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C.A.

de Concepción
Concepción, cinco de julio de dos mil veintiuno.
VISTOS Y TENIENDO, ADEMÁS, PRESENTE:

PRIMERO : Que por sentencia de dieciocho de mayo del año dos mil
veinte, dictada en causa ROL C-886-2019, caratulados “Plaza con Fisco de
Chile”, del Segundo Juzgado Civil de Concepción, se declaró: I.- Que se
rechaza, sin costas, la tacha opuesta por la parte demandada a folio 47 en
contra del testigo Álvaro Becerra Cerda; II.- Que se rechazan, sin costas, las
excepciones de pago y de prescripción de la acción civil opuestas por el Fisco en
lo principal de folio 7; III.- Que se desestima la alegación subsidiaria del Fisco
formulada en lo principal de folio 7, en cuanto a considerar en la fijación del
quantum indemnizatorio los pagos recibidos a través de los años conforme a las
leyes de reparación (Ley 19.992 y sus modificaciones y demás normativa
pertinente); IV.- Que, se acoge la demanda interpuesta en lo principal de folio 1,
sólo en cuanto se condena al Fisco de Chile a pagar la suma de $40.000.000
(cuarenta millones de pesos) a don Víctor Manuel Plaza Bello, por concepto de
indemnización de daño moral, con los reajustes e intereses señalados en el
motivo décimo quinto de esta sentencia; V.-Que se condena en costas al Fisco
de Chile por haber resultado totalmente vencido.

SEGUNDO : Que, el abogado Francisco Javier Amigo Cartagena, en


representación de la parte demandante, apela de la sentencia definitiva
dictada en este procedimiento, y que dio lugar a la acción deducida por la
demandante en contra de la demandada, condenándola al pago de la suma
de $40.000.000 (cuarenta millones de pesos) por concepto de daño moral a
la víctima Víctor Manuel Plaza Bello.

Funda su apelación en el hecho que la sentencia definitiva dictada ha


acogido la demanda indemnizatoria deducida por su parte, y sin discutir la
demandada los hechos en que ésta se basa en su contestación.

Hace presente que coincide en el proceso lógico deductivo utilizado


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para la determinación de la procedencia de la acción constitucional de


responsabilidad deducida, pero no del todo respecto del monto
indemnizatorio otorgado a la ví ctima por los daños que le fueron provocados
durante sus casi 5 meses de prisión y tortura.

Estima que la responsabilidad del Estado de Chile fue determinada de


manera clara e indubitada, toda vez que es la misma demandada la que ha
reconocido, incluso con anterioridad a la interposición de esta demanda, la
calidad de torturado del actor, a través de la incorporación del mismo en el
Informe de la Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura.

Añade que los antecedentes aportados por su parte –y que no fueran


objetados por la demandada- han acreditado y dado certeza a los daños
sufridos por el demandante, esto es, de su detención y las torturas de las que
fue víctima por 136 días, y que destruyeron su vida según se ratifica en el
Informe Sicológico acompañado debidamente al procedimiento y no objetado,
elaborado por el Sicólogo Clí nico don Cristian Dupouy Cortés.

Refiere que el señor Plaza, con tan solo 18 años de edad, fue sacado de
su sala de clases para ser llevado hasta la Segunda Comisaría de Talcahuano,
donde por 3 días fue torturado junto a otros compañeros de su colegio que
también habían sido secuestrados; el primer día sus verdugos descargaron
decenas de golpes de corriente en su cuerpo aún en desarrollo, enfocándose en
sus genitales al poner los electrodos en su cuerpo. Al segundo día, lo
trasladaron a la desembocadura del rí o Bio Bío donde, en medio de la soledad
de aquel lugar, lo desnudaron y ejecutaron fingidamente, llegando incluso a
soltársele los esfínteres producto del trauma psicológico de la situación. Luego
fue separado de sus compañeros y trasladado al Gimnasio de la 2° Zona Naval,
donde decidieron remolcarlo hasta el Campo de Concentración ubicado en Isla
Quiriquina. A golpes lo bajaron del remolque, conduciéndolo hasta un galpón
donde cientos de otros prisioneros eran castigados.

