Está en la página 1de 6

Facultad de Ciencias e Ingeniería

Tercer Período

Materia:

Ética de las Profesiones ARQ/ING

Profesor:

Edell Rubén Escalante Martínez

Estudiante:

Katherine Rowena Candelier Figuereo

Matrícula/ ID:

2016-6417 / 10130771

Tema:

Ensayo 3: “El sujeto de la Ética: la persona humana”

Fecha de entrega:

17 de junio del 2020


Descubriendo mi persona: “La esencia de mi ser”
La palabra persona procede del vocablo del latín persōna, observado en el etrusco phersu,
sobre una posible raíz en el griego prósōpon. En latín, persōna se refiere a sonar con intensidad,
un sonido fuerte que proviene de dentro hacia fuera. En griego, prósōpon hace alusión al uso de
una máscara, principalmente como recurso para la personificación en el marco del teatro. Se
compone de pros, “adelante”, y opos, “rostro”: aquello que se coloca delante del rostro.

Según J.Maraitain: Se es persona en virtud de la espiritualidad, la cual da el sustento último


a la unidad material del ser humano, superando con ello la precariedad que le es sustancial. Y,
conformando así, una unidad real, una unidad material-espiritual.
La persona es una sustancia que tiene por forma sustancial un alma espiritual, y que vive una vida
no sólo biológica e instintiva, sino intelectual y voluntaria.
Para Buber la autotransformación no es una transformación interior, ni un cambio dentro
de uno mismo, es un cambio en el manejo de las relaciones con los demás. Esto se debe a que las
personas no vivimos aislados, sino que vivimos en el constante acto de relacionarnos. Mi identidad
como persona se basa en mis relaciones, Estas relaciones son una parte esencial de lo que soy.
Inevitablemente nos relacionamos con todo el que nos rodea, estas relaciones no son
estrechas, existen por el simple hecho de que compartimos nuestra existencia con otros, Estas
relaciones no demandan todo nuestro ser, son triviales. Pero también hay relaciones que demandan
más de nosotros (familiares) y aquellas que elegimos conscientemente (interpersonales). Buber
resalta que las relaciones se pueden categorizar en dos tipos, relaciones íntimas y estrechas (Yo-
Tú) y las relaciones abiertas y triviales (Yo-Ello).

Las relaciones Yo-Tú son relaciones de cercanía. No trato de entender, no uso, no examino
a la persona con la que me estoy relacionando. Estoy totalmente junto con esa persona, aunque
continuamos siendo dos personas independientes, estamos plenamente el uno con el otro. Esta
cercanía implica todo mi ser. No se toma como una cosa entre cosas ni se compone de cosas, no
está limitado por otras personas, ni existen barreras entre nosotros. No me limito guardando una
parte de mi ser, sino que me entrego completamente y al expresarme completamente me vuelvo
una persona totalmente auténtica. Disfrutamos de nuestra compañía y tenemos una relación mutua.
Mis pensamientos, mis sentimientos, emociones y acciones están contigo y no sobre ti. Tenemos
nuestra relación con un propósito, no tiramos una aventura a ver si funciona la relación, hacemos
que funcione.

Las relaciones Yo-Ello Son relaciones distantes, parciales y fragmentadas. Existen porque
son necesarias para fines prácticos. Me refiero a la otra persona como una cosa, lo considero como
algo que está ahí. Lo manipulo, experimento y exploto. No me entrego completamente, sino que
sólo involucro una parte limitada de mí. Dejamos que estas relaciones fluyan y sean el resultado
de las experiencias. No vivimos de manera plena ni auténtica. Si vemos que no están resultando,
nos deshacemos y las desechamos porque simplemente no las tenemos con un enfoque constante.

