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CAPÍTULO III

LECTURA Y LITERATURA:
Conciencia crítica y gusto estético

La lectura, como ventana de posibilidades para percibir el mundo, se

abre ante la vida para el discernimiento y para el despertar de la conciencia

crítica. La literatura, como la figuración de esa ventana al universo, funda en

el ser humano la sensibilidad para apreciar el mundo a través de su sentido

estético. Lectura y literatura son las dos grandes vías de interpretación de

las distintas formas de la vida del ser humano y de la inteligibilidad de la

historia.

Desde este enfoque se proyecta la necesidad de sembrar en el joven

el amor por la lectura y a la literatura como premisa fundamental para la

formación de individuos críticos, reflexivos, creativos; capaces de ingresar al

mundo de los hechos, las ideas con criterio propio y verdadero sentido de lo

humano. Jóvenes que asuman su formación con sensibilidad; que vean en la

lectura y en la literatura, un acto de placer y una forma de vida. Que asuman

la lectura como una experiencia estimulante que propicia un viaje, una

aventura, por los espacios del saber, para regresar al lugar de partida

transformados por la magia del camino recorrido.

Bravo (1999, p.102) presenta la bifurcación del acto de la lectura; en

este sentido, la establece como una “práctica ritual para la asunción


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doctrinaria de una verdad; o distancia donde es posible la reflexión, el goce,

y un amplio espectro de formas de la libertad”. Por su parte, Palacios (1987,

p.130), indica que "la literatura nos habla siempre en imágenes, en cuentos,

y el saber que trasmite está, precisamente, en esa capacidad que ella tiene

para poner las “verdades”, las “realidades”, e indirectamente, en forma de

cuentos e imágenes”.

Se trata entonces de sentir la lectura y la literatura desde esa doble

bifurcación que brinda la palabra escrita y que puede ser percibida desde el

acercamiento al texto literario; es verla como conocimiento textual, teórico,

conceptual, que brinda información y, además, es conducente al

conocimiento general para el alcance de una profesionalización y, a la vez,

como una forma de disfrute y goce estético, conducente a la formación de la

sensibilidad.

Una formación fundada en el amor a la lectura y a la literatura

permitiría una nueva dimensión en el aprendizaje desde la facultad del sentir.

Es decir, se propicia un acercamiento amoroso a la palabra escrita, que

permitiría en el joven registrar y manifestar emociones y sensaciones que se

convertirán en resonancias permanentes en su existir.

En virtud de ello, se establece una relación en la que docente, alumno

y texto dialogan, partiendo de la perspectiva del placer estético del texto que

conducirán a la formación de talentos que aprecien el sentido estético del

texto literario, desarrollen su calidad humana y alcancen su conciencia

crítica. Este camino que se inicia puede visualizarse en el gráfico Nº 1.


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Gráfico Nº 1

¿Qué?
Lectura

• Goce
Sensible
• Deleite

• Placer Solidario
• Creación
Conciencia Creativo
AMOR crítica Procesos • Reflexión
Cognitivos
• Inferencia Productivo
• Discernimiento

• Analogías

Literatura ¿Para qué?

FUENTE: Valera (2004)


Recorrido teórico
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Acercamientos previos.

En la vía hacia la búsqueda de elementos constitutivos fundamentales

para el ejercicio literario es pertinente referir investigaciones inherentes al

ámbito literario, que sirven de fundamento al desarrollo del presente estudio.

Para ello existe una gran limitante por cuanto el estudio que se encamina,

trata una temática poco abordada en el campo de la investigación. En

adelante se continúa con la búsqueda de trabajos que hayan antecedido el

presente estudio y que tengan como temática la relación Sentimiento -

lectura y Literatura.

Bajo esta orientación, se inscribe el trabajo de Nava (1998), titulado El

sentido profundo del texto de ficción como problema teórico metodológico en

la enseñanza de la literatura. Este aborda problemas teóricos –

metodológicos por los que atraviesan el docente y el investigador en el área

de la literatura. Se hace una serie de planteamientos con la idea de crear una

reflexión alrededor del hecho literario. Enfatiza en la idea de que el sujeto

ficcionalizador que envuelve la obra literaria, es quien genera los problemas

para su comprensión, interpretación y análisis.

Plantea la necesidad de comprender la obra literaria a través de la

consideración de los problemas teóricos, históricos, sociales, ecológicos,

éticos y médicos. Hace el análisis tomando en cuenta la importancia de

algunas metodologías de dimensión histórica, social y filosófica, para la

interpretación literaria y formación del hombre.


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Metodológicamente, es una investigación de corte documental,

analítica, descriptiva y comparativa con la que se pretende aportar una

contribución con la formación de la base teórica de los docentes, estudiosos

e investigaciones de la literatura. Desde esta perspectiva, analiza aspectos

vistos por la concepción tradicional y moderna de la ciencia, así como las

categorías de verdad, ideología, mentira y engaño, con la idea de que sean

aclaradas bajo la nuevas perspectivas de la ciencia.

Señala que el problema que se presenta para la enseñanza de la

literatura tiene su origen en dos posiciones contrarias y contraproducentes:

creer excesivamente en la rigurosidad metodológica para interpretar y

comprender la literatura y, la otra, pensar que no se requiere metodología

para interpretar, así como considerar, que el docente no lo requiere. Hace

referencia a los medios de comunicación en tanto que parecieran no dejar

espacio a otras dimensiones donde la relación con el objeto literario

produzca un efecto más humano.

Finaliza apuntando que la literatura debe contribuir para despertar

conciencia ante la violencia, el egoísmo, la permanencia del hombre sobre sí

mismo; donde no se encuentra salidas debe exigir perspectiva de reflexión

que haga comprender al hombre que no está solo, que requiere volver a la

familia y que la literatura es la vía. Este estudio guarda estrecha vinculación

con la investigación que se inicia por tratarse en primera instancia de un

acercamiento al hecho literario pero eminentemente, porque destaca la

relación entre la literatura y su enseñanza. Asimismo, trata el placer hacia el


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texto, el papel del docente, la capacidad crítica y el ser humano en su

complejidad; elementos que están siendo abordado en el presente trabajo.

Las huellas de humanismo.

La formación plena de los individuos ha sido siempre tarea de

preocupación de los Sistemas Educativos, sin embargo, esto se ha

profundizado en los últimos tiempos pues ha surgido en el seno del ámbito

educativo la tendencia de tomar esta preocupación, como un hacer

verdadero para beneficio de la humanidad.

En función de esto ha surgido la necesidad de buscar nuevos

enfoques en el campo de la educación y la psicología, que conduzcan el

proceso para que den respuestas a las exigencias e inquietudes de los

jóvenes de hoy día. Se trata, entonces, de focalizar la mirada en una

concepción humanista, atenta a fortalecer capacidades en las personas para

aprender, que flexibilice y valore el desarrollo pleno de los talentos formando

ciudadanos solidarios, productivos, sensibles y con principios.

Alport, citado por Rogers (1993), considera que un hombre en el

sentido humanista tiene las características de un ser que puede crear

conciencia de sí mismo, en este sentido, es libre y creativo; vive sus propias

experiencias porque no es influenciable. Por otro lado, Roges (1993),

muestra su interés en la formación integral de la personalidad, por su

capacidad para pensar, investigar y crear.