Presenció el suicidio de varios de sus compañeros, los que incapaces de


tolerar la crueldad de los agentes del Estado, preferían poner término a su vida.
Semanas permaneció allí, para luego ser trasladado al Fuerte Borgoño, lugar en
que fue ahogado en incontables ocasiones en un tambor de aceite relleno con
agua y deposiciones, llegando incluso a ingerirlas en su desesperación por
respirar. Luego de semanas de este castigo, lo devolvieron a la Isla. Finalmente,
decidieron emplearlo como obrero en la construcción de un edificio en la Base
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Naval, debiendo realizar pesados trabajos luego de semanas siendo alimentado


paupérrimamente. Finalmente, el 11 de febrero de 1974 fue puesto en libertad,
quedando con arresto domiciliario por 3 meses.

Añade que el padecimiento del actor hasta la fecha –de actuales 64 años de
edad- ha quedado acreditado por el informe sicológico ya señalado, y continuará
proyectándose en su actual última etapa de vida, considerando la duración normal
de vida de un ser humano y son los que le impidieron ser un hombre sano
mentalmente, y cumplir así su justa perspectiva de vida como un hombre
medianamente feliz.

Termina solicitando que para que la indemnización que se otorgue


cumpla íntegramente con el fin reparatorio sea elevada a la suma de
$350.000.000 (trescientos cincuenta millones de pesos); y en subsidio de lo
anterior, a la suma que su Señoría determine, pero siempre mayor a la
concedida en la sentencia de primera instancia dictada, a fin de que se
repare íntegramente el daño moral sufrido por el actor.

TERCERO : Que el abogado Procurador Fiscal de Concepción Georgy


Schubert Studer, por el demandado Fisco de Chile, apela en contra de la
sentencia de primera instancia expresando que al contestar la demanda, la
defensa fiscal alegó, en lo fundamental, la excepción de reparación integral del
daño, por haber sido ya indemnizado el demandante por el Estado y la
excepción de prescripción extintiva de la acción interpuesta.

Sin embargo, el sentenciador rechazó ambas excepciones, haciendo


lugar a la demanda, condenando al Fisco a pagar una indemnización total de
$40.000.000 más reajustes, intereses y costas.

Como primer agravio refiere el rechazo de la excepción de reparación


integral por haber sido indemnizado el demandante, expresando que por un
error de derecho, el juez a quo negó lugar a su excepción de reparación integral
opuesta, por cuanto el actor, en su calidad de víctima de violaciones de sus
derechos humanos, ya fue indemnizado gracias a las leyes de reparación.

A continuación, como segundo agravio, reseña al rechazo de la


excepción de prescripción por una supuesta imprescriptibilidad de la acción
civil por responsabilidad extracontractual del Estado por aplicación de
Tratados Internacionales.

Al efecto, manifiesta que opuso la excepción de prescripción extintiva


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de las acciones indemnizatorias, con arreglo a lo previsto en el artículo 2332


y, en subsidio, la contemplada en los artículos 2514 y 2515 todos del Código
Civil, sosteniendo que la acción deducida se extinguió por prescripción
mucho antes de su interposición y notificación de la demanda a su parte, la
que fue practicada recién con fecha 4 de marzo de 2019.
Sin embargo, la sentenciadora en los considerandos 11 a 14vo rechazó,
con agravio para su parte, dicha excepción, con razonamientos que son errados.

En consecuencia, procedía acoger la excepción de prescripción de 4 años


establecida en el artículo 2.332 del Código Civil, aun contabilizándola desde el
retorno a la democracia o la entrega del Informe relativo a las Víctimas de Prisión y
Tortura, ya que la demanda fue notificada a mi parte con posterioridad.

Luego, como tercer agravio indica el monto de la indemnización otorgado


por concepto de dañ o moral, el que en su concepto resulta excesivo en relación
a las sumas fijadas por los tribunales ordinarios de justicia en los casos en que
las demandas han sido acogidas por causas de prisión política y tortura.

Por último, como cuarto agravio representa la condena en costas de que


ha sido objeto el Fisco de Chile por haber resultado completamente vencido, en
circunstancias que lo resuelto no se condice con lo que consta en autos pues, ya
desde la perspectiva económica existe una gran diferencia, toda vez que la
pretensión alcanzó la no despreciable suma de $350.000.000 y se ha condenado
al Fisco a la suma de $40.000.000, es decir, al 11,42% de lo demandado.

De otro lado, el esfuerzo probatorio del demandante, tampoco ha sido


mérito para tal condena pues el propio informe Estado, fundamento de la
acción, reconoce su calidad de víctima como también las no despreciables
sumas que ha recibido todos estos años; y, en cuanto a testigos incluso el a
quo reproduce lo sabido desde antes, independiente que, en más de una
oportunidad señalan que declaran por dichos del propio actor.

