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Ecos temáticos y teológicos del Día de Expiación

en el libro de Apocalipsis

Christian Varela

Introducción

El Día de Expiación fue la iesta más solemne para el pueblo


de Israel.1 Diversos estudios han examinado esta iesta en relación
con los libros de Daniel,2 Hebreos,3 y Apocalipsis; este último des-
de diversos análisis estructurales.4 Sin embargo, y más allá de eso,

1. Mark F. Rooker airma que este fue el “día más solemne de todos los rituales del
Antiguo Testamento”. En Mark F. Rooker Leviticus, NAC 3A (Nashville: Broadman
& Holman, 2000) 212. Para mayores detalles sobre su importancia en el judaísmo y
en el cristianismo primitivos véase Thomas Hieke y Tobias Nicklas, eds., The Day
of Atonement: Its Interpretations in Early Jewish and Christian Traditions (Leiden: Brill,
2012); Daniel Stökl Ben Ezra, The Impact of Yom Kippur on Early Christianity (Tübin-
gen: Mohr Siebeck, 2003).
2. Gerard F. Hasel,“The ‘Litle Horn’, the Saints, and the Sanctuary in Daniel 8”, en
The Sanctuary and the Atonement: Biblical, Historical, and Theological Studies, ed. Ar-
nold V. Wallenkampf y W. Richard Lesher (Washington, DC: Review & Herald,
1981), 203-207; Ángel M. Rodríguez, “Signiicance of the Cultic Language in Daniel
8:9-14”, en Symposium on Daniel, ed. Frank Holbrook (Washington, DC: Review &
Herald, 1986), 527-549; William Shea, Estudios selectos sobre interpretación profética
(Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1990), 115-122.
3. William Johnson, “The Day of Atonement Allusions”, en Issues in the Book of He-
brews, ed. Frank Holbrook (Hagerstown, MD: Review & Herald, 1989), 105-120; Nor-
man Young, “Where Jesus Has Gone as a Forerunner on Our Behalf” (Hebrews
6:20)”, AUSS 39, no. 2 (2001): 165-174; ídem, “The Day of Dedication or the Day of
Atonement? Old Testament Background to Hebrews 6:19-20 Revised”, AUSS 40,
no. 1 (2002): 61-68; Richard Davidson, “Christ’s Entry ´Within the Veil´ in Hebrews
6:19-20: The Old Testament Background”, AUSS 39, no. 2 (2001): 175-190; ídem, “In-
auguration or Day of Atonement? A Response to Norman Young´s ‘Old Testament
Background to Hebrews 6:19-20 Revised’”, AUSS 40, no. 1 (2002): 69-88; Félix Cortez,
“From the Holy to the Most Holy Place: The Period of Hebrews 9:6-10 and the Day of
Atonement as a Metaphor of Transition”, JBL 125, no. 3 (2006): 527-547.
4. Ranko Stefanovic, “Finding Meaning in the Literary Paterns of Revelation”, JATS
13, no. 1 (2002): 34, 36; Jon Paulien, “The Role of the Hebrew Cultus, Sanctuary, and
Temple in the Plot and Structure of the Book of Revelation”, AUSS 33, no. 2 (1995):
245-264; ídem, “Seals and Trumpets: Some Current Discussions”, en Symposium on
Revelation: Book I, ed. Frank Holbrook (Hagerstown, MD: Review & Herald, 1992),
190-192; Richard Davidson, “Sanctuary Typology”, en Symposium on Revelation:
Book I, ed. Frank Holbrook (Hagerstown, MD: Review & Herald, 1992), 99; William
Shea, “The Cultic Calendar for the Introductory Sanctuary Scenes of Revelation”,
188 “La Palabra que Yo te diga, esa hablarás”

¿hay relaciones temáticas y teológicas en el último libro neotesta-


mentario que demuestran referencias al Día de Expiación?
El propósito de la presente investigación es establecer los
ecos temáticos y teológicos entre el Día de Expiación y el Apoca-
lipsis.5 El artículo está organizado en tres secciones: la primera,
presenta consideraciones importantes de los rituales de la iesta
y su teología; la segunda, analiza las implicaciones literarias del
libro a tener en cuenta para luego examinar cinco pasajes que
presentan vínculos temáticos y teológicos en relación a la iesta
(Ap 11:1, 19; 14:6-7; 15:5-8 y 20:1-2); y la tercera, propone la teología
de la iesta que moldea el libro apocalíptico.

El Día de Expiación: rituales y teología

A continuación se analizan algunos detalles literarios de


Lv 16, la descripción de los principales rituales ejecutados se-
gún este capítulo,6 para luego describir la teología de la iesta.

Estructura literaria de Levítico 16


Levítico es considerado por algunos escritores el centro
teológico del Pentateuco, según lo expresa Hartley airman-
do que “la descripción del Día de Expiación aparece en Lv 16,
el centro del libro de Levítico, el cual es el centro mismo del
Pentateuco. La posición del Día de Expiación en el Pentateu-

JATS 11, no. 1-2 (2000): 120-147.


5. Esta investigación no debatirá el cumplimiento tipológico del juicio investigador o
inauguración del santuario celestial en Ap 4-5. Véase A. Treiyer, La crisis inal en Apo-
calipsis 4 y 5 (Santo Domingo, República Dominicana: Proyecciones Bíblicas, 1998);
ídem, El día de expiación y la puriicación del santuario (Buenos Aires: Asociación Casa
Editora Sudamericana, 1988), 456-567; Ranko Stefanovic, The Background and Mean-
ing of the Sealed Book of Revelation 5 (Disertación doctoral, Andrews University, 1995);
Norman Gulley, “Revelation 4 and 5: Judgment or Inauguration?”, JATS 8, no. 1–2
(1997): 59-81; María Emilia Schaller, “Reciprocidad teológica de Apocalipsis 4-5 y
19:1-10 y su beneicio en la interpretación de Apocalipsis 4-5” (tesis de licenciatura,
Universidad Adventista del Plata, 2004); Joel Turpo, “La inauguración del ministe-
rio de Cristo en el Santuario celestial en el libro de Apocalipsis”, Estrategias 6, no. 2
(2009): 67-76.
6. También se encuentran prescripciones sobre la iesta en las regulaciones del calenda-
rio cúltico hebreo en Lv 23:23, 36; 25:8-12; Nm 29:7-11; Éx 30:10. En Qumran se detalla
en “El rollo del templo”, 11Q19 (25:10-27:10). En la Mišna, Yoma 1:1-8:9.
Cristian Varela, El Día de Expiación en el Apocalipsis 189

co subraya su importancia en la vida de Israel ante Dios”.7 En


esta iesta, como asevera Asmat, el día alcanzaba dimensiones
transcendentes “de forma vertical Dios-hombre/Dios-pueblo
y horizontal desde una perspectiva social hombre-hombre y
santuario-hombre”.8 El presente trabajo adopta una fecha tar-
día para la composición del texto, ya que existen “muchas evi-
dencias que señalan la antigüedad de la observancia de este
día”.9 Con respecto a la composición de Lv 16, Ángel M. Rodrí-
guez explora la estructura literaria del capítulo, evidenciando
su unidad y los principales elementos del ritual del capítulo.10
De esta manera, sugiere una estructura en forma quiásmica,
cuyo centro es la expiación del santuario como solución al pe-
cado (16:16-20).

“Y dijo Yhwh a Moisés”

A Aarón no debía entrar al lugar santísimo en cualquier mo-


mento (16:2).
B Los sacriicios y las vestimentas de Aarón (16:3-4).
C Los sacriicios provistos por el pueblo (16:5).
D El becerro de Aarón, el macho cabrío por Yhwh y otro
para Azazel (16:6-10).
E Aarón sacriica su becerro como ofrenda por el pe-
cado (16:11-14).
F El macho cabrío es sacriicado como ofrenda

7. John E. Hartley, “Day of Atonement”, DOTP, 54. Veáse ídem, Leviticus, WBC 4
(Dallas: Word, 1992), 217; Rolf Rendtorf, “Leviticus 16 als Mite der Tora”, BibInt
11, no. 3-4 (2003): 252-258. Shea resalta la estructura quiásmica del libro airmando
que el “punto de apoyo” entre la sección 1-15 y la 17-25 es el capítulo 16, el cual
es “colocado en el centro del libro por un diseño cuidadoso y teológico”. William
H. Shea, “Literary Form and Theological Function in Leviticus”, en The Seventy
Weeks, Leviticus, and Nature of Prophecy, ed. Frank Holbrook (Washington, DC: Re-
view & Herald, 1986), 168.
8. David Asmat, “El ritual de puriicación-eliminación: Similitudes y diferencias en-
tre los rituales hebreos e hitita”, Theo 30, no. 2 (2015): 169.
9. Hartley, Leviticus, 217-220. Roy Gane propone la antigüedad de la iesta en compa-
ración del festival hitita de Telipinu que data del segundo milenio antes de Cris-
to. En “Schedules for Deities: Macrostructure of Israelite, Babylonian, and Hitite
Sancta Puriication Days”, AUSS 36, no. 2 (1998): 231-244.
10. Ángel M. Rodríguez, “Leviticus 16: Its Literary Structure”, AUSS 34 no. 2 (1996): 283-
284.
190 “La Palabra que Yo te diga, esa hablarás”

por el pecado (16:15).


X Hacer expiación (16:16-20).
F’ El macho cabrío de la comunidad por Azazel es
enviado al desierto (16:20b-22).
E’ Aaron culmina su actividad (16:23-25).
D’ El macho cabrío por Azazel, el becerro de Aarón y el
macho cabrío para la ofrenda por el pecado (16:26-28).
C’ El pueblo descansa y se humilla a sí mismo (16:29-31).
B’ La unción del sacerdote y sus vestimentas especiales (16:32,
33).
A’ El sumo sacerdote hará expiación una vez al año (16:34).

“Y Moisés hizo como Yhwh mandó” (Lv 16:34).

Así, Lv 16 es el eje teológico del Pentateuco, cuya unidad y


coherencia literaria destaca la provisión de Dios en la expiación
del santuario y Su pueblo.

