con transformaciones individuales. gen "en!t y "de" lo. intcrvenéión. No sería ptudente op~lnl' a l.as_ signifi·
Es decir~ estos procesos ~n el mareo del E1itndo tienen con secuencias caciones "de" los ni i'lus, jóvenes y adolescentes, como st preex1st.leran nl
en las trayectorias de lo$ sujetos que ~xceden el ámbito de la representa·
ción,constituyt!ndo oc toa administrativos, decis iones operativas, práctkas 1. En su revisión críLica del <!tlfoque de modttt•nización, con mayor ~re~~ocin ~e
electivas (F,·nser, J989). Al nivel de los programas y lns políticas sO<:iales, un trabajo d~ cumpo con estrategia:; cuo.Hta~ivas. ~eg~l ~ñt~.ló la tmporta.?CHI
de considerar el espacio )' e-l empleo como d•mem:HQnh rc_ntrale! ~~~. r.l!' u1.at
se sedimentan y se recrean significados sobre In exclu.'Ción v la inclusión v los modos de int~rac:ión do aquellos dennminhdos '"~orgtn:t'es , vtSJbJI~~odo
sobre la infancia y la adolescencia como categorfos social.;;, articulado;~ las relacion~ ~nLre auarginalidad pOI.ilic.a y mccDR.Srnll3 dl! reptod~cc1on de
las fonnas de operar con las definiciones del riesgo, de las identidades de conduct.a.s marglnolu a parlir de las necesidtt.de:tt y los comportam~nt.us .dé
tos •pobres• tSepl. Doyhnmboure y BandlOnü, L9~U. Por ~ parte, c-st.udaos
género, de la legitimidad de la voz adolesccn(.e en lns negociadones sobre etnográfico"' po1~fno en evidencia la mciona.lid3d y In lniA>gr&e:ión de los ~l:.mttdos
el carácter que tendrán •us necesidades y las maneras do satisfacerlas. "'sectores margina te~" (Perlman, 19'76: Lomnit~. ~9'7ú; Roberta.,.~ 9'7~; cat.a.du.!l .~~~
Las maneras en quo ello ocune, los matices que adoptan tales definiciones Sn1·avf. 2006J, 11o 1ticndo el acento en las ~st.ta.t.o~10.S de lM pHr~•.ma~ de scctoaes
popuhm.-:s. Lllo permitió señiJlflr lo que. desde. el punL•) _d~ vts~a . de algtmoij
en función de s u vincult~ción con otros conccptoa concurre nt es, como lo~;~ auLOt'C&, sindicH lu pOI't.iculal'idad de 1::-t int+~gractól~ en Amcnca Luhn,i:a, como es
de necesidadP.s o rioRgo, has c!=lpecificacionel:i y toxturns de .. la exclusiónr su c3ráctttr muUinlilio.torio.
según se trate de adolescentes mujeres o va1·oncs. jóvenes o niños y niñas, s. Bs decir, unu ríli)Oilición de las perspt!ctivu~~o de las y los déstinatarios del
programa.

ll6 t 1¡¡¡

J
iJttoreambio con Jos trabajadores de los programas y se origi11aran en una formulado otras pregunL.as. nombrado de otra mao~ra el propio proyecto.
int.erioridad ya constituida en la que el p1180 por el programo , cualquiera Entro las pl·~guntas que emergen, algum•• se ubican alrodador de Jos
seu, consistida en un t.ránsito sin sujeto, para. apelar a una mctáfor·n personas - tl.'n.bajadoros y nillos, niñas y adolesccnto~-.' s us biograllna,
<~psf'. Por ~u parte, s.i óse fuero el o-'lmbito do Ja prcg\mta~ deberíamos hit· sus expect.ath•as a futuro. sus !lensibilidodcs y afccttvidadcs. Otras t\C
bcr procurado encontrar a nuefSt.ros sujetos por fuera de los programas.• orientan a las instituciones: sus permanencias. Jo!l límites que imponen
En s uuH.t, este libro propone l'ecorrer un debo te específico en el ca m· a lns posibilicl11.des de a,cción, lott moduB e1$pecífi(·.ott en qut! cunstituyt:n
po de estudios que iutcrsecta lo~ estudios social~s do infancia y las pollti· ~·condiciones de posibilidad". .
cns •ociales, como es lu problcmatización del enfoque de exclusión soeial. El trab'lio investigntivo se inició a la luz dedebi\Les alrededor de las
A wdas luco.'S, el carácter hist.óricamentc determinado de la acentuación categorías de id~ntidad, participación y ciudadanla. De tal modo, la pre·
de tal enfoque, como marco para inte ¡·prct-ar probJemas, hace que hoy gunta in..ic.ial se vi.nt.:ullilbá con las complejidades y las te~siunos ah:edc-
dahmuos dar cuenta de mutaciones respecto del modo en que Jos temnss_ _ ~_ _ _jdo~r~d~e~l~re~c~o~n~oc~im~ien~t~o~d~e~ex~p~er~ie;,n~o;,·a~s~·~co;t;i~d~ian~a;;s~e~idr,e~n~u~d~aGdJc::•~soc~;¡•a~l~c-~•--
--=-- - - - - - - -- -.Q.Q.uuJ<•.s.nuhoiOl:rd<Ula'110&-Se-tornar&ft-S6eittlmentc (y-potiticathUDteJ problcmahza": y de género en el marco de Jos programas de inclusión social. Procurá·
do•. As! las cosas, al iniciar el trabajo do ca mpo que dio su~tento a estn bamos "comprende<" la natutalaza y parUcularidudes de las tenswnes
investigación. la AUH recién cmergín y no existía1\ estudio• que. dieran entre las distintas identidades sociales de género. los procesos subjetivos
cuenta de los resultados de su implementación en términos de modifi- de ampliación de ciudadanía, y las representaciones y prácticas de pro·
cación del ct~inpo de las politicas de infancia. A su vez, la presencio y la grnmns socinles, enfocnndo en las interacciones agentes·adol~scentes en
preeminencia de los organismos internaciona les y s u tendencia tecniciata toles escenarios". Suponlamos que, indag!ltldo los modos de la articula·
en la lectura de los problemas no se enfocan tanta -al menos, de manera ción de categorías sociales sobre vulnerabilidad, riesgo e inclusión que
mail18lrel.lt~t- en el tema de adolescentes y jóvenos, y sí en los niños y las enmarcaran (como discursos institucionales y diseños de programas) la•
nil'las más pequeños. intcraccim1CS y las expectativas por pat·te de las y Jos agen~es, veríamos
Loo capftulos, entonces, recuperan un recorrido de lecturas y deba- cómo se determinaban los potrones de inclusión y exclusión prevalecien·
tes. trazado en común durante cuatro aflos, y un recorrido de investiga· tes desde la perspectiva del programa; y, convergenteme.J>te, cómo las
ción cuyas condiciones concretas de reaHznci6n se11alizan las f,·onteras de identidades de gónm·o, los contcxt.os y IM modalidades de Plll"ticipación,
este t1·abajo. En efecto, una cuestión a seña lar es quo la temporalidad del intereses y demandas determinaban o no cierta flexibilidad paca enLa·
acceso al campo (cuya lógica "'1 dependiente del tiempo & procesamientO bhtr nego••iaciones. Ce-t. el avance del tmbnjo y las discusiones, la cate·
delle~a~es que consolidan un objeto para que éste pueda ser ftagmentado ¡¡orla "identidad" resultó menos potente y útH do lo que eaperáb~mos,
Y J)C:!J'seguido en sus tafccs empíl'icas~ a fin de poder trazarlo en un con- pol' lo que viramos hacia otras cotcgoríns analítica~ que nos per~lttera~
ju oto de líneas de indagación) diverge con la temporalidad de nuestros re· ilustrar la complejidad y heterogeneidad de nuestro problema de mvestl·
fcrentes empfrioos - programas y políticas públicas-, cuya evanescencia y gnción. Asf, los procesos de interpretación de necesiñndcs Ycategorías do
efetvescencia lns hacen alt:.nnentc mutantes. Por supuesto, llluchas cosatJ boneficiarioa, las deOnic::ion~s de "riesg·o '' y vul nct·abilidad, 1()::; procesos
permanecen: los trab(\jadores, lus culturas institucionales, los estructu· de legitimación de formas de participación e intervención permitieron
ras de las orgnnitat"iones. redefinir la agenda teórica.
Además de ello, harto sabido, también se agregan las transfonn:l· La estructura del libro, entonces, es h~ siguiente. El capítulo inicia l
ciones de las ideas, del ll!>rendiwje, las tl"ll)'ectoría$ del debate interno aborda un debate de Jos ciencias sociales sobre el concepto de exclus ión
de los grupo6 de investigación. los recorridos de lecturas, las transfor· social, recupera algunas discusiones celevanLes )'las sitúa en el marco de
maciones en su composición; en fin, las instancias de la !.arca de in· las preguntu• de la investigación. Si bie n puede leerse como "'~a suo•·te
ve>~tigación que hacen que hoy. por ejemplo, sogurmnentc hubiéramos de "marco teórico", no es ése el cometido que protende cumphr. Antes
bien, en él se procura dar cuenta de la pluralidad de alcances y definickr
9. Agradecemos los delxltes y coaw>nta.rios QI.Mt sobre este punto nos oftecicra
t.fMrian.a Cha,'é"S. nc~ del concepto, incluso en el ámbito académico.

1 t81 1191
El Ctlprtu lo 2 f.'mn Uzn lo$ u·ansJbrmacionos que las :ircns guberna- En el c.ttprtulo A, se reali:Ml un ejercicio de re flexividad sobre la ma-
menlnlo~ dirigidus a lt\ infancia y In odole!:icencia han s ufrido en la última nera en qua In inter~Jecciontllidnd de género. clase y edad fue puesta en
década, n pnr1.ir de innovaciones uurn1at ivns e institucionales plasmadas juego e n nuestras invcAtignciones con niños y j óvenes de sectores popu·
C'n dispositivo~. progrn.mos e instit.ucion~s dependient.es de las á1·cas de lare~. Para ello, nnnlizamos algunos cfecoos metodológi<.."'S de nuestras
desarrollo oociul del nivel nacional, provincial y de la ciudad de Buenos eX"periencias de cumpo, Q partir de preguntas sobre las estrategias de
Airf's. Para ello. nos basamos en el análisis de las lcy<>s nacionales y loca- present.Oción e incu_NJión en e l campo, asf como las negociaciones especffi.
les. lo!it disci\nr; programáticos, la docu!Dent.ación institucional y algunas cas invcstig-ddora-suj<'to5 ~~~investigados".
entrevista• a informante! clave. El libro como objetu procura dar cuenta de una agenda de debates
En el capítulo 3, se analiza el modo en que los programas destinados compartida por quienes hemos tenido la responsabilidad de escribirlo y
a nronder n lo infAncia y la adolescencia definen a su población destinata- otros amigos, amigas y colegas que participaron de distintas maneras Y
ria y a sus ncccsidndC8. Para ello. 6<1 parle de un análisis que considera en diver54s instancias. Do la investi¡:nción participaron, además de las
que estas definltJOnes son ñiOdOs de construccJón de sujetos sociales que autora•. Calarina VI Innova y Marro Consuelo Gaitán, en distintos mo-
en la práctica incluyen disputas, negociaciones y reinterpretaciones. La mentll"', así como Carolina Oarda Cejudo, en los debates en las reuniones
indagación 6<1 baaó en un relevamiento de los programas de atención a la y el proceso de escritura.
inrnncin y In adolescencia con objetivos de inclusión social dependientes
do lo5 gobiernos de In ciudad de Buenos Aires, la provincia de Buenos
Aires y nncionnl, renll7.odo duraote el segundo semestre del año 2011.
l!lJ capít.uJo 4 presento uno discusión en torno· a cómo se construse
socialmente el riesgo en el contexto de progt·amas sociales esta ta les que
buscan regu lar poblncioncs intOntilcs y juveniles de 8ectores populrll'es
del ámbito mett·opolitllnu de Buenos Aires. Interesa conocer con base en
quó asociacione.a se conslruye unt-t de te rminoda noción de riesgo y cómo
lns cnnfiguraciMes sobre lo desgoso •e a nudan n ciertos grupos de per-
!umus snbrc las cun lc~ ae despliegan unas particulares intervenciones
que suponen llcucrdO!; ~;obr\1 loa modos de ge~;tionar estos r iesgos. El re-
corrido adv ierte c6n"'o In idea do ~<riesgo" es fundamt!ntal pm·a oxganizar
lltl'egulacjón aociul de lus nuevas goncrnciones, en una tensión propia de
lns polrtlcas sociG iea e~tatales que es la que existe entre los imperativos
do euidono y col\tr·ol. La presentación de datos se organiza en torno a dos
apartados que se interconectan: los modelos institucionales de r iesgo y
las pos ibles posiciones clo los beneficiados y las beneficiarias tespecto de
él; a partir de ellos. se intenta co11struü· <tna tipología sobre los sentidos
de "riesgo" en programa¡.; sociales.
El capitulo 5 aborda, a partir del trabajo de campo en una imple-
mentación de u11 programa de inclusión social, los modos en los que se
concibo In participación de las y los adolescentes y jóvenes como objeti\'o
del programa. E• ro copftu lo procura señalar, de manera incipiente, la
imbricación de tol participación con lo autolegitimación de las prácticas
por parte de las y los trabl\iadore• en el territorio.