De ahí que podamos coincidir en lo que concluye el considerando 16,


juicio que sostiene respecto de toda la prueba.

Luego, desconociendo el sentenciador la reparación integral alegada


en la excepción no se condice con el hecho que, además, el Fisco sea
condenado en costas.
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CUARTO : Que para efectos de un adecuado análisis de la controversia que


motiva el presente recurso, se hace necesario dejar sentado que el juez a quo, en el
motivo 8°.- del fallo en alzada, dio por establecidos los siguientes hechos:

“a) que don Ví ctor Manuel Plaza Bello fue objeto de detención y tortura por
razones políticas, siendo detenido ilegalmente el 28 de septiembre de 1973 desde
el Liceo Fiscal de Talcahuano, por personal de Carabineros. Fue trasladado
a Segunda Comisaría de Talcahuano, donde fue interrogado y torturado,
hasta que el 1 de octubre del mismo año fue conducido al Gimnasio de la 2°
Zona Naval para después de un par de horas, ser llevado a la Isla Quiriquina,
lugar en donde se repitieron los interrogatorios y torturas. Permaneció en
este recinto hasta el 11 de febrero de 1974, cuando fue puesto en libertad”.

“En este sentido, Informe Psicológico practicado por el psicólogo don


Cristian Alberto Dupouy Cortés, (folio 41), junto con copia de nómina de
personas reconocidas como víctimas incluidas en el Informe de la Comisión
Nacional sobre Prisión Política y Tortura con el n°19.269 (folio 51)”.

“Lo anterior, unido a las declaraciones de los testigos presentados por


el demandante, quienes están contestes en afirmar que don Víctor Manuel Plaza
Bello, producto de las torturas a las que fue sometido en los lugares de
detención, sufrió dañ os físicos y psicológicos de parte de agentes del Estado”.

“b) que está individualizado como víctima en el Informe de la Comisión


Nacional sobre Prisión Política y Tortura con el n°19.269 (folio 51)”.

“Así las cosas, aparece de los antecedentes que los hechos que
subyacen y originan la presente pretensión civil del actor, son precisamente
las conductas ilícitas cometidas por agentes del Estado, atentatorias contra
los derechos humanos”.

QUINTO : Que los presupuestos fácticos antes indicados, constituyen


conductas ilícitas investigadas y sancionadas, cometidas por agentes del
Estado, las que caben dentro de la calificación de crimen de lesa humanidad
y atentatorias contra los derechos humanos.

SEXTO: Que en cuanto a la excepción de pago por reparación satisfactiva


fundado en la ley 19.123, se reconoció por el Fisco los distintos y variados esfuerzos
una vez terminado el régimen militar, de resarcimiento de perjuicios mediante
pensiones asistenciales y simbólicas a todos aquellos que se encuentran en una
situación como la del demandante, pero éstos han tenido un carácter general
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buscando una solución uniforme y abstracta, sin considerar la situación específica y


particular de los sujetos cuyo dolor fue causado por agentes del Estado en dicho
período, conforme lo dispuesto en el artículo 63.1 de la Convención Interamericana
de Derechos Humanos, que obliga al pago de una justa indemnización a los
lesionados, esto es, a cada persona en específico. No habiendo entonces,
incompatibilidad alguna con indemnización por daño moral
que se demanda en esta causa, toda vez que se trata de formas distintas de
reparación y la circunstancia que las asuma el Estado voluntariamente, no
importa la renuncia de las partes o la prohibición para que el sistema
jurisdiccional declare lo correspondiente en derecho.

En efecto, bajo este prisma el régimen de pensiones asistenciales, no


han sido diseñadas en concreto para cubrir toda merma moral inferidas a las
víctimas de atentados a los derechos humanos, como lo es el caso de autos,
y por ende no puede ser imputada al quantum de la indemnización por
concepto de daño moral que se reclama, no dándose entonces lugar a la
excepción de pago formulada por el Fisco.