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Se inscribe en la línea de la no directividad al centrar su atención en el

individuo, en la necesidad de participación del cambio y del aprendizaje; esto

es, un individuo dispuesto a aprender a aprender y adaptarse a cambiar para

guiar su formación, que será la que lo conduzca a desarrollar su talento, sus

potencialidades y usarlas de la mejor manera para desenvolverse en una

sociedad de constantes cambios.

Martínez (1999, p.153), por su parte, centra especial atención en la

serenidad y la paz emocional para incrementar el aprendizaje, como una

fusión para la búsqueda inquisitiva de la mente autoconsciente y para

enfrentar el riesgo del temor al fracaso, se crea de esta manera, según el

autor, las condiciones para una equilibrada actividad mental, intelectual,

mnemotécnica, creativa y libre de tensiones.

Este autor considera que para la formación humanista es importante la

elaboración de un currículum en el que se tome en cuanta las siguientes

realidades:

Unicidad de cada ser humano, tendencia natural hacia su


autorrealización, libertad y autodeterminación, integración de los
aspectos cognoscitivos con el área afectiva, conciencia y apertura
solidaria con los demás seres humanos, capacidad de originalidad
y creatividad y, jerarquía de valores y dignidad personales.

Todo ser humano tiene en sí, una carga emocional que lo impulsa

hacia su autodesarrollo, no obstante, se debe reforzar estas acciones con un

efectivo manejo de elementos o componentes que afiancen en el individuo

esa unicidad necesaria para una verdadera calidad humana. Erich From

(1973), citado por Martínez (1999, p.157), fija su atención en la idea de


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trasmitir actitudes humanas para que una persona logre su autorrealización.

Señala lo siguiente:

Si bien impartimos conocimientos, estamos descuidando la


enseñanza más importante para el desarrollo humano: la que sólo
puede impartirse por la simple presencia de una persona madura y
amante. En épocas anteriores de nuestra cultura, o en la China y la
India, el hombre más valorado era el que poseía cualidades
espirituales sobresalientes. Ni siquiera el maestro era única, o
primariamente, una fuente de información, sino que su función
consistía en trasmitir ciertas actitudes humanas.

Los autores antes mencionados, como puede observarse, refieren la

importancia del desarrollo de una conciencia de sí mismo que despierte el

deseo de autorrealización y eleve su autoestima. Que asuma su formación

con amplia capacidad de pensamiento, dispuesto a investigar, crear y

desarrollar su talento, para crecer como persona, como ser humano. De allí,

que se hace necesario el desarrollo de una conciencia emocional que lo

conduzca favorablemente a la toma de decisiones, la resolución de

problemas y la adquisición de nuevos conocimientos.

Las escuelas del presente tiene la misión de establecer mecanismos

de búsqueda para la formación humana del ser; un hombre con visión

intelectual y emocional, auténtico, dispuesto a reconocerse en su esencia,

como ser moral y pensante, para su autorrealización. Esta esencia, según

Schilpp (1976), citado por Martínez (1999, p.143), se halla solamente en la

comunidad, en la unión de hombre y hombre, en una unidad que se apoya en

la realidad de la diferencia entre “yo” y “tu”. En este encuentro donde se

establece el diálogo vivencial, compartido que facilita la adquisición de


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conocimientos, la adaptación a los cambios para el aprendizaje, el

reconocimiento de las emociones, el desarrollo de la conciencia y la

valoración de la esencia humana.

Freire (1990), plantea la necesaria conciencia crítica que debe tener el

hombre para la vida. Una conciencia que establece relaciones con los otros

hombres y con el mundo, centrada en la identificación de los hechos y las

ideas. Ante esto, la escuela se perfila como una de las estructuras que

detenta el poder de integrar al joven a un orden a través de la identificación,

el reconocimiento y asunción de valores y principios que son fundamentales

pero, a la vez, de prejuicios.

La perspectiva de conciencia crítica consiste en que el hombre se

forme en esta línea de procesos identitarios, pero que, a la vez, tenga la

capacidad de discernir; esto es, tomar distancia frente a los elementos de

integración al orden y elegir, conscientemente, su destino. Este recorrido se

puede observar en el gráfico 2 presentado a continuación.

El joven que se forma bajo la perspectiva de una conciencia crítica

llegará a ser un hombre con capacidad para transformar los dictámenes del

orden. Ésta es la idea de la pedagogía moderna que se propuso Freire, en la

que formar un ciudadano supone asumir procesos puramente identitarios o

puramente diferenciales; se caería entonces en el error de ser o servil o

anarquista.
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La educación del nuevo siglo, según Franca, L. (2003) necesita

orientarse nuevamente, pero ahora con una visión de mayor profundidad

hacia lo pedagógico y social del ser humano, en la que el papel del docente,

Gráfico 2

ü Conciencia de sí
mismo ü Formación
ü Libre. integral
ALPORT

ROGER
ü Creativo. Pensar
ü Investigar
ü Crear.
HUELLAS DEL HUMANISMO

SISTEMAS EDUCATIVOS

MARTINEZ
ü Equilibrio emocional y
mental.
ü Serenidad
HOMBRE ü Paz emocional
ü Enfrentar riezgos.

ERICH FROM

ü Transición de
ü Relación hombre – ambiente actitudes humanas.
FREIRE

ü Valores
ü Principios
ü Discernimiento

CONCIENCIA CRÍTICA

FUENTE: Valera, D. (2004)


Huellas del humanismo.

centrado en el pensamiento de una pedagogía integradora permite los

nuevos caminos hacia el conocimiento. Se cita in extenso a Fraca (2003,

pp.18-19) para referir la calidad del intelecto humano para la búsqueda del

conocimiento:
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Un docente inmerso en este modelo educativo debe estar bien


dotado intelectualmente, debe ser éticamente sólido, bien
preparado, calificado para el trabajo productivo y capaz de seguir
aprendiendo.... Debe tener condición de líder, de inspirador y
sustentador de ideales, de un ser humano que se coloca “al lado”
del alumno para conducirlo a la exploración de problemas y a la
búsqueda de soluciones.... Ser ese docente implica un compromiso
de vida, un valor ético, cuya vigencia no es transitoria ni cambiante.
Es una condición que se tiene y se asume de por vida y se
manifiesta en todas las dimensiones humanas. Esas condiciones
deben estar plasmadas en su labor diaria de aula y deben ser
sentidas y valoradas por los alumnos.

Este docente se perfila como un ser generador de ideas

transformadoras del pensamiento humano que siente la necesidad de formar

criterios propios en las nuevas generaciones de una sociedad, que les

permita tener claridad de identificación pero, a la vez, la capacidad de

formular juicios y críticas. Este docente debe saber gestar entonces, un

equilibrio entre ambos procesos (identitarios y diferenciales) en el

aprendizaje. De esta manera se logrará la formación de un individuo

centrado en procesos transformadores, reflexivos, capaz de proyectar

sabiduría, emoción y amor con un fin más humano, puesto que, será

partícipe de la transformación de su cultura y de su historia.

Miradas cognitivas del aprendizaje.