Rituales del Día de Expiación

Levítico 16 inicia recordando lo sucedido con los sacerdotes,


hijos de Aarón, quienes se acercaron a la presencia de Dios de
manera inadecuada profanando el santuario (Lv 10:1-7). De esta
manera, la conexión entre ambos capítulos hará que Yhwh brinde
las instrucciones de los rituales de expiación que involucran al
santuario, al sacerdocio y al pueblo.11

La preparación del pueblo


y el sumo sacerdote
El pueblo de Israel comenzaba la preparación de esta cere-
monia de adoración los días previos con la iesta de las trom-
petas, el primer día del séptimo mes (Lv 23:24). El reposo para
el Día de Expiación debía ser observado de la puesta del sol del
noveno día a la puesta del sol del décimo (Lv 23:32), un “período
de veinticuatro horas de completo descanso” del trabajo secular

11. Jacob Milgrom, Leviticus 1-16, AB 3 (New York: Doubleday, 1991), 1011.
Cristian Varela, El Día de Expiación en el Apocalipsis 191

donde “el pueblo era envuelto en la puriicación del santuario”.12


La observancia de un día libre de labores demostraba la actitud
de adoración, lealtad y obediencia al Creador.
Aquella mañana comenzaba con el sacriicio diario matuti-
no, los ritos del ‫ ָּ ִמיד‬tamid eran ejecutados con ciertas alteracio-
nes, realizándose sacriicios especiales: un carnero, siete corderos
con sus ofrendas de cereales y bebidas (Nm 29:7-11). Gane ob-
serva que estas ofrendas pertenecen a rituales de festivales que
suplementan el holocausto regular.13 El sumo sacerdote debía la-
varse y colocarse las vestimentas especiales ya que ese día sería
el mediador entre Dios y los hombres (Lv 16:4).14 Esta vestimenta
contrasta con la detallada en Éx 28 y Lv 8, dado que “su vestidura
de lino le da gloria y dignidad. Fue similar a la de los otros sacer-
dotes, pero no idéntica”.15

Los rituales de expiación


Una vez ejecutados los holocaustos prescriptos anterior-
mente, se elegían los dos machos cabríos, los cuales tenían fun-
ciones y destinos diferentes, uno sería por Ywhw, el otro por
Azazel. Una vez elegidos, el sumo sacerdote sacriicaba el be-
cerro para expiación propia y la familia sacerdotal (Lv 16:6-7
cf. 4:3-4). Los sacerdotes eran parte integral del santuario, por
lo que al ingerir la carne del sacriicio expiatorio se convertían
en los transportadores del pecado, contaminando el santuario,
asumiendo Dios de esta manera, la responsabilidad del pecado
del ofrendante (Lv 6:17-19, 25-26, 29; 7:6, 7; 10:17 cf. Éx 28:38).16 Por

12. Baruch Levine, “The Book of Leviticus”, ABD, 4:315. Véase Lv 16:31; 23:32; cf. Éx
31:15; 35:2; Lv 23:3; 25:4.
13. Gane, “Schedules for Deities”, 323.
14. Gordon Wenham, The Book of Leviticus, NICOT (Grand Rapids: Eerdmans, 1979),
230, 233; Mark F. Rooker, “The Day of Atonement as a Ritual of Validation for the
High Priest”, en Temple and Worship in Biblical Israel, ed. John Day (London: T&T
Clark, 2004), 342-364; Frank B. Holbrook, The Atoning Priesthood of Jesus Christ
(Berrien Springs, MI: Adventist Theological Society Publications, 1996), 121;
Frank H. Gorman, Divine Presence and Community: A Commentary on the Book of
Leviticus, ITC (Grand Rapids: Eerdmans, 1997), 95.
15. Hartley, “Day of Atonement”, 56; cf. Milgrom, Leviticus 1-16, 1016-1017.
16. Ángel M. Rodríguez, “Transfer of Sin in Leviticus”, en The Seventy Week, Leviticus,
and the Nature of Prophecy, ed. Frank Holbrook (Hagerstown, MD: Review & Her-
ald, 1986), 87; ídem, Substitution in the Hebrew Cultus, AUSDDS 3 (Berrien Springs,
MI: Andrews University Press, 1979), 130-136; Gerhard F. Hasel, “Studies in Bibli-
192 “La Palabra que Yo te diga, esa hablarás”

eso, este sacriicio del becerro y su sangre puriicó y vindicó la


responsabilidad de los pecados asumidos por el sacerdocio du-
rante el año.17
Luego, el sacerdote tomaba las brasas y el incienso para pre-
sentarse con la sangre de este sacriicio en el interior del lugar
santísimo (Lv 16:11-12). El incienso aseguraba una protección al
sumo sacerdote contra el intento de mirar la presencia divina18
como también la certeza de la presencia de Dios en el santísimo
como fue en el Sinaí.19 El incienso también daba la seguridad al
pueblo de que sus oraciones eran aceptadas en el gran día del jui-
cio ante el trono de Dios.20 Dejando el incensario en el santísimo,
rociaba la sangre “al lado oriental del propiciatorio, y con su dedo
esparcirá la sangre siete veces ante el propiciatorio” (Lv 16:14).

El ritual del macho cabrío expiatorio

Realizados los rituales en favor del sacerdocio, el sumo sacer-


dote continuaba con el sacriicio del macho cabrío por Yhwh. La
sangre de este sacriicio expiatorio era asperjada sobre el propi-
ciatorio y el arca del pacto (Lv 16:15). La sangre sobre el propicia-
torio satisfacía la justicia divina de la muerte penal del pecador
y garantizaba la aceptación del pecador arrepentido.21 Los sacri-
icios eran observados como “un don de Dios con el propósito
de restaurar la relación rota entre Dios y el hombre”.22 El israe-
lita, al ofrecer su sacriicio en el tabernáculo, realizaba un acto

cal Atonement I: Continual Sacriice Deilement//Cleasing and Sanctuary”, en The


Sanctuary and the Atonement: Biblical, Historical, and Theological Studies, ed. Arnold
V. Wallemkampf y W. Richard Lesher (Washington, DC: Review & Herald, 1981),
103-106; Roy Gane, Cult and Character: Puriication Oferings, Day of Atonement, and
Theodicy (Winona Lake, IN: Eisenbrauns, 2005), 99-105.
17. Holbrook, The Atoning Priesthood, 125. Rooker argumenta que el ritual de Lv 16 y su re-
lación contextual con Lv 8-10 funcionó como la ocasión en la cual el sumo sacerdote (re)
validaba su oicio por otro año más, en “The Day of Atonement”, 342-364.
18. Wenham, The Book of Leviticus, 231; Treiyer, El día de la expiación, 48.
19. Gorman, Divine Presence and Community, 96.
20. Baruch Levine, Leviticus, JPSTC (Philadelphia: Jewish Publication Society, 1989),
101, 104.
21. Gerhard F. Hasel, “Studies in Biblical Atonement II: The Day of Atonement”, en
The Sanctuary and the Atonement: Biblical, Historical, and Theological Studies, ed. Ar-
nold V. Wallemkampf y W. Richard Lesher (Washington, DC: Review & Herald,
1981), 117; Rodríguez, “Leviticus 16”, 279-281.
22. Hasel, “Studies in Biblical Atonement I”, 89.
Cristian Varela, El Día de Expiación en el Apocalipsis 193

que envuelve un elemento expiatorio experimental y legal23 que


proyectaban proféticamente al Mesías venidero (Is 53; Os 6:6; Sal
50:8-15; 51:18-19; Heb 10:4).
La expiación, según el sistema Levítico, constaba de dos fa-
ses: la expiación diaria al pecador (Lv 4:31, 35; 5:6, 10, 13; 12:6-8;
Nm 8:21), y la expiación anual con la puriicación del santuario (Lv
16:16-20, 33). La primera se realizaba con los sacriicios diarios de
la mañana y de la tarde (Éx 29:38-42), y los traídos voluntariamen-
te por los ofrendantes (Lv 1-7). Así, diariamente, los israelitas que
confesaban sus pecados imponiendo las manos sobre el animal, y
aceptaban la transferencia y sustitución de sus pecados al santua-
rio hasta el Día de Expiación, la segunda fase de la expiación. Estos
sacriicios y la expiación obtenían su relevancia por la manipula-
ción de la sangre, la cual simbolizaba vida (Lv 17:11).24 La sangre
presenta una doble función, de puriicación sobre las personas u
objetos profanados por el pecado y, a la vez, como agente contami-
nador del santuario (Lv 6:24-30; Nm 19:1-10; 35:33-35; 2 S 1:21-22; Is
59:3, 7; Lm 4:14; Sal 106:38).25 Por eso, en primera instancia, limpia
al pecador de su pecado, mientras que por otra, carga ese pecado
al santuario y lo contamina. De esta manera, la contaminación del
santuario se lleva a cabo por los pecados confesados y transferidos
diariamente que luego eran puriicados en esta iesta.26
Mediante la ejecución de los rituales, se realizaba la puriica-
ción del santuario expiándolo de sus impurezas y faltas morales:
ֻ rebeliones desaiantes (‫)פּ ַׁע‬,
impurezas físicas rituales (‫)ט ְמ ָאה‬, ֶ
pecados no desaiables expiables (‫)ח ָּאת‬ ַ y las culpas (‫)עון‬
ָ cometi-
das durante el año (Lv 16:16, 21).27
Según Lv 16, el sumo sacerdote también esparcía sangre so-
bre el altar del incienso (v. 18 cf. Éx 30:10) y luego concluía con el

23. Roy Gane, “Temple and Sacriice”, JATS 10, no. 1-2 (1999): 365.
24. Levine, “The Book of Leviticus”, 4:313.
25. Hasel, quien presenta argumentos pertinentes de la función profanadora de la
sangre en “Studies in Biblical Atonement I”, 94-96. También Treiyer expone varios
estudios donde presenta que la sangre de los sacriicios no siempre puriica, sino
que también contamina. Treiyer, El día de la expiación, 163, nota 111, 171-173.
26. Roy Gane, Cult and Character, 203-209; Shea, “Literary Form and Theological
Function”, 132; Levine, Leviticus, 72; Gorman, Divine Presence and Community, 94.
27. Para mayores detalles sobre la discusión de las faltas morales veáse Gane, Cult and
Character, 285-302.
194 “La Palabra que Yo te diga, esa hablarás”

altar del holocausto (Lv 16:18-19)28 donde los registros de peca-


dos en el altar que los condenaba quedaba limpio y reconsagrado
(Lv 16:19 cf. 8:11, 15; Jer 17:1).29 Gorman airma al respecto que
“la doble manipulación de la sangre releja no solo la necesidad
de puriicar los objetos sagrados, sino también la necesidad de
reconstruir la integridad de lo santo. Las impurezas contaminan
y alteran, los rituales limpian y restauran”.30 De esta manera, la
puriicación se realizaba de manera completa sobre el santuario
en sus tres compartimentos: El Santísimo, el Santo y el Atrio.31

