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Este documento describe un retiro espiritual para monjas sobre el tema del Bautismo, la Confirmación y la Consagración como formas en que el Espíritu Santo obra en nuestras vidas. Explica que estos sacramentos nos unen a Dios y nos capacitan para vivir según el Espíritu. Luego guía una reflexión personal sobre cómo cada hermana ha experimentado estos dones y cómo pueden vivirlos más plenamente, enfocándose en servir a los demás según su vocación y carisma religioso.
Este documento describe un retiro espiritual para monjas sobre el tema del Bautismo, la Confirmación y la Consagración como formas en que el Espíritu Santo obra en nuestras vidas. Explica que estos sacramentos nos unen a Dios y nos capacitan para vivir según el Espíritu. Luego guía una reflexión personal sobre cómo cada hermana ha experimentado estos dones y cómo pueden vivirlos más plenamente, enfocándose en servir a los demás según su vocación y carisma religioso.
Este documento describe un retiro espiritual para monjas sobre el tema del Bautismo, la Confirmación y la Consagración como formas en que el Espíritu Santo obra en nuestras vidas. Explica que estos sacramentos nos unen a Dios y nos capacitan para vivir según el Espíritu. Luego guía una reflexión personal sobre cómo cada hermana ha experimentado estos dones y cómo pueden vivirlos más plenamente, enfocándose en servir a los demás según su vocación y carisma religioso.
“Bautismo, Confirmación y Consagración: mi Pentecostés” Inicio: Canto al Espíritu Santo Oración Ven, Espíritu Creador, visita las almas de tus fieles y llena de la divina gracia los corazones, que Tú mismo creaste. Tú eres nuestro Consolador, don de Dios Altísimo, fuente viva, fuego, caridad y espiritual unción. Tú derramas sobre nosotros los siete dones; Tu, el dedo de la mano de Dios; Tú, el prometido del Padre; Tú, que pones en nuestros labios los tesoros de tu palabra. Enciende con tu luz nuestros sentidos; infunde tu amor en nuestros corazones; y, con tu perpetuo auxilio, fortalece nuestra débil carne. Aleja de nosotros al enemigo, danos pronto la paz, sé Tú mismo nuestro guía, y puestos bajo tu dirección, evitaremos todo lo nocivo. Por Ti conozcamos al Padre, y también al Hijo; y que en Ti, Espíritu de entrambos, creamos en todo tiempo. Gloria a Dios Padre, y al Hijo que resucitó, y al Espíritu Consolador, por los siglos infinitos. Amén. Meditación Lectura bíblica. Leer Hechos de los Apóstoles 2, 1-11 Orientación meditativa En el día de Pentecostés los apóstoles recibieron el Espíritu Santo, y desde ese momento quedó constituida la Iglesia y todos ellos incorporados a la misma, siendo los primeros. Ellos fueron los primeros en vivir una vida en el Espíritu, aquel baño en lenguas fuego hizo que aquellos hombres y mujeres, salieran de sí, fueran sin miedo por el mundo, anunciando el Evangelio y bautizando a todas las gentes. Esa misma vida en el Espíritu nos fue transmitida a nosotros el día de nuestro Bautismo, el cual no solo purifica de todos los pecados, sino que nos hace una creatura nueva, hijos de Dios participes de la naturaleza divina, miembros de Cristo, coherederos con Él y templos del Espíritu Santo. La Trinidad nos da la gracia santificante que: Nos hace capaces de creer en Dios, de esperar en Él y de amarlo Nos concede vivir y obrar bajo la moción del Espíritu Santo mediante sus Dones Nos permite crecer en el bien Toda nuestra vida en el Espíritu parte de nuestro Bautismo. El cual por medio de la Confirmación adquiere crecimiento y