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Grupo Colaborativo: 2
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Programa de Sociología
Análisis de la información
22 de mayo de 2020
Introducción
Las cinco variables elegidas fueron: sexo, nivel educativo, satisfacción con la democracia,
representatividad del congreso y efectividad del gobierno. Se preguntó, en torno a estas variables,
la relación entre la percepción de satisfacción, representatividad y efectividad con el nivel
formativo.
De las variables escogidas, dos sirven para hacer una caracterización sociodemográfica de los
participantes: sexo y nivel educativo. La variable sexo tenía dos opciones de respuesta “Hombre”
(11) o “Mujer”2(2). La variable nivel educativo aclaraba que buscaba saber el último nivel
alcanzado y tenía ocho opciones de respuesta: ninguno (1), preescolar (2), básica primaria de 1° a
1
Anotación a quien lea: después de cada valor de respuesta del cuestionario, se escribe entre paréntesis el número del
código asociado para la sistematización de datos.
2
Sobre estas opciones de valor, la escritora quisiera comentar brevemente sobre una duda académica que siempre
surge al verla como parte de un cuestionario: ¿persiste esta clasificación en las ciencias sociales y encuestas estatales
porque permite una respuesta rápida y concisa sobre el individuo? ¿Qué se busca saber con ella: la genitalidad
binaria del cuerpo de la persona que responde o los patrones comportamentales asociados con esa corporalidad? Si
fuera la segunda opción, ¿no es más conveniente hablar del género? Sin embargo, se reconocen las complicaciones
de ejecución de un cuestionario de este tipo, pues no solo bastaría con establecer como opción “hombre” o “mujer”,
sino que, además, podría acompañarse de “cisgénero”, con la posibilidad de tener como respuesta “no binario”. Esta
apertura de opciones, en un país en el que abiertamente no se discuten temas de inclusión en diferentes generaciones,
llevaría a la necesidad de explicar las respuestas, lo que en caso de toda encuesta se considera un despropósito, pues
un cuestionario que deba ser explicado no se puede considerar ajustado a la población objetivo.
5° (3), básica secundaria de 6° a 9° (4), media de 10° a 13° (5), superior a nivel técnico,
tecnológico y pregrado universitario (6), posgrado de especialización, maestría o doctorado (7), o
“no sabe, no informa” (99).
Las otras tres variables escogidas se asocian con preguntas de percepción de los
participantes frente a la democracia en el país, las cuales son: satisfacción con la democracia,
representatividad del congreso y efectividad del gobierno. De estas, la variable representatividad
del congreso se construía al preguntar a los participantes si consideraban que el Congreso de la
República representa las diferentes tendencias políticas de los colombianos. Los valores de
respuesta eran Sí (1), No (2), No sabe/no informa (99).
Las otras dos variables de percepción atendían a preguntas con opciones de repuesta tipo
Likert. En satisfacción con la democracia, se preguntaba qué tan satisfecha se siente la persona
con la forma en que la democracia funciona en Colombia asignándole un número en una escala
del 1 al 5, en la que 1 significa “muy insatisfecho” y 5, “muy satisfecho”. En efectividad del
gobierno se preguntaba qué tan efectivas creen que han sido las acciones o políticas del gobierno
nacional para reducir o combatir la corrupción, calificándolas en una escala del 1 al 5, en el que 1
significa “nada efectiva” y 5, “muy efectiva”. A continuación, se mostrarán las tablas de
frecuencias de respuestas para cada una de estas variables.
En este apartado, se presentan los análisis de frecuencias de las cinco variables seleccionadas,
presentando frecuencias absolutas y relativas.
3
Se nombra con n la frecuencia absoluta de cada valor por variable.
Hombre
Mujer 44.44%
55.56%
30
25
Primaria
20 20.20%
Superior
15
36.36%
10
Secundaria
5 10.10%
4 0 20 10 26 36 3 0
0
o ar ia ia dia r o
rio rad /N
R
g un col mar dar e e
in ee s r i u n M up os g N S Media
N Pr P c S P
Se 26.26%
4
Se escribe al lado de la frecuencia absoluta por valor, su frecuencia relativa, separada por comas.
intervalo etáreo. Ante este criterio inicial de participación, el hecho de que el 20,20% de los
participantes (n=20) hubieran alcanzado como nivel de escolarización máximo el de primaria da
cuenta de una dinámica histórica del país en torno al acceso y deserción en la educación. De igual
manera, el hecho de que el 10,10% de los participantes haya asegurado haber alcanzado hasta la
educación secundaria de 9° puede ser un factor asociado con la deserción en el país o bien a la
repitencia que lleva a la extraedad.