La lectura, como el instrumento que despeja los caminos hacia el

conocimiento, despierta múltiples inquietudes y discusiones desde distintas

latitudes geográficas, en el campo de la psicología, la pedagogía, la


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literatura. Esto ha permitido conocer el papel de participación activa que el

hombre ha tenido en el proceso de actividad y eminentemente, de

construcción del conocimiento. No se quiere señalar, que no queden infinitas

interrogantes por responder, ya que la lectura debe suponer para el docente

y para el interesado en este campo del conocimiento, una aventura a la que

se debe sumar seguidores.

La psicología cognitiva, el aprendizaje por descubrimiento, el

aprendizaje significativo y la teoría del aprendizaje socio cultural, son

tendencias que junto al Constructivismo han apoyado posiciones en beneficio

el proceso de la lectura. Es conveniente entonces, para el abordaje de esta

actividad, asumir posturas eclécticas, pues si bien no implica la aceptación

total de un postulado, tampoco implica que se descartará su aporte.

Esta posición es apoyada por Golder y Gaonac’h (2002, p.12), quienes

señalan que “en la medida en que los mecanismos están en juego en la

lectura, su funcionamiento, su adquisición y su evolución aún no se hayan

dilucidado por completo, no podemos jactarnos de poseer el modelo de la

actividad del lector”. Luego, es importante considerar que no todo ser

humano responde a la mismas inquietudes y, por tanto, los procesos de

aprendizaje no deben ser iguales para todos.

El aprendizaje por descubrimiento de Bruner (1968) refiere la

necesidad el aprendizaje, basado en el establecimiento de relaciones con los

conocimientos previos para la generación del nuevo saber. Además de

adquirir conocimientos que bien pudieran denominarse funcionales, se


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fomenta el pensamiento creativo. Señala que este aprendizaje “es el único e

insuperable generador de confianza en sí mismo, de estímulo intelectual y de

motivación para la resolución de problemas para el aprendizaje creativo”

(p.206).

Partiendo de estas ideas se entiende que el aprendizaje no debe ser

tomado como repetición de información, con base meramente memorísticas;

por el contrario debe producir efectos positivos en el educando al generar en

él la confianza y seguridad alcanzada en su rendimiento escolar. El

estudiante debe aprender con signos de certeza, que lo que está

aprendiendo le será útil para la vida. Las escuelas deben ser centros de

verdadera formación donde se propicie el aprovechamiento de los educando,

que supere la rutina de la memorización y descubra, a la vez, la posibilidad

de construir su propio conocimiento estableciendo analogías entre los

anteriores y nuevos conocimientos.

El ser humano, a lo largo de su vida experimenta cambios que le dan

su verdadero desarrollo. Piaget - entre otros – se ha ocupado de estudiar los

cambios cognitivos dados en el individuo durante su desarrollo. Refiere un

inicio con las experiencias inmediatas que tiene el niño a través de sus

sentidos. En tal sentido, se observa un contacto directo del niño con el medio

externo, real; expresado con movimientos, acciones y emociones para

hacerse sentir. Progresivamente se va desarrollando su lenguaje, da

muestras de su pensamiento y de cómo, a medida que progresa su


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crecimiento, también progresa su forma de organizar las ideas y sus

acciones se van afinando.

En la etapa demarcada con la edad entre los 7 y los 11 años, el niño

se vuelve más “positivista” , comienza a diferenciar las nociones de peso,

cantidad y tiempo; adquiere reglas de adaptación con el ambiente, a la vez,

que comienzan a dejar de lado su pensamiento mágico, soñador,

elucubrador, para convertirlo en real. A partir de esta etapa, el individuo se

vuelve más formal con sus pensamientos y comienza a sentir la necesidad

de apartar su lado niño y buscar incansablemente ser independiente. Es la

edad en la que el ser humano, por un lado, puede entrar en contacto con

elementos que extravíen su recorrido por la vida y, por otro, vincularse con

situaciones que desarrollen en su ser, grandes pasiones que lo estimulen y

se conviertan en razón de vida.

Estos cambios inciden de manera considerable en el individuo en

cuanto al proceso de adquirir, transformar, crear y utilizar sus conocimientos

en relación con el grado de maduración mental a la par con la coordinación

motora, el crecimiento cognitivo relacionado con sus experiencias previas y

su relación con el ambiente. En esta medida el ser humano puede verse

como un ser activo y principal actor en el proceso de construcción de su

propio aprendizaje.

Ausubel (1986), por su parte, en su teoría de aprendizaje significativo

refiere la no arbitrariedad para el aprendizaje y, en esta medida, se observa

la analogía espontánea que debe hacer el aprendiz entre los conocimientos


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ya adquiridos y los nuevos. Perfila, de esta manera, la relevancia de su teoría

el destacar su carácter cognitivo en tanto que asigna especial importancia al

conocimiento y la integración de nuevos contenidos a través de la

interactividad docente – alumno; alumno – alumno y alumno – medio

ambiente. Esto permite que el alumno desarrolle su objetividad a la hora de

relacionar conocimientos nuevos con los ya existentes para el logro de una

aprendizaje más efectivo, en tanto que conduce al individuo a ir siempre más

allá de la pasividad de los procesos y a lograr un aprendizaje significativo.

Otro de los teóricos preocupados por el aprendizaje es Vigotsky

(1979) quien alude que todo niño al llegar a la etapa escolar, ya tiene

conocimientos importantes para la adquisición de los aprendizajes que

afianzará más adelante. Partiendo de ello, refiere la presencia de tres niveles

básicos para el aprendizaje.

El nivel evolutivo real se corresponde con el nivel de maduración que

tiene el niño en su estructura cognitiva y que lo lleva hacia una actuación por

sí mismo, lo que le permite que se convierta en actor independiente,

protagónico y activo de su propio aprendizaje. En este nivel juega un papel

importante el medio que le rodea, ya que ayudará al niño en la

reconstrucción permanente de su conocimiento. Un segundo nivel lo

denomina Nivel de desarrollo potencial, en el que el individuo necesita de un

mediador para su aprendizaje; realiza sus funciones con ayuda de otros. El

individuo ha alcanzado de manera fraccionada su desarrollo cognitivo por lo

que presenta dificultad a la hora de asimilar y transformar el conocimiento.


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Finalmente, la Zona de desarrollo próximo, refiere a las funciones que

se encuentran en el punto central de la estructura cognitiva, en un punto de

transición entre un nivel y otro, porque se trata de elementos que aún no han

madurado, pero que están cumpliendo con ese proceso. La visión cognitiva

puede observarse en el gráfico 3.

Gráfico 3

Bruner Descubrir
MIRADAS COGNITIVAS

Piaget Construir

Ausubel significativo

Vigostki Aprendizaje sociocultural

CONOCIMIENTO TALENTO HUMANO

FUENTE: Valera, D. (2004)


Miradas cognitivas

Las posturas abordadas para el aprendizaje han tenido gran influencia

en la educación, en tanto que son ideas orientadoras de estudios del

complejo proceso de aprendizaje del individuo y el funcionamiento del

organismo humano, desde su etapa de conformación física y mental hasta

llegar a la constitución de ser una persona pensante, creativa y proactiva.

