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Con razón se puede afirmar que los trabajos históricos anteriores al siglo
XIX son esporádicos, no por falta de profundidad o valoración de lo
apreciado, sino porque toda la investigación y las sugerencias de los
eruditos permanecieron aisladas en su mayor parte, y como éstos no se
asentaron sobre lo conseguido por los pensadores que les precedieron,
puede decirse que carecieron de base para construir nuevos desarrollos
o para reaccionar frente a aquellas (p.185).
El siglo XIX se caracterizó por dar a “luz” las principales ciencias duras y
formales que descollarían en el siglo XX (la física, la química y la biología, la
lógica y sobre todo las matemáticas) y cuyos fundamentos epistémicos se
encuentran en el positivismo (conocimiento a través de los sentidos, la
experimentación y la cuantificación de los fenómenos de la realidad) y en una
concepción del tiempo lineal y evolutivo como un vector (pasado- presente-
futuro; una humanidad que se proyectaba hacia un futuro de avances y
progresos en todos sus ámbitos). No siendo indiferente a todo este contexto, y
a diferencia de los siglos anteriores, en los cuales el conocimiento lingüístico se
sistematizó poco, en un buen trecho del siglo XIX, sobre todo desde la escuela
alemana, las investigaciones lingüísticas se llevaron a cabo desde una
perspectiva diacrónica1. Al respecto, Robbins (1992) afirma:
(…) la verdad es que este siglo fue testigo del desarrollo de nuevos
conceptos, teóricos y metodológicos, en el terreno de la lingüística
histórica y comparada, y también que todos los empeños lingüísticos de
pensadores y estudiosos de esta ciencia se centraron en este aspecto
de la disciplina más que en otros (p.185).
1
G.W.F. Hegel, idealista absoluto, en palabras de Fabio Vélez Uribe (1984, p.162),fue el primer filósofo
que sistematizó, organizò y divulgó desde una perspectiva histórica gran parte de los aportes de la
filosofía hasta la segunda década del siglo XIX. Su influencia fue determinante no sólo en la filosofía,
sino también en áreas o campos como la lingüística, donde la dimensión causal y temporaljugaron un
papel decisivo en su consolidación epistemológica y metodológica. En la siguiente cita, no obstante
algunas palabras y frases “oscuras”, el filósofo alemán para intentar “esclarecer” el concepto de la historia
de la filosofía recurre a la noción de “evolución”: “Para llegar a este conocimiento, no tenemos más
remedio que entrar en algunos conceptos abstractos que son, como tales,conceptos perfectamente
generales y secos. Nos referimos especialmentea los dos criterios de la evolución y lo concreto. Másaún,
podríamos, incluso, resumir lo que aquí interesa en el solocriterio de la evolución, pues si acertamos a ver
claro en él,todo lo demás se desprenderá y deducirá por sí mismo. Elproducto del pensamiento es lo
pensado en general; pero el pensamientoes todavía algo formal, el concepto es ya el pensamientomás
determinado y la idea, finalmente, el pensamientoen su totalidad y determinado como el ser en y para sí.
Porconsiguiente, la idea es lo verdadero y solamente lo verdadero;la naturaleza de la idea
consiste,esencialmente, en desenvolverley en llegar a comprenderse solamente por obra de laevolución,
en llegar a ser lo que es. El que la idea tiene queempezar por hacerse lo que es, podría afirmarse”
Fue Ferdinand de Saussure, quien hacia el último cuarto del siglo XIX,
apartándose de la lingüística histórica y comparada (la escuela neogramàtica
alemana, en especial) y sus correspondientes pilares cognoscitivos e
investigativos, estructura y funda una nueva forma de analizar los diversos
procesos y fenómenos lingüísticos y, muy en especial, una forma sui generis,
hasta el momento no llevada a cabo, de indagar los diversos aspectos de la
lengua. La perspectiva de Saussure tuvo como fundamento epistemológico
para abordar los fenómenos lingüísticos la dimensión sincrónica de los
mismos; es decir, el lingüista ginebrino, consideró, saliéndose de la razón
histórica, los fenómenos lingüísticos y la lengua en un momento dado, en una
perspectiva màs espacial y estructural, a diferencia de lingüistas como Rask,
Grimm y Bopp, según Robbins (1992) los iniciadores de la lingüística histórica y
científica, quienes asumían la lengua como el resultado de trasformaciones de
de sus elementos a lo largo del tiempo (diacronia) Sobre esto, Robert Stam
(1999, p.23) afirma:
2
F. de Saussure: “Notes inédites”, en Cahiers Ferdinand de Saussure, Ginebre, No 12, 1954, p. 58.
de volver a encontrar un terreno firme en el objeto mismo. Pero en
lingüística no aceptamos, en principio, que haya objetos dados, que
haya cosas que sigan existiendo cuando pasamos de un orden de ideas
a otro, y que, por consiguiente, podamos permitirnos considerar “cosas”
en varios órdenes, como si ellas estuviesen dadas por ellas mismas.
3
Sazbón menciona entre las dualidades opositivas más importantes lo articulatorio y lo acústico, el sonido
y el sentido, el individuo y la sociedad, la lengua y el habla, lo inmaterial y la insustancial, lo
paradigmático y lo sintagmático, la identidad y la oposición, lo sincrónico y lo diacrónico (1969, p.10).
nuevo concepto que entra a jugar un papel importante en la propuesta de
Saussure. Se trata de la noción de “valor”4:
4
La noción de “valor” juega un rol determinante no sólo para la lingüística (oposiciones de fonemas, de
lexemas o palabras; el significado del concepto “lengua”, como código potencial, adquiere sentido al
oponerse al concepto “habla”, como posibilidades casi ilimitadas de mensajes en acto), sino también en
otros “lenguajes” con otros tipos de signos (los colores de un semáforo pueden ser pensados como un
código en cuyo interior operan los contrastes a partir de la diferencia entre rojo, para detenerse, y verde,
para seguir).
5
“En realidad como conjunto y estilo mental , las antinomias de Saussure proceden de Hegel a través del
lingüista hegeliano VICTOR HENRY, Antinomieslinguistiques” , nota pie de página (p.10) del Curso de
lingüística general, PROLOGO A LA EDICIÓN ESPAÑOLA, AMADO ALONSO.
límites de la especulación general para entrar en objetos de estudio mucho
más concretos y precisos como los mitos (Levi- Strauss 6), los relatos (Roland
Barthes), y el cine (Metz).
6
Según Robert Stam, Levi Strauss, al comprender que las relaciones de parentesco operaban como un
lenguaje al cual podía aplicársele un análisisantes solo aplicado a aspectos fonológicos, posibilitó el
traslado de la lógica estructural- lingüística a estructuras mentales, sociales y artísticas. Stam continua:
“Levi – Strauss tomo la idea del binarismo como principio organizador de los sistemas fonémicos y la
amplio a la cultura humana en general. Los elementos constituyentes del mito, como los del lenguaje, solo
adquieren significado en relación con otros elementos como los mitos, las prácticas sociales y los códigos
culturales, que únicamente pueden entenderse mediante una serie de oposiciones estructurantes (Stam,
2002, p.129).