1~1 Ull
CAPÍTULO 1
Estado, categorización social y exclusión
de niños, niñas y jóvenes*
Aportes de los debates sobre la exclusión social
a los. estudios de infancia y juventud

El foco en la situación de un grupo socia l que se constituye como


excluido conduce a establecer el campo de significación de t.al noción alre-
dedor de· una imagen de distancia~ de apartamiento de un grupo respecto
de las condiciones ideales {Do Nt.scimento y Scheinvar, 2005) o compar-
tidas, de vida. De tal modo, con "exclusión social" (cuando los refetentes
son niños o adolescentes), se buSca referir a posiciones y espacios sociales
en una particular relación con los der~chos económicos, sociales y cult.u-
rales. Esto es, se ''incula como problema social, con las politicas socia-
les para la garantía de tales derechos. Por eiemplo, en la concepción de
Wacquan~ (2007) los que se definen como territorios (simbóllcos, sociales
o geográficos) de exclusión serían aquellos en los que el Estado se ha re-
tirado, aquellos a los que el Estado no llega bien. Al mirar la exclusión
social en perspectiva territorial, perspectiva tenlpranHm€-n t.e de.:;plegarl9
en Amé¡·ico Latina,' emerge en relación cotJ la desigualdad en la distribu-
ción de infraestructura, oportunidades y calidad de vida (A11yero, Berti y
Burbano de Lara, 2010), que deriva de lUla adminis~ración deficitaria del
espacio urbano por parte del Estado. E llo "no hace más que •·eproducir y/o

:.• Se utilizan aquí de manera intercambiable "niño o niii.a", ·•adolc..scentc" y


"joven.. eo virt ud de los límites difusos e inestables de estas categoritts en lo1:1
progn1mas socia les, P<>r un lado, y f!J'l rín:6n de $u uso también vári&ble pór p:ir(e
de los distintos actores itwoluc.rados - agentes y beneficiados- , de modo que las
precisiones surgen del análisis de Jos dat os prodtlcidos en la investigación .
.. ~ Agnldézco los come nt urius n":!illiulflos n dist.inLm; versiones d~ l t.~xt.c• por Ca rimo
Galimberti, Josefina Cingolani, Ramiro Segura., y Coosto.uza 1'nbbush. Por su
parte, el pre¡;ente capitulo, así como el resto del libro, f\le proftHHW'lente discut ido
co ronuioncs de ~quipo.
l. En efecto. si en Europa el concepto de '"exclu!-ión"' emerge en relación con
fl-l)$iCi<)néS en el ml:!rcsdo de t rnbajo, én América Lati n~ la noción de "marginnlidltd,.
se enraizó en la f~·agmcot.ttción territorial expl'osada eo las "villas miseria".

l 2:l)
profundiz"r el mnn:o de de3igualdKd doncl~.., dCllarrolla la vida urbana c 3 tado histórico monte asociada al gobierno de sus conductas Y al disci·
en la Argentino"tChavcs. 2009: 43). plinnmiento de su• familias, y alternativamente diversos nctorcscstata·
La imagen del •Estado ausente"' conts1ituye ní;f unn fuerte rnctáforo les accionan sobre ellos.
de lo que much AS veces se qu iere nombrar cumu '"exclusión"' -en particu· El ptoccso de establecimiento rtc In categoría infancia conllevó
lar, a partir de In d6cada de 1990-, por Jo culll la vinculación d~l Estadu, la sedimcntat:lúu de s igni ficncioncs del concepto, la tr·e nsformación
a través de s us político~ socia lc:;, con los pt·ocosos de exclusjón sodaJ del t ratamit!nto de n ii\fJS y nif'las, y la deO·n ieión rle 1·olac ion es paler·
apatece como un punto ctmtrol a i ndagar. En primer lugar: resulta una no..filiales. Eato c11.rnpo de. s ignitlcaclones cobrn e ficacia e~pecífica en
idea contruv~rtidn cunndo quie nes la enunciun son, prc.cisnmente 1 ag~n- aquelJas instituciones que definiero n los proco~os de incorporación
tes del Estndo abocados a l desarrollo de prog rnmas de inclusión social. social de los "nuevos", con los modos de establec imiento de límites en·
En segundo lugn r. parece señalar una paradoja hi•tóricn. En Argentino. tre categorías (bl\i<> qué supuestos se deja de ser niño Y se es joven o
"el" Estado' se ho ocupado tempranamente de niños, ni ñas y adolcsccn· adulto), con los modos legítimos de expresión individual de cada una
tes de :seetw es JAIPOian;s. Desde ittltiOS 8;;~~;,..~a;;;~e;;i;";,~p~o;,,..;;u~n;...--;--....!d~c=-:e'i:ll~a~s:-f.(q~u~é~co:m::;p:;o:;r~tn~m;!i~e~n~t:o:;;s~.;;s;;en~li~m;;T,ie~n~to~s~.~m~o~r;,n~l~idi;;a~d~es;;",;;aire;,cjl.i~·vi.id~a~-~----
lado, bajo la inapiraeión del trabajo clásico de Jacques Donzelot. (1979), des, áreas de competencia, etc., son apropiados y aceptables para un
Y por otro, por el impulso de la Convención lnt.crnaeional de Derecho• niño, una niña, un joven, un adultO). La dimensión "pedagógica" del
del Niño <CON), se Lendió a denominar esttt. forma de atención estatal Estado cobra, en •u dimensión generacional , una tensión específica,
como "par.udigmn tutelar~:. cuyos Hmlt.es tun e l ''"Estado pun itivo:· son en Lanto m axin1iu1 las di fic ultades de In r eproducción social mediante
no sólo borrosos sino tombién altamente porosos y, en much os sontido&1 la incor poración d~ las nuevas gcneracionus (l..lobel., 2010). En cfCctu,
intermitentes.' En ofCcto. los modos de nomb1·ur lo:; problemas sodo lei:l eJl u n sentido simbólico, la novedad que tnlpone cado nueva gcmen-t·
de la infancia y la adolescencia de sectores popula1·cs; y los modos en ción se contrupone a l mandato de trascendencia e identidad (¿cuánto
que el Estado reacciona ante ellos) combinnn &n su origen histórico, y de de novedad permitil'emos introducir a los .. nuevos"?) )•, en un senlido
manera sistcmá~ica y orgánica, bienestar y cont.rol. En este sentido: In material, se sobreagregn como esfuerzo y trabt\)o de cuidado a las ge-
situación socinl de niílos, niñas y adolescentes de sectores populares ha neraciones precedentes.
En efecto, un ~;egundo sentido del par "inclusión·exclusión• - que no
2. A lo largo del libro y en di\'Crsas uportunida~. retomamos una ciefinjc::ión do
ESLado inspirada en II)M eatudios fuminisLR"' de rai¡ombre roucaultiana, que &e s_e opone a 1 anterior- es aquel que se.i\aln ln necesidad de incorporación
niegan a oturgt•r unn entidad cl)mo totalidad unf\'urs a un compl~io institucional de- las nueva,_ guncm.ciones e.n la sociedad. L:1 transformación bistól'ir~
é hi!:itónco com1 1ueal;o por m nlérüu; itm hetcrogóur1u.1 tomo agentes reflexivos, de este procc::;o dio lugar a la creación de int;t.itucion~s de l.nchtsión I)O•
tradj tione~:~ in sti~ucíOnfth.!R. culturas, c te. Tut.~Ji1.Mión (Ju.~, c::umo seño.larf.t nevel
(2005}, sostien~;~ 11110 mctáfon) maqlliníc~ quo - ut1uclimo& l\O$<c>tros- otot·go urlu cinl como la cscuéiLi - pa rad_igmáticamentH- , pero tt\mbién las políticas
t.f•hrencia a pl'iuri a los acciones "éstatttlea". cuo.n•li"' ello dcbicta ser objeto de de mora lizaciún de las familias de sectol't!S populares Y las políticas d~
indagación. Volvcrcmo¡; $Obre este pwlto. tutela de ést.as y Sll descendencia. E:; d~cil', ta incol'poración de nuevog
3. Oe hecho, a pnrtir ele In búsqued::t de la E'Oii~ricción del afún punitivo del miembros a In es~'l'ucturn social de recepción que configuran tos sistemas
Estadn frente n los nil'lm; y los jóvenes dt! Nt!ctor-e! popularPs, desde fi.oa1é21 de lo.
década de 1980 • • problciDntizó y se avanz6 en ta ••pnmci6o de la problemdlieu de clasificación do edades iQvortrup, 2005) no S<l dn •in que medien cláu·
soda! Y la problem~tica penal respecto de lns pcn.onoo menores de edad. A su sulas respecto de In forma en que toles incorpomcionL'S tendrán lugar.
,.C2., a partir de la. coniiLrucción de uno. diferencii)C'ión cnlre el delito oometido · d 1 lid d
¡xrr adultos 0 p<>r menor•• de •dod, desde 6 ,.,,1., ,¡.¡ si¡¡lo XIX tuvo lugar tol En otras palabro.•, la novedad radical imphca a en a nata a . en un
imbric8cióo entre to pena) y lo social pttra oouaiderllf Ja ...cuestión social~ do sentido Jaxamt nte arendLiano, supone un esfu erzo de procesamiento d e
las nuev~s generaciones. Respecto de lo. axten~lón do la presencia csLat.al en la. tensión ent.re reproducción social y tran!lfOI'mtteión que reprc~cntnn
so versión J)unltiva en los lnl.rrioa populares, bnste mirnt las ~stadistiens (ht las n uevas genel·acionc~. Toda vez que esa ~;;enaíón es insoluble, será ne·
e ncarce km\icnto du rneno1·es de edad, en :.¡ l~tt en lat clécudus en que se construío
la imagP.n d~ v n Estado nuaente. Si bien eshl d tn·o qllc lll imagen de "Esturlo cesario tastron.r on cada a rreglo histódca rnentc ORpocífico cómo se PI'O·
a naentc" rdi~r(t u au$encia o fallas del Eatndo do hionoatar, qut!remos scllallll' cesa. En e l caso de e~tt\ investigación. se buscó amd iz.ar los modos de
con éSt4:! énfasí.s In hiJ)t1le~is de la imbdcúci(ln de tunbok. nn aólo hiscótica (Cvdí. '6 1 '6 · t't · 1
2002) sülu tumbitin eatruetur·nl (Haney, 2010}, rcgulaci6n que cunducen n formas de inclus1 n y exc us 1 n tns 1 uc1ona es

1241 12.51

1
"on ball<! en los proce¡¡os de catcgori~ación de las cdndes que se dan en el era el de "delincuente&".' Es decir. median Le el despliegue de un romplejo
morco del Estado.• sistema de categorim~jerthquicnmente otgAniudo, que asocin cndn uno
de Jos catogol'l'ns a moclos de coml)ortam iCI'Ito, vs1o•·es mora lea, uJecti~i·
dades, en fin. cspecífi<us formas de subjetividad, en los que se establec•e-
El Estado como intérprete y la producci ón ron, como ya hu sido se!\ alado, "cláusu la s subjetiva'! de inclusión" (Liobet,
de categorías d e infancin 2006). A la sombra de estas cláusu las, pa rt!Cen t•nor lugar procesos da
legitimación, naturalización y producción de la exclusión iS chuch,_2009).
Vale aquí una detención en el argumento. Este planteo presenta el Ello hace fructífero la vineu lación entre los procei!OS de constituc16n
riesgo de tomar la e.xclusión social como un proceso inherente a lns di- de categoría< de edad y In constn •ceión do In inclusión y la exclus ión en
ná micas sociales m ás bá•icns . E l r iesgo s e sos tiene coo la nmbigücdud el marco de la acción dol Estado sobre estos poblaciones. En efecto, en el
que hay entre la equivalencia y la copresencia de los procesos de extra- presente e.. necesar io revisar loe! procesos de co~trucción de la _figura de
-------------llamie~¡et te, estigma y cntegoriutclóh, que Cón~bfuyén los procesos "j oven excluido" o "adolescente excluido" como suJeto desttnatnr•o de pro-
generales y obstractos de exclus ión, con los procesos de producción de gr1,unt's sociales, y la propia idea de •;exclusión,. como "tiwma de nombrru·'~
exclusión social, en ta nto s ituación de grupo• do personas cuya plena un ángulo de los problemas de lns nuevas generaciones. Afirmar esto uo
participación social, e<:<>oomica, político y cull~U"<~I se halla restringido. supone un punto de vi•ta que desconozca las dimensiones temporales Y
Bn principio, podemos apuntar que. la ··exclusiónJ! de niños, niñas y ado- espaciales de los proca•o• cultur11los señalnrJos, ni dosdeí\o considerar la
lescentes .-etlere centra lmente" una pa .-ticular rolnción del Estado con expe riencia de niño.:i. niñas, adolc.scentes y jóvenes de sectores popul~a·es.
lo& nuevos, y no sólo n un p1·oceso soclal vincu lado -eausnl o lasameñ- Todo lo ronlrario, nociones tales como "jóvenes y adolescentes excluidos"
U.- con In pobre~. Pr:ictkas y sabere$ en el Estado, es trategias, nego- emetgen y cambian como rt:sulc.ado y en el marco do relaciones socio los
ciaciones y contlictoa en el morco d~ lns intervenciones! dif'eursos ins- especCficas <Zelizer, 1985J. Es decir, el punto de vistn quo se adopto aqu r
titucionales constituyen los aspectos centrales de nuestro indagación, implica detenerse en el hecho de que aquello que será comildcrndo "niño"
antes que los procesos socioeconómicos que determinan In emergencia 0 "joven• es producto de formas específicas y contextualizadas de las ca-
y los condiciones de existencin de gru pos sociales, o la s trayectorias tegodns socia l y estatalmente disponibl~• para ccmst ruir tnl infancin.
biográfica$ de los adolescenles y los jóvenes sobre los que los programas Tanto ~niñez'" como 'juventud"' eon eonst.rucciones taociales, sus sentidos
1