SÉPTIMO : Que, respecto de la excepción de prescripción extintiva


alegada por el apelante Fisco de Chile, reiterada jurisprudencia de la Excma.
Corte Suprema, ha señalado que en el caso de delitos de lesa humanidad, como
el que sustenta la demanda de autos, siendo la acción penal persecutoria
imprescriptible, no resulta coherente entender que la acción civil indemnizatoria
esté sujeta a las normas sobre prescripción contenidas en la ley civil interna, ya
que ello contraría la voluntad expresa manifestada por la normativa internacional
sobre derechos humanos, integrante del ordenamiento jurídico nacional de
acuerdo con el inciso segundo del artí culo 5° de la Carta fundamental, que
consagra el derecho de las ví ctimas y de otros legítimos titulares a obtener la
debida reparación de todos los perjuicios sufridos a consecuencia del acto ilícito,
e incluso por el propio derecho interno, que en virtud de la ley N° 19.123
reconoció de manera explícita la innegable existencia de los daños y concedió
también a los familiares de las ví ctimas de violación a los derechos humanos en
el período 1973-1990, comprendidos en los informes de la Comisión Nacional de
Verdad y Reconciliación y la Corporación Nacional de Reparación y
reconciliación, beneficios de carácter económico o pecuniario. (Sentencias Corte
Suprema Rol 1.424-2013, Rol 22.652-2014, Rol 20.288-2014, Rol 62.211-2016 y
Rol 82.246-2016)
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OCTAVO : Que, a mayor abundamiento, imponerse de los argumentos


incoados por la demandada para estimar la prescripción conforme las disposiciones
del Código Civil, en crímenes de lesa humanidad con la activa colaboración del
Estado, resulta del todo improcedente del análisis armónico de lo preceptuado en
los artí culos 5 inciso segundo y 6 de la Carta Fundamental y artículos 1.1, 2, 5.2 y
6.3 de la Convención Interamericana de Derechos Humanos, toda vez que si bien
la acción indemnizatoria tiene un contenido patrimonial, obedece a una índole
humanitaria proveniente de los derechos de todo ser humano, reconocidos éstos en
el Tratado Internacional antes indicado, el cual prima por sobre las normas del
derecho interno establecidos en los artículos 2332 y 2497 ambos del Código Civil,
obligando a los Estados Parte adoptar con arreglo a sus procedimientos
constitucionales las medidas legislativas o de otro carácter que fueran necesarias
para hacer efectivos tales derechos y libertades, reconociéndose como limitación a
la soberanía, el respecto de los derechos esenciales que emana de la naturaleza
humana y la obligación del mismo de promover dichos derechos fundamentales,
inherentes al ser humano durante toda su existencia. No siendo posible desconocer
la reparación necesaria y obligatoria por el mero transcurso del tiempo, ya que ello
significaría desconocimiento del derecho humano conculcado.

NOVENO: Que refuerza la conclusión precedente el artículo 131 del


Convenio de Ginebra, que sostiene que ninguna parte contratante podrá
exonerarse, ni exonerar a otra parte contratante, de las responsabilidades en
que haya incurrido ella misma u otra parte contratante, a causa de las
infracciones del artículo 130 en el que se incluye la tortura o tratos
inhumanos. Actuar de otro modo podría, sin duda, comprometer la
responsabilidad internacional del Estado de Chile.

DECIMO : Que las mismas razones expresadas en el considerando


Sexto de esta sentencia, conducen a desechar el perjuicio denunciado por el
Fisco de Chile a propósito de la decisión del fallo recurrido que no accedió a
la defensa de rebaja del monto dinerario a indemnizar al actor, porque, por
un lado, se reitera que no cabe considerar aquí (para efectos de fijar
judicialmente la indemnización de perjuicios por dañ o moral) los beneficios
que ha recibido aquél con ocasión de las denominadas “leyes reparatorias”,
y, además, porque el daño moral causado resultó probado conforme a los
antecedentes de convicción congregados en la presente causa.

DECIMOPRIMERO : Que respecto del daño moral pretendido por el


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demandante, cuestionado su monto por ambas partes, resulta útil consignar que la
voz “dañ o” que emplea el legislador no se encuentra definida en la ley y
corresponde, según el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, a
todo "detrimento, perjuicio, menoscabo, dolor o molestia", es decir, a “toda privación
de bienes materiales e inmateriales o morales” o en palabras de Díez Schwerter es
toda lesión, detrimento o menoscabo a simples intereses de la víctima
entendiendo por interés todo lo que es útil, cualquier cosa, aunque no sea
pecuniariamente valuable, con tal que sea un bien para el sujeto, satisfaga
una necesidad, cause una felicidad y rechace un dolor” (José Luis Díez
Schwerter, el Daño Extracontractual, Jurisprudencia y Doctrina, página 25).