Siguiendo estas teorías, es decir, que desde las primeras etapas del

proceso educativo hasta la adolescencia, el individuo está presto para

desarrollar un aprendizaje óptimo siempre y cuando, se le brinde la


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oportunidad de un ambiente placentero fundado en el amor a su aprendizaje

y apegado a la idea de ser una persona para la práctica de la libertad, la

confianza y la construcción de nuevos conocimientos.

El juego y la experiencia de la lectura.

El juego cumple sólo cumple el objetivo que


le es propio cuando el jugador se abandona
del todo al juego.

Gadamer.

Una de las necesidades que presenta el ser humano desde su

nacimiento, es el juego. A través de él, es capaz de experimentar formas de

placer que lo preparan, a través de la diversión, para desarrollar acciones

espontáneas o normativas, en el campo del lenguaje y para enfrentar

responsabilidades de cualquier índole. Desde esta perspectiva, el juego

puede concebirse como una actividad que refleja doble alternativa:

primeramente, implica motivo de goce, placer, disfrute y, a la vez, es una

actividad que requiere pautas o normas que deben ser respetadas por los

jugadores, quienes por lo general, son quienes las imponen. Se trata de que

en el niño se desarrolle el equilibrio necesario entre estas dos posibilidades y

que se constituyan en un equilibrio emocional en la vida de la persona.

Señala Piaget (1978,p.65), que “los juegos constituyen verdaderos

ejercicios de preparación para la vida, con los que pueden medir y expresar
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sus posibilidades, descubrirse a sí mismos y descubrir a los demás”. Se

entiende entonces la importancia del juego para la formación del niño, pues

es un factor estimulador, motivante, que permite a los individuos adquirir y

desarrollar aprendizajes a través de nuevas experiencias lúdicas

motivacionales. En virtud de esto, Díaz Barriga (2000,p.38) expresa:

Uno de los propósitos centrales de la formación que reciben los


niños y jóvenes en las instituciones escolares es desarrollar el
gusto y hábito del estudio independiente y, en este sentido se
espera que la motivación de alumnos se centre en lo placentero
que resulta adquirir conocimientos válidos que les permita explicar
y actuar en el mundo en el que viven

Es importante entonces, buscar elementos que propicien la motivación

en los estudiantes y, el juego, ejerce un papel de agente motivador por

cuanto posibilita la formación de un carácter alegre, dinámico, positivo y

desarrolla el sentido de responsabilidad para enfrentar situaciones. Tanto el

niño como el joven, permanentemente ejecutan juegos de diversa índole. Por

ello es importante canalizar esa inquietud con la finalidad de aprovechar su

capacidad creativa y, conducirla con un fin educativo y de manera especial,

poder inclinarla hacia el desarrollo de una creación artística.

En el área de estudio, el texto literario puede ser abordado a través

de juegos lingüísticos y del desarrollo de prácticas de lectura que estimulan

el placer por el descubrimiento, facilita el acercamiento al texto y, a la vez, va

facilitando el hábito hacia la lectura. En función de esto, Jolibert (1997),


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presenta estrategias encaminadas a la formación de niños y jóvenes

lectores, que se constituyen en juegos

Es interesante considerar, que cuando el niño o el joven juega, lo

hace para divertirse, para sentir placer por lo que está haciendo; desde esta

visión, puede señalarse que cuando ejecuta un juego con la palabra, no hace

conciencia de que está leyendo, tampoco piensa que está jugando;

solamente se concentra en jugar, y ésto, en cierta medida permite su

incorporación, paso a paso, en el acto de la lectura.

Señala Schiller (1981,p.92), que “el hombre solamente juega cuando,

en el sentido completo de la palabra, es hombre y solamente es hombre

completo cuando juega”; puede pensarse con este autor, que juego y hombre

forman un ente que no puede estar desligado uno del otro. Por ello, juego y

hombre se complementan en un mismo espacio -que llevado al plano de la

escuela vale decir, alumno y juego- para establecer juegos con la lectura

que permitan que el alumno se introduzca en el ámbito creado, inventado por

los jugadores para establecer normas y buscar los infinitos sentidos que

aporta el lenguaje al ser humano a través de la lectura.


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La lectura: ventana abierta al conocimiento y a la conciencia sobre el


mundo.

La lectura es una forma de felicidad que


tenemos los hombres.

Andricaín.

La educación es una función natural y universal de la humanidad por

tanto forma parte de la complejidad en la que están insertos los elementos

fundamentales conducentes al alcance de los conocimiento. Dentro de este

ámbito de complejidad, la educación está llamada a buscar formas

novedosas para comprender y reflexionar acerca del conocimiento y del

saber indagador para hacer del hombre, como lo señala Fraca (2003), un

ciudadano consciente, que se reconoce a sí mismo; capaz de reconocer al

otro, toda vez que el pensamiento nos identifica como especie.

Dentro de las nuevas formas de aprender, reflexionar y descubrir

elementos del unive rso, la lectura abre una doble perspectiva de asunción:

por un lado permite abordar el universo desde el sentido amoroso y el placer

estético de la palabra y, por el otro, pensar, reflexionar ese universo desde

una perspectiva crítica. Bravo (1999) refiere el acto de la lectura desde esta

doble perspectiva; es por un lado camino hacia el conocimiento y, por el

otro, una experiencia estética como un acto de goce.

El lector se ubica frente a esta doble perspectiva de la lectura y

entonces podría explorar, curiosear, conocer y saborear el placer de


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reconocer que la lectura le aporta posibilidades nuevas de acceder al mundo.

Ver gráfico 4

Gráfico Nº 4

CONOCIMIENTO HUMANO

COMPRENSION GOCE
Conciencia
ü Pensar ü
ü Reflexionar crítica ü
Deleitarse
Saborear
ü Criticar ü Conocer
ü Comprender ü Curiosear
ü Agudizar ü Descubrir
ü Experimentar
ESPACIO PRIVADO ü Extremeserse.

FUENTE: Valera, D. (2004)


Lectura

Podría en palabras de Bravo (1999, p.104), experimentar el goce y la

comprensión. “Cuando goce y comprensión se unen, la lectura alcanza su

máxima posibilidad. Posibilidad que también crea formas del viaje: la de la

comprensión que sorpresivamente nos produce goce: la del goce que

silenciosamente nos produce comprensión”.

La práctica de lectura, tal como la conocemos es propio de la

Modernidad, y su aprendizaje representa, tal como lo refiere Golder, C. Y


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Gaonac’h (2002) una de las mayores conquistas de la vida escolar del

alumno. Comienza su verdadero valor aproximadamente, hace 500 años,

con el invento de la Imprenta. Anterior a esta época, históricamente se

reconocía el valor de la lectura; en los reinados por ejemplo, ésta era una

tarea que estaba bajo la responsabilidad de los guardianes, quienes debían

leer para informar a los Reyes. Por su parte, la gran masa de la sociedad

tampoco leía, estaba aislada de esta actividad por lo que existía un marcado

carácter de dependencia. Este hecho establecía una vida de obediencia. La

gran masa de la sociedad estaba dedicada eminentemente a obedecer los

dictámenes del Rey.