despliegan su accionar. son hihtórica y so·:ialm~nte -stabl~eidos, y tal o•sanización de las edades
En perspectiva histórica. las forma~ de defin ición de la cuestión so- permite distribuir y estabilizar relaciones de poder.'
cial olredt:dor de laa nuevas generaciones imbricaron bienestnr y controL
Vinculando entonces nmbo.s sentidos, tanto el de control de los •pobres• 5. En n"""tro pnís, .,.._.. pro<e"""' c¡ue oon•tílu,yen unsup~to básl<» <;'el dcbo.tc
como de incorporación de los "nuevos•, es posible r;eñalar que el estudio tJObre infancitl han sido ostudiadoa en perspect.tva huJ~TJca por Carh (2002) Y
za,,iola (2007), entre otrM.
del gobierno de la infa ncia comprendió desde s u• in icios, incluso de mane- 6. El) tamo las dioámicl\f.l cultunal¡;¡~ que p~rpetúa~ y modifi~an.lu procesos de
ra muda, que el establecimiento de sistemas de categorías clasificatorias d~sigualdad y exclusión eonstituytn procesos "PI7'6toe en s-1 rotttmos, result3n
implicaba la distribución de é$tas en complejos institucionnle• excluyen- una dimemti,;n de análisis central tFraser, 1989. Ka~r, 2011, BuLier. 1.997), en
tes entre sr, y que este sistema se a sociaba con resultados biográficos part.icú1at a.l con ~i thm-tr lns polít.ictt& sociales.
7. Tanto desde el punto de vista •ll0l'1l.Ly senlituent~l íArlbs, 1973). como desd~ el
di fe renciados (momentáneos o per•istentes). Asl, Jos "niños• podian ser ángulo de t.u con.J;truc:cl6n. del ::individuo moderno.. (GeliA, 19'79>~ o de la _dulal16n
"'hüos"' y "alumnos". y eveolua1mente "cíudadanos", o ¡;¡:t..rabojndores•, pero de valor social y sÍll'looiM:o (Zeliltér, 19&~ el largo p~~ de ~strucx•ón dAlla
los .. menores" no eran "'hijos" sino "abandonados··, y no tlron ··alumnos" inr:mcia como una cntcgorfa. social, u11a ~dad de la \•Jd:k. tmphco un proceso d e
in~ticuciom:dizución asociado a kt trrmsformoción d.-. bu~ iustancins Y lus J~wdoJot
s ino "pupilos•, en ta nto que el destino del que se los ptocumba sa lvar social mente nsigundos pnrtt lidiar c:cJn la in<:lu~ ió?- de lni rtuc~as generaclOCIOS.
En este !;lentldo. la infancia (en sentklos tanto 1Pm1l3res como dw~Pnte!) qu~ h•
4. Se considera que htly una relación de las Clltegorixu~ de odadea co•• las ju,·cntud)con¡~.it.uye um• if1~;tiLución I'Ocittl: es unn ~.s.Lrutwrn compJ(\1~ Yabaren unn
pos.ic.ione~ sociale!5. así como con la titularir.h\d y el acceso tt derechos. •lemsidad de significados con los que todos y Ludas hemos h~·1\ido relacJón on:J. Yotril

[ 26 1 127 1
Ln intervención estatal, mediante la escoloriz.aeión, la salud públi· cntegur!ss y los recursDR a los que esas categorfo• pcrmiu.n a<ced!lr.• D<-
CA, el ejército, la regulación cte las formas fruniliurcs y pateroo-fili nJcs. el este n"'odO, el "joven excluido"' de un programa será eJ "adolesc-ente infrac·
ee¡t.nbJocirniento de formns de protección socia). const ituye cJ campo n1á~ tot:' en ntro. en tanto será ol .. l"liño con derecho!! Yul norndos" en alguno
dofi niuo de ins titucionaliznclón de las cnt.egorluR de edad. y cons tituye m ás. no sólo porque los p1·ogrumas deslizan y rcdcñnon las categorfns
t!n el presente un esccnnl"io de l'edefinición de esos catcgorins. Bottroll ctaria&en (\tnción de los problemns que l'ccortal"'. Ydefinen, sino to rnbitm
Y Arms trong (20 07). po1· ejemplo, llaman la atención sobre el hed10 de porqu~ IM y Jos sujetos ulili<arón estas " identidades• de modo intercam·
que las reconfiguracione-a actuales del esta Lulo de los "'jóvenes" constriñe biablc. Por supuesto, reponer esta dimensión no dcbq ocultar que niñO$ Y
los lugarM sociales leg!timos para estos. Del mismo modo, Haney (2002). jó,·enes !IOn (en el equilibrio de poder de la escena que"" está aquí pro~
sedal u cómo las reintcrpretaciones de necesidades y sujetos del bienestar nieodo) tos "débiles", los que aqu( se está proponiendo deben reponer post·
rcstrin.l(en las posibilidades de acceso a derechos de destinatarias de pro· bilidodes do negociación roediD 1>te la disposición de su propia identidad.
tccción social. Desde ambos punt-os de visto, se sello lo cómo las poHWcas En este sentido, los escennrios de implementaciól1 de lns P.:. o:.:
Jí:.:
ti.:.c¡::••::,::•o:,·- -- -
- -- -- - - - -- - •' ocin·le!!-eonstitnyc-o-frgurmnJe inclusimn;(!ttnl"[¡ (le"Eiliñén effiC,:,
to~s~t'=o:-;n,;C~o--~--c"'io"'t:c.:;s:.;.
- d¡-e::;ic.:n.:.c;:
lu.:.s::iÓ·n son un espacio s ignificativo J)DI'll rovisar los modos M
ha bilita ntes como limitontes y cle.sleg itimantcs en la ' 'ida de sus destino- que Jos s igniftcados sobre Jo oxclus ión y la inclusMn social en la infan~io
torios y destinatarias. Sehueh (2009), eolre otrO<!. sostiene que es necc.sa- y la j uventud son consu·uidos y negociados. Poi' ello. este recorn do teóriCO
rio 1·evisar los modos en que los procesos de peroonalización, legitimación resulta en gran medida deudor de la tradición de estudios de la produc·
·y reproducción de la exclusión social cobran eutrpo en el propio mareo de cióo de ta infancia como cale~or(a socinl, antes que de los debales olredc·
las poUticas sociales de acceso a derechos y de inclusión social. mediante dor de In pobreza y la exclusión. No obstante, algunos desarrollos teór icos
el cstnblecimiento de parán"lotros específicos de inclusión que se vincu1an s'obre ••exclusión" resultan ele grnn utilidad, aunque no son una discusión
con t.l'nns formaciones individuales. En etCcto, las nogociaciones nh·ede· centl·a l. S (l explorarán así, en lo que sigue) algunos aportes vincu ladot5 <~.'
doJ' ele In hetero y la nu~orreproseotación do Jo in fantil, lo adolescente y ta l noci~n. p,1 ra luego di sC\liTi>· sobre las interrelacio110" de es tos delmte~
lo j uvenil en programas socia les no tienen consecuencias sólo respecto de con las políticas socia les. especificando aquellos conceptos que r~sultan
quiénes serán considerados niños, adoles<:entcs o jóvenes . de crucial importancia en In investigación que da Jugo r a este libro.
Las categor!as nativos que emergen del accionar de los programas, y
las negociaciones sobre la permanencia o expulsión de los usuarios, dan
cuentll de que los procesos de categorización y asignación e n el marco El debate sobre l a exclusión
del Estado t.ienen consecuencias en la s t1·eyectorins de los sujetos, que
exceclon el ámbito de la reprosontación . Coii\O oportunamente se11 alaru La noción etc cxclutlión socinl 1·econocc raícc~ en lott autores clásicor;
F1·a~e1·. no se t-rata de idea~ en In cabeza de la gente, sino de actos admi· de la teorín social. Si bien su vínculación más direetu aparece en reloci611
nis tra tivos, decisiones ope1·ativas, p1·ácticas efectivas . En ellas parecen con el concepto de "cierrll ~ocial" de Weber (19221. que refie re a las mane-
rcdennirsc c.J a lcance y las v!as de las estrategias de inclusión SO<.;al. de ras en que determinados grupos pueden asegurar y 1nanlener privilegios
modo que el ámbito de operación y eficacia de las poHLicas sociales adop- a expensa.• de otros, Durkhcim y Merton, preocupados por la integra·
ta un giro particular, que excede su dimeosioo estrictamente disLributi- ción social, la solidaridad y In cohesión, •on también recuperados como
vn -o redistributiva- para orncrger como un Estado intérprete (FraHer,
1989 , 1991; Hancy, 1998). R. l!iKUt nRtmneión puede l~t~l'~t! detidt! lln deslizamiont.o ht1ch• IH il'llSgún tlcl
P01· sn parte, que los S•uotos se a utoidcntifiquen con la forma en que .. beneficiario tr~tmJUl$n" coo quo ¡ e suele interpn~t:~r lu b~\squed<:'- de r~~uraos
los progra mas los inter polan no es 1·esultado do un proceso unilateral ele qul:! lthl y le>~ "'pobres.- vinc~l.tln c~n e l Es~a~o. No es os~ la '?ten.clon tle l
S(l.i\alnr:nlcnto. que procu ru d IICrcJlCinr los d1shntoe órdene);. de ~h<:.acJn ~e loa
nombra r, sino que implica un uso estratégico, po1· parte de ellos, de Jos proce808 de categoritoción e identitktu..-ión respeclo do cxpc-n<-neJa, 1dentkl~d Y
subjot,ivídad de- aquellos "~oeficiori~. aJ mismo ~lemi>C;' que p~ura tcWnor
eonstitui~a. por ~limientos legales. formas de poder, expresa y cNa
vez. FA§_t..1 el espacio en el que éstos pued~n desplegar 5\1!! r tmliltencuu a lo:. efectos de los
~t.hn~.entruJ colectl\'OS, accKJnM morale.s. encarna y roe~ cit!rt...s sensibilidades. •dig.po,hiw¡ de poder•.

128 ) 129 1
intt·oductorea de dime nsiones centrales del lbnómeno (Lis t.or, 2004). Asi- 1996), que visibilizobo como ef~ctos de la desinlegración de la suci~d!td
misn'lo, Simmcl dcsnrrolló la cntcgorfa de ••extl·ni\o", un tipo ~;oci a) cuya saltu·i(llll lo.s proceso$ de vulnen\bilidnd .socia l y rlo~a. filiación, f\1e am-
ambh•alcnte a·elación con la scx:iedad muestra la exist(tnda simultánea de pliamcntc difundida en nuestro medio. Pcrmitio o;incu lar la ampliación
situttciones de inclusión y exclusión. En este sentido. la a-exclusión"" como del desempleo '! el empobrecimiento poblacional vivenciados en América
1.:11 nunca podría ser absoluta: so puede estar excluido en algún aspecto, Latina a partir ele la cri•is del precio del petrOleo Y las reformas de la
pero no en todos (Rihciro, 2009). Por su parte, Norbert E lías, en s u Ensa- década de 1990, con policieas socia les i nnovadOt'M de reempla~o de las
yo acerca d e las n!letciones e111re establecidos y forasteros, señalnbn que la formo• de pl'otccción del Estt1do do bienesta •·· En e.ste sentido. Y como
nawraleza de In interdependencia entTc grupoe diferentes no emerge de' señaló Merklen (2006), In difusión del debate en los ámbitos ocndémicos
los prejuicios socio les sino, al contrario, "la sociodinámica de la relación y del ~-oncepto en los ámbitos burocráticos se dio en paralelo con el reem-
entro grupos ligados entre sí como establecidM y forastero• viene deter- pla<O de la figura del trabajador por la del pobre como sujeto del bienes-
min ndn pol' la for ma de s u vínculo, no por ningunn ~;;:d~e~J~a~·~c~a~t·o~c~t~e~rf::s~c,~c~a; ta!!1::_-.J:ll~·!o2c~lt~
· •----~ e~a~co~t~n~p!:a~ñ;,a~ba~e~l1p~~r~o~ce~s~o:_:d~e~<O~t:!:lS;::t:!:it:.::·t~
· fi~c!:a~c,~ó~n~~~·
· IC;::io~'n::._::d:,::e:_'.;'":.::":.::e::v::o•:_
· __
qu~ poseen loslfr'üpos afectados con mdepenacneta e e e a 1 98: 233 . demandantes" ante el Estado (Kessler, 2010).
Estas caractel'lsticas no tienen origen, para E lías, en la posesión Jll()- Es amplio el debate respecto del carácter adaptable del eooceplo de
nopólica de elementos no humanos, tales como la riqueza económica. o exclusión al contexto latinoamericano y, por otro lado, sobre el carácter
. el control de los medios de pTOducción, sino -sobre todo- en eLgrado de innovador y necesario del concepto "exclusión' res¡>ecto de los conceptos
o•·ganización, en particular la cohesión interna y el c.o ntrol comunal. de pobreza y marginalidad. En este sentido, en el contexto europeo se han
E l campo conceptua l de exclusión' cobró rela tiva independencia de deso l'l'ollado ct·(ticos •·ela tivas a la ambigüedad y la polisemia del concep-
estos debates a l resugir fra ncamente asociado a los problemas de exten- to.
su indiferenciacíóO emplrica respecto de la pobreza, la simplificación
síóO, duración y calidad de lo pobreza y el lazo social, o partir do la dé- de di nómicas v estructuras sociales complejas. ek. Desde un ponto de
cnda de 1960. En este sentido, y como señala Saravi (2006), se trata de vista polltico, ;e ha se~ alado que oscurece las dinámicas de desigualdad
unn P"egunta quo, incluso inrli•·ectamentc, conecta con las preocupado- ypolnrir.nción, favorece respuestas minimalistaa abocadas a la población
nos más centrales ele la teoría social, la posible fractura del lazo socia l y margina lizado, y dllja intactas las d ivisiones socia les (Liste•·, 2004).
Jn cme1·gencia de crecientes espacios de exclusión. La literatura revisada La polisemia del concepto ha sido, antes que una Hmitaciórl, una rica
tiende a señalar dos tradiciones de discusión de estos problemas, una de ''eto de nnlilisis. As!, una perspectivo teórica desarrollada en el contex-
ralz lntinoame.-icnnn, que se articula alrededor de los debates sobr• la to angloparlanre <'S la do considerar que •exclusión social" e•. nnte• que
u1arginn lidad, y otro de raíz eu1·npea contimmtt.tl, alrededor de la noción nadu, un concepto n sor explorado. Uno de los u:.ás imp01·tantcs estudios
du <:xclusión. fue desarrollado pot· S ilver (1994, 1996), quien holló tres paradigmas de
En el contexto europeo de inicios de la década de 1970, se utilizó interpretación del concepto "exclusión social', que suponen a su turno
la noción de exclusión para aludir a procesos expulsivos del mercado de treo tipos de estructuras de causación: de solidaridad, de especialización
trabajo en los que a la pobreza se agregaban dinámicas sociales restric- y monopólica.;. El primero se originó en Francia Y se preocupa por la
Uv"•· Utilizado por Rene Lenoir en Les exdud<•, de 1974, fuo empleado ruptura de lazos do solidaridad; la tradición re¡mblkanista de ciurlnda-
durantc los 80 y los 90 pn..a analizar procesos do desintegraci~n social y nía enfatiza en la responsabilidad estatal de reintegrar a los excluidos .
condiciones ele precariedad. y repre•cntó para a lgunos un fenómeno cua- El segundo se dio en el contexto angloamericano. en el que la exclusión
litalivamente novedoso CLister, 2004), debate que se desartolló en paraJe- es consecuencia de la división del trabajo, la diferenciación liOCial, etc.,
lo a aquellos sob~ guetización y "subculturas• o underc/«88, qua t.u vieron es dncir, fallas del mercado o derechos no garaoti:oados, y el énfasi• está
lugar en Est.odos Unidos (Wacquanl, 2007). !,o propuesta ele Castcl (1991, pueoto en In con•ttucción de ciudnclatlía como intercambio contractual
de durcchos y obligocioncs. Finalmonte, el tel'cer modelo intol'pt·ototivo
9. Con una cütrhl libertad. se vu n nombrar áquí como '"campo concepLu~l" ~1 se vincula con el concepto de cierre social, donde la exclusión emerge del
coojuntn compuesto por 18.$ nociones d.- margioolidad. margino.c:ión, inclusión y interjuego de clru;c, ostatus y poder político, sin·iondo a los intereses de
exclusión socittJ.