DECIMOSEGUNDO: Que, al daño moral se lo ha definido como la


lesión o menoscabo que el hecho dañoso pueda ocasionar en un derecho o
interés del que es titular la persona afectada y que se encuentra en la esfera
extra-patrimonial del individuo, sin perjuicio de tener presente que, no
obstante tener dicho carácter, no queda liberado el afectado de acreditarlo.

El catedrático español Luis Diez-Picazo en Derecho de Daños, página 308


(citado por Cristián Aedo Barrena, Responsabilidad Extracontractual, página 449)
manifiesta que el daño moral debe reducirse al sufrimiento o perturbación de
carácter psicofísico en el ámbito de la persona, sin proceder al respecto a
concepciones extensivas, en las que la indemnización carece de justificación.
Aun concebido en los estrictos términos que se acaban de esbozar, no todo
sufrimiento psicofísico engendra un daño moral indemnizable, sino, como señaló
Scognamiglio, aquel que es consecuencia de lesiones de derechos de la
personalidad”. La profesora Carmen Domínguez Hidalgo (El Daño Moral, Tomo
I, página 84) acepta que “el daño moral está constituido por el menoscabo de un
bien no patrimonial que irroga una lesión a un interés moral por una que se
obligaba a respetarlo” y, tal como lo señala Ricardo Veas Pizarro, en su obra
“De la responsabilidad extracontractual indirecta” (página 142, Metropolitana
Ediciones) “es de índole netamente subjetiva y su fundamento se encuentra en
la propia naturaleza de la psicologí a afectiva del ser humano, de manera que
puede decirse que tal daño se produce siempre que un hecho externo afecta a la
integridad física o moral de un individuo…”

La jurisprudencia ha definido al daño moral como el dolor, pesar, angustia y


molestias psíquicas que sufre una persona por una herida, la muerte de una
persona herida, una ofensa a su dignidad u honor, la destrucción de una cosa de
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afección y, en términos generales, como un hecho externo que afecta la integridad


física o moral del individuo. Sin embargo el daño moral es un concepto jurídico más
amplio, ya que queda integrado por todas aquellas manifestaciones psicológicas,
afectivas, emocionales o íntimas que sufre un perjudicado por el acaecimiento de
una conducta ilícita y que no son constatables de forma directa, pero también se
extiende a todo agravio que sufre la dignidad, honorabilidad,
integridad física o cualquier elemento que pudiere alterar de manera lesiva la
normalidad de las facultades mentales o espirituales de una persona física.

DECIMOTERCERO : Que en la especie, el daño moral sufrido por Víctor


Manuel Plaza Bello, se encuentra acreditado con la prueba que obra en el 6°
motivo del fallo impugnado, esto es, a) El Informe Psicológico practicado al actor
por el psicólogo don Cristian Alberto Dupouy Cortés, que consta a folio 41;
b) Nómina de Personas reconocidas como víctimas, Informe VALECH, página
Nº571, en que figura Álvaro Patricio Becerra Cerda, RUN: 9.142.901-2, también
prisionero y torturado reconocido por el Informe Valech bajo el número 2.947, de
folio 48; c) copia de periódico de la época, folio 49; d) Certificado emitido por el
Departamento de Pastoral Obrera del Arzobispado de la Santísima Concepción
emitido el 4 de noviembre de 2004, de folio 50; e) Informe de la Comisi ón
Nacional Sobre Prisión Política y Tortura (VALECH). Reflexiones y Propuestas
de S.E. el Presidente de la República, Ricardo Lagos Escobar; págs. 5 a la 10,
de folio 51; f) Copia de la página Nº 708, del Informe de la Comisión Nacional
Sobre Prisión Política y Tortura, que da cuenta de haberse acreditado por el
Estado de Chile la calidad de torturado del demandante don Víctor Manuel Plaza
Bello, cédula nacional de identidad número 6.899.118-8, Registro de Torturados
Nº19.269; g) Informe de la Comisión Nacional Sobre Prisión Política y Tortura
(VALECH) Capítulo V: Métodos de Tortura DESNUDAMIENTO, págs. 241 a la
242, inclusive; h) Informe de la Comisión Nacional Sobre Prisión Política y
Tortura (VALECH) Capítulo V: Métodos de Tortura APLICACIÓN DE
ELECTRICIDAD, págs. 233 a la 236, inclusive; i) Informe de la Comisión
Nacional Sobre Prisión Política y Tortura (VALECH) Capítulo V: Métodos de
Tortura SIMULACRO DE FUSILAMIENTO, págs. 237 y 239, inclusive; j) Informe
de la Comisión Nacional Sobre Prisión Política y Tortura (VALECH) Capítulo V:
Métodos de Tortura. GOLPIZAS REITERADAS, págs. 226 a la 228, inclusive; k)
Informe de la Comisión Nacional Sobre Prisión Política y Tortura (VALECH).
Capítulo V: Métodos de Tortura CONFINAMIENTO EN CONDICIONES
INFRAHUMANAS, págs. 226 a la 228, inclusive; l) Informe de la Comisión
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Nacional Sobre Prisión Política y Tortura (VALECH). Capítulo V: Métodos de