5
Incluye a las personas ocupadas y desocupadas desde los 14 años.
40
35 Muy
Satis- NS/NR
fecho 4.04%
30 Satis-
5.05%
fecho
10.10
25
%
20
Muy insatisfecho
15 26.26%
10
5 Insatisfecho
Ni-ni 18.18%
26 18 36 10 5 4
0 36.36%
i
R
ho
o
i-n
ch
ch
ch
N
ec
fe
S/
fe
fe
sf
tis
tis
tis
N
ati
sa
Sa
Sa
s
in
In
uy
uy
M
M
40 SI
28.28%
30
20
NO
10 52.53%
28 52 19
0
SI NO NS/NR
Frente a la percepción de la efectividad de las medidas tomadas por el gobierno para reducir o
combatir la corrupción, la respuesta más recurrente fue “nada efectivas” con un 49,49% (n=49)
de los participantes concurriendo en ella. El segundo lugar lo ocupó considerar estas medidas
“poco efectivas” por parte del 24,24% de los participantes (n=24).
60
Muy Efectivas
50 1.01%
NS/NR
Efectivas 1.01%
40
6.06%
30
20 Ni-ni
18.18%
10 Nada Efecivas
49.49%
49 24 18 6 1 1
0 Poco Efectivas
as s i s s R 24.24%
iv va i-n va va N
fec ecti N ecti ecti S/
aE Ef Ef Ef N
ad o co uy
N P M
En términos generales, las variables de percepción dan cuenta de una visión algo negativa
de la democracia en el país, al ser más concurrentes las respuestas de insatisfacción, falta de
representación del gobierno y medidas poco eficaces para combatir la corrupción. A
continuación, se presentarán tablas de contingencia que buscan analizar la relación entre estas
percepciones con el nivel educativo6.
En la tabla 1 se puede apreciar la relación propuesta. En ella se muestra que para los
niveles de formación profesional y de posgrado, el mayor porcentaje (44,4% y 66,7%,
respectivamente) se ubica dentro de una percepción “muy insatisfactoria”. Cabe resaltar que a
nivel de posgrado ninguna persona ofreció una percepción positiva, mientras que en formación
profesional solo el 5,6% manifestó sentirse satisfecho. Se permite ver, además, que en la medida
en que se disminuye en niveles educativos, se disminuye también una percepción muy negativa,
pues se pasa a la media en la que el porcentaje de participantes “muy insatisfechos” fue del
19,2%, mientras que en la primaria fue del 15%.
La tabla 1 (ver página siguiente) permite ver, además, que a mayores años de
escolarización disminuye la concurrencia a sentirse “satisfecho” con la democracia en Colombia.
Así, de las personas que manifiestan no haber tenido años de educación formal el 25% manifestó
sentirse satisfecha, las personas con primaria lo manifestaron en un 20%, las de secundaria en
10%, las de media en 7,7% y las que cuentan con educación superior en un 5,6%.
6
Para este informe, se da prioridad a responder a las preguntas por cómo el nivel educativo afecta la percepción de la
democracia en Colombia.
Por su parte, en los niveles de educación primaria, secundaria y media fue en los únicos
en los que se obtuvo valoraciones de “muy satisfecho”, siendo en la media académica en la que
se presentó un menor porcentaje de concurrencia de 7,7% de las personas con estos años de
educación frente a un 10% en cada nivel de primaria y secundaria. Se puede pensar, así, que
incluso los grados de percepción muy positiva se ven reducidos en la medida en que se aumentan
los años de escolaridad.