La eliminación de Azazel
Finalizada la puriicación del santuario de los pecados acu-
mulados, continuaba el ritual de expulsión del macho cabrío vivo
Azazel. Este cabrío que se mantuvo con vida sin tener partici-
pación en el ritual de expiación ha sido causa de diversos deba-
tes.32 Aunque no existe un consenso con respecto a la identidad
de este macho cabrío, se debe destacar el antagonismo personal y
funcional presentado en las preposiciones “para Yhwh” y “para
Azazel” o también traducido como “en lugar de Azazel”.33 Esta
antítesis entre Azazel y el Señor presenta un contraste de identi-

28. Wenham, The Book of Leviticus, 232; Clyde M. Woods y Justin Rogers, Leviticus-Num-
bers, The College Press NIV Commentary (Joplin, MO: College Press, 2006), 105.
Rooker, Leviticus, 219; Allen P. Ross, Holiness to the Lord: A Guide to the Exposition of
the Book of Leviticus (Grand Rapids: Baker Academic, 2002), 320.
29. Gane, Cult and Character, 5; Milgrom, Leviticus, 1033, 1037–1038; Gorman, Divine
Presence and Community, 97.
30. Gorman, Divine Presence and Community, 97. (It was writen Ibid)
31. El énfasis de la expiación está puesto sobre el santuario más que en el pueblo.
Baruc Levine airma: “se entendía que la puriicación del santuario se extendía a
las personas para aliviarlos así de sus transgresiones. Sin embargo, ningún ritual
de puriicación se realiza realmente sobre el pueblo, como fue el caso en otras
ocasiones”, en Leviticus, 99; ídem, “The Book of Leviticus”, 4:313. Treiyer también
detalla las diversas interpretaciones de la profanación del santuario. A. Treiyer,
“The Day of Atonement as Related to the Contamination and Puriication of the
Sanctuary”, en Symposium on Daniel ed. Frank Holbrook (Washington, DC: Review
& Herald, 1986), 198-256; ídem, El día de la expiación, 50, 58. Además, Gane, Cult and
Character, 144-162; ídem, “Judgment as Covenant Review”, JATS 8, no. 1-2 (1997):
183-184; Hasel, “Studies in Biblical Atonement I”, 93.
32. Para detalles actuales véase el reciente estudio de David Asmat Chávez en “Iden-
tidad y función del macho cabrío para Azazel según Levítico 16”, Theo 30, no. 1
(2015): 2-37; ídem, “El ritual de puriicación-eliminación”, 168-173; cf. Treiyer, El día
de la expiación, 217-250.
33. Treiyer, El día de expiación, 44-45; Hasel, “Studies in Biblical Atonement II”, 125.
Cristian Varela, El Día de Expiación en el Apocalipsis 195

dad y función, por lo que presenta una correspondencia funcio-


nal entre Cristo y Satanás.34
La peculiaridad del rito ejecutado con Azazel es la acción
simbólica de transferir los pecados al macho cabrío por medio
de la imposición de las manos acompañada por la confesión (Lv
16:21). Debe notarse que la función de este macho cabrío no es
para realizar expiación, por lo que Milgrom pertinentemente de-
clara que no es realmente una ofrenda por el pecado ya que no es
un sacriicio.35 Por eso, debe ser considerado un vehículo “en el
rito de eliminación que libra a Israel de la presencia del pecado”.36
Levítico declara que luego de la confesión y transferencia de
los pecados por parte del sumo sacerdote, el macho cabrío era
llevado a tierra inhabitada “por manos de un hombre destinado
para esto” (Lv 16:21). Este ritual simbolizó la eliminación deiniti-
va de los pecados del pueblo de Yhwh, convirtiéndose Azazel en
el símbolo de la fuente de todo mal.37

La inalización de los rituales

Al inalizar la expulsión de Azazel, los cuerpos del becerro


y del macho cabrío eran quemados fuera del campamento, y la
grasa consumida sobre el altar (Lv 16:25, 27). El sumo sacerdote
se sacaba los vestidos de lino sencillo y se ponía los de lino torci-
do (Éx 39:27-29). Luego, ofrecía su holocausto expiatorio y el del
pueblo (Lv 16:28). El hombre designado para llevar a Azazel de-
bía bañarse y lavar sus vestidos cuando regresaba, al igual que
el encargado que quemaba los animales fuera del campamento
(Lv 16:26).
Finalizada la cremación de los cadáveres, la expiación del
santuario y el pueblo quedaban concluidas; los pecadores eran

34. Asmat, “Identidad y función del macho cabrío”, 34-37; Ángel M. Rodríguez, “The
Sanctuary”, en Handbook of Seventh-day Adventist Theology, ed. Raoul Dederen
(Hagerstown, MD: Review & Herald, 2000), 387; Holbrook, The Atoning Priesthood,
126-128; William Shea, “Azazel in the Pseudepigrapha”, JATS 13, no. 1 (2002): 1-9.
35. Milgrom, Leviticus 1-16, 1018; cf. Gane, Cult and Character, 246-261; Hartley, “The
Day of Atonement”, 59; Hasel, “Studies in Biblical Atonement II”, 121; Shea, “Aza-
zel in the Pseudepigrapha”, 1. N. Kuichi airma que Azazel no debe ser tomado
como una ofrenda de expiación, en The Puriication Ofering in the Priestly Literature,
Its Meaning and Function, JSOTSup 56 (Sheield: Sheield Academic Press, 1987),
145. En cambio para Levine, es una ofrenda por el pecado, en Leviticus, 101.
36. Hasel, “Studies in Biblical Atonement II”, 121-123.
37. Gane, Cult and Character, 261-265.
196 “La Palabra que Yo te diga, esa hablarás”

reconciliados con Dios permaneciendo en completa armonía con


su Creador, Sustentador y Redentor.

Consideraciones teológicas del Día de Expiación

Ante los rituales ejecutados en aquella iesta se pueden seña-


lar las siguientes consideraciones teológicas:
La responsabilidad de presentarse en santa convocación. Varios
términos expresan la importancia de la convocación del pueblo
de Israel en la iesta: pueblo (Lv 16:15, 24[2x]); congregación (v. 5),
asamblea (v. 17) y pueblo de la congregación (v. 33). Levítico 23:27
se reiere a la comunidad del pueblo de Dios congregándose en
“santa convocación” delante del santuario humildemente para
depositar su fe en la sangre expiatoria y la intercesión del sumo
sacerdote.
El reposo del pueblo de Dios. Los textos levíticos enfatizan la
cesación de actividades en ese día (Lv 16:29; 23:28, 30, 31), llamán-
dolo sabbath sabbaton. Todas sus capacidades debían estar puestas
en la obra de su salvación. Nada debía interrumpir la obediencia
y comunión entre los adoradores y su Redentor. El rol del pueblo
aunque era pasivo, evidenciaba una actitud de fe que contribuía
signiicativamente al mérito espiritual de este día”.38 Davidson
airma que la postura de humillación de la palabra hn’ implicaba
sumisión ante Dios, “una actitud y acción”.39
El conlicto entre el bien y el mal. En la elección de los machos
cabríos se presenta una mirada del antagonismo entre el bien y el
mal, entre Yhwh y Satanás.
La conirmación de lealtad. En este día los genuinos adoradores,
que tuvieron una actitud de devoción durante el año, poseían
una noción del pecado y sus consecuencias. Ellos veían la solem-
nidad de ayunar, orar y tener un espíritu de arrepentimiento y
humildad ante Dios, por lo que fueron declarados limpios al ina-
lizar el día (Lv 16:30). Por otro lado, aquellos que no aceptaron el
sistema expiatorio ofrecido por Dios, no vieron la necesidad de la
limpieza total de sus pecados durante este día. En consecuencia,
no humillaron sus almas y, por lo tanto, se expusieron a ser “cor-

38. Hartley, Leviticus, 388.


39. Davidson, “The Good News of Yom Kippur”, JATS 2, no. 2 (1991): 15.
Cristian Varela, El Día de Expiación en el Apocalipsis 197

tados” o destituidos del pueblo y eliminados por el mismo Dios


(Lv 23:29-30). Tal como observa Roy Gane “al in del día hubieron
[Sic] solo dos clases de personas, las limpias y las destruidas, el
destino fue determinado sobre las bases de lealtad a Yhwh a tra-
vés del año y en el día de expiación”.40
El juicio de Dios. Se vislumbran en los ritos de la puriicación
del santuario connotaciones judiciales.41 En aquel día, concluía el
proceso judicial de los israelitas en base a Su disposición de fe a
través de la expiación diaria ofrecida. La sangre derramada en el
santuario era la evidencia de un registro de pecado y también de
sustitución del creyente (Jer 17:1). Se sellaba el veredicto eviden-
ciado en los sacriicios y se recibía la ejecución del juicio. Rodrí-
guez lo resume airmando que “durante ese día ocurría un juicio
que incluía una evaluación de la posible evidencia, un veredicto
y la ejecución del veredicto”.42
La mediación sacerdotal. El ritual envolvía la obra del sumo sa-
cerdote activamente. El pueblo debía estar coniado en la media-
ción sacerdotal, la garantía de que sus sacriicios eran aceptos a
Yhwh. Sin sacerdocio no había manipulación de sangre, sin ella
no había expiación.
La eicacia de la sangre en el proceso expiatorio. Al igual que en los
sacriicios diarios, el rol de la sangre es vital en la iesta. El Día de
Expiación giraba en torno a la expiación del santuario por medio del
sacriicio del macho cabrío por Yhwh. Aquel sacriicio era central, la
efectividad del perdón de los sacriicios diarios era conirmada. La
esperanza del pecador no se hallaba en alguna obra meritoria que
pudiera haber hecho, sino en la sangre puriicadora y sustitutoria
del macho cabrío por Yhwh manipulada por el sumo sacerdote.
La importancia de la Ley de Dios. La sangre derramada sobre
el propiciatorio y frente al arca que contenía los mandamientos
era una clara representación de las exigencias de la Ley de Dios