130 J ( 31 J
los incluido~. y ae combott! media nt(j la extensión deJa. ciuda.rlnnía plena. exclusión social t•eflejol'fa "In múltiple y sol>redeterminada naturalezn
El cunccpto de exclusión e!:f entonces una lenLe para comprender tanto los de lns desvenlt\it1S oxporimentadtis POl' c iertos grupos y categorías de la
l)roblemllll sociulei:f c::omo su ~ soluciones deseab1c$. De est.e rnodo. una de població11, cuyo ojo cenlr~l de exclusión es su identidad social" (2010);
las cuestiones que •·csnlta el foco de análisisdeSilver es la vinculación es- por ejen>plo, étnica, de género, otaria. Las desigua ldades culturales. es-
trecha de In exclusión social con procesos institucionales de producción de pacinles y econón"'icns se interiU:t:L-an e interactúan. rtl:forzaodo la per-
sentido y do delimitación de campos de acción en polftica social, aspecto sistencia de la oxclu•ión social a lo largo del tiempo. Identifica así treo
que e• eJJpeclalmcnte útil para el abordaje teórico de esta investigación. tipoS, de dinñmicns involucradas en la perpetuación de la exclusión¡ di-
Ruth LC\·itos por su lado, se pregunta <'Ómo se despliega el concep- námicas do devaluación cultural; dinámicas de exclusión en la provisión
10 de excJusjón en relación con matrices de significación y discursos en de servicios de salud y educación; y dinámicas de poder Y ae<:eso a las
oompe!Alncia en Oran Bretaña <"On el surgimiento del Nuevo Laborismo instituciones p1lbl icos.
11996. 2002~ ldenl.ifica tres tipos de discursos: uno que denomina "igua- Desde e&tOS enfoques, es posible comprender la inlportancia de con-
- - -- - -- - - --r.u"'ln"'r"IOi'ilaisCribuC.vo (RE DI. el que enlatíza las noctones de ciudadnn!a. siderar las dinámicas iru~titucionalcs que producen y reproducen proce-
derechos sociales y justicia social: un discurso moralista de underr:lass sos de exclusión, entendidos en general como aquellos que llevan a que
( M U Dl. que retrata a los excluidos como culturalmente diferentes de la ciertos grupos sociales no puednn participar plenamente de la vida so-
•ociedad mayoritaria. y enfatiza los valores y lo.s comportamientos indi· cial y económica. Específicamente, la vinculación entre caregorías socia-
viduales: y un discurso de integración social (SID), que se preocupa por la les. significaciones, culturas inslitucionales, movilizadas alrededoT de
cohesión socinl y se enfoca en la exclusión del mercado de tra~. Levitas los políticns públicas, y ln tre)producción de procesos de desigualdad y
identifica que lo que en cada contexto discursivo se define como lo que les discriminación cOn11tituycn un nudo a seguir ahondando. La vincu lación
"falt11" a los excluidos cs. según el caso, dinero y poder (RED), valores roo-· do esto• conceptos (desigualdad y discdmínaciún) con el de exclusión es
ralea (MUO> y t.rab'\io ISID). E:n s u vincl•lación con el debate politico que relativamente lax:n, ll t'aJta de acuerdo sobre lo~ tipos ele relaciones que
in.seribe y signiflc~l tal fenómeno como cuestión sodal: Levitas pln ntea mantienen ennc !>fY~ De het.:ho, el trota miento conceptual de a:cxclusión
que e l concepto de exclusión social de matriz dutkheimiana pasó a ser un socia]" no permit-e idtmtifkur con clo ridad un ún.ico t ipo de procesos y,
olomcnto cnteial en un nuevo discurso hegemónico, t ratando a las divi· como yo hn sido scti.:altldO, la& perspectivas t~óricas varían desde el én·
sioncs socia los pt·opías del capitalis mo como resu ltado de una fractura en fasia en rc lnciunes ~"SUcio. les hostn la focalización en construc.cion~s COtl·
la cohosión socia l que se debe mant~ner mediante 19 d ivisión del h abajo. ceptualo• o ideológicas.
Lll5 dife rencias do poder o de acceso a recursos. que está n impli- Los estudios empfricQs, por tsu lado, incluyen indicadores tales
cada~:~ ün la idou ele exclus ión , se i ncorporan anaJíticamente como des- como exclusión <lel •not·codo do t rab>\iO \Y do otms actividades econó-
igualdt\d por pLlrt• de algunos teóricos. Son clásicos Jos tJ·ab<\ios de Tilly rr~ico o socia10\eJ,te vo lioso.K), a is lamiento social, exclusión polít.ico , ex·
(2000. 2005), que proponen pensar los mecanismos de reproduc.ción de clusión de servicio~ públicos o pdvados (Lis ter, 2004). A S\1 vez, so ha
lns <'l csiguo ldades, concibiéndolo• como pares categoriales. Charles Ti- señalado la necesidad de diferenciM entre varios t.ipos de a islamiento
lly dcñnió Jns cntegorlas como limites colectivos negociados entre redes social (desconexión con la sociedad, pérdida de redes personales, exclu-
interporsonn lM. que producen desigualdad cuando, o su capacidad sus- s ión de In comunidad). Esto en s u momento refuerza el argumento de
tantivo de producir difct'\lncias, se agrega la producción de ventajas para Levitns (•imilor ni de SilverJ. de que la exclusión social, en su sent.ido
uno de los "lados• y la •·cproducción de la frontera (2005). En el mismo amplio, se entiende mejor como un concept.o que como un a realidad em-
sentido. GOran Therborn !2006) postula un modelo analítico con cuatro pírica. Por ejemplo: ¿Cu:\1 es el espect,·o de situaciones de reproducción
mecan iemoe que ponen en juego dinámicas acordes a las experiencias de
In desigualdad: distanciamiento, e.xclusión,jerarqui.ación y explotación. 10. ; La dcs(futiklad •wc:itt1 ea u_o efecto de la diSL-riminaci.ón y conduce a la
Xniia Knbccr, trnbl\iando en el plano de la vinculación entre cxcluÍión? ¿E~ la o.xclutióo social uo ~dio final de la discrimiD9Ciáu o un
ciudadanía. desigualdad de género y desarrollo, ha propuesto que la renóm .. no cualiUt.UvtUnt!nt.e diftJreuw? ¿Desigu81dad y exdu..,Wn soo grados del
roi.amo fenómeno?

P2 1 133 1
que serán incluidas en la cawgoría "excluido del mercado de traboj<>"? El d ebute latinoamericano
¿Aquelln$ que"" refieren estrictamente al mercado formal de empleo?
¿Cómo ~e inclui rán aquellas que implican complejas estructuras de En el contexto latinoamericano, 11 la perspectiva de análisis con·
•·elac.:iona mionto sociil1 y que SI! inscriben en e l tránsito entre e mpleo ccptual de la noción de exclusión social no habda adquirido tanta aia·
formal, informal y actividades iJegales que no son ''socialmente conde- temalicidad como en el contexto anglopQrlante. Utilizando la teorfn de
nadas'' en el ómbito restringido de ht~ re laciones sociales pt·óxi1nus'? la significación de Bunge, Cortés {2005> y Solvin {2007), consideraron
;,Quiént!S ~orón consider~dos "excluidos comunitoriam~nte"? ¿1,{1.$ dii:l .. los significados adoptados por el concepto do exclusión en el debate !"·
t intas Ctgurus de pal'ias sociales'/ ¿Qu ie nes no tienen familia ni nmigos tinonmericn.no. Según e l primero, el t:oncopto de cxcJus ión agrl:!g't-t a la
o personas que los reconozcan sobre In base de un nombre o apodo'! En discusión sobro marginalidad la perope<tivn de derechos, lo cual lo hace
cualquier coso. el ejercicio hipol~tico de establecer una suerte de gri· políticamente más útil desde un put•to de vista de transformación social.
liado de situaciones posibles, a partir de los indicadores planwados ni Para Salvia entre las recauciones con laa que .e podría utilizar el con·
concepto, pcrm1te vtsu 1za.r que e re erento empírico, en el momento cepto en Am~ica Latina, se hace necesario reaaltar que "en el contex·
de afinar In definición, es cuando menos c!quivo. En segundo lugar, y to de un desigual y subordinado desarrollo capitalista tanto anws como
como se verá en los s iguientes copftulos del libro, el referente empfrico ahora existen secLOres de la población que nunca estuvieron incluirlos, los
no coincide ton los conceptos nativos de exclusión sod al, ni con las cuales se mantienen insertos en relaciones sociales de producción poco
ideas asociadas n lo inclusión socia l que s ubyncen o se expl icita n en o nada necesa l'ins para los procesos do ocumu loci6n hegemónicos" (Snl·
los pro¡p·ama• sucin les. via, 2007). Según este último. no obs tante. es necesario seña lar que la
Au n a r iesgo de que esta amplitud haga re lativamente indife· reemergencín del debate viene de lo mono de un conjunto de hollazgos de
rencinbles y ambiguos los conceptO< analizados, no se ahondard nquf ffi(1ltiplos estudios. que señalan que las condiciones actuales de reproduc·
para delimitarlas, en tanto el foco es más bien otro. La mentado he· ción de In "mnsa marginal'" se vinculan con un mayor alejamiento dt! la
terogencidad de sentidos de la noción de •exclusión' babrfa fncilita· estructura social del trabajo formal, un creciente autoaislamiento frente
d o que, ni difundirse como concepto central a las politicas públicas, a la estructuro socinl dominante globaliznda, un reforzamiento d~: la·
propicio ro el tratamiento uniformado de una miríada de situacionos ?.os de reciprocidad próximos con efectos de confinamiento y segregación
relativamente heterogéneas entre sí. Segú n Kessler {2010), por su
parte, hnbrfl\ promovido la itnplemcntncir.n de. polfticQs s ocial..,,. i n.
novadoras respecto de las trodicionale• ostl'Otegias do protección so· 11. Dth1d e la d é<:ndu de 1960. lo$ proh l~rn~:&& du •lll~fli' I'(>IIO sí>éiOééOuúmico dicn>n
cialJ y contribu ido a la traducciónJ en c l ñmb:ito lnterna.ciona1, de un Ju(tat· n In cmcrgcncio do las categodas do "mllrgitl.o1idnd" y ··m~uginnción'".
poi~·a compre nder la. pobr~-z:a urbana. Desde el p\I Oto de vista de la teod3 de la
amplio co1'ljunto de demandas socia le• en demandas de ci(ldadanlu y roodernh~aciún, ttl 11sujeto marginl:lJ" ~~rtl qui~n desplieg.-t una $t!ril:! di:! prúcti<:itS
de ampliación de derechos. Si bien excede el a lcance de este capltu· écou6mi~aA, soc i ale~ y cullurales trudic.ionnll'lii flué lo muestran como no
lo, es menester recordar lo que se ind icó a nteriormente, respecto del suticientcmcntt inteerado a las instituciones 'i los \":llores modernos (Cerm.nnl,
lugar polftico que ha wnido la noción de "exclusión" en relación con 1962, 1973) o rormondo parte de una culturn de lo pobre'-• <Le";" 1980, en
S 3 tvia, 2007). Dt\ &al modn, la mnrginalidttt.l t!raefll!ctOdt! una réSJslQOCIA cultural
la criminalización de la pobreza. Asf, resulta necesario avanzar en de. lOi auj«ot tnOrRinales, quie:ne$, a la saxón, habil4ban territorio~ espcd6cos:
comprender tales procesos en virtud de la especificidad del problema las villas miseria, las poblaciones, las urbanlueiones; en fin, los anturon~ de
mis~ria urbttns. En franco debate con estt\ po¡;¡:ic:ión, y desde un punLO til! ''Httn
que hemos enunciado antes: la paradojo expresada por políticos de viaculado a1 nullrxilimO, el\ é l mareo de lu teol'fn d() In dependencia, Nun, Quijnno
inclusión .socit\1 de las nuevas gtmernciones, enmarcadas t!n procesos y Cardoso dosarl'ollaron concepciones sobre lo margina1.ida? como ~ropia de
de amplinción de derechos, y c uyos c!Cct.os no tie nden, nece~ariumcn· IHs re hu: ium1~ eo..:ielea d~ J•roducci6n de lo!f modPimt éAf)•lallsLn.s desaguolult Y
cotnbinodos, en loA que a lgonas activii.J:.ulug iO tl'nosformaban en inocceetrrias
h~, a tul ~~inclus ión'*, definida. difusamo1,tc como acceso a dett!cho~ de
a l capitaJirmtO. genori.'\ndo un ::ejército industrinl de reserv~·· .~ partir d~ todu
ciudadaníll y no discriminación. s up'!rpoblución re lntiva (Curdoso. 1970, ci tado ttn Sal~ií~, 2007), o bicn,gc~crnndo
masas mnr¡innlos emrc quienes dcs plcgab:ln actwtdades precap•t{llustot\ Y
eco nomía de ~ubt1itne nci1a {~un, 1999).