Tabla 1
Tabla de contingencia para la relación del nivel educativo con la satisfacción con la democracia
Insatisfecho
Ni-ni
Satisfecho
NS/NR
Muy insatisfecho
Muy Satisfecho
% del total
Recuento
Nivel educativo 1 2 3 4 5 99
Recuento 0 0 3 1 0 0
Ninguno % del total de nivel 0% 0% 75% 25% 0% 0% 4 4,04%
Recuento 0 0 0 0 0 0
Preescolar % del total de nivel - 7
- - - - - 0 0,00%
Recuento 3 6 5 4 2 0
Primaria % del total de nivel 15,0% 30,0% 25,0% 20,0% 10,0% 0,0% 20 20,20%
Recuento 0 2 6 1 1 0
Secundaria % del total de nivel 0,0% 20,0% 60,0% 10,0% 10,0% 0,0% 10 10,10%
Recuento 5 5 9 2 2 3
Media % del total de nivel 19,2% 19,2% 34,6% 7,7% 7,7% 11,5% 26 26,26%
Recuento 16 5 12 2 0 1
Superior % del total de nivel 44,4% 13,9% 33,3% 5,6% 0,0% 2,8% 36 36,36%
Recuento 2 0 1 0 0 0
Posgrado % del total de nivel 66,7% 0,0% 33,3% 0,0% 0,0% 0,0% 3 3,03%
Recuento 0 0 0 0 0 0
NS/NR % del total de nivel - - - - - - 0 0,00%
Recuento total 26 18 36 10 5 4 99
Fuente: base de datos “Democracia ajustada” y conteo propio.
Quisiera comentarse, finalmente, sobre la tendencia en respuesta de “ni satisfecho ni
insatisfecho”, que para las personas sin ningún año escolar, secundaria y educación media fue
esta percepción la más recurrente con 75%, 60% y 34,6%, respectivamente. Para los casos de
7
Rayas puestas por imposibilidad de cálculo de división con denominador 0.
educación media y secundaria, el segundo orden de preferencia manifestó una percepción
negativa. En secundaria, el 20% manifestó no sentirse satisfecha con la democracia. En la
educación media, 38,4% de los participantes respondieron, en conjunto, estar “insatisfechos” y
“muy insatisfechos”. Por su parte, en las personas sin ningún año escolar, el siguiente orden de
respuesta fue “satisfechos”, con un 25%. Entre la secundaria y la media, además, las respuestas
positivas van en disminución. Mientras que, en conjunto, el 20% de los participantes con
educación secundaria afirma estar “satisfecho” o “insatisfecho”, para los mismos valores de
percepción en nivel de media académica el porcentaje concurrente fue de 15,4%. Esto quiere
decir que, incluso una posición neutral como “ni satisfecho ni insatisfecho” tiene una reducción
en la medida en que se aumenta en años escolares. Reducción que se ve acompañada por un
aumento en percepciones negativas de insatisfacción o mucha insatisfacción y reducción en las
percepciones positivas.
Lo anterior permite ver que aquellas personas que han contado con más años de educación
formal tienden a generar una visión menos positiva de la función de la democracia en el país, lo
cual se manifiesta no solo en una mayor concurrencia a considerarse “muy insatisfechos”, sino
también en la reducción gradual de una percepción positiva. Cabe anotar, sin embargo, que, en
términos generales, el grupo se había considerado con una visión negativa de satisfacción.
Se supone que la relación entre estas dos variables se deriva de la influencia de mayores años de
escolaridad en una perspectiva de menor representatividad del congreso, toda vez que se espera
de ellos mayor discusión y contacto con diferentes posturas políticas. Tal como se mencionó, se
considera que la percepción positiva sobre representatividad del congreso se diluye a mayores
años de escolaridad. Los resultados se muestran en la tabla 2 (ver página siguiente). Cabe
mencionar, como punto inicial, que la mayoría de las personas (n=52; 52,53%) respondió que el
congreso no representa las diferentes posturas del país, y que solo el 28,28% de los participantes
considera que sí lo es.
Tabla 2.