40. Gane, “Temple and Sacriice”, 375; cf. ídem, “Judgment as Covenant Review”, 184;
Holbrook, The Atoning Priesthood, 129; Hartley, “Day of Atonement”, 59
41. Hasel, “Studies in Biblical Atonement II”, 115, 124; Veáse también Gane, Cult and
Character, 305-309.
42. Ángel M. Rodríguez, Fulgores de gloria (Miami, FL: APIA, 2002), 387. Las Escrituras
no presentan ningún registro donde la condenación haya sido ejecutada con el
castigo de los impenitentes, el israelita recibía la sentencia del juicio, la expiación
deinitiva y completa o la condenación y destrucción.
198 “La Palabra que Yo te diga, esa hablarás”

(Éx 31:18; 40:20). Era la única iesta en la cual este mobiliario del
santuario era utilizado ritualmente. La Ley declaraba la muerte
del pecador, la cual era suplida por la sangre sustituta y expiato-
ria de la ofrenda diaria, y conirmada por el sacriicio del macho
cabrío y la mediación del sumo sacerdote en este día.43 De este
modo, el pecador, al aceptar la sustitución, aceptaba la importan-
cia y las exigencias de la Ley y la justicia divina.
La renovación del pacto. La presencia de Dios en el campamen-
to estaba condicionada a la pureza del Santuario44 y la obediencia
al pacto, es decir, a los diez mandamientos (Éx 20:1-17 cf. Dt 4:13).
En este día, el sumo sacerdote, al acercarse al arca con la sangre
expiatoria, puriicaba la morada de Dios y renovaba el pacto en-
tre Yhwh y Su pueblo. Gane asevera al respecto que “el día de
expiación funcionó como un juicio que revisaba y renovaba la
relación pactual entre Dios y los israelitas. Esta revisión anual del
pacto fue necesaria para continuar la relación divino-humana”.45
De esta manera, al inalizar el Día de Expiación, puriicado el
Santuario, Yhwh conirmaba el pacto y garantizaba Su presencia
por otro año con Su pueblo.46
Extirpación total y deinitiva del pecado. La expulsión de Azazel del
campamento de los santos simbolizó la erradicación completa del
pecado del pueblo de Yhwh. Los rituales muestran la misericordia
de Dios al tratar el problema del pecado, Su gracia dispuesta para
erradicar el mal penal y experimental de la persona. Al inal del día,
los santos se encuentran sin registros de pecado delante de Yhwh.
La vindicación del gobierno de Dios: Teodicea.47 La limpieza del
santuario debe tomarse con claras connotaciones morales.48 El
santuario representa la reputación del nombre de Yhwh, Su ca-
rácter y autoridad (Éx 34:5-7; Sal 111:9; Dt 12:5, 11; Lv 18:21; 19:12;
20:3; 21:6; 22:32; Ez 20:9); 49 es el centro de Su administración, lugar
de Su trono (Jer 17:12; Éx 25:22; Nm 7:89; cf. 1 S 4:4; 2 S 6:2).50 De

43. Rooker, Leviticus, 218.


44. Levine, Leviticus, 99.
45. Gane, “Judgment as Covenant Review”, 188.
46. Wenham, The Book of Leviticus, 228.
47. Gane, Cult and Character, 310-354.
48. Hasel, “Studies in Biblical Atonement I”, 91; Gane, Cult and Character, 17-18.
49. Treiyer, El día de la expiación, 184-185.
50. Gane, Sin temor al juicio (Buenos Aires: ACES, 2006), 45; Levine airma: “The kap-
poret was envisioned as God’s throne and the Ark as His footstool as He sat astride
Cristian Varela, El Día de Expiación en el Apocalipsis 199

esta forma, el simbolismo de la contaminación y la puriicación


del santuario gira en torno a la vindicación del gobierno de Dios.
Gane destaca al respecto lo siguiente:
La profanación que debe ser quitada de un santuario son
metáforas por la responsabilidad que Dios asume cuando
Él perdona a la gente culpable, puriica a los que han sido
impuros, y permite a individuos rebeldes morar entre su
pueblo verdadero hasta que ellos sean juzgados.51

De esta manera, el carácter de Dios, Su justicia y misericordia,


son vistas ante Su pueblo. Dios no tiene nada que ver con el pecado;
la muerte y las injusticias son ajenas a Su carácter. Él se hace res-
ponsable momentáneamente, pero llegado su momento las elimina.

Conclusión parcial
El Pentateuco presenta una estructura concéntrica donde el
Día de Expiación es el corazón del mismo. Los rituales presentan
una realidad en cuanto al trato de Dios con el pecado y los peca-
dores. Aquellos pecados eran transferidos, expiados y luego eli-
minados a través de Azazel, quedando el campamento limpio de
pecados ante su Creador. Yhwh proveyó un día para la limpieza
o la vindicación de Su gobierno. La inmutable Ley moral, el pac-
to, la sangre expiatoria evidenciaba la actitud de los creyentes e
incrédulos donde todo marcaba el punto decisivo para el destino
de ellos. Yhwh por su parte, en base a las evidencias, resolvía un
veredicto sobre Su pueblo y ejecutaba la sentencia para cada uno:
la expiación y la reconciliación o ser cortados del pueblo.

El Día de Expiación en el Apocalipsis

Antes de estudiar los textos, que presentan ciertos ecos temá-


ticos y teológicos entre el Día de Expiación y el Apocalipsis, se
presentaran algunas consideraciones teológicas y literarias para
una adecuada interpretación de los cinco pasajes en estudio.

the cherubs of the kapporet”, en Leviticus, 103.


51. Gane, “Judgment as Covenant Review”, 185.
200 “La Palabra que Yo te diga, esa hablarás”

Consideraciones teológicas y literarias para el


estudio del Día de Expiación en el Apocalipsis

El santuario celestial
El NT describe el ministerio de Cristo en el santuario celes-
tial, un lugar real y no una metáfora o abstracción.52 El autor de
Hebreos reconoce el elemento histórico de la tipología bíblica,
subrayando la realidad literal, espacial y temporal del santuario
(7:22-24; 8:1-5; 9:11, 24), elemento vital para la comprensión del mi-
nisterio sacerdotal en el Apocalipsis.53

El sacerdocio de Cristo
El sacerdocio antiguo cumplía su ministerio en dos fases; (1)
los servicios diarios y (2) el servicio anual. Estos preiguraban la
obra de Cristo en el santuario celestial, “dos aspectos de la me-
diación de Cristo dentro de la historia de la salvación”.54 Por esto,
en relación con el ministerio celestial de Cristo, Daniel observó
el elemento temporal de la puriicación del santuario en Dn 8:14,
aludiendo al Día de Expiación escatológico.55

El Antiguo Testamento en el Apocalipsis

El Apocalipsis presenta una creativa organización de referen-


cias alusivas a los libros veterotestamentarios.56 Es necesario te-
ner en cuenta los antecedentes simbólicos en la reconstrucción del
mensaje de Juan, ya que “incluye un completo entendimiento de

52. Véase Fernando Canale, “Philosophical Foundations and the Biblical Sanctuary”,
AUSS 36, no. 2 (1998): 183-206; Elías Brasil de Souza, “The Heavenly Sanctuary in
the Old Testament: Function and Relationship to Earthly Counteparts” (Disert-
ación doctoral, Andrews University, 2005); Carmelo Martines, “Principios epis-
temológicos para la comprensión de la doctrina del santuario”, DL 11 no. 1 (2011):
1-17.
53. Davidson, “Sanctuary Typology”, 99, 101-104.
54. Rodríguez, “The Sanctuary”, 391.
55. Hasel, “Studies in Biblical Atonement I”, 119; ídem, “The ‘Litle Horn ’”, 194-196,
203-207; Shea, Estudios selectos, 115-122, 140-145; Joel Turpo, “El ´ungimiento del
santísimo´ en Daniel 9:24”, Theo 27, no. 1 (2012): 2-41.
56. Paulien, “The Role of the Hebrew Cultus”, 247.
Cristian Varela, El Día de Expiación en el Apocalipsis 201

la historia, poesía, lenguaje y temas del AT”.57 Paulien, cataloga las


alusiones principalmente en directas y los ecos.58 Él deine los ecos
de la siguiente manera:

El revelador puede hacer “eco” de ideas del AT, cuyo origen no


le concierne. En un eco, no conduce al lector a una fuente antece-
dente especíica; tan solo utiliza un “símbolo vivo” que será com-
prendido de forma general por sus lectores contemporáneos.59

El presente estudio adopta esta deinición para su metodolo-


gía de estudio.

Estructuras literarias del Apocalipsis


y el Día de Expiación

Estudios en Apocalipsis sugieren tres modelos de estructura


literaria que pueden ser observadas para el presente estudio y la
interpretación del mismo en relación con la iesta hebrea.

La estructura de las escenas victoriosas


del templo celestial

Las escenas introductorias propuestas por Kenneth A. Strand


divide el libro en ocho visiones básicas más un prólogo y un epí-
logo. Cada una de las visiones es introducida por una escena
victoriosa en relación al santuario celestial y luego le siguen las
escenas principales de líneas proféticas en el Apocalipsis.60 Esta
estructura conirma los principales temas del libro.61

57. Jon Paulien, “Interpreting Revelation´s Symbolism”, en Symposium on Revelation:


Book I, ed. Frank Holbrook (Hagerstown, MD: Review & Herald, 1992), 80.
58. Ibíd., 73- 85.
59. Ibíd., 86.
60. Strand las presenta en ocho visiones principales basadas en las escenas del santua-
rion. Para mayor información, véase Kenneth A. Strand “The Eight Basic Visions
in the Book of Revelation”, AUSS 25, no. 3 (1987): 107-127; ídem, “The Eight Basic
Visions”, en Symposium on Revelation: Book I, ed. Frank Holbrook (Hagerstown,
MD: Review & Herald, 1992), 35-49; ídem, “Victorious-Introduction Scenes”, en
Symposium on Revelation: Book I, ed. Frank Holbrook (Hagerstown, MD: Review &
Herald, 1992), 51-72. Por otro lado, Paulien y Gulley destacan siete visiones. Pau-
lien, “Seals and Trumpets”, 186-189”; ídem, “The Role of the Hebrew Cultus”, 247-
255; Norman Gulley, “Revelation´s Throne Scenes”, JATS 8, no. 1-2 (1997): 2-39.
61. Strand, “Victorious-Introduction Scenes”, 70.
202 “La Palabra que Yo te diga, esa hablarás”

La estructura de las iestas anuales

Diversos estudios proponen una estructura modelada de


acuerdo a las principales iestas del calendario cúltico hebreo:
Pascua (Ap 1-3), Pentecostés (4-5), las Trompetas (8:2-11:18),62 Día
de Expiación (11:19-22) y Tabernáculos (22:1-5).63 Estos estudios
sugieren una progresión temporal de la profecía,64 comenzando
con el tiempo apostólico y terminando con los últimos eventos y
la parusía,65 viendo la división de la línea profética del libro entre
histórica (1-11) y escatológica (12-22).66

Estructura de los servicios diarios y anuales

Paulien destaca que el libro puede ser estructurado sobre


la “base de las referencias a los sacriicios diarios y anuales del
culto hebreo”.67 Davidson también observa en el libro al servicio
cúltico del tamid descrito Mishnah en el orden establecido por el
segundo templo.68
Estos estudios, a pesar de poseer algunas diicultades a
considerarse,69 presentan una utilidad de la división entre la sec-
ción histórica y escatológica, y la importancia del santuario y sus
servicios en el libro.