profundidad, es con la Confirmación donde el Espíritu Santo como en Pentecostés: Nos introduce más profundamente en la filiación divina que nos hace decir Abbá, Padre Nos une más firmemente a Cristo Aumenta en nosotros los dones del Espíritu Santo Hace más perfecto nuestro vínculo con la Iglesia Nos concede una fuerza especial para difundir y defender la fe mediante la Palabra y las Obras como Verdaderos testigos de Cristo, para confesar valientemente el nombre de Cristo y para no sentir jamás vergüenza de la Cruz Ahora bien, podríamos quedarnos con esta parte para meditar, pero tú además de haber recibido estos dos sacramentos elegiste para vivir, la vida en el Espíritu la vocación a la vida consagrada. Y qué es la vida consagrada, sino una entrega al servicio de Dios en la construcción del Reino, mediante el carisma que tu decidiste vivir. Y qué es un carisma, sino una gracia del Espíritu Santo que tiene utilidad eclesial, que edifica la Iglesia, a los hombres y a las necesidades del Mundo. El carisma fue recibido por los Apóstoles en Pentecostés, tu recibiste la invitación a vivir un carisma que fue dado a tu Fundadora por el mismo Espíritu Santo. Todo esto nos hace reflexionar en todo lo que Dios te ha dado para que vivas según el Espíritu Santo: Bautismo, Confirmación y Consagración de Vida. Estos tres momentos de tu Historia de Salvación, son los que Dios te ha mostrado para crear una atmósfera donde busques la Santidad. Ha llegado el momento de la reflexión personal. Y ser sincero con uno mismo. Pensemos en todos estos momentos de nuestra vida, son 3 fechas importantes, porque son tú Pentecostés, pero pude ser que no los recuerdes, o bien nunca te hayas detenido a pensar cuando fueron, y que es lo que te otorga cada uno de esos momentos. 1. ¿Cuándo me bautizaron? ¿Creo en Dios, espero en Él, lo amo? 2. ¿Conozco cuáles son los dones que Dios me dio, los pongo en práctica, los comparto con la comunidad? 3. ¿Vivo y Obro bajo la guía del Espíritu Santo o más bien busco mis intereses? ¿Busco la asistencia del Espíritu en mi vida? 4. ¿Qué tanto he crecido en el bien desde mi bautizo hasta el día de hoy? 5. ¿Valoro mi confirmación? ¿Cuándo me confirmaron? 6. La confirmación me hace ser Hijo de Dios, ¿lo siento mi Padre, o es más bien un patrón? 7. ¿Qué tanto me he unido a Cristo? ¿Lo sigo a él o sigo sus obras? 8. ¿Invoco al Espíritu Santo con frecuencia, o sólo a veces? ¿busco y pido sus dones? 9. El Espíritu me hace ser parte de la Iglesia ¿Me siento parte de ella? ¿Me siento parte de mi comunidad religiosa? ¿Cómo puedo vincularme a ella si no me siento parte? 10. ¿Difundo y defiendo la fe o me quedo callado cuando la atacan? 11. ¿Mis obras están guiadas por el Espíritu? 12. Confieso a Cristo en todo momento y lugar a pesar de las circunstancias 13. ¿Cómo es mi relación con el Espíritu Santo? 14. ¿Vivo el Carisma que he elegido bajo mi consagración? 15. ¿Hago lo que le agrada a mi Padre? Partiendo del Carisma del Instituto “Las Misioneras Guadalupanas de Orizaba, llamadas por el Espíritu Santo a evangelizar al pueblo pobre, mostrando con alegría el rostro materno de Dios a la manera de Santa María de Guadalupe” 1. ¿Cómo vives este carisma? 2. ¿Evangelizas al pueblo Pobre, o tienes preferencias por una clase social? 3. ¿Muestras el rostro materno de Dios a la manera de María de Guadalupe? Por último ¿Vives y desarrollas tu vida ordinaría según el Espíritu Santo o vives y desarrollas tu vida según tus propias fuerzas, motivaciones, bienes, gustos como si no fueras bautizada, confirmada y consagrada?