Percepción de la representatividad del Congreso según nivel educativo
% de total
Recuento
Congreso
SI
NO
NS/
NR
Nivel educativo 1 2 99
Recuento 3 1 0
Ninguno % del total de nivel 75,0% 25,0% 0,0% 4 4,0%
Recuento 0 0 0
Preescolar % del total de nivel - - - 0 0,0%
Recuento 3 15 2
Primaria % del total de nivel 15,0% 75,0% 10,0% 20 20,2%
Recuento 6 2 2
Secundaria % del total de nivel 60,0% 20,0% 20,0% 10 10,1%
Recuento 5 16 5
Media % del total de nivel 19,2% 61,5% 19,2% 26 26,3%
Recuento 9 17 10
Superior % del total de nivel 25,0% 47,2% 27,8% 36 36,4%
Recuento 2 1 0
Posgrado % del total de nivel 66,7% 33,3% 0,0% 3 3,0%
Recuento 0 0 0
NS/NR % del total de nivel - - - 0 0,0%
Recuento total 28 52 19 99 100,0%
Fuente: base de datos “Democracia ajustada” y conteo propio.
En los siguientes niveles la mayoría respondió que el congreso no representa la
multiplicidad de posturas políticas: primaria con un 75%, media con un 61,5%, superior con un
47,2%. Tendencia de disminución en percepción negativa que contrasta con un aumento en el
porcentaje que opta por responder “no sabe/no responde”: en primaria respondió de esta forma el
10%, en media así lo hizo el 19,2% y en superior el 27,8%.
3.3. Nivel educativo y percepción de la efectividad de las acciones del gobierno frente al
freno a la corrupción
Se considera que la relación entre las variables es inversamente proporcional: a mayor nivel
educativo, menor es la imagen de la gestión del gobierno en el combate de la corrupción. Los
resultados se muestran en la tabla 3.
Tabla 3.
Percepción de la efectividad del gobierno en el combate contra la corrupción, según nivel
educativo
Ni-ni
Efectivas
NS/NR
Poco Efectivas
Muy Efectivas
Recuento final
% del total
NIVEL EDU 1 2 3 4 5 99
Recuento 0 2 0 2 0 0
Ninguno % del total de nivel 0,0% 50,0% 0,0% 50,0% 0,0% 0,0% 4 4,0%
Recuento 0 0 0 0 0 0
Preescolar % del total de nivel - - - - - - 0 0,0%
Recuento 6 9 3 2 0 0
Primaria % del total de nivel 30,0% 45,0% 15,0% 10,0% 0,0% 0,0% 20 20,2%
Recuento 5 2 2 1 0 0
Secundaria % del total de nivel 50,0% 20,0% 20,0% 10,0% 0,0% 0,0% 10 10,1%
Recuento 17 5 3 0 1 0
Media % del total de nivel 65,4% 19,2% 11,5% 0,0% 3,8% 0,0% 26 26,3%
Recuento 20 6 8 1 0 1
Superior % del total de nivel 55,6% 16,7% 22,2% 2,8% 0,0% 2,8% 36 36,4%
Recuento 1 0 2 0 0 0
Posgrado % del total de nivel 33,3% 0,0% 66,7% 0,0% 0,0% 0,0% 3 3,0%
Recuento 0 0 0 0 0 0
NS/NR % del total de nivel - - - - - - 0 0,0%
Recuento total 49 24 18 6 1 1 99 100%
Fuente: base de datos “Democracia ajustada” y conteo propio.
Se aprecia que, del nivel de primaria a educación media, la percepción “nada eficiente” de
las acciones del gobierno para combatir corrupción fue en aumento: primaria con 30%,
secundaria con 50% y media con 65,4%. En las personas con educación superior, la mayoría
(n=20; 55,6%) consideró que las acciones del gobierno son “nada eficiente”; este porcentaje es
inferior al de personas con educación media.
En ninguno de los niveles, la mayoría consideró la gestión del gobierno como positiva
(eficiente o muy eficiente). Sin embargo, el 50% de las personas con ningún año de educación la
considera eficiente. La calificación de “eficiente” fue disminuyendo en porcentaje de
concurrencia en la medida en que aumentaron los niveles de formación: 10% tanto en primaria
como en secundaria y 2,8% en educación superior. En los niveles de posgrado y educación media
no hubo respuesta de este tipo. Debe anotarse, sin embargo, que la única persona que respondió
que es “muy eficiente” la gestión hace parte del grupo de personas con educación media,
representando solamente el 3,8%.
El único nivel en el que la mayoría no se ubicó en una percepción negativa (nada eficiente
o poco eficiente) fue posgrado, en el que el 66,7% respondió ni eficiente ni ineficiente. Aunque
se debe mencionar que, en aquellas personas sin años de escolaridad, se creó una distribución
equitativa entre la visión “poco eficiente” y “eficiente”.
