1. “La construcción del cuerpo hegemónico/legítimo femenino”
2. Descripción de la situación problemática
Nuestro trabajo propone analizar la construcción del cuerpo
hegemónico/legítimo femenino en la era contemporánea. La reproducción y legitimación de este esquema social y la repercusión que se genera a partir de la demostración en la vida social. En este caso, nuestro interés se despertó a partir de la tapa que lanzó revista Caras en julio del 2020 bajo el título “La hija mayor de Máxima luce con orgullo su look plus size”. Cabe aclarar que en su momento fue una portada que generó mucho revuelo y análisis de parte de la audiencia. Por un lado, este fenómeno recibió adhesión y por otro, indignación. En esta ambigüedad es en la que nosotras queremos ahondar. ¿Qué generó esta tapa? ¿Adhesión, crítica, transformación? A partir de la portada se abre una situación problemática que dispara varias posiciones. Los intercambios simbólicos entre la revista y los receptores fueron variados. Por un lado, nos encontramos con aquellos discursos provenientes de un sector de la población cuya reacción fue absoluta indagación y lo manifestaron a través de las redes. Los receptores critican a la revista por poner el ojo en el cuerpo ajeno, por etiquetar y categorizar a Amelia, por utilizar el término “plus size” como eufemismo para decirle “gorda” y por fomentar la reproducción de este estigma para definir a alguien que se encuentra por fuera de los estándares de una modelo que para la sociedad debería figurar en la tapa de una revista, reproduciendo de este modo el esquema social que gira en torno a los cuerpos legítimos y no tan legítimos. De acá se desprende la idea en torno a qué es aquello que provoca que un cuerpo sea valioso hoy en día para la sociedad, ya que hay ciertos valores que hacen a un cuerpo legítimo según las leyes que rigen en el ambiente. Esto se relaciona con los diferentes discursos y posturas tomadas en torno a la problemática, tales como los discursos médicos que en algunos casos como el del Dr Cormillot por ejemplo, aclara que no se debe estigmatizar la enfermedad y que las personas deben ser tomadas en cuenta por su condición de obesidad. El médico sostiene que hace mucho tiempo se pone el foco en la persona que padece la enfermedad y no debería tomarse como una condición propia del ser humano: "Uno no debe decir un gordo o un obeso, sino que es una persona con obesidad". Al analizar estos discursos, notamos el fenómeno de transformación que ha comenzado en el siglo XXI, en donde los valores que legitiman los cuerpos han cambiado. Los discursos respecto al cuerpo del prójimo, y específicamente, al cuerpo de la mujer que tanta presión sufrió durante años y aún sigue padeciendo, se han transformado. Con la aparición del fenómeno del “body shaming”, cuyo lema es dejar de poner la mirada en la apariencia física ajena, la idea de qué cuerpos son legítimos, qué cuerpos se pueden llevar y cuáles no, ha comenzado a cambiar. Esto se puede observar al comparar portadas de la revista Caras de años anteriores, en las que la mayoría de los títulos estaban relacionados al cuerpo de la mujer y en ningún momento se generaba un debate, sino que al contrario, los discursos eran de adhesión. Ej: “Pampita cuenta cómo bajó 11kg y recuperó sus curvas luego de ser mamá por segunda vez”. Este tipo de portadas fueron y, de alguna manera siguen siendo, completamente habituales. Además, vemos el fenómeno de la transformación, al analizar las declaraciones que la directora de la revista hizo luego de recibir tantas críticas. Por un lado, pidió disculpas y materializó su arrepentimiento publicando meses más tarde una nota de Amelia poniendo el foco en su carrera y no en su cuerpo. Pero por otro lado, alegó que la revista Caras lucha por la igualdad y por “darle lugar” a aquellos que son desplazados (como quienes lucen una figura plus size), generando aún más debate y reproduciendo el esquema de construcción del cuerpo femenino hegemónico. Esta reproducción del esquema social la vemos incluso en los receptores que critican, en este caso, la portada de la revista. Al establecer qué tipo de cuerpo se puede llevar en la tapa de una revista motorizan la construcción del cuerpo hegemónico y la complicidad con la dominación. Es decir, quienes critican también reproducen este esquema.