1341 1351
residencial. un aumento de subordinación clientehtr alrededor de progra· aqueUos deri>•ndos del clá3ioo estudio de Lewís, Los hijos de Sánche.z. En
ma.:; de asistencia públicos y privados. este sentido, el anális is de las dinámicas instit.uciooOlC'~ t.erritorializadas,
En t.al sentido, la diferencia cenlral Que establecen esl~ enfoques en articulación con las estrategias y los eSJ)actos do maniobra de las y loi!
con aquellos UesarroJJndos en el ámbito europeo es que colocan proceF;08 adol~scentes de s.cctorcs populares. se torno ótiJ no para encontrar los
fenoménicament..a s il'nilares de prodw.:ciún de exclusión, en el contexto del causns últimali de la exclusión $iOcia1 o la marginalidnd. s ino para com-
desarrolJo capita lis tn. Pm· su lado, en au unúJüd:o:; de )a incol·porat.:ión de prender los U'lOdOS en Q\le nuc.v as categoría!:! dt.:! "i fl rlll'lCin" Y '1juventud" ~OU
la noción do exclusión on el debate sobre desigualdad y pobrc>.o e11 el creadas, y los modoR nf\ que tal~s procesos contl'ibuyon a la r~producciór>
cont•xLo local, T{cssle•· (2010) advierte sobre las dificultades de clarificar institucional clo In exclus ión de la.s forrno.s de p1·otct:ción Y ciudadanfo.
la vinculación entre desigualdad y exclusión •ncinl para el caso argen· El desarrollo conceptual del territorio camo esttllCtura relaciona l
tino. Señala. a este respecto, cinco procesos para considerar. En primer (Mcrklen, 2005), como espacio urbano de relegación sociocspacial y de
Jugar. que hay una relativa independencia entre desigualdades de tipo concreción territorial del cierre social (Wacquant. 2007) y como lugar
- - - -- - -- - ---,;ec éCtlrdedéSJgualdlidcs culhirnies, de género. cte. En e&-
.,wr>mrolrmlfklr;u!ll'lh!l!i'A"'j)"" de roncentración de vulnerabilidades (Saravl. 2006), ha permitido inda·
gundo, que la sociedad argentina en el presente no es inmóvil, si bien no gar en diferentes tipos de lazo social iovolucrodos en las dinámicas de
presenta la movilidad ascendente de la década de 1960. Asimismo, dis· exclusión o de mnrginalidad urbana. Reintcrpreiando la iradiciótl lati·
tingue un aumento de la coberturn educativa sin pausa y cambios en los noamericana que tempranamente ~rteJ•ritnrinlizart\'' la rual·gjnalidnd.
pat.rones de consumo de sectores populares, y ambos procesos tendetran incorpo1·an las dimens iones espaciales y dimí.micas a l debate sobre lu
a dis minuir o a lterar las desigua ldades cultun\les; y, en quinto lug,u·, exclusión y la desigualdad, enfocando en los jóvenes como nuevos sujt~to•
señala los 11mner·osos cambios legislativos que se han dado en relación de exclus ión. WucQuont (2007) anaiiza d~ munem com parada el contexto
con desnaturo liull' y deslegitimar la discriminación, mejorando las con· estadounidense y el ftnncés, y señala que, si bien In experiencia subjetiva
dicioues de aceptación de la diversidad. Por otro lado, y en ,;nculación con de la e.'tclusión puede ser muy similar en dis~intos contextos, la lógica
la seeuritización de la cuestión social, considero que tal contexto implica institucional y los mecanismos de clausuJ'a que producen exclusión pue·
un incremento de Ja segregación socioespacial, con consecuencias de de- den referir a diferente> proce!!OS sociales. Ln formn de la e:<clusión será
bilitamiento de la base estructural para los sentimientos de oblig-.u:ión dependiente de In estructura institucioool, y resulta un proceso dinámico
moral , empntfa, solidaridad, minando la intolerancia de la desigualdad. y no un estado de pobre2a extrema. En cstn dirección, algunos analistas
señalan que tu riquo•a del enfoque de exclu•ión radica en que permite
ilurninar Jos procesos soein]es que derivan t!t1 deprivación antes que en Ju
La retel'l'itorialización del debate sobre descripción del problema o nivel de sus resultados individuales; enfoco en
exclusión y la visibilización de "los jóvenes" los agentes de Ja exclusión y In inclusión~ y prOI>Ot'l$ un marco amplio que
integnt aspectos económicos, sociales y culluro les junt() con los derecho~.
E1 sedal tuniento relativo a cómo se 't'intulan las estructuras socio le& No obstante, pnrcce important~ seda hu· que, en estas aproximado·
con S(!ntimientos, expectativas y aspiraciones. valores, estrategias. pone nes, tres problemas no resultan cabalmente respondidos. En primer lu·
el foco en un el1CO!R8rio que procura superar laa limitaciones derivadas del gar, este dinamiomo que es logrado por el enfoque desconoce o no logra
estructumlíamo a ultranza de las posiciones tradicionales en el debntc aprehender cómo la eetabilitación de proc;eso,¡ de crclusión para categn·
sobre marginoHdnd, 11 sin caer en el culturuliemo miserabilista de las po· rías entera~ de población se repite como !fistema, en especial aquc11os
sieioneti más vinculnclas con la teoría de In modernización, en part-icular vinculad~>S ~.:on la ir'ltervcnción estataL En efecto, tanw Wacquant como
M~rklen (2005) se detienen en señalaJ' los efectoa "contextuales" d~ las
1~. Posición, no obAhmte. no compm·t.iílu pm• t.odos los iltlo.listas, y de hecho políticas soc'io lcs y cconc>micas, en el sentido d(l ctue conforman las con.di·
d~:;l:!chlolda
expl'csnmontc Pl)r· aut.'n-t!.s con1o Snlv(n, pm· tljflmplo. quien sosl:im1e eluo c iones ncccsaritus di~tl'ibui das espacia lmente. Po1·o 1'10 se preguntan pot·
es poco ftuct.fl'uro visibi lizar en el csquetmu ~;~xplicotivo a tus protagonistas, $\lit los procesos intrínsecos a ellas.
t.ramaa 5oeinle.s y sus pn1.cLicns dt:! J;1lpervivcncin..

1361 1 3~ 1
Ello implica. en segundo lugar, que sea necesario revisar las mnne- el momento juvenil ola adultez. F.n este aentido, el autor elige un enfoque
rns en qu~ IM políticas sociales para las nuevas generadones configuran biográfico que toma íl la juventud como un mnmrnto do transicKln.
un campo en el que se procesa y reproduce la desigualdad (Liobct, 2012).
Y, en tercer lugar, etnia y clase social no pueden funcionar con1o prinei· L.o. coturaUdad que adqlliCtcJl lo11 l>roce;;os d& ac.umuJacióJl
pios oxplicntivos totales de los procesos sociales estudiados . en purticu lor de ctcsvc l'!.t~ns y lns situaciones de vulncrnbiJidnd como dimo!n·
sionos claves en clat\áJisis do la oxclu¡;idn Súciat éstablecé uoa
cuando ambos posicionamientos parecen oscu recer los clivajes de ednd
conoxiól\ dírccttl )' I)Cccso.tio. coo utlO. ¡)a r~ pec li vi."l de curso de
y gt:nc1'o. Pm·a ahondm· en ello, pdtnoro .sc presentarán las definiciones vido. (2006: aO).
sobrt~ exclusión social que utiliz-an en s us concepciones sobre riesgo y/o
vulnerabilidad, el lugar que e l territorio adopta en el modelo teórico, y Partiendo de la teoría de la indiviclut~ción como r esq uebrl\iamiento
finalmente, sus posiciones respecto del lugn•· de las políticas social"" en de los patronos biográficos tradicionales. Saraví recupera, en su con·
los proce<10s analizados. ceptoali>ación de las transiciones juveniles, que esr.os procesos de la
_ _ _ _ _ _ __ _ _ _ __ __:_Gonüllo Síiiiiv1 se dCd1ca a revisar'"crl"e"n"fo'-q"u"'e;-;¡d;; 1
e-;c;;;x;;;cT.fu-;;s;:•;tón;:-:s;;;oc:::,:a:;rl-----'m~od~e=rn~~·d~a~d~ta:7.r=:d~f:n~a:':po=:r~ta:n~a~l~y~r=eq=:u~i~e:re~•~'~d~e)IToin~d¡i~v~id~u~o~m~ayo;;;;;~r~r~e~fl~e:x;T;.:-
eomo un marco analítico para revisar las situaciones de transiciones ju· vi dad y nutadetcrminación (o, como planteara G iddens, de proyecto de
''eniles en América Latina, relanzando la discusión regional r especto de autonomfn). Al mismo tiempo, representan un proceso de desincrus·
las modalidudc< históricamente dominantes de inclusión social. Su posi- tación del individuo r especto de diferentes y sucesivas ag1·upaciones Y
ción patte de caractedz:ar la djscusión la tinoamericana como c\lo litot.iva~ categol'íos socinlcs:
monte diferente do In europea~ en tnnto ning ún lazo .social predmn inn por
sobre otro como modalidad d~ inclusión: r.,o~:~ tn1yectorit~s vitall:!~'nu &•Íiu son ofect.ad3s JHlr Jas con·
didonetl i nic i~ les de l:1s qt1e se p.:trle. aino también de la rel~cióo
El Estado. la comunidad, l.a fnmHit:l y, de manera más res-- de loe individuoa oon la co.yvntvr3, relne~n que en si misma es
tringida, eJ mercado de Lnt.lx\jo. t~icron una red de rnúJLiples reiolefJ)retada en las categorias de la buena o mala suerte... Es
filiaciones quegaraoti.r.aron eu 1n1t¡ra~i6n. Las múltipl~ eetra· dcc:ir, b rcfQt'('_ncia a fuerzas incontrol4blts y o.lcmtorias. ind.itee·
Legius de sobreviveocia, la ec:onomla informal, los movimientos la.mcote pone de manifiesto la mayor preacnein qué adquiel'(lt') el\
urbano-populares. ~ro también Ja¡ expectativas de movilidad el act.un1 ~cen.a rio las desigualdnikti clinl1.rnicas como det.e:rn)i-
social y progreso fueron tem.na Cfl nt.r~ les a través de los cua· Jlont.ei fiG pntrones biográficos ~8 J)eclfic:ns. {2006: 103)
Ir~ 1"' fue nutrien.do y fortnlcci~mlo aquella hjpól;esis. (Snrovl',
2006: 40) E¡;~., posicionamiento requi~r~ la r~Uufinici6n de la relaci6n inc.livi·
duo-sociedad, en el sentido d~ la deae•tltbilizllción de k<s vinculaciones
Ésto es 1111 proceso mu ltiafiliaLol'io. En tal sentido, el autor retomn lns lituciones sociales-categorías social es·tt'L'-Yectorias biográficaM, así
críticamente una definición deudora de Cnstel, en la que las dimensiones como la conijecuente desestabilización de sus s ig nificaciones. ~sht d i·
económicos se combinan con las dimen~ionos relacionales para abordar mensi6n de helerogeneización es, desde el punto de vista d~ esta inveaLi·
el fenómeno. La exclusión social. para Saroví, será el debilitamiento y la gaeión, particularmente importante. Por otra parte, señala la oecesidad
pérdida de los lazos que mantienen y definen, en una sociedad, la condi- de enfocar en otros posibles procesos de determinación. De este modo,
ción de pertenencia. Resulta entonces en la condición d~ quien no estudia las desigualdades estructurales deben combinarse, para el autor, con las
y no ttabajn. A esta característica se asocia su definición de vu1nerabili~ desigualdades dinámicas. derivad os de tal dependencia de las decisiones
dad, como el concepto q ue permitil·á indicar la.::: situaciones en las q ue se singulares que ndoptnn las trnyectorins biog•·ó fieos. Según Saravl, no
dismi nuyen las posibilidades de que las trayectorias biográficos adquie· obstante In dosincrust.nción del individuo clo lns categorías socia les. el
ran movilidades diversas, predomimu'ldO los procesos ele acumulación d~ "menú dt! upciones" de cada uno no U!:l infinita, s ino q ue se determina en
dt!svonte'Ul\!i. Para el autor1 eseos procesos son especialmente importantes la i.J'Iteracció1l con los procesos de acumul>tción de desventt\ja•. En ••te
durante transiciones biográficas, como In que acontece en el pas•\i• desde sentido, Sar~~vC de nlgtln modo "reinc•·usta• a los s tuetos sociales en los