Lo anterior puede llevar a pensar que sí existe una relación entre más años de escolaridad
y una visión más negativa de la gestión del gobierno frente a la corrupción, aunque esta no se
manifieste en una tendencia estable. Cabe anotar que, en el nivel de posgrado, por ejemplo, no se
favorece una visión positiva, sino una “neutral” en términos de la lucha contra la corrupción.
4. Conclusiones y visión de conjunto.
Los datos sociodemográficos de género y nivel de escolarización máxima alcanzada
permiten pensar en que este grupo de 99 participantes que, aunque no se puede considerar con
representatividad frente al conjunto de personas mayores de edad residentes en el país, sí se
pueden equiparar las tendencias de distribución de la muestra con la población nacional. Así, se
crea una distribución semi-homogénea entre hombres y mujeres y se muestra que es bajo el
porcentaje de personas que logra superar la educación media. No implica esto que se piense que
los resultados de esta encuesta sean representativos para el total de la población nacional. Solo se
busca resaltar el hecho de que la aleatoriedad esperada en la ejecución de la encuesta terminó por
corresponder con unas dinámicas nacionales.
Este conjunto, además, muestra una tendencia clara: las variables de percepción arrojaron
como respuestas mayoritarias una visión negativa de la democracia en Colombia, en términos de
satisfacción, representatividad del Congreso y efectividad del gobierno. Nuevamente, aunque se
trata de una muestra pequeña, se puede tomar como indicador de dos necesidades: la de ampliar
el estudio para una muestra mayor y la de revisar estructuralmente las acciones de las ramas del
poder para mejorar la democracia. En este caso, la percepción de los individuos encuestados es
mucho más que eso y se convierte, también, en un legitimador del sistema democrático; en la raíz
misma de su propia composición, al provenir del pueblo. De resultar estas percepciones similares
a una muestra con mayor nivel de representatividad se puede pasar a una discusión sobre el
andamiaje democrático del país, pues no está logrando tener el aval de su población.
Frente al análisis relacional, se puede comentar que, para los casos de satisfacción con la
democracia en Colombia y efectividad del gobierno frente a la corrupción, sí se puede considerar
una relación de dependencia frente al nivel educativo. En particular, se encontró que, a mayor
nivel educativo, menor percepción positiva se tiene a nivel de satisfacción y de efectividad. No
puede pensarse, sin embargo, en tendencias estables, sino en comportamientos complejos de la
composición por niveles educativos, en las que se va reduciendo la respuesta positiva en la
medida en que hay mayores años de escolaridad. Cabe anotar que, si bien existe una relación, no
se puede adjudicar a ella una asociación de causalidad directa, única y unidireccional. Otras
variables pueden incidir de manera compleja, como lo son el sexo, la raza, el estrato
socioeconómico e, incluso, el sitio de trabajo.
No se pudo demostrar una relación entre nivel educativo y percepción de la
representatividad del congreso. Probablemente, esta percepción sí tenga relación con variables
asociadas con comunidades vulneradas o excluidas, como la de “sexo” en la encuesta realizada.
Ahora bien, el hecho de que no exista esta relación resulta preocupante, pues pareciera indicar
que los años de educación formal no incrementan la empatía o el reconocimiento académico de la
heterogeneidad cultural y política del país. Esta es simplemente una hipótesis, puesto que también
puede afectar el nivel de conocimiento de la composición del Congreso.
Surgieron, sin embargo, preguntas en torno a la distribución de los participantes en la
variable independiente: ¿se hubieran modificado los valores de haber habido igual o similar
cantidad de personas en cada nivel de educación? El hablar en términos relativos, como en
porcentajes, se permite visualizar un comportamiento de grupos que favorece la comparación
entre conjuntos de datos de diferentes dimensiones. Sin embargo, para los casos de personas sin
años formales de educación y las de posgrado la participación fue de 4 y 3 individuos,
respectivamente. ¿Son suficientes para hacer una asociación entre percepciones y nivel
educativo? Se puede abogar, así, por una ampliación en la muestra para validar los resultados acá
encontrados.
Referencias