En la actualidad vemos como en muchas relaciones las personas son utilizadas como
objetos, son utilizadas para obtener algún beneficio, algún placer, incluso son utilizadas para
aparentar. Estamos acostumbrados a ver parejas felices en las redes sociales, pero si consultamos
con esa pareja en muchas ocasiones no son tan felices como aparentan. Hoy en día es mucho más
fácil tirar a la basura algo que no nos funciona que repararlo, las relaciones (Yo-Ello) no son
excepciones a este pensamiento. Pero a pesar de esto cuando aparece una relación como la que
describe Buber como Yo-Tú estás dispuesto a jugártela y entregarlo todo.

Jacques Maritain expuso que somos personas en cuanto somos espíritu y cuerpo. Se es
individuo porque se existe materialmente, y se es más plenamente individuo, en el caso del ser
humano, porque somos espíritu.

En mi opinión Maritain resalta que hay una gran diferencia entre ser un individuo y entre
ser plenamente individuo. Somos individuos, por el simple hecho de ser seres humanos, por tener
un cuerpo, por ser seres pensantes y tener sentido común. Pero los que nos hace pleno es la esencia
depositada en el cuerpo mediante un espíritu, somos plenos porque nos creó alguien perfecto y
deposita su espíritu en nuestro cuerpo imperfecto.

La individualidad se trata de la condición misma de nuestra existencia. La individualidad


radica, en este primer sentido, en la naturaleza material del hombre. El espíritu termina de
individualizar al hombre. Aunque estamos compuestos por un cuerpo y un espíritu, el hombre no
es un agregado, una yuxtaposición de dos sustancias; el hombre es un todo natural, un ser uno, una
única sustancia.
Esta constitución vertebradora de lo humano integra tanto lo vital-biológico como lo
intelectual-volitivo, siendo este último aspecto el que, emergiendo del anterior, da sentido al existir
del hombre. Le posibilita una vida realmente propia; y aunque condicionada por sus raíces
instintivas no es determinada absolutamente en su libertad, abierta tanto al conocimiento como al
desarrollo de la voluntad.

El realismo maritainiano, por otro lado, no excluye la importancia de la vida sensitiva, pero
intenta darle su lugar en la ordenación hacia una auténtica vida humana.

La unión indisoluble en un mismo ser del individuo y de la persona nos obliga a


considerarlo como lo que es, una realidad compleja y unitaria a la vez. No se puede anular un
aspecto del ser humano para resaltar el otro, no es posible el engrandecer uno de los polos de lo
humano hundiendo el otro, menos cuando ambos son el fundamento constitutivo de la existencia
humana.

Algo que es evidente en el proceso de formación y desarrollo del individuo es el vacío


existencial se manifiesta sobre todo en un estado de fastidio. Con frecuencia el vacío existencial
se presenta de forma enmascarada. A veces la frustración de la voluntad de sentido se compensa
con la voluntad de poder en su expresión más burda: el deseo de tener dinero. En otras ocasiones
el vacío de la voluntad de sentido se llena con la voluntad de placer. Y eso explica que la frustración
existencial suela provocar un desenfreno libidinoso, e incluso que esas pulsiones de la libido se
mezclen con las agresivas.

Desde mi perspectiva, todas las personas tenemos un vacío existencial y se produce una
búsqueda constante para llenar este. Creemos que dicho vacío puede llenarse con bienes
materiales, con muestras de afecto, en resumen, con una perspectiva de éxito. Resulta que cada
persona tiene una convicción diferente de éxito, para muchas personas el éxito es tener una familia
estable, para otros es un negocio personal, para otros obtener un título universitario, etc. Por lo que
no creo que el vacío existencial se llene con metas terrenales o bienes materiales. Este vacío sólo
puede ser llenado por el origen mismo de la creación de aquel que lo posee.