62. Juan Pablo Espinoza Arévalo, Una revisión al ciclo litúrgico anual judío en busca de una
correspondencia tipológica para la iesta de las trompetas (Disertación de licenciatura,
Universidad Adventista de Chile, 2010).
63. Para mayor información véase Paulien, “The Role of the Hebrew Cultus”, 245-
264; ídem, “Seals and Trumpets”, 190-192; Stefanovic, “Finding Meaning”, 35-37;
Jacques Doukhan, Secrets of Revelation (Hagerstown, MD: Review & Herald, 2002),
13-14; Shea, “The Cultic Calendar”, 120-147.
64. Davidson, “Sanctuary Typology”, 115. Las estructuras del santuario y sus festivav -
les anuales se complementan y presentan la profecía a través de la historia (histor-
icismo).
65. Ibíd.
66. Gulley, “Revelation´s Throne Scenes”, 29.
67. Paulien, “The Role of the Hebrew Cultus”, 245.
68. Davidson, “Sanctuary Typology”, 113.
69. Véase las críticas realizadas por Alberto Treiyer con respecto a la estructura li-
teraria basada en las iestas cúlticas. En, The Day of Atonement and the Heavenly
Judgment (Siloam Springs, AR: Creation Entreprises International, 1992), 663-672.
Cristian Varela, El Día de Expiación en el Apocalipsis 203

Ecos del Día de Expiación en Apocalipsis

El Día de Expiación en Apocalipsis 11:1-2

Diversos estudios relacionan este pasaje de la medición con


el Día de Expiación,70 presentándose cuatro propuestas de estos
ecos. En primer lugar, Kenneth Strand, halla conexiones a las ins-
trucciones de medir el “templo, el altar y los adoradores” y la de
no medir el atrio con secuencias expiatorias hechas en la iesta.
Strand airma que “el antiguo día de expiación fue una clase de
día de medida inal dentro del año cúltico israelita. Tiene un aura
de juicio inal. En aquel día la separación tomó lugar: los que se
aligieron y los que no”.71
En segundo lugar, Stefanovic, Strand y otros realizan un
estudio intertextual con la visión de restauración de Ez 40-48,72
donde el templo fue medido con el in de ser restaurado. Debe
observarse en la visión de Ezequiel dos alusiones inluyentes
para el entendimiento de Ap 11. Primero, la visión y la medi-
ción fueron dadas en el Día de Expiación (Ez 40:1). Segundo, la
medición involucró tres objetos: el templo (40:3-43:12), el altar
del sacriicio (43:23-27) y el pueblo (44-48:35). De esta manera,
se concluye que la restauración del templo debe “ser entendida
como un nuevo intento de Dios para restaurar su relación con
Israel”.73 Por lo tanto, la medición escatológica implica una di-
visión de los “cristianos genuinos de aquellos que profesan el
cristianismo, pero son apóstatas”.74
En tercer lugar, en la iesta, al expiarse cada una de las par-
tes‒el santuario, el altar y los adoradores‒se efectuaba una res-
tauración de la contaminación provocada por el pecado. De la

70. Kenneth A. Strand, “An Overlooked Old Testament Background to Revelation


11:1”, AUSS 22, no. 3 (1984): 317-325. Rodríguez, “The Sanctuary”, 399; Ranko Ste-
fanovic, Revelation of Jesus Christ (Berrien Springs, MI: Andrews University Press,
2002), 336-340.
71. Strand, “Old Testament Background to Revelation 11:1”, 322.
72. Stefanovic, Revelation, 339. Strand, por su parte, destaca que el motivo principal en
Ezequiel es restauración, mientras que el de Apocalipsis es juicio. En, “Old Testas-
ment Background to Revelation 11:1”, 320-321; cf. Gregory Beale, The Book of Revela-
tion (Grand Rapids: Eerdmans, 1998), 559-565; Robert W. Wall, Revelation, NIBCNT
(Peabody, MA: Hendrickson, 1991), 142, 143.
73. Ibíd.
74. Ibíd., 441.
204 “La Palabra que Yo te diga, esa hablarás”

misma manera, la medición del capítulo 11 implica una restaura-


ción de las verdades escatológicas del santuario celestial, la cruz
expiatoria de Cristo (Heb 13:10) y los ieles adoradores de Su igle-
sia.75 Stefanovic airma que este pasaje hace alusión a la “restau-
ración del santuario celestial y sus servicios con referencia a la
preparación de los santos para la segunda venida de Cristo”,76 a
lo que sigue airmando:

La restauración del santuario, el altar y los adoradores tiene


que ver con el gobierno sobre el universo. Durante la historia
del pecado en esta tierra, el carácter de Dios y el modo de
su trato han estado bajo constante ataque. La restauración
del santuario implica vindicar el carácter de Dios ante el
universo, restaurar su justicia, regencia y establecer el reino.
Esto envuelve la restauración del mensaje del evangelio con
observancia al trabajo expiatorio de Cristo y su justicia como
el único signiicado de salvación.77

En cuarto lugar, Bauckham airma que Dn 8:11-14 es la


base para la descripción de este pasaje de Apocalipsis.78 La
profecía de Dn 8 presenta imágenes y terminologías del san-
tuario israelita referente al Día de Expiación y su cumplimien-
to histórico.79 El “Príncipe de los ejércitos” actuaría al inal
de los 2300 días para poner in a las actividades del cuerno

75. Hans K. LaRondelle sostiene: “La iglesia del tiempo del in debe restaurar esta
adoración dentro del templo celestial, y esta adoración restaurada debe incluir el
altar que estaba dentro del patio de los sacerdotes (uno que estaba dentro de los
patios interiores del templo de Herodes) y que representa el sacriicio expiatorio
de Cristo y su intercesión por nosotros”. En Las profecías del tiempo del in (Buenos
Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1999), 223.
76. Stefanovic, Revelation, 352; cf. Grant R. Osborne, Revelation, BECNT (Grand Rapids:
Baker Academic, 2002), 410. Algunos autores argumentan que el templo menciona-
do aquí hace referencia a la iglesia cristiana. Véase Simon Kistemaker, Revelation,
NTC (Grand Rapids: Baker Books, 2001), 324; Beale, The Book of Revelation, 561-
571; Richard Bauckham, The Climax of Prophecy: Studies on the Book of the Revelation
(Edinburgh: T&T Clark, 1993), 273; Ford Massyngberde, Revelation, AB 38 (New
York, Doubleday, 1975), 177; Robert Mounce, The Book of Revelation (Grand Rapids:
Eerdmans, 1997), 213; Ian Boxall, The Revelation of Saint John, BNTC (Peabody, MA:
Hendrickson, 2006), 161; George E. Ladd, A Commentary of the Revelation of John
(Grand Rapids: Eerdmans, 1972), 135.
77. Stefanovic, Revelation, 353.
78. Bauckham, The Climax of Prophecy, 271, 272. Solo haremos referencia a la importan-
cia que declara el autor para realizar nuestra teología.
79. Véase Hasel, “The ‘Litle Horn’”, 182-193; Gane, Sin temor al juicio, 35-38.
Cristian Varela, El Día de Expiación en el Apocalipsis 205

pequeño y vindicar el gobierno de Dios y Su pueblo por medio


de la puriicación del santuario (Dn 8:13-14). La relación de la
restauración del capítulo 11 se intensiica cuando se estudia a
la luz de las profecías de Daniel.
Las alusiones al Día de Expiación en Ap 11:1-2 presentan
alusiones con Lv 16 con respecto a la realidad del santuario, la
secuencia en los rituales, Dn 8:14 y Ez 40-48.

El Día de Expiación en Apocalipsis 11:19

Apocalipsis 11:19 es un pasaje que puede colocarse como par-


te de las escenas precedentes (las trompetas) y las siguientes (el
tiempo del in),80 y como tal, marca la unión entre la sección his-
tórica y la escatológica.81
Algunos estudios relacionan este pasaje como el comienzo
de la iesta antitípica,82 a lo que Stefanovic airma que Ap 12-22
releja este servicio anual.83 Se destaca en primer lugar, que la vi-
sión focaliza el “arca del pacto” dentro de santuario celestial.84 La
atención es dirigida a la Ley contenida en el arca como base del
juicio de la iesta.85 El arca establece una relación introductoria
entre los mandamientos de Dios y el testimonio de Jesús con la
persecución venidera (12:17; 14:12), predisponiendo al lector para
las visiones siguientes referentes “a la idelidad de su iglesia del
tiempo del in”,86 y una revelación del acto judicial de este tiem-