Tortura PRIVACIONES DELIBERADAS DE MEDIOS DE VIDA, pág. 248; m)
Informe de la Comisión Nacional Sobre Prisión Política y Tortura (VALECH) Capí
tulo V: Métodos de Tortura COLGAMIENTO, págs. 230 a la 232, inclusive; n)
Informe de la Comisión Nacional Sobre Prisión Política y Tortura (VALECH)
Capítulo V: Métodos de Tortura. ASFIXIAS, págs. 249 y 250,
inclusive; ñ) Informe de la Comisión Nacional Sobre Prisión Política y Tortura
(VALECH) Capí tulo V: Métodos de Tortura HUMILLACIONES Y VEJAMENES,
págs. 239 a la 241, inclusive; o) Informe de la Comisión Nacional Sobre Prisión
Política y Tortura (VALECH) Capítulo V: Métodos de Tortura AMENAZAS, págs.
236 a la 237, inclusive, folio 52; p) Ficha de Inscripción y Precalificación ante el
Instituto de Derechos Humanos (INDH) a nombre del demandante don Víctor
Manuel Plaza Bello; q) Ficha “Datos de la Detención ” presentada ante el
Instituto de Derechos Humanos (INDH) de Santiago, a nombre del demandante
don Víctor Manuel Plaza Bello; r) Cédula de Identidad del demandante don
Víctor Manuel Plaza Bello, presentada al Instituto de Derechos Humanos
(INDH); s) Declaración Jurada Notarial de doña María Clotilde Bello; t)
Declaración Jurada Notarial de don Álvaro Becerra Cerda.

Asimismo, obran a folio 47 las declaraciones de los testigos Miriam Roa


Henrí quez, Álvaro Becerra Cerda, Iván Vílchez Albornoz y Cristian Dupouy Cortes,
en cuyos asertos, en síntesis, relatan los hechos padecidos por Víctor Manuel Plaza
Bello, en septiembre del año 1973, mismos que fueron perpetrados por Carabineros
e infantes de marina, como igualmente, refieren al daño sufrido por el actor
consistente en vejaciones, daños físicos y sicológicos, el que no ha sido reparado,
esto es, aquellas manifestaciones psicológicas, afectivas, emocionales o íntimas
sufridas por el demandante, que se extienden a todo agravio sufrido en la dignidad,
honorabilidad, integridad física o cualquier elemento que pudiere alterar de manera
lesiva la normalidad de las facultades mentales o espirituales de éste.

DECIMOCUARTO : Que a objeto de determinar el quantum del daño


moral, esta Corte considerará, además, los siguientes parámetros: a) entidad,
naturaleza y gravedad del suceso o acto que constituye la causa del daño,
hecho ya reseñado en el Cuarto motivo de esta sentencia (8° del fallo en
alzada); b) la clase de derecho o interés extrapatrimonial agredido, que dice
relación con atentados a derechos fundamentales como la vida, e integridad
física y psíquica y la honra de las personas; y c) las consecuencias físicas,
psíquicas, sociales o morales que se derivan del daño causado, su duración
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y persistencia, las cuales se aprecian del alcance e intensidad y la duración


de los dolores y sufrimientos, que subsisten en la actualidad.

DECIMOQUINTO : Que los criterios antes mencionados junto con las


argumentaciones vertidas en las motivaciones precedentes, se tienen en especial
consideración para mantener el monto concedido a título de daño moral para
el actor, esto es, en la suma de $40.000.000 (cuarenta millones de pesos).

DECIMOSEXTO : Que acorde a los principios de reparación integral


del daño, de trascendencia, de justicia material, aplicación de buena fe de los
Tratados Internacionales suscritos por nuestro país, y la propia interpretación
de las disposiciones de derecho internacional consideradas ius cogens por la
comunidad jurídica internacional, corresponde mantener los reajustes en
intereses del modo que se impusieron, en la sentencia del juez a quo.