3. Preguntas de investigación y/o propósito
¿Qué intercambios simbólicos, discursos y adhesiones se generan en
torno a la tapa de la revista Caras en cuestión? ¿Qué valores hacen un cuerpo legítimo y cuáles no? ¿Qué transformación sufrió la construcción del cuerpo femenino legítimo? ¿Esa transformación es real o una subversión creada por el esquema social?
PARA TP FINAL
Para dar cuenta de este fenómeno comenzaremos por la tesis de la institución
de Castoriadis, dicha tesis supone que las instituciones se organizan mediante la adhesión, la legitimidad y la creencia y que la institución fija un mundo para nosotros. Por lo tanto se está planteando que el mundo social es un mundo institucionalizado. Asimismo el campo de lo histórico-social tiene una capacidad propia, dicha capacidad es la de darse forma a sí mismo, de la auto institución. Son formas de organización social, esto es lo que Castoriadis denomina como el imaginario: son formas en que las sociedades construyen la organización de sus relaciones sociales. El imaginario designa las representaciones sociales figuradas en sus instituciones, por ejemplo el lugar que ocupa el cuerpo femenino. El fenómeno que genera la tapa de caras en cuestión implica distintas posiciones que se toman en base a las formas de organización, existe un debate al interior de la vida social. Lo imaginario además se conserva logrando la adhesión, el apoyo o la credibilidad por parte de los individuos y su legitimidad. Estamos frente a un apoyo a ciertas opiniones que genera la portada de caras, tales como la adhesión al cuestionamiento de hacer énfasis en la apariencia de la princesa y no otras cuestiones en torno a su vida, como por ejemplo su carrera profesional. La institución de los individuos, nosotros como tal, somos el producto de la institución de la sociedad. En Castoriadis el individuo y la sociedad no son opuestos, justamente el polo opuesto es la materia prima humana que Castoriadis llama Psique. La psique monádica es el momento anterior a que el individuo sea parte de la sociedad, cuando es un bebé, todo el amor es amor propio, la libido se vuelca para sí mismo y no hay nada por fuera de ella porque busca placer constantemente. La misma es también aquello apropiado por la institución para más adelante construir una psique en un individuo institucionalmente formado. Esto permite que esas instituciones se reproduzcan sin necesidad de coerción, sanciones, etc. Nuestra socialización ha interiorizado las instituciones, sabemos lo que es correcto, lo que no y entre los argumentos que construyen el imaginario llevan a pensar que en algunos casos, la mujer que puede aparecer en una tapa de revista implica que debe ser flaca, linda. Por otra parte se critica el hecho de resaltar su figura ya que supone que la mujer no debe ser tomada en consideración sólo por su cuerpo, y que hay otras cuestiones importantes a resaltar de su vida, más allá de su aspecto. Se generan más adhesiones en torno a esta crítica hacia la revista. Por otra parte, Castoriadis va a decir que las formas de construir adhesiones mencionadas anteriormente se construyen desde investidura libidinal, pero que hay otras formas de construir adhesiones porque hay otras dinámicas a considerar, tales como el odio. Si la adhesión se asocia al reconocimiento, aceptación e identificación, el odio también es un motor de las adhesiones ya que está asociado a lo opuesto, el rechazo. En relación a esto, la psique en el proceso de socialización se ve forzada a evacuar el estado monádico original, se le exige que renuncie a esa libido que estaba volcada sobre sí mismo para que la realidad exista y cuando ese primer estado de psique monádica se rompe para ser una psique socializada. Esto quiere decir que se rompe para embestir los objetos del mundo social al cual le debe volcar la libido que era solo propia y esa es la aparición de la diferencia. A partir de esto Castoriadis rechaza la idea de una alienación absoluta que es el sometimiento completo al discurso del otro ya que siempre queda un resto monadico que se resiste a la apropiación por parte de la sociedad que nos da cierto margen de libertad y hace posible que podamos interrogar lo que somos y/o pensamos. Existe una singularidad que nos permite distanciarnos de lo que somos como individuos socializados se da cuando aparece la interrogación, en cuestionamiento. En relación a esto y nuestro objeto de estudio podemos afirmar que el imaginario social se fue transformando, hoy no es lo mismo que hace una década, para Castoriadis hay historia porque hay transformación en lo que respecta al reino humano y por esa psique no socializada que nos permite cuestionarnos. Las formas de organización social surgen por creación y el campo histórico social puede darse forma a sí mismo y cambiar, transformarse.