80. Carlos Olivares, “Análisis estructural de Apocalipsis 12 y 13: En busca de un es-


queleto estructural”, Theo 20, no. 1 (2005): 36.
81. Stefanovic, “Finding Meaning”, 35.
82. Ekkehardt Mueller, “The End Time Remnant in Revelation”, JATS 11, no. 1-2 (2000):
189-190; William Shea, “The Controversy Over the Commandments in the Central
Chiasm of Revelation”, JATS 11, no. 1-2 (2000): 217; Ed Christian y William Shea,
“The Chiastic Structure of Revelation 12:1-15:4: The Great Controversy Vision”,
AUSS 18, no. 3 (2000): 127; Rodríguez, “Sanctuary”, 398; Paulien, “Seals and Trum-
pets”, 189; ídem, “The Role of the Hebrew Cultus”, 253.
83. Stefanovic, “Findindg Meaning”, 36; Shea, “The Cultic Calendar”, 127.
84. Para algunos autores el templo celestial y el arca del pacto son simbólicos, son
referencias a la misma presencia de Dios. Kistemaker, Revelation, 345, 346; Wall,
Revelation, 155-156.
85. Rodríguez, “The Sanctuary”, 398; Shea, “The Controversy Over the Commandments”,
216-231; Laszlo Gallusz, “The Ark of the Covenant in the Cosmic Conlict Vision of the
Book of Revelation”, Theorhema 6, no. 2 (2011): 103-122.
86. Stefanovic, Revelation, 362.
206 “La Palabra que Yo te diga, esa hablarás”

po.87 Shea señala pertinentemente lo siguiente: “Puesto que el día


de expiación ocurría hacia el in de los festivales del año cultico,
es de esperar que el antitípico día de expiación ocurra hacia el
in de la era. Así, este es un tiempo de juicio en el in de la era”.88
En segundo lugar, debe considerarse que el autor hace refe-
rencia al mueble del santísimo como “el arca del pacto”, haciendo
una alusión directa al pacto entre Dios y Su pueblo. De esta ma-
nera, el antitípico Día de Expiación, es colocado en el centro del
libro donde se desarrollará el clímax del gran conlicto del tiem-
po del in instando a Su pueblo a permanecer iel ante la gran
batalla inal.89 La iglesia, como pueblo de Dios de los tiempos i-
nales, reairma el pacto eterno establecido por Dios y revalidado
en el Día de Expiación.
En tercer lugar, se puede relacionar la iesta de las trompetas
del calendario cúltico hebreo de los primeros días del séptimo
mes como un llamado a la preparación antes del día del juicio.
De esta manera, Ap 11:15-18 describe la última de las siete trom-
petas (8:5-11:18) como un llamado y preludio al escatológico Día
de Expiación (11:19).90
Se concluye que Ap 11:19 vislumbra ecos que marcarían la
inauguración del Día de Expiación tipológico del tiempo del in
por los ecos teológicos y temáticos referentes al santuario, el arca,
la ley, las trompetas, el pacto y las decisiones del pueblo de Dios.

El Día de Expiación en Apocalipsis 14:6-7

Apocalipsis 14:6-7 presenta el mensaje del primer ángel, eco


de un llamado del Creador al momento en que se realizarán las
últimas “decisiones judiciales en el santuario celestial. Él está se-
parando a los verdaderos de los falsos adoradores”.91 El llama-
do al juicio es una referencia al juicio escatológico de expiación.

87. Davidson, “Sanctuary Tipology”, 118.


88. Shea, “The Cultic Calendar”, 127.
89. Shea/Stefanovic, “Findindg Meaning”, 33. Shea y Christian airman que los ecos
presentados en la visión del templo, las apariciones del Dios del AT, sugieren que
la “visión siguiente incluye un juicio de Dios en el mundo”, en “The Chiastic Struc-
ture of Revelation 12:1-15:4”, 272.
90. Massyngberde, Revelation, 222; Doukhan, Secrets of Revelation, 79.
91. Rodríguez, “The Sanctuary”, 399.
Cristian Varela, El Día de Expiación en el Apocalipsis 207

Existe conexión entre la escatología de Ap 13 y 14 con las escenas


judiciales de Dn 7 y 8:14.92 LaRondelle declara al respecto que “las
implicaciones teológicas de este paralelo de la sesión de la corte
celestial en Dn 7 y el mensaje del primer ángel son claras.”93 El
juicio es presentado de manera deinida en el mensaje angélico
en el contexto del gran conlicto inal.
Junto al mensaje de juicio, anunciado en Ap 14:6-7, se pro-
clama el “temer a Dios”; invitación directa a la obediencia de los
mandamientos en el tiempo del in durante el juicio.94 El juicio y
la ley suelen estar unidos en el mensaje bíblico95 y sobre todo en
la iesta anual de la expiación.
También, diversos estudios han relacionado Ap 14:7 con
el reposo sabático de Éx 20:8-11 en relación con la adoración al
Creador. Entre ellos se encuentran paralelos verbales, temáticos
y estructurales.96 Por tal razón, se alude al sábado como manda-
miento y reposo por parte del pueblo, al encontrarse en adora-
ción en el Sabbath Sabbaton festivo durante el proceso judicial de
la expiación.
De esta manera, Ap 14:6-7 presenta ecos referentes al descan-
so sabático, el juicio, y los mandamientos de Dios vinculados al
Día de Expiación.

El Día de Expiación en Apocalipsis 15:5-8

Algunos estudios subrayan este pasaje como la conclusión


del antitípico Día de Expiación, el in del ministerio intercesor de
Cristo en el santuario celestial,97 cerrando la visión profética de

92. Jacques Doukhan, Daniel: The Vision of the End (Berrien Springs, MI: Andrews Uni-
versity Press, 1987), 60.
93. Hans K. LaRondelle, “The Remnant and the Three Angel´s Message”, en Handbook
of Seventh-day Adventist Theology, ed. Raoul Dederen (Hagerstown, MD: Review &
Herald, 2000), 875.
94. Carlos Steger, “Temed a Dios”, DL 12, no. 1 (2013): 80.
95. Cf. Ec 12:13-14; 1 Cr 16:33, 1 R 22:19; Sal 9:4; 102:19, 20; Mi 1:3-5; Mal 3:1-5; Ap 14:15,
17; 14:12, 12:17.
96. Véase John Templeton Baldwin, “Revelation 14:7 an Angel´s Worldview”, en Cre-
ation, Catastrophe, and Calvary, ed. John Templeton Baldwin (Hagerstown, MD: Re-
view & Herald, 2000), 19-39; Jon Paulien, “Revisiting the Sabbath in the Book of
Revelation”, JATS 9, no. 1-2 (1998): 183-185.
97. Davidson, “Sanctuary Typology”, 114; Shea, “The Cultic Calendar”, 128; Rodríguez,
“The Sanctuary”, 398; Paulien, “The Role of the Hebrew Cultus”, 253; Doukhan,
208 “La Palabra que Yo te diga, esa hablarás”

Ap 11:19.98 Ambas visiones se vinculan por el Templo/Tabernácu-


lo en el cielo.99
La visión lleva al profeta al “tabernáculo del testimonio”, la
cual tiene una estrecha relación con Nm 17:4, 7 y Éx 25:21-22 que
señala a los diez mandamientos ubicados en el lugar santísimo.
Shea propone la traducción de esta oración como “el templo de la
tienda de los diez mandamientos en el cielo”.100 Nuevamente, la
visión es ubicada en santísimo con referencia a la ley, un eco del
mueble utilizado únicamente en la iesta hebrea.
La visión describe que el templo celestial fue “lleno de humo
por la gloria de Dios, y por su poder” (Ap 15:8). La gloria del Señor
fue presentada varias veces en el santuario/templo terrenal, prin-
cipalmente por la Shekina en el lugar santísimo (Éx 25:22; Lv 16:2).
También se manifestó en la inauguración del santuario-templo
terrenal (Éx 40:34; 1 R 8:10-11; 2 Cr 5:13-14); por lo cual, algunos
airman que se encuentra su contraparte, el cierre del templo en
sus actividades redentoras.101 Por su parte, Davidson elabora una
relación paralela temática y estructural con la visión de Ez 10, en
el contexto del “cierre de prueba y juicio ejecutivo” para el pueblo
de Judá. 102 Como la gloria del Señor llenó el santuario terrenal en
la clausura de la gracia a Judá y posteriormente el juicio ejecutivo
(Ez 10:3-4), también es evidente que el cierre de la gracia escato-
lógica dará comienzo a la ejecución de Su ira sobre los apóstatas
cristianos y las naciones enemigas de Dios.103 Aune relaciona este
humo con la imagen del Sinaí y el humo que se genera cuando el

Secrets of Revelation, 144-145.


98. Beale, The Book of Revelation, 802; Shea, “The Controversy Over the Command-
ments”, 217.
99. Veáse el estudio de Shea sobre la relación entre ambas visiones y la importancia
del gran conlicto sobre los mandamientos en, “The Controversy Over the Comm -
mandments”, 216-231.
100. Ibíd., 218; Mounce, The Book of Revelation, 288; Kistemaker, Revelation, 432; Wall,
Revelation, 194.
101. Christian y Shea, “The Chiastic Structure of Revelation 12:1-15:4”, 218; Mounce,
The Book of Revelation, 289.
102. Davidson, “Sanctuary Typology”, 118 (véase la nota 47). Beale también airma que
existe una estrecha relación con la escena de Ez 10 que “introduce una escena de
juicio, la cual da cercanía a la visión similar de Apocalipsis 15”, en The Book of Re-
velation, 807.
103. Beale, The Book of Revelation, 807. Beale también concluye que “Apocalipsis 15:8-
16:21 está modelado en parte en Ezequiel 9:1-10:6, donde los seres angélicos casti-
gan a todo aquel que no tiene la marca protectora de Dios en su frente”. Ibíd.
Cristian Varela, El Día de Expiación en el Apocalipsis 209

sumo sacerdote lleva el incienso al altar en el Día de Expiación


(Lv 16:12-13).104 La acción celestial toma ejecución sobre la tierra,
los ángeles salen del templo y nadie puede entrar como en la ies-
ta (16:17), por lo que Doukhan airma que “la escena nos recuerda
la ejecución ritual del in de la ceremonia del Kippur”.105
Apocalipsis 15 se convierte en la introducción a la ejecución de
los juicios de Dios sobre la humanidad apóstata y la triple alianza
satánica que persiguieron y dieron muerte a los santos, recibiendo
las plagas postreras, juicios sin mezcla de misericordia. Los manda-
mientos testiican la justa retribución de los que no guardaron las
estipulaciones pactuales de la ley y rechazaron la expiación ofre-
cida por el Cordero.106 De esta manera, el juicio parece ser un eco
de la justicia divina luego de la inalización de los servicios del Día
de Expiación por parte de Dios. Asociado a este momento, la vesti-
menta de lino de los ángeles (15:6) indican una correspondencia con
la empleada por el sumo sacerdote en la iesta. Esta relación lleva
a pensar que la escena hace referencia a las vestiduras antes de los
rituales o después de la ejecución de ellos (Lv 16:4, 23, 32).
Se concluye que Ap 15:5-8 presenta ecos relacionados con el
Día de Expiación referentes al lugar santísimo, la ley, el pacto, el in
de la gracia y la ejecución de los juicios de Dios sobre los inieles.