DECIMOSEPTIMO: Que, en cuanto a la exoneración de la condena en


costas peticionada por el Fisco de Chile, cabe cavilar que éstas se otorgan al
vencedor en general y el Estado no puede garantizar la inmunidad de la
defensa judicial respecto a los gastos, ni haciendo gratuita la justicia (ideal no
realizable), ni mucho menos asumiendo las costas del vencedor, y no le
queda sino cargárselas al derrotado. Y es el hecho objetivo de la derrota, aun
la más exenta de culpa, lo que determina la condena en costas. La derrota
sin embargo, supone una relación de causa a efecto entre la parte y el litigio,
es decir, la voluntariedad del litigio por parte del derrotado, en el sentido de
que éste habría podido evitarlo o evitar los hechos que le han dado origen
(Giussepe Chiovenda, Curso de Derecho Civil, Tomo I).

En la especie, se ha de tener presente que la condena en costas, como


sanción procesal, en conformidad a los artículos 138 y siguientes del Código de
Procedimiento Civil, importa un castigo al litigante que ha obrado promoviendo
un juicio carente de toda plausibilidad, y, sub judice, del mérito de los
antecedentes deviene que el demandado no fue totalmente vencido y que si
tuvo motivos plausibles para litigar, por lo que no es procedente dicha sanción.

Por estas consideraciones, citas legales y de conformidad, además,


con lo previsto en los artículos 186 y siguientes del Código de Procedimiento
Civil, se resuelve:
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I.- Que, SE REVOCA la sentencia apelada de dieciocho de mayo del


año dos mil veinte, en cuanto por ella se condena en costas al Fisco de
Chile, y en su lugar se declara que se lo exime de ellas por no haber sido
totalmente vencido y tener motivos plausibles para litigar.

II.- Que, SE CONFIRMA en todo lo demás la sentencia apelada de


dieciocho de mayo del año dos mil veinte.
III.- Que no se condena en costas de esta segunda instancia.

Acordada con el voto en contra del ministro Álvarez Órdenes, quien


estuvo por revocar la sentencia en alzada, acoger la excepción de
prescripción extintiva y, en consecuencia, rechazar la demanda civil intentada
conforme a los siguientes argumentos:

1°.- Que la acción civil es accesoria en el juicio penal; la responsabilidad


civil no emana del delito penal, sino de la concurrencia de los respectivos
requisitos y aquélla pertenece única y exclusivamente al ámbito patrimonial,
encontrándose, por lo tanto, regida por el Derecho Civil o común, toda vez que el
Derecho Internacional no excluye la aplicación del ordenamiento nacional sobre
esta precisa materia, particularmente las reglas contenidas en los artículos 2497
y 2332 del Código Civil, que regulan la institución de la prescripción en el área de
la responsabilidad civil extracontractual, que es la que se debate en este caso
(Corte Suprema, rol 10665-2011).

2°.- Que la Convención Americana de Derechos Humanos no contiene


precepto alguno que consagre la imprescriptibilidad de la acción civil acogida en
primera instancia. En efecto, su artículo 1° sólo consagra un deber de los Estados
miembros de respetar los derechos y libertades reconocidos en esa Convención y
garantizar su libre y pleno ejercicio, sin discriminación alguna y su artículo 63.1
impone a la Corte Interamericana de Derechos Humanos un determinado proceder
si se decide que hubo violación a un derecho o libertad protegido.

A su vez, el Convenio de Ginebra sobre Tratamiento de los Prisioneros


de Guerra que prohíbe a las partes contratantes exonerarse a sí mismas de las
responsabilidades en que han incurrido por infracciones graves que se cometan
en contra de las personas y bienes protegidos por el Convenio a que alude el
artículo 131, debe entenderse necesariamente referido a infracciones del orden
penal, lo que resulta claro de la lectura de sus artículos 129 y 130, que aluden a
actos contra las personas o bienes, citando al efecto al homicidio intencional,
tortura o tratos inhumanos, incluso experiencias biológicas, el causar a propósito
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grandes sufrimientos o atentar gravemente contra la integridad física o la salud,