En el escrito “El hombre en busca de sentido” de Viktor Frankl, el autor expone importantes
conceptos que engloban ámbitos y aspectos que influyen en la persona y en la identidad de esta.
Quiero resaltar las ideas más relevantes de estos:
• El sentido de la vida, lo más importante es el significado concreto de la vida de cada
individuo en un momento dado. Cada persona tiene un rol inigualable y particular que
nadie más puede cumplir.
• El sentido del amor, el amor es la única vía que nos permite conocer en su totalidad a otro
ser humano.
• El sentido del sufrimiento, el sufrimiento deja de ser en cierto modo sufrimiento en el
momento en que encuentra un sentido.

Los hechos que parecen quitarle sentido a la vida incluyen no solo el sufrimiento o la angustia,
sino también la muerte. Nunca me cansaré de decir que el único aspecto verdaderamente transitorio
de la vida es lo que hay en ella de potencial.

Cuando creemos en una persona esto impulsa su potencial, le hacemos saber que estamos
consciente de que puede dar mucho más de lo que estamos viendo. Recientemente leí una imagen
que decía lo siguiente: “A veces no necesitamos a alguien que nos arregle, a veces, sólo
necesitamos a alguien que nos quiera, mientras nos arreglamos nosotros mismos”. Pienso que es
mucho más difícil querer a una persona que está “rota” o en proceso de cambio y pensaba que no
tenía sentido querer a alguien así hasta que leí este fragmento del texto de Viktor Frankl: “Por el
acto espiritual del amor se es capaz de ver los trazos y rasgos esenciales en la persona amada; y,
lo que, es más, ver también sus potencias: lo que todavía no se ha revelado, lo que ha de mostrarse.
Todavía más, mediante su amor, la persona que ama posibilita al amado a que manifieste sus
potencias. Al hacerle consciente de lo que puede ser y de lo que puede llegar a ser, logra que esas
potencias se conviertan en realidad.” Al leer este fragmento entendí que el mundo vive envuelto
en un amor mediocre, un amor limitado y que no conlleva sacrificio, entonces me di cuenta, que
realmente a aquello que estamos acostumbrados no debería llamarse amor. El verdadero amor se
hace presente cuando las cosas se ponen difíciles y se quiere tirar la toalla, ahí se decide amar
porque el amar no es un sentimiento es una decisión.

Para concluir, quiero destacar que al final de cuentas tenemos mucho más poder sobre nosotros
del que pensamos. Decidimos quiénes tienen derecho a influir en nuestras emociones y nuestra
personalidad. Siempre había leído que cuando amas a una persona le das el poder de destruirte,
luego de realizar este ensayo, concuerdo con esta verdad. Cuando amamos plenamente nos
descubrimos y entregamos todo nuestro ser, en busca de algo eterno y no pasajero.
Referencias

Buber, Martin. “Texto de apoyo: Yo y tú. Martin Buber” Tomado de PVA:


https://campusvirtual.pucmm.edu.do/moodle/course/view.php?id=13534&section=1

Maritain, Jacques. “Texto de apoyo: Ser individuo, ser persona” Tomado de PVA:
https://campusvirtual.pucmm.edu.do/moodle/course/view.php?id=13534

Frankl, Viktor. “Texto de apoyo: El hombre en busca de sentido” Tomado de PVA:


https://campusvirtual.pucmm.edu.do/moodle/course/view.php?id=13534

Lahav, Ran. “Vídeo: Hacia unas relaciones más plenas ” Tomado de PVA:
https://campusvirtual.pucmm.edu.do/moodle/course/view.php?id=13534

Lahav, Ran. “Vídeo: Hacia unas relaciones más plenas parte 2 ” Tomado de PVA:
https://campusvirtual.pucmm.edu.do/moodle/course/view.php?id=13534

Equipo Editorial. (2019). Para: Etimología origen de la palabra. “Etimología de persona”. Tomado
de: https://etimologia.com/persona/. Consultado: 14 de junio de 2020.

María Estela Raffino. De: Argentina. Para: Concepto.de. “Concepto de Persona” Disponible en:
https://concepto.de/persona-2/. Consultado: 13 de junio de 2020.

También podría gustarte