El Día de Expiación en Apocalipsis 20:1-3

Finalizados los actos retributivos de Dios sobre los inieles


(Ap 15-16) y la Babilonia (Ap 17-19), el juicio recae sobre Satanás
(Ap 20). El profeta describe los sucesos intermedios entre la veni-
da y la restauración edénica.107
Satanás es encarcelado a comienzo del milenio, por lo cual
algunos eruditos argumentan a favor del cumplimiento tipológi-

104. David Aune, Revelation 6-16, WBC 52B (Dallas: Word, 1998), 880.
105. Doukhan, Secrets of Revelation, 148.
106. Wall, Revelation, 194.
107. Para un vistazo a las principales interpretaciones sobre el milenio véase Millard
J. Erickson, A Guide to Eschatology: Making Sense of the Millennium (Grand Rapids:
Baker Academic, 1998); Robert G. Clouse, ed., The Meaning of the Millennium: Four
Views (Downers Grove, IL: InterVarsity, 1977); Darrell Block, ed., Three Views on the
Millennium and Beyond (Grand Rapids: Zondervan, 1999); Peter M. van Bemmelen ,
“The Millenium and the Judgment”, JATS 8, no. 1-2 (1997): 150-154.
210 “La Palabra que Yo te diga, esa hablarás”

co del envío de Azazel al desierto.108 Este abismo o sitio abandona-


do halla una relación con el desierto.109 Nuevamente, se encuentra
en el texto un eco temático-teológico en la igura de Satanás como
el “responsable por el problema del pecado”.110 También se encuen-
tra una correspondencia entre el encargado de llevar a Azazel al
desierto y el ángel que desciende del cielo “con una gran cadena en
la mano” (Ap 20:2). Este ángel ejecuta funciones simbólicas que en-
fatizan el quiebre del poder y actividades de Satanás realzándose
el dominio completo de Dios sobre el mal (20:2-3). Dios demuestra
a través de estos actos que Él no tuvo relación con los designios de
Satanás, el causante real de la destrucción y el dolor del mundo.
Limitado el poder de Satanás, el milenio transcurre centrado
en los santos juzgando en los tronos del tribunal celestial (20:4-6).111
Finalizado el juicio milenial, liberado Satanás y resucitados los im-
píos, se realiza el deinitivo juicio ejecutivo posmilenial (20:7-15).
Este énfasis en el juicio divino como proceso y ejecución presenta
una referencia clara al Día de Expiación.
En el juicio ejecutivo, Dios reacciona ante la conducta destruc-
tiva de los humanos sin arrepentimiento, los ángeles malos y el
diablo.112 La completa destrucción de Satanás en el lago de fuego
“es el castigo divino, la respuesta de un Dios moral a una criatura
inmoral”.113 De esta manera, la Tierra Nueva queda totalmente pu-
riicada de todo pecado, el campamento de los redimidos contará
con la presencia eterna de Dios (Ap 21-22) como cumplimiento i-
nal y tipológico de la iesta de expiación.
Se concluye que Ap 20 presenta ecos temáticos y teológicos,
en el coninamiento de Satanás, el juicio, y la eliminación del dia-
blo, pecadores y pecado del campamento de Dios. De esta ma-
nera, se aianza el contexto judicial del Día de Expiación y su
cumplimiento tipológico.

108. Edwin E. Reynolds, “The Feast of the Tabernacles and the Book of Revelation”,
AUSS 38, no. 2 (2000): 266.
109. Davidson, “Sanctuary Typology”, 124.
110. Rodríguez, “The Sanctuary”, 400.
111. Ekkehardt Mueller, “Microestructural Analysis of Revelation 20”, AUSS 37, no. 2
(1999): 233.
112. Jiří Moskala, “Toward a Biblical Theology of God´s Judgment: A Celebration of the
Cross in Seven Phases of Divine Universal Judgment (An Overview of a Theocen-
tric-Christocentric Approach)”, JATS 15, no. 1 (2004): 159.
113. Steven Thompson, “The End of Satan”, AUSS 37, no. 2 (1999): 268.
Cristian Varela, El Día de Expiación en el Apocalipsis 211

Conclusión parcial
El Apocalipsis conirma el tipológico Día de Expiación celes-
tial. Las Escrituras presentan sus propias herramientas herme-
néuticas para la comprensión del libro de Apocalipsis. Tanto el AT
como el NT presentan una relación explícita de la realidad del san-
tuario celestial y su importancia para la comprensión del plan de
redención. De la misma manera, el libro de Apocalipsis presenta
una estructura literaria que se debe tener en cuenta para el estu-
dio de los ecos temáticos y teológicos del Día de Expiación. Entre
los textos analizados se encuentran aquellos que presentan cierta
relación temática y teológica entre el Día de Expiación del AT y el
libro de Apocalipsis (11:1-2, 11:19, 14:6-7, 15:5-8 y 20:1-2).

Implicaciones teológicas del Día de Expiación


en el libro de Apocalipsis

En base a los pasajes que marcan el cumplimiento tipológico


del Día de Expiación en el Apocalipsis, se presenta una relación
teológica que será útil analizar a continuación por la magnitud
del mensaje para los tiempos inales.

El gran conlicto
El Apocalipsis describe el conlicto entre Cristo y Satanás.114
El gran conlicto gira en torno el carácter de Dios, Su misericor-
dia y justicia. Con la entrada del pecado en el gobierno de Dios
y Su creación terrenal, se ha desarrollado un conlicto constante
con Satanás, el mal y la muerte (Ap 12:7-11). Así, el Apocalipsis
presenta un marcado conlicto ético115 contrastando el gobierno
y la autoridad de Dios con el de la bestia (14:5; 22:1, 3 cf. 15:10); el
cual se extiende a través de las diversas imágenes como la Nueva
Jerusalén y Babilonia (11:2; 13:5; 20:9 cf. 13:8; 16:19; 18:16, 18, 21), así
como el signiicado del nombre de Miguel, “¿quién como Dios?”

114. Gulley, “Revelation´s Throne Scenes”, 28-29; Christian y Shea, “The Chiastic Struco -
ture of Revelation 12:1-15:4”, 269-252; Shea, “The Controversy Over the Commandh -
ments”, 216-231.
115.  Edwin Reynolds, “Diez claves para interpretar el Apocalipsis”, en Entender
la Palabra: Interpretación adventista para el nuevo siglo, ed. Merling Alomía et al.
(Cochabamba: Ediciones UAB, 2000), 112-113.
212 “La Palabra que Yo te diga, esa hablarás”

con la expresión ¿quién como la bestia? (12:7 cf. 13:4). El libro tam-
bién presenta los momentos inales de la historia polarizada en
dos posiciones; los que adoran a Dios y los adoradores de la bes-
tia (12:17, 14:6, 7; 20:4 cf. 13:8, 12-15; 14:11; 16:2, 17; 19:20), los que
están inscriptos en el libro de la vida y los que no (21:27 cf. 13:8;
17:8; 20:15), los que son vírgenes y los que fornicaron con Babilo-
nia (14:4 cf. 14:8), los 144.000 sellados y los que tienen la marca de
la bestia (14:1; 7:4 cf. 13:16; 15:2), los que tienen reposo y los que no
lo tienen (14:13 cf. 14:11).

La adoración

El Día de Expiación y el Apocalipsis giran en torno a la ado-


ración. Plenc argumenta que en el Apocalipsis “uno de los princi-
pales temas es la distinción entre la verdadera y falsa adoración”.116
Su centralidad se releja en los capítulos 4, 5, 13 y 14; apreciándo-
se la actitud de los adoradores frente al objeto de adoración, al
Creador o la trinidad satánica, cuyo foco central es ¿A quién se
debe adorar? La escatología del Apocalipsis presenta a los que
adoran y sirven a Dios (Ap 11:18; 14:7; 15:4; 19:10) y aquellos que
adoran al dragón y a la bestia (13:4, 8, 12, 14; 14:9-11; 16:2; 19:20). En
conclusión, frente al juicio escatológico, cada ser humano debe
elegir si pertenecer al gobierno de Dios o al sistema falsiicado
de Satanás.117

El juicio y la vindicación del carácter de Dios

Por lo que el día festivo era un juicio, así la segunda mitad


del libro de Apocalipsis presenta referencias al juicio de Dios,
relacionándose con el “tema central del Yom Kippur”.118 De esta
manera, la iesta y su antitipo celestial dirigen la atención hacia
la naturaleza moral de Dios. El gobierno de Dios, Su carácter y
reputación son profanados al hacerse responsable de los pecados
del pecador, admitiéndolo al reino celestial. El Apocalipsis deja

116. Daniel Plenc, “Aproximación al signiicado teológico y litúrgico de los himnos del
Apocalipsis”, Theo 20, no. 1 (2005): 110.
117. Paulien, “The Role of the Hebrews Cultus”, 257.
118. Ibíd.
Cristian Varela, El Día de Expiación en el Apocalipsis 213

en claro que Dios es el único Juez que da la sentencia justa a cada


integrante de la humanidad, la cual involucra un proceso judicial
antes de la parusia, en el milenio y luego del milenio. Dios es vin-
dicado al presentar la base de sus decisiones judiciales a la luz de
las decisiones de los hombres registrados en los libros (Ap 20:12,
15 cf. Dn 7:9-10).119 Los hombres deciden ser borrados del libro de
la vida o no (Ap 3:5; 22:19), responder la invitación de Dios y Su
iglesia (22:17). De esta forma, es pertinente aclarar que aunque
Dios es Omnisciente, el juicio es la mejor manera que tiene para
ejempliicar Su trato con el pecado y los pecadores. Dios asegura
legal, abierta y públicamente a toda la creación las decisiones to-
madas por Él en la admisión de los santos al reino eterno.

La ley y el pacto

La ley de Dios tiene relevancia en la teología del Apocalipsis,


cuando se considera el concepto del Día de Expiación. Es por eso
que la ley moral de Dios gira en torno al gran conlicto. El juicio y
las decisiones divinas muestran la inmutabilidad de la ley celestial
ante todo el universo. La segunda parte del Apocalipsis enfatiza la
obediencia a los mandamientos como característica del remanente
(12:17; 14:12), y son vistos en el lugar santísimo del santuario ce-
lestial, centro del gobierno de Dios (11:19; 15:5). El mensaje procla-
mado por los creyentes del tiempo del in proclaman el evangelio
eterno en el contexto del juicio, la ley y el pacto ante los engaños
de Satanás (14:6-7). La obediencia y desobediencia al decálogo se
ven relejadas en la sección escatológica, siendo la evidencia de la
norma por la cual las vidas de los hombres serán juzgados. Aso-
ciado a la importancia y obediencia a la ley, el pacto ocupa un rol
central en el libro, principalmente en los momentos próximos al
in. Desde el comienzo del antitípico Día de Expiación, se hace una
clara referencia al arca del pacto (11:19). Finalizado el tiempo de
gracia concedido por Dios a los hombres, el vidente nuevamente
hace referencia al “testimonio”; es decir, el testimonio del pacto
(15:5). Dios valida Su pacto con la iglesia militante del tiempo inal.