el hecho de forzar a un cautivo a servir en las fuerzas armadas de la potencia
enemiga o privarle de su derecho a ser juzgado regular e imparcialmente al
tenor de las prescripciones del Convenio.
Finalmente, la Convención sobre la Imprescriptibilidad de los Crímenes de
Guerra y de los Crímenes de Lesa Humanidad de 1968, que establece la
imprescriptibilidad de los crímenes de guerra según la definición dada en el Estatuto
del Tribunal Militar Internacional de Nüremberg, así como de los crímenes de lesa
humanidad cometidos tanto en tiempo de guerra como en tiempo de paz, según la
definición dada en el Estatuto antes indicado, se refiere también y únicamente a la
acción penal. En efecto, en el artículo IV establece que los Estados Partes se
comprometen a adoptar las medidas legislativas o de otra índole que fueran
necesarias para que la prescripción de la acción penal o de la pena, establecida por
ley o de otro modo, no se aplique a los crímenes antes indicados.

3°.- Que la prescripción constituye una institución destinada a


garantizar la seguridad jurídica y, como tal, opera en todo el ordenamiento
jurídico, salvo que por norma expresa de la ley o en atención a la naturaleza
de la materia se determine lo contrario, esto es, la imprescriptibilidad de las
acciones. A ello cabe agregar que no existe norma alguna en que se
establezca la imprescriptibilidad de las acciones orientadas a obtener el
reconocimiento de la responsabilidad extracontractual del Estado o de sus
órganos institucionales y, en ausencia de ellas, corresponde estarse a las
reglas del derecho común referidas específicamente a la materia.

4°.- Que el artí culo 2497 del Código Civil preceptúa que “Las reglas
relativas a la prescripción se aplican igualmente a favor y en contra del
Estado, de las iglesias, de las municipalidades, de los establecimientos y
corporaciones nacionales, y de los individuos particulares que tienen la libre
administración de lo suyo”.

Así las cosas, en la especie resulta aplicable la regla contenida en el


artículo 2332 del mismo Código, conforme a la que las acciones establecidas
para reclamar la responsabilidad extracontractual prescriben en cuatro años,
contados desde la perpetración del acto.

5°.- Que los ilícitos en que se sustenta la acción de autos, ocurridos


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entre septiembre de 1973 y febrero del año 1974, adquieren certeza y


publicidad a partir del Informe de la Comisión Nacional sobre Prisión Política
y Tortura, toda vez que el demandante aparece en la nómina de dicho
informe, por lo que a solo partir de entonces ha de comenzarse a contar el
plazo de prescripción que establece el artículo 2332 del Código Civil.
Así, habiéndose dado noticia del mencionado informe de la denominada
Comisión Valech I, en noviembre de 2004, el plazo de prescripción de la acción
indemnizatoria de autos se encuentra ampliamente cumplido, ya que a la fecha de
notificación de la demanda de autos –4 de marzo de 2019 (folio 6)– transcurrió en
exceso el plazo de cuatro años que contempla el artículo 2332 del Código Civil; por
lo que la excepción de prescripción extintiva opuesta, debió ser acogida.

Regí strese y devuélvase.

Redacción del Ministro señor Jordán y el voto en contra por su autor.

Rol Civil N° 1204-2020 y acumulada 1205-2020.

Fabio Gonzalo Jordan Diaz Camilo Alejandro Alvarez Ordenes


MINISTRO MINISTRO
Fecha: 05/07/2021 11:55:31 Fecha: 05/07/2021 12:37:46

Constanza Elizabeth Cornejo Ortiz


ABOGADO
Fecha: 05/07/2021 11:56:01
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Pronunciado por la Tercera Sala de la C.A. de Concepción integrada por los Ministros (as) Fabio Gonzalo Jordan D.,
Camilo Alejandro Alvarez O. y Abogada Integrante Constanza Elizabeth Cornejo O. Concepcion, cinco de julio de dos
mil veintiuno.

En Concepcion, a cinco de julio de dos mil veintiuno, notifiqué en Secretaría por el Estado Diario la resolución
precedente.

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Este documento tiene firma electrónica y su original


puede ser validado en http://verificadoc.pjud.cl o en la
tramitación de la causa.
A contar del 04 de abril de 2021, la hora visualizada
corresponde al horario de invierno establecido en Chile
Continental. Para la Región de Magallanes y la Antártica
Chilena sumar una hora, mientras que para Chile Insular
Occidental, Isla de Pascua e Isla Salas y Gómez restar
d o s h o r a s . P a ra m á s i n fo r ma c i ó n consul
te
http://www.horaoficial.cl

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