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 La OMS dice que BPM (Buena Praxis Médica) es la asistencia de calidad,

es decir, aquella que se realiza con competencia, diligencia, pericia,


eficacia y eficiencia.
 Dentro del concepto de BPM buena práctica médica debe incluirse el cumplimiento de dos
criterios.
 Por una parte, los médico-asistenciales: es decir, la utilización adecuada y proporcional de los
medios preventivos, diagnósticos y terapéuticos.
 Y, por otra parte, los criterios de atención médico-social: que suponen el respeto de los
derechos del paciente, tanto los específicos por su condición de usuario del sistema sanitario,
como sus derechos personales, sociolaborales y socio-jurídicos.
 En definitiva, la buena práctica médica es un deber ético y legal que exige centrar las
energías en el paciente, procurando un trato personal humanizado y una mejora de la
comunicación personal y de la calidad de las relaciones, de acuerdo con lo dispuesto en el
Convenio de Derechos Humanos y Biomedicina y en la Ley de Autonomía del Paciente, que
establecen como elemento legitimador de la asistencia médica la autodeterminación
(AUTONOMÍA) del paciente.
Lo contrario a la BUENA PRAXIS es la MALAPRAXIS, que constituye una de las causas más
frecuentes de demandas legales de responsabilidad a los profesionales.
Pero que significa Lex Artis y Lex Artis ad hoc.

 Lex Artis
Norma no escrita pero existente que regula el ejercicio de una profesión, y que en el caso de
las profesiones sanitarias debe entenderse como el conjunto de reglas y principios socialmente
aceptados y que se consideran básicos, que pueden resumirse en el deber de ajustar la
actuación a las reglas técnicas, normas legales y principios deontológicos, el deber de
preparación adecuada para adaptar los conocimientos al progreso científico y a la experiencia
profesional, y el deber de omitir acciones peligrosas, es decir, actos para los que no se está
suficientemente capacitado, pero ello atendiendo a las circunstancias del estado de la ciencia,
de tiempo y lugar, lo que se llama la Lex Artis ad hoc.
(El concepto de malapraxis, como actuación profesional incorrecta, está ligado al concepto
jurídico de Lex Artis, claramente establecido en una Sentencia del Tribunal Supremo (STS) de
11 de abril de 1994)
 Lex Artis ad hoc. Es aquel criterio valorativo de la corrección del concreto acto médico
ejecutado por el profesional de la Medicina –ciencia o arte médico– que tiene en cuenta las
específicas características de su autor, de la profesión, la complejidad del acto y la
trascendencia vital para el paciente, y en su caso, la influencia de factores endógenos –estado
o intervención del enfermo, de sus familiares o de la misma organización sanitaria– para
calificar dicho acto conforme o no a la técnica normal empleada".
 Un aspecto importante es distinguir malpraxis real (incumplimiento de la Lex artis), de
malpraxis aparente, es decir, aquella en la que las cosas se hacen bien, pero salen mal.
 Cuando se revela la ineficacia profesional, desconocimiento inadmisible o la omisión de
los deberes de vigilancia y cuidado dentro siempre de la pericia técnica estaremos en
presencia de un ERROR MÉDICO que será pues, sinónimo de malapraxis profesional.
Cualquier actuación profesional es tributaria de un riesgo, y cuanto más avanza la Medicina
más evidentes son los riesgos, sean hechos prevenible y predecible.
En este sentido, nunca debe olvidarse que:

 1. La existencia de un "error médico" no siempre es sinónimo de malpraxis profesional. De


hecho, son muchas las sentencias que ponen de manifiesto que el error en sí mismo no es
punible si no excede del yerro connatural a todo ser humano. Sí lo será, por el contrario,
cuando revela la ineficacia profesional, desconocimiento inadmisible o la omisión de los
deberes de vigilancia y cuidado dentro siempre de la pericia técnica.
 2. Cualquier actuación profesional es tributaria de un riesgo, y cuanto más avanza la
Medicina más evidentes son los riesgos, lo que introduce junto al concepto de riesgo, el
de previsibilidad del mismo.

Así pues, en relación con la actuación profesional, se puede hablar de:


a) riesgos seguros;
b) riesgos típicos o probables: daños que son frecuentes de acuerdo con la experiencia y
el estado actual de la ciencia, atendiendo además a las caracteristicas personales del
paciente (los riesgos personalizados); y
c) riesgos atípicos: aquellos daños que son infrecuentes o imprevisibles.

La valoración de los riesgos por parte del médico y la información de los mismos al
paciente constituye un elemento determinante de la buena praxis médica, y su falta, una
causa de responsabilidad profesional, al menos en lo referente a los riesgos seguros y los
típicos.

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