119. Véase Ángel M. Rodríguez, “The Heavenly Book of Life and of Human Deeds”,
JATS 13, no. 1 (2002): 10-26; van Bemmelen, “The Millenium and the Judgment”,
157-158; Treiyer, El día de expiación, 264-280.
214 “La Palabra que Yo te diga, esa hablarás”

Finalmente, el pacto es cumplido con la presencia permanente


de Dios con Su iglesia triunfante en la tierra nueva (21:4).

El sacriicio y la sangre de Cristo

En el tipológico Día de Expiación, el sacriicio de Cristo


es decisivo en el gran conlicto cósmico que llega a su clímax
en el tiempo del in. La solución de Dios frente al problema
cósmico del pecado fue el sacriicio de Cristo, Su cruciixión
puso in al pecado, Su sangre derramada demostró la respon-
sabilidad asumida por Dios para librar al hombre de la muerte
eterna y señalar Su justicia al universo entero (Ap 5:8-14; 7:10;
12:10-11). Por un lado, están aquellos que son limpiados con
la sangre del Cordero, mientras que por el otro, aquellos que
rechazan al Cordero. Es por eso que se puede airmar que las
decisiones llevadas en el juicio preadvenimiento giran en tor-
no al sacriicio de Cristo.120 De ese modo, el juicio investigador
es el momento cuando los seres celestiales ven la justicia y la
misericordia de Dios a través del sacriicio de Cristo permi-
tiendo que los pecadores accedan al reino eterno justiicados
por Su sangre (1:5; 5:9; 7:13; 12:11).

La mediación sumo sacerdotal

En el Apocalipsis, como en Levítico, la salvación va más


allá del perdón. La interecesión sacerdotal es fundamental en
la soteriología bíblica. Por esta razón, tanto Hebreos como el
Apocalipsis destacan a Cristo como el intercesor del pueblo
ante Dios en el santuario celestial. En el último libro de la
Escritura, este aparece vindicando, guiando e intercediendo
contra las acusaciones de un mundo apóstata (1:13-18; 5; 8:2-
5; 14:14-18). Finalizada la obra de mediación, la expiación y la
limpieza del santuario celestial son concluidas (15:5-8). De este
modo, se determina la sentencia inal de cada individuo ante

120. Gulley airma: “la base del juicio se encuentra en la cruz del calvario, Satanás es
derrotado y desterrado del cielo y, por el otro lado, Cristo obtiene la liberación
de sus santos. La cruz de Cristo determinó toda la historia humana y está siendo
trabajada en la historia y escatología del libro de Apocalipsis”. En “Revelation´s
Throne Scenes”, 29.
Cristian Varela, El Día de Expiación en el Apocalipsis 215

la gracia de Dios. Ya que, como airma Holbrook: “la verdad


bíblica es que ninguno puede ser salvo aparte del ministerio
sacerdotal de Cristo”.121

La restauración de los cielos y la tierra

A través del libro se hallan continuas referencias a la venida


de Cristo y el establecimiento de Su reino eterno junto al pueblo
de Dios (Ap 1:7; 2:5, 16, 25; 3:3, 11; 6:14-17; 7:9-17; 11:15-18; 14:14-20;
16:12-15; 19:11-21; 21:1-4; 22:7, 12, 20).122 La segunda venida realiza
parcialmente la ejecución del juicio, el cumplimiento total de la
extirpación del mal será al inal del milenio, donde Satanás será
destruido junto con todos los impíos. Sin embargo, se sugiere que
el cumplimiento tipológico del Día de Expiación va más allá de la
tipológica expulsión de Satanás en el milenio. El resultado inal
de la iesta hebrea era la armonía total de Israel con su Creador,
perspectiva relejada en los dos últimos capítulos del Apocalip-
sis, donde los santos estarán en completa y eterna reconciliación
con Dios en la Nueva Jerusalén (Ap 21-22). El inal de la profecía
es la comunión del Padre y el Hijo con Su pueblo (21:4).

Conclusión parcial
El Día de Expiación tiene un rol fundamental en la teología
del libro. El profeta visualiza escenas celestiales que presentan
ecos temáticos y teológicos referentes al Día de Expiación que
ayudan a la comprensión del libro. Se destacan varios temas teo-
lógicos presentes en aquel día festivo, tales como el gran conlic-
to, la adoración, el juicio, el sacriicio y la sangre de Cristo, la ley,
el pacto y el establecimiento del reino de Dios.

121. Holbrook, The Atoning Priesthood, 50.


122. Ekkehardt Mueller, “Jesus and His Second Coming in the Apocalypse”, JATS 11,
no. 1-2 (2000): 205-207.
216 “La Palabra que Yo te diga, esa hablarás”

COMPARACIÓN TEMÁTICA Y TEOLÓGICA ENTRE


EL DÍA DE EXPIACIÓN Y EL APOCALIPSIS

Levítico Apocalipsis
La revalidación del pacto de Revalidación del pacto de Cristo con
Yhwh con Su pueblo a través de la Su iglesia (11:19; 14:6-7; 15:5; 21:4)
expiación (16:14-16)
Antagonismo presentado en los Antagonismo presentado por el gran
machos cabríos (por Yhwh y conlicto entre Cristo y Satanás y sus
Azazel) y los israelitas (16:8-10) respectivos adoradores (12-22)
El pueblo de Dios es reunido para El remanente adora a Dios en los even-
adorar a su Creador (16:5, 15, 17, tos inales (12:17; 14:12; 14:6-7; 18:4)
24; 16:27)
La iesta giraba en torno a la El gran conlicto del tiempo del in gira
adoración al Creador (16:29-33; en torno a la adoración al Creador (13-
23:32) 14)

Énfasis en el aspecto judicial: Énfasis en el aspecto judicial sobre las


evidencias (16:16) y sentencias decisiones de Dios por lo registrado en
(23:28-29) los libros (11:1; 14:6-7; 20:4-6)
Vindicación de la justicia de Dios Vindicación de la justicia de Dios ante
a través de la obra de expiación el universo (11:1; 11:18, 19; 14:6-7; 16:5;
(16:31-33) 18:8)
El pueblo que se apropió del siste- El pueblo de Dios de todas las edades
ma expiatorio de Yhwh es reconci- que se apropió del sacriicio de Cristo,
liado con su Creador (16:33; 23:28) al concluirse la expiación es reconcilia-
do con Dios (20:4; 22:14)
El que no aligía su alma y des- Los que se oponen a la voluntad de
obedecía los mandatos de Yhwh Dios son destruidos por Dios (19:19-21;
era destruido por Dios (23:29-30) 20:7-10, 15).
Los limpios y puriicados perma- Los santos que lavaron sus vestiduras
necían dentro del campamento con la sangre del Cordero morarán en
de Yhwh, mientras que los im- la Nueva Jerusalén, mientras que los
puros eran cortados del pueblo otros no podrán ingresar al campa-
(23:28,29) mento de los santos (22:14; 1:5; 21:8)
Nadie puede entrar en el santua- Nadie puede entrar al santuario hasta
rio hasta que esté realizada la ex- que esté realizada la ejecución de los
piación (23:28) juicios divinos (15:8)
Cristian Varela, El Día de Expiación en el Apocalipsis 217

Levítico Apocalipsis
Azazel es eliminado, símbolo del Satanás es destruido al concluir el mile-
originador del pecado (16:20-23) nio, el originador el pecado es elimina-
do deinitivamente (20:1-3; 12-15)
La mediación del sumo sacerdote La mediación sumo sacerdotal de
es central en el Día de Expiación Cristo en el santuario celestial es fun-
(16:2, 32) damental en los eventos inales (8:1;
15:5-8)

Conclusión

Yhwh proveyó un Día de Expiación del santuario como tipo-


logía de la vindicación de Su gobierno. A través de los rituales
ejecutados ese día, la ley moral, el pacto, el sacerdocio y la sangre
expiatoria, marcaban el punto decisivo para el destino del pueblo
de Dios. Yhwh, por su parte, en base a las evidencias resolvía un
veredicto sobre Su pueblo y ejecutaba la sentencia para cada uno:
la expiación y reconciliación o el ser cortado del pueblo. Tanto el
AT como el NT presentan una relación explícita de la realidad
del santuario celestial y su importancia para la comprensión del
plan de redención. De la misma manera, el mismo libro de Apo-
calipsis presenta una estructura literaria que debe ser tenida en
cuenta para el estudio de ecos temáticos y teológicos del Día de
Expiación. Entre los textos analizados se encuentran aquellos que
diversos autores han airmado que presentan relación temática y
teológica entre el Día de Expiación y el Apocalipsis (11:1-2, 11:19,
14:6-7, 15:5-8 y 20:1-2) que conirman esta realidad tipológica. El
profeta visualiza escenas celestiales que destacan varios temas
teológicos que se tenían presentes en aquel día festivo como el
gran conlicto, el juicio, la adoración, la ley, el pacto y el estableci-
miento del reino de Dios.

RESUMEN

El Día de Expiación fue la iesta más solemne del calendario


religioso hebreo. En las últimas décadas se ha estudiado la rela-
ción entre el libro de Apocalipsis y esta iesta desde un análisis
estructural, pero ¿qué relaciones temáticas y teológicas hay en
218 “La Palabra que Yo te diga, esa hablarás”

el libro que evidencian referencias a esta iesta? El propósito del


presente trabajo será establecer la relación del Día de Expiación
a través de ecos temáticos y teológicos con el libro del Apoca-
lipsis.

SUMMARY

The Day of Atonement was the most solemn feast of the


Hebrew religious calendar. In the last decades the relationship
between the book of Revelation and this feast from a structur-
al analysis has been studied, but what thematic and theological
relations are there in the book that evidence references to this
feast? The purpose of this work will be to establish the relation of
the Day of Atonement through thematic and theological echoes
with the book of Revelation.

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