133 1 ( 39 1
territorios. Desde este enfoque. se territorinli1an ln.co procesos relaciona· vulnerabilidad social. En este sentido. su definición dt: exclusión impücita
les que don cuenUI dP In exclusión en las tn'lycctorias biográficas, que puede ser entendida como 1051 dinamismos que. desnrrollados mediante
Santví puede reinscribir socialmente a lo11 bujetOJ; con quienes trabajo. y relaciones societnles y de poder, producirán desflfllinción social. Mcrkleo
procura de este modo trascender un problema común en los estudios de se enrola en el cuestionamiento a los análisis Ptocia le~J t{)ntemporáneos
juventudes, q\.lo es la .suposición de homogeneid nd categorial dentl'o de! sobre la cuestión <.le la pobre~a. debate hm·ed01·o de las discusiones sobre
aquello que hn s ido definido como jlll'entud. ma.rginalidadJ en ta nto en ello::; ::;e concibe u los n'ltl.'l'~innles o desafilia.dos
As(, ul tcrritot·io es en este autor una categoría analí~ica cJ•ucinl, en en términos negativos, pm·la pérdida d~ atl'il>uLos propios de la cond ición
lAque tif:l \:oncrctan los procesos de exclus ión. Los procesos de segregación asa)arindn. "Al vcrlns como un haz de pl'ohjbicioncs, se estrecha considl:'-
ten·itodal transforman a los barrios en csp.ncios de cdstalización y re· rablemontc el arco de las hipótesis posibles sobre sus condueLas• \2005:
producción de tensiones de la estructura social, generando diferencias en 111. Deberá busclttse entonces la comprensión de tales dinamismos socia-
las experienciAS de sus habitantes. El territorio de los barrios populares, le.• excluyentes en la configuración de las situaciones de individuación. So
en momentos de concentracton y tiagmenliic•On urbana, se expresa como puede ubicar al11 unn definición de '-uinerabilidad: en In col\iunción entre
si~io de producción del aislamiento social. T..ns únicas formas institueio· la inestabilidad provocada por la instit.uciollalidad que organiz.~ la cohe·
nales que lo 1>ueblan son las orga.nizacioncs que reemplazan o relanzan sión social, y lo precariedad de las condiciones de existencia, derivada de
las redes socio les: iglesias, centros culturales, radios comunitarias. la débil intogrnción laboral y Jos pocos lazos institucionales. Por s u rmrte,
No obstnt'to In productividad de la mirada de esto autor sobre el para Mcrldcn, lo que deOno la situación do morgina lidad os la distancia
territorio, nos pnt·ccc interesante .sei\a lar que parece carecer do comple· institucional entt·e ¡¡, ·•sociedad" (reglas e ins tituciones) y el mu11do socia l
jidad "vertlcul", por así decil·lo. En los terl'iLorios que se analizan oqtlf en los barrios.
(el área metropolitana de Buenos AiJ·gs), la mayoría de los recursos que En lo que respecta a las s ituaciones de inciu•ión social, Metklen ex·
ponen enjuego las organizaciones bardo les 80n prO\'istos y dü:eñado.s po1· plit-a que la iJlJiel'ipcíón territorial es un rasgo distintivo de las nueva•
"la política social". Es decir, con la excepción de lll solidaridad social, los clases populares. su modo •specifico de integración y afiliación. El barrio
recur.;os materiales y organizativus con que cuentan la mayoría de las emerge como sede de snlidaridades y organización propia, que elaboran
organizaciones sociales barriales pro,•ienen del Estado. En un número demandas colectivos dirigidas generalmente o las instituciones respon·
significativo de casos, estas organizaciones administran directamente sables de las polltica• sociales. Para Merklen, cnlonces, la at-ción colee·
los programas sociales. tiva se organiza en torno a un tipo de iclentific!lción de base territorial;
Por otro lado. dantro rle esto complejidad vertica l, se tol'lla hupOr· o, on ot.ras paJabn-l~, no necesarialnente unu acción colectiva requiere un
tante planter::u· tluc, en los e,::;pacios barrio les, la intergencra.ciono lido.d, llctor colectivo estable, sino otras coordenadas.
como vector de !'elaciones socia les do poder, es concurrente a un anális is En suma, las in&ctipciones territoriale~ loe u le:; s uponen tres eu es·
de los procesos de construcción de la exclusión de sectores infantiles y tiones: redes sociales articu ladas que recurtan tus conexiones entre los
adolcscenles. 'l'anto en el sentido que le daba Oldman (199•1), como plus· sectores populOYC!; e instituciones; los barrio.s como sedes especificas de
valía gcncrncíonnl (para dar cuenta de la cantidad de pueslos de Lra~ solidaridades y conflictos; y, finalmente, la capacidad de los actores socia·
vinculados con el bienestar infantil ~ adolescente), como en el sentido les de dotarse de organizac-iones propias y de elabonlr demandas colee·
de las formas do microscgregaciones, rebeliones, y captación en redes tivas dirigidas a las in;titueiooes responsables de las p<>liticas socia(.,.,
sociales específicas, la dimensión diferencial de la construcción de • to Merklen analiztt I•SJ>Oiítieas sociales (especialmente, aquellas enfocada•
adoJescente'', 1'lo infantil". ·'lo juvenil'' entra en eomple;jas relaciones con en la lucha contra ta pobreza) en ta nto productora> do un nuevo intel'locu·
"lo ndulto" y etltre sí. tor: el sujeto s.oc:iol lll que interpelan. De este mc>dn, ~e referiJ·á o los rno ..
Un sentido particularmente divergente otorgn Denis Merklen tanto dos en quo nctU.tU'l lus clases populares en función de .su interacción con
a la exclusión COll'IO ni l'O) del tertitorio, uun Cllando también. se ir1s piru los políticas socittles, e 1\ ttmto el Estado so vincula con o~·ganizacionl:!~ dt!
(más directamente que Saravf) en Coste) paru pensar los procesos de base tt!rritorlal J)ara arlministrar la lucha contrn la pobreza. Se insta1a.

1401 1411
ul'lll tensión que con figura 1~1 puJiticidad de lt1s clnses pop\.lluros: por un modo, central ¿l lu eomll.ilución dl:l' la c iudada nía. t\o obstante, dedde la
h1dn. la reloción con e l sis tcn1n político, basadn e n la urgoncia de obtene r pe•-spocclvo que aqu( se ~ostiene, hoy que set1ala•· q ue "el territol'io" como
recursos parn In subsistencin. y por otro! la e:d8tcncla de uno ciudadanía tal tambiC.n es un artlficio teórico que corre el riesgo de reltiearsc. En efec·
con811grada por la constitución y por las tradiciones políticas cuya baoe to, las movilidades, trayectividades~ temporalidadcs. peligros, obstáculos.
constituye la voluntad de integración de los sectores populares. recuri!<JS, sociabilidades, usos del espacio barrial divergen para ml.\ieres Y
Ln "pal'tic ipación" aparece así c.omo punto de articu lación de uno para vn.-ones, para adultos, adolesce11tes y niños, para habitantes y para
n ueva relación polftica. La pm'tlcipación de lns organizacion~s baniales >1gentM lnstitucionlllcs. De este modo, es posible veriflcar q ue el espacio
•n la gestión de las políticas sociales toma cuatro carac~e rísticas nuevas. barrial que sirve para In articulación de adulto$ varones y mQjcrea, en
En primer lugar, se articula alrededor de la pobreza y no del trabajo; acciones colectivas, no necesariamente tiene el mismo efecto (aun en el
en segundo, se fortalece a partir de la direceionalidad del Est.ado. que mismo conte..x to) para adolescentes, niños y niñas. Lo que para unos puc·
,Qpunta ba n la construcción de ese 1..ipo de inte rlocutor; en tercero, las es· ,_ _2d~e:_s~·•:!r-"i!!;n~e~st~a!!b~i!:!li!!d~a!!d2o:.!!fr_,a:¡¡g~il::;id::;a;::d::..:.in
:,:::•L~i:l:::':::'c:::io::n:::a:::l,_,t:P:::a~r";:..::o:.:t:.:ro:;:se!pr.:u:::•::··d:::•·:;,";:.:":.:~",-P¡:,•:.:•_
··--
-------------ft~teg10s mochhc~rían la r elnc•3n de las clasea popu lares con "lo politico"; i manencia o constancia de las inst-ituciones represivas. Las mediuciones
y en cuarto, se plantea una cuestión a nivel de la ciudadan fa (2005: 128). dadas entre el Estado y los habiLantes, en el caso de los adultos por las
Como fuera objetado por Tabbush (2011), Mcrklen, no obstante, ignora de organizaciones sociales estudiadas por Merklen, ¿son las mismas para los
piune> que el sujeto cnmbia también de género: de varones trnb~adores se chicos de esos mismos barrios? Por su parte, en relt1ción c:on el aporte en
pusa a •m.lieres beneficiarias. Asimismo, do articu laciones poHticas orga· el sentido iclentital'io, el territorio t-ambién es, como mínimo, un lugL1 rdual
nizodas alrededm· dol trabt,jo y su ausencia. se posa a demandas concen· min>do en clave etal'in y de género. Para las y los adolescent••· el barrio
tradas en ·Jas necesidades de crianza y reproducción de la vida. no perece tener el mismo peso aglutinante, si bien lo es 'bacía fuera•. "Ser
Merklen, en su propuesta objetivista de análisis de la subjetividad. de Gnrdel", •ser de Orione~. "ser Apache" implica, para las y los adolescen·
presenta un planteo que en esle punto resulta controveniol con los su· tes, unn identidad que aglutina fuero del barrio, es decir, eminentemente
puestos sostenidos por Sara,•(. Para el primero, el sujeto es conting~nte contrnstiva. "Hacia adentro". las grupolidades se multiplican, generando
a l~s acciones que lo producen (o no), las relt~ciones sociales o fo.r mas de notables fuentes de confl icto cuando entran en juego lógicas de "bandas",
inscripción social de orden inmediato pueden prevalecer en contextos de y solicitando lealtades excluyentes cuyo peso ell las tramas biográfocas es
modernidad, y los sujetos requieren modalidade..• colecLivas de soporte a loo. l-as troyectoriRs posibles, las vnlendas de los lugares, la visibilidad Y
para ganar autonomía. D o este modo. no se trata de sujetos C':e ndqujeran ·la vulocrnbilidad quo adoptan distint.os sujet.os, de acuerdo ce., el co"1~xto
r eflexividad necesariamente en el plano singular de In biogmfln. Es decir, inmcdioto, tom bién se ditbrenchJ n SOg'\í n el sexo: lns ndolescentes OJ~\ieres
más propiamente, se trata do dos tipos de sujetos diferentes: el individuo y resulten vis ibilizada$ como vu lnerables en determinados lugares mlls q ue
sus condiciones de illdivid uación, y el sujeto de s u biografía, actor de ésta en otros: gays, lesbianas y trans adolescentes y jóvenes resultan disloea·
nun cuando las condiciones de autonomía tengan extremas restricciones. dos e in visibilizados en el territorio barrial.
Por su parte, el planteo de Wacquant (2007) so c<>ncentra de lleno en
Es en el ju~go tHi1, 1'6 la naturale:ut de los soport~& quo so¡:¡. la expresión territol'iul de las dinámic-as de exclusión SClci.al, pragunc.án·
Lienen .91 individuo para onrrcnLar un contexto partk.ulnrmonte <.lose poe la margiualidad avanzada como nuevo régimen de ro legación
exigente y la naLuralet~ de ose mismo contilxto, que el cnz•\clor socioespacial y de cerrazón excluyente. La estrategia analítico rcquiet·e
surge como una figura de individuo propia de los mundos popo·
lttns (...1 lAS clases populnres oompontn formas más o menos la distinción entre: la condición social, como característica de uno zona
bastardat dP. eiudadanía que 1e~; permiten hacer frcnto, a veces. de relepción; la posición, en una estructura de lugares jerárquicnment<>
a esas diflcultodes. (Morklen, 2005: 189) orgnniznrln de acuerdo con capitales simbólicus y materiales; y la fu nción
que cumple este to•·•·itorio en el s is tema metropolitano.
En este sentido, para este nutor, el ter!'itorio ha venido al lugar del Su planteo ubica, en el desarrollo desigual de la econom1a y l11 des·
factor aglutinante en la.~ expUcaciones de 1a acción colectiva y, de este articulación del Estado de bienestar, las detorminaeiones últimas de