Con la valoración de la lectura comienza la valoración del hombre por

sí mismo. Fraca (2003, p. 29) señala lo siguiente:

El ser de lo humano no radica en una sola característica, sino en


un conjunto de facultades que definen la especie. Entonces, el
vivir de lo humano tiene su origen en el intercambio lingüístico con
los otros, en las formas de representación y en la
intersubjetividad, en el cuidado mutuo mediante el amor y la
emoción, en la enseñanza y el aprendizaje de una cultura y una
historia y por sobre todo, en la toma de conciencia de que somos
lo que somos y de permitir que esa convivencia constituya el ser y
el sentido de la humanidad.

Junto con la necesidad de la lectura se inicia el desarrollo de su

pensamiento, de su capacidad de interpretación del mundo; el ser humano

puede establecer procesos inferenciales y comenzar a establecer diferencias

con respecto a los otros, a preguntarse por los hechos del universo, a

reconocerse a sí mismo y, por ende, a convertirse en ciudadano.


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El hombre que lee adquiere prestigio social por cuanto la lectura tiene

la virtud de transformar la vida de las personas, en tanto que amplía su

capacidad de percepción y de crear analogías; permite al lector, explora el

mundo a través de las palabras, se le abre la oportunidad de expandir su

pensamiento, aceptar o negar, despierta a la vida con un nuevo criterio, el de

sentirse vivo, el de tener la libertad de dudar sobre las cosas tal como lo

señala Bravo (1999, p.141) cuando señala:

La tesis Kantiana abre la posibilidad de la conciencia crítica y de la


libertad... la autoreflexividad, concebida por algunos como el juego
de la doble ironía, consiste en poner en duda las certezas y
verdades sobre el objeto, tal como lo señalara la duda cartesiana a
la par de poner en duda el lenguaje que nombra esas certezas y
esas verdades.

En fin el hombre que lee se transforma en un ciudadano y puede

contribuir con la transformación de los otros en lo que para él significa, un

mundo nuevo.

El mundo de la lectura descubre al ser humano un mundo inimaginado

de posibilidades puesto que también abre el espacio de la reflexión y,

entonces, el hombre se da cuenta que la vida no es situarse a ver cómo

suceden las cosas. Es ir más allá, detenerse, preguntarse por los hechos,

interrogarse a sí mismo y a los otros. Por ello, el lector establece una

separación, una detención en su vida y crea un espacio para la diferencia;

esto es, puede apartarse del entorno al que ha pertenecido que es el entorno
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de las masas, observar, evaluar, y desde su capacidad crítica, tomar

decisiones que beneficien a los otros, a los no lectores.

Según Bravo, (1999) la lectura aporta “el lugar para la conciencia

crítica, pues por medio de la lectura, se establece una distancia reflexiva que

es capaz de cuestionar la verdad y sus fundamentos”. El hombre lector

alcanza en su hacer una forma de salvación ante lo castrador, opresivo,

mediatizante pues la lectura abre ventanas al pensamiento y desde ahí,

ocurre un nuevo despertar; el de poder aceptar o rechazar; el poder del

discernimiento que logra su funcionalidad en la conciencia crítica.

Se adquiere el poder de tomar la decisión de transformar ese entorno

pues ha descubierto un espacio que ahora está enmarcado en la amplitud de

su pensamiento y que le permite establecer distancias y analogías. Pero

esto, sólo lo logra desde la separación, desde ese espacio privado que ha

alcanzado y que parafraseando a Virginia Woolf, sería, una habitación

propia. Refieren Golder Y Gaonac’h (2002) que la lectura forma un

pensamiento claro, organizado y dueño de sí mismo. Este pensamiento es

ese espacio de lo privado, de la subjetividad, de lo impenetrable, de su

interioridad. Con el descubrimiento de su pensamiento, descubre que este

ámbito no es otro que el de sí mismo: el espacio de su conciencia o de la

afirmación de su ser.

Provee al hombre la capacidad de descubrir el sentido de las cosas,

pues sin éste, el hombre no puede vivir; por ello la lectura ”no es sino la

manifestación de la posibilidad misma del sentido”. Pero no sólo es alcance


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de sentido, de conocimiento, sino descubrimiento de una vía para alcanzar la

profundización de lo que esconde el sentido.

Es el acceso a oculto, lo escondido, lo entramado, lo enredado; a

entrar en los intersticios de las páginas para explorar el mundo detrás de las

letras que están ante los ojos, sentir el placer del hallazgo estético; es,

parafraseando a Kant realizar la lectura como “el ejercicio puro de la facultad

de sentir”.

Leer es, pues, pasearse por las páginas de los libros llevados de la

mano del placer de ir descubriendo el sentido y el sin sentido, penetrar el

espacio de lo privado de los libros para crear un espacio propio, interrogar la

profundidad del texto y viajar por los caminos diseñados por el escritor,

descubrir universos, eliminar máscaras, dialogar con el escritor y hacer de

esta experiencia una forma de vida.

Paso a paso en el acto lector.

Lo que atrae la atención del niño es el interés


adulto por los libros, su deseo real, su placer
real.

Michèle Petit

Si bien el proceso de la lectura es un camino que se recorre durante

toda la vida, puede pensarse en la posibilidad de tres momentos o niveles

de competencias por los que pasa el individuo con relación a esta actividad y

que previo a la explicación, el gráfico 5 ofrece su visualización. Un primer


54

nivel que se corresponde con el primer encuentro del niño con la palabra

escrita. El niño quiere leer todo lo que ve e interroga lo que le rodea, en fin,

explorar todo lo que percibe.

Gráfico 5

NIVELES

Disciplina escolar
Encuentro Sensibilidad
ü Cultura
general
ü Exploración ü Conocimiento
ü Elucubración especializado
Conocimiento
ü Espontaneidad

Poesía
Ambigüedades - Indeterminaciones Literatura Experiencia
estética.

Forma de plenitud

NIÑO Ingenio / imaginario Conocimiento real

Nombra Acto placentero


un mundo

FUENTE: Valera, D. (2004)


Niveles de lectura

Es el momento en que simula leer, lee todo tipo de información y se

observa desde que el niño comienza a manifestar estas inquietudes hasta la

edad en la que descifra y adquiere información.

Un segundo momento que se propone la búsqueda del conocimiento

enmarcado en la disciplina que le brinda la escolaridad. En este nivel, el


55

individuo lee en busca de una cultura general y de un conocimiento

especializado. Así, por ejemplo, el profesional se inclina única y

exclusivamente hacia la indagación y disciplina de un área de trabajo o

especialidad.

Finalmente, hay un tercer momento o nivel que se vislumbra como el

plano de hacer del entorno educativo el más placentero y emotivo de los

hechos que orientan al ser humano; es el momento de la sensibilidad. A

través de la sensibilidad se puede acceder al conocimiento por medio de la

poesía y la experiencia estética. En este sentido, es posible ver el texto

desde esa otra vertiente, que se encuentra expresada en él; es el juego de

las indeterminaciones y de las ambigüedades cuyos efectos son de tipo

literario y en el que es capaz de verse la palabra escrita como la posibilidad

de acceder al mundo; esto es, el acceso a una forma de la plenitud.