14'l] 143 1
los regímenes de marginaJidnd nvnnzacla. Afirma que se er1contntrán e~rca cuáles son las •institucion~tl de mt!diación" q·u eratta inventar para
\'or·iaciones empíricas derivadas de la forma en que el desarrollo econó--- rf'solidarizar la ciudad y configurar. por mNiio de las instirucionea p(LbH·
mico y el Estado de bienestar se vinculen con la clase obrera y las cate- cas, la integración social que resultnba antes de la incorporación a una
gorías ctnoraciaJes en la ba~e del espacio social y del espacio ffstoo. De claoe o a una comunidad etnorracial «.'Ompoctn. Para los mentados auto--
este modo. considera que '"los efecL<hl de lugur demuestran ser esenci al· res, ln inclusión institucional cooslituirlR una vía de importancia para
monte efectos del Estado proyectados sobre In ciudad" (2007). constitu- el logro de la integración, en porticular considerando las trayectorias y
yendo un desafio para la in•tituciún de la ciudadanía. En consecuencia. los momentos de transición. Sobre •sta base, ln idea de .inclusión social
según Wac.juant la confiictividad de loa jóvenes de sectores populares sería aquella cercana a la noción de "restitución de der echos'" (educaciónJ
que viven en Jos espacios mol"g lnnles es función de la ausencia de me· u·obnjo, salud), mencionada a l inicio do esto capítulo, y que, r>ara las y
d iaciones o instrumentos ins titucinno1cs que permitan la formulación los ngen t.es entrevistados, teorgon iznln rcspue~t.a estatal actualmente.
de reivindicaciones colecLiva• (2007: 4-8). Rctomn en este aspecto a Kad .H:n este punto: parece intcrosuntu rut~ordar el a l'g umento centra]
- -- - - - - - - - ---,>¡omfnñl1nyi qt.uen deññela ctuü'ffi:lan fl\Cüiñ'Oilñ proceso mst1tuido conni<:·
1 que se procurÓ desplegnr en este capitulo. Los procesos de construcción
tivo y dcs.igu al, cuyn conquiP.>tQ requiet·e una lucha y una vigenclo q ue de cttLegorías mediante las cual~s su e:~tublecen circuitos de reproducci6n
deben r enov:ll'se permanentemente. de los pl"iv ilegios y los estigmas no sólo ti& dan en un te1·l'itorio, s ino qu~
Este planteamiento supone~ Cl,tl"H'Ices, que las dimensiones institu· cenu·almente~ se estabJecen , legitiman y reproducen mediante proc.:esos
eionales y sociales (en especial, lns derivadas de la construcción étnica) de institudona.lización. Como se se~a ló antes, el Estado, sobre todo me-
son mediaciones cruciales para la determinación de las formas de mar- diante lns políticas sociales." constituye no sólo un actor redistributivo
ginnlidad. Son asf sus categorías centrales las formas de clausura y de sino un intérprete que establecerá sujci.OO', demandas y estrategias leg'íii-
nislnmiento social, entendido como rell\iamiento de los vinculos con los mns; y su contrario: aquellas que no lo son.
núcleos institucionales de la sociedad global, product.n de un proceso de
segregación tcrritoria 1 y desidia institucional. La margjnalidnd no es
entonces un estado determinado por el con)portamiento individual o 1a Las políticas sociales y sus supuestos
constitución moral, ni es propiedad cul~ural o de las redes sociales. •t,n sobre I n inclusión social
relegación socioespacial en el cinturón negro norteamericano es resulta-
do de una claus ura excluyt.mt~: q uo opera sobre u na basR ro9c.ial anclada en n csde los ~studios de infancia. tlf:!. ha vi9.Ullli?.ado lnr~amcnte el earác-
u M operación dicotómica envolvente entro nog>·os y blancos" (2007: 268). tel' socialrnontc problemático d e la vinculncíó1, ent1·o ol E~tado y h.'\s nu~vas
Pm-a Merklen. existen formas de in•CJ·ipción colectiva en los barrio• gcnerocionos (Carli, 2002). Esta peJ'apectivn hn implicado, por '"' lado, el
de sectores popu la~es, las más inmediulus de tipo relacional, en las que nnñlisis his tóric-o de-la fonna de CI'(Ulción de categorías sociales desdE:! Las
el anonimato no tiene efecto, y que se pt'esentan como una fol"ma de ins · cunlc::; se han nombrado a unos sujor.os pn1·ticulnrcs (menores, a lumnos,
cripción territorial en el barrio. En tonto, las formas institucionalizndas
penn iten el acceso a la ~ocicdad. Estns rormns de inscripción colectiva t3. Pn-r supuesLo_, no s;ólo u1cdümte eat~l polittc~s. s i no tambi~n media !\tc la
serfan las mediaciones que producen socicdnd, y esta producción se ,;n. imbricación en el territorio de ésLu" t:un luto 4itilt.rnlflgias punitivas. paralegales
cula con las formas de ciudadanla. La ciudndnnfa seria una manera de e ilegnles de otros 3~ est.ut.nles. Ellos imbrlcadones, euyo estudio ~ tSúlu
incipienle. pueden "~ a nivcl de las tlt\Yectorio.s biográficas e inslitucion?Jcs
constituir la membresla social y determinar un conjunto d<! acciones pú- de IOii sujetos (Mcdan, 20lla: l.itichover, 20091 y a nivel de las prácticas
blicas posibles. Para Wacquartt. por su parte, el hipcrgueto carece del instilucionales. Por ejemplo. en nuctlt.ro trabajo 00 campo, hemos "--i!:do cómo lu
\'alor de densidad social y shnb~ica que lo constituiría como un escena· lógietatl de bandas asoci.adas a distintas e6trate¡:i33 de la policía se iruniscuyco
en cl día n dia de una sede de un prugtlllnB de inclusión social para adolescentes,
rio potencial de resolidarización. Para él, dadas las múltiples fracturas tienen impacto en sus recur¡;o~ físicos y humemos {roOOs, a menazas). y alL~rlin
de la ciudadanía, se requiere repensar los mecanismos que vinculan Ja Clilrfltegias de int..t:t\'Cndóu con deatinatarlus., muchl\s v&ee-s do maner~ trá~ea
pertenencia a un grupo con la marginnlidnd, y precisará examinar de •.J>Or ~emplo, mediante el a.sesinaw clo ndolcs.c~m.c-tt c1ua son. a la vez. dest-t nalanm:J
rlf' un pn)grama y "mano de obm" de lt' policía).

( ·1&1
hijos); y, por o~ro. ha supuesto pOner el foco en In creación concomitan le de interrelacionados actúan como una matriz a través de la cual entende-
estructuro.s institucionales y formas de organización de la acción estatnl mos el mundo 1;()Cinl y actuamos en él Q.evit.Os, 2005J. Ello es particular·
tnediattle estrategias específicas de clnsificnción y segregación. mente importante dado que "'al igual que •undcrelass .. , -exclusión social•
Do modo tal que, en el c-oraz.ón del campo de estudios, se ubicll la pu4:de, casi sin :ter notado, moviliza r un argun1ento redistributivo tras
ncccsidnd de •·epensar las es~rac.egias de acción del E stado rcspocto ele uno cultural o inlegracionis t.a , o pr~stmlur ar~;u mentos culturaJe !:l o int~­
la infanciu y lu ndolcscenciD en vi 1·t~ad de la mentada tt!nsión in herente grncionis tns como redist.>·ibuti•os" (Le vi~M, 2005: 27).
entl'e ~;.,, inclu~ic)n de las nue vas gc nc l'Oc1ones y la reproducción de l orde n Se ahondnrti entonce s e n la mancrn de conceptua lizn.r el espacio en
socia l (Liobet, 2006). Tensión que determino los procesos de producción que ta le s conceptos; y s jgnificncloncs se ta·nnfitOrrnan en categorías de
institucional de la exclusión social de sectores de las nuevas generacio· clasificaci6n de sujetos, necesidades y demo.ndn.s. En otro lugar ( Llobct,
ncs. Estos procedimientos se despliegan, desde nuestro punto de vista, en 20098), ya se ha revisado cómo tales clasificaciones son usadas para, al
especfficns tccnologias y saberes (definiciones de riesgo, d iscun;oe exper· mismo liempo, construir cláu.sulas subjetivas de inclusión y modalidades
tos), articulndos con ideologias de género y de clase, en prácticas institu· de psicologización de la problemática de niilos, niñas y jóvenes de secto·
cionales (Frascr, 1991; Haney, 1998, 2002). res pop11lares.
El enfoque aportado por los estudios feministAs eit.a.dos antes es tltil Es necesario aquí hacer lugar a la advertencia sobre el riesgo de •o·
pa r-a considerar los modos en que e l conce])to de "exclusión" ttdopta Aigni- breinstitucioMlizar a los s t\ietos sociales, o bien·de analizar las det•rmi·
ficados eapecfflcos como ma rco ins titucionnlizodo de acción, e integra el naciones est r ucturales haciendo caso omiso de la diferencia que introdu·
campo de significaciones que compone lus condiciones de la intervención ce la acción de ta les St\ietos. De tal modo, los pt·ocesos de regulación y de
estata l: la t •·•<ma de categorías a par tir de los cuales se cons trlljle social o producdóo ele S<uetos son mirados menos a bstn\ctamente, al introducir
ins titucionalmente la ''exclusión" y, en cierto sentido en es pl?jo, la .. inclu- esquemas que visibilicen prácticas, negociaciones e interacciones y no ae
sión" de adolese~tes y jóvenes. restrinjan n los procesos discursivos más generales.
En tanto categoría movilizada para construir consensos sobre la Concepto& C:OtnO ainterpretactóo", weet.rategia" Y ..-negociación~", por
necesidad de poHticas especiJiClll!, y para dingnosucar problemas y solu· ejemplo, constituirán el foco teórico-metodológico de eleeeión para supe·
ciooes. la ca~rfa de exclusión configura un aje central del régimen de rar las limitaciones interaccionistas y recuperar las dimensiones iosti·
bienestor. Con tal referimos a las •combinaciones históricamente e~pecf· tuciona liz.odos que dan m arco a lns prácticas. Como señalamos antes,
firo• <in p<>lftica< rle Estad0 v prtl•;ticrls institucionales que •stablecen el esta mim dn fue introducida por los estud ios etnográficos y, en gener·a l.
cor"\iunto de términos de la redis\ribuci6n y la reinterpretación estatal" aquellos que •e pregunta ban cómo, on cond iciones s upuestamente de
(Hnncy, 2002: 8). Media nte inter protacionCJ$ e imágenes, se da fol'!nll " ma rginnlidad uxtrc mn, Jos "m nl'ginnlos ·~ o los ¡¡excluidos" sobtevivfan .
lo que •·esulta posible a n ivel redistt'ibutivo, pm·o también constituyen Pero serán los estudios feministas sobro el Estado los que, a par tir de
a nivel micro e l escena.rio para las negociac iones y d isputas institucio· una re lecturu de las trabajos de Bourd ic u, B(\jtín y \Villiams, permitan
nalmentc situadas entre agentes y destinatarios y destinatarias ILlobet, inscribir tales prácticas en relación con el problema de la hegemon ia en
2012). en tanto movili•~"'n ideas de género, de "infancia", de "juvenwd", lo<! escenarios de discurso y acción estatnl. 'l'nnto las políticas como los
etc. Tales idea• dnn lugar a valores, prácticas, afectividades, comporta· s~etos del bienestar están discursÍ\'amente constituidos, pero es en 1011
miento!, relaciones consideradas apropiadas, y establecen y contribuyen procesos de contestación y en la multitud de prácticas discursivas donde
a naturalizar e i nstitucionnJiznr regulaciones específicas. se producen cambios.
E~tc punto de. vi sta re-quiere retornQl' Jos desarrollos analíticos sobre Seg(i n HMey (2002), el Estado liberal despliega dos tipos de tr~·cc·
1a ex~.:h.tllión como concepto en el m nl'CO de Ja.s políticas públicas~ en el torios institucionales (de inclusión y ele exduoión), que se asocian a lo~
sentido aeñnludo de Silver y Levitas, o como ¡(categoría nativa1' del fun- supuestos que so colocan en juego en lns polft icas respecto de identidades,
cion nriado, según seftalara Wacqua nt (20071. Trotar el ler1guaj• de la• neces idades, y l'icsgo:; socinles. Pe ro lo que cons ti tuye las tt'ayectoriaa que
pollticas como discurso permite seflalnr que un conjunto de conceptos los sujeto~;; concretos recorrerán e merge del e ncue ntro de toles motl'iccs