Siguiendo estos tres momentos del acto de leer, es posible detenerse

a pensar que el niño en un principio, pareciera tener afianzadas la necesidad

de leer; por ello intente leer todo, pide que le cuenten y que le lean cuentos,

por ello toma un libro y es capaz de percibir allí un mundo que expresa con

sus palabras mientras cree leer. Esto es posible porque el niño tiene intacto

un mundo que quiere nombrar e intenta hacerlo, primero a través de su

lenguaje y, segundo, a través de su imaginario, su ingenio y su capacidad de

fabular con el juego. Esta actitud que se observa en el niño pareciera

perderse a medida que se adentra en los primeros grados de la escolaridad y

es inducido al conocimiento de lo real únicamente, que lo aparta de la


56

curiosidad, la exploración que permitiría hacer de su intento constante de

aprendizaje, un acto placentero.

La lectura brinda conocimiento y placer; representa para el hombre

moderno el instrumento que le permite conocer y reflexionar acerca de los

hechos, las ideas, las cosas que pueblan el universo. Permite al hombre la

ocupación de un lugar propio en el mundo pues amplía su capacidad de

percepción, de descubrimiento y de analogía. Afirma el valor de su propio yo

al traspasar los límites de la escuela y descubrir que su sentido crítico le

permite el acceso a la cultura y a la civilización.

Expresa Jolibert (1997, p.43) que “la vida cotidiana está llena de

ocasiones para leer y nuestro problema es encontrar tiempo para hacerlo

que el de encontrar textos”. No obstante, no es de extrañarse que por desidia

o desconocimiento, suela desecharse la lectura por mecanismos más

inmediatos y menos apropiados.

Si los medios de comunicación se imponen con su efectividad para

recibir y enviar información, responder a algunas necesidades de la vida y

mantener la comunicación, entonces ¿para qué leer?. El ser humano

necesita algo más que ver la lectura como un mecanismo para el proceso de

la comunicación; necesita ver el mundo, percibirlo y hacer de cada acto de la

vida, un acto grande, valioso; esto es, necesita estar frente a la lectura como

frente a un espejo que le muestra su sensibilidad. Logra esto sólo cuando

percibe que la lectura, es un arte que trae la vida a través de la escritura y en

esa medida hace de su formación lectora un proyecto de vida.


57

Literatura: sendero a la sensibilidad.

La sensibilidad, considerada por sí sola y


separada de toda actividad espontánea del
espíritu, no puede sino convertir al hombre...
en materia, pero de ningún modo puede
hacer que se una la materia con él.

Schiller

La literatura funda en el ser humano, el horizonte de la sensibilidad

para percibir el mundo a través de su sentido estético; es reflejo de la

historia de la humanidad por medio de la palabra evocadora, asociativa,

permite dar vida y crear universos infinitos en los que el ser humano puede

habitar. Abordar la literatura es estar en contacto con el milagro de la

palabra, pues ella marca la dimensión de lo real y lo ficticio; de lo extraño, lo

desconocido, lo misterioso que se instaura en él para producir un efecto

apasionante de placer o de rechazo.

Se suele distinguir entre conocimiento objetivo (cuya máxima

expresión sería la conciencia clásica) y el conocimiento sensible (cuya

máxima expresión sería la experiencia estética). Sin embargo, existen

múltiples y complejos aros comunicantes entre los dos tipos de conocimiento

en la historia del saber; uno y otro son complementarios. Ya Locke, citado

por Fryec (1988,p.38), señalaba que “nada existe en el intelecto que no haya

existido antes en los sentidos”. A través de ellos, es posible percibir

entonces, elementos de la naturaleza, sensaciones y emociones propias y

ajenas, valores sociales y humanos. El docente debe estar atento a la


58

expresión de los sentido como manifestación de un hecho natural, que pone

al descubierto a través de la evocación o la asociación, lo que el entorno le

ofrece y que es presentada por la palabra literaria. En torno a este

señalamiento, Palacios (1987, p.130) lo siguiente lo siguiente:

Para los que trabajamos como docentes de literatura y a veces nos


vemos en la necesidad de dar algunas clases de literatura
venezolana, es importante no perder de vista que es la literatura la
que nos enseña. Que es ella la que sabe en verdad algo sobre
literatura venezolana, y no nosotros. En efecto, la que tiene algo
que revelar, la que puede educar algo en nosotros es la literatura y
no las ideas ya hechas sobre ellas.

El señalamiento de la autora en torno a la literatura venezolana, puede

tomarse para todos los espacios donde la literatura habita. Ella brinda al ser

a la persona la posibilidad de descubrir que la vida se desarrolla en la

interioridad del ser y puede ser conquistada por la lectura. Conquistando el

mundo de la lectura que brinda la literatura, el hombre puede habitar su

propio mundo que no es otro, que él mismo. Logra alcanzar entonces, la

riqueza interior reflejada en la expresión de un pensamiento crítico y la

experimentación de sensaciones.

La cultura griega se sitúa con Platón, tal como ha sido estudiado por

Haveloch (1994), en medio de la oralidad y la escritura. Homero es uno de

los primeros en expresar su literatura en función de estructuras de la

oralidad; esta estructura basa su expresión en formas de repetición para lo

cual, la memoria juega un papel importante. En sus inicios, la literatura tenía

como función la enseñanza; así lo expresa Heidegger cuando señala que la


59

literatura y el arte, en general, era un medio para la enseñanza de las cosas,

de los objetos del mundo. Sin embargo, la función primera de la literatura es

por sí misma, la expresión de la belleza, por cuanto, forma parte del arte.

El arte como tal tiene su misión en la búsqueda de la sensibilidad. Al

respecto Bravo (1999), expresa que “el arte ha sido sin duda el lugar de la

manifestación de la belleza y de la armonía, de la búsqueda de la perfección

y de la manifestación de la sensibilidad”. La obra de arte no tiene otra

finalidad, tal como lo señalara Kant (1988), sino la expresión de la belleza a

través de su sentido estético y, en este caso, la literatura va más allá de lo

referencial; su finalidad no radica en ser un medio para mostrar cosas, sino

como dice Heidegger, en dar una enseñanza sobre el mundo pero solamente

revelando su propio mundo, y, para ello, el hombre debe desarrollar su

conciencia crítica en tanto que desoculta la verdad del arte y, atrás de ella,

según la enseñanza de Heidegger, la verdad del mundo, a través de su

sentido transformador.

La literatura establece las bases para el aprendizaje porque desarrolla

la curiosidad, estimula la fantasía y el ingenio en la medida que se convierte

en la relación placer – aprendizaje, disfrute – conocimiento. Por una parte, el

alcance de conocimientos objetivos supone el desarrollo de procesos

cognitivos a través de la instrucción en la que el discernimiento y la

conciencia crítica son metas que supone el aprendizaje. Ver gráfico Nº 6 .


60

Gráfico Nº 6

Sentido ü Obra de Arte Transforma el ser


estético ü Belleza

Conciencia
crítica

ü Creación
ü Asociación
Sensibilidad ü Evocación
ü armonía

Cognición ü Discernimiento

Aprendizaje
ü Entretenimiento
ü Deleite
Placer ü Goce
ü Alegría
ü Disfrute

FUENTE: Valera, D. (2004)


Literatura

Por otro lado, el placer de aprender o el disfrute por aprender explora

como tesoros escondidos, ese sendero de la subjetividad que implica la

alegría, el sentir, la armonía, el entretenimiento, el deleite, el goce con el

encuentro con la palabra escrita. La literatura, siembra en el ser que aprende

las huellas para que haga de su aprendizaje, una aventura fascinante.

Rosenblatt (2002, p.31) expone en torno a la literatura, lo siguiente:

¿Acaso la sustancia de la literatura no es todo lo que los seres


humanos han pensado, sentido o creado? El poema lírico expresa
todo lo que el corazón humano puede sentir,... el novelista despliega
la intrincada red de las relaciones humanas, con sus patrones ocultos
de motivos y emociones... El escritor de cuentos atrapa algún
61

momento significativo, un sentimiento, un esclarecedor choque de


voluntades en la vida de un individuo o de un grupo.

Puede percibirse que la literatura es la fundación del camino hacia el

conocimiento; con un saber distinto al del hombre ágrafo. El hombre lector

como señala Blumenberg (2000) desplaza la experiencia lectora al mundo

para producir una “legibilidad del mundo”. Por ello es importante que el

joven que se inicia en el aprendizaje debe tener como fundamento, el

soporte literario pues así transitará los caminos del imaginario y del placer

estético. En torno al proceso de la lectura y el encuentro con el adolescente,

Rosenblatt (2002, p.52) aprecia lo siguiente:

El adolescente, igual que el lector principiante, necesita encontrarse


con una literatura para la cual posea el equipo intelectual y emocional,
y cuente con la experiencia suficiente. También él debe recurrir a su
experiencia pasada con la vida y con el lenguaje como la materia
prima a partir de la cual modelará la nueva experiencia simbolizada en
la página. El profesor de literatura, entonces, procura ayudar a seres
humanos particulares a descubrir las satisfacciones de la literatura.

Se entiende que la literatura no sólo brinda la posibilidad de un

afianzamiento del imaginario sino que hará del aprendizaje un destino

placentero en tanto que despierta sensibilidad y emotividad en el lector. De

ahí que el docente deba experimentar la sensación de goce, de placer por el

hecho literario, ya que, en esta medida estará la razón de su hacer,

vivenciará el hecho de un trabajo placentero a la vez que puede inducir al


62

conocimiento haciendo que el estudiante establezca analogías entre lo que

lee y lo que experimenta en su medio familiar y su mundo interior.

Puede pensarse entonces en dos actitudes frente a la enseñanza de

la literatura: por un lado, seguir la enseñanza desde la perspectiva de Platón

que tomaba el arte con una razón de moraleja, para enseñar las cosas o

enseñar la literatura siguiendo la pura facultad de sentir, esto es, abordar la

literatura desde la capacidad de reconocer a través de la sensibilidad los

procesos del mundo estético y esto llevaría al individuo a la formación de su

conciencia crítica.

Lectura y Literatura para el sentir y la intelección.

La visión del aprendizaje desde el campo de la psicología y de la

pedagogía, ha facilitado la creación de estrategias que favorecen el hacer del

docente y del alumno en el proceso de lectura y reflexión para el desarrollo

de un pensamiento crítico. Desde el campo literario, se perciben los caminos

para hacer del aprendizaje un hallazgo sensible y más humano.

El ser humano crece aprendiendo de todos los actos de la vida, sin

embargo, ante el proceso lector, nacen constantes interrogantes que

parecieran surgir de manejos que se imponen de la pedagogía tradicional y

de la psicología conductista. En este orden de ideas, las actividades

esenciales provenientes de y para la lectura y la literatura, parecieran

convertirse en señalamientos poco pertinentes, ya que, se percibe su

conducción hacia lo memorístico y mecánico del aprendizaje. Se limita la


63

posibilidad al estudiante para que explore, indague, experimente y se le

induce a que siga patrones, responda, ejecute, efectúe lo que el docente la

indique. Ver gráfico Nº 7

Gráfico 7

Mediador Desarrolla
Estimul
a Propone
Sient Docente

TEXTO

ALUMNO

Universos

ü Evoca ü Crea ü Aprende

ü Explora
ü Asocia

ü Descubre

Encuentro amoroso

FACULTAD DE SENTIR

FUENTE: Valera, D.(2004)


Lectura y literatura

La enseñanza debe estar dada a través de la sensibilidad y no

solamente asumirla como el resultado de una racionalidad. Por ello, es

importante asumir el proceso de enseñanza como la posibilidad de


64

aprehender el mundo a través de los sentidos. La estructura pedagógica

orienta su misión de aprendizaje, por un lado a través del conocer y, por otro,

a través del comprender; para ello tienen dos centros fundamentales que son

la memoria y la automatización. Sin embargo, es posible observar que esta

forma de aprender conduce al individuo hacia un aprendizaje mecanicista

que cae en el olvido y en la formación de un ser que se aleja de lo humano.

El desarrollo de un aprendizaje a través de la sensibilidad, siembra

huellas en el ser humano que se hacen inolvidables. Se plantea que el

aprendizaje que se alcanza por el sendero de la sensibilidad no suponga sólo

un conocer, un comprender, sino que este sea un aprendizaje para toda la

vida. Se puede traer a colación el aprendizaje musical por ejemplo donde el

estudiante de música tiene conocimientos que son innatos y los usa para su

aprendizaje pero su conducción se hace por la vía del sentir música, de

percibir la armonía, esto es, un aprendizaje por la vía de la sensibilidad.

Señala Jolibert, J. (1997) que es leyendo que el ser humano se

convierte en lector. Por ello, el contacto sensible con los elementos que

facilitan el proceso de la lectura y sentir que la literatura es el sendero infinito

hacia el conocimiento, que el ser humano llega a motivarse, a convertirse en

lector y por ende, a apropiarse de las cosas del mundo a través del abordaje

a la palabra escrita.

¿Qué es leer, entonces?, ¿qué implica la actividad de la lectura?,

¿qué supone estar frente a un texto? Y sobre todo, ¿para qué sirve la

lectura?. Esta interrogantes surge del pensamiento moderno que supone la


65

puesta en escena de una práctica reflexiva para la formación de talentos

críticos y creativos.

Leer es sentir que es posible traspasar las fronteras de lo visible y

abordar el mundo con interrogantes que alcanzar inmediatas respuestas.

Leer es sentir que hay claridad de entendimiento, captación de ideas; que

hay identificación, encuentro entre el que lee y el sentido que se encuentra

implícito en el contenido de lo escrito.

El alumno podrá evocar, asociar ideas, descubrir y crear universos.

Por su parte, el docente debe apasionarse con su trabajo, ser el mediador

que facilite ese encuentro para el deleite con el texto, para el descubrimiento,

la curiosidad, estimular la fantasía, el ingenio y para agudizar las

perspectivas. En esa relación, en este encuentro dialógico es posible gestar

el amor a la lectura y a la literatura pues en la medida que el joven encuentre

verdadero sentido a lo que se lee y sienta la libertad que le ofrece el texto,

descubrirá que su encuentro con la palabra escrita, es un encuentro amoroso

con la lectura y con la literatura; un encuentro que se percibe desde su

facultad de sentir.

Pensamiento y lenguaje. Un placer en el texto.