1<7'
institucional~ y las estrategias de CS08 sujeLos. La3 mediaciones biográ· existencia de unn parte important~ de la sociedAd. y convergió c.-on el
6cas y subjetivo~ hnrán que, en igualdad <lo eoodieiones sociales. unoo temor de la de•integ111ción des&rl'OIIado alrededor de ttn crecimienl-0
sujetos tengan un margen de maniobra que otros no (Gutierrez, 20031. abrumador y acelerado de In pobreza extrema alrededor de la crisis del
modifica ndo a~í su a utonomía y creatividnrl. '!'al maniobrabilidad de los 2001. Desde nllf, como cuestión socialme nte pJ'Oblemat.izadn, la catego-
personas dcstinoto1'ins es el espacio disc.:urs ivo y práctico dis ponible pura ría tendió a ser concebida como un dato Oc lo rcnlidnd que requería una
que puedan oonstituir y defender in tereses específica< (Haney. 2002)." A w·gcnte ahmciún por J)ill"te d e l Estndo. lo que a su vez movilizaba In
nivel cUscu ts ivo, al Estado da formo a In mnnfobrabilidad mediante lil de· noción d e .:.ciJl.cluaióll"'. E n pnrticu lar, mov ili~u<ln l~ lrededor de las nuevas
marcación de ltte posibilidades ~·t!tóric.:as pnt·n Cl l'eclamo. A niv~J práctico, generaciones, dcfJatobn r ápid as demandas ele ..ruranLías de derechos por
el Estado de bione~tllr enmarca la maniobrubilidnd mediante los recurso.• parte de amplios sectores sociales.
que afectan la habilidad de l<>s destinataJ'ios de conectar sus diferentes En este sentido, en 2007, desde el Ministerio de Desarrollo Humano
necesidades y proteger sus intereses. A mboe ~ipos de maniobrabilidad es· oo
de la rovincia de Bueaos Aires oomo un por añoo antes se había hecho
n a men un.t os a a natu cza o n ommación estatat Al esta· desde el Ministerio de Desarrollo Social de la :-lneión-, se planteó la necesi·
blcccr un nrl'(!glc> de ident4dades reconocidns, l<>S Estados de bienestar es- dad de encamin&r recursos pom las y los quinientos mil adolescentes de la
tructuran lno posibiliclndes y las capacidades estratégicas de las personas provincia que no cs.tuñiobnn ni trabajaban, y se encontraban, por lo tanto,
destin,üarias. Por cierto, el cntáctet estigmatizantc del bienestar (Ilaney, excluidos. Por su porto, en e l debate local se contestó politicame n re tales
2002) se virocu lu con los términos de inclusión y titularidad de del'echos, nociones y, en un campo argumental e n el q ue pal'eciero que adoptaron sig-
aquello que anlariol'mente se denominó cláus u las s ubjeti\•as de inclusión. nificados rclo.tivamente int~rcarnbiables. los nociones do l*vulnerabilidacF' 15
y de "restitución de dereChos" completaron el pnnornmn.
En este escenario, la mirada a las estrntcgin!li, las negoe.iaciones y
Inclusión y exclusión en programas sociales los discur.soo pt:rmile identificar procesos cspec(ficos en la construcción
para jóvenes de sectores populares social de la exclusión de adolescentes y jóven~.,. en estt maroo de pl'Oblc-
matizaei6n de la eít.uación social de tales gTupos. De esa manera, oom·
La problemática de la "exclusión' con•tituyó, n partir de la déca- prender los prooes<>S de construcción social de la exclusión en vinculación
da de 1990 (pero centralmente desde l a década de 2000), un modo de con las experiencias de adolescen tes y jóvene$ •requiere cambiarla pers-
nombrar, de rormtt. relativamente ambig ua y amplia. las condicione-s de pectivo_ de sus intcrprct¡,r:iones. acc;iones e interacciones, para examinar
el más nmplio retr.uto cle s u experiencia sitl..l l\Ch.\ en rclnciones institucio-
14. futn~y hvlló que l:1s formas de bieü!lstu•· polf•-.,fm·ma dcmoci'atit.tmt.~ ~n ]J·aíees nales y sis te mus oociales" (BotLrell y Al'mstrong, 2007: 361).
de la ex UR.S~ OJ>t)I'HhAn ~o n un repertorio limítnclo ele identidades rcconocid au1,
basadas en scctoa-os rclat.ivn mrmt~ peq\aeño8 do la poblílci6n, ~centuando las Entone••, ¿mediante qué idell~idades y lcngunjcs las y los a doles-
limituciont:6 de lo15 receptores en oposiáól\ u sua contribuciones S(•cia h:!':l. ~a centes y jóvene• pueden acceder a formas de protección esta tal? ¿De qué
e.stigmntizacUiJl ~··oducid~l por las maneras en qu,• st diseñaba el acceso o lu maneras tales re.spue.stns se \'inculan con In emergencia de nuevas cate~
protecdóo aocial rndicllba más én la limitt.1d6o de sus canHtructos de género que
en tou ru~o;t:tdo estrictamente punith'O. Asilnismo, lt'l estigmatit.ación t'ene que gorías de sl\ietos? ¿Qué ftexibilídad reconocen rcspeeto de los avatares de
ver más coo el rnUMh, N:!C'Onodmiento del valor sociAl de bs cootribucioocs y lu la vida cotidiana siendo jóvenes o adolescentes en los barrios populai'Cl!?
~nsabilid3det do ltu m u~ untes que en los escasos: ~.nefidos redistribuidos.
¿Qué amplitud de reconocimiento de sus experiencias, problemas roti-
En este conttoxW, lAs tra,.yectorias instit.uciollokt:s de inclusión y ex:chlHión M
vinculaban COt1 In restrlngicht aceptación de multh>le;o: nP.Cesidades e idcntidndc11 d ianos, desafío•, presentan las estrategias estatales? ¿Quó vincu lacione•
de quienes ert'ln visuíllizados como dest inat~rioa y dc:stina.tnrias. A su vez.. las
c-strat cgiu¡;j dü •1u ienes eran exchtidos/o.s y quicnoH l"elmltaban incluidoiiluE~ érun 15. A mediados do Indócnda de 1990, alrE<'dedtn· dt!l clohoLo&obr~ el diseiplinamiento
diversas. Lo!ifns cxeluítlns/os uHáron lo maternn1 oonw um1 elit.rt'ltegia ofensivn do producido por lmJ ulth•irnus l úSllS de d12sc~n¡>lcn, Hobort Castel fue tr.nc.l~citlu <-t
r(! i nclu~:~ icl n , mie ntru8 que la/os iucluido.slos lo ug:,ron como uno. éStrúteg i ~-t dijfensivn invitado A brindO!' VO.l'iO.S confere ncias. La d lv ulgnción de IJUenfoque postbahtó que
de dcscstigmnti:lliC i•~•l. Ambos grupos excrwru·on idü1\Lidades pasadas como nu1dt-e8 el nicntado concepto. l'ru1r~ o mEmOs la xutuetlté de fir¡ido, fuera utiliz~do c:omo_modo
p~-t •·a f:l.'lttu· proveeho en el prcscl\te y gl!nerar uno ruptura en LQ..o;; trabajadores del de enfr~nLar poHli.:runonLo, y a nalizar ac3démicnmcnte, In e n tonééS dCJlOJlUUado
bicntstilt qu.t )lt:i lirnihlhttn ::t au preoeupoción p{lr In mvterinl (Hancy, 2002: 2071. ;'crisis de In socí~dn<l lnboral".

1iS 1 1491
~mergen entre las e..~pcriencias de los jóvenes, niños y niñas de tsectorcs CAPÍTULO 2
populares y las concepciones y las prácticos de las y los agente.; estatales?
La1 y los adolescente.s, niños, nil,as y jóvenes de barrios populares, Transformaciones i nstituciona les
aquellos que l!on denominados "e..~clu idoa"', experimentan día a dftt 11\s en el campo de las p o lít icas sociales
r1.1stricciones respecto de formas de vidn que, no obstant e, les son expuoR-
tas y en1'o~trodos mediante divel'$8$ v(aa de comunicación socia l. A s u
par a la n iñez y la adolescencia*
ve~.. ag~ntcr~ ostnt oles y militante$ socia les los interpelan, apolondo a G~brielCt Ni(lgislris y Cuciti<t Lilic/wuer
uno concepción de lo transfor mación socia l enl'nizada en la noción de ciu-
dadanfn. como vía regia para la inclus ión social transformadora, y a su
vez procuran construir en los barrios un ~Estado militante" que reempla-
ce al "Estado ausente• de las décadas anteriores. Otros agentes estatales Introducción
la pobcin, en pr~mer Jugar- y otros personajes del terntor1o los loman
como mano do obra barala y cautiva para miS<lrables bu.<iJ>eS6. En~retan­ E n el de811rrollo de es te capítulo, el análisis se enfoca eo las trans·
to, sus horizllntes de expectativas hacen convivir objetos preciados como formaciones que ha n su frido las árcns gubernamentales dirigidas a la
signos distintivos del "acct!so"; seducciones y r elaciones amorosos como infancia y la adolescencia en la última décndn, n pnrtir de innovaciones
víns centrales a In felicidad inmcdinta y ül ·~rescate", r epresont.ndo en el normativas e h~ stiLucionales en Jas área~; rlo dc~nrro llo social del nivel
idenl de la fumilin, asociada a un modelo hegemónico; el tmb!ljo a l q ue naciona l, provinciHI y de la ciudad deBue110s Aire• (CABAl.' Pm·a ello, se
aspira•· ea el "digno", aquél de los relatos heroicos del ascenso do In chtse toma como base el análisis de las leyes nucionnles y locales, la documen·
obrera al paraíso del derecho social. tación ¡nstitucional y entrevistas a informantes chwe.!!
En fin, cons te laciones de hiatos entre el presente, Jo cercano y la as· E n un contexto de cambios institucionales, a partir de la sanción de
piracíón, que su man frustraciones y tornnn menos posibles los intcrcam· la Convención Internacional sobre los Derecho• del Niño (en adelante,
bios de bienes simbólicos que proponen, como escalones en la escalel'tl del CDl\1, junto con el desarrollo de políticas socia le< destinadas n la infancia
esfucr1.o persona l que conduce a los derechos, las y los ot.ros jóvcnQII que
conforman el arsenal de agentes y funcionarios es tatales. Y, no obstante • PaJ"o la•-calilwción de este c~píf.uJo, se tomaron como bases Jos mapas teali:tndos
ello, los j óvenes van. r.cgocian su permo nencia o s u reingreso~ hacen es· por t odo el equipo COJl\O pnrt.e del pn.)ce~:~am iento de datos, así como los momos
fuerzos. $01\ .sosten idos , t·etoroan a Ja oscuelA1 buscan trab~o, as isten a retlHZitdos J>Or Mnr1a Consuelo Gaitá r~ j' Ollhl'ióln MHgiHI.ris p3ra la provincit'l
de B uen o~:~ Ai•·etl, ~1 rea lizado por Cecilia LitiehGvcr y Fbwéneia Ge nti l ~ puru l~
ta llerc•. Pagan su d iezmo en pos de la inclusión. ciudad do Buenos Ain~s. y ~1 reull7.;.t do ¡Jor Madnu Meda n y C.ntnrina ViJO.IW\.'ll
En ~Sttl trama d ramático, se i nscdbcn los capítulos slguitmte&, pro- p<'lr a los pro¡t·tunas d~ dopcodencia dé la Nución.
curando unn mirada que comprenda los distintos modos en que los miles l. La ~elección que hicimos. tanto para cst<l cnpílulo como parn el s igutente. ee
de con8icto.~ cotidianos q ue constituyen los derroteros vitales de jóvenes, \'iocula Cilrl kMi di~po.siUv·03. los programas y lD.s lns tituc,lonéii dependi~nLI:!~ dtt
las áreas de dcsorn)I!O &oc.ial del nivel nacion~l. provincial y de la CABA. fAto
niños, nitlns )' adolescentes son ll'tlnsformndos en objetivo de interven· se debe a Q\te DOS eentnunos en las tmndormacione.s institocionales/normath•os
eión liOCial por programas sociales, blurn:o de prácticas institucionales de at.!nción a ls inf~neia; lb-tas pueden hallano f!'n Olraii áreu.1;, como Educ:ttción
desarrollados, no obstante, por trabajadores que "ponen el cuerpo", inter· o Trabajo, ~ro e:• en ltts áre:.ts de atención espcdfictl a la infancia donde iMt
"·uelca principalrucnt.t~ este cambio in&tiluc:ionu1. Por eJ)o estaremos incluyendo
prelados mcclinnte conjuntos do significacionc• movilizadas por distinto• áqui 81}Ut'llt'8 normativas. inst it.ucioncs., dispoiiLivo~J y pmgrttm:.ts que definan su
ncto•·ea socio lo• en el marco de lo acción estatal. poblaci6Jl comu nii\os, niñas y adole.scentes en situocido de \'u luer&.biliLbuJ, y que
cona.truyau sus objcLivof.l ~ll reded••r d~ dt finiciones de incJusión socia), rcsl.ituciórl
n pr1.1tecc;ión de derechos.
2. Se cnlro\'iSLU••(ut 5 fu ncionarios reaponsablos do lns ñroo.s de iot'O.Jlciu du lo
Secretaríll Naclol\ul de Nii\e2 y F'tuniliñ, y 4 t..ltt hu' lirt:as de infanci<t y juventud de]
Mi.n.is t~rio d~ Desarrollo Socüll de la provinclo. do SuCilO:i Airéii. Por tratun;e de a l t.ot~
funcionarios, nos~ C:SpéL'ifican Cá.rgm. ni runciooe&. p.'1Tt\ pre.servar su klentid.."ld..

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BAR~:\ (201 2l, a:-:vo hay cnmo In p~1labrn escrita para dotOnder lo que uno
hace. Ut~oa de Lu rwoducdtl•l docurnental t!ll la gegdórl cut.idil.\O:a rle
la nUiez tn el municipio do La Matanza"', Rl!ui.tU;¡ l11t~ioru:.s e11
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