“El lenguaje es la casa del ser”, señala Heiddeger (1969), y es que en

su esencia, el hombre se viste con las palabras y alcanza su humanidad. El

lenguaje cumple en el ser humano una doble función que se despliega, como
66

lo señala Bravo (1988, pp.56-57), en esa forma perfecta de la comunicación

que es el diálogo, y en el hallazgo esencial de la poesía y en esa fundación

de un horizonte para la vida que es el relato.

El lenguaje, cuando escapa al sometimiento de lo verificable y lo


verosímil, muestra como la serpiente, su piel de metamorfosis,
hecha de tropos y figuras. Y el hombre, bañado en esa doble
vertiente del lenguaje, se instala, simultáneamente, en el mundo de
las certezas y verificaciones, y en el ámbito de las metamorfosis y de
lo inesperado.

El hombre, imantado en esa doble posibilidad del lenguaje, se apodera

de la palabra para adentrarse al mundo de la acción comunicativa del mundo

real que permite expresar, comunicar, abstraer, o parara asistir al llamado de

lo no verificable y hacer de todo acto, la creación de un mundo “otro”,

distinto, un mundo que es “campana de resonancia” y al que se aprehende a

través de la sensibilidad: al mundo de la poesía.

Este mundo le permite al ser humano, la posibilidad de indagar y

descubrir para representar, evocar, sentir placer, recitar. La palabra se

concibe entonces como la posibilidad de nombrar la vida desde la

perspectiva del placer pues al decir de Rousseau (1986,p.49) se

corresponde con el lenguaje figurado que fue el primero en nacer:

Los primeros motivos que hicieron hablar al hombre fueron las


pasiones, sus primeas expresiones fueron los tropos. El lenguaje
figurado fue el primero en nacer y el sentido propio fue hallado
posteriormente (...) primero se habló poéticamente y sólo mucho
después se trató de razonar.

Es entonces la palabra placentera y emotiva la que mueve las

inquietudes y el lenguaje en el individuo; de ahí que la palabra literaria


67

primero debe ser disfrutada, vivenciada y , solamente después de esto,

puede ser razonada, reflexionada.

El lenguaje es fundamento del ser humano; sin lenguaje, el hombre es

vacío, oquedad, porque no es pensamiento. Al respecto Cadenas (1989,

p.26) señala que “el lenguaje es inseparable del mundo del hombre. Más

que al campo de la lingüística pertenece, por su lado más hondo, al del

espíritu y al del alma”. Cuando siente que se ha apoderado del lenguaje,

siente entonces que ha adquirido un lugar para habitar; el ser humano

comienza a percibir sensaciones, emociones que serán luces para el

conocimiento que de manera intuitiva las utiliza para afirmarse ante sí y ante

los otros.

El ser humano está hecho de palabras. Con palabras nombra el

universo y se apodera de las cosas. La palabra, por tanto, se convierte en la

prolongación de su pensamiento cuando aflora y se adueña de lo nombrado,

cuando brinda la posibilidad del lenguaje comunicativo; también se hace

ensueño, canto y proporciona felicidad al hombre en esa otra dimensión de

su esencia que es la poesía. Bravo (1999, p.9) expresa:

La palabra como el átomo, contiene en sí el universo. Y contiene


el cielo y el infierno; y el esplendor y la miseria. Por la palabra el
hombre se levanta y mira el cielo para poblarlo de dioses; por ella
designa el mundo con sus horizontes de certezas, y crea la danza
de metamorfosis que brota desde lo imaginario, y desde los
sueños.

La palabra entonces brinda al hombre un universo que se despliega en

múltiples posibilidades que le dan su razón de ser en la vida. Se forma así en


68

un individuo, un pensamiento que es expresión y también esplendor; es

comunicación pero también es evocación. Pensamiento que va acompañado

de abstracciones y analogías; sueños y sentimientos. Indica De Sánchez

(1998, p.497) lo siguiente con respecto al fundamento analógico:

Las analogías verbales son instrumentos que permiten crear e


interpretar relaciones que facilitan el desarrollo del pensamiento
abstracto y son la base para tratar enunciados como las metáfora.
El pensamiento abstracto se logra mediante la elaboración de
relaciones de orden superior; las metáforas son una aplicación del
razonamiento analógico, son relaciones abstractas que demandan
el uso de a imaginación y el lenguaje pintoresco y que expresan
ideas y sentimientos.

El encuentro con el texto, con la palabra a través en su amplio campo

se significaciones, expone la doble bifurcación de sentido real y sentido

metafórico; de apropiación de la palabra para la creación de mundos en los

que es posible habitar y que tal vez son inimaginados o pensados como

inalcanzables, pero que puebla la totalidad del conocimiento humano .

Heidegger (1969, p.23) refiere la conexión del mundo con la palabra:

Únicamente donde haya palabra habrá mundo... Solamente donde


haya mundo, habrá historia. La palabra es un bien, en el sentido de
primogénito de los bienes: lo que significa que la Palabra responde
por, o que asegura que el hombre puede tener historia y ser
histórico. No es la palabra uno de esos instrumentos que están
siempre al alcance de la mano; la palabra es todo un
acontecimiento histórico: el que dispone de la suprema posibilidad
de que el hombre sea.

El hombre que se apodera de la palabra se desprende de esa noción

de límite que implica el desconocimiento y accede a una práctica de la

libertad. Estos señalamientos pueden visualizarse en el gráfico Nº 8.


69

En este orden de ideas entonces, la palabra debe hacerse resonancia en los

espacios de trabajo docente donde profesores y alumnos estén impregnados

Gráfico Nº 8

•Abstracción
Comunicación •Expresión Lenguaje literal
•Comunicación

•Nombrar
LENGUAJE •Afirmar / Negar
PENSAMIENTO
PALABRA
•Apropiarse
•Crear / destruir
No verificable •Representar
•Evocar
• Alma POESIA •recitar
• Pensamiento •Explorar
• Sentimiento Lenguaje figurado
•Sentir placer
• Analogía
• Metáforas
Campana de resonancias

CONOCIMIENTO HUMANO

ALMA PENSAMIENTO SENTIMIENTO

Conciencia

FUENTE: Valera, D. (2004)


Lenguaje y pensamiento

de palabras que enriquezcan sus sentidos, su sensibilidad y su condición de

seres humanos. Para mejor visualización de lo estudiado, se incluye un

cuadro de categorías que refleja en gran medida, lo expuesto. Para ello

véase cuadro 1.
70

Cuadro 1

Sistema de categorías

CATEGORIA PROPIEDADES
Goce, comprensión, pensamiento, reflexión,
Lectura dialogicidad, conocimiento, descubrimiento,
exploración, analogías, predicciones, inferencias.

• Arte, belleza, sensibilidad, armonía,


Literatura sentimiento, creación, asociación, evocación,
aventura, identificación.

• Sensaciones, percepciones, pasiones, placer,


Amor emociones, soñar, elucubraciones y ensueños.

• Libertad, creatividad, valores, equilibrio,


actitudes humanas, buenas relaciones,
Humanismo conciencia, autorrealización y reconocimiento
del otro.

• Discernimiento, pensamiento propio,


Conciencia Crítica conciencia, libertad, claridad de ideas,
relacionarse, talento humano.

• Construir, pensar, motivación, estímulo,


Aprendizaje intelectual, aprender, conocer, actuación,
independencia.

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